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LOS 200 AÑOS DE MITRE Y SU RELACIÓN CON BOLIVIA

Agustín Saavedra Weise*

Bartolomé Mitre Martínez fue estadista, soldado, escritor y presidente de la República Argentina (1862-1868). Nació el 26 de junio de 1821 en Buenos Aires y falleció en esa misma ciudad el 19 de enero de 1906, a los 85 años de edad. Perteneció a la generación que hizo que la Nación del Plata a principios del siglo XX figure entre los 10 países más ricos del mundo, algo que lamentablemente no pudo mantenerse en el tiempo por diversas razones ajenas a esta modesta nota conmemorativa.

Entre otras múltiples obras de su vitalidad intelectual, el 4 de enero de 1870 Mitre fundó el diario La Nación, hasta nuestros días un medio importante a nivel mundial. Al estar por cumplirse 200 años de su nacimiento —en base a notas que hace años escribí al respecto y otras fuentes— creí importante hacer una breve síntesis del paso por Bolivia de Mitre y comentar su profecía con respecto al futuro de nuestro país.

Con tan solo 25 años de edad, Mitre se ve obligado a exiliarse por diferencias con Juan Manuel de Rosas y llega a La Paz en 1847. Ahí encuentra refugio en la casa del presidente José de Ballivián, conductor de la célebre batalla de Ingavi (1841). En esa época el joven Bartolomé escribe su primera novela y redactó artículos para periódicos. Por otro lado, Ballivián le pidió que colabore en la organización del flamante Colegio Militar de Bolivia; el talentoso argentino desarrolló las primeras bases de esa institución; su eficaz obra es reconocida hasta nuestros días. Por otro lado, eran comunes los levantamientos y Ballivián tuvo que sofocar muchos. A su lado estuvo Mitre, participando con el mandatario en acciones contra diversos revoltosos. Si bien con esa actitud se granjeó la confianza del mandatario, Mitre a su vez generó enconos entre los opositores, particularmente en Manuel Isidoro Belzu, quien tan pronto asumió el poder ordenó su expulsión. Mitre obligadamente partió hacia el Perú con una escolta de seguridad que lo dejó en la frontera. El altiplano —con su mezcla de grandiosidad y de tristeza— siempre lo tuvo impresionado y por allí tuvo que marchar una vez más en su forzada salida de Bolivia. Mitre pudo admirar en su andar las ruinas de Tiahuanaco y posteriormente escribió lúcidos comentarios sobre ellas. Así era Mitre: observador y estudioso hasta en los momentos más dramáticos.

Del Perú pasó luego a Chile y de allí —una vez derrocado el dictador Rosas— retornó a su patria para encontrarse con su glorioso destino. Durante su fecunda vida Mitre fue observador, testigo y actor de hechos que poco a poco transformaron a los países de América en estados nacionales, teniendo en su propia Argentina pujante el mejor sendero por el cual transitó con sus acciones y creaciones.

Pensando siempre en Bolivia, Mitre expresó: “Para matar la pasión política del pueblo boliviano que en la práctica se reduce a perseguir un puesto del Estado, conviene crear riqueza pública y privada, fomentar la inmigración y el incremento de las industrias e independizarse económicamente para así dejar a un lado la política y no preocuparse del bien público sino cuando los que lo administran amenazan con sus imprudencias e ignorancias el bien privado”. Esta magistral cita es válida todavía hoy en 2021.

El paso de Mitre por Bolivia se entronca en ese siglo XIX con el paso previo de otros ilustres argentinos como Warnes y Arenales, que dejaron en nuestro país los cimientos de una fraterna relación bilateral vigente hasta nuestros días. La permanencia de Mitre en Bolivia, aunque breve, fue un hito vital en su formación personal y en lo que sería luego su venturoso devenir.

