Marcelo Javier de los Reyes*
En 2010 la empresa estatal China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) estableció contacto con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina con la intención de examinar la posibilidad de emplazar una estación de apoyo para las misiones chinas de exploración espacial en nuestro país. El acuerdo inicial se concretó y el lugar elegido por los chinos fue Bajada del Agrio, en la provincia de Neuquén.
A través de un documento de fecha 21 de diciembre de 2011, la Dirección de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales (DIGAN) de la Cancillería Argentina, entonces a cargo del ministro Alberto Dojas, elevó las actuaciones del proyecto de acuerdo redactado en castellano, inglés y chino, acerca de la instalación de la estación espacial china a partir del envío, en mayo de 2010, de una misión de autoridades y funcionarios a la Argentina, encabezada por Niu Hongguang, Segundo Comandante en Jefe, Programa de Ingeniería Espacial Tripulado de China y del programa de exploración lunar de China. La misión analizó ocho sitios en las provincias de Neuquén y Río Negro, aunque también tenían en consideración su establecimiento en Chile. Cinco de esos ocho sitios seleccionados por CLTC se encontraban en Neuquén.
Los organismos especializados de ambos países firmaron el “Acuerdo de Cooperación en el marco del Programa Chino de Exploración de la Luna entre el China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de la República Argentina para establecer instalaciones de seguimiento terrestre, comando y adquisición de datos, incluida una antena para investigación del espacio lejano, en la Provincia del Neuquén, Argentina.
En el marco del “Programa Nacional de Exploración de la Luna y Marte” el gobierno de China firmó un convenio con su par de la República Argentina en el que se acordó la construcción de la primera estación interplanetaria, la cual está siendo emplazada en la localidad de Quintuco, ubicada al noroeste de la provincia del Neuquén, a 7 kilómetros de la Ruta Nacional 40 camino a Chos Malal ─más precisamente entre las localidades de Las Lajas y Chos Malal─ y a 285 kilómetros de Neuquén capital.
Para la CONAE se trata de la “fracción de tierra de lote E1, en un predio del Paraje Quintuco Pilmathue, nomenclatura catastral 05-RR-011-5424-0000, del Departamento Loncupué”.
El “Acuerdo de Cooperación entre el Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República Popular China sobre la construcción, el establecimiento y la operación de una estación de espacio lejano de China en la Provincia del Neuquén, Argentina, en el marco del Programa Chino de Exploración de la Luna” considera las disposiciones del “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes”, celebrado el 27 de enero de 1967, del que la Argentina y China son parte, entre otros acuerdos previos. Este tratado fue aprobado a través de la Ley 17.989 del 4 de diciembre de 1968[1].
En las consideraciones de este acuerdo se expresa que “el Gobierno de China ha identificado que el territorio de la Provincia del Neuquén, Argentina, es el que reúne las condiciones más favorables para alojar una estación de espacio lejano, en América del Sur”.
Mediante el mencionado tratado la Argentina ha facilitado la instalación en su territorio de una estación que integrará la red de Telemetría, Seguimiento y Comando de China. La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina “se beneficiará con el acceso a un mínimo del diez (10) por ciento del tiempo de uso de la antena para desarrollar proyectos propios”.
A los efectos de sentar las bases mínimas del proyecto se firmaron dos instrumentos:
Un tercer documento es el acuerdo marco, celebrado el 23 de abril de 2014, entre ambos países, que fue ratificado por el Congreso Nacional a fines de febrero de 2015 y publicado en el Boletín Oficial a comienzos de marzo de 2015. El mismo estipula:
Cabe agregar aquí que por ese entonces la CONAE funcionaba en la órbita del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, a cargo del Ingeniero Julio De Vido.
En los planes se preveía que la estación espacial estaría terminada y operativa en 2016.
La estación de referencia sería la tercera de una red y la primera fuera de territorio de la República Popular de China, sobre un predio de 200 hectáreas cedido en comodato por la Provincia del Neuquén (ver imagen 3).
La construcción de la base contemplaba una antena de 110 toneladas y 35 metros de diámetro para exploración del espacio profundo (telemetría y tecnología para “seguimientos terrestres, comando y adquisición de datos”), la que se halla en una etapa final de obra, ya que se prevé la inauguración de la misma en los primeros meses de 2017. La antena está destinada al seguimiento de las naves espaciales que China enviará a la Luna y a Marte. Además se preveía la construcción de cuatro edificios. La inversión se ha estimado en US$ 300 millones.
