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LA GUERRA, LA PAZ Y EL ORDEN

Alberto Hutschenreuter*

Imagen: geralt en Pixabay, https://pixabay.com/es/illustrations/guerra-paz-circuito-principio-2017444/

 

Promediando la tercera década del siglo XXI, el principal rasgo del mundo es el pronunciado desequilibrio que existe entre las tres situaciones tradicionales en las relaciones internacionales: la guerra, la paz y el orden entre Estados.

Las dos primeras son una regularidad protohistórica, más la primera, pues desde la misma primera confrontación que registra la historia, la mítica batalla de Kadesh, la guerra y la paz no fueron situaciones que se sucedieron o alternaron, pues la guerra no solo fue el hecho predominante a través de los siglos, sino que no pocas veces fue el factor de cambio mayor en el curso de las relaciones entre Estados. No obstante, hubo ciclos de relativo «descanso» entre los actores, pero nunca hubo periodos de «paz total», es decir, inexistencia de choques armados y estado de armonía internacional.

En cambio, guerras totales, es decir, en las que los propósitos por parte de los contendientes consisten en la consagración de los recursos del Estado a la guerra y el aniquilamiento del enemigo, hubo muchas veces, por caso, la tercera guerra entre Roma y Cartago, la Guerra de los Treinta Años (en particular la batalla de Lützen), la Segunda Guerra Mundial, por citar algunas de las principales.

En referencia al orden internacional, se trata, en rigor, de prácticamente la única posibilidad real de paz, pues el orden supone un acuerdo mayor entre los poderes que cuentan, en relación con determinadas pautas de convivencia y de gestión de conflictos interestatales e intraestatales. Además, los órdenes internacionales probaron que no solo son posibles y relativamente durables, sino que proporcionan un sistema de coexistencia y, sobre todo en tiempos de armas nucleares, una “cultura estratégica”.

Durante el último siglo, hubo guerra, paz (relativa) y orden internacional. Se inició con una guerra mundial; durante la primera parte de los años veinte hubo una situación de cooperación importante, como lo destaca la historiadora Margaret MacMillan, y después de 1945 hubo orden o régimen internacional. Terminada la Guerra Fría existió un orden con base en el comercio y en la prolongación de las instituciones internacionales post 1945, modelo este último que, con evidentes síntomas de fatiga y también de reluctancia por parte de determinados actores, se mantiene en parte hasta hoy.

Relativamente, este sistema u orden se extendió hasta la crisis financiera de 2008, hasta prácticamente fenecer tras los sucesos de Ucrania-Crimea en 2013-2014. Desde entonces, las relaciones internacionales se fueron extraviando, creció la tensión entre los actores preeminentes y el alcance del multilateralismo descendió a mínimos casi históricos. Posiblemente, el último momento de colaboración interestatal fue para «gestionar» la crisis financiera.

El descenso de la política internacional fue tal que es muy difícil hallar hipótesis esperanzadoras sobre el curso de la misma, situación que contrasta fuertemente con los primeros años de la década del noventa, cuando predominaban los enfoques altamente promisorios.

En este contexto, la pandemia y la guerra sumaron más frustración e inquietud. La primera porque no impulsó ningún nuevo sistema de valores de cooperación que implicaran un «nuevo comienzo»; la segunda, porque recentró un fenómeno regular en las relaciones internacionales, cuando se consideraba que la violencia en el mundo había disminuido y las grandes guerras ya no eran posibles.

De modo que, en el escenario Internacional actual, la guerra, la paz y el orden se encuentran muy desiguales.

En buena medida es un mundo que tiene algunas semejanzas con el mundo pre 1914, pues entonces, la rivalidad interestatal se había vuelto más tensa, no había ya orden internacional, aumentaban el nacionalismo y el armamentismo, el ascenso de Alemania provocaba inquietud, etc.

A diferencia de entonces, hoy los poderes preeminentes se encuentran enfrentados, es decir, están en una situación que va por delante de la competencia y rivalidad. En el caso de Occidente y Rusia, la situación es de «no guerra», es decir, de enfrentamiento indirecto y en el caso de China y Estados Unidos el estado es de creciente desconfianza.

