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LA DEROGACIÓN DEL ARTÍCULO 27 BIS DE LA LEY DE PESCA VIOLA LA CONSTITUCIÓN

César Augusto Lerena*

Los barcos españoles que pescan en Malvinas con licencia británica, los primeros beneficiados con la derogación que plantea Milei.

 

El 28 de mayo de 2008 se sancionaba la Ley 26.386 que se incorporaba como artículo 27º bis a la Ley Federal de Pesca 24.922 que, en términos generales, limitaba las operaciones pesqueras dentro de las aguas bajo jurisdicción de Argentina a quienes no tuvieran un permiso de pesca otorgado por la Autoridad de Aplicación y/o tenían algún tipo de relación jurídica, económica o de beneficio directo o indirecto con quienes realizan explotaciones sin este permiso, de aplicación a todo tipo de nacionalidad de las embarcaciones; pero muy particularmente a quienes pescaban y pescan con licencias ilegales otorgadas por los isleños británicos de Malvinas que, en promedio se llevan, según las estadísticas publicadas por el gobierno ilegal de las islas, unas 250.000 toneladas anuales de productos pesqueros, dañando la economía argentina; afectando todo el ecosistema pesquero de la Zona Económica Exclusiva Argentina; causando un deterioro de medio marino y atentando contra la soberanía nacional. Buques con licencia ilegal de Malvinas podrían pescar en el resto de las aguas bajo control argentino y viceversa, provocando la más grave apropiación de recursos argentinos por parte de extranjeros y el más absoluto desorden en la administración pesquera del Atlántico Suroccidental.

La derogación o sustitución del Artículo 27º bis por el Artículo 215º (ex 247º) de la Ley Ómnibus, además y centralmente, viola la Disposición Transitoria Primera de la Constitución.

Un reconocido jurisconsulto, experto en derecho internacional manifestó: “Teniendo en cuenta los contenidos del artículo 27º bis, se observa que la Argentina está facultada a aplicar sanciones a empresas que tengan una relación societaria con empresas que pescan ilegalmente en las aguas jurisdiccionales argentinas, por ejemplo, las empresas con licencias ilegales de los isleños británicos en Malvinas. El artículo 27 bis fue un paso muy positivo para Argentina, porque está en línea con lo que establece la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, que es procurar recuperar el ejercicio pleno de la soberanía respecto Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marinos correspondientes. Derogar esas facultades implica un grave retroceso, por lo tanto, es incompatible con el contenido de la citada Disposición Transitoria, porque facilitará el ejercicio ilegal británico al otorgar licencias de pesca” (24/01/2024).

Nosotros entendemos, que se trata de un plan destinado a debilitar los derechos argentinos sobre Malvinas, teniendo en cuenta incluso que no hay razones económicas ni las habría que puedan justificar tal desatino que, por el contrario, perjudicaría los intereses económicos y sociales argentinos, incluso los de las empresas nacionales de capital extranjero radicadas en el territorio continental argentino.

Salvando honrosas excepciones, las políticas de los gobiernos en los últimos 50 años respecto a la recuperación de las Malvinas han sido ruinosas para la Argentina. Una de estas excepciones, fue la aprobación en 1994 de la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional que reza: «La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino».

El Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB) siempre consideró un escollo insalvable esta Disposición y así, lo dejó de manifiesto en el Pacto de Foradori-Duncan de 2016 en el que se estableció como principal objetivo «remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas»; mientras tanto, los sucesivos gobiernos, por acción u omisión, permitieron pasivamente o con meras reclamaciones inconducentes, los sistemáticos avances territoriales y de explotación de los recursos por parte de los británicos e, incluso el gobierno saliente, hizo la mise en scene “que parezca que nos ocupamos”. Las acciones distorsionaron la letra y el espíritu de la citada Disposición: La “legítima e imprescriptible soberanía” y el “objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino” y no debieron limitarse a la declamación y reclamación; al pedido de apoyo a terceros y a la cooperación unilateral en favor de los invasores. Está claro: se vació de contenido la cláusula constitucional surgida de la mayoría de los argentinos.

No queremos referirnos al pasado sino más bien al oprobioso presente de la “Cuestión Malvinas”; pero deseamos decirles a los responsables de la frustrante etapa concluida que, en lugar de remitir “Informes de Coyuntura de Política Exterior”, típicos de los derrotados y responsables del hoy, que escriben desde los escritorios odas del sin sentido y la desvergüenza. Sería bueno que se llamen a silencio y vivan en la oscuridad que les asigna el fracaso, no solo de la derrota, sino de la incapacidad para diseñar una estrategia y llevar una política que permita caminar hacia la recuperación argentina de los espacios marítimos y los archipiélagos invadidos por los británicos que tanta desesperanza causan a los argentinos.

Dictaron una ley para la creación de un Consejo al que no se le cayó una sola idea; otra para aumentar la sanción a los buques que pescan ilegalmente y no aplicaron una sola sanción a los buques que pescan en el territorio marítimo argentino de Malvinas; no derogaron los Acuerdos de Madrid y “trabajaron” con muchos de los autores intelectuales de estos ignominiosos acuerdos. Como refiere Montesquieu “Cuando en el reinado, existen más facilidades para hacer la corte que, para cumplir con el deber, todo está perdido” y, recordando a Ithacar Jalí: “En la tauromaquia los avisos son tres, al cuarto se llevan el toro al corral” sería justo, un merecido y oportuno retiro antes de que los desencantados les reclamen una razonable rendición de cuentas.

