Iris Speroni*
Los 11 años de retraso cambiario llevaron a la desindustrialización y pauperización.
En estos últimos días funcionarios de diferentes carteras desfilaron por los canales de televisión para informarle a la población que sufríamos una “restricción externa”. ¿Qué es eso?
Lo explicó la flamante ministra de economía, la Sra. Batakis, en su presentación oficial en TN TV del Grupo Clarín. Sostuvo que no se podían dilapidar divisas en turismo en el exterior porque el país las necesitaba para crecer.
¿Es verdad? ¿Es como la ministra dice? La Sra. Todesca Bocco, cuando oficiaba como vicejefe de Gabinete —actualmente vicecanciller— declamó: “Nosotros necesitamos que los dólares que obtenemos de la exportación, los tengamos disponibles para la producción de nuevos bienes”.
Traté el punto en numerosos artículos con diferentes ópticas. Los listo al pie.
La “RE” es un caballito de batalla del actual régimen. Se expidió sobre el punto la vicepresidente el 20 de junio. Lo trata la ministra de economía al asumir. Es la excusa que usó el gobierno de Macri para endeudarnos. Cito al pie un informe del BCRA en el mismo tenor.
Amerita que veamos de qué se trata; qué hay de verdad y cuánto de mito. Y, como en cualquier novela criminal norteamericana, averiguar quién se beneficia.
Se denomina “restricción externa” a la falta de divisas para poder pagar las importaciones o hacer frente a las obligaciones de deuda en moneda extranjera.
Personalmente creo que hay una solución mucho más simple que las aplicadas por los gobiernos desde 1955 a la fecha: dejar que quienes quieran importar compren los dólares a quienes exportan. Si se quiere importar mucho, sube el precio de la divisa y van a comprar menos cosas (por ejemplo: carne de cerdo brasileña), si se exporta mucho y se importa poco, bajará el peso de la divisa y se podrán importar más cosas. Fácil. En cuanto a los vencimientos de la deuda, el estado debe comprar dólares con el superávit fiscal. De esa manera no imprime pesos para comprar dólares y no genera inflación. La compra de dólares por parte del estado aumenta la demanda y por lo tanto sube el precio de la divisa, lo que hará caer importaciones, hasta que se importe lo que dé el cuero. En cuanto al turismo, es una importación, como comprar carne de cerdo o shampoo a Brasil. Si sube mucho el dólar, viajan menos personas a Miami y viceversa. Fácil. La pregunta es por qué una regla tan sencilla no se aplica. Regla número dos: nunca endeudar al estado nacional, provincial o municipal en moneda extranjera.
Es un “relato” repetido por todos los funcionarios públicos.
No es algo nuevo. Es la enseñanza básica y dura en todas las facultades de economía de la Argentina, tanto las públicas como algunas privadas (UTDT). Adhieren a esta religión el 90% de los economistas argentinos. Es la ideología hegemónica de todos los partidos políticos: UCR, FdT, PRO, FIT, partidos pequeños, Instituto Patria, el que elijan.
Es un discurso que inventó Prebisch, la CEPAL (y otros). Está vigente desde 1955 a la fecha, a pesar de que actualmente sea un marco conceptual que no sirve para explicar la realidad. (Ya explicaré por qué).
Raúl Prebisch (héroe e ídolo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA) fue Secretario de Hacienda del gobierno de facto de 1930, GG del BCRA en 1935, diseñó el plan económico del gobierno de facto de 1955. Fue secretario general de la CEPAL 1950-1963 y Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo a partir de 1963 hasta su retiro.
Lo más curioso es que las recomendaciones de la CEPAL —siempre fallidas— son tomadas por todos los economistas que se consideran “de izquierda” o “nacionalistas”. La CEPAL es un satélite de las numerosas organizaciones internacionales piloteadas por los EEUU. Pero son zurdos fashion.