La instalación de esta estación espacial generó, oportunamente, cierta inquietud en los gobiernos de los Estados Unidos y de los países de la Unión Europea (UE), los cuales se manifestaron en forma reservada.
En febrero de 2015 los responsables del área de Defensa de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires habrían transmitido ese sentimiento a oficiales de las Fuerzas Armadas de nuestro país.
Varios diplomáticos europeos habrían hecho lo propio ante la Cancillería Argentina y ante funcionarios del gobierno anterior. Diplomáticos y miembros de la comunidad de inteligencia estaban interesados en conocer los pormenores del acuerdo para saber si el uso de la estación tendría un “uso dual”, es decir civil y militar.
Cuando, oportunamente, se les respondió a los representantes europeos que la UE tenía una estación espacial en Mendoza, marcaron la diferencia de que la europea es manejada por civiles, mientras que la china estará dependiendo del China Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), organismo que depende del Departamento General de Armamento y de la Comisión Central Militar del Ejército Popular de Liberación de China, cuyo director es el General Zhang Youxia, quien también es director del Science and Technology Committee (STC), responsable de la innovación tecnológica de armamentos, que participa en el programa de modernización de misiles de corto alcance hasta los ICBM (intercontinentales), incluso de aquellos con capacidad para transportar ojivas nucleares.
La preocupación se agravó ante la difusión de que habría dos anexos secretos que sólo obrarían en poder de la CLTC de China y de la CONAE de Argentina. Por su parte el Embajador de China en Argentina, Yang Wanming, siempre negó que la estación espacial vaya a tener un propósito militar.
El Secretario General de la CONAE, Félix Menicocci, oportunamente desmintió que la base tuviese un uso militar en el futuro y afirmó que los objetivos de la estación espacial son “totalmente civiles y no será operada por personal militar”. El funcionario también desmintió la existencia de esos dos anexos secretos[2].
La instalación de la estación espacial china en territorio argentino cuenta con, al menos, dos antecedentes:
La construcción de la estación espacial fue iniciada antes de que fuera aprobada por el Congreso de la Nación.
El 9 de septiembre de 2014, cuando la obra estaba en los comienzos de su construcción, Jorge Sapag, entonces gobernador de Neuquén, y el Secretario de Gestión Pública, Rodolfo Laffitte, recibieron la visita de una delegación de funcionarios chinos encargados de monitorear los avances de las obras de la antena de comunicaciones aeroespacial y coordinar la importación de los equipos que se instalarían en la base espacial[3].
En esa oportunidad, el gobernador Sapag expresó que se trataba “‘sencillamente de un sistema de comunicación a distancia remota con fines pacíficos y científicos, con el fin de colaborar con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE)’[4]. Una obra similar a la que construyó la Agencia Espacial Europea, también en convenio con la CONAE, en la zona de Malargüe, inaugurada a fines de 2012”. Sapag agregó que “vincular estas obras con fines militares es antojadizo y tendencioso, desconociendo lo que significa la tecnología de comunicaciones y a quienes tienen dudas sobre estos temas los invitamos a conocer las obras de Malargüe y las que se están construyendo en nuestra Provincia”[5].
En la versión taquigráfica de la Reunión 29 del XLIII Período Legislativo de la Legislatura de la Provincia del Neuquén, 27ª Sesión Ordinaria de fecha 6 de noviembre de 2014, puede apreciarse que en “Otros Asuntos” ─páginas 4715 y 4716─ figura “Beneficio impositivo para la empresa China Launch and Tracking Control General”.
La versión publicada de la sesión de referencia dice que el Legislador Raúl Juan Dobrusin (Instrumento Electoral por la Unidad Popular, UPie) se refiere a que se enteró por el diario Río Negro del 4 de noviembre de 2016, “hoja quince”, del “Beneficio impositivo para los chinos”. El Legislador dice textualmente: “Esta es una vieja historia, parece ser, un convenio que todavía no está aprobado en Nación, sigue en el Congreso Nacional discutiéndose entre CONAE y la empresa estatal que se llama China Launch and Tracking Control General, un convenio que no hemos votado acá en esta Legislatura, cesión de tierras, la gente puede entrar sin necesidad de tener los papeles a cargo”. Agrega, “Nosotros, el convenio entre Neuquén, la CONAE, y esta empresa china, no lo hemos visto”. El Legislador hace mención al artículo 238 del Código Fiscal y añade que está siendo mal utilizado ya “que sólo lo puede hacer el Ejecutivo (la eximición) en caso de emergencia económica”.
