Archivo de la etiqueta: Chile

LA ADMINISTRACIÓN DEL ATLÁNTICO SUR, DE LA VIA PARAGUAY-PARANÁ Y LOS PUERTOS

César Augusto Lerena*

Imagen: https://www.argentina.gob.ar/armada/intereses-maritimos/puertos

Ya hemos dicho y fundado que el Atlántico Suroccidental no está debidamente administrado por Argentina y se encuentra en gran parte invadido y explotado por el Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB), a quien, en el Pacífico, le presta apoyo logístico a esta ocupación Chile, desde su puerto de Punta Arenas y, en el Atlántico, Uruguay desde Montevideo. Ambos países son centrales para proveer a los británicos en Malvinas alimentos frescos, insumos diversos, trabajadores especializados, renovación de tripulación, armado y transbordo de los buques pesqueros y otros extranjeros que operan ilegalmente en el área favoreciendo el comercio de mercaderías, especialmente España con la Unión Europea que, pese al Brexit, admite los productos de Malvinas libres de aranceles de importación, todo ello, facilitado por las asociaciones empresarias de los isleños con los españoles.

Mientras los isleños británicos implantados en Malvinas están licitando la construcción de un puerto flotante para reemplazar el existente con una inversión de unos 200 millones de dólares (MercoPress, 10/07/2023), la Argentina no tiene política para recuperar la construcción de la flota mercante y fluvial en astilleros públicos o privados nacionales, ni una administración portuaria adecuada para atender los 79 puertos en la vía Paraná-Paraguay y los 21 del Atlántico Suroccidental y asegurar la soberanía política y el comercio nacional e internacional argentino.

En 1992, durante los procesos de privatización y descentralización, se sancionó la Ley 24.093 de “Actividades Portuarias” que, en su artículo 7º, clasifica a los puertos según la titularidad del inmueble en nacionales, provinciales, municipales y particulares y, según su utilización, en uso público: «los que por su ubicación y características de la operatoria deban prestar obligatoriamente el servicio a todo usuario que lo requiera» y, de uso privado: «que ofrezcan y presten servicios a buques, armadores, cargadores y recibidores de mercaderías, en forma restringida a las propias necesidades de sus titulares o las de terceros vinculados contractualmente con ellos» y si bien los artículos 4º y 5º refieren a que los puertos comerciales o industriales involucrados en el comercio internacional o interprovincial requieren habilitación del Estado Nacional, algunos artículos posteriores desnaturalizan la idea de que la habilitación y la administración general de los puertos deba quedar en manos del Estado.

Por ejemplo, el Título III-I de la Ley regula «la transferencia del dominio, administración o explotación portuaria nacional a los estados provinciales y/o a la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires y/o a la actividad privada». En el Capítulo I, en su Art. 11º, indica que «a solicitud de las provincias en cuyos territorios se sitúen puertos de propiedad del Estado Nacional el Poder Ejecutivo le transferirá a título gratuito, el dominio y la administración portuaria» y ello dio lugar, en muchos casos, a la formación de Consorcios de Gestión que modificaron de hecho el uso de los puertos de público a privado; además que la administración ya no quedó en manos del Estado Nacional cuando en este se realizan tráfico federal o exportación. Del mismo modo, cuando indica, que la Provincia que «no demostrase interés por la mencionada transferencia de esos puertos, el Poder Ejecutivo podrá transferirlos a la actividad privada».

El Cap. II Art. 12º va por más y regula: «En el caso especial de los puertos de Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca, Quequén y Santa Fe, la transferencia se efectuará a condición de que, previamente, se hayan constituido sociedades de derecho privado o entes públicos no estatales que tendrán a su cargo la administración de cada uno de esos puertos. Estos entes se organizarán asegurando la participación de los sectores particulares interesados en el quehacer portuario. Las provincias y los municipios en cuyo ámbito o ejido se encuentre el puerto también tendrán participación en estos entes, de acuerdo con la modalidad que establezca el estatuto respectivo de cada puerto. Las personas jurídicas que administren y exploten los puertos mencionados tendrán la facultad de determinar el propio tarifario de servicios, debiendo invertir en el mismo puerto el producto de su explotación, conforme lo establezca el estatuto respectivo» y los artículos 13º y 14º indican: «La administración de los puertos nacionales podrá operar y explotar por sí a éstos o bien ceder la operatoria y explotación a personas jurídicas estatales, mixtas o privadas, a través de contratos de concesión de uso o locación total o parcial, mediante el procedimiento de licitación pública y conforme a las disposiciones de la presente ley (y) podrá celebrar acuerdos con personas físicas o de existencia ideal, a fin de reparar, modificar, ampliar, o reducir las instalaciones existentes o construir nuevas, para la prestación de servicios portuarios…».

Lo precedente se cambia parcialmente en los Art. 21º y 22º aunque en forma imprecisa: «Todos los puertos están sometidos a los controles de las autoridades nacionales competentes, conforme a las leyes respectivas, incluida entre otras, la legislación laboral, de negociación colectiva y las normas referentes a la navegación y el transporte por agua, y sin perjuicio de las competencias constitucionales locales. Las autoridades de aplicación deben coordinar tales controles, ejercidos en razón de las responsabilidades inherentes a los organismos nacionales, al solo efecto de que no interfieran con las operaciones portuarias y, la autoridad de aplicación tendrá dentro de sus funciones y atribuciones, la de controlar dentro del ámbito de la actividad portuaria el cumplimiento de las disposiciones de la presente ley…».

Por otra parte, en el Art. 6º se indica que respecto a la habilitación, la autoridad competente deberá tener en cuenta las siguientes pautas: a) Ubicación del puerto; e) Aspectos vinculados con la defensa y seguridad nacional; i) Control aduanero y de migraciones; j) Policía de la navegación y seguridad portuaria; pero, no precisa las limitaciones o las medidas a tomar en estos casos.

Finalmente, la Ley en sus Art. 17º y 18º precisa: «Los particulares podrán construir, administrar y operar puertos de uso público o de uso privado, con destino comercial, industrial o recreativo, en terrenos fiscales o de su propiedad y los buques y las cargas que operen en los puertos de los particulares estarán exentos del pago al Estado de derechos y tasas por servicios portuarios que éste no preste».