Por el contrario, quienes llegaron en estos días al Palacio saben lo que hacen, no impostan.

Se abrevan en aquellos 17 argentinos que hace 12 años reclamaban una revisión de la política del gobierno sobre “el conflicto” de Malvinas y, donde, “uno de los ejes centrales de la propuesta era que el gobierno adoptase una posición que tenga en cuenta el principio de autodeterminación de los isleños” (La Nación, 23/02/2012) y además buscaban adhesiones en alternativamalvinas@gmail.com; es decir, invitaban a desconocer las Resoluciones de las Naciones Unidas 1.514 (XV), 2.065 (XX), 31/49, 37/9 y la propia Constitución Nacional. Estos opinantes despreciaban las cuestiones relativas a la soberanía nacional y entendían que «la afirmación obsesiva del principio “las Malvinas son argentinas” y la ignorancia o desprecio del avasallamiento que éste supone debilitan el reclamo justo y pacífico de retirada del Reino Unido y su base militar, y hacen imposible avanzar hacia una gestión de los recursos naturales negociada entre argentinos e isleños». Es decir, no respetan la legislación nacional e internacional reconocida y les preocupa más la retirada pacífica de los militares británicos y las cuestiones mercantilistas de negociar con los isleños británicos la utilización de los recursos de Malvinas que son argentinos. La descalificación de “patrioterismo” a quienes tenemos la posición de sostener los derechos argentinos sobre Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, respaldada en los preceptos de la Constitución Nacional y el derecho internacional aplicable, habla por sí misma y, entendemos, que este tipo de opiniones, de personas influyentes, son en gran parte el motivo de los fracasos de nuestro país. No obstante, es muy interesante conocer, a quienes, dentro de la Argentina, tienen una mirada distante a la mayoría de los argentinos. Este tipo de personajes estuvieron presentes en todas las grandes gestas de la independencia y en las distintas etapas de la vida política del país. La mayoría de los problemas que sufre la Argentina no se originan solo en las apetencias de terceros países, sino en la incapacidad e intereses a los que responden nuestros gobernantes y distintos factores de poder, entre los que se encuentran.

En línea con los 17, éramos pocos y apareció Sabrina Ajmechet, historiadora y diputada por la ciudad de Buenos Aires por el PRO, quien escribió en sus redes sociales: “las Malvinas no existen. No son ni nunca fueron argentinas. Las Falkland son de los kelpers. La creencia de que Malvinas son argentinas es irracional, es sentimental” (Ámbito, 25/07/2021). Son verdaderamente notables estas afirmaciones de una diputada de la Nación y, aún más notable, la tolerancia del Congreso de la Nación para tomarle juramento a semejante transgresora de la Constitución Nacional.

Luego, Diana Mondino, la economista, directiva del Banco Roela y entonces candidata a Canciller de la República “brindó una entrevista directa a un medio británico y allí aseguró que Javier Milei respetará el derecho de los isleños” (Urgente 24, 13/09/2023) y luego, ante el rechazo general que provocaron estas declaraciones, incluso entre los votantes de LLA, trató de aclararlas, dejando más certezas que dudas sobre su posición: “Nosotros decimos que la soberanía de la Argentina sobre Malvinas es absolutamente legítima. Y hasta tanto no se llegue a algún tipo de acuerdo, Argentina va a mantener esa postura. No importa lo que yo quisiera está en la Constitución”. “La cordobesa aseguró que el reclamo seguirá vigente en tanto y en cuanto la Constitución así lo indique. “No me voy a apartar de la Constitución. Esa es la parte que para mí no tiene cuestión de ideología ni de pensamiento” (Pulxo 95.1). “Además, profundizó sobre sus dichos y destacó, que su referencia era respetar los derechos de los isleños como argentinos” (Urgente 24, 13/09/2023) y resaltó “Si creemos que las Malvinas son argentinas, los que han nacido en suelo argentino son argentinos, ¿cómo podrían no tener derecho un argentino, me podés explicar eso?”. Se lo explicamos señora Canciller, los isleños, kelpers implantados por el mismo Reino Unido que les permitió ser británicos en 1983 y lo han ratificado por unanimidad en el 2013. No son parte, según las Resoluciones de las Naciones Unidas, no hay tal derecho a la autodeterminación, sino que la posición defendida por la Argentina desde siempre es la de la integridad territorial y su posición personal ―que nos queda muy clara y en línea con los referidos 17 argentinos― no puede sostenerse desde la máxima responsabilidad de las Relaciones Exteriores de la Argentina. Sus explicaciones de extrapolación, etc., se chocan con sus clarísimas declaraciones y explicaciones precedentes.

Si algo faltaba, la reciente designación como embajador en Chile del ex Canciller Jorge Faurie ―autor junto a Susana Malcorra del Pacto Foradori-Duncan citado― es altamente preocupante, por cuanto, es precisamente con Chile, junto a Uruguay, con quien deberíamos trabajar y acordar una posición común en las cuestiones relativas a los derechos argentinos en los archipiélagos, las aguas y la Antártida, para bloquear la posición británica, que en la actualidad ocupa y explota 1.639.900 Km2 de territorio marítimo argentino, además de disputar 1.430.367 Km2 de nuestra plataforma continental extendida y otros 2.426.911 Km2 del territorio Antártico y de las aguas correspondientes. Nos preguntamos, si desde este lugar, va eliminar todos los escollos para que las Malvinas se desarrollen.