Se trata de una diferencia inquietante: como ha recordado Henry Kissinger, en 1914 fueron a la guerra los poderes preeminentes que no tenían verdaderamente motivos para hacerlo. Pero hoy sí los hay, al menos de modo altamente discernible entre Rusia y Occidente, pues la guerra en Ucrania se ha tornado casi irreductible y, como hemos dicho en otros trabajos recordando las palabras del general MacArthur, para las partes en liza «no hay sustituto para la victoria». En cuanto a China y Estados Unidos, no hay motivos de modo directo, pero hay situaciones que podrían deteriorar sensiblemente las relaciones, por caso, Taiwán, Mar de China, Hong Kong, Ucrania, la tecnología, etc.

Claro que también la situación relativa con las capacidades es muy diferente, pues hoy las mismas son infinitamente más destructivas y ello sin considerar el poder nuclear, esfera en la que existe cada vez más preocupación como consecuencia del desajuste que podría haberse producido en el «equilibrio del terror». Es cierto que una guerra atómica no está «a la vuelta de la esquina», pero tal poder se funda en la credibilidad de su utilización. Por ello, tales capacidades disuaden y persuaden.

Aunque se presenta complejo, es posible que en Ucrania se alcance un cese. Sin embargo, aún en el mejor de los casos la situación internacional entre Occidente y Rusia, dos «actores estratégicos de orden internacional», quedará afectada por los altos niveles de desconfianza. Es decir, persistirá la falta de configuración internacional, aún de un esbozo, quedando como sucedáneo de un orden el comercio internacional (que no es un orden propiamente dicho) y el bipolarismo tirante entre Estados Unidos y China.

Asimismo, el nivel de los poderes intermedios también se encuentra atravesado por situaciones de guerra, no guerra y tensiones. En este cuadro, Oriente Medio es la placa más peligrosa, pues la guerra que hoy tiene lugar allí se encuentra ad portas de una escalada y extensión de actores.

Por tanto, pensando en Raymond Aron, podríamos considerar que la situación actual es acaso más compleja y riesgosa, pues si hace más de sesenta años el experto francés estimaba y advertía que la situación en tiempos del orden bipolar era de «paz imposible, guerra improbable», hoy es de «guerra real, paz irrealizable, orden distante».

 

* Miembro de la SAEEG. Su último libro, recientemente publicado, se titula El descenso de la política mundial en el siglo XXI. Cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre, Almaluz, CABA, 2023.

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ZELENSKY, MILEI Y LAS ELECCIONES EUROPEAS

Roberto Mansilla Blanco*

Cancelada con anterioridad, la reciente visita del presidente ucraniano Volodymir Zelensky a Madrid (27 de mayo) que precede al reconocimiento anunciado por el gobierno de Pedro Sánchez al Estado de Palestina realizado este 28 de mayo, indica las expectativas que maneja el jefe de gobierno español de cara a las elecciones parlamentarias europeas del próximo 9 de junio.

El contexto de la visita de Zelensky viene igualmente precedido por la surrealista crisis diplomática con Argentina ante la reciente visita a España del mandatario argentino Javier Milei, invitado para un acto de VOX. La guerra dialéctica, con fuertes acusaciones personales, instalada entre ambos gobiernos antes y después de esta visita determina la peor crisis diplomática entre Madrid y Buenos Aires, cuando menos en décadas.

Con todo, en Madrid, Milei también hizo gala de sus expectativas igualmente con el foco puesto en las elecciones europeas. Estos intereses traducen la configuración de una plataforma trasatlántica «anti-socialista» de partidos de derechas y de la extrema derecha populista que cobran fuerza de cara a estos comicios europeos. Se imponen aquí el nombre de la jefe de gobierno italiana Giorgia Meloni, a quién muchos observan como la principal abanderada política de esta nueva oleada derechista y «ultra» en Europa.

Precisamente, en febrero pasado, Italia fue el primer destino europeo que visitó Milei tras ser investido como presidente, mostrando una total sintonía política con su anfitriona Meloni.

