Ruvislei González Saez*
El avance de la relaciones de China en la región de América Latina y el Caribe se ha potenciado de manera desigual. Si bien puede destacarse un crecimiento de las relaciones político-diplomáticas, económico-financieras e incluso la participación de la región a la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), lo cierto es que aún quedan muchos espacios por seguir profundizando los lazos.
Dentro de la región, es importante mencionar los vínculos de China con el Gran Caribe. Entiéndase Gran Caribe como la subregión que agrupa al Caribe insular, Centroamérica, Panamá, Venezuela y por lo menos a partes de Colombia y de México (Gaztambide, 2003). La importancia de China y sus relaciones deviene a partir de la necesidad del estudio de la incidencia de la gran nación asiática en el mundo por su peso creciente como potencia global y su dinámica en el contexto de las relaciones internacionales.
Las relaciones de China con esta parte del mundo son históricas, devenidas desde siglos pasados con la llegada de los primeros chinos a las costas de la región. Sin embargo, debe entenderse las relaciones formales con la Nueva China posterior a 1949. Luego del establecimiento de la República Popular, no fue hasta 1960 que se concretaron las primeras relaciones diplomáticas con el hemisferio occidental. El primer país fue Cuba, que de una manera única, mediante una propuesta pública del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro en la Plaza de la Revolución al pueblo habanero solicitó formalizar los vínculos diplomáticos con Beijing.
En 1971, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoció a la República Popular China de manera oficial. En ese momento, la mayoría de los países caribeños decidió mantener su reconocimiento a Taipéi, con el cual mantenían importantes relaciones desde 1949. De ahí que uno de los principales conductores que ha marcado la política exterior de China hacia el Gran Caribe ha sido precisamente la cuestión de la provincia china de Taiwán por el reconocimiento diplomático de los países caribeños.
Posteriormente, el segundo país con el que China estableció relaciones diplomáticas en la subregión del Gran Caribe fue con México en 1972. En el propio año, también se formalizaron con Guyana y Jamaica. Posteriormente en 1974 con Trinidad y Tobago, en 1976 con Suriname, 1977 Barbados, 1980 Colombia y 1983 Antigua y Barbuda (Qin, 1997, p. 64). En el siglo XXI otros países continuaron estableciendo relaciones hasta el 2018 cuando República Dominicana y El Salvador rompieron relaciones con la provincia china de Taiwán para establecerla con Beijing.
Actualmente, de un total de 15 países en el mundo con los que China no tiene vínculos diplomáticos, ocho se encuentran en esta subregión. Particularmente Belice, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Haití, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas (imagen uno). Ello evidencia la necesidad de elevar la proyección de Beijing hacia el área, la que deviene en estratégica, no solo por la variable Taiwán, sino también por ser la subregión de mayor cantidad de países interesados en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y por la proximidad a los Estados Unidos.
En relación con algunos países se ha especulado que podrían continuar rompiendo relaciones con Taipéi para establecerlas con Beijing. Luego de las últimas rupturas de 2018, se especulaba que Belice iba a ser el próximo a partir de la revisión de la política exterior por parte de la administración de Dean Barrow, pero con la visita de la presidenta de la provincia china de Taiwán, Tsai Ing-wen en ese mismo año, los dos actores se comprometieron a profundizar vínculos. Otros dos han sido Nicaragua y Haití. Este último se encuentra en un complejo escenario interno en el que no ha podido atender debidamente su proyección externa en el tiempo reciente.
Santa Lucía luego de establecer relaciones con China en 1997 y desconocer a Taipéi, retornó la decisión en 2007. San Vicente y las Granadinas y San Cristóbal y Nieves establecieron relaciones con Taiwán en 1981 y 1983 respectivamente.
Luego de la última ruptura en 2018, la situación ha sido más impredecible. Ante los temores de la provincia china, no fue casual que la presidenta, Tsai Ing-wen, realizara una gira del 11 de julio hasta el 22 de julio de 2019 con la necesidad de reforzar en esta área los acuerdos con los países que hoy aún tienen relaciones con su país. Ing-wen visitó Haití, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.
Las relaciones diplomáticas de estos cuatro[1] países con Taipéi constituyen uno de los ejes del debate en la región, en tanto afectan la profundización de los vínculos regionales a través de mecanismos puntuales del área como el Mercado Común Centroamericano (MCCA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM). La naturaleza predominantemente bilateral, de estas relaciones podría generar competencia entre los Estados caribeños por el acceso a la asistencia (Montoute, 2013) y el mercado chinos.
Para la mejora de la presencia de China particularmente en el Caribe Insular es importante tener en cuenta los elementos que atentan contra la subregión en su relacionamiento con actores como Estados Unidos o la Unión Europea (UE). En el entorno hay críticas hacia algunos de los mecanismos como los Acuerdos de Asociación Económicas (EPA). Muchos son los factores como la escasez de infraestructuras, el retraso en las diversas formas de producción o la imposibilidad de cumplir con requisitos de calidad establecidos por la UE, lo que demuestra que la capacidad de competencia es muy desigual. El impacto sobre el sector de producción agrícola podría ser muy importante con el consecuente riesgo de disminución de la Seguridad Alimentaria.
En este escenario, China no debería repetir las tradicionales formas de relacionamiento de las grandes naciones occidentales, sino que con su fortaleza de capacidades de desarrollo de infraestructura en el marco de BRI, se pueden potenciar redes articuladoras de conexión intrarregional y aumentar la infraestructura y las capacidades de ambas partes sobre la base del mutuo-beneficio. Es ahí donde se abren espacios para repensar la forma de relacionamiento de China con el Gran Caribe en general y ello puede ser una razón para poder acercarse a mecanismos que agrupen a todos los Estados del área como la Asociación de Estados del Caribe (AEC) o incluso la creación de un mecanismo que puede ser 14+1 (los 14 miembros de BRI en la subregión más China). En ese sentido, promover una forma de cooperación desde el enfoque de la cooperación del Sur Global y no desde una perspectiva de relaciones asimétricas.