A mediados de la década del ‘50 Europa Occidental comienza su plan de autoprovisionarse de alimentos y dejar de comprarle a los países que le habían dado de comer durante la guerra y la posguerra, con implicancias varias. Una de ellas es que la segunda mitad del siglo XX se caracterizó por la caída de los precios de las materias primas. Alimentos, pero también cobre, petróleo, zinc, etc. La CEPAL denominó a este fenómeno deterioro de los términos de intercambio, lo que hacía que los países del tercer mundo pagaran caro lo que debían comprar y cobraran poco lo que exportaban.
Todos los gobiernos de los países del tercer mundo, nosotros incluidos, hicimos lo que pudimos para salir de esa trampa. Una de las soluciones fue replicar en forma especular las restricciones europeas; esto es autoabastecernos de productos industriales.
¿Qué quiso decir la ministra con que el turismo de argentinos en el exterior impedía el crecimiento del país? Lo que dice es que si gasto los pocos dólares que tengo en viajar no los puedo usar para comprar insumos industriales y la falta de los mismos frena el crecimiento de la Argentina. Y que cuanto más crezco, más insumos necesito.
No.
En primer lugar desde el 2003 Argentina es beneficiaria de una mejora de los términos de intercambio. Esto quiere decir que lo que nuestro país vende y puede vender tiene mejores precios que las cosas que tenemos que comprar. Intente explicar algo tan sencillo a cualquier diputado. Esa supuesta “maldición” (retraso de los precios de lo que Argentina vende) terminó con el siglo XX. No es más así. Somos buenos en producir lo que el mundo demanda. Nuestros políticos atrasan el almanaque al menos 25 años.
En segundo lugar Argentina en los últimos 29 meses tuvo un superávit comercial de US$ 30.400 millones. Les dejo los cuadros para que vean la situación mes a mes.
Saldo positivo exportaciones – importaciones enero-mayo 2022: US$ 3.196 millones.
Saldo positivo exportaciones – importaciones enero-diciembre 2021: US$ 14.751 millones.
Saldo positivo exportaciones – importaciones enero-diciembre 2020: US$ 12.528 millones.
Fuente: INDEC
Saldo comercial (exportaciones menos importaciones)
¿Entonces cómo pueden aseverar que faltan dólares?
Ni siquiera la necesidad de importar combustibles rompe nuestra condición de superavitarios. Deberíamos estar apilando reservas en el Banco Central día tras día. Como hace Brasil. No lo hacemos porque se la roban. Así de simple.
No sólo eso. Argentina tiene un tipo de cambio atrasado desde el inicio del segundo mandato de Cristina Fernández en el 2011. Esto provoca varias consecuencias. a) Hacer turismo en el exterior es barato, lo que incentiva a que sectores medios, base electoral tanto de FdT como de JxC, viajen con gastos subsidiados por el resto de los argentinos; particularmente por parte de empleados públicos jerárquicos y/o nomenklatura. b) Estimula importaciones en reemplazo desleal de producción local. c) Saca de mercado a algunas exportaciones.
En resumen: el tipo de cambio atrasado provoca:
Los 11 años de retraso cambiario sumados a decisiones de política exterior (integrar el Mercosur) llevan a la desindustrialización y pauperización.
Contrariamente a lo que sostienen las autoridades, esta política de manejo del mercado de cambios, que repito, ha sido sostenida desde el 2011 a la fecha, con gobiernos de distinto signo, desindustrializa y no industrializa. No hace crecer. Se comprueba fácilmente por la caída sostenida del PBI y de la industrialización del país por más de una década.
Por último, si usaran los dólares para crecer, como alegan, ¿Por qué no crecimos? En los últimos 29 meses tuvimos un amplio superávit comercial. ¿Usaron esos US$ 30.400 millones para que la Argentina crezca? No.
Todo esto, ¿no lo saben? Algunos, que no tienen pensamiento independiente, puede ser que no. Pero la mayoría de mis colegas lo sabe a la perfección. Ciertamente todos los funcionarios públicos que han manejado los ministerios de Economía, Finanzas, Producción y el BCRA.