La versión de la Sesión Ordinaria dice que el proyecto de la estación espacial “quedó eximido del impuesto a los Sellos mediante un decreto del gobierno provincial”. Agrega que “la norma, que lleva el número 2336/14, fue firmada hace poco más de dos semanas por el gobernador Jorge Sapag y refrendada por los ministros de Economía y Obras Públicas, Omar Gutiérrez, y de Coordinación de Gabinete, Seguridad y Trabajo, Gabriel Gastaminza”.
En la misma versión de la Reunión 29 de la Legislatura provincial, bajo el título “Alusión a la empresa china”, la Legisladora Beatriz Isabel Kreitman (Coalición Cívica-ARI) dice que por un pedido de su bloque asistió a la Comisión el Ingeniero Laffitte ─mencionado ut supra─ pero que de ningún modo vieron el convenio. Según la Legisladora, el Ingeniero Laffitte se comprometió a llevar el convenio, no bien lo tuviera, para presentarlo ante la Comisión o la Legislatura pero eso no ocurrió. Añade a lo mencionado por su colega respecto de los beneficios obtenidos por la empresa, que el terreno cedido “tenía un poblador de allí, que generó mucho conflicto, en el cual también hicimos un pedido de informe, hablamos con los pobladores, finalmente, intervino la Dirección de Tierras y no sé cómo habrá terminado el acuerdo, pero esa tierra se le quitó a un poblador”.
En este punto cabe destacar que existe una nota de fecha 16 de mayo de 2011, firmada por el Ingeniero Adolfo Luis Italiano ─quien fuera hasta 2003 interventor de la CNC─, Director Provincial de Planificación y Desarrollo de TICs, Secretaría de Estado de la Gestión Pública y Contrataciones, dirigida a un tal “Sr. Ma Zhinqiang” (imagen 6), a quien le informa que:
“Uno de los sitios preseleccionados, cercano a la ciudad de Zapala, que dio buenos resultados iniciales, tuvo una fuerte reacción por parte de los pobladores cercanos al mismo, pertenecientes a la Comunidad Gramajo de pueblos originarios,
La manifiesta oposición de los pobladores vecinos, expresada en una serie de reuniones con ellos mantenidas, ha obligado a suspender las evaluaciones del sitio y terminar con los estudios pertinentes, de manera anticipada”.
En el punto tercero del tercer artículo del Acuerdo de Cooperación entre ambos gobiernos, el texto dice:
“El Gobierno de Argentina no interferirá ni interrumpirá las actividades normales que se lleven a cabo en virtud del presente Acuerdo de Cooperación. Sin perjuicio de lo anterior, en caso de que la Argentina deba tomar decisiones que puedan interferir con las actividades de China, se compromete a informar a ésta con la debida anticipación, así como a explorar soluciones alternativas, cuando sea necesario, a fin de asegurar que tales actividades no se vean sustancialmente afectadas”.
Tal redacción parecería reconocer una autoridad extraterritorial extranjera que asumiría atribuciones de autoridad y control sobre territorio soberano de la República Argentina, situación que debería considerarse inadmisible.
En el “Acuerdo de Cooperación en el Marco del Programa Chino de Exploración de la Luna” entre el CLTC y la CONAE debe destacarse el artículo 15 que en sus dos primeros incisos expresa que “las partes se consultarán mutuamente sobre cuestiones que surjan de la interpretación, aplicación o ejecución” del Acuerdo. En caso de que las autoridades de CLTC o de la CONAE no puedan dirimirlas “se constituirá un comité de arbitraje compuesto por un representante de cada una de las partes, más un tercero designado de mutuo acuerdo”. El punto tercero del mencionado artículo manifiesta que las partes “afrontarán proporcionalmente los gastos que demande dicha designación”, así como que “dicho arbitraje tendrá lugar en Beijing, China, si CONAE fuera la Parte que somete la disputa a arbitraje, y en Buenos Aires, Argentina, si CLTC fuera la que somete la disputa a arbitraje”.
Por su parte la Provincia del Neuquén asume los compromisos necesarios para el mantenimiento de la infraestructura que permita el funcionamiento de la estación china. A esos efectos autorizó la construcción de una “Torre de Calibración” a 11,5 kilómetros de la estación, en un predio de 10 metros cuadrados; se comprometió a realizar las inversiones necesarias para ampliar la planta transformadora del Ente Nacional Provincial de Energía sita en Las Lajas, dado que la estación requiere de un total de 1.500 KW. Del mismo modo, se comprometió a facilitar un cable de fibra óptica con una banda inicial de 40 Mbits/s y a mantener en buen estado, de forma permanente, la Ruta Provincial Nº 31 que vincula la Ruta Nacional 40 con la estación espacial. Todas estas erogaciones estarán a cargo del Neuquén.
