El perturbador viene del este

Agustín Saavedra Weise*

Mapa mundial de 1689

El almirante y estratega francés Raúl Castex (1878-1968) solía repetir: “Del este viene el perturbador”. Para la Europa occidental, el este siempre fue Eurasia, con sus recónditas incógnitas e invasiones recurrentes. El mismo apodo de ‘hunos’ que los aliados franco-británicos endilgaron a los alemanes en la Primera Guerra Mundial, anunciaba con claridad que el ataque venía del este. Berlín estaba al oriente de Londres y París.

Al dividirse el imperio romano en Occidente con Roma y Oriente con Constantinopla, subsistieron hasta hoy dos mundos europeos: el romano–germánico y el greco–bizantino, posteriormente centrado en Rusia y con base en la religión ortodoxa. Asimismo, durante siglos los otomanos ocuparon los Balcanes, transformando la ecuación política–étnico–religiosa de esa parte de Europa oriental.

Las migraciones germanas fueron en su época el factor básico que permitió el mantenimiento de una pauta occidental que quedó a la deriva tras el derrumbe del imperio romano. Desde Roma surgió la Iglesia y convirtió al catolicismo gran parte de Europa.

Luego vino la creación del Sacro Imperio Romano-Germánico, que perduró hasta 1806. Su nombre reflejaba la triple condición del mundo europeo occidental en lo religioso, en su origen histórico y en su generalización germánica, a la que concurrieron —cada uno por su lado— reinos europeos tales como España, Francia, Inglaterra y principados italianos. Todos estos países consolidaron su carácter nacional con los aportes migratorios de anglos, sajones, francos, godos, visigodos, vándalos, lombardos, varegos, normandos y otros grupos provenientes de la vieja Germania.

Poco y nada de esto podría haber surgido sin el constante desafío proveniente del Oriente. Desde las hordas hunas de Atila que casi toman Roma hasta las masas de caballería mongólica de Gengis Khan, el sentido occidental se forjó sobre la amenaza de las invasiones provenientes del este; la historia medieval de Europa refleja ese temor constante. La lucha contra el perturbador y la respuesta positiva al desafío que venía del este forjaron la identidad de Occidente. Es más, lo occidental no podría interpretarse cabalmente sin esa amenaza oriental que a veces —por reacción— se transformó en lo inverso, esto es, en la marcha hacia el este de los Caballeros de la Orden Teutónica durante la Edad Media, la marcha de Napoleón hacia Moscú y hasta la invasión alemana de Rusia en 1941. El movimiento geopolítico pendular entre Occidente y Oriente viene de siglos. Y sigue vigente. Aún nos traerá sorpresas y esta vez con un actor más poderoso: China.

 

*Economista y politólogo. Fue Canciller de la República de Bolivia. Miembro del CEID y de la SAEEG, www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia), https://www.eldeber.com.bo/opinion/El-perturbador-viene-del-este-20190330-0022.html

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Acerca de los reclamos del presidente de México a España

Marcelo Javier de los Reyes*

Fuente: AMLO, https://lopezobrador.org.mx/2019/01/30/afianzan-relacion-bilateral-mexico-y-espana/

El pasado 26 de marzo dos de mis alumnos universitarios me preguntaron qué pensaba yo respecto de la carta que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió el 1º de marzo al Rey de España Felipe VI, a través del Ministerio de Exteriores. En ella le insta a reconocer los atropellos que las autoridades mexicanas consideran que se cometieron durante la conquista y a pedir disculpas por ellos. Ese reconocimiento, según el mandatario de México, constituiría la única forma posible de lograr una reconciliación plena entre ambos países[1]. Cabe señalar que en 2021 se conmemora el quinto centenario de la llegada a México del conquistador Hernán Cortés.

Como era lógico, el gobierno de España rechazó con firmeza esa exigencia.

La reacción del presidente López Obrador amerita algunas reflexiones.

Llama la atención que su abuelo era español, nacido en Cantabria, pero su posición intransigente responde a su ideología de izquierda más que una rebeldía —obviamente, no juvenil— a sus orígenes. Aún es más llamativo que el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, estuvo de visita oficial en México el pasado 30 de enero. Pedro Sánchez le agradeció a su par mexicano la cálida recepción con las siguientes palabras: “Quiero agradecer de corazón la hospitalidad y la hermandad que hemos sentido desde que llegamos, el honor de ser el primer gobierno extranjero en recibir, no es una casualidad, es una declaración de intenciones, de relanzar la relación bilateral”[2]. ¡Qué buena oportunidad perdida para exigirle disculpas!!! Ah, claro, Pedro Sánchez es un político de izquierda como López Obrador y no podía arruinar ese encuentro. Además, una cosa en un gobierno socialista, aunque sea español, y otra es la Corona de España.

Seguramente el presidente mexicano no se animará a pedirle a Estados Unidos que le reintegre la mitad del territorio que le robó en una guerra inventada, como tantas otras que creó esa potencia desde su independencia en 1776.