En síntesis, la Ley indica que la Autoridad de Aplicación es nacional; que la habilitación y administración corresponde al Estado Nacional pero también que puede transferirse el dominio, la administración y explotación a las provincias o a privados y además, siendo particulares, están exentos de pago derechos y tasas cuando no se les preste servicios, cuando ello debería ocurrir en todos los puertos en los que no haya servicios prestados.

Ya nos hemos referido que según el portal Argentina.gob.ar (13/06/2023), a excepción de Buenos Aires todos los puertos estatales fueron transferidos a partir del año 1992 a las respectivas provincias, que asumieron así el nuevo rol de propietarias de las puertas que por vía fluvial o marítima las une con el resto del mundo, lo cual contradice la letra de los artículos 4º y 5º de la ley 24.093. En varios de los puertos provinciales se constituyeron organizaciones y en algunos se conformaron Consorcios de Gestión Portuaria, constituidos con la participación de los usuarios del puerto, así como de la provincia y los municipios donde están ubicados.

Por ejemplo, la Provincia de Buenos Aires dictó la Ley 11.414 modificada por la 11.930 creando los Consorcios de Gestión de los Puertos de Bahía Blanca y de Quequén como entidades de derecho público no estatal que tienen a su cargo la administración y explotación de la zona portuaria que, entre sus funciones tiene la de  “celebrar convenios con entes públicos o privados, argentinos o extranjeros; realizar todos los actos jurídicos y celebrar todos los contratos necesarios para el cumplimiento de su objeto y funciones y, ejercer en su ámbito de actuación las funciones públicas de fiscalización y control en las materias que se le deleguen” y puede observarse que la representación del Estado en el Directorio es minoritaria.

Otro caso es el Decreto de la Provincia de Buenos Aires 3.572 del 02/12/1999 por el que se crea el ente de derecho público no estatal Consorcio Regional Portuario de Mar del Plata con capacidad para realizar todos los actos jurídicos y celebrar todos los contratos necesarios para el cumplimiento de su objeto y funciones, cuya estructura y alcances es muy similar a la utilizada para Bahía Blanca. Aquí se observa que el presidente tiene capacidad de veto sobre las decisiones del Directorio pero en ningún caso las cuestiones están referidas a asuntos que puedan deberse a la Defensa Nacional, al uso de los puertos por parte de embarcaciones no habilitadas por el Poder Ejecutivo Nacional y/o el Congreso de la Nación y/o que puedan estar realizando pesca ilegal (INDNR) o relativas a la violación de la soberanía nacional, etc., lo que resulta inadmisible pueda estar en manos de simples usuarios y concesionarios.

Hay múltiples denuncias públicas respecto a la carga de combustible o reparaciones por parte de buques extranjeros o casos que se ventilaron, donde la ministra de Producción de Tierra del Fuego entendía que podía otorgar el puerto de Río Grande a empresas con capitales chinos y desde éste darle apoyo logístico a buques chinos que pescan en el Atlántico Suroccidental u otorgarle la construcción y administración del mismo a la estatal china Shaanxi Chemical Group.

Nosotros entendemos que es posible, aunque no necesariamente, que pueda tercerizarse en Consorcios o aún a empresas privadas nacionales, las cuestiones relativas al balizamiento, dragado, el otorgamiento de espacios destinados para emplazamiento de terminales portuarias, servicios de apoyo a las embarcaciones, de remolque, maniobra y practicaje, servicios relativos a la carga y descarga, los relativos al amarre, construcción y mantenimiento de astilleros, mercados concentradores o de distribución, depósitos de almacenamiento o cámaras frigoríficas y todo tipo de explotaciones industriales, comerciales o de servicios públicos o privados afines a la actividad, transportes de apoyo logístico, servicios turísticos, entidades bancarias y de negocios, emplazamiento de reparticiones públicas relativas al control de calidad, sanidad, aduana, impositivo, inmigraciones, etc., pero celebrar convenios con personas físicas o jurídicas extranjeras; autorizar el uso de los puertos a buques comerciales extranjeros, prestar servicios logísticos (combustibles, armado, reparación, alimentación, etc.) a buques pesqueros o cargueros extranjeros no autorizados, servicios de seguridad, etc., debe ser una facultad del Estado Nacional y del Congreso de la Nación en los casos que se requieran acuerdos internacionales de pesca u otro tipo.

Sería un despropósito que frente a la situación de disputa e invasión territorial de un total de 5.497.178 km2 argentinos por parte del RUGB del territorio continental antártico, la plataforma continental extendida, archipiélagos (Malvinas, etc.) y las aguas correspondientes a la ZEE insular, se pudiese otorgar “la administración” de cualquier puerto del litoral marítimo a personas, empresas o sociedades del Estado (como es el caso chino) o incluso nacionales de capital extranjero. Esto alcanzaría, por supuesto, a España y a todos los países cuyos buques operan en Malvinas, pescan ilegalmente las especies migratorias originarias en la ZEE Argentina en alta mar; disputan nuestros derechos en la Antártida o realizan investigaciones científicas en el Atlántico Suroccidental o la Antártida que deben ser autorizados por el Estado Nacional.

Con otros argumentos, el Poder Ejecutivo por Decreto 1029/92 observó la Ley 24.093 y retuvo para sí la Administración del Puerto de Buenos Aires en lugar de transferirlo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Mientras ello ocurre, nuestro vecino Chile, durante el gobierno del demócrata cristiano de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, elegido por una coalición de partidos, el 09/12/1997 sancionó la ley 19.542 que está vigente y que en su artículo 2º establece: «Las empresas a que se refiere el artículo 1º son personas jurídicas de derecho público, constituyen una empresa del Estado con patrimonio propio, de duración indefinida y se relacionan con el Gobierno por intermedio del Ministerio de Transportes…». Chile tiene claro quién administra los puertos y ya nos referimos a la incidencia que esto tiene en la política de apoyo a los británicos que ocupan Malvinas, donde la Empresa Portuaria Austral del puerto de Punta Arenas y la terminal de transbordadores de Puerto Natales es central para la sobrevivencia británica en Malvinas y su proyección a la Antártida.

