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GUERRA HAMAS-ISRAEL. GUERRA DE 5ª GENERACIÓN: INFORMACIÓN Y PROPAGANDA.

José Abdala*

La campaña de relaciones públicas de Hamas está funcionando. Ha podido superar a Occidente, a su maquinaría comunicacional, todo su dinero y agencias de inteligencia. Occidente está persiguiendo la zanahoria desde atrás y reacciona constantemente a las jugadas de Hamas. No está siendo proactivo, sino que está siendo reactivo.

La primera semana de operaciones entre Israel y Hamas fue disputada, había un equilibrio de fuerzas en lo que respecta a información y propaganda; la segunda semana fue visible cómo Estados Unidos, el Reino Unido e Israel comenzaron a entrar en pánico.

El intenso bombardeo de Gaza y las víctimas civiles son la razón principal del fallido intento estadounidense-israelí de controlar la narrativa a nivel internacional. El cerco mediático israelí se ha roto.

Vale la pena mencionar que la campaña fallida en Ucrania fue el comienzo de la caída de Occidente en el dominio de la información y de la propaganda.

Como analista puedo ver que las FDI (Fuerzas de Defensas de Israel) creen que están perdiendo la guerra de información y propaganda y continuamente llevan a cabo control de daños. El problema es que en el medio de la operación de control de daños realizan otra acción cinética, como un bombardeo, que empeora más aún su imagen frente al público en general.

El Reino Unido, Estados Unidos e Israel siempre tuvieron éxito en el control total y absoluto del espectro de la información y propaganda; es la primera vez que lo están perdiendo.

Las redes sociales y los ciudadanos individuales que compartieron información fueron la razón principal de esta sorprendente derrota.

El problema es que cuando pierdes el control del espectro de la información y propaganda, no tienes más remedio que tratar de aplastar a tu enemigo y re-escribir la historia, o tu fin está casi asegurado. Se puede esperar que esto derive en un conflicto más amplio en todo Medio Oriente.

Asalto a Gaza

La demora en la ofensiva contra Gaza es consistente con el despliegue de sistemas de defensa aérea de los Estados Unidos en la región para «proteger» a las tropas estadounidenses. Puntualmente nos referimos al grupo de ataque naval liderado por el portaviones USS Gerald R. Ford (CVN-78) en el Mediterráneo y para resguardar a algunas bases estadounidenses en el Medio Oriente. Las armas más temidas de Irán son misiles, incluidos los hipersónicos «FATTAH», y los UAV (drones suicidas). Los ataques aéreos contra Israel podrían provenir desde Irán, desde el sur de El Líbano (Hezbolá), de los hutíes de Yemen y también UAVs de Siria e Irak. Por miedo a ataques desde Irán, Israel en su momento pensó en lanzar ataques aéreos contra este país desde Azerbaiyán. Una vez que los sistemas de defensa aérea Patriot y THAAD (defensa de área de alta altitud terminal) estén en su lugar, podría ser un punto pivote en la historia.

En caso de llevar a cabo un asalto a Gaza, se esperan grandes bajas de ambos lados. La complejidad de un asalto urbano es muy grande, especialmente en Gaza, independientemente de si hay edificios en pie o destruidos. Y a eso se le debe sumar la extensa red de túneles que tiene Al-Qassam desde los cuales pueden moverse de manera subterránea y preparar emboscadas sin ser vistos hasta último momento.

En este momento el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower (CVN 69) transita por el océano Atlántico rumbo al Mediterráneo. Allí se unirá al grupo de ataque naval liderado por el portaviones USS Gerald R. Ford (CVN-78) y entre los dos se aseguran la posibilidad de operaciones aéreas casi continuas.

Guerra no convencional

Los Estados Unidos, el Reino Unido e Israel están empantanados ya que no pueden luchar  una guerra no convencional en un escenario con múltiples países al mismo tiempo. Simplemente no tienen la cantidad de hombres necesarios, ni la estructura, ni la logística y ni la mentalidad para una operación no convencional de estas proporciones.

Llegado el caso que varias fuerzas en varios países de Medio Oriente coordinen acciones de guerra no convencionales, la probabilidad de derrota total o parcial del eje Estados Unidos – Reino Unido – Israel es grande.

Intentar aplicar un enfoque convencional, lo que implica un altísimo grado de destrucción y muerte de civiles, no será tolerada esta vez. Ni en el extranjero, ni en casa. Con respecto a este tema, Europa debe tener mucho cuidado con su postura y evitar problemas en su propio territorio.

La OTAN no está preparada ni concebida como una máquina de guerra no convencional a gran escala. No importa cuánta tecnología y armamento tenga si no puede utilizarla.

Esto podría convertirse en una guerra no convencional de gran escala que será muy difícil de ganar y ni siquiera estoy considerando en la ecuación lo que sucedería si China ejerce más presión sobre Taiwán y Australia, Rusia sobre Polonia y Corea del Norte sobre Corea del Sur.

* Ex Oficial FOE FAA. Aresinforservice.

 

EL DISEÑO GEOESTRATÉGICO QUE AFLORA EN UCRANIA

François Soulard*

Las últimas maniobras en la guerra ruso-ucraniana han evidenciado el diseño geoestratégico subyacente a la invasión de Rusia a Ucrania. Para Moscú no se trata de un mero reflejo defensivo destinado a frenar militarmente la expansión de la OTAN hacia el este. En el fondo, el proyecto ofensivo de Rusia tiene que ver con reconfigurar la seguridad de Europa oriental, buscando controlar a Kiev, Bielorrusia, Georgia y Moldavia, actuando paralelamente en otros escenarios geopolíticos y en la geoeconomía para proyectar un rol mucho más protagónico en la creciente bipolaridad actual. Esta gran estrategia, mal percibida en la intensa batalla de percepciones que envuelve el conflicto, refleja la trama geoestratégica contemporánea.

La narrativa rusa fundada en la expansión efectiva de la OTAN

Desde febrero 2022, la narrativa rusa para legitimar la invasión de Ucrania ha sido fundada en la expansión de la OTAN hacia el este. La ampliación otaniana es un hecho y se enmarca, como lo sugirió Zbigniew Brzezinski en 1997, en una ofensiva más extensa de los Estados Unidos para reducir el perímetro de influencia soviética hacia las fronteras de Rusia en el periodo posterior a la Guerra Fría. La revolución naranja y la “diplomacia transformadora”, exitosamente desplegada desde Washington en Ucrania entre los años 2000 y 2014, fueron partes de esta ambición.

Fundamentalmente, es a inicios de este periodo que una parte de las élites rusas van a asociar progresivamente el derrumbe de la Unión Soviética a la matriz de influencia occidental, la percepción de haber sido corrido por la OTAN y la inercia de la propia burocracia rusa. Esta percepción, cristalizada al interior de Rusia por la impronta de Vladímir Putin, encuentra un eco a una larga obsesión estratégica del imperio ruso en mantener una cintura protectora en su flanco occidental. La hubris del “nuevo siglo americano”, impulsado por los neoconservadores norteamericanos a partir de 1997, acentuará esta polarización a la luz de las injerencias que realiza Washington en el derecho internacional en los escenarios de Irak y Libia.

El desarrollo de la OTAN va a orientar inclusive las etapas de integración de nuevos países a la Unión Europea, en contraste manifiesto con la ausencia de voluntad del bloque europeo para formar una arquitectura genuina de defensa.

La ausencia de defensa colectiva en Europa

Es importante subrayar este contraste de la capacidad de defensa europea con la de la OTAN que ha sido palmariamente ilustrado por sus varios episodios de crisis y que fue correctamente mapeado por los tanques de pensamiento rusos antes de 2022[1]. Entre 1986 y 2000, ninguna coordinación fue posible entre países europeos para responder a la guerra yugoslava, obligando a los Estados Unidos a intervenir militarmente en Kosovo. En 2016, Donald Trump cuestiona la escasa contribución financiera de los integrantes europeos (sólo siete estados respetan la regla de contribución del 2% en materia de presupuesto militar). En 2019, los Estados Unidos y Turquía deciden actuar en Siria sin consultar a sus aliados de la OTAN, creando así una nueva tensión que deriva luego en un cruce greco-turco en el Mediterráneo. En 2021 el desborde migratorio generado por Bielorrusia y Turquía genera otra tensión interna.