En el mes de junio de 2015 salió a la luz una nueva preocupación respecto de que la estación espacial china pudiera tener un uso militar a partir de un documento que, el 26 de mayo de 2016, emitió la Oficina de Información del Consejo de Estado de China referido a la estrategia militar de ese país. El informe de seis capítulos expresa que “la fuerza aérea se esforzará por cambiar su enfoque de la defensa aérea del territorio tanto en defensa como en ataque” y manifiesta el objetivo de “construir una fuerza de defensa del espacio aéreo como una estructura que puede cumplir con los requisitos de operaciones aerotransportadas, la proyección estratégica y el apoyo integral” para la defensa. En ningún momento el informe hace referencia a la estación de Neuquén pero esas líneas habrían llamado la atención de legisladores (Mario Negri de la UCR, Sebastián Velesquén del Frente Renovador, entre otros) y de miembros de las Fuerzas Armadas de la Argentina[6].
El documento sostiene que “el espacio exterior se ha convertido como dominante en la competencia estratégica internacional” y agrega que “los países afectados están desarrollando sus fuerzas e instrumentos espaciales y han aparecido los primeros síntomas de militarización del espacio ultraterrestre. El texto afirma que China “se mantendrá al tanto de la dinámica del espacio exterior, frente a las amenazas de seguridad y los desafíos en ese dominio para asegurar sus activos espaciales y servir a su desarrollo económico y social del país para mantener la seguridad en el espacio ultraterrestre”.
La mención del “espacio exterior” ha encendido la alarma en quienes vinculan a la estación espacial de Neuquén con un propósito militar. Se sabe que China percibe al “espacio aéreo” como una amenaza así como que también ha llevado a cabo un gran esfuerzo en la guerra cibernética. Oportunamente, el jefe de bloque de diputados del actual partido gobernante (PRO), Federico Pinedo, presentó un proyecto de declaración que exigía al gobierno que antes de la habilitación y posesión de la planta “negocie un anexo al acuerdo de la estación espacial con China en donde conste la prohibición de uso de las instalaciones para cualquier aplicación de tipo militar, bajo pena de rescisión automática” del convenio.
Otro elemento que habría dado lugar a la sospecha de la existencia de “cláusulas secretas” en el presente acuerdo es un documento firmado por la Embajadora Susana Ruíz Cerruti, quien estaba a cargo de la Dirección General de Consejería Legal (DICOL) del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. En ese documento, escrito a comienzos de 2013, la diplomática hace referencia a párrafos que no aparecen en el acuerdo del 23 de abril de 2014, puntualmente en lo que se refiere al otorgamiento a la “República Popular de China, a la oficina General de Control de Lanzamiento y Seguimiento de Satélites China (CLTC), a sus autoridades y a sus empleados en la construcción y operación de la misma, una serie de privilegios, derechos, facultades, exenciones y garantías de gran amplitud”.
En otra parte del dictamen de la Embajadora Ruiz Cerruti se citan artículos y párrafos que no coinciden con el acuerdo de referencia. Por ejemplo el artículo 1º, párrafo 1, en donde se establecerían las exenciones impositivas; el párrafo 2 del mismo artículo en el que se facilitaría “la disponibilidad de la tierra por parte de la Provincia del Neuquén, mediante un comodato de uso durante un período de 50 años, así como carreteras, líneas de comunicación, energía eléctrica y suministro de agua”. Tampoco el artículo 3º, párrafo 2, en donde se menciona que se requiere una consulta previa a CLTC en caso de que la Argentina deba tomar decisiones que pudieran interferir con sus actividades”.
Asimismo se hace referencia al artículo 5º, párrafo 1, incisos (1), (2) y (3) “por los que se establecen exenciones impositivas y se requiere la aprobación de China para expropiar o embargar equipamiento e instalaciones de la estación de espacio lejano”. El dictamen cita el artículo 5º, párrafo 2, inciso (3): “se otorgará a los empleados del CLTC exención judicial por expresiones escritas y orales en su trabajo para la estación de espacio lejano”, como así también el artículo 7º “que establece que ‘[l]a Argentina permitirá la importación libre de impuestos para artículos de subsistencia de empleados de CLTC al territorio argentino de conformidad con la legislación argentina”.
De la confrontación del texto del dictamen con el del acuerdo es que se deduce que esos artículos pudieron haber sido eliminados o bien que el dictamen está haciendo referencia a otro acuerdo, que no es al que se ha podido acceder.