Por su parte Uruguay, con la Ley de Puertos 16.246 sancionada el 03/04/1992 entendió que “la prestación de servicios portuarios eficientes competitivos constituye un objetivo prioritario para el desarrollo del país” (Art. 1º) y, “compete al Poder Ejecutivo el establecimiento de la política portuaria y el control de su ejecución” (Art. 7º), siendo “cometido de la Administración Nacional de Puertos la administración, conservación y desarrollo del puerto de Montevideo y otros que le encomiende el Poder Ejecutivo (Art. 9º).

De igual forma, habría que analizar los casos de los puertos de la vía Paraná-Paraguay donde se transporta gran parte de la exportación nacional y se trasladan en su gran mayoría con bandera extranjera, con graves riesgos de transmisión de enfermedades, tráfico de alimentos contaminados, contrabando, evasión fiscal, narcotráfico y bioterrorismo.

Recientemente los países del Mercosur y Bolivia cuestionaron a la Argentina el cobro de “peajes” en el marco del “Acuerdo de Tránsito en la Hidrovía”. Según la Ley 24.385, es probable que el término utilizado de “peaje” (derecho de tránsito o circulación) no corresponda; pero, respecto a la libertad de tránsito establecida en el Capítulo IV, la ley que aprueba el Acuerdo en su artículo 9º establece que “…sólo podrá cobrarse la tasa retributiva de los servicios efectivamente prestados a los mismos”; es decir que la Argentina está habilitada para cobrar los servicios de dragado, balizado, control policial y policía sanitaria, entre otros; que, sino realiza adecuadamente debería empezar a realizar, como parte de su obligación inexcusable como Estado independiente y seguro.

Es evidente que la Argentina no tiene una política clara respecto de quién debe administrar los puertos, en especial aquellos que se puedan considerar estratégicos y que hacen a la soberanía, defensa, seguridad nacional y sanidad, por lo que debería reformarse la ley vigente. La administración general y la política de los puertos y de los espacios marinos y fluviales deben estar en manos de Estado. La Argentina no puede admitir graciosamente el aprovechamiento de sus mares y ríos por parte de terceros y, por supuesto, de sus puertos y otras instalaciones, debilitando la soberanía nacional.

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Presidente de la Fundación Agustina Lerena. Autor de “Plan Nacional de Pesca (2023).

EL ELECTORADO DIJO ¡BASTA…BASTA…!

Heriberto Justo Auel*

“El secreto de nuestra prosperidad consiste en la conservación de la paz y el acatamiento absoluto de la Constitución y no se necesitan seguramente las sobresalientes calidades de los hombres superiores para hacer un gobierno recto, honesto y progresista. Puedo así, sin jactancia, deciros que la divisa de mi gobierno será paz y administración”.

Alejo Julio Argentino Roca -1843/1914

 

“El pitagorismo* fracasa cuando se aproxima a la esencia de lo humano”

Federico Fernández Aznar de Montesinos -1964/….

 

  1. PREMISAS** Y ELEMENTOS*** DEL CONFLICTO INTERNO.
  2. LAS ALTERNATIVAS kk PARA LOGRAR LA IMPUNIDAD DE ELLA Y LA CONTINUIDAD REVOLUCIONARIA CASTRO-COMUNISTA.

 

  1. PREMISAS Y ELEMENTOS DEL CONFLICTO INTERNO.

La Estrategia puede definirse como “el arte de la resolución de los conflictos”. Si no hay conflicto, no hay Estrategia, hay solo Administración. Consecuentemente, desde nuestro Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires ―IEEBA― cuando hacemos un análisis político-estratégico el cristal a través del cual trabajamos es ―naturalmente― el conflicto.

La “visión estratégica”**** de nuestra situación política ―que se agrava diariamente―, es ajena al conocimiento público. Los politólogos y el periodismo especializado no registran el conflicto ―el viejo asedio revolucionario castro comunista― en sus interminables crónicas diarias. A la “revolución” no la visibilizan y prefieren navegar en superficie, en las aguas maniqueas del pasado y el dramático presente local.

Para los estrategas teóricos el acontecimiento de las elecciones primarias del 13 de agosto de 2023 fue el triunfo de la “contrarrevolución”, que ganó ampliamente ―con un 46% de los votos frente al 34% de la abstención y solo un 18% de “revolucionarios kk”― pero, tenemos muy presente que “el pitagorismo* fracasa cuando se aproxima a la esencia de lo humano” y ―en este caso― esa “esencia” anida en el misterio de la conformación del complejo 46% y en el desencanto del 34%.

  • La “progresía de izquierda y derecha” ―contabilizada dentro del 46%― ¿emigrará para reunirse con sus pares de la izquierda kk?
  • Los desencantados del 34% ¿se mantendrán en su pesimismo egoísta o entenderán que su actitud es suicida?
  • Los gabinetes de los candidatos “contrarrevolucionarios” ¿tienen estos interrogantes en sus platinas o solo piensan en la destrucción del otro?

Con referencia al magro 18% de la “revolución” ―con un candidato no deseado, pero único disponible― el camino para retener el poder ―en el ámbito de la contraofensiva continental del FSP― ¿se ha reducido solo al empleo del “hard power” ―modelo chileno― de la “insurgencia – sediciosa” que ya ha iniciado ―el lunes 14 de agosto de 2023― las “preliminares de la batalla” o tendrá alternativas?, mientras tanto el periodismo ―unánime y angelicalmente― se pregunta:

  • ¿Quién estará detrás de los asaltos a los mercados? o
  • ¿se dieron cuenta que los hechos vandálicos se producen a la misma hora en distintas ciudades?

No pueden superar los efectos del relato falaz de los kk ―de los últimos veinte años― que manipuló/a a los cerebros de la sociedad. Si levantaran la mirada se encontrarían con la paradoja que la “revolución” es nuevamente gobierno en la Argentina desde el 2003, cuando “llegó democráticamente, para quedarse”. Esta vez hará algo más que no entregar la banda y el bastón: aspira no entregar al gobierno.

