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REFLEXIONES SOBRE RUSIA Y LOS BALCANES ESLAVOS

Giancarlo Elia Valori*

Los Balcanes, que se encuentran en la encrucijada de carreteras y civilizaciones, se han establecido a lo largo de la historia como el “polvorín de Europa”. Las contradicciones religiosas y étnicas, una posición geográfica favorable, así como el deseo de los países más fuertes de reducir la región por sí mismos y muchos otros factores, han convertido repetidamente a los Balcanes en un campo de feroces batallas.

Después de haber destruido Yugoslavia en la década de 1990 en el contexto del colapso del socialismo real de Europa, Occidente ha comenzado a imponer intensamente el llamado motor europeo y vector de desarrollo en los países balcánicos. Recientemente también ha intensificado significativamente sus acciones en esta dirección. A principios de febrero de 2018, la Comisión Europea esbozó una nueva estrategia para la aparente inclusión acelerada de seis países balcánicos en la UE: Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Serbia, Montenegro y también el parcialmente reconocido Kosovo.

¿Cómo podemos explicar el deseo de la UE de incorporar rápidamente a los países balcánicos a sus filas? Varios factores juegan un papel en este sentido. En primer lugar, la voluntad de los líderes de la UE de mostrar al mundo que el Brexit no ha socavado las posiciones de unificación y que la UE no solo vive, sino que también se expande. Teniendo en cuenta que el movimiento hacia el este está restringido y limitado por Rusia, el vector para la ampliación de la UE se ha dirigido al sudeste.

El factor del fantasma ruso —comunista o no— ha funcionado bien también en este caso: la UE no quiere permitir la preservación y aún más el fortalecimiento de las posiciones de Rusia en los Balcanes.

Otro factor determinante es la estrecha integración entre la UE y la OTAN. De acuerdo con el esquema ya establecido, primero los nuevos miembros son admitidos en la Alianza del Atlántico Norte y luego, una vez que han pasado por una serie de procedimientos e implementado importantes reformas de política interna, que en realidad privan a los Estados de su soberanía nacional, se les invita a unirse a la UE, aunque en Hungría y Polonia (antiguas democracias populares como algunos países balcánicos) el crisol de presiones de homologación al estilo estadounidense encuentra fuertes obstáculos.

El factor económico se está alimentando aún más en los Balcanes. Después de todo, este es un mercado adicional de 20 millones de personas. La península balcánica es rica en carbón negro y lignito. Los campos petroleros y los depósitos de gas natural son raros, pero a menudo se encuentran depósitos de mineral metálico no ferroso. También hay que recordar que las rutas energéticas más importantes pasan por los Balcanes.

Finalmente, después de haber admitido a los países balcánicos en sus filas, a la Unión Europea le gustaría mucho asignarles el papel de “zona de estacionamiento para migrantes”, es decir, reducir el flujo hacia el centro del continente europeo —los países ricos— procurando descargar la carga “europea” políticamente correcta sobre los hombros de los Balcanes y los antiguos países socialistas.

Los Estados Unidos de América bombardearon la República Federativa de Yugoslavia en 1999 y luego fueron reembolsados —después de haber presentado el proyecto de ley a la temible UE— rogando a los europeos la posible oportunidad de restaurar lo que había sido destruido.

Desde 1999 la Casa Blanca ha asegurado firmemente no solo el derecho de líder y árbitro, sino también el papel de actor principal en la región. Son los políticos estadounidenses, los militares y las multinacionales quienes tocan el primer violín en la orquesta, además de ser el director.

La Unión Europea está ocupada con ejercicios de decoración y cosméticos (en primer lugar, la retórica de los derechos humanos, así como varias mojigaterías hipócritas) y todo esto es de interés para los Estados Unidos. No es una coincidencia que las dos bases militares más grandes del sudeste de Europa se hayan construido en Kosovo, a saber, Camp Bondsteel y Camp Film City.

Otro resultado del bombardeo, aplazado con respecto a 1999, fue la secesión de Montenegro de Serbia. En junio de 2017, ese país con una población menor (622.373 habitantes) e importancia estratégica con desembarcos en el mar Adriático, gracias a los esfuerzos de políticos precarios y, sobre todo, del ex líder comunista Milo Đukanović, se convirtió en el miembro número 29 de la OTAN. Vale la pena mencionar que Montenegro, ni siquiera miembro de la UE, apoyó las sanciones contra su hermana eslava Rusia.

Cabe señalar que el bombardeo y la ocupación real de los países balcánicos por parte de las tropas estadounidenses y de la OTAN permitieron a sus defensores enriquecerse considerablemente.

Por ejemplo, el general Wesley Clarke, quien comandó las fuerzas de la OTAN en Kosovo, ahora es dueño de una compañía energética canadiense que depende en gran medida del carbón y de los productos de combustible sintético de Kosovo. La lista continúa. El hecho principal es que a las multinacionales estadounidenses se les dio un sólido premio mayor en los Balcanes, al que nunca renunciarían.

Serbia tiene el potencial para el desarrollo alternativo. Al mismo tiempo, está bajo el estricto control de los Estados Unidos y de la OTAN, y la presión más intensa se está ejerciendo sobre ella.

La posición de los dirigentes serbios puede describirse como un acto de equilibrio político. Hasta ahora ha dado sus frutos, pero esta situación no puede durar para siempre. Además, no Rusia, sino Occidente está pidiendo insistentemente a Serbia que decida con quién se encuentra. En la víspera de la visita de Sergei Lavrov a Serbia (febrero de 2018), y coincidiendo con el aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas mutuas, hubo una larga conversación entre el presidente Aleksandar Vučić y el jefe de inteligencia británico del MI-6. Se desconoce el contenido de la conversación, pero el hecho de que se haya celebrado una reunión de este tipo habla por sí sola.

Tras la salida del ministro Lavrov, se llevaron a cabo conversaciones entre el presidente Vučić y la canciller Merkel, cuya esencia —aparte de frases fijas— no se hizo pública. Más tarde se produjo la visita de Wes Mitchell, asistente del Secretario de Estado de los Estados Unidos (2017-2019), quien vino a Belgrado con el nuevo plan de los Estados Unidos para Kosovo. Cabe destacar que Mitchell visitó Pristina por primera vez, donde declaró claramente que las fuerzas de seguridad kosovares se convertirían en un “ejército de la República de Kosovo” y que nadie tenía derecho de veto sobre esa cuestión. Esta fue una fase fundamentalmente nueva en la política de los Estados Unidos, porque de antemano la diplomacia de los Estados Unidos insistió en que solo de acuerdo con la Constitución todas las minorías nacionales tendrían que dar luz verde para la creación del Ejército de la República de Kosovo.

Volviendo a la cuestión de la pertenencia a la UE en términos socioeconómicos, la situación en todos los países balcánicos es muy difícil: alto desempleo, falta de perspectivas sociales, pobreza, degradación general de las infraestructuras y de todas las esferas de la vida. Según el Banco Mundial, en los últimos años la tasa oficial de desempleo en la región ha sido 2-3 veces superior a la media de la UE.

Todo esto se ve agravado por una pérdida real de soberanía. Los Balcanes se han convertido en una periferia mundial, y algunos expertos afirman que hay muchos conflictos grandes y pequeños latentes o incluso persistentes allí, cada uno de los cuales podría hacer estallar la región.

Por razones históricas, culturales, religiosas, políticas, socioeconómicas y geopolíticas, los Balcanes han sido y siguen siendo una zona particularmente vulnerable de la política mundial. Se está desarrollando un proceso severo en el marco del extremismo islamista (principalmente el movimiento wahabí originario de Arabia Saudí), cuyos defensores están trabajando proactivamente para crear el llamado Califato de los Balcanes. El logro de este objetivo requiere una estrecha interacción de sus patrocinadores y organizadores con las estructuras de la delincuencia organizada transnacional y el terrorismo internacional.

Como resultado, los brotes en la región representan una amenaza para la seguridad y la integridad territorial de los países balcánicos y del resto del mundo.

En la región se están realizando esfuerzos para concentrar el flujo de todos los migrantes procedentes de África, el Afganistán y el Cercano Oriente y el Oriente Medio. Por un lado, la migración es algo ordinario para los Balcanes. A lo largo de la historia, los flujos humanos han cruzado y aún cruzan los Balcanes. Por otro lado, desde 2015 el fenómeno ha adquirido una gran escala y ha ido acompañado de reacciones tan negativas que los países balcánicos no son capaces de hacerle frente ni siquiera con fondos de la UE. El hecho es que este flujo migratorio puede cambiar radicalmente la situación etno-religiosa y política en la región.

