Revista Tiempo GNA*
El 11 de marzo, en un video primero se muestran las imágenes de una enorme columna de blindados de varios kilómetros de largo rumbo a Kiev. Pero horas después, otro video muestra gran parte de esos vehículos, destrozados, ardiendo y otros en repliegue.
Los responsables fueron dos modelos de armas antitanques. El Reino Unido ha facilitado a los ucranianos más de 4200 misiles antitanques NLAW, que en solo 15 segundos un soldado puede desenganchar el arma, desplegar su mira, retirar el seguro y estar listo para disparar desde el hombro. Es muy útil para destruir un blindado a partir de los 20 hasta los 800 metros, por lo que es ideal para emboscadas a corta distancia. Estados Unidos ha enviado a Ucrania alrededor de 2600 sistemas de misiles antitanques Javelin, que también se disparan desde el hombro y pueden destruir un tanque moderno desde 75 a 4.750 metros. En total la OTAN ha enviado más de 17.000 misiles antitanques a Ucrania. Todo ese material produjo la destrucción de unos 2400 vehículos blindados de todo tipo, entorpeciendo y hasta deteniendo el avance ruso.
Imaginemos una larga columna de blindados rusos que avanza por una ruta con bosques a ambos costados sin protección de infantería.
Los jefes de tanques con sus escotillas cerradas tienen una visibilidad limitada. Un par de fusileros ucranianos para llamar su atención les disparan desde un margen de la carretera y cuando los tanques giran hacia ellos, un equipo de soldados desde el otro lado de la ruta con armas antitanque abre fuego, apuntando no más lejos que desde 50 metros hacia la expuesta parte de atrás de los tanques. Minutos después numerosos blindados arden destruidos, incluso valiosos camiones cisterna de combustible con sus tripulaciones.
La coraza de los tanques modernos (ERA) tienen adosadas numerosa cajas que contienen explosivos, de forma que detone cuando es golpeada por un proyectil, evitando la penetración. Pero los misiles NLAW y Javelin y otros, tienen ojivas en tándem, donde la primera explosión hace detonar la caja explosiva y la segunda penetra la armadura.
En zona hostil los blindados avanzan con las escotillas cerradas. Una vez que un misil antitanque, golpea la coraza, un cono de cobre derretido penetrará el blindaje como cuchillo en la manteca, incinerando con acero derretido a todo ser vivo. La muerte dentro de un blindado es terrible: esquirlas de metal incandescente procedente del orificio de impacto, atraviesan los cuerpos, segundos después la munición estalla destruyendo todo y produciéndose un violento incendio. En el interior de ese horno de acero una vez enfriado, no sólo es dificultoso retirar los cadáveres, sino también es imposible identificar esos restos humanos.
* Artículo publicado en la Revista Tiempo GNA nº 69, abril de 2022.
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