Antes de la pérdida del litoral marítimo (1879) Mitre emitió una sorprendente profecía: “El porvenir de Bolivia no está al Occidente sino en la parte dónde nace el sol”. La realidad de este tercer milenio prueba eso con creces ante el fenomenal desarrollo del departamento de Santa Cruz, con su positiva asimilación de gente del altiplano y valles que vino al oriente boliviano en busca de una mejor vida, coadyuvando así en la integración nacional de un país diverso. En verdad, Bartolomé Mitre dejó entre nosotros un perdurable recuerdo.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/los-200-anos-de-mitre-y-su-relacion-con-bolivia_236002

 

 

DIFERENCIAS ENTRE GEOGRAFÍA POLÍTICA Y GEOPOLÍTICA

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Sumanley xulx en Pixabay

Los especialistas coinciden en que la diferencia básica entre geografía política y geopolítica es de perspectivas. La geografía política es una subdivisión de la geografía —ciencia encargada del estudio de la superficie terrestre— que resalta fenómenos geográficos en el marco de las divisiones y configuraciones políticas del mundo; presenta una imagen de suyo importante pero relativamente estática. Por otro lado, la geopolítica —por estar íntimamente ligada a la ciencia política— estudia y privilegia fenómenos tales como poder, influencia o dominación en el marco de una particular situación geográfica, sea interna o externa.

El enfoque geopolítico es exactamente al revés que el de la geografía política y mucho más dinámico. La relación entre asentamiento geográfico y poder político encierra una posibilidad de movimiento permanente y la posibilidad también de alteraciones bruscas en la configuración geográfica como efecto de las decisiones de uno o más actores políticos, es decir, estados nacionales, fuerzas sociales o asentamientos humanos producidos o generados en determinados territorios.

El Instituto Francés de Estrategia Comparada ensaya sus propias definiciones de geopolítica: el estudio de los fenómenos políticos desde a) el ángulo de sus relaciones en el espacio; b) desde el punto de vista de su relación o dependencia de la tierra como de su influencia sobre la tierra y sobre todos los factores culturales que afectan a la geografía humana (antropogeografía) en su sentido más amplio.

En otras palabras, la geopolítica es aquello que su misma etimología sugiere: la política y su natural dinamismo en función de los espacios geográficos, sean éstos terrestres, marítimos, aéreos o ahora inclusive, del espacio exterior y hasta del espacio cibernético o virtual. Todo lo ligado a un tipo particular de espacio para vivir, expandirse, luchar por él, ocuparlo y conquistarlo o defenderlo, tiene que ver con la geopolítica cuando se trata de decisiones que entran en el marco conceptual de los fenómenos políticos. La geografía política es descriptiva, la geopolítica es de naturaleza dinámica sí, pero simultáneamente vale la pena tener en cuenta que puede estar sesgada por algunas “ideas-fuerza” o por doctrinas diferenciadas, como también puede ser vista y analizada desde un punto de vista neutral con la mayor objetividad posible. Todo ello es geopolítica, buena o mala, errada o acertada, pero geopolítica al fin. En cambio, la geografía política puede ser sólo lo que es y nada más que eso.

Creo sinceramente que esta distinción entre geografía política y geopolítica es fundamental; con mayor razón debe tomarse en cuenta ahora que el mundo ha cambiado tan bruscamente. La geografía política del planeta se ve continuamente alterada por la acción de fuerzas geopolíticas de diverso tipo, al abrigo o amparo de ideas y métodos que movilizan a dichas fuerzas y generan actos consumados de raíz geopolítica que terminan modificando la geografía política de muchas regiones del globo terráqueo. Eso lo hemos visto con abundancia luego del colapso de la Unión Soviética y tras el derrumbe de la antigua Yugoslavia. Lo vemos hoy en el Medio Oriente y en otras zonas africanas de convulsión endémica como también con el panorama geopolítico novedoso que nos presenta la terrible pandemia del Covid-19, la que por sí misma está provocando desafíos globales de múltiple naturaleza.

