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¿DÓNDE ENCONTRAREMOS LOS DÓLARES QUE NECESITAMOS?

Iris Speroni*

El objetivo es que los argentinos tengamos una buena Navidad

En Restaurar, tanto @intialpert como yo hemos marcado el gigantesco problema de las Leliqs.

Ricardo Inti Alpert, prolijamente, todas las semanas difunde el stock de deuda del BCRA: las letras vencen cada siete días, los pases son diarios.

https://twitter.com/intialpert/status/1703016020741382224

Las Leliqs son la verdadera causa de inflación de la Argentina. Los intereses de Leliqs son los que le quitan la comida de la boca a millones de jubilados, millones de familias, millones de niños. SEIS LATITAS DE ATÚN.

Los sucesivos gobiernos de Cristina Fernández (segundo mandato), Mauricio Macri y Alberto Fernández sólo se han dedicado a incrementar dicho pasivo.

Respecto a este gigantesco problema, los candidatos a presidentes sostienen dos actitudes. En el caso de Massa, Bullrich, Schiaretti y Bregman, de esto no se habla. Milei sí trata el tema.

Esta semana el candidato Milei, en una entrevista para LN+ con Feinmann, desarrolló una de ellas y aclaró que tenía en estudio tres opciones más.

La solución, suponiendo que entendí bien, es: el BCRA tiene en su poder bonos del Tesoro Nacional. La idea es canjearlos (a algún financista/capitalista/fondo de inversión/etc.) por dólares contantes y sonantes y con eso rescatar las LELIQs. Unos 50.000 millones de dólares. Los bonos del Tesoro se venderían según la última cotización (que es baja, de 25% a 30% de su valor nominal). Los compradores ganarían si los bonos elevan su cotización, con recuperación rápida del dinero invertido. Asimismo el gobierno tendría una opción de compra si el valor llegara al 50% de su valor nominal.

Algunas consideraciones. Primero, la necesidad tiene cara de hereje. Cuando uno anda de la cuarta al pértigo no puede ponerse exquisito discutiendo tasas, plazos y condiciones. Por eso, cuando uno anda mal, lo mejor es no endeudarse.

Dicho esto, con una cláusula de rescate como la propuesta, es mejor que nada, porque limita las pérdidas para el país. Sin embargo, habrá que tomar recaudos para que no termine en un timo más de todos los que sufrimos (*).

En cuanto a la deuda del Tesoro (bonos del Tesoro) que está en poder del Banco Central, es deuda, pero no es deuda exigible, toda vez que está en distintos bolsillos del mismo dueño. Si esos bonos salen a la calle y van a poder de terceros, equivalen en los hechos a emitir nueva deuda. Por lo que sería emitir deuda por U$D 50.000 millones (según los números de Milei, U$D 27.000 millones según los números de Inti Alpert).

Representa un doble costo para la población, que ya pagó el impuesto inflacionario por la contrapartida de estos bonos (**).

Propuesta

Entiendo que no hay muchos lugares de donde rascar dinero. Pero sí quiero llamar la atención sobre fuentes genuinas de dólares para el gobierno (esto es de dónde podría conseguir dólares sin tener que endeudarse) y además entender la bola de Leliqs, porque tal vez se necesitan menos divisas de las que originalmente se imaginan.

Así que acá voy a tratar de exponerlo.

La bola de Leliqs. No es un bodoque indescifrable. La contrapartida de cada uno de esos plazos fijos y cuotas en fondos de inversión locales tiene destino designado. Parte irá a sueldos que se van a pagar a fin de mes, el pago de la tarjeta de crédito para privados, el pago a proveedores, etc. Sólo una pequeña parte es ahorro/tesoro. Todo el resto son las disponibilidades de familias y empresas (y los estados provinciales y municipales). Por lo que yo entiendo, el dinero en divisa que sería necesario es para la parte del total que es tesoro (ejemplo: ahorros del BAPRO o de los colegios profesionales o sindicatos o cooperativas) y el resto será necesario a los días siguientes al 10 de diciembre, para cancelar sueldos, aguinaldos, pago de impuestos, pago a proveedores, etc. Desarrollado en detalle en EL ELEFANTE SE COME A PEDACITOS. Nosotros no sabemos cuánto tiene cada uno, pero el BCRA posee esa información. Con sólo hablar con las empresas más grandes, se puede saber los destinos asignados a ese dinero del 10/12/2023 al 30/01/2024. Y ahí se puede calcular más finito el monto de divisas necesario que ciertamente será menor al total de LELIQs.

