Matías Iachini*
El autor agradece al Director de la Carrera de Contador Público de la Universidad Abierta Americana (UAI), Sede Regional Rosario, Prof. CPN Alex Padovan, la lectura y corrección de los originales.
La Real Academia Española (2022) define a la “criptomoneda” como una moneda virtual gestionada por una red de computadoras descentralizadas que cuenta con un sistema de encriptación para asegurar las transacciones entre usuarios. En esta línea, las criptomonedas, son herramientas que, en base a los principios de la criptografía, permiten que una red de personas que no se conocen genere dinero y lo haga circular ante la ausencia de una autoridad central para validar sus transacciones.
En los sistemas de criptomonedas, las bases de datos de los bancos individuales se reemplazan por un solo libro mayor, que comprende un registro de todas las transacciones, actualizado minuto a minuto por una red de miles de contribuyentes anónimos en todo el mundo. La tecnología que hace posible todo este sistema descentralizado es la Blockchain, conocida comúnmente como cadena de bloques, que es una base de datos distribuida entre todos los usuarios, cuyos elementos se trabajan y modifican de manera interdependiente. Blockchain es un libro mayor compartido e inmutable para registrar transacciones, rastrear activos y generar confianza[1].
Es inevitable, llegado a este punto, mencionar al Bitcoin como la criptomoneda pionera. No obstante la misma tuvo precursoras, éstas no llegaron a tener aceptación e interés, ya que, si bien se inclinaban solamente a la parte técnica de dicha tecnología con algún liviano tinte comercial, carecían de enfoques políticos y económicos. Acontecida la crisis financiera de las hipotecas sub-prime originada en Estados Unidos en 2008, los creadores de Bitcoin, decidieron buscar una alternativa distinta para evitar futuros desvíos contraproducentes en la política monetaria y económica mundial. Como consecuencia, en el mismo año, se registra el dominio de internet bitcoin.org., del cual podemos extraer que Bitcoin es de código abierto, su diseño es público, nadie es dueño o lo controla y todo el mundo puede participar. Esto nos introduce al fundamento y funcionamiento de las criptomonedas.
Inexorablemente, debemos tratar en conjunto ambos puntos, para poder alcanzar de esta manera una comprensión clara y completa sobre los mismos.
Las criptomonedas poseen particulares características, que devienen de la conocida criptografía, la cual nos brinda la principal pista sobre dicho tema. En su origen griego, el prefijo –Cripto-, significa secreto. Dicha técnica se utiliza para enviar mensajes seguros entre las partes intervinientes, lo cual permite que quien remita el mensaje pueda cifrarlo para hacer oculto el contenido a los terceros no intervinientes.
A continuación, mencionaremos y definiremos brevemente las principales características de las criptomonedas.
Ahora bien, todo esto se fundamenta, bajo la necesaria e importante tecnología Blockchain. Como se mencionó, esta tecnología genera una base de datos compartida a la que tienen acceso sus participantes, los cuales pueden rastrear cada transacción que hayan realizado y donde cada uno mantiene una copia idéntica del “libro contable” donde quedan asentadas las operaciones. Es como un gran libro de contabilidad inmodificable y compartido, en donde una importante cantidad de ordenadores, van escribiendo de forma simultánea. Todos los participantes que utilizan la base de datos compartida son “nodos” conectados a la cadena de bloques. Un nodo es una copia de la información de Blockchain alojada en una computadora. La información que se almacena en dicha red dependerá del propósito para el que haya sido creada. Puede tratarse de una red que almacene datos de pago, como criptomonedas, información médica, datos logísticos o de trazabilidad de alimentos e inclusive recuento de datos electorales.
La diferencia que hay entre Blockchain y una red centralizada —un servidor tradicional que almacena datos—, es que la red de Blockchain se ejecuta en múltiples ordenadores distribuidos por todo el mundo y no en un sitio único. Esto hace que la red Blockchain presente una serie de ventajas como la privacidad, seguridad, descentralización o no dependencia de un ejecutor centralizado. El carácter programable y abierto de esta tecnología permite innovar el sector financiero y los procesos administrativos para que sean más eficientes y transparentes.
Habiéndose desarrollado lo fundamental de la Blockchain, es menester, describir brevemente su funcionamiento.