Hechas estas aclaraciones, debemos agregar como “ineludible premisa que el cristal que emplearemos en este ensayo es el que sostenemos desde hace décadas: que la naturaleza de la longeva crisis-decadencia argentina es “cultural/política”.

Ella es la que nos llevó/a a graves conflictos “socioeconómicos”. Si no resolvemos las causas de esa crisis, no resolveremos el conflicto. No habrá pacificación nacional y ―consecuentemente― no habrá progreso.

En los últimos meses hemos publicado temas parciales relacionados con nuestra grave situación conflictiva que evolucionará notablemente entre las elecciones primarias del 13 de agosto de 2023 y las elecciones generales del 22 de octubre de 2023: sesenta días decisivos para nuestro futuro ―cuando ya conocemos quienes competirán por la Presidencia de la Nación―.

Hay una directa relación del probable éxito de estas candidaturas locales, con la evolución situacional de la contraofensiva revolucionaria castro comunista continental. Dichos temas pueden consultarse en www.ieeba.org y son los siguientes:

  1. “La Celac, la Unasur y el Consejo de Defensa Suramericano”. 27/01/2023.
  2. “El resurgir de la Argentina”. Recensión. Febrero de 2023.
  3. “La Argentina en Marzo de 2923: bien orejano, mostrenco y en la estacada”. 14/03/2023.
  4. “El futuro de la Argentina exige el sinceramiento del actual sistema de representación”. 21/04/2023.
  5. “Reencontrará ―la dirigencia occidental― el sendero de la “Paz Westfaliana” en el siglo XXI”? 24/05/2023.
  6. “Una puñalada trapera que veíamos venir”. 12/06/2023.
  7. “Entrevista con “Al modo de Pimpi”. 14/06/2023. https://youtube.com/@ricardojuliobava5044
  8. “Jujuy: “Insurgencia “ y “Sedición” impunes”. 09/07/2023.
  9. “La Argentina 2023: su longeva crisis, sus conflictos y estados de guerra”. 22/07/2023.
  10. “Iberoamérica bajo el asedio de la contraofensiva revolucionaria castro comunista, desde 24/07/2019”. Instituto INEJHI. Montevideo. 2021. https://www.youtube.com/watch?v=6Hx6SE-rW7o

Decíamos en 1, el 27/01/2023:

“Enumeremos sintéticamente las sucesivas campañas que el proceso revolucionario ha desarrollado en nuestro país ―a lo largo de seis décadas, sin solución de continuidad― pues ya hemos llegado a la 7ma. Campaña”.

“1ra. Campaña: 1959/1974: desarrollo de la “doctrina foquista” del Che. Fracasa.

2da. Campaña: 1974/1983: terrorismo revolucionario urbano. Fracasa.

3ra. Campaña: 1983/1989: Decreto 158/83. Se judicializa la política ―guerra―. Éxito Revolucionario.

4ta. Campaña: 1989/1998: Ataque al RIMec 3-Amnistías-Derogación del Punto Final. Limbo.

5ta Campaña: 1998/2020: Los kk ingresan al “chavismo”. Vicentín. Declinación kk.

6ta. Campaña: 2020/2022: Ataque kk al remanente Poder Judicialque se agravará a partir de la solicitud de sentencia en la causa “Vialidad”―. Se percibe una “reacción por impotencia” en la gestualidad y en los dislates discursivos de “Ella”, la Cte. revolucionaria.

7ma. Campaña: 2022/…Se inicia con la reciente solicitud de sentencia de los Fiscales de la causa “Vialidad”. Jaque a la reina. La revolución ―conducida desde el Foro de San Pablo, el Grupo de Puebla y la CELAC― ha iniciado el apoyo internacional de Ella, ignorando sus delitos de corrupción. Los kk inician las preliminares de una “probable insurgencia” ―a iniciar antes o después de la próxima sentencia―. Se abre un período de movilización permanente, desórdenes urbanos y agitación prerrevolucionaria ocasionada por una minoría interna, con los viejos objetivos de los ´70, pero con una actualizada instrumentación híbrida de sus maniobras. La incomprensión ―de la oposición― de lo ocurrido al débil Piñera ―octubre de 2019― frente a la acción insurgente revolucionaria que llevó a Chile a la situación institucional actual, hace que esta pueda repetirse en Buenos Aires”.

Han pasado siete meses desde el momento en que hicimos esa advertencia, pero la “incomprensión de la oposición” continúa y la “insurgencia revolucionaria” está reactivada, en una etapa pre-sediciosa desde el 14/08/2023. La dirigencia ―por ignorancia, conveniencia o compromiso― miran a la Rosada o al Senado, cuando debieran mirar a la Casa Patria y al Consejo de Defensa Sudamericano.

Decíamos en 4, el 23/04/2023:

En nuestra querida Patria Argentina no tendremos desarrollo nacional mientras mantengamos los “estados de guerra” que ignominiosamente soportamos desde 1983. La pacificación nacional debe llegar en 2023 con un futuro gobierno que debería entender que la etiología de nuestra crisis-decadencia es cultural y política, a pesar que todas las miradas estén puestas hoy en la economía, en la inflación y en la pobreza, consecuencias de aquellas causas primeras. Es necesario atacar a esas causas. Es imprescindible sincerar las coaliciones de gobierno. “No es la sociedad en la que se vive la que os salva, sino la manera de vivir… Adán se pierde en el Paraíso y Lot se salva en Sodoma”.

El I Ching*****―la más antigua sapiencia china― indica seguir los senderos que ya nos han llevado al éxito en el pasado y ese sendero fue el abierto por la Generación del ’80, liderada por el Tte Grl Roca, siguiendo las ideas de la Generación del 37 en la que brilló el genio de Juan B. Alberdi. Por ello en el acápite de este trabajo están las palabras de nuestro Estadista y Grl invicto: “El secreto de nuestra prosperidad consiste en la conservación de la paz y el acatamiento absoluto de la Constitución.

Y para aquellos idealistas que aspiran contar con candidatos “perfectos”, el Grl Roca agrega: “y no se necesitan seguramente las sobresalientes calidades de los hombres superiores para hacer un gobierno recto, honesto y progresista.