En diciembre 2022 la primera ministra finlandesa bien resumió lo que todos sabían sobre esta contradicción en materia de seguridad al momento de firmar el ingreso de Finlandia a la alianza atlántica: “nos sumamos a la OTAN porque estaríamos en problema sin el apoyo de los Estados Unidos”. Vale recordar que el presupuesto militar de la OTAN era de 950.000 millones de dólares anuales en 2018, los Estados Unidos aportando un 70% del total, con 66.000 millones de dólares para el presupuesto militar de Rusia.

A pesar de su volumen económico, la defensa europea es fragmentada y da un trágico reflejo de la ausencia de voluntad para construir un estatus de potencia y recubrir mayor niveles de soberanía.

El ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN fisura la narrativa principal

En abril de 2022, el ingreso de Finlandia a la OTAN a pedido de su gobierno (la de Suecia está en camino), creando una larga línea de contacto entre Rusia y la alianza militar (1300 km de frontera finlandesa), no genera reacciones diplomáticas o militares particulares de Moscú, más allá de algunos gestos retóricos. Mientras Vladímir Putin afirmaba en 2021 que había una línea roja no transable para la relación de Ucrania con la alianza atlántica, el mismo declaraba en mayo de 2022 que no veía al ingreso de Helsinki y Estocolmo como una amenaza real mientras no hayan consecuencias significativas en término de infraestructuras militares.

Al final, se evidenciaba que Finlandia no constituía un espacio de carácter estratégico para Moscú, comparativamente a Ucrania. Por ese mismo motivo, el argumento de describir a la OTAN como una amenaza existencial reveló su falta de idoneidad. Apareció más nítidamente que el eje principal de Moscú era Kiev y su no adhesión a la OTAN. Para entender más a fondo esta perspectiva hay que revisitar por un lado el derrotero de las relaciones con la OTAN y la matriz conflictiva que desarrolló Rusia desde el año 2014 en Ucrania y a nivel global.

Breve repaso de la relación OTAN-Rusia

Al momento de la caída de la Unión soviética, los occidentales empiezan rápidamente a trabajar en la sombra para debilitar a la economía rusa (con la participación de la oligarquía rusa) y acelerar la transición político-cultural en los ex-países soviéticos. Esta transición cultural corresponde a un movimiento genuino en los ex-países soviéticos desde el final de la Primera Guerra Mundial. Pero se amplifica y se instrumentaliza para inclinar a los regímenes políticos del lado atlántico. Ancladas en el activismo de la sociedad civil, varias revoluciones de colores se implementan en Serbia (2000), Georgia (2003), Ucrania (2004 y 2014), Kirguistán (2005, sin dar resultados), con el apoyo constante del ecosistema de influencia de Washington.

En la superficie, la política imperial estadounidense está envuelta en una actitud respetuosa al recalcar la “necesidad de preservación de la Unión Soviética” como lo expresaba textualmente el presidente George H.W. Bush[2] en 1991. En 1990, Mijaíl Gorbachov y el secretario de Estado estadounidense, James Baker, acuerdan explícitamente un no avance de la OTAN circunscrito a Alemania del Este, acuerdo que será codificado en el tratado de Moscú (“4+2”) sobre la cuestión alemana. Se cumple la no instalación de fuerza extranjera e infraestructura de la OTAN en el territorio de los nuevos länders alemanes. Este consenso no hace alusión a la idea de nuevos miembros y de la no expansión otaniana hacia los ex-países del Pacto de Varsovia. Lo recordará el mismo Mijaíl Gorbachov en 2014[3].

En 1993, la crisis en Yugoslavia modifican las percepciones. Moscú incentivó el separatismo en una parte de Moldavia en 1992 (Transnistria). Más adelante, impondrá su predominio mediante la fuerza militar en Chechenia en 1999, mientras ocupará una parte de Georgia (Osetia y Abjasia) en 2008. Alemania y Estados Unidos empiezan a contemplar la integración de países del este europeo a la alianza con el telón de fondo de la permanente prudencia en no desatar alarmas en Moscú. En 1997 los miembros de la alianza vuelven a asegurar que la OTAN no desplegará armas nucleares ni fuerzas de combate substanciales en el territorio de los nuevos países miembros. En 2008, luego de la integración de una decena de nuevos países en la Organización del Atlántico Norte, George W. Bush empieza a agitar la idea de incorporación de Ucrania, encontrando de pronto la oposición de Francia y Alemania hasta el año 2022. En febrero de 2022, en vísperas de la invasión de Ucrania y ante el ultimátum planteado por Vladímir Putin, el canciller alemán Olaf Scholz no duda en reiterar que Kiev no será miembro de la organización antes de por lo menos 30 años.

La guerra irregular en Ucrania, el capítulo Crimea

El año 2014 es el punto de inflexión de una contraofensiva de Rusia dirigida hacia Ucrania en sintonía con otras maniobras. Kiev ha ratificado su salida política de la órbita rusa, como exitoso resultado de la revolución de color incentivada desde hace quince años. Las masas del Euromaidan han rechazado al presidente pro-ruso Víktor Yanukóvich y colocan a Kiev del lado euro-atlántico. Precipitado caóticamente por un episodio violento en la plaza Maidan, el cambio es sinónimo de golpe de Estado para Moscú, orquestado directamente desde el mundo occidental con la complicidad de grupos ultranacionalistas y neonazis ucranianos (Bandera).

La recuperación de Crimea en febrero 2014 es la primera contrarreacción de Rusia. La península alberga a 15.000 soldados ucranianos y es conquistada en una semana, casi sin combates. La anexión militar de la península se disfraza hábilmente de fuerzas especiales rusas fusionadas con los grupos separatistas locales y luego con un referéndum de autodeterminación (marzo 2014). Al violar el derecho internacional, la anexión genera naturalmente un fuego enemigo con las primeras condenas políticas, junto con sanciones económico-diplomáticas.

Enfrentamiento irregular en el Donbás

En un segundo tiempo y hasta febrero de 2022, Rusia emprende una guerra por debajo del umbral de confrontación abierta con múltiples frentes en el norte, en el Donbás y en el frente interno a escala de toda Ucrania. Por un lado, grandes ejercicios militares están organizados en la frontera ruso-ucraniana (con un total de cerca de 100.000 hombres movilizados). Por otro lado, se empuja a un movimiento insurreccional, al principio difuso, en el sector del Donbás. Los grupos separatistas son apoyados y militarizados con mercenarios despachados desde Moscú.

En el frente, varios batallones de ucranianos nacionalistas se militarizan también, mientras Kiev moviliza a fuerzas regulares en el marco de una operación “anti-terrorista” que va lograr equilibrar temporariamente la correlación de fuerza. Rápidamente, el aumento de la ofensiva militar rusa termina quebrando el frente ucraniano a fines de 2014 y principios de 2015, obligando Kiev a firmar sucesivamente los acuerdos de Minsk y Minsk II. Ni Ucrania, ni las repúblicas separatistas del Donbás, ni Rusia respetarán estos acuerdos.

Con otras partes del ejército ucraniano fijadas en las zonas de maniobra fronteriza, Ucrania se encuentra estratégicamente paralizada, sin que ambos campos se hayan oficialmente declarado la guerra.

Guerra informacional y political warfare

En el teatro informacional, Rusia busca alterar las percepciones y los resortes motivacionales de sus adversarios. La ofensiva se centra en cuatro ejes: 1. demonizar a Ucrania e instalar leitmotivs justificadores (grupos ultranacionalistas, laboratorios de guerra bacteriológica, decadencia de sus élites, etc.); 2. ocultar la participación directa de las fuerzas rusas en el Donbás e incentivar un movimiento insurreccional separatista; 3. desmoralizar y fragmentar la sociedad ucraniana; 4. cuestionar el arco occidental, subvertir su estructura de percepción y dividir a las opiniones públicas (revolución de color, intervencionismo en Irak, Afganistán, Libia, expansión de la OTAN, etc.). Esta ofensiva incluye también a la sociedad rusa donde 50% de los rusos consideraban a principios de 2022 que la OTAN y Occidente en general son responsables de la tensión con Ucrania.