Habrá que reformar el artículo 214 del Código Penal. La Causa Malvinas no es una cuestión en la que podamos poner en duda la pertenencia ni el objetivo, que ya está perfectamente definido en la Constitución Nacional. Podremos, en todo caso, discutir la estrategia y la táctica para el logro del objetivo declarado en la Carta Magna; pero no caer en el absurdo, como en la derogación del Artículo 27º bis de la Ley 24.922 facilitando los intereses británicos.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Presidente de la Fundación Agustina Lerena. Web: cesarlerena.com.ar.

 

** Artículo publicado por Agenda Malvinas, 25 de enero de 2024.  

UNA OPORTUNIDAD PERDIDA PARA ADMINISTRAR EL MAR ARGENTINO

César Augusto Lerena*

Tras la derrota oficial comenzó el pase de facturas. En general, los dardos se tiraron a quienes condujeron la campaña electoral, en lugar de hacerlo, a quienes ocupando distintas áreas de responsabilidad en el gobierno saliente fueron incapaces de cumplir con las consignas previstas en el preámbulo de la Constitución Nacional: “…constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad…” Razón por la cual, el pueblo no les renovó su confianza. Nunca más justa la frase del General: “Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”.

No siempre se pierde el gobierno en manos de nuevas ofertas electorales, es frecuente que se deba al agotamiento de las expectativas de los ciudadanos que, pese a la advertencia de Maquiavelo de “que nada genera más resistencia que el cambio del orden vigente”, rompieron la inercia e hicieron tronar el escarmiento. De reinstaurarse el “juicio de residencia” muchos funcionarios que se van a sus casas “sin pena ni gloria” estarían en serios problemas.

Nosotros nos limitaremos ―como siempre― a opinar sobre aquellas cuestiones relativas a la administración del Atlántico Sur, Malvinas y Pesca al final de este ciclo, como lo hemos venido haciendo desde 1976.

Sabemos que los espacios marítimos e insulares representan el 68% del total de la Argentina bicontinental y marítima y que gran parte de esos territorios se encuentran invadidos y disputados por el Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB), por lo que nos adelantamos a decir que los responsables de la Cancillería (y su Secretaría y Consejo de Malvinas), la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (y su Subsecretaría y el Consejo Federal Pesquero) y el Ministerio de Defensa, no han prestado un servicio acorde a las necesidades del interés nacional. Otro tanto ha pasado con el rol de las provincias del litoral marítimo. Dándose incluso la incongruencia de que Tierra del Fuego, aun siendo un territorio directamente afectado por el conflicto (Malvinas, etc., son parte de esa Provincia) no ha tenido ningún protagonismo destacable frente a las reiteradas e inconducentes políticas de la Cancillería e, insólitamente, sus habitantes votaron mayoritariamente al nuevo presidente que, de eliminar el régimen de eximición de impuestos previsto en la ley 19.640, su sustentabilidad se verá seriamente comprometida, lo que dificultaría aún más la defensa de los intereses nacionales en la región, ante la presencia del RUGB y otros Estados.

Todo ello en un escenario internacional muy propicio para llevar adelante una Estrategia Nacional e Internacional en estas materias. El Brexit que separó al RUGB y a sus autoproclamados territorios de ultramar de la Unión Europea (2021); la tensión entre Estados Unidos y China y su interés en el Atlántico Sur y la Antártida; la guerra Rusa-Ucrania con la consiguiente necesidad de alimentos y gas; la demanda contra la pesca ilegal por parte de las organizaciones multilaterales; la ampliación de las plataformas continentales más allá de las 200 millas en la Argentina y Chile; el pre Acuerdo de la Unión Europea y el MERCOSUR; la asimetría de Uruguay en relación con la Argentina y Brasil en este mercado; el clima propicio a nivel nacional con motivo de la conmemoración del 40º aniversario de la recuperación de Malvinas.

Dejando de lado algunos reconocimientos a los veteranos producidos con motivo del citado aniversario, los reiterados reclamos inconducentes de la Cancillería al RUGB para que negocie la soberanía de Malvinas y distintos seminarios destinados a incorporar al conocimiento de los argentinos la historia y los derechos sobre Malvinas, nada ha hecho el saliente gobierno para ocupar y administrar los territorios marinos y explotar los recursos del Atlántico Sur y sus archipiélagos. Ello implica no solo una cuestión de soberanía en el mar, los archipiélagos y la Antártida y su relación con los océanos pacífico e índico, sino también la ausencia de nuevos desarrollos poblacionales, industriales, logísticos y de generación de empleo en la Patagonia argentina, cuya densidad poblacional es la más baja de nuestro territorio, en una región de alta conflictividad internacional. Los funcionarios de Cancillería se enteran por los diarios de la instalación de un radar británico en territorio nacional.

