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POSIBILIDADES CONCRETAS DE ENERGÍA EÓLICA

Agustín Saavedra Weise*

La energía del viento —al igual que la solar— es barata, respetuosa con el clima y pronto será uno de los pilares del futuro suministro de energía no contaminante. Al igual de lo sucedido con los paneles solares, las turbinas de último modelo son más eficientes, mucho más baratas y generan hasta 20 veces más electricidad que hace 25 años. Según diversa información confiable, generar energía eólica a partir de nuevas plantas cuesta hoy un 72% menos que en 2009. Es una de las fuentes de energía más baratas del planeta.

No es la primera vez que lo comento pero lo haré una vez más. Con todos estos adelantos en materia de menores costos, menor contaminación y mayor rendimiento de la energía producida por los vientos, resulta casi incomprensible que en una urbe tan ventosa, como sin duda lo es Santa Cruz de la Sierra, no haya podido verse hasta ahora mayores desarrollos en este campo de las energías renovables. Una ciudad que supo crecer con rapidez y desarrolló buena infraestructura, no incursionó en una energía que está al alcance diario de la población y de las industrias. Según información válida, la electricidad generada eólicamente tiene un costo promedio de solamente 0,4% de euro mientras la energía producto del carbón llega a 0,16% de euro por unidad generada. La diferencia es enorme. Es más: investigadores del tema energía asumen que la energía eólica y solar se volverán más baratas a medida que se desarrolle la tecnología.

Diversas publicaciones señalan que en opinión de los expertos, entre la energía eólica y la solar podría cubrirse más del 95% de la demanda energética global planetaria en un futuro próximo. Un estudio reciente de la revista Energy descubrió que lo más barato sería generar un “mix” de alrededor del 76% de la demanda mundial de energía con energía solar y un 20% con energía eólica. En regiones con poco sol, sin embargo, la proporción de energía eólica obviamente sería bastante mayor: más del 90% en el norte de Rusia, 81% en el medio oeste de EEUU, 72% en el norte de China y alrededor del 50% en países del centro y norte de Europa, como Polonia, Holanda, Gran Bretaña y Francia. En esas regiones el viento suele ser la mejor alternativa. Por ahora, cabe recalcar que apenas el 7% de la demanda mundial de electricidad se satisface con energía eólica.

Estos datos y otros que hemos recogido de diversas publicaciones serias sobre el tema, nos hacen preguntarnos una vez más cómo andamos por casa. Y la verdad es que prácticamente no andamos nada, la energía eólica sigue siendo ignorada en Bolivia pese a su enorme potencialidad. Un poco menos sucede con la energía solar, aunque esta también se encuentra aún en niveles muy bajos de desarrollo concreto. Nuestro país tiene zonas de sol casi eterno y zonas de grandes vientos, ambos factores esenciales para factores energéticos basados en el sol y en los vientos. Sin embargo, no pasa nada o pasa muy poco. Así andamos…

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/posibilidades-concretas-de-energia-eolica_260416

CUMPLE UN AÑO LA COTIZACIÓN DEL AGUA EN WALL STREET

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de rony michaud en Pixabay 

Un año atrás —desde diciembre de 2020— el agua (H2O) comenzó a ser cotizada en el mercado de futuros de materias primas de Nueva York; ya no se la trata como recurso natural sino como mercancía. Mucho ha tenido que ver con esto la aguda escasez de agua que arrastra el estado más importante de EEUU. Si se midiera como unidad política independiente California sería la quinta potencia mundial, superando a Francia. Su gran economía y la escasez intrínseca del líquido elemento obligaron a que los californianos regulen el agua bajo dominio estatal.

El hecho de que el líquido elemento sea tratado como mercancía y no como materia prima ha provocado asombro general, pero también trajo consigo un principio de racionalidad en su control; se trata de un bien básico para el comercio, la agricultura, vida cotidiana e industrias en general. El agua es multiuso en todo ámbito, es esencial para la marcha normal de un país y hasta para asegurar la sobrevivencia y bienestar de su población.

El “Water Index” rastrea el precio del agua y está basado en los precios de las cinco principales cuencas fluviales de California, aunque en el cercano futuro tal vez podría ser utilizado como referente en la comunidad internacional.

Hace varios años que se viene hablando del agua, pero siempre hablando y actuando poco. Por ejemplo, la Argentina es un país absolutamente independiente en materia de agua, no solamente por la Cuenca del Plata y los lagos sino también por poseer parte del acuífero Guaraní, el reservorio subterráneo de agua más grande del mundo. Empero, he aquí que el 25 % de la población en la provincia de Buenos Aires carece de acceso a múltiples servicios hídricos.