Recordamos que el canal RT y Sputnik fueron creados en el año 2005, luego de los sublevamientos fomentados en Georgia (2003) y Kiev (2004) como herramienta de influencia a nivel internacional, en sintonía con un ecosistema de medios que levantan sus contenidos.

Otra vía de influencia tiene que ver con los canales diplomáticos secretos entre las inteligencias estadounidenses y rusas y la activación de un campo social favorable a la posición de la pacificación. Se confirma en julio de 2023 que existían permanentes conversaciones diplomáticas secretas[4] entre antiguos altos funcionarios de seguridad nacional de los Estados Unidos y altos cargos del Kremlin. La vía de pacificación consiste en fomentar un sector de opinión proclive a la no confrontación con Rusia, particularmente vigente al interior de los Estados Unidos y Europa.

“Hay que evitar humillar a Rusia”, “no hay que entregar Moscú a los brazos de Pekín”, “se debe evitar sí o sí el caos vinculado a un posible derrumbe de Rusia”, “los occidentales no creen en el éxito de la contraofensiva” son varias de las expresiones sintetizando los métodos de chantaje por el caos, por la amenaza o el poderío autocrático que se fueron asimilando al interior del mundo occidental. La CIA[5] inclusive participó en este papel de relativización y de negación de la realidad conflictiva[6], lo cual agregó elementos favorables a Moscú para plantear un ultimátum a la OTAN a fines de 2021 y luego invadir a Ucrania.

Esta atmosfera, dibujando una suerte de contexto de Munich donde las potencias esquivan la confrontación, fue evaluada como tal por Moscú. A fines de 2021 se decidió generar dos propuestas de acuerdos de seguridad, apuntando a obtener garantías de parte de los Estados Unidos y de la OTAN. Los textos solicitaban explícitamente una “renuncia a cualquier ampliación de la OTAN, el fin de la cooperación militar con los países post-soviéticos, la retirada de las armas nucleares estadounidenses de Europa y el regreso de las fuerzas armadas de la OTAN a las fronteras de 1997”, junto con la no navegación en los mares Negro, Báltico, Barents, Ojotsk, sin que se haga alusión en contrapartida a la ocupación rusa en Abjasia, Osetia del Sur, Crimea o en el Donbás. En otras palabras, se trataba de borrar del mapa a la OTAN y apagar la presencia de los Estados Unidos en Europa.

Kiev y la respuesta atlántica

La derrota del plan relámpago para tomar a Kiev en febrero 2022 no impide a los amos del Kremlin de seguir trabajando en este terreno de la influencia para voltear a la administración de Kiev. Con las dudas frecuentes expresadas por los aliados occidentales y su inercia para la entrega de material bélico, los dirigentes rusos piensan haber convencido a Kiev de renunciar a cualquier victoria. Así, Moscú fortalece su esfuerzo para desmotivar a su rival, sumando las nuevas dudas vinculadas al alcance de la contraofensiva iniciada en junio de 2023, junto con la idea de que una negociación de paz se está realizando a espaldas[7] de Ucrania entre Washington y Moscú.

Simétricamente, la esfera atlántica articuló varios frentes informacionales para alimentar la percepción de amenaza rusa y contrarrestar sus ofensivas. Ya desde 2005, la vuelta de la potencia rusa había generado una estigmatización de Rusia en los Estados Unidos y Europa. Permitió mantener un norte movilizador para los países miembros de la OTAN cuyas prioridades en seguridad se han ido dispersando. La ruptura con Rusia en 2022 permitió reactivar la vigencia de la alianza atlántica e instalar nuevamente a Washington como el gran defensor de la soberanía y la libertad luego de las derrotas políticas de Washington en el Medio Oriente. Todo el ecosistema ideológico de la OTAN está reactivado y trabaja en polarizar las percepciones. En Kiev, Volodímir Zelenski desempeñó un papel muy relevante para poner a los países occidentales frente a sus “deberes” y contrarrestar internamente la influencia rusa.

De forma general, todo este choque de maniobras informacionales ha precipitado una lectura muy maniquea de la guerra ruso-ucraniana, polarizada entre ambos campos.

Guerra geoeconómica en el sector energético y agroalimentario

Una ofensiva geoeconómica acompaña este escenario. Bien antes de febrero de 2022, Rusia se ha asegurado el respaldo de China e incentivó por un lado la dependencia energética de Europa y por otro un acercamiento económico con China y Asia. En 2013 y 2014, se firman varios acuerdos energéticos con China, entre ellos la construcción de gasoductos, mientras en 2019 Rusia se vuelve el mayor proveedor de petróleo para China. La invasión de febrero de 2022 es seguida de un recorte de 75% de la exportación de gas a Europa, dependiendo un 40% del gas ruso que transita principalmente por los dos gasoductos Nordstream en el mar Báltico. Alemania está en el nudo gordiano de esta dependencia. En septiembre de 2022 el sabotaje de estos últimos, asociado sesgadamente a los Estados Unidos (mediante la investigación de Seymour Hersh por ejemplo) pero en realidad operado por Rusia según las últimas pruebas[8], termina de sellar un nuevo panorama energético. Los Estados Unidos, claramente favorecidos por este pedido europeo, son capaces de proveer 25% de la demanda, pero no pueden reemplazar la fuente rusa en el corto plazo, dejando a Europa en situación de austeridad energética.

En el plano agroalimentario, Moscú ha neutralizado rápidamente varios terminales de grano ucranianos en febrero de 2022, junto con el bloqueo de exportaciones de alimentos críticos. La crisis alimentaria es utilizada para culpar a las sanciones occidentales y erosionar el apoyo europeo a Ucrania. Se instrumentaliza esta desestabilización para diseminar en el Sur Global la narrativa rusa de que las sanciones occidentales son fuente del alza de precios y jugar con la dependencia de la importación de granos.

El Bismarck de hoy es ruso

Dos conclusiones principales son para destacar. La primera es que el espectro ofensivo desplegado hasta la fecha por Moscú en Ucrania ilustra magistralmente la trama geoestratégica contemporánea. No hay acción militar sin movimientos en el terreno geoeconómico, informacional y geopolítico susceptibles de aumentar las condiciones de una victoria política. Preparada aguas arriba por un cerco geoeconómico, una guerra irregular en el Donbás, un conjunto de ofensivas informacionales y diplomáticas, junto la promoción de una “quinta columna” en un mundo occidental muy desfasado con la naturaleza de las hostilidades, la confrontación irregular de 2014 y la invasión de febrero 2022 se articularon con un flujo inmaterial agresivo dirigido hacia el noumen de las sociedades adversas.

Su objetivo es quebrar las voluntades, hacer admitir a toda costa la inviabilidad de la resistencia de Ucrania, la traición posible de la potencia norteamericana y el peligro del oso ruso, en la perspectiva de desgastar el régimen de Kiev. Por ahora, esta guerra de influencia librada contra el orden europeo, incluyendo la instrumentalización de las materias primas, las operaciones cibernéticas e híbridas, la guerra informacional, el chantaje nuclear, las oleadas migratorias y las turbulencias políticas, ha tenido efectos notables pero no los frutos esperados. Es mal conocida y mapeada por el mundo académico, inclusive dentro de los tanques de pensamiento de la OTAN.

La segunda conclusión tiene que ver con la proyección que Moscú está queriendo diseñar en el mundo de hoy. Vladímir Putin se lanzó en Ucrania para restaurar la preeminencia rusa en un momento de reflujo del arco euro-atlántico y de un mejor posicionamiento de su poder en varias regiones (América Latina, África del Norte, Medio Oriente, Asia). Al igual que Bismarck en la Europa de ayer, intenta reconfigurar la seguridad europea fragmentada, mediante el sometimiento de Kiev y la unión con Bielorrusia, Georgia y Transnistria. El acercamiento a China configura una alianza inmediata necesaria para esquivar las sanciones occidentales y estabilizar la potencia rusa. En el largo plazo, expresa la voluntad de arrimarse al polo global alternativo chino que cuestiona el orden internacional y trabaja para frenar la proyección estadounidense a nivel global.