Por otro lado, López Obrador respalda el régimen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien comete atrocidades y somete al hambre ya la carencia de recursos esenciales a su pueblo. En el futuro, quizás alguien le exija disculpas al mandatario mexicano por ese respaldo y se lo acuse de apoyar el “genocidio de venezolanos”. Tal vez López Obrador debiera leer a Giambattista Vico (1668-1744), quien, en su obra Principi d’una scienza nuova intorno alla natura delle nazioni —escrita en 1725— hablaba del devenir histórico como corsi e ricorsi, una teoría que aludía a que la historia no avanza linealmente sino en forma de ciclos, avances y retrocesos[3].

Desde ya que el tema es complejo. Es cierto que los españoles cometieron vejaciones pero también trajeron cultura, a diferencia de otros imperios. Eso se aprecia en la creación de las universidades, como por ejemplo la Universidad Nacional de Córdoba —fundada en 1613, la más antigua del país y una de las primeras de América, una de las sedes del recientemente celebrado VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE)[4], a la que asistieron los Reyes de España— y eso es un plus respecto de los otros imperios coloniales.

A modo de digresión pero en el mismo sentido, se puede recordar cuando el gobierno de Cristina Kirchner retiró el monumento a Cristóbal Colón de la plaza sita detrás de la Casa Rosada o, en 2018, el retiro de una estatua de Colón en la ciudad de Los Ángeles argumentando que no hay que celebrar al responsable de un genocidio[5]. Una de las funcionarias de Los Ángeles, Hilda Solís, autora de la moción en la Junta de Supervisores del Condado para reemplazar el “Día de Colón” con el “Día de los Pueblos Indígenas”, expresó: “La estatua de Cristóbal Colón reescribe un capítulo manchado de la historia que romantiza las expansiones de los imperios europeos y las explotaciones de los recursos naturales y de los seres humanos”. Esta cruzada fue impulsada también por el concejal Mitch O’Farrell.

Por otro lado, juzgamos la historia con valores, con categorías actuales que, por otro lado, también estamos destruyendo. Es un grave error analizar la historia mirándola desde la actualidad.

¿Tiene algún sentido el pedido del mandatario mexicano? La verdad que quizás fue un mensaje destinado a sus seguidores pero sólo sirvió para tensar la relación bilateral.

La historia es interesante y una gran maestra pero tampoco podemos vivir anclados en estos rencores. Francia y Alemania superaron graves problemas y más recientes como lo fueron tres guerras atroces: la guerra franco-prusiana de 1870/1871, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En nuestra región, entre 1864 y 1870 Argentina, Brasil y Uruguay se enfrentaron en una sangrienta guerra contra Paraguay, país que en ese momento estaba en pleno desarrollo y que fue arrasado por sus vecinos. Hoy los cuatro países mantienen buenas relaciones y conviven en el MERCOSUR.

¿No tiene México suficientes problemas de qué ocuparse el presidente López Obrador? Me refiero, por ejemplo, al narcotráfico, a la corrupción, a la pobreza, a deficientes sistemas de salud, a poblaciones que carecen de agua potable, por citar algunos problemas compartidos por varios países de América, incluida la Argentina.

Tal vez sea mejor interesarnos y preguntarnos qué hemos hecho los americanos para que nuestros países estén en las condiciones actuales, para que muchos de nuestros hermanos hayan caído en la adicción a la droga, sufran los vejámenes de no poder poner un plato en la mesa para sus hijos, de padecer graves enfermedades y no contar con un buen sistema de salud, de no encontrar empleos, de vivir en ciudades en las que predomina la violencia, etc., etc. La mal llamada “America Latina” —denominación que no comparto[6]— es la región en la que impera la mayor desigualdad.

Es por demás llamativo que estas cuestiones a las que le da prioridad Lopez Obrador, Evo Morales y otros, responden a su ideología de izquierda, coincidente con la agenda indigenista e internacional promovida desde el norte y que revelan otros intereses, pues esos que en Los Ángeles retiraron la estatua de Colón parecen darle mayor importancia a este personaje de la historia vinculada a España pero no a las atrocidades llevadas a cabo por el gobierno estadounidense contra los aborígenes que ocupaban ese territorio. Es sabido que Mapuche International Link tiene sede en 6 Lodge Street, Bristol, BS1 5LR, England[7].

Resulta significativo que los Estados que fueron parte del Imperio español renieguen de su herencia hispánica, mientras que las naciones que integraron el Imperio británico —el cual no tiene punto de comparación con el español, en cuanto a crímenes cometidos—, no reaccionan de la misma manera y, aún más, muchos de ellos como Australia y Nueva Zelanda, lucen orgullosas la bandera británica en sus respectivos pabellones nacionales.

En lugar de remover una historia irreversible, de poner nuestros problemas afuera, deberíamos sentarnos a pensar cómo encauzar nuestros países en la senda del desarrollo y de la producción, para generar trabajo así como capitales propios destinados a la inversión y no a la especulación. Esto supone también deponer nuestros propios recelos en la región.