Dos ejes: Ucrania y Palestina

Volviendo a Zelensky, Sánchez acordó contratos para suministros de armas por valor de 1.100 millones de euros, una ayuda militar considerada sin precedentes para España que espera sirva para relanzar la industria militar española. Zelensky pidió a Sánchez mayores sistemas de defensa antiaérea, aspecto que revela la debilidad estructural militar ucraniana con respecto a Rusia. Todo esto en un momento en que Europa, con el presidente francés Emmanuel Macron y la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen a la cabeza, plantean seriamente la autonomía estratégica en Defensa a través de la potenciación de un complejo militar industrial autónomo de la OTAN.

No obstante, Zelensky tiene problemas en casa. Rusia vuelve a tomar la iniciativa bélica amparada en su superioridad de efectivos y de armamentos. Kiev tiene serios problemas de reclutamiento de efectivos para el frente militar: precisa de más de 500.000 soldados. España, y también Portugal, acogen una importante diáspora ucraniana.

De acuerdo con fuentes oficiales de La Moncloa, para finales de marzo pasado habitaban en España 293.131 inmigrantes ucranianos con documentación de residencia en vigor. En Portugal son aproximadamente 60.000, muchos de ellos con nacionalidad portuguesa. Desde el comienzo de la guerra unos 14 millones de personas debieron abandonar Ucrania. Esto provocó algunos casos de críticas en Kiev ante la masiva marcha de hombres entre 18 y 60 años, necesarios para el esfuerzo bélico

Para Sánchez, conocedor de la polarización existente en Europa sobre la ayuda militar y financiera a Ucrania (en particular por parte de países como Hungría y Eslovaquia, señalados desde Bruselas de tener mayor sintonía con Rusia y China), esta visita de Zelensky implica retomar cierto protagonismo internacional haciendo gala de europeísmo y «atlantismo» apoyando sin fisuras al aliado ucraniano.

Por otra parte, reconocer al Estado de Palestina en un momento en que las protestas propalestinas en universidades estadounidenses y europeas son igualmente visibles le permite a Sánchez contar con otros apoyos, cuando menos simbólicos, toda vez que una parte de la ultraderecha europea (como Milei en la Argentina) muestra mayores simpatías con un Israel cuya imagen internacional está en horas bajas. Mientras Zelensky llegaba a Madrid, Israel lanzó una cruenta ofensiva en Rafah que provocó 50 muertos, la mayoría mujeres y niños.

Tras reconocer al Estado palestino, Sánchez recibió en Madrid a una delegación del Comité Ministerial Árabe y al primer ministro palestino, quienes no dudaron en expresar su agradecimiento, un aspecto que implica observar con mayor detenimiento cuáles son los objetivos geopolíticos que se traza ahora la política exterior española. Por otro lado, el líder de VOX, Santiago Abascal, realizó una visita relámpago a Israel para mostrar su total apoyo al primer ministro Benjamín Netanyahu. Como Sánchez, VOX y Abascal también juegan sus cartas con la mente fija en las próximas elecciones europeas.

El momento de la coalición en La Moncloa

Pero la visita de Zelensky debe ser igualmente medida en torno a la situación de la coalición gobernante en La Moncloa. Toda vez que mostraron su irrestricto apoyo a Sánchez en la crisis con Milei así como en el reconocimiento del Estado palestino, socios como Unidas PODEMOS (UP) y Sumar hicieron ver igualmente sus reticencias y contrariedades sobre el aumento de la ayuda militar a Ucrania prometida por el presidente español. Tanto como el PSOE, ambos partidos, SUMAR y UP, con su voz discordante sobre esta ayuda militar se juegan mucho su situación política en estos comicios europeos, tomando en cuenta sus magros resultados en las recientes convocatorias electorales en Galicia, Euskadi y Catalunya.

Por otra parte, el ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, hoy mucho más cercano a Sánchez, discrepa también de la estrategia militarista a ultranza a favor de Ucrania considerando que, visto el terreno bélico, no hay solución militar y debería darse paso a la negociación con Rusia.