Los ingresos en dólares del gobierno. Propongo que el gobierno recaude en divisa todos los aranceles aduaneros y los adelantos impositivos asociados (Ganancias e IVA). Los que exportan, porque cobran en divisa y tienen las divisas necesarias para cancelar las deudas aduaneras. Los importadores, si tienen U$D 100.000 para importar pilas de Indonesia, que consigan U$D 130.000 y paguen todo y no joroben. Además creo que hay que poner una tasa flat (única) de 3% sobre toda transacción aduanera, porque hay muchos que jugando con el nomenclador aduanero, (ej.: importan telas de la India vía Brasil) o cualquier artilugio, no pagan aranceles. Caso contrario no se explica por qué la recaudación por importaciones es inferior a la recaudación por aranceles por exportación, toda vez que ambos volúmenes son similares y los aranceles de importación son superiores a los de exportación. Ahí hay gato encerrado. Por eso tasa flat y a otra cosa (EL MISTERIO DE LA ADUANA). El ingreso aduanero de divisas para el Tesoro Nacional procuraría fondos sin tener que endeudarse con nadie. Veamos los números.

Simulación 2022. Si el gobierno hubiera cobrado en divisas.

En 2022 se recaudaron por Aduana 5 billones de pesos equivalentes a 36 mil millones de dólares. Eso según cotización BNA. A cotización de dólar libre es la mitad: 18 mil millones de dólares.

Por lo tanto acá hay un dinero que puede usarse para convertir la parte de LELIQs que es para atesorar/ahorrar (familias, empresas, cooperativas, colegios profesionales, gobiernos provinciales, clubes, sociedades de fomento) sin tener que endeudarnos. Sólo contra un bono por futura recaudación aduanera. Se puede hacer una prorrata de repago (cobro y pago), con garantía de recaudación aduanera, y que se le va cancelando a cada uno a medida que se recauda, con un máximo de 12 meses. Bonos que coticen en mercado local con 4% anual en dólares.

Según Inti Alpert, la deuda de LELIQs actual es de 27.600 millones de dólares. Si la recaudación aduanera del 10/12/2023 al 10/12/2024 es de 18.000 millones de dólares (va a ser mucho más), entonces ahí tenemos el 65% del dinero necesario. Si la parte de ahorro de LELIQs es del 20% (creo que el resto es el capital de trabajo de las empresas), tenemos todo eso cubierto con un bono en dólares al 4% a 12 meses con cancelaciones parciales mensuales contra garantía de la Aduana. No haría falta endeudarse con fondos de inversión. O sería una deuda mucho menor que la prevista.

Divisas de exportación de servicios personales. Actualmente existe una facturación en negro de todos los que venden servicios al exterior (consultoría, artistas, derechos intelectuales, programadores de sistemas, deportistas) que eluden el expolio del BCRA de pagar al 50% las divisas obtenidas. Si se libera este mercado tendremos exportaciones adicionales por U$D 20 mil millones. Propongo un régimen impositivo distinto para estas personas: Alícuota de ganancias del 5% sobre ingresos, respetando los mínimos no imponibles de los trabajadores asalariados y tomar el pago de monotributo a cuenta de ganancias. Deben cobrar en sus cuentas en divisas en bancos en Argentina, sin obligación de cambiar la moneda. Es decir, en su saldo les quedarán las divisas cobradas.

Leliqs y capital de trabajo. Una gran cantidad de dinero en el sistema bancario está constituido por las disponibilidades de familias y empresas. Es el dinero que necesitan en pocos días para cancelar proveedores a pagar, sueldos a pagar, impuestos a pagar para las empresas y pagar tarjeta, expensas, colegio de los chicos, cochera para las familias. Es decir, cuenta que tienen que pagar en los próximos 30 días. Lo ponen a plazo o en fondos de inversión al solo efecto de que la inflación no se coma el disponible. Si deja de haber inflación ya no hay incentivo para colocarlo, excepto como depósito a la vista. Ahí propongo que por 90 días (del 10/12/2023 al 10/03/2024) se decrete la obligación del pago a 7 días de servicios personales (contadores, médicos, abogados, capacitadores, programadores de sistemas, etc.) y de proveedores pymes (tambos a usinas lácteas, ganaderos a frigoríficos, proveedores pymes a grandes fábricas, proveedores de servicios a empresas grandes), con el fin de acabar con la contracara nefasta de las LELIQs, la disrupción de la cadena de pagos que es nuestra situación actual (****). El objetivo es que los argentinos tengamos una buena Navidad. Con las pymes pagando los sueldos y los profesionales cobrando las facturas que tienen frenadas las grandes empresas porque el dinero lo ponen a jugar en el sistema bancario. Es hacer andar la rueda de la prosperidad. Creo que esta medida de pago a 7 días es muy importante para poner en práctica apenas asuma el presidente. No tengamos una Navidad horrible como cuando asumió Macri en el 2015, por favor.