La gran mayoría de los migrantes a los Balcanes son personas de entre 27 y 30 años, que practican el Islam. Por lo general, no están limitados por el dinero, sino por motivos religiosos. La ruta de la gran mayoría de los refugiados pasa por Turquía, desde donde llegan a Grecia por mar. Luego cruzan la frontera macedonia y pasan a la frontera serbia. Algunos de los refugiados permanecen en Macedonia, mientras que otros, después de cruzar la frontera, se establecen en el sur de Serbia en áreas con mayoría musulmana. Algunos penetran en las regiones profundas de Serbia, mientras que la mayor parte se traslada a los países de la UE.

También hay un problema relacionado con la migración, a saber, el tráfico de drogas. Actualmente, los Balcanes no son sólo una “ventana a Europa” para los terroristas de la droga, sino que son cinco puertas abiertas de par en par por razones geográficas naturales: Albania-Macedonia-Kosovo-Bosnia Central-UE; 2. Turquía-Bulgaria-Macedonia-Serbia meridional-Bosnia; 3. Cruce fronterizo Dubrovnik-Debeli Breg; 4. Rijeka, sólo si se encuentra en Croacia y Eslovenia; 5. Balcanes del Norte-República Checa-Países escandinavos.

Con referencia específica a Bulgaria en términos políticos y socioeconómicos, la situación no es mejor que en la zona post-yugoslava. Bulgaria está siguiendo una línea política acordada con los Estados Unidos y la UE, y principalmente con la Casa Blanca.

En las últimas décadas la política exterior de Bulgaria ha estado dirigida a separar a Bulgaria de Rusia. Al mismo tiempo, los políticos búlgaros no son tan agresivos en su retórica y acciones como los polacos o los bálticos, sino que persiguen una línea de ruptura muy consistente. Es significativo que incluso al evaluar la liberación de Bulgaria por parte de Rusia durante la guerra contra los turcos en 1877-1878, el gobierno de Bulgaria está involucrado en una sustitución de conceptos.

Nadie minimiza la hazaña significativa de los soldados y oficiales, independientemente de su nacionalidad, pero liberaron Bulgaria bajo banderas rusas después de 480 años de dominación turca. Esto significa que, en las condiciones modernas, centrarse en enumerar a los pueblos que lucharon, y no en el papel de Rusia, es un acto político que encaja en la línea de política general de “empujar” a Rusia fuera de la región.

Al mismo tiempo, aunque no es rusófilo, el actual presidente búlgaro, Rumen Radev, aboga por el pragmatismo en la política mundial y ha declarado públicamente en repetidas ocasiones la necesidad de romper el estancamiento en las relaciones búlgaro-rusas.

El Presidente, sin embargo, es una figura representativa. Bulgaria es una República Parlamentaria en la que el Primer Ministro desempeña el papel principal. Bojko Borisov actúa al estilo Merkel: no hace declaraciones duras, sino que opera de acuerdo con el patrón estadounidense. Hay tres posiciones estadounidenses en Bulgaria (las bases aéreas de Bezmer y Graf-Ignatievo, así como el campo de entrenamiento de Novo-Selo) y esto determina la política exterior de Bulgaria.

Finalmente, cuanta menos atención presta Rusia a los Balcanes, más se alejan de Rusia. La colaboración, como la no cooperación, da frutos maduros o podridos. En la historia de los Balcanes, Rusia nunca ha traído la confrontación a la región, sino que siempre ha tratado de eliminarla. Cuando Grecia iba a volver a entrar en la zona de influencia occidental de acuerdo con el esquema de Yalta, Stalin no se opuso, y los comunistas griegos fueron abandonados a su suerte en 1949 y en gran parte huyeron a Albania. En 1948, cuando la Yugoslavia de Tito prefirió el paraguas estadounidense, fueron los Estados Unidos los que interfirieron en la esfera de las democracias populares. Después del colapso del Muro, el “paraíso en la tierra” de Tito de los sumideros (el llamado foibe) ya no tenía ninguna razón de existir y fue utilizado como un accesorio para que la Casa Blanca interviniera militarmente en la región después de 51 años de titoísmo heterodirigido por la CIA.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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LA ESTRATEGIA DEL CONSEJO NACIONAL DE MALVINAS – PARTE 4

César Augusto Lerena*

El entonces presidente Carlos Saúl Menem con la embajadora Susana Ruiz Cerutti.

Del pensamiento de sus integrantes podemos imaginarnos el futuro de Malvinas

De L’Éminence Grise en los Acuerdos de Madrid a miembro del Consejo Nacional de Malvinas

 

En línea de seguir relatando hechos en los que participaron algunos de los miembros seleccionados para integrar el Consejo Nacional de Malvinas (a 6 meses y 24 días de sancionada la ley 27.558) que coordina el secretario de Malvinas Daniel Filmus, de modo de poder imaginarnos, cuál podría ser la política diseñada por este Consejo destinada a recuperar Malvinas. Uno de ellos, es la embajadora radical jubilada Susana Myrta Ruiz Cerutti, que ha participado activamente en el diseño de las políticas de la Cancillería argentina en los últimos cuarenta y cinco años.

¿La selección de Ruiz Cerutti para el Consejo es una sorpresa, o no? Fue funcionaria en cargos o misiones jerárquicas en la Cancillería durante el Proceso Militar y en todos los gobiernos democráticos desde Alfonsín a Macri y ahora con Alberto Fernández. Casi eterna directora de la Consejería Legal; secretaria de Relaciones Exteriores durante los gobiernos de Alfonsín y de la Rúa y ministra post Caputo.

Ha sido multipremiada y se le reconoce un conocimiento superlativo del derecho internacional público aunque, es difícil imaginar, cómo se concilia su aporte jurídico, con su aceptada condición de radical (UCR); es decir, que, pese a su condición de funcionaria de carrera, tiene una posición política manifiestamente antagónica con el Partido Justicialista, el Frente para la Victoria y el ahora Frente de Todos y, supongo también, con las políticas del proceso militar. Es evidente, que no es lo mismo ser un embajador de carrera (aunque algunos destinos sean muy sensibles), que ocupar los lugares más importantes de la Cancillería: ministra, secretaria de Estado y directora de la Consejería Legal. Si bien centraré su protagonismo entre los años 1985 y 1989, nada de lo que ocurrió durante sus 45 años en la Cancillería y en la política exterior argentina le fue ajeno; más bien todo lo contrario, la tuvo como protagonista y, en el caso de la gestación de los Acuerdos de Madrid, como una de las principales asesoras.

Esta gran pragmática de la política diversa estuvo bajo las órdenes de casi todos los cancilleres y vicecancilleres que manejaron las relaciones exteriores argentinas en los últimos años, desde Nicanor Costa Méndez hasta hoy Felipe Solá. “Sería exagerado decir que el nombre de cada uno de los Cancilleres remite a una política exterior distinta (…) pero la lista evoca directrices mutantes, incluso contrapuestas” (Pablo Mendelevich “¿Más cerca o más lejos?”. Di Tella en los medios. La Nación, 1/04/2012).

Caputo la recuerda a su lado durante las largas sesiones en Diputados, donde concurrió más de una vez para ser interpelado. “Susana se sentaba conmigo y me daba tranquilidad. Con ella cuidándonos las espaldas sabíamos que no había riesgo de que entrara ningún cañonazo (se supone los de los peronistas que hoy la convocan al Consejo). Sin embargo, y más allá de las idas y venidas, desde siempre sigue de cerca el conflicto con Gran Bretaña. De hecho, actualmente (NdA: en ese entonces) integra el Consejo Consultivo sobre Temas vinculados al Atlántico Sur junto al embajador Horacio Basabe, su principal colaborador en todos estos años, con quien ‘andan siempre juntos’ (…) con años de pragmatismo diplomático a cuestas, nadie puede asegurar que el calificativo no se deba en realidad a las célebres palabras de este pensador español: Yo soy yo y mi circunstancia (Adriana Balaguer, La Nación, 30/12/2012).