Otro punto a observar es cuando la Embajadora Ruiz Cerruti hace mención al artículo 2 en el que se indica que “Cada parte designa a sus respectivas Autoridades Ejecutivas, estableciéndose que ellas firmarán un convenio de implementación por separado para la construcción, operación y gestión de la estación del espacio lejano”, texto que parecería formar parte de acuerdos que no se han hecho públicos.
Es necesario destacar que en septiembre de 2014 el ex vicecanciller, embajador Roberto García Moritán manifestó que la construcción de una estación de monitoreo en la Argentina tiene “cierta complejidad geoestratégica”. Agregó que:
“Por las características técnicas de la antena de recepción y los instrumentos operativos, (el observatorio espacial) tendría otros eventuales alcances que le permitiría un uso dual, civil y militar”[7].
Luego remarcó:
“La estación, con antenas que permitirían una cobertura y visibilidad casi completa de la Tierra, sería a la vez un centro potencial de escaneo de comunicaciones, rastreo y detección de satélites, control de lanzamientos a escala global incluso, en caso de necesidad, de misiles, drones y otras actividades militares semejantes», fundamentó el diplomático. «Estas circunstancias, entre otras, pondrían a la Argentina en teoría en un complejo mapa de riesgos hipotéticos”[8].
Del mismo modo consideró que “no se trata de temas menores ya que la presencia de una estación estratégica de estas características, por sus efectos, hace a la defensa nacional e incluso a orientaciones de política exterior”.
Por su parte, el Senador (UCR) Juan Carlos Marino denunció que en el convenio queda en evidencia que “la Argentina perderá soberanía con China” toda vez que “el personal estará bajo las leyes de ese país y el lugar que ocupe la estación en Neuquén quedará bajo control del gobierno chino”[9]. También expresó sus inquietudes el senador de UNEN Fernando «Pino» Solanas, quien señaló que «hay muchas preguntas y pocas respuestas sobre algo tan sensible como entregar cientos de hectáreas de una provincia limítrofe con otro Estado, a un tercer Estado por medio siglo para actividades en las que la Argentina se beneficiará de forma ínfima»[10].
El 7 de septiembre de 2014 el Diputado Nacional Alberto Asseff presentó un pedido de informes al Ejecutivo haciendo alusión a “la letra chica” del Acuerdo o a los anexos reservados, para lo cual también se basó en los dichos de los Senadores Marino, Solanas y en las expresiones del Embajador García Moritán.
En febrero de 2015, en un texto publicado por el Instituto Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), titulado “Los Acuerdos con China. Las urgencias como camino para perder soberanía”, Gustavo Lahoud y Claudio Lozano formulan serias críticas a los acuerdos que posibilitaron la construcción de la estación espacial china[11].
Durante las obras se han presentado numerosos conflictos laborales lo que produjo una demora en las mismas debido a que los chinos no contemplan que las jornadas laborales sean de 8 horas, tampoco el descanso de fin de semana.
En febrero de 2015, trabajadores neuquinos frenaron la obra en reclamo de mejores condiciones laborales y solicitaron que se contrate personal local. Asimismo denunciaron amenazas del sindicato UOCRA para que levanten la huelga[12]. Los trabajadores habían tomado el predio de Bajada del Agrio, en Quintuco, y dejaron de realizar tareas hasta que la empresa constructora a cargo de la obra, Esuco S.A —subcontratada por la compañia estatal China Harbour Engineering Company Ltd. (CHEC)—, resolviese las demandas del personal.
Hacia junio de 2015 la conflictividad laboral se había incrementado debido a que la contratista de la obra despidió a unos 100 trabajadores en dos meses[13]. En esa ocasión la Subsecretaría de Trabajo de Neuquén dictó la conciliación obligatoria pero la empresa no dejó entrar a los trabajadores. Según la firma, los 43 despidos en mayo de ese año obedecieron a problemas de comportamiento y ausentismo y los otros 54 restantes, en junio, porque su labor ya no es necesaria debido al avance de la obra. Según los operarios, restaba el 60% de la obra para terminar por lo que no consideran que el personal no fuera necesario.
Para ese entonces la obra, que debería estar finalizada en 2016, se encontraba al 40% de su ejecución. Debido a los conflictos gremiales, no se concluirá durante el año en curso sino recién en 2017.
Según información que no se ha podido corroborar, en la obra se encuentran trabajando afiliados del SITRAIC (Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción), sindicato opuesto a la UOCRA (también a los funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner) y cuyo Secretario General es Víctor Grosi.