Cada entrada en una cadena de bloques, es una transacción que representa un intercambio de valor entre los participantes. Es así que, cuando un participante desea enviar valor a otro, todos los demás nodos de la red se comunican entre sí mediante un mecanismo predeterminado para comprobar que la nueva transacción es válida. Este mecanismo se conoce como algoritmo de consenso, donde Prueba de trabajo (PoW) o Prueba de participación (PoS), serían los de mayor conocimiento y utilización dentro del ecosistema cripto. Dicho algoritmo permite la verificación de esas transacciones y una vez que la red ha aceptado una transacción, todas las copias del libro contable se actualizan con la nueva información. Cada bloque contiene información que hace referencia a bloques anteriores y, por lo tanto, todos los bloques de la cadena se unen en copias idénticas distribuidas.
Los nodos participantes pueden agregar transacciones nuevas con marca de tiempo, pero los participantes no pueden eliminar ni alterar las entradas una vez que han sido validadas y aceptadas por la red. Si un nodo modificara un bloque anterior, no se sincronizaría con el resto de la red y se excluiría de la cadena de bloques. Por lo tanto, una cadena de bloques que funcione correctamente es inmutable a pesar de carecer de un administrador central.
Existen dos tipos principales de Blockchain, denominadas Públicas y Privadas, las que a continuación describiremos brevemente:
Considerando el sucinto abordaje de base, sobre el funcionamiento y fundamento de las criptomonedas, vamos a darle continuidad al desarrollo de las criptomonedas desde la óptica financiera y económica.
Como mencionamos al inicio de este artículo, las criptomonedas, son monedas virtuales, por lo tanto, es dinero. Si hacemos un viaje por la historia del dinero, podríamos notar cómo fue mutando el mismo, y antes de que exista el dinero Fiat[2] tal como lo conocemos y utilizamos actualmente, se utilizaron varios bienes y metales como medios de intercambio. No obstante, antes de calificar determinantemente a las criptomonedas como dinero, debemos detenernos a verificar si realmente cumplimentan con las funciones básicas del dinero, siendo estas las siguientes tres:
Podemos reconocer en las criptomonedas el cumplimiento de las funciones básicas del dinero, por lo que sostenemos que las mismas son dinero y que forman parte de esa gran línea temporal de la historia del dinero.
Sin embargo, nos topamos razonablemente con el dinero Fiat. Esta moneda es emitida por el Banco Central de cada país y no tiene valor intrínseco, lo que quiere decir que su valor depende de la relación entre oferta y demanda de la misma, en conjunto con la estabilidad del país emisor. Lo que en la mayoría de las veces sienta bases únicamente sobre las decisiones políticas de los gobiernos, quebrantando arbitrariamente, la economía y los mercados.
En la actualidad, el dinero Fiat representa la interacción más dominante del dinero. Sin embargo, como la historia ha demostrado, el dinero evoluciona y con la llegada de la tecnología Blockchain y las Criptomonedas, aparecen los nuevos sistemas mundiales de dinero y de valor[3]. El dinero Fiat está controlado por los Estados, quienes, mediante sus Bancos Centrales, pueden imprimir billetes y monedas según su necesidad, lo que lo hace ilimitado. Esto quiere decir que actualmente no es posible determinar cuánto dinero de más se producirá y cómo será distribuido. Esto trae grandes problemas aparejados como el contratiempo que causa la inflación, la devaluación de la moneda y por consiguiente su pérdida de poder adquisitivo.
Por su parte podemos agregar a lo dicho, que las criptomonedas tienen una cantidad limitada de monedas creadas, por lo que el valor aumenta cuando hay más demanda únicamente, evitando el riesgo de inflación que genera la parte emisora, es decir, quien crea la oferta de monedas. Además, la existencia de las criptomonedas es completamente real, se representan a sí mismas y no son creadas a partir de una deuda, tal y como sucede con el dinero Fiat que le crea consecuentemente una deuda a su emisor, un título de deuda pública, en dicho caso. Tampoco podríamos dejar de hacer mención al gran costo que trae aparejado la intermediación del sistema bancario tradicional para operar, además de su característica burocracia asociada al funcionarismo actuante.
A este punto, cabe considerar las similitudes con la representación digital del dinero Fiat. Ésta, bajo la denominación de Central Bank Digital Currency (CBDC), tal como lo expresa su acrónimo, es creada por los bancos centrales pertenecientes a los Estados o la unión de ellos, mediante tecnología Blockchain o en una Tecnología de Libro mayor Distribuido (DLT).