En 1939, en oportunidad de una de sus visitas a la Argentina, el filósofo español Ortega y Gasset nos dijo: “¡Argentinos! ¡A las cosas, a las cosas! Sin embargo, ochenta años después, los argentinos aún no lo hemos comprendido.

Parafraseando a Ortega y Gasset alguien debería decirnos: “¡Americanos! ¡A las cosas, a las cosas!”

* Licenciado en Historia, graduado en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales, School of Social and Human Studies, Atlantic International University (AIU), Honolulu, Hawaii, Estados Unidos. Tema de tesis: “Intelligence and International Relations: an old relationship and its current revaluation for decision-making”.

Referencias

[1] Javier Lafuente, Lucía Abellán. “España rechaza con firmeza la exigencia de México de pedir perdón por los abusos de la conquista”. El País, 26/03/2019, <https://elpais.com/internacional/2019/03/25/mexico/1553539019_249884.amp.html>, [consulta: 27/03/2019].

[2] “El presidente de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón inició su visita oficial por México”. Infobae, 30/01/2019, <https://www.infobae.com/america/mexico/2019/01/30/el-presidente-de-espana-pedro-sanchez-perez-castejon-inicio-su-visita-oficial-por-mexico/>, [consulta: 27/03/2019].

[3] Giambattista Vico. Principios de una ciencia nueva en torno a la naturaleza común de las naciones. España: FCE, 2008, 312 p.

[4] VIII CILE (Argentina, 2019). El VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) tuvo lugar en Córdoba (Argentina) del 27 al 30 de marzo de 2019, y se celebró bajo el lema “América y el futuro del español”.

[5] Tony Arranaga. “Crews Remove Christopher Columbus Statue from Grand Park”. City of Los Angeles, 10/11/2018, <https://cd13.lacity.org/news/crews-remove-christopher-columbus-statue-grand-park>, [consulta: 13/11/2018].

[6] Marcelo Javier de los Reyes. “América sigue sin definir su identidad”. Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), 14/02/2011, <http://www.ceid.edu.ar/biblioteca/2011/marcelo_javier_de_los_reyes_america_sigue_sin_definir_su_identidad.pdf>.

[7] Ver: Mapuche International Link, <https://www.mapuche-nation.org/contact/>.

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El afán histórico de la reelección

El 1º de mayo de 1948, en su mensaje ante el Congreso, el presidente argentino Juan Domingo Perón rechazó los rumores acerca de que pretendía modificar la Constitución Nacional en la parte referida a la reelección. El artículo 77 especificaba que el mandato era de seis años para presidente y vice; solo podían ser reelegidos tras el intervalo de un período. Perón negó querer ser reelecto. Expresó que la reelección inmediata “sería un enorme peligro para el futuro político de la República”. Sin embargo, cuatro meses después se inició la reforma, que concluyó en la Constitución de 1949 y se cambió el artículo 77, que pasó a ser 78, el que simplemente expresaba: “el presidente y el vicepresidente duran en sus cargos seis años y pueden ser reelegidos”. En 1951 Perón se convirtió en el primer mandatario argentino reelecto; ciertamente su meta era seguir así indefinidamente pero el alzamiento militar de 1955 truncó sus planes. El resto de la historia es conocida. Años después Perón retornó de su exilio y fue presidente nuevamente, esa vez mediante voto popular indiscutido. Falleció en pleno ejercicio de su mandato en julio de 1974.

La llamada Constitución peronista se promulgó el 16 de marzo de 1949, hace 70 años. Según los justicialistas, marcaba la cima del llamado «constitucionalismo social». Se derogó tras la caída de Perón. En el hermano país hoy rige la Constitución de 1994.

Poco pueden sorprender ahora los malabares de Daniel Ortega y Evo Morales con este antecedente. Es un hecho que, desde hace mucho tiempo, el caudillaje latinoamericano ha pretendido estar por encima de la ley o modificarla a su antojo con el fin de perpetuarse. Casi siempre la cosa ha terminado mal, pero la historia no desalienta a los caudillos de turno. Ellos siguen insistiendo en permanecer al mando, inclusive burlando la voluntad popular. Tal cosa sucedió en Bolivia, donde luego del rechazo mayoritario del 21 de febrero de 2016, un tribunal complaciente sacó de la galera la idea del “derecho humano” a ser reelegido. Y lo hizo ante el silencio cómplice de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la propia Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo actual Secretario Luis Almagro ha dado muestras de vergonzosa duplicidad.

Escudados en conceptos formales de soberanía o autodeterminación, los afectos a perpetuarse se burlan de la Carta Democrática interamericana, como también de sus propios pueblos. Y mientras tanto, el sistema hemisférico -en su tremenda ineficacia lindante con complicidad- sigue sin hacer nada que termine con esas maniobras.

Tomada de El Deber (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia),  https://www.eldeber.com.bo/opinion/El-afan-historico-de-la-reeleccion-20190325-7514.html