Al iniciar un enfrentamiento a gran escala contra Ucrania, Rusia intensifica indirectamente este conflicto sistémico entre ambos polos de poder global, buscando un mejor posicionamiento y la cosecha de beneficios propios. Ahí también, este rumbo no está realmente entendido en el mundo occidental y en otras latitudes.

No obstante, el freno a la invasión militar en Ucrania ha sido un obstáculo mayor para Rusia, ampliamente subestimado por la rigidez del aparato estatal. La subyugación relámpago de Kiev fue derrotada (batalla del aeropuerto de Hostómel y ofensiva de Kiev) y obligó a un plan alternativo en tres grandes frentes periféricos. Reavivó un nacionalismo ucraniano que ya no podrá volver a formar parte de la órbita rusa. La extensión de la movilización interna en Rusia muestra nuevamente esta dificultad y los preparativos para un largo enfrentamiento.

El dilema actual

La contraofensiva ucraniana, iniciada en junio de 2023 a raíz del respaldo material obtenido por sus aliados, obtiene resultados no tajantes, pero tangibles y perturbadores. Ilustra nuevamente la capacidad de adaptación de Kiev y su partición táctica todavía mal entendida por sus aliados. En el terreno militar, las fuerzas ucranianas han cambiado de temporalidad, apostando a un desgaste progresivo de las defensas rusas, lo cual generó divergencias en los aliados cercanos (Polonia). La reciente visita del líder ucraniano a Washington es todo un símbolo de estos dilemas: mantener la permanencia del apoyo más allá de las grandes fechas electorales y acompañar el diseño ofensivo ucraniano.

 

* Autor de “Una nueva era de confrontación informacional en América Latina” (2023). Coordinador de la plataforma de comunicación Dunia. Miembro e investigador de la SAEEG. francois@rio20.net

 

Referencias

[1] La OTAN es considerada por algunos círculos estratégicos como un “tigre de papel”. Citando a la agenda RIA Novosti: “Los atlantistas, a pesar de todas sus apetencias, no entrarán en conflicto abierto con Rusia. No lo quieren y les da miedo. Incluso los estrategas angloamericanos razonables entienden que Occidente no tiene la fuerza para mantener a Ucrania en su órbita por mucho tiempo. Las leyes de la historia rusa (como las leyes de la geopolítica) siempre funcionarán”. Disponible en https://ria.ru/20211217/nato-1764307285.html.

[2] En agosto de 1991 el presidente George H.W. Bush intima a los ucranianos a renunciar a la independencia y a satisfacerse de la libertad política que regirá en la futura Rusia.

[3] Ver la entrevista de Mijaíl Gorbachov por el canal alemán ZDF en 2014. Disponible en https://www.zdf.de/politik/kontext/videos/kontext-interview-gorbatschow-russland-100.html, con subtítulos en inglés : https://twitter.com/splendid_pete/status/1650735533826375680. Ver también Mikhail Gorbachev: I am against all walls disponible en https://www.rbth.com/international/2014/10/16/mikhail_gorbachev_i_am_against_all_walls_40673.html

[4] Former U.S. Official Shares Details of Secret ‘Track 1.5’ Diplomacy With Moscow. Disponible en https://www.themoscowtimes.com/2023/07/26/us-official-shares-details-of-secret-track-15-diplomacy-with-moscow-a81972

[5] Exclusive: The CIA’s Blind Spot about the Ukraine War. Disponible en  https://www.newsweek.com/2023/07/21/exclusive-cias-blind-spot-about-ukraine-war-1810355.html

[6] The Second Front. Disponible en https://en.desk-russie.eu/2023/09/06/the-second-front.html

[7] Naryshkin afirmó que la SVR y la CIA mantenían consultas raras pero regulares. Disponible en https://ria.ru/20230927/vyezd-1898953086.html

[8] En abril de 2023 el Ministerio de Defensa danés confirma distintas investigaciones sobre el ataque al gasoducto NordStream. Hay 112 fotos de barcos rusos en el lugar, tomadas por la Marina danesa cuatro días antes de las explosiones. Disponible en https://www.information.dk/indland/2023/04/forsvaret-bekraefter-rusland-specialfartoej-naer-nord-streams-spraengningspunkt?kupon=eyJpYXQiOjE2ODI2MTc4NzksInN1YiI6IjM3OTczMDo3OTEwMzIifQ.0jny5boMNqfm8wy90bFhog
Investigaciones:

Russische Schiffe am Nord-Stream-Tatort. Disponible en https://www.t-online.de/nachrichten/ausland/internationale-politik/id_100160712/explosionen-am-nord-stream-russland-schickte-schiffe-zum-tatort.html

OSINT Analysis: Six Russian Ships Active Near Nord Stream Sabotage Site According to Intelligence Source. Disponible en https://oalexanderdk.substack.com/p/osint-analysis-six-russian-ships

Otras notas de interés: https://www.businessinsider.com/russian-navy-ship-nord-stream-pipelines-days-explosions-2023-4?op=1

https://www.themoscowtimes.com/2023/04/28/russian-anti-torture-group-members-homes-raided-a80973

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GABÓN, UN NUEVO GOLPE DE ESTADO EN ÁFRICA

Marcelo Javier de los Reyes*

Gabón es un país del litoral atlántico africano, con una población 2.389.000 de habitantes, que fue colonia de Francia hasta 1960, año en que obtuvo su independencia como tantos de los actuales países africanos. Sin embargo, esa independencia no ha sido nunca plena, dado que tanto Francia como el Reino Unido ―a través de su Commonwealth― siguieron tutelando a los nuevos países.

Formó parte del Afrique-Équatoriale française, nombre dado en 1910 al gobierno general que reagrupó a las cuatro colonias francesas de esa región: Gabón, la actual República del Congo (antes Congo Brazaville), la República Centroafricana (entonces Ubangui-Chari y por un corto tiempo también Imperio Centroafricano) y el Chad. Esa división regional se mantuvo hasta 1958 y se extendió desde el desierto del Sahara hasta el río Congo y el océano Atlántico hacia el sur y hasta los montes de Darfur hacia el oriente. A mediados de la década de 1950 la metrópoli, París, comenzó a delinear lo que serían los futuros estados. Hacia 1960 eran países poco urbanizados, carentes de infraestructura, pero luego de la independencia Francia comenzó la explotación del subsuelo, extrayendo desde 1963 el hierro de Mauritania y desde 1971 el uranio de Níger.

Léon M’ba (1902-1967) fue el primer presidente de Gabón (1960-1967) y Albert Bernard Bongo (1935-2009) asumió como vicepresidente. En 1964 se produjeron disturbios en Libreville, la capital, que llevaron a que M’ba renunciara a la presidencia pero fue repuesto en su cargo por la intervención de los «paracaidistas franceses». Falleció en noviembre de 1967 y fue sucedido por Albert Bernard Bongo, quien cambió su nombre por el de Omar Bongo Ondimba luego de convertirse al islam en 1973, a pesar de que mayoritariamente la población profesa el cristianismo. Se acercó a los países árabes y estableció una estrecha relación con el entonces líder de Libia Muamar el Gadafi.

En 1968 estableció el partido único ―paradójicamente su nombre es Partido Democrático Gabonés (Parti Démocratique Gabonais, PDG)[1]― que mantuvo el monopolio de la política hasta 1990. Desde entonces, conserva el poder en un gobierno multipartidista. Omar Bongo gobernó hasta 2009 (siete mandatos presidenciales), año en que falleció de cáncer en Barcelona. Durante su presidencia fue un fiel aliado del gobierno de París, al que acompañó en todas sus decisiones de política exterior, lo que no le impidió abrir las puertas de su país a la URSS y China, con los que estableció relaciones diplomáticas en 1973 y 1974 respectivamente. Con China estableció una fuerte relación que lo llevó a visitar Beijing en varias oportunidades.