Los vínculos entre geografía política y geopolítica son claros; las diferencias también, aunque cabe recordar su intrínseca complementariedad para el estudio de las relaciones internacionales y en el análisis de políticas territoriales internas conectadas con la dotación espacial-territorial en función de su mejor asignación u optimización.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/diferencias-entre-geografia-politica-y-geopolitica_235128

 

BATALLA DE LA FLORIDA: UN 25 DE MAYO CASI OLVIDADO

Agustín Saavedra Weise*

La Batalla de la Florida, lienzo del pintor cruceño Carlos Cirbián​ .

El 25 de mayo es una fecha altamente significativa para argentinos y bolivianos. En 1809 en lo que hoy es Sucre, la ciudad de los 4 nombres (Charcas, Chuquisaca y La Plata) se produjo el primer grito libertario sudamericano. Un año después, en el centro neurálgico del Virreinato del Río de La Plata —la ciudad de Buenos Aires— se proclamó otro grito de libertad y se formó la primera junta de gobierno presidida por el potosino Cornelio de Saavedra. En esa época no existían las mezquindades de hoy en torno a lugares de nacimiento o documentos. Todos éramos americanos y punto.

Otro acontecimiento crucial se produjo también un 25 de mayo cuatro años después: la célebre batalla de La Florida. Se trató de un enfrentamiento librado el 25 de mayo de 1814, en el pueblo de Florida (en la actual Tercera Sección de la Provincia Cordillera, departamento de Santa Cruz) y los márgenes del río Piraí, en zona del chaco boliviano. Fue vital la victoria de los independentistas sobre los realistas; después del triunfo los primeros reafirmaron su gobierno en Santa Cruz de la Sierra y las Provincias Unidas del Sur pudieron conservar su proceso emancipador. Asimismo, se salvó Tucumán de ser invadido; desde allí los realistas pensaban marchar vía austral para retomar la Buenos Aires rebelde. El sufrido triunfo patriota apagó para siempre ese proyecto.

La algarabía en Buenos aires —al recibir las noticias del triunfo de Florida— fue inmensa. La vieja calle San José pasó a llamarse Florida en homenaje a la gran victoria independentista. En 1837 el dictador Juan Manuel de Rosas la llamó Perú pero en 1857 se le restituyó el nombre actual y quedó así hasta nuestros días. Aunque ahora en decadencia, por muchas décadas la calle Florida ha sido arteria peatonal de grandes tiendas comerciales y un verdadero símbolo de la capital argentina. El 6 de agosto de 1975, con motivo de parte de los actos que organicé por el Sesquicentenario de nuestra Bolivia (1825-1975) —en calidad de jefe interino de la misión diplomática en la capital argentina— coloqué una plaqueta recordatoria al inicio de la mítica calle (Florida 1) que rezaba así: “La Embajada de Bolivia a los vencedores de La Florida”. No sé con certeza si aún se conserva esa plaqueta en su lugar, pero allí estuvo por muchos años.

La batalla de La Florida se ganó pese a las desavenencias entre José Álvarez de Arenales e Ignacio Warnes, los dos grandes patriotas de las guerras de guerrilla que dejó Manuel Belgrano en Santa Cruz de la Sierra. Ambos se unieron en el combate y así aplastaron al enemigo. También los acompañó con valor el líder cruceño José Manuel Mercado.

Muerto Blanco —en un terrible duelo personal con Warnes— su jefe y tocayo Joaquín Pezuela ya no tuvo ni ganas ni fuerzas para iniciar su marcha hacia Buenos Aires; la victoria en Florida desbarató esa intentona. Sin embargo y pese a su tremenda importancia, ya casi nadie se acuerda de ese decisivo triunfo. La historia boliviana —sesgada en extremo por el centralismo andino— omite o minimiza estos cruciales sucesos producidos en tierras orientales. Por su lado, en la Argentina son pocos los que rememoran este magnífico triunfo de las fuerzas patriotas de antaño. Por eso valía el recordar que existe un tercer 25 de mayo tan decisivo para la libertad de nuestros países como los otros dos que son celebrados año tras año. Así están las cosas.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/batalla-de-la-florida-un-25-de-mayo-casi-olvidado_234316