En estos sesenta días previos a las elecciones presidenciales tenemos la oportunidad de volver a encontrar el sendero que hemos extraviado después del Primer Centenario. La Pacificación Nacional debiera ser el objetivo político central del nuevo gobierno, acompañado por “una manera de vivir”, aquella que heredamos de nuestros abuelos: la cultura Occidental Cristiana ―nuestra identidad― sostenida por la religión Católica, Apostólica y Romana, como establece el Art. 2 de nuestra Constitución Nacional. Lo demás sobrevendrá, en un ámbito de Libertad.

Otro de los grandes objetivos políticos que la situación que vivimos exige lograr, es el un mayor “desarrollo político”mayor participación y verdadera representación en el sistema político―. Así lo expresábamos en el punto 4:

“El intento de disputa de liderazgo en el PRO ―a través del citado “hecho político”― abre indirectamente la oportunidad de “sincerar el sistema de representación”. Si ese paso fundamental se diera, quedaría asegurada la gobernabilidad del próximo turno presidencial. En Ciencia Política este imprescindible avance estructural toma el nombre de desarrollo político********. Tema ausente en los ámbitos políticos. Eliminar a las quintacolumnas enquistadas en las coaliciones políticas electorales tiene en el presente año esa posibilidad inesperada ―otorgada por un imponderable― para lograr ―por esa vía― una sólida y homogénea coalición política de gobierno”.

La ausencia de “real participación” y “honesta representación” de la ciudadanía en el sistema político originó ―en las elecciones primarias―:

  • un 34% de abstención y votos en blanco ―los pesimistas―,
  • un 20% sorpresivo de “los anarco-libertarios” ―los contrarrevolucionarios―,
  • un 19% de JxC ―los contrarrevolucionarios― y solo
  • un 18% JxP ―los revolucionarios kk―

Los Contrarrevolucionarios suman 49% ―frente al 18% de los revolucionarios― y 34% de pesimistas. Si la mitad de pesimistas cambiaran de opinión y se sumaran a los contrarrevolucionarios, estos alcanzarían un 66%, es decir, triplicarán largamente a los kk. PERO, van divididos.

Hay 60 días para una profunda reflexión de las dirigencias contrarrevolucionarias. Los anarco-libertarios saben que no contarán con la gobernabilidad necesaria 2024/2027 y JxC sabe que para obtener la masa crítica mínima, deben acordarANTES de las elecciones presidenciales― un sólido gobierno “equilibrado”, NO AMONTONADO NI MODERADO.

Ambos sectores contrarrevolucionarios ―si lo hicieran― conformarían una homogénea mayoría para lograr la Pacificación Nacional y un progreso indefinido.

Para ello, AMBOS DEBERÍAN HACER OPORTUNAS CONCESIONES Y ARROJAR EL LASTRE QUE CARGAN EN SUS RESPECTIVAS ORGANIZACIONES (1).

El 34% de pesimistas ―índice actual de desconfianza del “mandante”― es la resultante de las falacias políticas que la “pseudo-revolución kk” fue desarrollando durante dos décadas. La realidad política objetiva y la ineptitud de su credo han quedado demostradas en la Iberoamérica de Lula, Petro, Evo/Arce, los Ortega, Maduro, Castillo o Boric. Recordemos aquella sentencia de Antonio Gramsci dirigida al eurocomunismo: “para nuestra conquista del poder, las clases medias occidentales deben llegar al comunismo sin darse cuenta”.

Así es como la Argentina ―en las últimas cuatro décadas― se autodestruye.

Bullrich y Milei no deben anticiparse en cometer mismos errores que los homologa a los ya fracasados Macri, Piñera o Lasso. El “nuevo Macri” ―el de su “Segundo Tiempo”― tiene en los próximos acotados días la tarea política más importante de los últimos cuarenta años: LOGRAR LA NUEVA COALICIÓN LIBERAL/CONSERVADORA DEL SIGLO XXI. EL P.A.N. DE NUESTRO TIEMPO.

No estamos pidiendo un milagro. Rogamos que tengan un mínimo de razonamiento y dejen a sus egos colgados en la puerta. No creo que haya otra oportunidad para la Argentina. La alternativa es Cuba, Venezuela o Nicaragua.

Esta absoluta y posible mayoría no podrá ser quebrada por las artes del potenciado “Nuevo Tartufo” que perdió las elecciones en su propio municipio, el poliedro de infinitas caras ―Sergio Massa― encaramado como ministro sobre la caja nacional para comprar ―en nuestras barbas― al electorado hambreado. Desde una minoría absoluta ―como lo hizo Él― y con una contrarrevolución dividida, podrá llegar a la presidencia para sostener a la impunidad de Ella ―que no logró su antecesor― y llevarnos al infierno revolucionario, que miramos y no vemos.

Repetimos, no olvidamos lo que anotamos más arriba: “El pitagorismo fracasa cuando se aproxima a la esencia de lo humano”. Por ello, apelo a la memoria y mérito de dos soldados: uno sanmartiniano de la primera hora que como Director Supremo sostuvo al Plan Continental de la Independencia Iberoamericana; y el otro ―quien fuera mi alumno en la ESG― que, como guerrero-comando en Malvinas enfrentó con bravura al enemigo histórico, recientemente fallecido: ruego a ellos que inspiren a sus retoños para que actúen con grandeza y que sus sacrificios no hayan sido en vano.

 

  1. LAS ALTERNATIVAS kk PARA LOGRAR LA IMPUNIDAD DE ELLA Y LA CONTINUIDAD REVOLUCIONARIA CASTRO-COMUNISTA.

Ante el fracaso de Ella ―con la elección de Tartufo como presidente contratado― para alcanzar su impunidad ―por el mayor latrocinio realizado por una pareja presidencial en el ejercicio de sus funciones― se les hace imprescindible la continuidad del proceso revolucionario castro-comunista que adoptaron ―desde el inicio de sus sucesivos mandatos, bajo la dirección de Horacio Verbitstky (a) el Perro― para acrecentar poder y encubrir ―con la política de los derechos humanos― el desguace institucional del Estado. Hoy la Argentina es “zona liberada”.