Este gobierno está entre los peores de las últimas dos décadas, ya que si bien,no fue el gestor de los execrables acuerdos preexistentes, los mantuvo, como es el caso de los Acuerdos de Madrid I y II y los privilegios al RUGB conferidos por la Ley 24.184 que, aún vencida su vigencia, no se ha denunciado.

Pese a la creación del “Consejo de Asuntos relativos a Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes”, en el ámbito de Presidencia de la Nación, en 2020, este cuerpo no generó una sola estrategia destinada a recuperar en forma paulatina algunos de los asuntos que se le encomendaron. Ya nos hemos referido al rol cumplido por algunos de los integrantes desde 1976 a la fecha (ver cesarlerena.com.ar).

En nuestro anterior artículo (César Lerena “Capaciten al secretario de Malvinas”, 27/05/2023) pese a la interesante iniciativa de capacitar a los funcionarios públicos sobre la “Cuestión Malvinas” efectuamos oportunamente algunas objeciones a la Ley 27.671 por su limitada mirada de la temática ya que, “No se trata de una disputa, sino de la apropiación prepotente del RUGB de espacios insulares y marítimos que forman parte indivisible del territorio nacional y, de la explotación de sus recursos naturales, que cercena la soberanía nacional y empobrece al pueblo argentino. La capacitación, tampoco puede limitarse a detallar antecedentes y derechos como indica el Art. 6º de la Ley, sino en explicitar qué representa política, estratégica, económica, social y territorialmente la apropiación del RUGB de estos importantes espacios nacionales (más detalles en art. referido).

No deberíamos olvidar que el RUGB no ocupa solo los 11.410 km2 de Malvinas sino que hoy invade 1.639.900 Km2 de territorios marítimos e insulares y nos disputa 1.430.367 Km2 de la plataforma continental más allá de las 200 millas y 2.426.911 Km2 del continente antártico. La Cancillería nunca se refirió a esta gravísima ocupación y disputa de nuestros territorios.

Nada se ha hecho para favorecer la fabricación de una flota mercante, fluvial y pesquera y la construcción y modernización de los puertos y, una mayor presencia naval en las regiones estratégicas de la República, en especial en el área austral del Atlántico Sur y sus accesos a los océanos Pacífico e Índico y la Antártida Argentina.

En este período los británicos desde Malvinas avanzaron sobre nuestros territorios y se apropiaron de los recursos pesqueros, petroleros y gasíferos. Construyeron un puerto en Georgias y licitaron otro de 400 metros en Malvinas; mejoraron su logística y las pistas de aterrizaje; modernizaron el armamento militar; aumentaron las relaciones con nuestros vecinos Brasil, Chile y Uruguay; optimizaron sus relaciones societarias con España para favorecer el ingreso de los productos pesqueros sin arancel a la Unión Europea pese al Brexit; la embajada británica en la Argentina pretende culturizar a los argentinos invitando a nuestros jóvenes a “visitar sus vecinos los isleños” (sic) o enseñarle inglés a vecinos de las provincias, como si el Estado argentino no pudiera hacerlo.

Los responsables del área de Malvinas dentro de la Cancillería nunca entendieron el rol de la pesca en el Atlántico Sur y Malvinas, ni el efecto que podría provocar el ordenamiento pesquero en el Atlántico y la eliminación de la pesca ilegal en este ámbito; ello, pese al informe de Lord Shackleton del 21/07/1976 y las declaraciones del director ilegal de Pesca en Malvinas John Barton, que ya en 2012 declaró que “la pesca fue central para asegurar la permanencia británica en Malvinas”. En el año 2020 el gobierno sancionó la Ley 27.564 de incremento de sanciones a la flota que pesca ilegalmente en el territorio argentino, sin embargo, nunca sancionó a la flota española, coreana y taiwanesa que extrae desde 1976 a la fecha más de 250.000 toneladas anuales de pescados del área argentina de Malvinas, a pesar de toda la normativa nacional e internacional.

Como contrapartida, en la Argentina caen las ventas pesqueras y la Cámara de Industrias Pesqueras (CAPIP) solicita la declaración de emergencia para las provincias de Chubut y Santa Cruz (Revista Pesca Puerto, 29/08/2023) agregándose a ello, que los responsables del modelo extractivo pesquero vigente (César Lerena “El modelo pesquero atrasa 50 años”, 2023) no promovió la administración y explotación integral y sostenible y, mucho menos, el combate de la pesca ilegal de todos los recursos y en particular los migratorios originarios en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina, impidiendo un desarrollo industrial sustentable, generador de empleo y de soberanía territorial en la región patagónica y, muy especialmente, aislar al RUGB en la pesca que realiza en el área de Malvinas y su logística y transporte en la ZEE y, el posterior comercio en la Unión Europea; política, en la que también estuvo ausente la Cancillería y, por el contrario España, obtuvo una prórroga de tres años post brexit para ingresar sin aranceles a Europa las materias primas pesqueras capturadas en Malvinas y procesar en aquel continente, en perjuicio de todas las empresas productoras argentinas.

Tampoco los responsables nacionales pesqueros han analizado la particular situación de las empresas españolas pesqueras radicadas en Argentina, mientras buques de igual nacionalidad pescan asociados con los isleños en Malvinas. De igual modo, empresas pesqueras del Estado chino se habilitan en el país, mientras más de trescientos buques chinos todos los años pescan ilegalmente en el atlántico sudoccidental quitándole sostenibilidad a los recursos, dañando el ecosistema del mar argentino y, en ambos casos, quitándole competitividad a las empresas nacionales y extranjeras radicadas en el país.