Ernesto de la Guardia el mentor. La Ley 17.094 y la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR)

Ruiz Cerutti considera su maestro al embajador Ernsto de la Guardia (Leopoldo Godio, p. 128, 2018) y, al respecto, son interesantes las consideraciones de Roberto Roth que dan cuenta que algunos diplomáticos habrían contribuido (entre ellos Ruiz Cerutti) a la transformación de las 200 millas de Mar Territorial Argentino en Zona Económica Exclusiva: “Por la Ley 17.094 de 1966 la Argentina proclamó su soberanía sobre las 200 millas, la que fue acatada por la URSS y por los restantes países que tenían actividad en nuestra plataforma. El Embajador de la Guardia intentó sabotear la decisión de proclamar la soberanía en las 200 millas, con la colaboración de Elsa Kelly. El 10 de diciembre de 1983 asume el presidente Alfonsín con el Canciller Dante Caputo y la Secretaria de Relaciones Exteriores Elsa Kelly (la misma que no había logrado impedir la sanción de las 200 millas como mar territorial, seis años atrás) quien designa Embajadora ante los Organismos Internacionales de Ginebra a Ruiz Cerutti; la Embajadora que firmaría la CONVEMAR. El referido de la Guardia, embajador en Moscú, firma un Convenio de Pesca con los rusos, donde se introduce la terminología empleada en la CONVEMAR (aún no aprobada en Argentina) de ‘Zona Económica Exclusiva’. ¿Quién la introdujo en este Convenio? Ciertamente no los rusos, que no eran firmantes de la Convención (otro tanto pasó con el Acuerdo con Chile sobre el Beagle). La Argentina aparece aquí renunciando tácitamente a su ejercicio de soberanía y reconociendo en forma tácita a la CONVEMAR. Ya a mediados de 1989, con la ‘pretensión inocente’ de fijar las Líneas de Base, ya se había intentado infructuosamente aprobar un proyecto de ley que reducía a 12 millas nuestro Mar Territorial, con lo cual se hubiera puesto en vigencia parcialmente la CONVEMAR, cercenando los derechos argentinos”. (César Lerena, “Malvinas. Biografía de la Entrega”, 2009, transcripción parcial). Roberto Roth amplía: “Las 200 millas argentinas, otra víctima del radicalismo. Tanto en la firma como en su ratificación intervinieron los radicales y los diplomáticos Elsa Kelly, Ernesto de la Guardia y Susana Ruiz Cerutti” (César Lerena, Ob. Cit.).

Este era el mentor de Susana Ruiz Cerutti. Para que vayamos conociendo a la alumna.

La CONVEMAR no estaba vigente en la Argentina y ya la introducían este grupo de diplomáticos en cuanto documento había. Mientras ello ocurría, ignoraban, pese a estar presentes, las muy importantes conclusiones y recomendaciones elaboradas por las Comisiones específicas de las 1ras. Jornadas sobre Problemática Pesquera realizadas en 1990, que se desarrollaron en la ciudad de Mar del Plata bajo el auspicio de la Presidencia de la Nación que, en su parte más saliente, decían: “…la CONVEMAR no rige, ni en el orden interno ni en el internacional, ni siquiera puede sostenerse su vigencia consuetudinaria, debido a la metodología de la negociación ‘global’ y por ‘consenso’. La legislación interna vigente contempla un mar territorial con una extensión de 200 millas, sin perjuicio de la libertad de navegación y sobrevuelo. Ello, a pesar de la existencia de un régimen diferencial en el espacio marítimo de 200 millas, limitando la navegación al tránsito inofensivo más restringido en un espacio determinado. Además, la Argentina, ha comunicado a las Naciones Unidas, que reclama el mar territorial de 200 millas, y como tal, figura en el informe publicado por la ONU en 1988”, quedando sin efecto siete años después con la ratificación de la Ley 24.543. En la recomendación, las Comisiones indicaron que: «no resulta conveniente la ratificación de la Convención, ni la adopción de la terminología empleada en ésta; debiendo insistirse en que la Argentina es titular de todos los derechos y potestades residuales, que no hayan sido expresamente delegados a la comunidad internacional o a terceros países”.

La influencia de los Consejeros Jurídicos en la Cancillería y la política nacional

Como dije, Ruiz Cerutti, aún radical, prestó sus servicios a todos los partidos políticos (sosteniendo posiciones políticas obviamente diversas) y también muchos de los cancilleres y vicecancilleres cumplieron al pie de la letra con sus opiniones jurídico-políticas. Es sabido que en los ministerios los asesores letrados suelen contribuir a las políticas de los ministros, pero en la Cancillería suelen fijarlas. Un ejemplo de ello es lo que refiere José Comas (El País, B.A. 26/5/1989) “El presidente argentino, el radical Raúl Alfonsín, designó para una situación de economía de guerra a su nuevo Gabinete de crisis, que debe gobernar el país hasta el próximo 10 de diciembre, fecha constitucional de culminación del mandato presidencial de seis años (…) La política exterior queda en manos de una mujer, Susana Ruiz Cerutti”. Aunque ya conocemos el fracaso de esta gestión, que motivó el adelantamiento de la asunción del presidente electo cinco meses antes (08/07/1989), sirvió para dejar claro el alcance de los consejeros legales y las limitaciones que muchos de ellos tienen en materia política.

Al respecto Leopoldo Godio (“El rol de los consejeros jurídicos en la política exterior argentina. El procedimiento decisorio entre 1983-1989”, UBA, 04/12/2018) indica que “resulta evidente que en el proceso decisorio de la Cancillería se requiere, explícita o implícitamente, la participación de la Consejería Legal (…). El Canciller recurre a su ‘mesa chica’ y en ella aparece como miembro permanente de ésta o, habitual funcionario de consulta, el consejero legal (…) Los entrevistados han destacado a distintos consejeros legales (…) que fueron ‘escuchados’ durante el ejercicio de la dirección: Hugo Caminos, José M. Ruda, Julio Barberis, Ernesto de la Guardia, José García Ghirelli, Elsa Kelly, Julio Barboza, Horacio Basabe y Susana Ruiz Cerutti, por mencionar algunos que continuaron la labor de Isidoro Ruiz Moreno (…) quien durante casi veinte años fue el titular de la Cátedra de Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho y, simultáneamente, un muy influyente Consejero Legal de la Cancillería. Isidoro Ruiz Moreno fue el primero en ocupar esta función en la Argentina, creada por el expresidente Alvear. De su labor se destaca su opinión requerida por el canciller Ruiz Guiñazú (1941), referida a la conveniencia de no declarar la guerra al Eje…”. Lo que deja en evidencia, hasta dónde pueden influir; incluso en tándem estos asesores como, por ejemplo, Ruiz Cerutti con Horacio Basabe en varias cuestiones o con Elsa Kelly.

Durante la Cancillería de Caputo, los cargos claves fueron ocupadas por personas ligadas al presidente, no necesariamente diplomáticos y, si bien se reconoció (…) la formación del ISEN en los papeles, el verdadero núcleo estructural de este ministro estuvo encabezado por Raúl Alconada Sempé y Lucio García del Solar e integrado por Jorge F. Sábato, Hugo J. Gobbi, Elsa D. R. Kelly, Alberto Ferrari Etcheverry, Jorge Romero, Adolfo Gass y Susana Ruiz Cerutti (L. Godio “El rol de los consejeros jurídicos…”,UBA, 4/12/2018). Ello continuó tras la renuncia del ministro de Relaciones Exteriores Jorge Taiana, donde el nuevo Canciller Timerman instrumentó la renuncia de aquellos diplomáticos que el expresidente Néstor Kirchner consideraba conspiradores, entre ellos Susana Ruiz Cerutti” (Agensur.info, 09/01/2013). La liberación de la Fragata la salvó de la purga, no sabemos si del calificativo.

Susana Ruiz Cerruti. Malvinas, los Acuerdos de Madrid, del Beagle, de Irán y de Nueva York

Hay quién refiere que a Ruiz Cerutti “nada le molesta más que la contradigan” y ella misma se debe considerar “uno de los consejeros legales más representativos de la historia” como Leopoldo Godio también la califica (Leopoldo Godio “El rol de los consejeros jurídicos…” entrevista a Ruiz Cerutti, 23/11/2017, UBA, 04/12/2018). Ahora bien, más allá de estos autocalificativos, parecen imprudentes las declaraciones de un funcionario de su jerarquía —que intervino en la redacción de los Acuerdos de Madrid— referirse a ellos públicamente en esta forma: “al gobierno (…) le preocupaba la visión o percepción que había en Londres sobre el tema Malvinas y que se reflejaba en un comunicado del Daily Telegraph del 28/12/1999 (La Nación, 27/10/2000): en los pasados tres años, la Argentina firmó un conjunto de acuerdos que se acercan al reconocimiento de una independencia de facto de las Malvinas (NdA: ¿como si ella no tuviese nada que ver?). Reconoció a los isleños derechos de pesca dentro de un radio de 150 millas, llegó a Acuerdos sobre la explotación de petróleo y gas que nuevamente considera a las islas como una discreta entidad y, en agosto, los pasaportes de los turistas argentinos visitantes de las islas fueron sellados por las autoridades migratorias de aquellas. Es decir, la Argentina ha aceptado si bien no con palabras, con hechos, que las Islas Malvinas son británicas” (Ruiz Cerutti, 2000:13). Feas declaraciones de quien debe tener reserva sobre cuestiones de Estado.