Para lograrlo y frente al desastre de su actual gobierno, Ella debe encontrar ―necesariamente― alternativas para la retención del poder, a través del nuevo y renovado Tartufo, mucho más peligroso que el eclipsado, en el ámbito de la contraofensiva revolucionaria lanzada por el FSP el 24/07/2019 en toda Iberoamérica para recuperar y/ retener los gobiernos “revolucionarios”.

En ese sentido hemos llegado ―en el post-primarias― a una instancia decisiva para la Argentina. Está en juego su sobrevivencia como República Constitucional. Vivimos momentos de alta tensión social, mientras se desarrollan en nuestras calles las acciones de nuestro complejo enemigo ―el castro comunismo, el narcoterrorismo y el globalismo, actuando de consuno― correspondientes al alistamiento de las “preliminares de la batalla” conducida centralmente por el FSP, con apoyo local.

En estas nuevas guerras asimétricas/híbridas/irrestrictas aparecen elementos intangibles, sorpresivos e imponderables que conducen ―con horror― al objetivo perseguido por una minoría activa, frente a una mayoría perturbada y manipulada por la sedición revolucionaria. Lo hemos visto en Santiago de Chile, recientemente. Son las guerras del siglo XXI.

En Chile cayó un gobierno conservador ―ante el asombro iberoamericano― que concedió el cambio de Constitución. Ese mismo electorado ―meses después― rechazó lo que había votado. He ahí los efectos de la manipulación psicopolítica de una específica violencia dirigida por expertos. En Buenos Aires ―inversamente― la “revolución” debe retener un gobierno propio, sabiendo que la elección de octubre la tiene perdida.

La clave para retener el poder está en la máxima división de la mayoría: “la derecha” que de hecho ya lo está: una “extrema anarco liberal” y una “moderada”.

He allí el efecto de la presencia de los “topos” socialdemócratas. Los radicalizados alfonsinistas ―ver (1)― unos que no callan, pero existen otros ―que ya no se autodenominan progresistas― estos son los llamados a “fragmentar al máximo” a la oposición, desde su antiguo “entrismo”.

El arsenal insurgente disponible es variado y está en apresto, circunstancialmente en manos de un candidato no deseado, el poliedro ex UCD, navegante en “aguas de borrajas”*******, presidente de facto, ministro de economía y comprador compulsivo de votos ―a la luz del día― con dineros públicos.

Según evolucione la inclinación del electorado ―en las próximas semanas― se seleccionará el instrumento a emplear:

  • Si se asegura un ballotage Massa – Milei, se llegaría a la elección presidencial, pues se apostaría a un juicio político asegurado.
  • Si en cambio se va al ballotage Massa – Bullrich, se haría necesario trasladar el heterogéneo voto anarco-liberal y el blanco a Massa.
  • Si en cambio Massa no llegara al ballotage ―ante el eventual fracaso de un fraude electrónico en un distrito importante― se recurriría al modo chileno: la insurgencia sediciosa.
  • Todos los instrumentos estarían alistados y en apresto.

Frente a estas posibles y probables alternativas de los enemigos de la Argentina, la oportuna negociación para acordar una fórmula liberal-conservadora ―firme y moderada― entre Bullrich y Milei, es posible. Se lograría una mayoría imbatible, aunque los revolucionarios sediciosos intenten el camino de la violencia.

Como el Conde Mirabeau ―en tiempos de la Asamblea Francesa― el Ing. Macri, desde el lugar que él mismo eligió para posicionarse, es el factor ideal para la unidad de la oposición liberal-conservadora, partidaria de la Paz y el Progreso. En momentos tan difíciles como los de hoy, un soldado dijo:

“Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las grandes empresas”

Frase del Grl San Martín en carta a los Congresistas de Tucumán en 1816, cuando vio vacilaciones en algunos de ellos para declarar la Independencia.

“El secreto de nuestra prosperidad consiste en la conservación de la paz y el acatamiento absoluto de la Constitución y no se necesitan seguramente las sobresalientes calidades de los hombres superiores para hacer un gobierno recto, honesto y progresista. Puedo así, sin jactancia, deciros que la divisa de mi gobierno será paz y administración”.

Alejo Julio Argentino Roca -1843/1914

 

Aclaraciones  citas:

*El pitagorismo: Sus aportes fueron sumamente importantes para la civilización actual. Dentro de ellos destacan las tablas de multiplicar, la existencia de los números racionales, el teorema de Pitágoras, los intervalos entre las notas musicales o el monocordio, entre otros.

**Una premisa: es cada una de las proposiciones anteriores a la conclusión del argumento.

***Un elemento: es una pieza, fundamento, móvil o parte integrante de un cosa.

****Visión estratégica: es una imagen global, a largo plazo, de los objetivos de una organización y de los métodos para alcanzarlos. Orienta la estrategia y las decisiones de un Estado o de una empresa.

***** El I Ching: es el más antiguo de los textos clásicos del pensamiento chino. Se le atribuye a Weng Wang, fundador de la dinastía Chou; otras voces al mítico emperador Fu Ha y en algunas oportunidades a Confucio. En todo caso su antigüedad puede situarse por lo menos entre los años 1.000 y 2.000 A. C.

******Masa crítica: es ―en sociología― una cantidad mínima de personas necesarias para que un fenómeno concreto tenga lugar. Así el fenómeno adquiere una dinámica propia que le permite sostenerse y crecer.

*******Aguas de borrajas: “navegar en agua de borrajas”: cuando tenemos ciertas esperanzas puestas en algo y éstas se diluyen de manera repentina, quedando en nada.

 

(1). La Capital. “Dirigentes radicales se rebelan a la conducción y rechazan respaldar a Bullrich en las elecciones”. 27/08/2023. (Federico Storani, Mario Cimadevilla y Ricardo Alfonsín se mostraron contrarios a la decisión partidaria de mantener el apoyo a la candidata presidencial de Juntos por el Cambio).