El régimen sigue porque muchos se benefician. Desde hace décadas. El proyecto actual del gobierno (y del anterior, y del anterior, …, y del anterior) se denomina “vivamos todos del campo”. Las únicas discusiones son por el quantum. Cuánto para vos, cuánto para mí.
Este botín se divide entre funcionarios públicos (canuto, prebendas, departamentos en Miami), la UIA (sólo algunos), ADEFA, ADEBA, receptores de subsidios a la energía y al transporte, proveedores del Estado varios, algunos sindicalistas, algunos líderes de beneficiarios de planes sociales, algunas monedas para asociaciones civiles y fundaciones (ej.: las que se dedican a los DDHH o ecología). Ver EQUILIBRIO INESTABLE.
Por ejemplo: ahora la vicepresidente se pelea con el Movimiento Evita. Es por el quantum. La vicepresidente se quejó de la liberalidad para autorizar importaciones por parte del ministro de producción (20/06/2022). ¿Se enoja porque no llegó la parte?
El proyecto del actual gobierno es claro, lo dijo el presidente el día que asumió: dinero para obra pública (contratistas del estado y funcionarios), farmacéuticas, subsidios a las petroleras, subsidios a la terminales extranjeras automotrices, exenciones impositivas a las mineras, la economía social (eufemismo por tener a la mitad de los trabajadores en negro). ¿Quién paga eso? Los productores agropecuarios. Lo dijo bien clarito. Agrego yo, los trabajadores formales y los jubilados, ambos grupos ignorados en el discurso.
Ningún político: Manes, Patricia Bullrich, Wado de Pedro, Aníbal Fernández, Lousteau, Ocaña, Massa, Máximo Kirchner, Macri, Larreta, Agustín Rossi, Taiana, el que quieran, pone en duda el proyecto, que se denomina “vivamos todos del campo”.
¿Por qué? Porque a ellos les va bien. Los muy ricos han sacado a sus hijos de la Argentina. El sistema se autoalimenta con el botín. Todos esos grupos beneficiarios enumerados aportan mucho dinero en financiar carreras de políticos y carreras académicas en facultades y en “centros de estudios”, “institutos”, etc., en la prensa, tanto para defender sus intereses como para promover actuales o futuros políticos. EQUILIBRIO INESTABLE. A todos ellos les va bien mientras al país (ese contrato intergeneracional que se denomina Argentina) le roban el presente y el futuro.
Con esto logran que tengan a “su” gente en los lugares claves cuando la necesitan. Otro ejemplo más: esta semana están discutiendo en la cámara baja otro proyecto más para privilegiar a la industria automotriz. Con el relato de siempre: cantidad de gente empleada, movimiento de la economía, etc. Cuando todos sabemos que es un cáncer, que ese dinero es mejor aplicado en desarrollar los FFCC y que el déficit comercial automotriz con Brasil es nefasto. Pero no van a escuchar un solo periodista ni un solo político hablar mal de ADEFA o alguno de sus miembros. ¿Por qué? Porque ponen plata cuando tienen que ponerla. Lo mismo se puede decir de los bancos, cuando hoy el mayor gasto estatal son los intereses de las LELIQs.
Estas personas y estos grupos son nuestra restricción interna.
Quienes estamos indefensos, ya sabemos qué tenemos que hacer.
Hoy la República Argentina es inestable no por los que pierden, sino, paradójicamente, por quienes ganan.
* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).
Notas relacionadas
Vamos de paseo en un auto feo
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El superávit 2003-2019 del balance comercial de bienes fue de U$D 233,5 mil millones. En ese lapso la industria automotriz nos consumió un déficit de más de U$D 75 mil millones. ¿Dónde nace el amor?
Las autoridades argentinas sostienen que en Argentina faltan dólares. A esa supuesta situación la llaman pomposamente “restricción externa”.