¿Cómo esconder un elefante? Rodeándolo de una enorme cantidad de elefantes. Lo mismo que ocurre con la pesca del RUGB en Malvinas, a la que se le agregan todos los años quinientos buques chinos, españoles, coreanos, taiwaneses, etc. que extraen ilegalmente del Atlántico Sur otras 750.000 toneladas de recursos migratorios argentinos. La Argentina no administra el Atlántico Sur.

La secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y sus funcionarios del área y la Cancillería y sus funcionarios afines no han sancionado a los buques extranjeros que pescan en Malvinas; por lo tanto, habrían incumplido con lo previsto en la Constitución Nacional y las leyes 24.543, 24.922, 26.386 y 27.564 (para mayor detalle ver los citados artículos y “Capaciten al Subsecretario de Pesca”, 10/04/2023) pudiendo estar incursos en incumplimiento de funcionarios públicos. Tanto el subsecretario de Pesca como el secretario de Malvinas y otros funcionarios han manifestado irresponsablemente que «no hay pesca ilegal en Atlántico Sur y la pesca en alta mar es legal» (Urgente 24, 30/03/2023 y otros) negando la citada legislación; pero también, la Resolución ONU 31/49 que en 1976 estableció que no se podía innovar en Malvinas, cuestión que fuera ratificada por la Res. ONU 37/9 del 04/11/1982. Y ello es una clara definición de desconocimiento; pero también, una grave confesión, ya que por un lado, no incluyen a Malvinas en el mar argentino, donde todos los años los británicos a través de licencias ilegales extraen 250.000 toneladas de recursos pesqueros argentinos por un valor de unos 6 mil millones de comercialización final y, por otro, no considerar ilegal a la pesca en alta mar de los recursos migratorios originarios de la ZEE es un lamentable reconocimiento de que estos funcionarios no han hecho nada para erradicar esta práctica depredadora que afecta la sostenibilidad del ecosistema y priva a la Argentina de importantísimos recursos económicos y del desarrollo de los pueblos del litoral marítimo.

La pesca en alta mar en las condiciones que se realiza es ilegal, al menos, por tres cuestiones básicas:

1) El Estado de pabellón al que pertenece el buque que captura a distancia no controla su pesca (Art. 91º, 92º, 94º, 211º, 212º, 217º y ss., CONVEMAR) y, si solo lo hace mediante sistemas satelitales, estos no son un instrumento suficiente para precisar si el buque está realizando o no pesca ilegal (INDNR); si el buque aplica la legislación del país de origen (descartes, etc.); si el personal trabaja en forma esclava y/o trafica droga, etc.

2) La sostenibilidad en la integridad que refiere la CONVEMAR no se puede obtener sino se efectúan en alta mar y en relación a la ZEE, los estudios e investigaciones pertinentes para determinar la “Captura Máxima Sostenible” (Art. 119º, 197º, 200º, 201º, 255º, 257º y ss., CONVEMAR); lo que provoca, que no solo la pesca en alta mar sea insostenible sino también la ZEE. Aquí aplica el principio precautorio, porque la pesca en alta mar, sin estos parámetros básicos, no se puede realizar sin depredar, menos aún, cuando no hay control del Estado de pabellón como hemos indicado y,

3) Los Estados Miembros deben tener presente que su pesca en alta mar y en la ZEE no afecta los intereses de terceros Estados (Preámbulo y Art. 59º, 87º, 116º a 118º, CONVEMAR); por lo tanto, si no hay acuerdos entre los Estados cuando en alta mar se pesca sin control, sin conocer los stocks y sin acuerdos con los Estados ribereños, la pesca es ilegal (INDNR). Este tipo de pesca alcanza también a la realizada por los buques extranjeros con redes de arrastre de fondo en la plataforma continental extendida más allá de las 200 millas, cuestión que la Subsecretaría de Pesca argentina y el CFP, llamativamente, no han prohibido.

Se depreda en alta mar en una magnitud incompatible con la sostenibilidad de las especies y, Latinoamérica y el Caribe pierden unos 20.000 millones de dólares anuales por pesca ilegal (INDNR) de recursos migratorios que tienen en los Estados ribereños (En el Atlántico Suroccidental Argentina, Brasil y Uruguay).

El gobierno nos ha puesto de espaldas al mar. El consumo per cápita mundial por año alcanza a 20.2 kg. En Europa 24 kg.; en África 10 kg y en Latinoamérica y el Caribe 9,8 Kg. Mientras que en la Argentina este consumo solo alcanza a 4,8 Kg. según el Consejo para el Cambio Estructural. El gobierno no ha llevado políticas de consumo de pescados y este es inaccesible a los argentinos y, ello, es muy grave porque esta especie provee grasas insaturadas y una proteína esencial solo comparable con la leche materna, motivo por el cual, su consumo, es vital para mejorar la dieta de los argentinos y para agregar valor en toda la cadena comercial.

