Agustín Saavedra Weise
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Ya comenté en su momento ―en otra nota alusiva a estos temas de la modernidad tecnológica― que la ligereza, la velocidad y la aceleración son cada vez más frecuentes en la era que vivimos. Con seguridad el proceso se hará aún más rápido con el inminente advenimiento global del 5G (quinta generación) de comunicación inalámbrica, que ya se está usando en varios lugares de Estados Unidos y otros países industrializados.
Desde su tumba el gran Nikolai Tesla debe estar feliz al ver que su genial visión ya es realidad en todos los órdenes. Se espera una expansión multinacional de la nueva tecnología (tendrá lugar en 2020) que traerá consigo toda una revolución en materia comunicacional. Y desde ya, casi con seguridad habrá cambios de celulares, ya que aquellos que no estén preparados para el 5G pasarán al museo de las cosas viejas, aunque tengan pocos meses de vida. Así es de dramático el proceso de destrucción creativa que genera la innovación, como tantas veces lo he repetido en muchos de mis modestos comentarios.
Lo interesante en todo esto es ver cómo, a lo largo del tiempo, aquellas cosas que hoy son pilares tradicionales de la vida cotidiana han ido acelerando su consolidación como tales. Según la Organización Rand (www.rand.org) las cosas siguen la pauta de aceleración ya mencionada y podemos presumir que dicha pauta se acelerará aún más. Veamos. En conformidad con datos obtenidos, para que el teléfono fijo se establezca como parte cotidiana y fundamental de un hogar pasaron 85 largos años.
Cuando le tocó el turno al automóvil ―luego que los señores Daimler y Benz inventaron el motor a combustión y Henry Ford lo popularizó mediante precios asequibles para la gran mayoría de la población― el tiempo de asimilación del automóvil como parte cotidiana de la vida fue de 71 años.
Una vez aparecida la TV hubo un período de letargo hasta que comenzaron las emisiones en colores que entusiasmaron sobremanera al espectador. La televisión alcanzó, con el color, a demorar solo 21 años en convertirse en asunto rutinario de cada hogar en el mundo. La red informática más conocida como internet inició acciones internacionales en la década de los 80 y se popularizó en los 90. A partir del ingreso del Siglo XXI se extendió y demoró apenas 16 años en convertirse en cosa de todos los días, en algo rutinario.
Y desde que Steve Jobs presentó el llamado Smartphone o teléfono inteligente, el uso del celular se aceleró masivamente; en solo 13 años el artefacto se ha convertido en algo cotidiano y casi obligatorio. He aquí la aceleración del tiempo medida en función de factores tecnológicos usados regularmente por la humanidad. Interesante ¿verdad? Por tanto, podemos predecir -sin necesidad de ser magos- que por simple progresión cronológica el 5G y cualquier otra futura innovación de alcance mundial, pasará cada vez más rápido a formar parte de la vida nuestra de cada día. Así anda el mundo.
Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://www.eldeber.com.bo/opinion/Las-tecnologias-se-siguen-acelerando-20190622-9119.html
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