En el actual contexto de relacionamiento político-diplomático bilateral, China tiene relaciones con la mayoría de los Estados excepto con los ocho países mencionados anteriormente. Sin embargo, Beijing ha buscado diferentes mecanismos para el diálogo regional como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), aunque particularmente con una parte del Caribe creó el Foro China y Caribe de Cooperación Económica y Comercio en 2005, pero no así un mecanismo de diálogo político que agrupe a todos los Estados del Gran Caribe.
Una de las formas de relacionamiento establecidas por China con otros países ha sido el establecimiento de diferentes tipos de Asociaciones Estratégicas, aun cuando en la práctica no denote la connotación formal del nombre. Particularmente en la subregión del Gran Caribe en las relaciones bilaterales, son pocos los países que tienen este tipo de vínculos en relación a otras partes del mundo, e incluso en comparación con Sudamérica (imagen dos).
El primer país del Gran Caribe que estableció algún tipo de Asociación Estratégica con China fue México en 1997. Esta nación y Venezuela en 2014 establecieron una Asociación Estratégica Integral. Por otro lado, Costa Rica en 2005 formalizó con Beijing una Asociación Estratégica, mientras con Jamaica una Asociación Amistosa para el Desarrollo Común (Quang & Minh, 2019, p.69). En el caso particular de Cuba no existe este tipo de vínculo y se manifiesta bajo el relacionamiento de “Buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos” (Bentang, 2020).
Es importante exponer que si bien existe un interés de China hacia la región, también a partir de los cambios en la economía global y la actual situación geopolítica, en la cual China sin pretenderlo desafía el predominio de los Estados Unidos y propone junto a otras naciones el fomento del multilateralismo y la formación de una comunidad de destino común para toda la humanidad. Ello ha conducido a los miembros del Gran Caribe a replantearse sus vínculos con China. El acercamiento del Caribe a la nación asiática ha estado marcado por un interés geoestratégico favorecido por el pragmatismo que caracteriza la actuación política de los gobiernos caribeños.
La importancia del Gran Caribe dentro de América Latina en la proyección externa de la actual China pudo percibirse en la primera gira de Xi Jinping a la región como secretario del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente. Los primeros destinos en el 2013 fueron Trinidad y Tobago, Costa Rica y México. Ello fue parte de la proyección de mejorar las relaciones diplomáticas con los países de esta parte del mundo, muchos de los cuales aún tienen lazos oficiales con Taiwán, y en el interés de tener mayor contacto con el área.
Posteriormente en 2014, a tan solo un año de la primera gira, el mandatario chino Xi Jinping realizó una segunda visita a esta región. De los cuatro países visitados, dos fueron naciones del Gran Caribe, Venezuela y Cuba. Esta vez, tuvo con una carga política mucho más intensa que la primera, al poner en práctica una mayor voluntad de comprometerse con la transformación estratégica de la región.
No fue casual, que tras la visita se actualizara en el 2016 el Documento de Política Exterior de China hacia América Latina y el Caribe (conocido también como “Libro Blanco”), presentado por primera vez en 2008. En este se establece la orientación de la política china hacia la región en las principales áreas de interés común que abarcan los ámbitos político, económico, cultural y social y militar y de seguridad. Ambas partes expresaron su disposición a promover la cooperación dentro del marco “1+3+6”, presentado en julio de 2014, por el presidente chino, Xi Jinping. El “1” se refiere al Plan de Cooperación 2015-2019 entre ambas partes. El “3” identifica el comercio, la inversión y las finanzas como fuerzas motrices de la cooperación. El “6”, por último, prioriza como sectores de la colaboración la energía y los recursos, la construcción de infraestructuras, la agricultura, la manufactura, la innovación tecnológica y científica y la tecnología de la información (González, 2018, p.3).
Las relaciones diplomáticas sino-caribeñas se han caracterizado por el intercambio del PCCh con organizaciones y partidos caribeños, a través de su Departamento de Enlace Internacional. Ha sido clave el vínculo a través de la creación del Foro de Partidos Políticos China-CELAC el cual se inauguró el primer encuentro en Beijing en diciembre de 2015. La primera reunión efectuada se desarrolló bajo el lema “Innovación, Desarrollo, Cooperación y Futuro – Desafíos para Partidos Políticos Chino-Latinoamericanos y sus Medidas Correspondientes”, con enfoque en cinco subtemas como la cooperación entre China y América Latina y el Caribe, el camino de desarrollo, partidos políticos en el siglo XXI, el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Luego del foro en el 2015, en 2018 se realizó un segundo foro China-CELAC en Shenzhen, con la participación de más de 60 partidos y organizaciones de todo el continente en el que estuvieron una representación del Gran Caribe.
Por otra parte, China ha establecido importantes relaciones a nivel regional con el Caribe a través de organismos e instituciones como el Banco para el Desarrollo del Caribe (BDC), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). China entró al CDB en 1998 y al BID en 2008 y, a través de ambas instituciones financieras, ha canalizado recursos crediticios y fondos de ayuda.
Particular relevancia desempeñan los Institutos Confucio de China que promueve no solo el conocimiento del idioma chino, sino también de la cultura china. Este tipo de institutos devienen en embajadores culturales de la nación asiática y que permiten interactuar con las sociedades de la Subregión. Pueden ubicarse en Bahamas, Barbados, Colombia (tres), Costa Rica (dos), Cuba, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, México (cinco), Panamá, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela (CRICAL, 2021).