A su muerte lo sucedió su hijo, Alain Bernard Bongo, quien pasó a llamarse Ali-Ben Bongo Ondimba tras la conversión al islam de su padre. El 7 de enero de 2019 los militares intentaron derrocarlo pero fracasaron.

Golpe de Estado

El 30 de agosto de 2023 un nuevo golpe de Estado se llevó a cabo en Gabón, el cual fue anunciado a través de la televisión, anulando los resultados de las elecciones generales celebradas el día 26 de agosto que llevarían a Ali Bongo a asumir su tercer mandato. El argumento dado por los golpistas es que las elecciones carecían de credibilidad[2]. Bongo habría obtenido el 64,27% de los votos mientras que su principal rival, Albert Ondo Ossa, alcanzó el 30,77%. Ondo había denunciado «fraudes orquestados por el bando de Bongo» dos horas antes del cierre de la votación y llegó a adjudicarse el triunfo electoral. Cabe destacar que la elección se celebró sin la presencia de observadores internacionales[3]. Por otro lado, las autoridades del país cortaron la conexión a internet e impusieron un toque de queda tras la celebración de las elecciones ese mismo sábado 26 de agosto, luego de que la oposición denunciara fraude por parte del partido del presidente, medida que se anunció que se mantendría también al día siguiente[4]. Como ya mencioné, las elecciones no contaron con la participación de observadores extranjeros y, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), las autoridades gabonesas rechazaron todas sus solicitudes de acreditación para cubrir el proceso electoral.

No obstante, los golpes están siendo una tendencia en África desde el año 2020. Malí (2020), Chad (2021), Guinea (2021), Sudán (2021), Burkina Faso (2022), Níger (2023), a los que se ha sumado Gabón. 

Recursos

Gabón, con una superficie de 267.670 km2 y una baja densidad poblacional, es la economía número 114 por volumen de PIB y sus habitantes no gozan de una buena calidad de vida. Aunque un tercio de la población se encuentra bajo el nivel de pobreza (US$ 5,5 al día), Gabón es uno de los países más ricos de África, con un PIB per cápita de US$ 8.600.

Francia mantiene relevantes intereses económicos directos en el país africano, además de tener desplegados permanentemente unos 400 soldados, parte de ellos en la capital, Libreville[5]. Se trata de uno de los países de la Francofonía que mantiene lazos más estrechos con su ex metrópoli.

Hacia la década de 1970 los grandes recursos forestales y los hidrocarburos despertaron un fuerte interés por el país.

Según datos de la embajada de Francia en Gabón, unas 110 empresas francesas se hallan presentes en Gabón, entre las que se destacan el grupo minero Eramet, la petrolera Perenco, las empresas de petróleo y gas TotalEnergies y Maurel & Prom, Air Liquide, Spie Oil & gas, además por supuesto de Air France, empresas del rubro maderero como Groupe Rougier de Niort, el cual en abril de 2023 anunció que se encontraba estudiando transportar los troncos utilizando un dirigible eléctrico por considerarlo ecológico y con grandes perspectivas para acortar los tiempos de transporte sin impacto sobre el terreno[6].

Del mismo modo, deben mencionarse la aseguradora Axa y el fondo de inversión Meridiam. Aproximadamente una quinta parte del producto interior bruto nominal de Gabón es generado por empresas francesas con un volumen de inversiones cercano a los mil millones de dólares.

Posee grandes recursos petrolíferos y sobre todo de manganeso, mineral esencial en la industria siderúrgica ya que se lo usa en la producción de acero, en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y como agente purificador. Los principales países productores de manganeso son Sudáfrica, Gabón, Australia y China[7]. Tanto el sector petrolero como el minero constituyen los ejes de la economía del país con un 40% de los ingresos fiscales, el 52% del producto interno bruto (PIB) y el 84% de las exportaciones.

En un primer momento, los medios informaron que los militares controlaban el gobierno, y por ende de la economía del país, podría afectar el suministro de manganeso, más aún debido a que la empresa que opera la explotación de la mayor mina de ese mineral del mundo es la minera francesa Eramet S.A., empresa que pertenecería a la familia Rothschild aunque la misma no figura oficialmente en la compañía. Como consecuencia del golpe de Estado la empresa, que cuenta con 8.000 empleados en el país, detuvo inmediatamente la producción como medida de precaución. Eramet S.A., ha convertido a Gabón en el segundo proveedor mundial del metal.

A principios de 2023 la Comisión Europea propuso designar el manganeso destinado a la fabricación de baterías como materia prima estratégica, junto con metales como el cobre y el níquel, dado son elementos claves para la transición energética[8].

Las exportaciones gabonesas a Francia comprenden principalmente hidrocarburos (43%, petróleo, gas natural), minerales metálicos (24%, principalmente manganeso) y madera (31%).

China recibe un tercio de las exportaciones gabonesas y es el principal socio comercial del país desde hace nueve años. En 2022 el comercio bilateral alcanzó los US$ 4.500 millones, lo que significó un aumento interanual del 50,8%. Tanto China como Marruecos han hecho fuertes inversiones en Gabón durante los últimos años y hoy se encuentran presentes en el país más de 60 empresas chinas, un 50% de las cuales son estatales. Estas empresas se orientan hacia la explotación de hidrocarburos, madera (más de la mitad de los bosques gaboneses) y manganeso.

Por su parte, Marruecos, es el séptimo proveedor de inversiones extranjeras directas en Gabón por un importe de poco más de US$ 500 millones, poniendo el foco en el sector minero (oro), banca y seguros, telecomunicaciones, transportes y obras públicas.

Gabón en la Commonwealth

Al igual que Francia, el Reino Unido se aseguró de mantener bajo su tutela a sus ex colonias una vez que lograran la independencia y, a esos efectos, en 1949 a través de la Declaración de Londres creó la Mancomunidad Británica, la Commonwealth, integrada por 54 países, algunos de los cuales mantienen al monarca británico como jefe de Estado, como Australia, Nueva Zelanda y Canadá, mientras que Barbados decidió en 2021 convertirse en república despojando en su momento a la reina Isabel II de estar al frente de esa pequeña nación caribeña aunque no dejó de pertenecer a la Mancomunidad. Actualmente otros estados miembros estarían dispuestos a seguir los pasos de Barbados.

En junio de 2022 la Commonwealth incorporó como miembros a Gabón y Togo, países que habían sido colonias francesas en oportunidad de la cumbre celebrada en Ruanda. Cabe aquí hacer una digresión y recordar que Ruanda fue una colonia alemana hasta que finalizada la Primera Guerra Mundial fue entregada en mandato por la Sociedad de Naciones a Bélgica hasta que obtuvo su independencia a principios de la década de 1960. Luego del genocidio de 1994 y bajo el gobierno del presidente Paul Kagame, Ruanda comenzó a tomar distancia tanto de Bélgica como de Francia ―que tuvo un papel muy controvertido durante esa matanza― y comenzó a quedar bajo la influencia del Reino Unido. El régimen de Kagame, que lejos está de ser un modelo de democracia más allá de los logros económicos y en materia de seguridad y desarrollo que muestra, recibe un claro apoyo de Estados Unidos y del Reino Unido. No puede soslayarse que recientemente el gobierno de Londres había planeado deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo con la intención de disuadir a los inmigrantes que se arriesgaran a cruzar el Canal de la Mancha y que en junio de 2023 un tribunal británico declaró ilegal ese plan. Los jueces del Tribunal de Apelación consideraron que ese país africano no puede considerarse un «tercer país seguro» al que enviar a los migrantes. Decisión judicial que fue criticada por la secretaria de Interior, Suella Braverman[9]. En este punto, cabe aquí aclarar que tanto Gabón como Togo también son miembros de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS), de la que también forman parte la Argentina, Brasil y Uruguay por el litoral atlántico americano.

Cabe mencionar que en 1995 Mozambique, una excolonia portuguesa, fue el primer país sin lazos históricos con el Reino Unido en adherir a la Commonwealth[10].