Zelensky y Milei, dos contextos antagónicos en los que Sánchez prima también sus intereses a la hora de fortalecer tanto su imagen política y su liderazgo en Madrid como a la hora de impulsar una plataforma continental de freno a la agenda «ultra» y un eje de conexión con la actualidad internacional. Este parece ser el objetivo político del PSOE y de Sánchez de cara a las elecciones europeas: erigirse en el dique de contención contra una especie de plataforma de ultraderecha transatlántica, desde Argentina hasta Hungría, con objetivos geopolíticos tanto en Europa como ante las expectativas de retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.

En un momento de desconcierto preelectoral en Europa y de arriesgada volatilidad internacional, Sánchez, también acosado por el escándalo de presunta corrupción y tráfico de influencias que implica a su entorno, en particular su esposa Begoña Sánchez, mide minuciosamente sus opciones políticas tanto internas como externas. Pero a pesar de su audacia y firmeza diplomática, en estos terrenos de alto riesgo como Ucrania y Gaza, el presidente del gobierno español debe manejarse con prudente destreza.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina.

 

Este artículo fue originalmente publicado en idioma gallego en Novas do Eixo Atlántico: https://www.novasdoeixoatlantico.com/zelensky-milei-e-as-eleccions-europeas-roberto-mansilla-blanco/ 

EL PAPEL DESEMPEÑADO POR LOS BRICS EN LA RESPUESTA A LOS DESAFÍOS INTERNACIONALES MEDIANTE EL FORTALECIMIENTO DE LA GOBERNANZA MUNDIAL

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de GDJ en Pixabay.

 

La construcción de una asociación BRICS más completa, estrecha, pragmática e inclusiva tiene como objetivo lograr un desarrollo mundial más fuerte, más verde y más saludable. La situación internacional es actualmente compleja y severa y la recuperación de la economía mundial está plagada de incertidumbres.

Como importante mecanismo de cooperación entre los mercados emergentes y los países en desarrollo, los BRICS se han convertido en la clave para fomentar el crecimiento económico mundial, promover la reforma de la gobernanza y mantener la paz y la estabilidad internacionales.

David Monyaei, profesor asociado de la Universidad de Johannesburgo en la República de Sudáfrica, espera que los BRICS utilicen su creciente confianza política mutua, su complementariedad económica y su vasto mercado para «ayudar a la recuperación de la economía mundial en la era posterior a la pandemia y promover el orden político y económico internacional para desarrollarse en una dirección más justa y razonable».

Paulo Robert, profesor asistente del Centro de Investigación de Políticas de los BRICS, en Brasil, dijo que desde el establecimiento del Mecanismo de Cooperación de los BRICS, los logros se han implementado continuamente y se han ampliado los campos de cooperación en agricultura, ciencia y tecnología, así como en energía. Además, la promoción de la cooperación con los BRICS sigue logrando nuevos resultados.

Los BRICS son importantes países en desarrollo en sus regiones, y una fuerza motriz que no puede ser ignorada en la economía mundial, impulsando el crecimiento económico y comercial regional e internacional. Hay grandes esperanzas de que la cooperación entre los BRICS se fortalezca con miras a lograr el beneficio mutuo y los consiguientes resultados beneficiosos para todos, el fortalecimiento de la cooperación económica y la expansión del comercio y la inversión en innovación tecnológica, medio ambiente verde con bajas emisiones de carbono y otros ámbitos.

El fortalecimiento de la unidad y la cooperación entre los BRICS dará un mayor impulso al desarrollo en la comunidad internacional. De hecho, el mecanismo de cooperación de los BRICS responde a las expectativas de los mercados emergentes y de los países en desarrollo de promover la paz y el desarrollo en el mundo y crear un futuro mejor.

Como mencioné en mis artículos anteriores, los BRICS son una fuerza decisiva en el escenario internacional y tienen la capacidad de desviar la situación económica mundial de la niebla de la incertidumbre e infundir confianza en la economía mundial.