La historia de los países del Caribe ha estado vinculada con Francia, Reino Unido, Estados Unidos, España y Países Bajos. Con el transcurso de los años, este pasado se ha convertido en preferencias comerciales que son decisivas en el destino de las exportaciones. En la mayor parte de las economías los servicios turísticos y financieros son las principales categorías de actividad económica, además de las relacionadas con petróleo en Trinidad y Tobago. La principal característica de los países en el Caribe es la diversidad. En ello inciden diferentes niveles de relacionamiento económico-financiero e incluso de cooperación. China ha establecido importantes relaciones institucionales en América Latina a través del BID y la CEPAL.
En cuanto al comercio, el interés por potenciarlo particularmente con la CARICOM, podría estar relacionado con una estrategia geopolítica por acceder a los mercados de Estados Unidos, Europa y Canadá. El Caribe constituye un punto de entrada hacia estos mercados, favorecido por la existencia de acuerdos económicos con estos actores. La balanza comercial de China con respecto a la CARICOM es superavitaria. Los productos que este país exporta hacia el Caribe son productos manufacturados de alto valor agregado, como productos de hierro y aluminio, equipamiento electrónico, chalecos y otras estructuras flotantes. Por su parte, las exportaciones de la CARICOM hacia China se concentran en materias primas (Legrá, 2020).
A pesar del avance en las relaciones comerciales entre ambos actores, el intercambio comercial de China con el Caribe representa menos del 1% de su intercambio con el resto del mundo: los productos que exporta el Caribe no representan un volumen significativo para la economía de ese país, ni la región ofrece los amplios mercados que necesitan los productos del gigante asiático. Por su parte, la subregión no ha sido eficaz en aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado chino (Legrá, 2020).
China no figura aún entre los principales mercados de exportación para los productos caribeños en general, cuyos principales destinos siguen siendo Estados Unidos y Europa, salvo casos puntuales de países como Cuba. No se puede afirmar que China haya desplazado a estos actores. Esto no contradice que determinados bienes chinos podrían desplazar a sus competidores europeos y estadounidenses. Particularmente los dos principales bloques del Gran Caribe, es decir el MCCA y CARICOM tienen a China como tercer socio de sus ventas al exterior (imagen tres). Sin embargo, para las importaciones, en el caso del MCCA, China desplazó a la UE como segundo socio (CEPAL, 2021, p.97).
Al analizar las relaciones económicas bilaterales entre los países del Gran Caribe y China, se destaca que en relación a las exportaciones China no ha logrado convertirse en un socio relevante. La mayoría de las ventas de mercancías de la subregión se dirigen en primer lugar a Estados Unidos o a la UE, con la excepción de Cuba que es el único país del área que tiene como principal destino de sus ventas China. Al evaluar las importaciones, la nación asiática constituye el segundo principal mercado de los países de la zona. Estados Unidos es el principal suministrador de la mayoría salvo Cuba y el caso de San Vicente y las Granadinas. En tanto, Nicaragua es el único país que no tiene compras de China y sí con la provincia china de Taiwán (imagen cuatro).
En julio de 2014, el presidente Xi Jinping en la Cumbre de Líderes entre China y los Estados Latinoamericanos y Caribeños anunció un paquete de arreglos de financiación de China para el Caribe que suma 35 mil millones de dólares y estuvo compuesto por tres partes a saber: Créditos Preferenciales de 10 mil millones de dólares; el Crédito Especial China y América Latina para la Infraestructura de 20 mil millones de dólares; y el Fondo de Cooperación China-América Latina y el Caribe de cinco mil millones de dólares. Los créditos administrados por el Ministerio de Comercio y ejecutados por el Banco de Exportación e Importación (Eximbank) y el Banco de Desarrollo de China (BDCh), están dirigidos a los países en desarrollo. En ese sentido, la membresía de China en el BDC y el BID, facilitan la profundización de las relaciones de cooperación financiera con el Caribe (Legrá, 2020).
Los principales prestamistas de chinos, respaldados por el Estado, emitieron en2017 la menor cantidad de préstamos a América Latina de la última década, sugiriendo un enfoque más cauteloso para invertir en la región. Según una nueva investigación realizada por Diálogo Interamericano y la Universidad de Boston, los cinco préstamos emitidos en el 2018 por un valor de 7.7 mil millones de dólares superaron a los 6.2 mil millones de dólares emitidos en 2017 (imagen cinco). Sin embargo, todavía representan una de las cifras más bajas para los préstamos de Estado a Estado a Estado por parte del BDCh y el Eximbank a América Latina desde 2005, año en el cual comenzaron a otorgar préstamos a la región (Soutar, 2019). No obstante, el menor volumen de préstamos concedidos a la región fue en el año 2020 ante el impacto de la pandemia Covid-19 en el que no hubo ningún crédito otorgado.
Las inversiones chinas en la subregión han estado determinadas hacia ciertos sectores específicos. Tradicionalmente la presencia china ha estado enfocada en los temas de recursos naturales, sin embargo, desde 2015 se ha modificado el patrón de comportamientos de las IED chinas. En ese sentido, se destacan los sectores de componentes automotriz (México), Construcción e infraestructura (Panamá y Cuba), energía (Cuba, Honduras y México), viajes (Santa Lucía), industria química (México), telecomunicaciones (México, Panamá y Colombia), electricidad (Costa Rica), textil (Haití), entre otros. No obstante, mantiene IED en los sectores de minería (Jamaica) y gas (Venezuela) (Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, 2020).