En su momento comenté en otra nota el caso de Manaos, capital del estado de Amazonas en Brasil, país número uno mundial en materia de oferta de aguas. Manaos está ubicada sobre las costas del río más caudaloso del mundo, el Amazonas justamente. Pese a tanta abundancia hídrica, la ciudad tiene serios problemas de abastecimiento.

En muchos casos latinoamericanos y africanos, los problemas sociales del agua son derivados de pésimas administraciones estatales. En otros casos, sí son problemas estructurales de escasez, como es el caso comentado de California, y algunos otros en la inmensa región euroasiática. En Bolivia también tenemos inconvenientes con el aprovisionamiento de agua para consumo humano, fines sociales e industria y ello, casi siempre como resultado de malas administraciones y falta de previsión.

El hecho de que al presente el agua sea considerada como un derecho humano por las Naciones Unidas mientras en simultáneo tiene efectos comerciales y especulativos mediante su cotización bursátil, es de interés general; nos muestra con respecto al segundo elemento natural más importante (el primero es el aire) que el mundo está comenzando a tomarse seriamente las cosas.

Es probable que después de un año de experimentar, el mercado de valores de Wall Street se amplíe e incluya cotizaciones hídricas en los mercados internacionales; eso no se puede descartar ni anticipar, pero que debemos cuidar el agua sí lo sabemos muy bien y debemos hacerlo. He aquí uno de los dilemas del siglo XXI: cómo aprovechar y racionalizar —sin desperdicio y con capacidad de reciclaje— el uso de un producto natural precioso para la humanidad.

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/cumple-un-ano-la-cotizacion-del-agua-en-wall-street_258466

 

EL TEMIBLE ÓMICRON YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

La aparición de una nueva variante del Coronavirus en el sur de África ha provocado alarma mundial debido a su insólita capacidad de generar múltiples mutaciones genéticas. Varios países ya han cerrado fronteras y otros se disponen a hacerlo. Justo cuando la gente —a nivel global— comenzaba a respirar con un poco más de calma por haberse vacunado gran parte de la población urbana y todo parecía encaminarse hacia una nueva etapa menos tensa, reaparece el demonio viral en una cepa nueva, más mortífera y contagiosa. Por su lado y desde el primer día del anuncio de esta nueva subespecie del Covid-19, los fabricantes de vacunas se apresuraron a ponerle las manos encima para probar si sus productos recientemente lanzados al mercado seguirán siendo útiles ante esta macabra y flamante andanada de un virus que tiene al mundo en ascuas desde marzo de 2020.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio la alarma formalmente la semana pasada y nos alertó sobre la variante B.1.1.529, ahora conocida como “ómicron”, que tiene una preocupante variedad de mutaciones. El drama es saber si las vacunas ya lanzadas al mercado servirán para la última variante o si tendrá que recomenzarse de cero. Todo esto significará el gasto de enormes cantidades de dinero, mayor incertidumbre internacional en las esferas de la salud pública e inclusive en los campos social, político y económico, incertidumbre que se vive desde hace casi dos años como consecuencia de un terrible virus que -está visto- nos brinda desagradables sorpresas cada tanto.

Cuando ya estábamos satisfechos con la vacuna (quienes hemos podido ser vacunados) y había cierto optimismo con respecto al futuro inmediato, ahora surgen nuevas sombras que seguirán dificultando el poder remontar a todos los perjudicados por la pandemia y así rehabilitar a la economía global.

De venir con fuerza la ola Omicron, surgirán nuevos enormes perjuicios a escala universal. Hay temor por que las mutaciones de la flamante variante podrían hacer que sea más transmisible que la variante Delta (dominante hasta ahora) y también es más probable que eluda la protección inmunológica conferida previamente por las vacunas.

Tendremos que esperar resignadamente que el Omicron pueda ser debidamente tratado y que su capacidad epidemiológica, es decir, su velocidad de traslado de un lugar a otro, no sea tan veloz y permita a los hombres de ciencia que trabajan en el tema descubrir una cura definitiva o bien reforzar exitosamente las vacunas existentes. La salud de la comunidad mundial queda en manos de estos científicos y de las empresas del ramo. Cabe esperar que, como humanidad, podamos salir airosos de tan preocupante situación.

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/el-temible-omicron-ya-esta-entre-nosotros_257551