Ruanda fue incorporada a la Commonwealth en 2009 y Gabón y Togo son los primeros países que se integran desde entonces. Con respecto al golpe de Estado, la Mancomunidad expresó que es «profundamente preocupante» la situación en Gabón, «recordando al país sus obligaciones en materia de respeto de la democracia», algo que parece no tener en cuenta respecto al régimen de Kagame en Ruanda y de otros miembros de la Commonwealth, incluso en el caso del propio Gabón que pareció ser patrimonio de la familia Bongo por más de medio siglo. De ese modo, la secretaria general de la Mancomunidad, Patricia Scotland, recordó que sus miembros deben respetar «el Estado de derecho y los principios de la democracia».

Del mismo modo, el gobierno del Reino Unido condenó el golpe de Estado en Gabón e instó a las autoridades militares y a los ciudadanos a «seguir los procesos legales y constitucionales» para resolver «cualquier disputa electoral»[11].

Evolución de la situación en Gabón desde el golpe

Del golpe participaron militares, miembros de la guardia presidencial y agentes de policía. Los militares golpistas designaron al general Brice Clotaire Oligui Nguema, comandante en jefe de la Guardia Republicana, para que condujera la transición. Este general fue ayudante de campo de Omar Bongo, el padre del presidente derrocado. Al asumir Ali Bongo habría habido conflictos entre ellos por lo que el militar fue enviado como agregado militar de la embajada gabonesa en Marruecos y luego en Senegal. Al parecer, el militar no tomó a bien esta separación sino que sintió que fue forzado al exilio[12]. Siendo coronel y luego de la apoplejía que afectó al presidente, en 2018 regresó al país para hacerse cargo del servicio de Inteligencia y luego sustituyó al general Grégoire Kouna como jefe de la Guardia Republicana, la guardia presidencial. El ahora general y presidente, «primo»[13] del fallecido presidente Omar Bongo, no estaría fuera del sistema corrupto de la familia Bongo.

Inmediatamente después de la toma del poder por los militares, varios gobiernos procedieron a condenar el golpe como lo ha manifestado un portavoz del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, si bien admitió que las elecciones carecieron de transparencia. Lo propio hizo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a través de su portavoz, Stéphane Dujarric[14].

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos emitió un breve comunicado de prensa expresando que «sigue de cerca la evolución de la situación en la República Gabonesa». Cabe consignar en este punto que el general Oligui Nguema recibió instrucción militar en Marruecos.

En el mismo sentido se han expresado también los gobiernos de Rusia y China. En el caso del gobierno de Beijing, que mantenía una estrecha relación con el presidente derrocado y anteriormente con su padre, ha solicitado que se garantice la seguridad del presidente Ali Bongo, a la vez que manifestó ―como otros gobiernos― que seguía atentamente la evolución de la situación en Gabón y que pedía el pronto retorno a la normalidad[15].

El gobierno de Estados Unidos hizo lo propio a través del portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. El portavoz consideró como «profundamente preocupante» la sucesión de golpes de Estado en África en los últimos años[16].

De más está decir que el gobierno de Francia condenó el golpe militar a través del portavoz del gobierno, Olivier Véran y agregó que desde París siguen la evolución de la situación. Sin embargo, el líder de La France insoumise, Jean-Luc Mélenchon, acusó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, de haber «comprometido una vez más a Francia al apoyar lo insoportable hasta el final», refiriéndose al apoyo dado al presidente gabonés Ali Bongo.

Por su parte, Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea, marcó una diferencia entre el golpe militar en Gabón con el ocurrido en Níger a fines de julio. Según Borrel los militares gaboneses intervinieron tras una elección plagada de «irregularidades» y agregó que «en Gabón, pocas horas antes del golpe militar, hubo un golpe institucional porque se robaron las elecciones». Aun fue más allá al expresar: «No puedo decir que Gabón fuera una verdadera democracia con una familia que había gobernado el país durante 50 años»[17]. Parecería denotar cierta «consideración» hacia los militares gaboneses.

Una de las primeras medidas que adoptaron los militares fue la prohibición provisional de la emisión de los medios de comunicación francófonos France 24, RFI y TV5 Monde, considerando que carecían de objetividad y de equilibrio en la información. La prohibición fue rápidamente levantada y se restablecieron las transmisiones de los medios franceses por orden del general Oligui Nguema. El general afirmó en una entrevista que el presidente derrocado «no tenía derecho a cumplir un tercer mandato» porque fue violada la Constitución.

El golpe contó con el respaldo de buena parte de la población y muchos de sus habitantes salieron con sus autos tocando las bocinas en señal de festejo y adhesión a los militares. Incluso algunos bailaron en las calles con policías y militares.

El 4 de septiembre el general Brice Oligui Nguema pronunció un discurso anunciando un ambicioso programa de reformas destinado a transformar a Gabón en una nación próspera y unida, poniendo el eje en la reconciliación nacional, la educación, la justicia social y el desarrollo económico. Entre esas medidas destacó facilitar el regreso al país de todos los exiliados políticos y una amnistía a los presos de conciencia[18]. Al otro día de este anuncio fue liberado Jean Rémy Yama, presidente de la mayor coalición sindical del país, Dynamique unitaire (DU).

El día 5, cuando se dirigían en coche a Guinea Ecuatorial, fueron detenidos Mike Jocktane y Therence Gnembou Moutsona. Mike Jocktane ―obispo pentecostal y político― fue nombrado en 2005 asesor personal y jefe de misión del entonces presidente Omar Bongo, y en enero de 2009 asumió como jefe adjunto del gabinete presidencial. Fallecido el presidente en junio del mismo año, Jocktane consideró que el país podría transitar hacia una verdadera democracia, por lo cual se sumó al líder de la oposición, André Mba Obame ―fallecido en 2015 en Yaoundé, Camerún―, y criticó duramente al gobierno de Ali Bongo. En 2021, tras dejar el partido Union Nationale, anunció su candidatura presidencial con su partido Gabón Nouveau pero resignó su aspiración y se sumó a Alternance 2023, espacio que reunía a los principales partidos de oposición. En el mismo aceptó ser el director de campaña de Albert Ondo Ossa durante la campaña electoral. Thérence Gnembou es fundador y presidente del Parti du Réveil Citoyen (PRC) y vicepresidente de Alternance 2023. Ambos fueron acusados de llevar una carta dirigida al vicepresidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mangue, y supuestamente firmada por el candidato presidencial Ondo Ossa quien, en una entrevista, niega ser el autor de la carta a la vez que afirma que el tenor de la misma no justificaba ese arresto[19]. La carta contendría una petición de ayuda a Malabo para que respaldara su posición en la crisis política y para «restaurar el orden constitucional». Ambos detenidos fueron encarcelados en la prisión de Oyem, localidad situada en el norte de Gabón.

Ondo Ossa, profesor de economía, parecería haber optado por la discreción ante el gobierno del general Oligui Nguema y se mantiene en su casa, rodeado por sus asesores, a la espera de que el gobierno lo convoque.

El 7 de septiembre el presidente de la transición en Gabón, el general Oligui Nguema, designó como primer ministro de la transición a Raymond Ndong Sima, economista, opositor al presidente derrocado, quien ocupó ese mismo cargo entre los años 2012 y 2014, para luego distanciarse acusando al gobierno de mala administración[20]. En las elecciones presidenciales de 2016 se presentó como candidato a la presidencia y en estas últimas elecciones de 2023 se retiró antes de las mismas[21]. Raymond Ndong Sima informó que presentaría una propuesta de gobierno de transición al general Oligui Nguema. Del mismo modo, existiría el propósito de convocar a las diferentes fuerzas vivas del país y de avanzar en la redacción de una nueva Constitución. El designado primer ministro consideró que la transición no debería superar el período de 24 meses.

Con respecto al presidente derrocado, Ali Bongo, quien se encontraba bajo arresto domiciliario, el general Oligui Nguema comunicó que tendría libertad de movimiento y que, «dado su estado de salud» ―sufrió un grave derrame cerebral en 2018―, podía viajar al extranjero para recibir atención médica pues el ACV le ha dejado secuelas físicas[22].