La usan para justificar por qué el país cada día está peor, los sueldos son cada vez más miserables y todo se cae a pedazos. La justificación sería más o menos así: “si tuviéramos dólares – que no tenemos por la ‘restricción externa’ – invertiríamos en infraestructura, fábricas, obras públicas y privadas, seríamos prósperos y felices; lamentablemente, como no tenemos dólares, somos pobres o mejor dicho, ustedes los comunes son pobres”. (*)
Son parte del problema
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Un tipo de cambio retrasado significa que el gobierno subsidia las importaciones frente a la producción local
Recoger el guante
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El actual régimen no va a generar las condiciones para que haya una economía en crecimiento, con trabajo formal, buenos salarios y seguridad social. Por varias razones: 1) no está dentro de sus objetivos sino todo lo contrario, […]; 2) porque la reducción de la economía y en particular de la economía formal es una restricción externa que nuestros interventores prolijamente instrumentan, 3) es un gran negocio, 4) la precarización laboral, la desocupación y la red de seguridad social son un caballito de batalla de los organismos internacionales para con los países con pasado industrial y con cultura sindical.
Mis dólares, tus dólares, nuestros dólares
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Mis dólares
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Riñas
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Cristina Fernández explica cómo entiende que funciona el tipo de cambio. Sus ideas son relevantes porque reflejan la ideología predominante en la mayoría de legisladores, políticos, funcionarios y economistas.
Los dólares vienen y se van
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Ejemplo: informe BCRA “Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos, 2015-2019”, página 4 [3.3.]:
“En una economía que históricamente encuentra en la restricción externa (esto es, la insuficiencia crónica de divisas) uno de los principales límites al desarrollo, los más de USD 86 mil millones que se fugaron en concepto de formación de activos externos tienen su equivalencia en términos de menor crecimiento e inversión, mayor desempleo y deterioro en la distribución del ingreso”. [La negrita me pertenece].
Según las autoridades (de este gobierno y del anterior, del anterior del anterior y los previos) necesitamos dólares “para crecer”, por lo cual el gobierno o se apoderan de los dólares de los particulares o bien endeudan al país para que “haya dólares”. En realidad, quieren tener dólares en el BCRA para poder manipular el tipo de cambio a la baja (poner al dólar artificialmente bajo). Esto se logra si la oferta es mayor que la demanda. Los gobiernos del SXXI lo han intentado con todos los mecanismos posibles. Ej: restringir la compra de dólares (para que caiga la demanda), obligar a vender dólares, o endeudarnos con el exterior para “quemar” los dólares en el mercado (lo hizo Cristina Fernández al final de su segundo mandato y Mauricio Macri). De hecho la política cambiaria es una sola desde el segundo gobierno de C. Fernández a hoy. No por coincidencia sino por causalidad, la economía argentina no crece desde que se ha convertido en política de estado mantener el dólar artificialmente bajo.
El discurso oficial de las autoridades monetarias y económicas es que hay que tener dólares “baratos” para controlar el precio de los productos domésticos, en particular de alimentos y así “controlar” la inflación. Es mentira. ¿Por qué mienten? ¿Por qué quieren un dólar barato si no es para controlar el precio del pan y del kilo de pollo? Fácil: para comprar ellos dólares baratos. El costo de la canasta familiar es sólo una pantalla. ¿Quiénes son ellos? Los gobernantes, porque el canuto lo tienen en dólares o euros, y los amigos del poder, para comprar dólares baratos y sacarlos de la circulación de la economía argentina. Comprar dólares a mitad de precio es el mejor negocio que hay hoy en Argentina, que hace irrelevante cualquier otra actividad económica. Mejor que traficar drogas, personas o armas.
Vivamos todos del campo
http://restaurarg.blogspot.com/2022/04/vivamos-todos-del-campo.html
Artículo publicado originalmente el 09/07/2022 en Restaurar.org, https://restaurarg.blogspot.com/2022/07/restriccion-interna.html
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