Algunos medios han reproducido una información difundida por Perfil acerca de que existiría un proyecto para la construcción de una nueva base espacial china en la provincia de San Juan.
Este proyecto habría sido mantenido hasta el presente en estricta reserva y se sabe que es gestionado por un área militar del gobierno chino. Debido a que la tecnología utilizada en la base china para el control de operaciones espaciales podría permitir un “uso dual”, el gobierno argentino estaría preocupado por su aplicación. Tal tecnología podría ser utilizada para monitorear la llegada del primer astronauta chino a la Luna así como también para controlar el curso de misiles balísticos intercontinentales nucleares chinos o de un tercer país[14].
En julio de 2016 se informó que mientras la provincia de San Juan sigue esperando la no objeción de Susana Malcorra, había circulado la versión de que si se sigue dilatando la autorización nacional para instalar el radiotelescopio chino en Calingasta, podría cambiarse su emplazamiento y ser instalado en las cercanías del Observatorio Cerro Tololo, en Chile, zona que reúne las mismas condiciones geográficas que El Leoncito.
En el ámbito de la Universidad Nacional de San Juan habría preocupación al respecto ya que este proyecto se remonta al 2004, año en el que el entonces rector, Benjamín Kuchen, firmó el convenio con la Academia Nacional de Ciencias de China y, seguidamente, el gobierno de la provincia sumó su adhesión.
El radiotelescopio del denominado del proyecto CART (Chinese-Argentine Radio-Telescope) es similar a una antena parabólica, tiene un diámetro cercano a los 40 metros y una vez instalado entre el Casleo y el Observatorio Félix Aguilar sería visible desde varios kilómetros a la redonda. Según se informó, el presupuesto está íntegramente a cargo de China, incluso el desembolso inicial de US$ 1,5 millón para la base de hormigón con sus respectivas adecuaciones de infraestructura que frenó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Nación.
La comunidad académica está a la espera de que el Ministerio de Relaciones Exteriores expida una “no objeción” al proyecto del radiotelescopio. Ese documento permitirá destrabar el proceso.
Cabe agregar que la Canciller Susana Malcorra viajó a China en mayo de 2016 con el objetivo de preparar el viaje del Presidente Mauricio Macri a ese país, para ultimar los detalles de su participación en la cumbre del G20 que se llevó a cabo en septiembre.
Por su parte, ha trascendido que el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Nación, Lino Barañao, se ha desentendido del tema del radiotelescopio, situación que es percibida en San Juan como una “reorientación” política del ex Ministro de Cristina Fernández de Kirchner, como miembro del gabinete del presidente Mauricio Macri.
Ante estas indefiniciones, los chinos estarían en tratativas con el Observatorio Cerro Tololo de Chile.
Ante la situación generada por esta información, la canciller Susana Malcorra habría solicitado la asistencia a otros organismos del gobierno. El gobierno de Macri desea rever los tratados bilaterales firmados por el gobierno precedente y durante la primera reunión que el propio presidente mantuvo con su par chino, Xi Jinping, se comprometieron a trabajar para confirmar esos acuerdos.
La Argentina y China han celebrado otros tratados de cooperación además de los referidos a las mencionadas bases:
Al momento de considerar el tema de la estación espacial en la Provincia del Neuquén, debe tenerse en cuenta que China ha desarrollado varias bases ─algunas de uso dual─ localizadas principalmente sobre el mar de China y el océano Índico, para garantizar su abastecimiento de materias primas así como su política expansionista. Esas bases ─que se han denominado “collar de perlas”─ serían las siguientes:
En febrero de 2016 el Ministerio de Defensa de China confirmó oficialmente que dio comienzo a la construcción de lo que ha calificado como “instalaciones de apoyo” en Djibouti. Las autoridades chinas alegan razones logísticas ya que facilitaría el mantenimiento de sus buques destinados a combatir la piratería en el golfo de Adén, así como en Índico, en el mar Arábigo y en el mar Rojo.
Esta infraestructura está desarrollada y planificada estratégicamente en función de las necesidades de China pero también ante un conflicto que pudiera desencadenarse en el mediano y largo plazo. En función del mismo es que China está construyendo una isla artificial cerca de Filipinas, donde los Estados Unidos tienen la base Subic, en la bahía homónima en la isla Luzón. En la actualidad, el gobierno de Washington se apresta para retomar su presencia en bases de Filipinas.