El 9 de septiembre el gobierno nombró a Mays Mouissi como ministro de Economía. El analista de economía, de 37 años, quien es muy activo en las redes sociales y dirige un blog de análisis económico, abandonó París tras el golpe del 30 de agosto para instalarse en Libreville[23].

El día 11 Joseph Owondault Berre fue nombrado vicepresidente de la transición por el presidente. En la actualidad se encuentra jubilado y mantiene un bajo perfil, por lo que es poco conocido por el pueblo de Gabón. Se graduó de ingeniero en el Institut National des Sciences Appliquées (INSA) de Lyon y fue director general de la Société Gabonaise d’Entreposage de Produits Pétroliers (SGEPP) entre diciembre de 1980 y septiembre de 1985.

El 18 de septiembre el general Oligui Nguema inició su día visitando las tumbas de Léon Mba y de su sucesor Omar Bongo Ondimba («OBO»), de quien fue ayudante de campo. También rindió homenaje a Rose Francine Rogombé, ex jefa del Senado y presidenta interina tras la muerte de OBO[24]. El mismo día el presidente de la transición, acompañado de la primera dama, Zita Oligui Nguema, llegó a Malabo, República de Guinea Ecuatorial, en el marco de una visita oficial. Se reunió en el Palacio del Pueblo de Malabo con Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, presidente de Guinea Ecuatorial y presidente fundador del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial. Ambos discutieron acerca de cuestiones de cooperación bilateral entre Libreville y Malabo, así como temas de interés común. Luego mantuvo un encuentro con la comunidad gabonesa residente en ese país[25].

Gabón es uno de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, por un período de dos años hasta finales de 2023, por lo que el designado primer ministro, Raymond Ndong Sima, se dirigió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el cual pidió el fin de la guerra en Ucrania[26].

El nuevo gobierno ha redactado una Carta de Transición que prohíbe a los miembros del gobierno provisional presentarse a las próximas elecciones, incluido Raymond Ndong Sima, pero no excluye explícitamente al general Oligui de presentarse a la presidencia.

La presencia de China

Ya se ha mencionado la estrecha relación que se generó entre ambos países desde la presidencia de Omar Bongo y del creciente interés de China en términos económicos mediante la presencia de sus empresas. En 2024 se cumpliría el 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Gabón[27].

En abril de 2023 ambos países decidieron elevar la relación a la categoría de asociación estratégica de cooperación internacional. Ali Bongo fue el primer jefe de Estado recibido por Xi Jinping luego de su elección como presidente chino en el mes de marzo, según la información proporcionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de China[28].

El 8 julio de 2023, poco antes del golpe militar, el 43° grupo de trabajo de escolta naval chino llegó de visita a Gabón, atracando en el puerto de Owendo. La llegada de estos buques dio lugar a una serie de reuniones tanto protocolares como específicamente militares[29].

Según ha informado el sitio de investigación Africa Intelligence, el presidente depuesto Ali Bongo había dado su consentimiento para instalar una base militar china y el complejo militar habría sido confiado a la Armada del Ejército Popular de Liberación, que debería haber establecido su primera base en la costa atlántica y la segunda en el continente, después de la de Yibuti[30]. La localización de la base habría tenido lugar en península de Mandji, en Port-Gentil. El sitio informa que Estados Unidos y Francia ya habían expresado su preocupación al respecto. En este sentido, el almirante Pierre Vandier, ex jefe de Estado Mayor de la Armada francesa, fue enviado por el gobierno de Francia a Libreville para intentar disuadir a Ali Bongo. Queda por ver ahora si el gobierno militar mantiene el consentimiento verbal que había dado el presidente derrocado.

Algunas consideraciones

Es evidente que Francia está perdiendo su poder sobre los países que fueron sus colonias en el continente africano pero el golpe de Estado en Gabón parecería de una índole diferente a la de los que tuvieron lugar en Níger y en los países del Sahel. Quizás, en este caso, Josep Borrell tenga razón al decir que en Gabón no había una verdadera democracia. Sin embargo, no la hubo durante más de medio siglo y no la hubo ni en Gabón ni en muchos otros países de África y del mundo con los cuales la Unión Europea, como los Estados Unidos y el Reino Unido se relacionan. La Commonwealth hace también sus recomendaciones sobre la democracia en Gabón pero cuando éste país se incorporó a la Mancomunidad ya presentaba un déficit democrático, del mismo modo que lo presenta la tan elogiada Ruanda de Kagame.

Respecto del golpe en Gabón, parecería ser claramente un cambio de gobierno para mantener el régimen a través de otros actores. A diferencia de lo ocurrido en Níger y en otros países, en Gabón no hay una presencia del grupo Wagner ni se vio entre la población el despliegue de banderas rusas.

El general Oligui Nguema es un miembro del círculo de la familia Bongo y, por lo que se aprecia, intenta mantener una continuidad respecto al gobierno anterior: en este caso no hubo un discurso anti francés, no se emplazó al embajador de Francia para que se retirara del país y las empresas francesas habrían retomado prontamente sus actividades.

En función de lo desarrollado, se aprecia que China avanza sobre el continente a través de su poder blando, a través de sus empresas pero también procurando lograr un emplazamiento militar en el Atlántico Sur, algo que resulta inadmisible para la angloesfera y la Unión Europea, aún más habida cuenta de que el Reino Unido ha avanzado sobre los países que fueron colonias de Francia y de Bélgica como Ruanda, Gabón y Togo, incorporándolos a la Mancomunidad. Sin duda que el ingreso de los dos últimos a la esfera británica también tiene un interés estratégico en función de asegurarse el control sobre el Atlántico Sur, ya que esos dos países ―tal vez no casualmente― son miembros de la ZPCAS y eran de los que respaldaban a la Argentina en sus reclamos soberanos sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

Ahora bien, teniendo en cuenta que no solo Francia está perdiendo el control sobre los países que integran la Francofonía en África, sino que también a raíz de la guerra proxy que la OTAN ha provocado en su intento de expansión en Europa ―más concretamente entre Ucrania y Rusia―, los propios países denominados occidentales han perdido su cuota de control sobre ciertos países del Sur Global. Esto ha acelerado determinados procesos geopolíticos que favorecieron el acercamiento de Rusia y China y un creciente interés por los BRICS, lo que ha llevado a que varios países se estén acercando a un «nuevo orden mundial 2.0» que vendría a quebrar aquel «nuevo orden mundial» bajo control de la angloesfera y de la Unión Europea.

En tal sentido, el golpe de Estado en Gabón claramente podría ser diferenciado de los producidos en la región del Sahel y podría hacerse sobre el mismo una lectura «gatopardista». Las elecciones en las que se ha considerado triunfador a Ali Bongo han sido fuertemente cuestionadas. En estas últimas elecciones no ha habido observadores internacionales, el fraude ha parecido evidente, inmediatamente se impuso un toque de queda y el opositor Ondo Ossa estaba ya proclamando su triunfo. Como se ha mencionado, se ha llamado a integrar el gobierno a opositores pero, hasta el momento, no a quien encarnaba la mayor oposición al frente del espacio Alternance 2023. Asimismo, inmediatamente, el gobierno autoriza al presidente derrocado a viajar al exterior en atención a su estado de salud, y él mismo decide quedarse para colaborar en la transición. Tampoco se han esgrimido fuertes cargos contra el presidente depuesto.

De tal manera que podría considerarse al golpe en Gabón, de la mano de un militar allegado a los Bongo, como un golpe palaciego que seguramente ha venido a cortar cualquier posibilidad de un golpe que verdaderamente hubiera provocado un cambio de régimen y, quizás, un viraje de Gabón que favoreciera a otras potencias.

Aún es temprano para lograr una lectura completa, pero todo indicaría que aquí, y teniendo en cuenta hasta lo manifestado por el propio Borrell, el golpe en Gabón podría considerarse una mise en scène que daría continuidad al régimen y garantizaría las inversiones de Francia en el país.