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

LA ARGENTINA DESARMADA Y RODEADA

François Soulard*

Una combinación emblemática de political warfare, confrontación militar y guerra subversiva

Estrella mundial del fútbol, la posición de Argentina en el plano geopolítico y estratégico es mucho menos gloriosa. Este mismo año 2023 se celebraron discretamente los cuarenta años de democracia (desde el final de la última dictadura militar), que parece haber sobrevivido de milagro a la involución que vive el país desde hace varias décadas. Una profunda erosión del aparato político-estratégico, teatros de sombras con partidos reciclados en coaliciones circunstanciales, la economía al borde del precipicio y una sociedad abierta pero desafiante y fragmentada. Forjada hace poco más de dos siglos tras un poderoso impulso fundacional, rica tanto en extensión geográfica como en recursos, la nación argentina hoy se encuentra desprovista de numen político y cultural, al margen de sí misma y entregada a los vientos de la globalización.

Los motivos invocados para explicar esta situación varían. Algunos plantean los argumentos ya clásicos de la corrupción institucional, la falta de cohesión de las élites o los repetidos errores en la gestión económica. Otros buscan justificaciones en el retorno a un pasado glorificado, posturas culpógenas o el barrido de «impurezas» políticas. A semejanza de otras sociedades fracturadas, la pérdida de referentes explicativos aparece como un problema que se suma a los demás, al no poder el espacio político-informativo brindar un discernimiento de las dinámicas internas del país y su conflictiva inserción en la globalización. Sin embargo, para comprender el itinerario de esta ramificación del extremo Occidente, es precisamente necesario abstraerse del lenguaje convencional de las ciencias sociales y políticas y pasar a un marco de interpretación fundamentalmente conflictivo y polemológico.

De hecho, la nación argentina sigue sufriendo los reveses de un desplome estratégico desde el final de la Primera Guerra Mundial y de dinámicas conflictivas que no ha sabido anticipar ni controlar. Estas dinámicas fueron moldeadas por las relaciones de poder durante la Guerra Fría en América Latina y luego amplificadas por las modalidades de confrontación contemporáneas en las que la dimensión inmaterial juega un papel eminentemente estratégico.

La primera dinámica conflictiva, heredada directamente del mundo bipolar, proviene del largo e irregular choque, a partir de 1955, entre el aparato estatal liberal y la lucha armada marxista-leninista en toda América Latina. Los focos revolucionarios desarrollados en suelo argentino son particularmente activos, pero están destinados a su destrucción por la aberración ideológica del foquismo que los subyace. Su radicalización a principios de la década de 1970 formó el tejido de una guerra civil que obligó al Estado argentino a reforzar la seguridad interna y fagocitar la democracia. De 1976 a 1983, el régimen militar, duro y represivo, salió exhausto de la confrontación, incluso en lo económico. Como en otras partes de América Latina, la lucha armada fue derrotada en el plano militar, pero su vanguardia no abandonó la ideología y su vocación revolucionaria. En connivencia paradojal con el Reino Unido, que abrió un frente militar en el Atlántico Sur, se enfrascará de manera paulatina en otros tres campos de actuación, la información, la justicia y la política, con el objetivo final de conquistar el poder.

El retorno a la democracia en 1983 reabrió precisamente este espacio informativo y político, con el imperativo de implementar una reconciliación adaptada al contexto previo de guerra civil. Se cometieron atrocidades en ambos lados. Acaba de producirse una segunda deflagración militar en el Atlántico Sur que Londres se ocupa de prolongar en la forma de una «guerra a través del medio social». La inteligencia británica introdujo, a través del jurista argentino Carlos Nino doctor en Filosofía en el área Jurisprudencia graduado en la Universidad de Oxford, un enfoque de reconciliación basado no en la justicia militar sino en la justicia civil y el derecho penal. Este enfoque se celebró como una innovación en el escenario local e internacional, en comparación con otros enfoques de reparación posconflicto (Camboya, ex Yugoslavia, Nuremberg, etc.). En la práctica, se llevará a cabo de una manera extremadamente sinuosa y selectiva a lo largo de cuarenta años de activismo político-judicial. Al final de un proceso muy controvertido, las Fuerzas Armadas y la Junta Militar serán efectivamente condenadas, mientras que los autores de la lucha armada, sancionados en un principio, serán indultados en la década de 1990.

Se siembran así los gérmenes de una guerra de frente inverso y de un primer cerco cognitivo. Por un lado, el enfoque judicial sesga la naturaleza del proceso de pacificación posterior a la dictadura y amputa al Estado de sus Fuerzas Armadas. Por otra parte, se inculca en la propia sociedad un proselitismo de los derechos humanos, con el fin de cercar el ámbito militar y expiar en él la responsabilidad por la violencia. Una guerra informacional apoya este modelaje cognitivo. La Junta se convierte en el único sinónimo de «terrorismo de Estado», «crimen de lesa humanidad» y el «genocidio» que generara «30.000 víctimas», mientras que Argentina se eleva a modelo internacional de reconciliación bajo el derecho civil. El cerco mental y judicial parte en dos el proceso de pacificación que cabía esperar de una guerra civil que dejó al margen a 17.000 víctimas (muertos y heridos) y más de 22.000 hechos violentos perpetrados por la lucha armada (las cifras oficiales indican alrededor de 9.000 víctimas mortales a manos del régimen militar). La ofensiva cuenta con el apoyo financiero tras bambalinas de agencias británicas y estadounidenses. El vector de inseminación se apoya en particular en un ambiguo agente local que trabajó a la vez para las formaciones revolucionarias, el gobierno militar y el reino de Su Majestad. Encuentra eco a nivel internacional en la socialdemocracia europea y está fluidamente entrelazado con los términos de la influencia globalista (derechos humanos, género, sociedad abierta, etc.). Además, la permeabilidad estimulada por este modelado de la arena democrática esculpe un ambiente favorable al relanzamiento de una agenda de lucha subversiva que se extiende a todo el subcontinente.