La producción mundial de productos pesqueros fue de 177,8 millones de toneladas en 2020; de las cuales 87,5 millones provinieron de la Acuicultura continental y marina; es decir, un 49% del total producido. Brasil un 39%, Chile un 54%, Colombia un 51%, Ecuador un 49%, etc., y la Argentina el 0,31%, lo cual nos permite estimar que el país está perdiendo -al menos- unos 2 mil millones de dólares por año, además de mejorar la dieta y promover la radicación de emprendimientos productivos en distintas provincias del país, evitando el asentamiento en el conurbano bonaerense, donde habitan 14 millones de personas.

En materia de importación de buques, la actual política en esta materia nos remite al siglo XVIII. Somos proveedores de materias primas a España y las empresas españolas y otras que extraen nuestros recursos en la ZEE nos fabrican los buques en Vigo.

La ignorancia y la falta de políticas nacionales, somete a los pueblos a la colonización, a la expoliación sus recursos esenciales, a la falta de desarrollo industrial y poblacional de sus territorios y les roba el bienestar a todos los argentinos. Los funcionarios pasarán al olvido, destacaremos incluso sus fracasos, pero la Argentina habrá perdido cuatro años más, mientras el resto de los países y los que ocupan nuestro territorio avanzan inexorablemente.  

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL).

LA SELECCIÓN DE FUTBOL, ASIA Y EL PODER BLANDO

Marcelo Javier de los Reyes*

El 18 de diciembre de 2022 la selección de fútbol argentina venció por penales a la selección de Francia en Catar y obtuvo su tercera copa mundial luego de treinta y seis años. Se trató de un campeonato que nos mantuvo expectantes desde el comienzo pero no solo a los argentinos.

La admiración y el incremento de simpatizantes de la albiceleste, una vez más, se produjo en países muy lejanos al nuestro, como Bangladesh y la India. El furor en Bangladesh es por demás llamativo, al punto que parecían verse más banderas argentinas en ese país que en la propia Argentina. Como agradecimiento la Selección Argentina, desde su cuenta oficial, publicó un mensaje de agradecimiento dedicado a los habitantes de ese país asiático.

Bangladesh es un país asiático con una superficie de 148.460 km² y una población de más de 169 millones de habitantes que mayoritariamente profesan la religión islámica.

El 25 de mayo de 1972 la Cancillería Argentina emitió el Comunicado Conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular de Bangladesh, mediante el cual se informaba que ambos países habían decidido «establecer relaciones diplomáticas cuyo desarrollo será basado en el respeto de los principios de soberanía, integridad territorial, no intervención en sus asuntos internos o externos, igualdad y beneficio mutuo». El comunicado, firmado por los funcionarios diplomáticos de ambos países en Yakarta, Indonesia, agregaba que se había convenido intercambiar embajadores.

Comunicado Conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular de Bangladesh.

Lamentablemente, en 1978, el gobierno cívico militar de la Argentina procedió al cierre de la representación diplomática en Bangladesh. Sin embargo, la pasión de los bangladesíes por la albiceleste tuvo su origen durante el mundial de México 1986, en el que la Argentina obtuvo su segundo campeonato mundial. La figura de esa selección argentina fue Diego Armando Maradona, quien con su destreza cautivó a los habitantes de ese país, más aún con la que pasó a la historia como «la mano de Dios» en el partido contra la selección de Inglaterra en cuartos de final. No se trató sólo de una victoria deportiva sino de una «revancha» frente a los británicos tras la Guerra de Malvinas de 1982[1].

Maradona, quien falleció en 2020, fue recordado y homenajeado por el Dhaka Tribune con un artículo de consideración en el que se expresaba:

Maradona fue un antídoto contra la agitación de Argentina, que sufrió sucesivas crisis económicas y una humillante derrota ante Inglaterra después del conflicto de 1982 por las islas Falklands o Malvinas.

Y fue un bálsamo para el alma herida de los argentinos, obsesionados con el fracaso perpetuo de su país para vivir a la altura de su potencial en el escenario mundial.[2]

Además de la admiración por Diego Maradona, el triunfo en el Mundial México 1986 habría despertado la animadversión de los bangladesíes por el pasado colonial británico.

La pasión por Argentina llevó a que una presentadora de noticias de la televisión de Bangladesh posara con la camiseta de fútbol alternativa de la Argentina.

Este furor de los bangladesíes y de otros fanáticos de nuestra selección en el continente asiático es parte de ese poder blando (soft power) que la Argentina debe saber aprovechar para expandir todo su potencial, poder blando que en general no es debidamente aprovechado por nuestros gobiernos[3].

Simpatizantes de la Selección Argentina en Bangladesh.

Ese poder blando es el que podría favorecer económica y diplomáticamente a la Argentina. A pesar de no mantener una representación diplomática, Argentina mantuvo un interés comercial con Bangladesh, por lo que en 2019 una misión comercial visitó ese país. En esa oportunidad, el secretario de Gobierno de Agroindustria de la Argentina, Luis Miguel Etchevehere, mantuvo reuniones  con autoridades del sector público y privado con el objetivo de explorar la posibilidad de nuevas aperturas para productos argentinos de origen agroindustrial. Etchevehere expresó:

Nuestra relación bilateral con Bangladesh se fortalece con diálogo y presencia institucional. Este mercado nos ofrece hoy nuevas oportunidades comerciales. En esta visita hemos establecido contacto con las autoridades del ente sanitario, para impulsar la firma de protocolos para arroz, ajo fresco, pescado congelado y carne halal.[4]

Cabe destacar que en 2018 la Argentina exportó a Bangladesh bienes por US$ 496,3 millones. Según fuentes del gobierno argentino, la economía de Bangladesh ha crecido aproximadamente un 6% anual desde 2005. Entre 2009 y 2018 las exportaciones totales a ese país, aumentaron a una tasa acumulativa anual de 8,8% y en 2018 importó productos agroindustriales por más de US$ 24.000 millones[5].