Ya entrando en la cuestión Malvinas, Ruiz Cerutti participó activamente en la etapa de desmalvinización junto a otros protagonistas como Caputo y Cavallo; aunque hubo muchos otros, que al calor de la política de entrega y humillación nacional, favorecieron los intereses británicos; enfrentados por un pequeño sector que defendió el interés nacional que bregaba por la soberanía plena del mar argentino, el archipiélago de Malvinas, la preservación de nuestra riqueza pesquera y la industria nacional (César Lerena “Malvinas Biografía de Entrega”, p. 37, Bouquet Ed. 2009). Funcionarios cercanos al ex secretario de Relaciones Exteriores Juan Archivaldo Lanús, en 1989 opinaban que “la política de Caputo fue un retroceso estratégico imperdonable y, la desmalvinización, era algo más que retórica” (Ámbito Financiero, p. 37, 13/07/1989).

Respecto a los infamantes Acuerdos de Madrid, Ruiz Cerutti “es una de las que más trabajó en su gestación junto a los embajadores Lucio García del Solar, José María Otegui; Horacio Basabe y Jorge Vázquez” (Clarín, 14/10/1989; La Nación, 16/10/1989).

No podemos dejar de recordar que en el período de Dante Caputo fue donde se comenzaron a pergeñar estos indignos Acuerdos que luego se consolidaron con Domingo Cavallo y varios diplomáticos remanentes de origen radical, que trabajaron en forma absolutamente antidemocrática ya que, ni siquiera, los Acuerdos de Madrid fueron aprobados en el Congreso de la Nación. El expresidente Arturo Frondizi, le dijo a Domingo Cavallo sobre estos Acuerdos: “usted es ministro de un gobierno peronista, le voy a leer entonces la opinión de una revista peronista. Tomé una revista y le leí, ‘los Acuerdos de Madrid son una traición a la patria’ y le dije: ‘para los peronistas usted es un traidor a la patria’ (César Lerena “Malvinas. Biografía de la Entrega”, Bouquet Ed. p.75, 2009).

A propósito de ello, Ruiz Cerutti estuvo presente en la cocina de los Acuerdos de Madrid con Caputo y también con Cavallo. La delegación argentina que participó en las negociaciones en Madrid, ya en los tiempos de este último, se formó con el Embajador jubilado Lucio García del Solar como jefe de la Misión, el director de Malvinas José M. Otegui, el Consejero Legal Horacio Besabe, el asesor “en temas de pesca” (¿?) Aldo Dadone y el Embajador ante las Naciones Unidas Jorge Vázquez (Clarín, 14/10/89) y, en los “últimos tiempos estuvo colaborando con el grupo la ex Canciller radical y actual Embajadora en Suiza Susana Ruiz Cerutti’” (La Nación, Gobierno, pág. 4, 16.10.89).

Ya me he referido en un artículo anterior (Parte 3 https://saeeg.org/index.php/2021/02/19/la-estrategia-del-consejo-nacional-de-malvinas-parte-3/ ) a los hechos negativos que ocurrieron durante el tiempo que estuvo Balza al frente de la jefatura del Ejército y también a la opinión del Dr. Julio Carlos González quien calificó a los Acuerdos de Madrid como ruines, ignominiosos y “redactados por el Foreign Office” (Ob. Cit. pág. 129) y que, a raíz de ello, “el Atlántico Sudoccidental en la actual reformulación geopolítica del mundo, es un área decisiva en la confrontación Norte-Sur. Por lo tanto, su control por una potencia rectora del hemisferio norte como Inglaterra, con el consentimiento de Argentina, titular del espacio territorial y marítimo que conduce a la Antártida, crea la posibilidad de que nuestro país pueda ser el epicentro de un serio y grave enfrentamiento internacional” y, agrego, le ha permitido al Reino Unido ocupar 1,6 millones de km2 del sur-sur argentino, aunque la propia Ruiz Cerruti suma 400 km2 más invadidos: “La cuestión de la disputa de Malvinas no es ni ha sido una cuestión menor para la política exterior argentina, puesto que, entre otros factores que se considerarán a continuación, la extensión de los territorios involucrados abarca una superficie de más de dos millones de kilómetros cuadrados situados en el Atlántico Sur” (Ruiz Cerutti y Romero Agustín, “Malvinas. Hacia una política de Estado”, 2001).

El propio Carlos Escudé (¡quién diría!) afirma, que “este período constituyó una etapa de negociaciones sin acuerdos, dado que las mismas no redundaron a favor de los intereses argentinos de recuperación de las islas, y se dio en contraposición a las etapas que se darían posteriormente, en las que la negociación de la soberanía quedaría fuera de la agenda” (Javier A. Orso, “La distinción entre cuestión y problemas sobre Malvinas como herramienta para la compresión de la política exterior argentina (1960-2010)” Departamento de Malvinas…” (abril, 2011).

“Disciplinada al poder (Ruiz Cerutti), aún en los casos más críticos, como el polémico Acuerdo con Irán, en cuya letra participó” (Natasha Niebieskikwiat, Clarín, 07/11/2014) y, aunque ella manifestase “…haber participado en solo en dos reuniones (septiembre/octubre de 2012) en la ciudad de Ginebra respecto al Memorándum de entendimiento” (Clarín 02/11/2017) no dejamos de pensar, que los asesores legales arman los documentos y muchas veces no participan en las negociaciones y mucho menos en la firma de los acuerdos.

Ruiz Cerutti, intervino también en las negociaciones del Conflicto del Beagle durante el Proceso Militar (1976/1983) y fue la única que continuó en 1984 durante el gobierno radical. Negociaciones, que se vendieron como un éxito, pero significaron la pérdida para la Argentina de las islas Picton, Nueva y Lennox, dando lugar al ingreso de Chile por primera vez al Atlántico Sur, rompiéndose el “principio oceánico(Argentina en el Atlántico, Chile en el Pacífico) que nuestro país había sostenido históricamente, en contrario a la opinión de Chile. Fue agente argentino ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya en el caso de la pastera Bosnia, en el que la Corte entendió, que “Uruguay no violó sus obligaciones para evitar la contaminación” y le permitió a la pastera seguir funcionando hasta nuestros días. Trabajó en ello (Informe de Kohen, 21/02/2021, Ginebra) junto a Marcelo Kohen (hoy su compañero en el Consejo de Malvinas, ver https://saeeg.org/index.php/2021/02/09/la-estrategia-del-consejo-nacional-de-malvinas-parte-1/). El mismo que en 2018 formulara la descabellada propuesta de proponer se acuerde con los isleños (y se los planteo directamente a ellos) darles a los treinta años la posibilidad de un plebiscito para determinar si querían o no ser argentinos con la consecuente caída de toda chance de que Argentina recupere la soberanía en Malvinas y, también para destrabar el pedido de embargo de la Fragata ARA Libertad retenida en Ghana, donde luego de demorar seis meses para obtener la certificación de la OMI que acreditó el estatus militar del buque y su condición de inembargable, quince días después el Tribunal Internacional del Derecho del Mar liberó la fragata. Con amigos así, para qué queremos enemigos.

Ruiz Cerutti tuvo una importante injerencia en la política del gobierno de la Alianza. Según Agustín Romero (“La cuestión Malvinas: una hoja de ruta…, 2020) “en la estructura de la Cancillería a cargo de Susana Ruiz Cerutti, ella y los diseñadores de la política exterior de la Alianza habían tomado nota que las acciones y consecuencias de la política de seducción ditelliana…”, aunque en los hechos, se llevó adelante una lamentable política en la cual se sancionó la Ley 25.290 del 2000 que aprobó el llamado Acuerdo de Nueva York, que pone en manos de los Estados de Bandera las OROP (Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero) la administración de los recursos pesqueros del Atlántico Sur, favoreciendo al Reino Unido en Malvinas y violando la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional y dando lugar en 2001 a la absurda invitación del Canciller Adalberto Rodriguez Giavarini a coordinar con el Reino Unido la presentación ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental.

Los negocios de la investigación experimental. Las líneas de base. La reducción del Mar Territorial Argentino a 12 millas y el dictamen Nº 67 de Ruiz Cerruti. Los intereses superiores de la Nación.