La IED china se concentra en algunos países de mayor nivel de desarrollo de la región del Gran Caribe: México, Trinidad y Tobago, Guyana, Surinam, Bahamas. No así en otros grandes y medianos como Venezuela, Colombia, República Dominicana o Cuba. Sumado a la alta concentración por país de destino, la IED china se centra, además, en un grupo de actividades económicas seleccionadas: construcción de infraestructura, energía, minería, agricultura y turismo. Pero los mayores volúmenes están muy concentrados especialmente en el sector financiero.
Particularmente en México, en cuanto a los flujos de capital, para el 2020 se registraron 173 millones de dólares de inversiones chinas en México, de las cuales 57% correspondieron al primer trimestre del año, 20% al segundo, 6% al tercero y 15% al cuarto. 70.7 millones de dólares de fueron nuevas inversiones, lo que representó el 40% del total registrado. Cabe señalar que la mayoría de estas inversiones se fueron al sector construcción y a la adquisición de empresas mexicanas (Tzili-Apango, 2021, p.14).
La concentración de la IED china por país de destino, actividad y empresa emisora constituye la principal limitación para la profundización real de los vínculos económicos China – Gran Caribe. El relacionamiento bilateral de los países caribeños con China y su limitada capacidad negociadora, resultan elementos que impiden una mejor distribución de los paquetes de financiamiento que ofrece China a la región. Incluso los proyectos de IED en el marco de BRI son muy escasos. Hasta el momento el 62,5% del volumen total de IED china ocurre en Islas Caimán, centradas en el sector financiero y luego le siguen las islas Vírgenes Británicas. Exceptuando estos dos países y Bermudas, el resto del Gran Caribe recibió en el 2018 menos del 2% de la IED en América Latina y el Caribe (imagen seis).
Contrario a lo esperado y a la importante presencia de China con Venezuela en el comercio y el financiamiento (Piña 2019), China apenas ha realizado siete proyectos de infraestructura en Venezuela y dos durante 2015-2019, en este último período por apenas 384 millones de dólares (0.70 % de ALC) y 600 empleos (0.45 % de ALC). Sexto, Centroamérica y el Caribe también han sido receptores importantes de proyectos de infraestructura de China, no obstante haberse convertido en una de las principales regiones que reconocen a Taiwán como estado independiente, con 16 proyectos por 9,732 millones de dólares y alrededor de 33,000 empleos generados durante 2005-2019 y particularmente en el período más reciente 2015-2019 (Dussel, 2020)
Hasta febrero de 2021, 140 países eran miembros de BRI a nivel mundial. Del total solo 19 países están ubicados en América Latina y el Caribe, de los cuales 14 pertenecen a la zona del Gran Caribe. Cuatro después de haberse anunciado la iniciativa china, en el 2017 se incorporó Panamá, condicionando la extensión de BRI hacia esta parte del mundo. Posteriormente se incorporaron en el 2018 Trinidad y Tobago, Suriname (mayo), Antigua y Barbuda, Bolivia (junio), Dominica, Guyana (julio), Uruguay (agosto), Costa Rica, Venezuela, Granada (septiembre), El Salvador, Chile, República Dominicana, Cuba (noviembre), Ecuador (diciembre), mientras en el 2019, Barbados (febrero), Jamaica (abril) y Perú (abril). Argentina podría ser el miembro número 20 (imagen siete).
Además de CELAC, el otro mecanismo regional que involucra más a estos países del Gran Caribe es la AEC. De 25 miembros, 14 participan en BRI, a decir; Antigua y Barbuda, Barbados, Costa Rica, Cuba, Dominica, El Salvador, Jamaica, Granada, Guyana, Panamá, República Dominicana, Suriname, Trinidad y Tobago y Venezuela. Además en AEC se encuentran los ocho países del área que no tienen relaciones con Beijing. Lo que constituye un espacio para el relacionamiento y cooperación en temas como conexión de transporte, enfrentamiento al cambio climático, etc.
El avance de la iniciativa de BRI hacia el Gran Caribe puede propiciar la inserción de China en la AEC como se ha expresado anteriormente, ya sea mediante su solicitud como observador, pero también pudiera fomentar tal como sucede en Europa Oriental un mecanismo similar a 17+1. En este caso particular sería el de 14+1, en el que permite concertar acciones directas de los miembros de BRI con China. Actualmente se carece de una plataforma real, como también los diversos Estados caribeños desconocen los mecanismos institucionales o las vías para presentar proyectos a China como parte de la iniciativa. Tampoco se conocen los pasos precisos para el desarrollo de proyectos e incluso la búsqueda de financiamiento.
Existen potencialidades con la región para promover el desarrollo de zonas económicas especiales e intervincularlas mediante infraestructuras en las que condicionarán un mutuo beneficio propuesto por Beijing. En la misma medida que se eleve la conectividad y el desarrollo de infraestructura contribuirá a aumentar el vínculo marítimo con China e incluso aéreo teniendo en cuenta que algunos países como Panamá y Cuba tienen vuelos directos.
Aún con el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos contra Cuba pueden desarrollarse proyectos conjuntos en el marco de AEC o Cuba-CARICOM en relación con proyectos de fuentes de energía renovable, contra desastres (experiencia cubana) incluso con países que tienen relaciones con la provincia china de Taiwán. Los países miembros de BRI en el Gran Caribe pueden emprender con China un proceso de desarrollo multidestino. Es un espacio para mostrar a Cuba como complemento y no como competencia. A la vez, se pueden expandir los propios mecanismos chinos como es el caso de avanzar de cara a Union Pay que pueda favorecer el tráfico aéreo y la recarga de combustible, sin hablar de las operaciones financieras que puedan realizarse en yuanes.