La principal diferencia con las criptomonedas yace en su regulación y centralización. No obstante, estas monedas son de curso legal desde su comienzo y su tratamiento en los diversos aspectos que conciernen a toda moneda de curso legal, ya están definidos. Lo que, en gran parte, nos conduce a la peculiar idea de competencia, de estas mismas con las criptomonedas. Si bien tienen intereses desencontrados, en este artículo queremos dejar reflejado las ventajas de utilizar dicha tecnología y por lo tanto creemos firmemente que la vitalidad que poseen las criptomonedas es de gran importancia para este ecosistema.
En Argentina puntualmente, mediante la comunicación “A” 7506 el Banco Central prohíbe a las entidades financieras comercializar criptomonedas, ya que las mismas no se encuentran reguladas por el Estado ni autorizadas por la entidad central[4]. Esta decisión se enlaza con el comunicado emitido un año antes en conjunto con la Comisión Nacional de Valores (CNV), en donde hacen mención de los Criptoactivos definiéndolos como: una representación digital de valor o de derechos que se transfieren y almacenan electrónicamente mediante la DLT u otra tecnología similar. Y aclara que, si bien estas tecnologías podrían contribuir a promover una mayor eficiencia e innovación financiera, los Criptoactivos no son dinero de curso legal.
En ambos comunicados, se deja en claro que quien decida operar con criptomonedas, debe evaluar los riesgos previamente. A raíz de esto, es necesario aclarar que inicialmente las Criptomonedas fueron creadas con el propósito de ser un eficiente medio de pago, pero debido a su crecimiento en el uso y los vaivenes del contexto, las mismas fueron apropiándose de nuevas finalidades, tales como inversión, especulación o simplemente atesoramiento. Pero éstas siguen siendo monedas, pese a sus distintas clasificaciones y justificativos de creación. Comparten la innovación tecnológica y se orientan a mejorar la ineficiencia que posee gran parte del sistema tradicional actuante. Como vimos anteriormente, al mencionar las CBDC, estas serían el reconocimiento implícito de las criptomonedas, y consideramos a dicho proyecto como un gran avance. Pero también consideramos la necesidad de una regulación generalizada de las criptomonedas, ya que las mismas existen y presentan interesantes proyecciones. Es de estimar, que la implementación de las CBDC pueda acarrear una indirecta regulación de las criptomonedas mediante el control sobre el capital y las transacciones. Esto sería simplemente un accionar natural de cómo deben y van a evolucionar las economías y las finanzas.
Cabe destacar que se está tomando un camino a la inversa, dado que en primera instancia se debería dar reconocimiento y regulación a las criptomonedas y su tecnología, mediante acuerdos globales, para luego incorporar adecuadamente las monedas digitales centralizadas pertenecientes a los Estados, de lo contrario, estaríamos obviando encajar las piezas correspondientes al rompecabezas, generando grandes desequilibrios y considerables fallas estructurales que llevan sistemáticamente a un pronunciado retroceso.
* Contador Público, graduado en la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
Bibliografía:
BCRA (2021). Alerta del BCRA y la CNV sobre los riesgos e implicancias de los criptoactivos. Disponible en: https://www.bcra.gob.ar/noticias/alerta-sobre-riesgos-implicancias-criptoactivos.asp
BCRA (2022). Comunicación A 7506. Servicios complementarios de la actividad financiera y actividades permitidas. Operaciones con activos digitales. Disponible en: https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/comytexord/A7506.pdf
Forbes Argentina. Crypto. (2022). Disponible en: https://www.forbesargentina.com/
IBM (2022). ¿Qué es la tecnología de blockchain? Disponible en: https://www.ibm.com/ar-es/topics/what-is-blockchain
IEBS Business y Tech (2022). Del dinero Fiat a las criptomonedas: ¿Cómo ha evolucionado? Disponible en: https://www.iebschool.com/blog/dinero-fiat-criptomonedas-evolucion-diferenciasfinanzas/
Referencias
[1] IBM (2022). ¿Qué es la tecnología de blockchain? Disponible en https://www.ibm.com/ar-es/topics/what-is-blockchain.
[2] El dinero Fiat es la moneda que tradicionalmente usamos para adquirir bienes y servicios, como lo es, solo por citar algunas de ellas, el Dólar, el Euro, el Real, el Peso.
[3] IEBS Business y Tech (2022). Del dinero Fiat a las criptomonedas: ¿Cómo ha evolucionado? Disponible en: https://www.iebschool.com/blog/dinero-fiat-criptomonedas-evolucion-diferencias-finanzas/
[4] BCRA (2022). Comunicación A 7506. Servicios complementarios de la actividad financiera y actividades permitidas. Operaciones con activos digitales. Disponible en: https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/comytexord/A7506.pdf
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