Intervino también, para satisfacer las exigencias británicas de aprobación de las Líneas de Base impuestas al Canciller Cavallo, quien promovió el establecimiento del mar territorial de 12 millas y, facilitó al Reino Unido hacer lo propio en Malvinas acogiéndose luego a la CONVEMAR y, demoler el bastión soberano de la Ley 17.094.

El Senador radical Luis Brasesco —su correligionario— en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado —bajo la Presidencia transitoria del Senador de la Rúa— ante la afirmación del Senador de Santa Cruz Pedro Molina (PJ) de que la limitación del Mar Territorial, podía significar —además— una pérdida importantísima de millones de dólares a la exportación pesquera”, preguntó preocupado: ¿cuándo vuelven los Senadores Eduardo Menem, Adolfo Gass, Hipólito Solari Yrigoyen y Julio Amoedo de Inglaterra?, más precisamente de Londres, ya que, ‘casualmente’, están hablando de temas vinculados con el dictamen” (Trascripción taquigráfica, fs. 24, de la reunión de Comisión donde se trataba el proyecto de “Líneas de Base y Delimitación de los Espacios Marítimos” presentado por el Senador radical Gass). ¿Senadores nacionales hablando sobre cuestiones relativas a la soberanía argentina en Londres nos preguntamos? Acciones de la diplomacia argentina. Todas muy significativas.

Nada parecía ser inocente en esos tiempos y en relación a ello, Ruiz Cerruti firmó el Dictamen Nº 67 que -entre otras cosas- “eximía del pago de impuestos a los buques extranjeros más allá de las 12 millas” para intentar subsanar los gruesos errores impositivos de un programa de investigación (Nota 636/89 del 11/04/89 al Subsecretario de Pesca con el que se intentó dar sostén jurídico al programa de Pesca Experimental y Demostrativa PEXDA, popularmente conocido como el negocio floreciente de la investigación pesquera”) por el que fue denunciada Ruiz Cerutti por el Senador Pedro Molinas por “traición a la Patria(La Capital de Mar del Plata, tapa, 18/08/1989), por hacer una interpretación violando normas vigentes en la Argentina, respecto a nuestro Mar Territorial (Ámbito Financiero, p. 35, 18/08/1989, Juzgado Federal 5, a cargo de Martín Irurzun) y ser, el referido dictamen, no solo contrario al intereses económicos argentinos, sino que su argumentación podría servir a los intereses británicos en Malvinas, ya que gran parte de los buques extranjeros pescaban en esa área con licencias del gobierno ilegal en las islas.

Si bien el problema de la “investigación”, el dominio de los recursos, el ingreso de divisas y los tributos comenzaron a resolverse, no podía esperarse que la excanciller Ruíz Cerutti manifestara en 1989 que “las capturas de los buques extranjeros no constituían exportación, porque fuesen pescadas más allá de las doce millas marinas”, ni tampoco, que emitiera opinión en el dictamen N° 67 “que nuestro mar territorial se limitaba a las doce millas marinas”, cuando estaba vigente la Ley 17.094 y, —como dije— la CONVEMAR recién sería ratificada por el Congreso en 1995 y entró en vigor un año después.

Nosotros (un pequeñísimo grupo que se oponía a los Acuerdos de Madrid, etc., en esos años), modestamente entendimos, que la embajadora, exconsejera legal; exsecretaria de Relaciones Exteriores, excanciller, etc. Ruiz Cerutti, habría estado sin facultades e ilegítimamente, proponiendo la desafectación de bienes públicos del Estado, pues, para la legislación vigente, el “mar territorial argentino” se extendía en esa época, hasta una distancia de 200 millas marinas y no a 12 millas como se dictaminaba; sin perjuicio de observar que la opinante, incursionaba en su dictamen en temas aduaneros ajenos a su competencia conforme a la ley de ministerios (t.o); las normas complementarias sobre competencia y, en forma también contraria a la legislación; a los intereses del Estado; y por ello, de todos los argentinos.

Nuestro punto de vista se fundaba en la exégesis de la ley 17.094; en los antecedentes y en la opinión del legislador, cuando al acompañar el proyecto expresó: “…Es de fundamental importancia delimitar con precisión la extensión del territorio nacional…”; en la concordancia del art. 1° de la ley 17.094 con los art. 2° y 3° de la ley 18.502, y en lo establecido en el art. 2340 inc. 1° del Código Civil reformado por la ley 17.711. También en la interpretación auténtica que da el legislador a la ley 18.502, cuando al fundamentar indica: “la ley 17.094 extendió el mar territorial argentino hasta la distancia de 200 millas…”.

Entendimos por lo expresado y por las demás consideraciones que formaron parte de las acciones judiciales y políticas emprendidas por nosotros, que las capturas por parte de buques extranjeros obtenidas bajo pretexto de la ley 20.489 entre las 12 y 200 millas, son alcanzadas por las previsiones del Código Aduanero y constituían exportaciones el día 110/4/1989. Tal afirmación no admitía dudas ni interpretaciones en contrario, menos aún si nos remitíamos a los fundamentos analíticos que el redactor de la ley aduanera da en el capítulo tercero “control en el mar territorial argentino y en la zona aduanera” al expresar “…1) no corresponde al Código Aduanero definir el ámbito que constituye el mar territorial argentino, que actualmente se encuentra precisado en la ley 17.094”.

El Profesor en Derecho Internacional Público Eduardo Hooft (La Capital de Mar del Plata, p. 7, 25/09/1989) dictaminaba: “No existe ningún texto positivo que declare enfáticamente que nuestro mar territorial argentino sea de 12 millas y, por el contrario, existen numerosos textos positivos que aluden sin equívocos a un mar territorial de 200 millas. Para la Justicia Federal el mar territorial tiene una extensión de 200 millas, porque la CONVEMAR no está vigente, rigiendo la Ley 17.094, en concordancia con otras leyes (17.500; 18.502; 20.136 y 20.489). Y como el Código Aduanero prevé la tributación para las mercaderías que salen del mar territorial, existe contrabando (…) El mismo Código Aduanero dice que ‘exportación es la extracción de cualquier mercadería de un territorio aduanero’ (art. 9°) y el argumento más contundente, para probar que el Mar Territorial es de 200 millas, según el Código Aduanero, está dado por el artículo 126°, combinado con el artículo 129°”.

En tren de abundar, decíamos, podríamos agregar la opinión acreditada del profesor chileno en derecho internacional público Francisco Orrego Vicuña en su trabajo “Las reivindicaciones del mar territorial” que, es una opinión muy valiosa, porque: es chileno y bien conocemos las disputas limítrofes con Chile y sus buques pescaban en aguas argentinas bajo licencias inglesas. Una opinión calificada y valiente. En el mismo sentido opinaba el secretario de la Comisión de Pesca del Senado Alfredo Becerra en el proyecto (04/12/1989) que había elaborado, en contraposición al de Gass, donde se sostenía la vigencia de las leyes 17.094 y 18.502, y donde empleaba el concepto de Mar Argentino en lugar de ZEE.

Así lo entendimos en el informe AP5 que el día 14/08/1989 pusimos en consideración del expresidente Menem. Si el criterio sustentado por Ruiz Cerutti habría tenido alguna consistencia, hubiese carecido de sentido que soviéticos y búlgaros firmaran un Acuerdo de Pesca con Argentina, para capturar por fuera de las 12 millas marinas y, el Estado, se hubiera encontrado ante el peligro cierto de que los empresarios nacionales reclamaran la devolución de derechos a las capturas efectuadas entre las 12 y 200 millas. Un disparate.

La Subsecretaría de Pesca y, desde 1998 el Consejo Federal Pesquero, siempre dieron sostén técnico a todas las exigencias de la Cancillería respecto a los Organismos Internacionales, con el Reino Unido, las URSS (luego Rusia), la Unión Europea, Uruguay, Japón; China, Estados Unidos, Polonia y otros países. Por ejemplo, en la donación del gobierno de Japón de la Escuela Nacional de Pesca inaugurada por el expresidente Alfonsín en 1983 y el edificio del INIDEP habilitado por el expresidente Menen en 1994, dieron lugar a la sorpresiva aparición en el mar argentino de buques japoneses que pescaban “sin permiso” formal y en los ambientes portuarios se comentaba que se trataba de una contraprestación por las obras. Algo similar al proyecto abortado de Empresa Fishery Development of Patagonia Association que pretendía construir un Puerto en inmediaciones de la Bahía Uruguay (Santa Cruz) a cambio de ingresar y pescar libre de todo tributo, con 20 buques pesqueros japoneses.