Granada y China establecieron relaciones diplomáticas en 1985. Pero luego fueron interrumpidas en 1989 y vuelven a ser restablecidas en 2005 cuando el gobierno del primer ministro Keith Mitchell renovó los lazos con Beijing. En 2015 firmaron un acuerdo de libre visado para viajar por 30 días en todas las categorías de pasaporte entre ambos países. Ello ha permitido aumentar el número de turistas chinos en la nación caribeña. El país trata de mantener un equilibrio en sus relaciones con Washington y con Beijing.
Entre 2005 y 2018, 190 estudiantes granadinos estudiaron en China sobre Programas de Becas Gubernamentales chinas. Muchos estuvieron involucrados en diferentes y prestigiosas universidad chinas en diversas especialidades como Macroeconomía, Relaciones Internacionales, Medicina, Agricultura, Finanzas, Planificación Urbana, Ingeniería Ambiental entre otros. Durante el mismo período 1691 granadinos han pasado seminarios o cursos cortos en China. Recursos humanos ha sido uno de los sectores de mayor cooperación entre ambas partes[2].
Granada fue el onceno país en integrarse a BRI en septiembre de 2018. La pequeña isla caribeña ha mantenido una fuerte intención de proyectarse como puente de China hacia el Caribe. Este fue uno de los primeros países que presentó un Plan de Acción ante Beijing en relación a BRI. A su vez, los días 28 y 29 de octubre de ese mismo año celebró una conferencia junto al gobierno chino bajo el tema: “Conferencia China-Caribe sobre la Implementación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta” celebrada en St. George.
La conferencia fue enfocada sobre los principios, trayectoria, rol a desempeñar por las partes en la implementación de BRI. Dentro de los países de CARICOM miembros de BRI están Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Dominica, Guyana, Jamaica, Barbados y Suriname. Además de los mencionados como miembros, asistieron delegaciones de Bahamas y San Vicente y las Granadinas (Grenada Now, 2019). Para China trabajar con Granada es relevante porque al realizar acciones en el marco de CARICOM le permitirá acercarse a San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía que mantienen aún relaciones con Taiwán y no con Beijing.
Particularmente Granada ha enfocado BRI con el Plan Estratégico Nacional 2030. En el memorándum de entendimiento (MOU) entre ambas naciones para la inserción de la isla caribeña a la iniciativa el modelo ha sido similar con el del resto de los países del Gran Caribe, al incorporar elementos de coordinación de políticas, facilidades de conectividad, comercio e inversión, integración financiera e interacción pueblo a pueblo. El interés granadino de elevar su relacionamiento con Beijing y su proactividad le condiciona un aumento de su posición, pese al tamaño geográfico del país.
Entre los proyectos más importantes están:
Los dos últimos, junto a otros proyectos recibieron una asistencia china valorada en 38,4 millones de dólares.
En los momentos de avance de la pandemia Covid-19 en la región latinoamericana y caribeña en el año 2020 se destacó una disparidad en cuanto a la asistencia china en relación a la estadounidense. Este hecho constituyó un elemento de un mayor interés del Gran Caribe en los vínculos con la nación asiática. Sobresalió un incremento del apoyo de Beijing hacia la subregión, completamente diferente al gesto de Washington. Según los datos publicados por el Departamento de Estado, Estados Unidos donó 900 millones de dólares en el mundo (menos del 9% del PIB) y de ese total 83 millones de dólares solo fueron destinados a América Latina y el Caribe. Incluso, solo lo recibido por el Congo y Nigeria en África superó toda la ayuda estadounidense a la región latinoamericana hasta noviembre de 2020. China en cambio había desembolsado hasta ese momento 665 millones de dólares en esta parte del mundo (Malacalza, 2020).
Las tres cuartas partes de la asistencia estadounidense estuvieron dirigidas a Centroamérica y el Caribe. Las mayores donaciones de Washington fueron hacia Haití y Colombia, luego Guatemala, El Salvador y Honduras y por último Venezuela. El cual este último más vinculado a cuestiones de desestabilización bajo el concepto de narcotráfico aunque los datos de Departamento de Estado de Estados Unidos manifestaron que fue contra Covid-19. Por lo que la ayuda a Venezuela, fue directamente al ilegal Juan Guaidó y a organizaciones opositoras, aun cuando hay una parte que es al gobierno por la vía de organismos internacionales.
La asistencia china se ofreció través de diversos actores:
Particularmente, Jack Ma, fundador de la Compañía Alibaba y uno de los ciudadanos más ricos de China realizó donaciones de suministros médicos a 24 países de toda la región, incluidas dos millones de máscaras, 400 000 kits de prueba y 104 ventiladores, cubrió costos de transporte (Koop et al, 2020). Particularmente en el Gran Caribe puede percibirse una proyección activa de China, pero también de otros actores geopolíticos como Estados Unidos y la provincia china de Taiwán (cuadro uno).
Cuadro 1: Asistencia ofrecida por China, Estados Unidos y la provincia china de Taiwán al Gran Caribe (febrero-noviembre de 2020).