En este contexto ─en el que además deben destacarse las tensiones por las disputas del mar de China, el refuerzo de la capacidad militar de Estados Unidos en el Pacífico y las explosiones nucleares llevadas a cabo por Corea del Norte─ la apertura de una base espacial que podría tener un uso dual debería haber sido considerada con mayor detenimiento.
El acercamiento a China y los numerosos acuerdos que se firmaron con ese país fueron pergeñados por los ministros de Planificación Federal y de Economía del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y Axel Kicillof, quienes viajaron en varias ocasiones a ese país y recibieron a empresarios chinos en Argentina. Estos ministros fueron quienes celebraron los acuerdos para la construcción de las represas en Santa Cruz, para la construcción de las centrales nucleares y los acuerdos con la petrolera china Sinopec, entre otros. Cabe recordar asimismo que Economía consiguió un “swap” del país asiático que fue ampliado en agosto de 2015 con un refuerzo equivalente a US$ 2.000 millones para evitar que cayeran las reservas.
Toda esta suma de acuerdos con un solo e importante actor como China significaría una seria limitación para la Argentina, habida cuenta de la dependencia que se impone a la Nación en términos económicos y contractuales.
Asimismo, debe considerarse que el organismo que llevó adelante el acuerdo con China para la construcción de la estación espacial, la CONAE, precisamente era una dependencia del Ministerio de Planificación Federal, a cargo del Ingeniero De Vido.
En el caso puntual de la estación espacial de Neuquén, en lo que se refiere a los supuestos anexos secretos no se ha podido confirmar si efectivamente existen o si se llevó a cabo una modificación en el proyecto de los acuerdos.
Al momento de que el acuerdo fuera ratificado por el Congreso Nacional, la estación espacial estaba en un avanzado proceso de construcción, pues las obras comenzaron en marzo de 2013, casi dos años antes. Por su parte, la Legislatura de la Provincia del Neuquén no accedió al supuesto acuerdo, con lo cual no convalidó el tratado.
Por otro lado, la Provincia del Neuquén debió ceder 200 hectáreas a China, emprender una erogación de consideración para ofrecerle cierta infraestructura a la base espacial china sin recibir nada a cambio. La situación de la República Argentina es similar, amén de que debe resignar su soberanía en parte de su territorio.
En este sentido, un punto a considerar es que los científicos argentinos pueden acceder al uso del 10% del tiempo de la estación, como mínimo, cuando así lo dispusieran, pero el acuerdo entre la CONAE y CLTC, establece que la Argentina podrá usar la antena para investigaciones propias pero mediante la solicitud de un permiso escrito a CLTC con, al menos, tres meses de anticipación. Este punto es por demás absurdo. Asimismo establece que ese tiempo de ninguna manera es acumulable a través de los años.
Respecto a la finalización del acuerdo, el convenio habla de que si se decidiera concluir el acuerdo deberá hacerse mediante “un preaviso por escrito” de “al menos 5 años previos a la fecha en que se pretende terminar el acuerdo”, es decir un 10% del tiempo total de la concesión. Para la Argentina eso significa un serio riesgo para su seguridad nacional, habida cuenta que se trata de un territorio cedido a una potencia extranjera y sobre el cual no podrá ejercer su soberanía.
Más allá que la canciller Susana Malcorra haya logrado un compromiso de parte de las autoridades chinas de que no se llevará a cabo actividad militar en la estación espacial, ninguna autoridad argentina tendrá acceso a lo que se haga dentro de la misma y debiera considerar como “inquietante” que para que los científicos argentinos accedan a la estación deba realizarse un pedido por escrito con, al menos, tres de meses de antelación.
En tal sentido, se percibe que la afirmación de que China respetará la legislación y la normativa argentina así como la neuquina, resultaría a simple vista relativo ya que la República Argentina ha cedido 200 hectáreas bajo la cláusula de extraterritorialidad, al igual que si se tratase de una embajada.
Probablemente, si se decidiese cancelar el acuerdo, el momento más oportuno sería antes de la finalización de las obras, lo que supondría asumir el costo de la decisión.
El proyecto de referencia no sólo afecta los planes espaciales de ambos países sino que también complica los planes económicos del actual gobierno argentino debido a que dentro del paquete de acuerdos heredado existirían varios proyectos de inversión de utilidad para reactivar la economía.