Pese a este habitual manejo de las cuestiones pesqueras por parte de la Cancillería, bajo el “apriete” de intereses superiores de la Nación, el dictamen 67 de Ruiz Cerutti, no encajaba en la operativa habitual pesquera. El 15/11/1989 por Res. 439 la Secretaría de Pesca ampliaba la jurisdicción de pesca de los buques soviéticos en el mar argentino y no estando vigente la CONVEMAR se entendía que se los autorizaba a pescar hasta las 200 millas. Si se hubiera aplicado el criterio de Ruiz Cerutti se los habría autorizado a pescar dentro de las 12 millas; un espacio y límite que no estaba previsto en el Acuerdo Marco firmado por Caputo en 1986 y ciertamente un absurdo imaginarse buques de gran porte compitiendo por las capturas con las lanchitas amarillas. El propio subsecretario de pesca Luis Otero (El Atlántico, p. 4 26/08/89) destinatario del dictamen Nº 67 respondía: “Si yo tuviese que decirle cual es mi apreciación personal le diría que mi interpretación del tema es diferente”. El periodista le repregunta: ¿Cómo diferente? “Son interpretaciones que cada uno hace a su saber y entender (Otero era abogado) por eso respeto esa opinión…no la comparto… simplemente eso: no la comparto”. Ni el propio beneficiario estaba de acuerdo con el dictamen de Ruiz Cerruti y aplicaba el dicho: a los amigos hay que acompañarlos hasta el cementerio, no enterrarse con ellos.

Ruiz Cerutti, además, no podía dejar de saber, que el origen de los productos extraídos, transformados y conservados a bordo se define por el pabellón enarbolado por el barco, un tema no menor luego del Brexit, donde los productos de Malvinas seguirán entrando a la Unión Europea con bandera españolas o de joint ventures británico-españoles.

Circulaba en esos tiempos que el Embajador Horacio Adolfo Basabe, habría sido en realidad el que el 30/03/1988 elaboró el tristemente famoso dictamen N° 67 que suscribiría Ruiz Cerutti y el propio Senador Adolfo Gass reconocía que “el proyecto, en realidad, se debió a una lealtad al expresidente Raúl Alfonsín y, un reconocimiento a la labor de una alta funcionaria de la Cancillería radical cuyo procesamiento solicitó la Aduana”. Por aquello de que si mueve la cola y ladra es un perro, todo parecía indicar que se trataba de Ruiz Cerutti y, dejaba de manifiesto el pragmatismo de la política exterior, aún en perjuicio de los intereses nacionales.

A pesar de que no era necesario, porque estaba suficientemente claro y vigente, el alcance del Mar Territorial Argentino para tratar de convalidar la hipótesis de Ruíz Cerutti se modificó el artículo 585° del Código Aduanero por el artículo 10° de Ley 23.968 de Líneas de Base, sancionada en diciembre de 1991, cuatro años antes de la ratificación de la CONVEMAR. Se intentaba con ello dar final a las denuncias penales abiertas, y respuesta a los requerimientos de Gran Bretaña.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación (Ámbito Financiero, “la Corte ratificó las 200 millas”, p. 18, 16.4.93) terminó cerrando esta serie de desatinos jurídicos de Ruiz Cerutti, cuando se pronunció —ante el recurso de la Prefectura Naval Argentina— según lo previsto en la Ley 17.094, contra el fallo del Juez en lo Contencioso y Administrativo Federal Osvaldo Guglielmino, quien había “declarado la nulidad de la multa y el comiso dispuesto contra un buque apresado cuando pescaba dentro de las 200 millas marinas, bajo soberanía argentina, frente a la Isla Rasa el 2 de marzo de 1989”.

¿Con estos asesores en el Consejo Nacional de Malvinas cuál será nuestro destino soberano?

La consulta a las Naciones Unidas y a Tribunales Internacionales sobre la Soberanía Argentina

Lo que ocurría hace treinta años parece seguir teniendo vigencia en nuestros días: el 25 de abril de 1999 Ovidio Bellando escribía para la Nación: “En la última reunión de directores de área de la Cancillería se dijo que la proposición del excanciller Dante Caputo de presentar ahora el caso Malvinas en la Corte Internacional de La Haya es una manera de salir al ruedo en vísperas de elecciones, ya que lo que realmente existe —se asegura— es una idea que se está apuntalando con la búsqueda de documentación, antecedentes y consultas a juristas internacionales. Esta idea, que el vicecanciller Andrés Cisneros comenzó a alentar hace varios años, es desarrollada desde hace casi tres meses por los juristas Julio Barberis, Susana Ruiz Cerutti y Enrique Candioti. Cisneros y el actual embajador en Londres, Rogelio Pfirter, habían viajado hace un lustro a La Haya para consultar sobre la viabilidad de esa acción a José María Ruda, el argentino que integró el máximo tribunal durante varios período y que lo presidio en uno de ellos. Se dijo entonces que Ruda había desalentado la presentación por inseguridad, no de la legitimación de los títulos argentinos, sino del proceso dentro de la institución, donde priman los matices del derecho anglosajón. Por otra parte, la presentación de una demanda en la Corte Internacional no obliga a la parte demandada a responder. La concurrencia tiene que ser de mutuo acuerdo. La Argentina no se presentó cuando, en 1947, Gran Bretaña hizo una acción por un tema vinculado con la Antártida, o sea que Gran Bretaña podría hacer lo mismo en este caso. Para integrar la comisión de juristas, Susana Ruiz Cerutti, entonces embajadora en Canadá vino al país y, luego de delinear las acciones, regresó a su destino. Tenía como primerísima tarea la recopilación total de los antecedentes. Una manera de tener todo preparado para que el gobierno que surja el 24 de octubre, o el próximo, o aun el próximo, decida recurrir al tribunal. El actual (por el gobierno) —dijo una fuente calificada— no tiene tiempo para hacerlo, pero dejaremos todo preparado para cuando se considere propicio”. Y Cavallo se hizo cargo del muerto, con el protagonismo que lo caracterizaba e intereses que representaba.

¿Hoy —además de Ruiz Cerutti— quién mantiene esta posición en el Consejo de Malvinas que José María Ruda ya había descartado? Al menos Marcelo Kohen. Varios expertos en derecho internacional público sostienen que sería una política suicida, donde la Argentina, por los argumentos de José María Ruda y otros, correría un serio riesgo de que concluyan definitivamente las aspiraciones de recuperar el territorio ocupado y perdiese aún más territorio nacional.

Ahora, ya en el siglo XXI habría que preguntarse ¿el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) fundado en 1963 no ha formado nuevos cuadros profesionales, que es necesario, recurrentemente apelar a la varias veces jubilada Ruiz Cerutti, en este caso para integrar el Consejo Nacional de Malvinas? ¿No hay algún estudiante avanzado del ISEN que pueda interpretar la CONVEMAR y, dicho sea de paso, buscar nuevos resquicios jurídicos y biológicos a nuestro favor? Y, finalmente, ¿quién la incluyó en este Consejo a sabiendas de su activa participación en la elaboración de los Acuerdos Madrid?; Acuerdos que gran parte del espectro político nacional entiende como perjudiciales a los intereses soberanos argentinos. ¿Es necesario convocar a uno de los autores de los Acuerdos de Madrid al Consejo para desatar este moño que enajena nuestra soberanía, nuestros recursos y el desarrollo nacional?

Pocas cosas angustian tanto que dejar pasar, en manos de unos iluminados, las oportunidades que tiene Argentina.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Asesor en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de Entrega”) y articulista de la especialidad.

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EL PAPEL QUE DERRIBÓ EL MURO. A 30 AÑOS DEL DERRUMBE DEL MURO DE BERLÍN

Marcelo Javier de los Reyes*

Imagen de Peter Dargatz en Pixabay

Introducción

El derrumbe del Muro de Berlín fue un proceso que se debió a una suma de hechos que se iniciaron unos años antes de 1989, entre los que podríamos destacar las negociaciones entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, el atentado contra el Papa Juan Pablo II, el movimiento Solidaridad en Polonia, la crisis del sistema en el bloque socialista, las elecciones libres del 4 de junio de 1989 en Polonia, la catástrofe de Chernobyl, las reformas iniciadas por Yuri Andropov y las reformas implementadas por Mijail Gorbachov. Sin embargo, la suerte del muro dependió de un simple papel que cabía en un bolsillo.

Ya antes del día clave, que fue el 9 de noviembre de 1989, comenzó a haber algunas situaciones que causaron preocupación entre los jerarcas de los países del bloque comunista, como la huida de sus ciudadanos a través de terceros países.