Los BRICS son fundamentales para acelerar la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, promover constantemente la implementación de iniciativas importantes y construir conjuntamente una comunidad adecuada para estos propósitos. Elevar la cooperación de los BRICS a un nivel superior es un paso muy esperado, y los miembros originales y nuevos discuten plenamente, mejoran la coordinación y promueven la cooperación en muchos campos, como las finanzas, la economía y el comercio, la innovación científica y tecnológica, y la prevención y el control de enfermedades infecciosas.

La recuperación económica mundial es actualmente frágil y débil. La brecha de desarrollo se está ampliando y desafíos como el cambio climático y la gobernanza digital son lo suficientemente graves como para empujar a la comunidad internacional a abordar los desafíos reales.  

Marcos Deoli, editor en jefe del Business Herald de Brasil, dijo que en los últimos años los países BRICS han logrado resultados notables en la cooperación en los campos de la economía y el comercio, la innovación, la educación y el desarrollo sostenible.

El Mecanismo de Cooperación de los BRICS en varios campos, como la seguridad alimentaria, la economía verde y la innovación científica y tecnológica, tiene amplias perspectivas y un gran potencial. Desde su creación, el Mecanismo de Cooperación de los BRICS ha estado estrechamente vinculado al destino de un gran número de mercados emergentes y países en desarrollo. Hace años, el presidente de China, Xi Jinping, propuso el modelo de cooperación «BRICS+», que recibió un apoyo proactivo y una respuesta entusiasta de todas las partes, aumentando así el valor de esta nueva agrupación ampliada. Además, la propuesta de iniciar el proceso de expansión continua de los miembros del BRICS sigue en la agenda.

Kritan Bahana, editor en jefe de la revista sudafricana Foreign Affairs, dijo que la expansión de los BRICS no solo demuestra la imagen abierta e inclusiva de estos países, sino que también cumple con las expectativas de los mercados emergentes y en desarrollo y contribuye a mejorar la representatividad e influencia de estos países, así como a proporcionar mayores contribuciones a la paz y el desarrollo mundiales.

Los BRICS continuarán expandiendo su influencia y profundizando la cooperación y se convertirán en una de las fuerzas más importantes en la promoción del crecimiento económico global y la mejora de la gobernanza mundial.

La ampliación de la membresía de los BRICS no solo contribuye a promover la apertura y la inclusión de la cooperación, sino que también fomenta un mayor fortalecimiento de la voz de los países en desarrollo a través de la cooperación Sur-Sur y la promoción de la prosperidad y la estabilidad de cada miembro en la comunidad internacional.

Los BRICS persiguen el concepto de cooperación abierta e inclusiva y atraen a cada vez más países a participar. Esto demuestra una vez más que la gran iniciativa de construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad es correcta y oportuna. El modelo «BRICS+» enriquece la connotación de cooperación entre países y pueblos, amplía la red de alianzas globales y fortalece la solidaridad y la cooperación entre estos países y otros mercados. El mecanismo de cooperación de los BRICS se ajusta al mundo a la tendencia en desarrollo de la multipolarización y la globalización económica. Por lo tanto, se espera que los BRICS aporten nuevas y mayores contribuciones a la promoción de la creación de un nuevo orden político y económico internacional que sea más justo, igualitario, equitativo y democrático.

Esto se debe a que el Mecanismo de Cooperación de los BRICS es una plataforma importante para la cooperación. Cuanto más se desarrolle el mecanismo de cooperación de los BRICS, más podrá fortalecer el poder de la paz y el desarrollo mundiales, y más podrá desempeñar un papel más importante en la salvaguardia de los intereses de todos los países, incluidos los que están dentro y fuera de la agrupación, y los países en desarrollo.

Últimamente, la comunidad internacional ha prestado mucha atención a la expansión de los BRICS. Desde el 1° de enero de este año, Arabia Saudí, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán se han convertido en miembros oficiales de los BRICS y el número de Estados miembros ha aumentado de cinco a diez. Después de la ampliación, los BRICS ganarán en calidad y peso y una mayor cooperación entre ellos desempeñará un papel más importante en la promoción de la paz y el desarrollo en el mundo y en la protección común.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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