China es el “principal inversor” de la Argentina. Los proyectos de inversión de ese país en Argentina alcanzan los US$ 25.000 millones. En este sentido, debe mencionarse que en oportunidad de la participación del presidente Macri en la Cumbre del G20 mantuvo reuniones con empresarios de ese país ─Jack Ma (dueño de Alibaba, sitio de comercio minorista global), el presidente de Sany (maneja el 64% del mercado mundial de volcadoras de cemento), el titular de Power China, la mayor compañía productora de electricidad de China), con representantes de la empresa contratista de las dos hidroeléctricas proyectadas para Santa Cruz y con los de Huawei, la tercera productora de teléfonos celulares del mundo con una creciente presencia en Argentina y con su planta de América del Sur en nuestro país─, lo que pone en evidencia la intención de lograr mayores inversiones chinas en Argentina. No obstante, debe considerarse que una gran dependencia económica respecto de un único actor limita la toma de decisiones políticas y soberanas.
La relación bilateral con China constituye un capítulo delicado debido a que el actual gobierno requiere oxígeno para poder desarrollar su programa económico de la manera menos cruenta. China está en condiciones de llevar a cabo inversiones millonarias, con tasas razonables y de manera más sencilla pues para ello se operaría con empresas estatales chinas involucradas en los proyectos energéticos.
* Licenciado en Historia graduado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG).
Referencias
[1] Ley N° 17.989. “Apruebase el ‘Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes’». InfoLeg, http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/205000-209999/208688/norma.htm, [consulta: 13/03/2016].
[2] Cristina Pérez. “Lo que se sabe de la misteriosa base que China está construyendo en la Patagonia argentina”. BBC Mundo, 17/03/2016, https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160317_misteriosa_base_china_patagonia_argentina_lb , [consulta: 18/03/2016].
[3] “Sapag dijo que ‘es imposible la utilización militar’ de la estación espacial China”. Tu Noticia, 09/09/2014, https://www.tunoticia.com.ar/sapag-dijo-que-es-imposible-la-utilizacion-militar-de-la-estacion-espacial-china/, [consulta: 11/04/2016].
[4] “Sapag recibió a funcionarios chinos”. Neuquén Informa, 09/09/2014, https://www.neuqueninforma.gob.ar/sapag-recibio-a-funcionarios-chinos/, [consulta: 11/04/2016].
[5] Ídem.
[6] Martín Dinatale. “Un documento de China reavivó la polémica por la base espacial de Neuquén”. La Nación, 15/06/2015, [consulta: 18/07/2016].
[7] “Alertan por la instalación de una estación espacial china en la Argentina”. Infobae, 03/09/2014, https://www.infobae.com/2014/09/03/1592200-alertan-la-instalacion-una-estacion-espacial-china-la-argentina/, [consulta: 18/07/2016].
[8] Ídem.
[9] Ídem.
[10] Ídem.
[11] “Los Acuerdos con China. Las urgencias como camino para perder soberanía”. Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), 13/02/2015, https://ipypp.org.ar/2015/02/13/los-acuerdos-con-china-las-urgencias-como-camino-para-perder-soberania/, [consulta: 20/07/2016].
[12] “Se declararon en huelga los obreros que construyen la estación espacial china en Neuquén”. El Cronista, 19/02/2015, https://www.cronista.com/economiapolitica/Se-declararon-en-huelga-los-obreros-que-construyen-la-estacion-espacial-china-en-Neuquen-20150219-0114.html, [consulta: 12/03/2016].
[13] “Denuncian despidos donde se construye estación espacial china”. Noticias Argentinas, 22/06/2015, https://noticiasargentinas.com/economia/denuncian-despidos-donde-se-construye-estacion-espacial-china-n35304 , [consulta: 12/03/2016].
[14] Aurelio Tomás. “Preocupación del Gobierno por la construcción de otra base de China en territorio argentino”. Perfil, 04/05/2016, https://www.perfil.com/noticias/politica/preocupacion-del-gobierno-por-la-construccion-de-otra-base-china-0503-0052.phtml, 06/05/2016].
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Excelente trabajo de investigación!! Muchas felicidades, soy de Neuquén, vivo en santa Cruz dulce está el acuerdo por las Represas sobre el río Santa Cruz! Último Río virgen desde la cordillera al mar. Y también hay muchas irregularidades! Nadie puede acceder a la obra y debería ser de observación pública.. este último año se habla de otra estación espacial china en esta provincia ♀️.
Estás son las noticias que los medios deberían difundir.... Vivimos como hace 400 años, seguimos aceptando los espejitos de colores!!!
Estimada Silvia, muchas gracias por su comentario que nos motiva a seguir por esta línea de trabajo. Lo de las represas de Santa Cruz, además de un negocio, creemos que traerá serios problemas ecológicos, como la extinción del Macá Tobiano, hermosa ave que solo se encuentra en ese lugar.
Un saludo cordial y gracias.