El “picnic paneuropeo”

El 19 de agosto de 1989 un grupo pequeño de disidentes húngaros y policías austríacos habían acordado que, de manera simbólica, abrirían la puerta ese día por unas horas para que pudieran ir de picnic juntos. Pero todo se convirtió en un acto más que simbólico: mientras que los húngaros ya podían viajar libremente, unos 600 alemanes de la República Democrática Alemana (RDA) aprovecharon para poder huir al oeste. El episodio terminó en la historia apodado como el “picnic paneuropeo”[1]. El hecho tuvo lugar en Sopron, ciudad húngara cercana a la frontera con Austria.

Durante ese mes de agosto decenas de miles de alemanes del este ya se habían establecido en Hungría, viviendo en carpas en parques y en iglesias, a la espera del momento en que pudieran cruzar hacia el oeste[2]. El 27 de junio de 1989 los ministros de Exteriores de Hungría, Gyula Horn, y de Austria, Alois Mock —a quien se considera que luego, en 1995, fue una pieza clave de la entrada de Austria en la Unión Europea[3]—, cortaron la valla fronteriza que separaba sus países, hecho que quedó registrado en una foto que dio la vuelta al mundo a través de los medios de comunicación. Del mismo modo, se había difundido la noticia de que la frontera entre ambos países estaría simbólicamente abierta por unas horas el 19 de agosto. La noche del 18 de agosto, desconocidos repartieron miles de panfletos entre los alemanes de Budapest[4].

Alois Mock, el ministro de Relaciones Exteriores de Austria, con su homólogo húngaro, Gyula Horn, cortando el cable que marcaba la frontera entre el Este y el Oeste en Sopron, Hungría, el 27 de junio de 1989. Crédito: AP Photo / Bernhard J Holzner

En el lugar había un portón de madera que debía ser abierto a las tres de la tarde para la delegación oficial, custodiado por cinco soldados húngaros, uno de ellos el teniente coronel Arpad Bella, a cargo de la guardia. De repente, en lugar de la delegación oficial cientos de alemanes de la RDA cruzaron la frontera y Bella dudó en cumplir la orden de disparar.

El entonces primer ministro de Hungría, Miklos Nemeth, afirmó que querían tantear cómo reaccionaría Moscú a la huida de los alemanes del este, versión que parecería ser apoyada por la inacción de quienes debían haber bloqueado el acceso a la zona fronteriza[5].

En septiembre de 1989 el gobierno comunista de Hungría autorizó a que los ciudadanos de Alemania Oriental pasaran a Austria procurando la libertad y ese fue el momento en que los cimientos del muro comenzaron a corroerse.

Los inequívocos mensajes de Gorbachov a Honnecker sobre la negativa soviética a apoyar una represión de las protestas en la RDA, precipitaron la destitución de Honnecker por un comunista reformista, Egon Krenz, quien fue designado secretario general. Markus Wolf, llamado “Mischa” Wolf, quien durante treinta y dos años se desempeñó como jefe del Ministerium für Staatssicherheit de la República Democrática de Alemania —más conocido como Stasi— recuerda ese momento:

El 18 de octubre Honecker finalmente fue derrocado en el tradicional estilo de los gobernantes autoritarios que han perdido el respeto de su círculo interior, y a quienes se pide que se marchen.[6]

Protestas y huidas

El 4 de noviembre se llevó a cabo una manifestación en la Alexanderplatz de Berlín Oriental con la intención de promover un cambio pacífico, de la que Wolf participó invitado por la nieta del escritor Bertold Brecht, Johanna Schall, y de la que también participaron los escritores Christa Wolf, Stephan Heym y Heiner Müller, así como los líderes del grupo de oposición Neues Forum (Foro Nuevo), Bärbel Bohley y Jens Reich. “Mischa” Wolf pudo observar “un mar de carteles de hechura casera que exigían el fin del dominio unipartidario”, lo que le significó que el monopolio del Sozialistische Einheitspartei Deutschlands (SED, Partido Socialista Unificado) había llegado a su fin[7]. Se trató de una marcha a la que concurrieron cientos de miles de ciudadanos, incluso algunas estimaciones calcularon la cifra en un millón. Fue el corolario de una serie de protestas que se estaban llevando a cabo en diversos puntos del territorio del país.

Por ese entonces el gobierno de Checoslovaquia procedería a cerrar su frontera con la RDA debido a que la gran cantidad de alemanes del este que escapaban a Occidente estaba desestabilizando el sistema[8]. El éxodo masivo pondría en peligro la existencia misma de la RDA y, además, la huida de estos alemanes a través de terceros países le estaba ocasionando una mala imagen a la Alemania comunista. Por esa época, muchos alemanes orientales concurrían de vacaciones a la paradisíaca playa del Sol, en Bulgaria, sobre el mar Negro. Allí iban de vacaciones ciudadanos de otros países del bloque comunista pero también alemanes de la República Federal Alemana (RFA). Los de la RDA iban a hospedajes o cabañas más modestas y tenían prohibido tomar contacto con los de la RFA. La Stasi estaba allí presente para observar sus actitudes. Algunos viajaban exclusivamente con la intención de escapar a Turquía a través de Bulgaria, pero desconocían la existencia del sistema fronterizo: había una franja de arena antes de llegar a una primera valla para que quedaran marcadas las pisadas y luego había otra valla a unos cuantos pasos de ésta. Guardias armados recorrían la franja entre ambas vallas y, sobre todo, cuando se activaban las alarmas silenciosas que conectaban las vallas con los puestos de seguridad.

Como escribió el periodista J. M. Martí Font en un artículo publicado en El País, no se trató de una conspiración de la CIA, de la KGB o de a Stasi —las que también fueron sorprendidas— sino de una confusión que se originó cuando, a primera hora de la mañana del 9 de noviembre de 1989, tres altos cargos de los servicios aduaneros de la RDA —el coronel Hans Joachim Krüger, el coronel Udo Lemme y el general Gotthard Hubrich— se reunieron con el encargado de la Unidad de Control de Pasaportes, Gerhard Lauter, en su despacho de Berlín Oriental para redactar, por orden del ministro del Interior, Friedrich Dickel, una normativa de viajes que debía permitir la salida legal a los ciudadanos que querían abandonar el país de forma “permanente” y que, hasta ese día, lo hacían a través de otros países socialistas[9].

Se trataba de una toma de decisiones que era crucial para apaciguar los ánimos en la RDA y para garantizar su subsistencia.

Todo esto ocurría el mismo día que el canciller de la RFA, Helmut Kohl, había llegado a Varsovia para una visita de seis días que tenía por objetivo impulsar la reconciliación con Polonia luego de la II Guerra Mundial. Polonia ya tenía su primer gobierno democrático con Tadeusz Mazowiecki y esa era una gran motivación para el gobierno de Kohl, quien también tenía previsto reunirse con el líder de Solidaridad, Lech Wałęsa.

De cómo un “papel” derrumbó el muro

En la reunión de la que participó el encargado de la Unidad de Control de Pasaportes, Gerhard Lauter, se elaboró un documento que estipulaba que “se podrán realizar viajes privados al extranjero sin condición previa” y se añadió que “las autorizaciones serán concedidas con rapidez y las denegaciones sólo serán posibles en casos excepcionales”. En torno del mediodía, el grupo de Lauter envió el documento a Egon Krenz, a la sede del Comité Central del SED, en donde se discutía el futuro de la RDA. Los presentes no prestan demasiada atención al texto que, a primera vista, se parece a las reglas reveladas tres días antes. Nadie, comenzando con Krenz, comprende el significado de las oraciones que se acaban de introducir en el documento. “¿Están de acuerdo los rusos?”, preguntaron algunos miembros del Politburó. Sí, respondió Egon Krenz, el embajador Vyacheslav Kotchemassov acordó por teléfono[10].

Por su parte, Günter Schabowski primer secretario del Partido Comunista de la RDA (SED) y encargado de las relaciones del partido con los medios de comunicación, citó a los periodistas para una conferencia de prensa esa misma noche.

Schabowski no estuvo presente en la reunión Comité Central. Llegó muy tarde y Krenz le entregó una nota relacionada con los viajes para que la llevara a la conferencia de prensa, pero no le aclaró que había “un plazo de espera”.