En el plano comercial, el intercambio bilateral entre enero y octubre de 2022 fue de US$ 665,84 millones, con un saldo muy favorable a la Argentina, cuyas exportaciones a Bangladesh alcanzaron los US$ 647,19 millones y, por su parte, Bangladesh le exportó a la Argentina por apenas US$ 18,65 millones[6]. De tal manera que más del 97% del vínculo comercial entre Argentina y Bangladesh está representado por ventas de nuestro país a la nación asiática. Las exportaciones de Argentina hacia Bangladesh son fundamentalmente agrícolas, mientras que las de Bangladesh a la Argentina pertenecen al rubro textil[7].

Luego de la visita a Bangladesh, la misión comercial continuó viaje a la India, más precisamente a las ciudades de Nueva Dehli y Mumbai, en el marco de una agenda pactada con funcionarios indios y representantes del sector agroindustrial privado de ese país.

Una foto de los bangladesíes festejando la victoria de Argentina ante Polonia. Foto: EFE

Cabe mencionar que con anterioridad a celebración de la Copa Mundial de Fútbol de Catar 2022, los días 11 y 12 de julio, el subsecretario de Política Exterior, Claudio Rozencwaig, realizó una visita de trabajo a Dacca en el marco del 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Argentina y Bangladesh. La agenda incluyó agenda incluyó reuniones con el ministro de Estado de Asuntos Exteriores, Shahriar Alam, el secretario de Asuntos Externos, embajador Masud Bin Momen, el secretario de Comercio, Kanti Gosh, autoridades del Ministerio de Agricultura y representantes de la Federación bangladesí de Cámaras de Comercio e Industria[8].

Según el comunicado de prensa de la Cancillería Argentina, el subsecretario Rozencwaig suscribió junto al secretario para el Oeste, embajador Shabbir Ahmad Chowdhury, un Memorándum de Entendimiento sobre Consultas Bilaterales entre ambas Cancillerías ―mecanismo destinado a dotar de mayor fluidez a los contactos entre los dos países― y le entregó al funcionario bangladesí una nota del canciller Santiago Cafiero destinada a su par, el ministro Abulkalam Abdul Momen, en la cual reiteraba «el compromiso de nuestro país para fortalecer el vínculo entre ambas naciones e impulsar los contactos de alto nivel».

La información de la Cancillería Argentina daba cuenta de que en la actualidad el comercio bilateral asciende a US$ 889,7 millones, con un superávit para la Argentina de US$ 861.6 millones, destacando que Argentina podría constituirse en un proveedor confiable tanto de alimentos como de tecnología agrícola[9].

Reapertura de la Embajada Argentina en Blangladesh

El lunes 27 de febrero de 2023 el canciller Santiago Cafiero procedió a la apertura de la nueva embajada en Dacca, capital de Bangladesh, así como también de su sección consular[10]. Se trata de la primera visita que realiza un ministro de Relaciones Exteriores sudamericano a esta nación, con la que nos une medio siglo de relaciones diplomáticas. Fue acompañado por una comitiva de empresas nacionales que formaron parte de la misión comercial con el objetivo de desarrollar una intensa agenda de promoción de exportaciones y de inversiones, según informó la Cancillería. Integraron esa delegación directivos de las empresas Marolio, Ecofactory, Vetanco, Lipotech, Luna de los Andes Sabias Semillas, Letis, Santo Pipó, Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), The Halal Catering Argentina HCB, Havanna, Arcor, Baltazar-Alfa Pampa, Suplefeed, Ronalb, Club Atlético River Plate y Cargill.

La información de prensa de la diplomacia argentina dio cuenta que «el dulce de leche, los alfajores, la yerba mate y la versión bangladesí de “Muchachos” interpretada por un grupo de fans local, animó la inauguración de la nueva sede diplomática».

El canciller Cafiero procedió a reabrir la legación en ese país, la cual había sido abierta en 1974 por el gobierno del general Juan Domingo Perón y cerrada poco tiempo después, como se ya fue mencionado, por el gobierno militar del Proceso de Reorganización Nacional.

Este ha sido un gesto positivo por parte del gobierno argentino y está en sintonía con la necesidad que la Argentina obtenga beneficios del poder blando que, como ya se ha hecho referencia, es algo que la dirigencia argentina y los diferentes gobiernos ―en general― no saben implementar.

Esta reapertura apunta a un incremento sustancial de la relación comercial bilateral mediante la colocación de aceites, cereales, harinas y pellets de soja en el mercado bangladesí, a la vez de promover la cooperación en el ámbito deportivo, satelital, ayuda humanitaria y gestión de desastres[11].

El comunicado de prensa de la Cancillería destaca que esta visita es «un hecho significativo para la geopolítica argentina, ya que Bangladesh se encuentra ubicado en el cruce de Asia del Sur, Asia del Este y el Sudeste asiático, siendo el octavo país más poblado del mundo, con un mercado de más de 170 millones de habitantes».

