RECORDANDO EL 2 DE ABRIL EN LA ERA DE LA DESMALVINIZACIÓN

Der Landsmann

Hoy se conmemora un aniversario más de la heroica gesta de Malvinas, 38 años de la Operación Rosario-Azul cuyo objetivo fue la toma, (de manera incruenta para el enemigo), de las Islas Malvinas. Tan brillante fue, que aún hoy se la estudia en West Point como una joya de la táctica y estrategia de la guerra moderna.

Lamentablemente, desde 1983 padecemos una campaña de desmalvinización que ha rendido sus frutos. Las nuevas generaciones no reconocen el valor de la gesta, se sigue bastardeando el recuerdo de los caídos tildándolos de “chicos de la guerra”. Bastaría conversar con algún veterano inglés para saber que, como bien plasmara Julian Thompson en su libro (No Picnic), no la pasaron nada bien frente a nuestros aguerridos guerreros.

Sin ir más lejos, el presidente Alberto Fernández, en su primer discurso implementando la cuarentena, decretó adelantar el feriado del Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas para el 1º de Abril, declarando asueto el 30 y 31 de Marzo para así, feriado largo de por medio, reducir la presencia en la calle. En un discurso posterior, dejó sin efecto los asuetos y adelantó sin motivo el feriado, que debería ser inamovible. Aún no se le ha dado la importancia que merece a la gesta. Siguen ocultando que el gobierno no tenía opción ya que se vencían los 150 años en los cuales se puede litigar jurídicamente. Inglaterra lo sabía y nos cerró la puerta diplomática. Debido a la gesta, el contador volvió a cero. Tampoco recuerdan que en Marzo de 1982 partieron 2 submarinos nucleares británicos con rumbo al Atlántico Sur, ellos ya estaban planteando como única posibilidad el enfrentamiento armado.

La intransigente posición británica, que rechazó sistemáticamente los intentos de aproximación argentinos y mostró una persistente intención de resolver la cuestión por vías de hecho, colocó al gobierno argentino ante una disyuntiva de hierro y lo obligó a elegir.

“La desmalvinización que planteó el punto de vista ‘del loco’: a la sombra de esa idea repetida hasta el cansancio de que el país ‘fue arrastrado por la locura de un general borracho a una guerra absurda con el solo fin de perpetuarse en el poder’, se ha producido en la Argentina, una de las operaciones discursivas más perniciosas de nuestra historia contemporánea.

La adopción de “la locura” como razón principal de los acontecimientos vividos en 1982 ha implicado el envío de la totalidad del conflicto y de todos sus partícipes al territorio del absurdo, de la insensatez y el disparate. Es natural, entonces, que bajo la orientación de la mirada “del loco”, todas las proposiciones terminen envueltas en el sinsentido. Desde este punto de vista, no serían relevantes los intereses concretos de los actores internacionales ni los escenarios y estrategias que desde hace décadas, siglos, se vienen desplegando sucesivamente alrededor del control del Atlántico Sur y sus recursos. En el mundo del absurdo, las causas se disuelven, las razones no hacen pie, prevalece la nada. Por esta razón, las posiciones desmalvinizadoras tienen enormes dificultades para incorporar a su discurso palabras como “héroe”, “sacrificio”, “Patria”, “coraje”, “causa”, “América”, “imperio”, “coloniaje”, “saqueo”. Son palabras que resultan problemáticas porque la carga de sentido de la que son portadoras es inconcebible desde el punto de vista “del loco”.

Julio Cardoso

Honor y Gloria a todos y cada uno de los combatientes. Jamás Olvidar que tuvimos en la gesta guerreros de la talla de Cisneros, Giachino, Estévez, Silva, Seineldín y hasta un Balza, cuya vena traidora afloró luego de 1982.

El ex soldado del Regimiento de Infantería 7, Juan Peralta, presidente de la Comisión de Enlace de Veteranos de Guerra de Lomas de Zamora dijo: “yo no me considero víctima de nada, hasta el día de hoy inflo el pecho y me siento bendecido por haber defendido la patria” y agrega “tengo el honor de haber combatido en Malvinas, defender mi patria y no somos víctimas, porque los 649 que están allá no son víctimas, ellos murieron por la patria”.

Delmira Hasenclever, la madre del maestro soldado Julio Rubén Cao manifestó: “No lo voy a dejar de decir nunca, no fueron los pobrecitos de la guerra, más allá que las guerras no sirven, que solo trae destrucción y muerte, en eso estoy de acuerdo. Pero que después fueron nuestros hijos los que quedaron, están haciendo guardia en Malvinas, son 649 banderas argentinas que allá flamean y esperan el reconocimiento del pueblo argentino. Y acá hay miles de veteranos que son los héroes de la Patria. No son los pobres chicos de la guerra, son los valientes soldados que lo dieron todo por la Patria y no pelearon con los hermanos, pelearon contra los ingleses”.

El Conflicto del Atlántico Sur dio a la República Argentina 649 héroes que deben ser reconocidos por todos; muchos de los Combatientes aún están con nosotros y en los actos que participan se ve el amor y respeto que les tiene el pueblo, lo mismo pasa en cada escuela que van a dar una charla. Los británicos pierden la guerra desmalvinizadora.

El esfuerzo de estos hombres, su extraordinario comportamiento en el frente, fue reconocido con miles de condecoraciones y la admiración del mando. Pero cuando regresaron el panorama internacional había cambiado. Con la derrota se intentó mantenerlos ocultos y con la llegada de la democracia poco menos que se los demonizó. Lo cierto es que en los campos en los que soportaron unos inviernos inhumanos, escribieron la última gran hazaña del Ejército.

Por Der Landsmann para Saeeg


Bibliografía:

  • Guerra en el Atlántico Sur: El Conflicto Armado de 1982 – Equipo del Observatorio Malvinas de la Univ. Nac. de Lanús.
  • División 250 – T. Salvador

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