A las 18:00 horas en punto, en Berlín Este, Schabowski comenzó su conferencia de prensa a la que concurrieron corresponsales extranjeros como Tom Brokaw de la cadena NBC News de Estados Unidos y Riccardo Ehrman de la agencia italiana ANSA. Schabowski inició la conferencia hablando de cuestiones del Comité Central pero nada dijo acerca de la ley viajes. En medio de una presentación aburrida en la que Schabowski no decía nada de interés, Ehrman —dada la dura reacción del gobierno ante las protestas, denegando visas y endureciendo la política de viajes— le preguntó: “¿No cree que ha sido un gran error la Ley de Viajes que se presentó hace pocas semanas?”.

Günter Schabowski, estresado, en la conferencia de prensa en la tarde del 9 de noviembre de 1989. Foto: DPA[11]

Molesto, Schabowski le respondió “nosotros no cometemos errores”. Inmediatamente agregó: “pero tengo algo que decir”. En ese momento sacó un papel de su bolsillo y comenzó a leer:

Los viajes privados al extranjero se pueden autorizar sin la presentación de un justificante; motivo de viaje o lugar de residencia. Las autorizaciones serán emitidas sin demora. Se ha difundido una circular a este respecto. Los departamentos de la Policía Popular responsables de los visados y del registro del domicilio han sido instruidos para autorizar sin retraso los permisos permanentes de viaje, sin que las condiciones actualmente en vigor deban cumplirse. Los viajes de duración permanente pueden hacerse en todo puesto fronterizo con la RFA.[12]

La siguiente pregunta lógica era: “¿cuándo?”. Schabowski respondió: “Pues ya. Y es válido para todas las fronteras”[13].

Schabowski escribió un memorando para la conferencia de prensa. Al final de la misma es: “Leer el texto del reglamento de viaje”. Foto: Archivo Berliner Zeitung[14]

El grupo de Lauter había establecido un “plazo de espera”, por lo que las nuevas disposiciones solo se publicarían el 10 de noviembre, al día siguiente. Schabowski desconocía ese dato.

Los corresponsales estadounidenses y británicos consideraban que había habido un error de traducción pero confirmaron lo que Schabowski informó en la conferencia de prensa. A las 20:00 horas, el Tagesschau, el noticiero de la ARD, la primera cadena de la RFA, abrió con el titular: “DDR öffnet die Grenze”, “La RDA abre las fronteras”[15].

Tom Brokaw, corresponsal de NBC News

En la noche del 9 de noviembre, la población, sin dudarlo, marchó hacia el muro. El teniente coronel Harald Jäger se encontraba a cargo del puesto fronterizo de Bornholmer Strasse, al frente de 52 hombres armados. Ante la multitud pacífica pero numerosa, Jäger llamó para pedir instrucciones y advirtió que no podía enfrentar a esa muchedumbre. Para convencer a su interlocutor le hizo escuchar a través del teléfono el ruido que hacía la gente en torno del puesto fronterizo. Jäger se comunica con otros puestos y observa que la confusión era generalizada. Considera que para evitar una matanza debe dejar pasar a aquellos que lo requieran y, siguiendo las instrucciones, coloca un sello en la identidad del pasaporte fotográfico, lo que significa que quien cruzara la frontera no podía ingresar nuevamente a la RDA. La medida no tuvo sentido. En minutos alemanes orientales y occidentales se habían sumado al muro para festejar ante la asombrada mirada de los guardias de la RDA.

Varios años después, Lech Wałęsa recordó, en una entrevista, ese día 9 de noviembre:

Ese día llegó Helmut Kohl con una delegación a Varsovia y debía reunirse también conmigo, como jefe de los sindicatos. “Señores”, les dije a Kohl y a (el ministro de Exteriores alemán) Hans-Dietrich Genscher, “pronto caerá el muro de Berlín, pronto la Unión Soviética colapsará. ¿Están ustedes, como principal potencia europea, preparados para ello?”. Y vino la respuesta, creo que de Kohl. “Estimado señor Wałęsa, nos encantaría tener esos problemas. Pero algo así no lo vamos a ver. Hasta que algo así ocurra, crecerán árboles sobre nuestras tumbas”. Y esa misma tarde debieron cancelar la visita oficial a Varsovia, porque el muro de Berlín había caído.[16]

De un muro a otro

La marcha de Alexanderplatz del 4 de noviembre de 1989, en la que la población se movilizó para reclamar profundas reformas políticas en la RDA, fue una de las más importantes en la historia de ese país y una de las principales causas que llevaron al fin de la Alemania Oriental y del derrumbe del Muro de Berlín el 9 de noviembre. Fue así como ese hito histórico, advertido por Lech Wałęsa a un incrédulo Helmut Kohl, permitió que el 3 de octubre de 1990 se procediera a la reunificación de Alemania.

En la actualidad, por aquella frontera por la que intentaban escapar algunos alemanes de la RDA, la que divide a Bulgaria de Turquía, hoy existe una nueva valla construida por el gobierno de Sofía. El país más pobre de la Unión Europea levantó una valla de tres metros de altura a lo largo de 33 kilómetros en la frontera con Turquía, la que fue completada en 2014[17]. El objetivo es frenar el flujo creciente de refugiados y migrantes.

Nikolay Doychinov (AFP)

Un año más tarde, el gobierno anunció que la extendería otros 130 kilómetros —de los 240 que separan a Bulgaria de Turquía— y posteriormente otros 60 kilómetros más.

La frontera por la que en la época del Muro de Berlín se impedía que se escapasen los alemanes de la RDA, hoy tiene una valla para impedir que los migrantes ingresen a la Unión Europea. Como en aquel entonces, esta valla también produce muertes: las de aquellos que pierden su vida en el intento de llegar a Europa. Una de las tantas vallas y muros que siguen dividiendo regiones y hombres.

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU). Director de la SAEEG.

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Referencias

[1] Christian Erdei. “El picnic que cambió la historia de Europa”. Deutsche Welle, 19/08/2009, <http://www.dw-world.de/dw/article/0,,4583480,00.html?maca=spa-rss-sp-all-1122-rdf>, [consulta: 13/04/2016].

[2] Ídem.

[3] “Alois Mock, Austrian foreign minister at the fall of the Iron Curtain – obituary”. The Telegraph, 11/06/2017, <https://www.telegraph.co.uk/obituaries/2017/06/11/alois-mock-austrian-foreign-minister-fall-iron-curtain-obituary/>, [consulta: 15/09/2018].

[4] Enrique Müller. “Un ‘picnic’ para la historia. Hungría y Austria conmemoran la huida de 600 alemanes del este a través de sus fronteras”. El País (España), 20/08/2014, <https://elpais.com/internacional/2014/08/20/actualidad/1408529554_932738.html>, [consulta: 15/09/2018].

[5] Christian Erdei. Op. cit.

[6] Markus Wolf. El hombre sin rostro. La autobiografía del gran maestro del espionaje comunista. Buenos Aires: Javier Vergara, 1997, p. 362.

[7] Ídem.

[8] J. M. Martí Font. “Una confusión abatió el muro”. El País (España), 08/11/2009, <https://elpais.com/diario/2009/11/08/domingo/1257655957_850215.html>, [consulta: 10/11/2009].

[9] Ídem.

[10] Cordt Schnibben. “L’ouverture du mur de Berlin? Un couac incroyable!”. Le Temps, 08/11/2009, <https://www.letemps.ch/no-section/louverture-mur-berlin-un-couac-incroyable>, [consulta: 30/10/2019].

[11] Michael Brettin. “Der Tag, an dem die Mauer fiel”. Berliner Zeitung, <https://story.berliner-zeitung.de/mauerfall/>, [consulta: 30/10/2019].

[12] “Riccardo Ehrman y la pregunta que dinamitó el Muro de Berlín”. The History Channel Iberia, 29/10/2019, <https://canalhistoria.es/blog/riccardo-ehrman-pregunta-que-dinamito-muro-de-berlin/>, [consulta: 30/10/2019].

[13] Ídem.

[14] Michael Brettin. Op. cit.

[15] “Tagesschau vom 9. November 1989”. YouTube, <https://www.youtube.com/ watch?v=llE7tCeNbro>, [consulta: 13/09/2018].

[16] Magdalena Gwózdz. “Lech Walesa: ‘Kohl era un político muy hábil’”. Deutsche Welle, 01/07/2017, <https://www.dw.com/es/lech-walesa-kohl-era-un-pol%C3%ADtico-muy-h%C3%A1bil/a-39504615>, [consulta: 13/09/2018].

[17] Andrés Mourenza. “La frontera oriental de Europa entre Bulgaria y Turquía”. El País (España), 25/04/2017, <https://elpais.com/internacional/2017/03/16/actualidad/1489686063_777862.html>, [consulta: 13/09/2018].