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ESTADOS UNIDOS |
CHINA |
TAIWÁN |
COLOMBIA |
Aproximadamente 13,2 millones de dólares en asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19. Incluyó 8,5 millones de dólares previamente anunciado para provisión de aguas, suministros sanitarios, gestión de casos por Covid-19. |
Envío de suministros médicos donados por el gobierno en el marco del 40 aniversario de las relaciones. Estos fueron entregados por la Embajada china en Colombia: 30.000 kits de prueba, 980.000 máscaras de protección quirúrgicas, 500 termómetros infrarrojos, 500 vestidos de protección, 1.000 guantes, 10.000 máscaras N-95. Por otro lado la Compañía Alibaba donó 100.000 tapabocas, 20 000 kits de reactivos para pruebas y cinco respiradores. |
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VENEZUELA |
Más de 12,3 millones de dólares previamente anunciados dirigidos para ser administrados y ejecutados no por el gobierno constitucional, sino por el dirigente opositor Juan Guaidó y partidos opositores. En concreto el financiamiento es más para actividades de subversión que para el enfrentamiento a la pandemia Covid-19. El Instituto Wilson planteó que 500.000 dólares fueron en cooperación con la Agencia para los Refugiados de la ONU, 320.000 dólares de UNICEF, 40000 del Fondo de la Población (UNFPA) y un millón de la Organización Mundial de la Salud. |
Venezuela fue uno de los primeros en recibir suministros médicos chinos con un envío de 4.015 kits de prueba, reactivos químicos, purificadores y guantes el 19 de marzo. El segundo cargamento fue de 500 000 kits de pruebas rápidas, 70.000 termómetros infrarrojos y un equipo de 8 especialistas chinos (condecorados con la Orden Francisco de Miranda). También envió en abril cuatro ventiladores, trajes de protección, lentes, mascarillas y guantes para un total de 22 toneladas. En marzo envió 55 toneladas de material médico. El 13 de mayo, China entregó su quinta ayuda técnica. Posteriormente a mitad de año envió más. |
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COSTA RICA |
Aproximadamente 900 mil dólares in fondos para asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19. 20.700 máscaras quirúrgicas, 57 000 guantes, 2250 gafas protectoras, 4.150 máscaras N-95. |
Donación el tres de abril del gobierno de 100 mil mascarillas, 10.080 pruebas de PCR, cinco máquinas de presión continúa de las vías respiratorias, cinco ventiladores. La Embajada china realizó donaciones de pruebas para detectar Covid-19 y gestionó con las fundaciones Jack Ma y Alibaba otras donaciones. El 26 de abril llegó el primer vuelo chárter pagado por Costa Rica con 40 toneladas de donación de batas descartables, respiradores N-95, mascarillas de uso médico, lentes de seguridad y guantes. La donación total fue de 55 toneladas. |
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CUBA |
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Entrega 6 de abril de 2.000 mascarillas, 10.000 máscaras quirúrgicas, 2.000 trajes protectores desechables, 500 termómetros infrarrojos, 2.000 gafas protectoras e igual número de pares de guantes protectores y pares de zapatos de aislamiento. Además de la donación del gobierno, la empresa Yutong entregó 10.000 trajes protectores y 100 mil mascarillas. El 20 de mayo se realizó otra donación de suministros sanitarios. Ciudadanos chinos que estudiaron en Cuba organizaron donaciones y la compra de insumos para respaldar a Cuba. Hasta el 28 de marzo habían recaudado 18 193 dólares. Se produjeron otras, a la vez que no se concretó un envió de la Fundación Jack Ma por el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos al país. Otras donaciones contabilizadas por el Instituto Wilson sumaron 14.000 kits de prueba, 3.272.000 máscaras de cirugía, 38 ventiladores pulmonares, termómetros infrarrojos 500, 22 000 vestidos protectores, 102.000 guantes, 12.000 gafas, 2.000 zapatos de aislamiento, 6.000 máscaras N-95 y 300.000 dólares de donación. |
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EL SALVADOR |
6,6 millones de dólares de financiamiento para respuesta a Covid-19. Además 250 ventiladores. |
China donó insumos médicos el 22 de abril. La Embajada china entregó una donación del gobierno consistente en 10.080 kits de pruebas, 120 000 máscaras quirúrgicas, cinco ventiladores, 300 termómetros digitales, 2.000 vestidos de protección, 10.000 máscaras N-95. En marzo había entregado una donación de 250 mil dólares. |
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GUATEMALA |
8,4 millones de dólares en asistencia, incluye 6 millones en nueva asistencia internacional para riesgo de problemas de agua, sanidad e higiene. |
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Donación de 5.000 kits de pruebas, 12.000 prendas de aislamiento, 6.000 trajes de protección de bioseguridad y 30.000 mascarillas N-95. Además, dos millones de mascarillas quirúrgicas, 12 cámaras térmicas, 1 500 termómetros infrarrojos, cuatro sistemas de detector automáticos, dos analizadores PCR con kits de pruebas, 81 600 sopas instantáneas, equipo médico y un millón de dólares. |
HAITÍ |
13,2 millones de dólares en asistencia humanitaria para apoyar riesgo de comunicaciones, esfuerzos para mejorar sistema de agua y sanidad, prevenir infecciones y enfrentamiento a Covid-19. |
7 de mayo China envió 50 mil máscaras para el personal de atención médica, 200 máscaras quirúrgicas, 100 respiradores artificiales y accesorios, 500 camas completas y más de 700 mil gafas protectoras. |
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HONDURAS |
5,4 millones de dólares en asistencia, incluyó tres millones de dólares en nueva asistencia humanitaria para riesgo de comunicaciones e intervención en agua, sanidad e higiene y 2,4 millones en asistencia sanitaria contra la Covid-19 anunciada para apoyar al gobierno. |
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El 10 de abril entregó 180 mil mascarillas. El segundo lote posterior llegó con 100 mil mascarillas más. |
MÉXICO |
No para Covid-19, pero si 1,8 millones de dólares en asistencia humanitaria para apoyar a los refugiados. 1.000 ventiladores y 1.000 máscaras N-95. |
Dos fundaciones chinas (Jack Ma y Alibaba) donaron al gobierno de México, 100.000 mascarillas, 50.000 nuevos kits de prueba y cinco respiradores. 100 mil kits de pruebas, 686 500 máscaras de cirugía, 1.280 ventiladores, 20.000 termómetros infrarrojos, 10.000 gafas protectoras, 20.000 vestidos protectores, 300 máscaras N-95. |