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

Referencias

[1] El PDG fue fundado en 1953 como una coalición que se denominó «Bloque Democrático Gabonés», que se mantuvo desde la independencia que devino en un régimen de partido único en 1968 hasta 1990.

[2] «Golpe de Estado en Gabón sigue a tomas militares en excolonias francesas en África». France24, 30/08/2023, https://www.france24.com/es/áfrica/20230830-golpe-de-estado-en-gabón-sigue-a-tomas-militares-en-excolonias-francesas-en-áfrica, [consulta: 02/09/2023].

[3] «Nuevo golpe en África: militares toman el poder en Gabón». Deutsche Welle, 30/08/2023, https://www.dw.com/es/nuevo-golpe-en-África-militares-toman-el-poder-en-gabón/a-66668204, [consulta: 02/09/2023].

[4] «Gabón suspende acceso a internet e impone toque de queda». Deutsche Welle, 26/08/2023, https://www.dw.com/es/gab%C3%B3n-suspende-acceso-a-internet-e-impone-toque-de-queda-tras-elecciones/a-66639724, [consulta: 02/09/2023].

[5] Francia tiene en Gabón una de las cuatro bases militares permanentes en África. Las otras se encuentran en Senegal, Yibuti y Costa de Marfil.

[6] «Le Groupe Rougier à Niort veut transporter les grumes de bois par dirigeable». Le Courrier de l’Ouest, 25/04/2023, https://www.ouest-france.fr/nouvelle-aquitaine/niort-79000/le-niortais-groupe-rougier-veut-transporter-les-grumes-de-bois-par-dirigeable-3dae0d64-e34d-11ed-a544-66056eec5fd3, [consulta: 02/09/2023].

[7] Mark Burton y Francois de Beaupuy. «¿Por qué el golpe de Estado en Gabón amenaza el suministro global de manganeso?» El Financiero, 30/08/2023, https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/2023/08/30/por-que-el-golpe-de-estado-en-gabon-amenaza-el-suministro-global-de-manganeso/, [consulta: 03/09/2023].

[8] Ídem.

[9] Carlos Fresneda. «Un tribunal británico declara “ilegal” el envío de refugiados a Ruanda». El Mundo, 29/06/2023, https://www.elmundo.es/internacional/2023/06/29/649d565ffdddffdfab8b457d.html, [consulta: 03/09/2023].

[10] «Togo y Gabón admitidos en la organización». ANSA, 25/06/2022, https://ansabrasil.com.br/americalatina/noticia/ultimo_momento/2022/06/25/togo-y-gabon-admitidos-en-la-organizacion_a35951d0-9c2a-45bc-b3ec-244cab37e2eb.html, [consulta: 03/09/2023].

[11] «Gabón. Reino Unido insta a “seguir los procesos legales” para resolver “cualquier disputa electoral” en Gabón». Notimérica, 31/08/2023, https://www.notimerica.com/politica/noticia-gabon-reino-unido-insta-seguir-procesos-legales-resolver-cualquier-disputa-electoral-gabon-20230831024736.html, [consulta: 04/09/2023].

[12] «¿Quién es el general Brice Oligui Nguema, nombrado presidente de la Transición en Gabón?» RFI, 31/08/2023, https://www.rfi.fr/es/africa/20230831-quién-es-el-general-brice-oligui-nguema-nombrado-presidente-de-la-transición-en-gabón, [consulta: 04/09/2023].

[13] En África el término «primo» es de uso coloquial tanto para designar a un pariente lejano como así también a los individuos que se encuentran unidos por una amistad estrecha. Habría entre el presidente derrocado y el general algún grado de parentesco pero se desconoce en verdad cuál es.

[14] «Gabon: les militaires putschistes nomment le général Brice Oligui Nguema chef de la transition». France24, 30/08/2023, https://www.france24.com/fr/afrique/20230830-gabon-un-groupe-d-officiers-de-l-armée-affirme-à-la-télévision-avoir-pris-le-pouvoir, [consulta: 02/09/2023].

[15] Ídem.

[16i] Ídem.

[17] «Para la Unión Europea los golpes en Gabón y Níger no son “equivalentes”». Télam, 31/08/2023, https://www.telam.com.ar/notas/202308/638710-union-europea-golpe-gabon-niger.html, [consulta: 04/09/2023].

[18] Freddy Moussounda. «Transition: Oligui Trace la Voie de la Réconciliation et du Développement du Gabon». Medias241, 05/09/2023, https://medias241.com/transition-oligui-trace-la-voie-de-la-reconciliation-et-du-developpement-du-gabon/, [consulta: 08/09/2023].

[19] Freddy Moussounda. «Affaire Mike Jocktane : “Je ne reconnais pas avoir écrit une telle lettre” – Albert Ondo Ossa». Medias241, 08/09/2023, https://medias241.com/affaire-mike-jocktane-je-ne-reconnais-pas-avoir-ecrit-une-telle-lettre-albert-ondo-ossa/, [consulta: 10/09/2023].

[20] «Gabón: Raymond Ndong Sima, opositor a Bongo, nombrado primer ministro de la transición». France24, 07/09/2023, https://www.france24.com/es/áfrica/20230907-gabón-raymond-ndong-sima-opositor-a-bongo-nombrado-primer-ministro-de-la-transición, [consulta: 10/09/2023].

[21i] Ídem.

[22] Ídem.

[23] Jeanne Le Bihan. «Dix choses à savoir sur Mays Mouissi, le nouvel économiste en chef de Brice Oligui Nguema». Jeune Afrique, 14/09/2023, https://www.jeuneafrique.com/1482347/politique/dix-choses-a-savoir-sur-mays-mouissi-le-nouvel-economiste-en-chef-de-brice-oligui-nguema/, [consulta: 17/09/2023].

[24] Jeanne Le Bihan. «Oligui Nguema, les “enfants d’Omar” et le coup d’État au Gabon». Jeune Afrique, 19/09/2023, https://www.jeuneafrique.com/1484095/politique/oligui-nguema-les-enfants-domar-et-le-coup-detat-au-gabon/, [consulta: 21/09/2023].

[25] Paul Essonne. «Le Président de la Transition, le Général de Brigade Brice Clotaire Oligui Nguema en visite officielle à Malabo». 7jours info, 20/09/2023, https://7joursinfo.com/actualites/le-president-de-la-transition-le-general-de-brigade-brice-clotaire-oligui-nguema-en-visite-officielle-a-malabo/, [consulta: 21/09/2023].

[26] «Le Premier ministre gabonais issu du coup d’Etat à la tribune du Conseil de sécurité de l’ONU». VOA, 20/09/2023, https://www.voaafrique.com/a/le-premier-ministre-gabonais-issu-du-coup-d-etat- à-la-tribune-du-conseil-de-sécurité-de-l-onu/7276916.html#:~:text=Le%20Premier%20ministre%20du%20Gabon,deux%20ans%20jusque%20fin%202023, [consulta: 21/09/2023].

[27] «China, Gabon elevate relations to comprehensive strategic cooperative partnership». CGTN, 19/04/2023, https://news.cgtn.com/news/2023-04-19/China-Gabon-lift-relations-to-comprehensive-strategic-cooperative-partnership-1j8xbJYVR6w/index.html, [consulta: 21/09/2023].

[28] Ídem.

[29] Tang Siyu and Wu Kangci. «43rd Chinese naval escort taskforce visits Gabon». Ministry of National Defense of the People’s Republic of China, 11/09/2023, http://eng.mod.gov.cn/xb/News_213114/OverseasOperations/16236380.html, [consulta: 14/09/2023].

[30] «Gabón: fuentes de prensa, el presidente depuesto Bongo había dado su consentimiento para instalar una base militar china». Agenzia Nova, 07/09/2023, https://www.agenzianova.com/es/news/gabon-fonti-stampa-il-presidente-deposto-bongo-aveva-dato-il-consenso-ad-installare-una-base-militare-cinese/, [consulta: 14/09/2023].

 

Artículo publicado el 25/09/2023 por el Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI), https://www.igadi.gal/es/analise/gabon-un-nuevo-golpe-de-estado-en-africa/.