Michael Stott*
Tropas en las calles de Chile. Disturbios en Ecuador. Protestas callejeras en Argentina.
Populismo en marcha en Brasil y México. Incendio de urnas en Bolivia. Agitación política en Paraguay y Perú. Si bien cada una de las crisis que han estallado en América Latina tiene sus propias características únicas, hay una razón general: esta es la región con el peor desempeño del mundo en términos de producción económica.
“América Latina no está creciendo”, dijo Shannon K O’Neil, investigador principal de Estudios Latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York. “Así que, el pastel que todos comparten no está creciendo tampoco. No se trata de “vayan hacia la izquierda o hacia la derecha”.
Incluso los mejores políticos están descubriendo que no hay mucho que repartir, no hay mucho con que trabajar”. Chile es quizás el mejor ejemplo de este fenómeno. Aunque ha sido uno de los países con mejor desempeño económico de América Latina este año y se cita con frecuencia como el modelo de una acertada política macroeconómica, la capital, Santiago, experimentó su peor violencia en tres décadas el pasado fin de semana, cuando los ciudadanos expresaron su ira por la arraigada desigualdad económica y el alto costo de la vida.
“Los problemas de Chile tienen más que ver con las expectativas que surgen del éxito”, dijo Nicholas Watson, director gerente para América Latina de la consultora Teneo. “Los estándares se han vuelto más altos y la última administración y esta administración no han ofrecido nada nuevo, ninguna visión para el futuro económico a largo plazo del país”. Si tan solo otros países de América Latina tuvieran los problemas de Chile.
Las últimas previsiones económicas mundiales del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicadas la semana pasada, pintaron un panorama económico miserable para la región. En lugar de crecer un 1.4% este año, como predijo el fondo hace solo seis meses, ahora se cree que América Latina crecerá en un 0.2%, y ese pronóstico se hizo antes de que Chile y Bolivia fueran azotados por los recientes disturbios.
La implosión de Venezuela bajo el gobierno socialista revolucionario de Nicolás Maduro es parte del problema: la economía se contraerá en un tercio este año, continuando un colapso provocado por el hombre que no tiene precedentes en la región fuera de tiempos de guerra o en el caso de desastres naturales. La guerra comercial global a veces se cita como otro culpable del débil desempeño de América Latina.
Pero las naciones emergentes de Asia crecerán a un ritmo de 5.9% este año, solo una fracción más abajo de lo que se esperaba en abril. En cuanto a África, el FMI predice que crecerá un 3.2% este año, o sea 16 veces más rápidamente que América Latina.
No hay una respuesta al problema, pero las explicaciones más comúnmente citadas son la incapacidad de la región para diversificarse de las exportaciones de productos básicos; la falta de inversión en infraestructura y en educación durante el auge de los productos básicos; los altos niveles de corrupción; y el débil Estado de derecho. Además, con la excepción de México, los países no han tenido la oportunidad de conectarse a las cadenas mundiales de suministro manufacturero.
Las perspectivas son pobres. Las previsiones del FMI para los próximos cinco años pronostican que casi todo el continente crecerá por debajo del promedio mundial para las economías de mercados emergentes y las grandes naciones como México, Argentina y Venezuela ni siquiera igualarán el lento desempeño de las economías desarrolladas del mundo. Como siempre, el sombrío escenario regional oculta algunos destellos brillantes. Perú, Colombia, Bolivia y Chile tendrán un crecimiento respetable de entre 2 y 3% este año.
El audaz y radical programa de reforma económica de Brasil ofrece muchas promesas, si puede sobrevivir a la agitación política de la presidencia de Jair Bolsonaro. Los esfuerzos de Colombia para promover la industria tecnológica y diversificar su economía merecen un mayor reconocimiento.
Pero es un comentario triste para América Latina que su economía de más rápido crecimiento este año —Panamá, con un 5%— también es una de las más pequeñas.
Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/154512_malestar-economico-regional-detras-de-ano-turbulento
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