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NICARAGUA |
750.000 dólares para proveer entrenamiento sobre prevención de infección y control, gestión de pandemias y otros por Covid-19 |
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El 4 de junio donó 1.500.000 mascarillas, posteriormente el 22 de junio donó 30.000 mascarillas N-95, 4 500 batas descartables impermeables y 9 mil vestidos de aislamiento. El 16 de julio la empresa taiwanesa Roo Hsing Garment operadora en la zona franca de Nicaragua donó 20.000 mascarillas |
PANAMÁ |
825 mil dólares, de los cuales 750 mil dólares habían sido previamente anunciados para asistencia sanitaria para optimizar las capacidades de salud. 33.750 máscaras quirúrgicas y 25 termómetros infrarrojos |
En marzo el gobierno rechazó donación de la compañía China Construction America para convertir temporalmente el Centro de Convenciones de Amador en un hospital modular. 207 500 máscaras quirúrgicas, 10 ventiladores, 200 termómetros digitales, una cámara térmica, 100 vestidos de protección, 2.000 guantes, 1.500 máscaras N-95. |
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REPÚBLICA DOMINICANA |
Aproximadamente 3,7 millones de dólares en los esfuerzos a la respuesta a la Covid-19 de los que incluyen 275 mil dólares previamente anunciados. Además envió 2.000 kits de pruebas. |
El 27 y 28 de marzo, la empresa Huawei Technologies Dominicana proporcionó solución por la Inteligencia Artificial para asistir la tomografía computadorizada a fin de detectar el coronavirus de forma más rápida a un hospital regional y la empresa Microport donó 100.000 mascarillas al servicio nacional de Salud. La Universidad de Tsinghua donó 1.000 pruebas PCR. El 3 de abril las fundaciones Jack Ma y Alibaba donaron 50.000 mascarillas, 15.000 reactivos de detección de PCR y cuatro ventiladores. Donación el 13 de abril de materiales anti epidémicos por un valor de 100.000 dólares, entre ellos 1.000 piezas de ropa de protección médica, 100 termómetros infrarrojos de mano para medir la temperatura de la frente, 1.000 máscaras para uso médico, 500 pares de guantes quirúrgicos de caucho esterilizados desechables y 500 pares de cubiertas de zapatos de aislamiento médico. El 11 de mayo, la Embajada china entregó donación a la alcaldía del distrito Nacional. El día 15 el Embajador chino realizó donación de 500 mil dólares a la alcaldía de Santiago. El dos de junio la Embajada donó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo 10.000 mascarillas. |
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ANTIGUA Y BARBUDA |
Se apoyó mediante un esfuerzo regional con un financiamiento conjunto de 2,2 millones de dólares que incluyó a Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, Guyana, Suriname, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves y Trinidad y Tobago. |
15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM) |
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BAHAMAS |
750 mil dólares como asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19. |
La Embajada china presentó un Plan de Diagnóstico y Tratamiento preparado por médicos chinos al gobierno de Bahamas el 6 de marzo. Al 30 de abril se había donado tres equipos sanitarios, entre los cuales estuvo uno de la embajada china con 1000 test para detectar Covid-19. El gobierno chino donó máscaras N-95, gafas, zapatos protectores, termómetros infrarrojos, entre otros. |
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BARBADOS |
El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda. |
La Embajada china en Barbados realizó una donación de 7000 máscaras de protección quirúrgicas, 5000 respiradores KN-95, 8450 guantes de protección, 4530 gafas de protección médica, 250 termómetros infrarrojos y un ventilador (dos donaciones). |
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BELICE |
300 mil dólares en asistencia humanitaria en la lucha contra Covid-19. |
15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM) |
Donó dos millones de dólares. Además entregó 200.000 máscaras quirúrgicas, 10.000 máscaras N-95, 500 termómetros infrarrojos, 2.000 vestidos de protección, 4.000 trajes de aislamientos, dos analizadores de PCR, 720 kits de prueba PCR y 10.000 tapones nasales. |
DOMINICA |
El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda. |
15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM) |
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GRANADA |
El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda. |
15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM) |
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GUYANA |
350 mil dólares en asistencia humanitaria anunciada previamente en la lucha contra Covid-19. |
15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM). |
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JAMAICA |
1 millón de dólares en asistencia anunciada en la lucha contra la Covid-19 |
3.000 kits de prueba, 30.000 máscaras quirúrgicas y 4 ventiladores. Además 15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM) |
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SAN CRISTÓBAL Y NIEVES |
El apoyo ofrecido es parte de la que se explicó en la asistencia a Antigua y Barbuda. |
15.000 kits de prueba y 30.000 máscaras faciales (distribuida entre otros miembros de CARICOM) |
La empresa TaiDoc Technology Corp. donó 35.000 termómetros y 250 sistemas de medición automática (se compartió con otras naciones del Caribe que tienen lazos con Taiwán). |
SANTA LUCÍA |
Ídem |
Ídem |
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SURINAM |
Ídem |
Ídem |
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TRINIDAD Y TOBAGO |
250 mil dólares en asistencia anunciada en respuesta a la Covid-19. |
Donó 4.000 kits de prueba el 18 de marzo y 1.000 kits de prueba el 29 de abril. |
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Por otro lado, el PCCh realizó varias reuniones virtuales con partidos de la región para intercambiar experiencias y sobre todo evaluar la situación en la que participaron representantes de Cuba, México, Venezuela por la parte del Gran Caribe. A la vez, el gobierno chino desarrolló una reunión especial con los países del Caribe que tienen relaciones diplomáticas con Beijing. El encuentro se dio a nivel de viceministros de Relaciones Exteriores en respuesta a la epidemia de la Covid-19. En este encuentro participaron Granada, Surinam, Guyana, Trinidad y Tobago y Jamaica. Particularmente por Dominica el propio primer ministro, quien presidió la reunión por la parte caribeña.