La segunda dinámica de conflicto, íntimamente ligada a la secuencia anterior, tiene su origen en la guerra abierta en el Atlántico Sur en 1982. La Junta Militar agitó la idea nacionalista de una Argentina bicontinental y una reconquista de las islas Georgias del Sur y Malvinas. En este punto de la Guerra Fría, Londres percibió que una victoria militar en el marco de una guerra limitada podría serle beneficiosa, tanto en el plano militar como en el de la información. El Estado Mayor estadounidense aseguró su apoyo a la Junta Militar en caso de conflicto. El Ejército Argentino, mal preparado y sin conciencia de la correlación de fuerza militar, cae de cabeza en la trampa tendida por la Albión. La presencia de un buque civil argentino en la isla Georgia del Sur, autorizado previamente por la Cancillería británica, sirve como incidente de provocación. Después de un breve episodio de negociación, el enfrentamiento armado terminó en la debacle de Buenos Aires.

Aquí también, el enfrentamiento militar, rodeado de maniobras de información, es una fase entre otras secuencias imbricadas cuyo alcance estratégico es igualmente insidioso. El régimen argentino, desacreditado en varios frentes, se desintegra, mientras Londres activa en la sociedad argentina una contención normativa y cognitiva que apunta a amputar su capacidad estratégica de manera definitiva. Se compone de dos líneas: el apoyo encubierto a la acción subversiva del movimiento revolucionario y el apoyo a la política de derechos humanos (como se mencionó antes), uno de cuyos objetivos comunes fue neutralizar a las Fuerzas Armadas (prohibición por ley de las Fuerzas Armadas para inmiscuirse en asuntos internos); la influencia de los tratados internacionales para favorecer los intereses británicos en el Atlántico Sur, de los cuales Chile se beneficiará.

Con el paso de los años y al arbitrio de los flujos y reflujos creados por las crisis políticas, el movimiento neomarxista logrará reconquistar el espacio político y desarrollará una agenda extrañamente funcional al desmantelamiento del aparato político-estratégico argentino, bajo la apariencia de progresismo de los derechos humanos y retórica soberanista, proceso que se desarrolló bajo la mirada relativamente benévola de la potencia norteamericana. Por el momento, esta contradicción no ha sido socavada en serio por ninguna formación política. Las conquistas económicas del antiguo imperio británico sobre el dominio marítimo de las Islas Malvinas ascienden a una superficie equivalente al territorio continental argentino, al tiempo que la pesca y su manejo ilegal en connivencia con otras potencias extranjeras generan abundantes dividendos (más de 600 millones de dólares anuales).

La democracia argentina es así el teatro de una guerra nueva y de otra no armada, interna, endógena, muchas veces indescifrable e invisible. Esta no se resuelve únicamente en las renuncias o capitulaciones mostradas por sucesivas generaciones de dirigentes políticos frente a los daños de conflictos heredados del pasado. Este estado de guerra interna, de carácter fundamentalmente ofensivo, resulta de una modelación cognitiva de la sociedad argentina y de un nuevo choque entre una nueva matriz subversiva, retoño del reciclaje de inspiración marxista-leninista, y una matriz liberal adherida al tejido republicano del país. Este choque tiene lugar en el ámbito de la democracia misma y en su espacio económico, de la información, normativo y jurídico.

La primera matriz supo obtener una ventaja estratégica en las últimas tres décadas. Practicó con eficacia el entrismo de los partidos políticos tradicionales (tanto de derecha como de izquierda) y orquestó una activa guerra de la información, entrelazada con operaciones judiciales, económicas o violentas, pudiendo sacar provecho de las múltiples contradicciones conceptuales y estratégicas de su oponente liberal. Su llegada al poder en 2003, primero con Néstor Kirchner, infundió un Estado dual, conjugando el mantenimiento de una fachada institucional y una economía anémica, con poblaciones cautivas, una matriz clientelista en connivencia con el universo ilícito, que ahora se ofrece al mejor postor (China).

El resultado de esta confrontación es un estado de semidislocación de la sociedad argentina, atravesado de cabo a rabo por líneas de falla culturales, políticas e identitarias. El colmo es haber llegado a ciertos mitos fundacionales del país y haber desarmado precisamente a buena parte de los propios ciudadanos argentinos en la medida en que su entendimiento, es decir, el paisaje perceptivo y las herramientas de comprensión estratégica de la realidad, se convirtieron en uno de los principales objetivos del enfrentamiento. La dificultad es manifiesta a la hora de captar cabalmente este contexto, sean cuales sean los colores políticos, incluso, por supuesto, para los partidos empantanados en el posibilismo y la moderación y aun cuando existen iniciativas que buscan romper este blindaje perceptivo. En este sentido, el voto en las primarias, en agosto de 2023, por el joven outsider ultraderechista Javier Milei viene a señalar una demanda de transición.

La ausencia de preocupación del mundo académico e intelectual sobre la fisionomía de esta guerra silenciosa y sistémica contribuye indirectamente a perpetuarla. Sin embargo, existen casos similares y se dispone de conocimiento sobre esta área menos popular de las guerras intangibles. ¿Existen otras opciones para la nación sanmartiniana que aprender a rearmarse y construir, desde su propia historia y a la luz de las mejores experiencias internacionales, un nuevo arte de combate?

* Nacido en Francia, es ensayista y coordinador de la plataforma internacional de comunicación Dunia. Titular de una maestría en Ciencias de la Tierra en Francia. Se dedicó a la planificación territorial en el norte de Francia hasta el año 2003, para luego ser observador-partícipe de las dinámicas sociopolíticas en varios continentes. En 2012 fundó la plataforma Dunia en pos de brindar servicios de comunicación digital e investigar el rol estratégico de la información. Ha sido partícipe de distintos movimientos sociales en la región, en Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Es autor de «Una nueva era de guerra informacional en América Latina»; coautor del «Diccionario del poder mundial» (2015) y «Democracia digital» (2020). Tradujo al español y al inglés algunas obras del geoestratega Gérard Chaliand («Por qué Occidente pierde la guerra, Terrorismo y política, Atlas estratégico»). Desde 2020 colabora con la Escuela de Guerra Económica en Francia.

Miembro de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG.

Nota disponible en francés en la revista Conflits: https://www.revueconflits.com/largentine-desarmee-et-fragilisee/