Los ministros de Argentina y Bangladesh firmaron acuerdos sobre la exención de visas para pasaportes diplomáticos y oficiales y rubricaron memorandos de entendimiento en materia de cooperación e intercambio comercial, academias diplomáticas y fútbol[12].

En el ámbito deportivo se procedió a un acuerdo de desarrollo futbolístico lo que llevó al canciller argentino a visitar la Federación de Fútbol de Bangladesh (BFF) para cerrar la colaboración. Este acuerdo está destinado a fomentar el desarrollo futbolístico dentro del país asiático.

A modo de conclusión

Esta nueva orientación hacia los países asiáticos por parte de la Argentina se produce en un contexto global de conflicto que, nuevamente, divide al mundo en dos partes debido a la guerra entre Ucrania y Rusia. Esta división pone a los países denominados occidentales de un lado mientras que un creciente número de países comienzan a adscribirse a los denominados BRICS, liderados por Rusia y China. En ese marco, la Argentina debe aprovechar todas las oportunidades comerciales y diplomáticas que le sean favorables para incrementar su producción y sus exportaciones, así como para lograr nuevamente insertarse en la comunidad internacional.

Finalmente, sería oportuno mencionar que la Argentina retoma un camino que no es nuevo sino que se remonta al período anterior a la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En función de lo previsto en las Reales Ordenanzas Españolas de Corso de 1801, los navíos podían obtener patente de corso y mercancías. Fue así como el bergantín «Primero» (alias «Palomo»), un navío de catorce cañones, al mando de D. Antonio Toll y Bernadet, emprendió el crucero de corso que es considerada como la primera campaña corsaria oceánica argentina, relevante desde el punto de vista náutico. El «Palomo» fue uno de los buques capturados que izó la bandera de la nueva nación de América del Sur y que fue enviado para mostrarla «en los mares remotos de la India con el objeto de destruir el comercio español; llevar la noticia a Filipinas de la derrota sufrida por los enemigos en Martín García y Montevideo y encendiendo por aquellas posesiones españolas donde reclutan sus mejores marineros…»[13]. La travesía se inició el 10 de septiembre de 1814 partiendo de Buenos Aires, tocando puerto en Tristán da Cunha, bordeando el sur del continente africano para adentrarse en el Índico para encontrarse el 24 de enero de 1815 en proximidades del delta del Ganges, donde se halla Calcuta, a la que arribó el 10 de febrero de 1815. Allí hizo acopio de cáñamos y amarras, dado que Calcuta era una ciudad que se destacaba por la industria del yute. El «Primero», alias «Palomo», arribó a la Ensenada de Barragán el 18 de septiembre de 1815 finalizando no el viaje de corso que era su objetivo sino «la primera comercial a Asia», más precisamente a la India. He aquí un hito histórico que debe ser recordado como el origen de las relaciones comerciales entre la Argentina y los países asiáticos.

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Ver también: Marcelo Javier de los Reyes. «Deportes y política: multitudes y dirigentes». Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), Documento de trabajo nº 9, Buenos Aires, abril de 2002, http://www.ceid.edu.ar/serie/2002/ceid_dt_9_deportes_y_politica.pdf.

[2] Rummana Foisal Nafiu. «Argentine football genius Maradona saw heaven and hell». Dhaka Tribune, 25/11/2020, https://www.dhakatribune.com/sport/football/231418/argentine-football-genius-maradona-saw-heaven-and, [consulta: 28/12/2022].

[3] El «poder blando» o soft power es un concepto utilizado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, en general un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores a partir de recursos culturales e ideológicos, con la complementación de medios diplomáticos.

[4] «Argentina consolida su relación comercial con Bangladesh». Sitio oficial del gobierno argentino, 17/07/2019, https://www.argentina.gob.ar/noticias/argentina-consolida-su-relacion-comercial-con-bangladesh, [consulta: 12/12/2022].

[5] Ídem.

[6] Juan Pablo Álvarez. «Así es el comercio entre Argentina y Bangladesh, el país que ama a la Selección y a Maradona». Bloomberg, 03/12/2022, https://www.bloomberglinea.com/2022/12/03/asi-es-el-comercio-con-bangladesh-el-pais-que-ama-a-la-seleccion-argentina-y-a-maradona/, [consulta: 28/12/2022].

[7] Ídem.

[8] Información para la Prensa N° 374/22, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 13/07/2022, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/argentina-bangladesh-profundizacion-de-vinculos-politicos-aumento-de, [consulta: 12/12/2022].

[9] Ídem.

[10] «Bangladesh: Cafiero inauguró la nueva embajada argentina en medio de un fervor desbordante por los alfajores y al ritmo de «Muchachos»». Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, 27/02/2023, Información para la Prensa N° 088/23, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/bangladesh-cafiero-inauguro-la-nueva-embajada-argentina-en-medio-de-un-fervor, [consulta: 02/03/2023].

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Laurio H. Destefani. Belgrano y el mar. Buenos Aires: Fundación Argentina de Estudios Marítimos, 1979, p, 179 y ss.

 

Nota: el presente artículo es una actualización del escrito que se incluyó en el Anuario 2023 del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID).

 

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