Por otro lado, debe hacerse referencia a la donación por parte de China de vacunas a países de la subregión. El grupo Sinopharm donó vacunas a Guyana, mientras el gobierno chino envió a República Dominicana, Venezuela. Mientras países como Colombia y El Salvador (Sinovac), República Dominicana, Panamá y Costa Rica han adquirido vacunas chinas. En tanto, México administra las vacunas chinas CanSino y Sinovac. Además luego de reunión entre la cancillería china y un grupo de países de la región de los cuales del Gran Caribe estuvieron Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Panamá, Barbados y República Dominicana, el Consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores chino Wang Yi, ofreció un préstamo de un billón de dólares para asistir a la región en su acceso a la vacuna china (Horwitz & Zissis, 2021).
La presencia de China en el Gran Caribe tiene una connotación geoestratégica, a partir del interés en avanzar en sus relaciones internacionales, la participación de esta parte del mundo en BRI, así como por ser una de las zonas donde más países aún no le han reconocido oficialmente. Por otro lado, es un espacio cercano a Estados Unidos y en el que este ha tenido fuerte presencia junto a otros actores europeos, lo que genera preocupaciones, especialmente a Washington. En este sentido, constituye una de las áreas de confrontación estratégica por lo que hoy no se puede analizar los lazos en el Gran Caribe sin analizar la triangulación con China y Estados Unidos.
El primer gran éxito de China en el Gran Caribe ha sido el de lograr un acercamiento político, diplomático, cultural, económico y financiero más allá de las presiones de Estados occidentales.
El segundo éxito ha sido la extensión de BRI hacia la región. A petición de países del área se extendió el corredor de la Franja Marítima de la Ruta de la Seda hacia esta parte del mundo. Lo más llamativo es que de 19 países que se incorporaron en toda América Latina y el Caribe, 14 se ubican en la zona del Gran Caribe.
El tercero ha sido el haberse convertido en el principal financista de todos estos países incluso por encima de Estados Unidos, del BM, FMI y el BID, aunque no el principal socio comercial. No obstante, se percibe una reducción del financiamiento chino en el área, a la vez que, los propios bancos de la nación asiática han identificado como riesgosos los préstamos a esta parte del mundo.
En el aspecto económico-comercial es muy baja la presencia china en la zona en comparación con Sudamérica. China asume una mayor importancia para las importaciones de esta parte del mundo, pero el elevado déficit comercial genera preocupaciones a las naciones del Gran Caribe. En el ámbito inversionista, las IED chinas aún son muy bajas, especialmente en el marco de BRI. Además estas se concentran (más del 80%) en las finanzas en países entendidos como paraísos fiscales como Islas Caimán e Islas Vírgenes Británicas. El resto, en un porcentaje muy reducido ha comenzado a mostrar una diversificación en sectores no tradicionales como energía, automotriz, telecomunicaciones, etc.
El cuarto éxito radica en que la pandemia de la Covid-19 constituyó una oportunidad para extender la diplomacia sanitaria mediante la asistencia a diversos países del Gran Caribe, dentro de los cuales sobresalieron dos: Cuba y Venezuela. A destacar con el primero el trabajo para el desarrollo de una vacuna conjunta conocida como Pan-Corona. Ello abre potencialidades de cooperación sanitaria en el marco de BRI dentro de la subregión.
Entre las dificultades más importantes encontradas para el avance del proyecto chino ha estado en primero lugar la presión de Estados Unidos para que países centroamericanos no rompan relaciones con Taiwán para establecer con China. Ello sin mencionar, acciones directas de proyectos ejecutados por Washington que no fueron abordados en el artículo, pero que merecen ser mencionados como América Crece.
Uno de los desafíos para China en el área es que, a pesar del alto nivel de relacionamiento político con los 14 países integrantes de BRI del Gran Caribe, no se han concretado importantes proyectos específicos que puedan mostrarse como un gran éxito de la iniciativa en esta parte del mundo. Mientras por otro lado, en el actual contexto, el complejo problema de la pandemia también ha ocasionado un mayor nivel de endeudamiento de la región e impide promover grandes proyectos con grandes financiamientos.
A modo de resumen, esta es una gran oportunidad para que China pueda institucionalizar un mecanismo de diálogo político-diplomático con una agenda económico-financiera y hasta tecnológica bajo un esquema concreto a través de la creación del Grupo 14+1. En ese sentido, se pueden desplegar iniciativas concretas como la de la Ruta de la Seda Sanitaria o la Ruta de la Seda Digital en el Gran Caribe.
* Doctor en Ciencias Económicas. Coordinador del Grupo de Asia y Oceanía y miembro del Consejo Científico del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba. Miembro de SAEEG.
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Notas
[1] Haití es observador de CARICOM no miembro pleno.
[2] Información obtenida de https://www.nowgrenada.com del 25 de septiembre de 2019.
[3] La información de dicho trabajo fue a partir de la recopilación de las publicaciones de las Embajadas de China en la región, Embajadas de la provincia china de Taiwán, Gobiernos de la región, medios de prensa, el Departamento de Estado de Estados Unidos, universidades, etc.
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