Liquidación de exportaciones. Propongo que se obligue a la liquidación de exportaciones en 24 horas para commodities y en 7 días para las más complicadas. Ver casos especiales (INVAP por ejemplo). ¿Por qué? Para disponer de más dólares. No el Estado sino el mercado. Los exportadores no tendrán obligación de entregar las divisas al BCRA. Podrán depositar sus divisas en sus cuentas bancarias. Pero deben traer las divisas al país inmediatamente. No cometer el error de Macri que dio largos plazos de liquidación y las cerealeras dejaron todo el dinero afuera. Luego dejar que las transacciones de cerealeras, aceiteras, molineras con sus proveedores (acopios y productores) sea en divisa si así lo quieren. Eso democratizará la posesión de las divisas y aumentará las divisas disponibles en poder del público. Disminuirá la necesidad del estado de endeudarse para que haya circulante en dólares. Con un tipo de cambio libre las exportaciones crecerán a niveles nunca vistos. En poco tiempo el problema será el exceso de divisas y no la falta de las mismas.

Libertad de monedas. Eso me gustó de la propuesta del candidato Milei. ¿Por qué dólares? ¿Por qué no otras monedas? La población de frontera se maneja toda con la moneda del otro lado, ya sean paraguayos, bolivianos, reales, uruguayos o chilenos. La principal cerealera argentina es COFCO, con lo que probablemente use yuanes. Gran parte de los expeller y tortas de soja se exportan a Europa, por lo que tenemos ahí euros o dólares. Bueno, que cada uno use la moneda que quiera. Propongo que los privados podamos tener cajas de ahorro (no cuentas corrientes porque no deberían haber cheques en divisas) en distintas monedas (***):

  • De países limítrofes (los argentinos en zona de frontera usan estas monedas)
    • Reales (Brasil).
    • Peso uruguayo.
    • Guaraníes
    • Bolivianos
    • Peso chileno
  • Extrasubcontinente
    • Dólar
    • Euro
    • Yenes
    • Yuanes

Dinero chico. Si todos vamos a usar divisas para las transacciones (para ir a la panadería) necesitamos dinero de baja denominación. Odio definitivamente el dinero electrónico. Por eso hay que disponer de billetes de 1, 2, 5, 10 dólares o euros, o equivalentes en otras monedas. No sé si algún país del mundo querrá darnos billetes de tan baja denominación. Por lo que sí creo que hay que hacer dinero convertible nuestro equivalente a pesos oro o pesos fuertes o dólares o euros o yenes o yuanes, pero de baja denominación. Convertibles al punto que si los llevo al banco me depositen en la cuenta en peso oro o peso fuerte o divisa sin quita por cambio de moneda. Convertibles con cero costo de conversión. Eso no es poco dinero de la base monetaria y también bajaría la cantidad de dinero a tener que pedir prestada.

Dinero del fisco. Para evitar cualquier impugnación de la oposición respecto del uso de divisas para las cuentas públicas, impondría el uso del peso oro o peso fuerte para las cuentas fiscales como unidad de cuenta. Para la contabilidad del fisco, para las licitaciones, para las DDJJ de impuestos. El BCRA tendrá que informar la cotización diaria para que las transacciones se cancelen según la misma. También lo permitiría como moneda contractual entre privados (adicional a las divisas). Lo evaluaría para las monedas y billetes de baja cotización. ¿El precio de una docena de facturas en la panadería estará en dólares o en pesos fuertes o en pesos oro? Según esa decisión habrá que hacer el dinero convertible. UNIDAD DE CUENTA.

Reservas de oro. Necesitamos que la auríferas paguen sus impuestos en dólares para comenzar a guardar reservas de oro en el BCRA o en el Tesoro Nacional. Proponerse comprarles todo el oro a las auríferas (a precio de mercado) para evitar que el mismo salga del país.

Resumen
  • No tomar el stock de Leliqs como una entidad indivisible.
  • Cobrar los derechos aduaneros e impuestos asociados en dólares y destinarlos a un bono nuevo que cotizará muy por arriba del 30% (porque es de corto plazo y con flujo asegurado).
  • Obligar a las grandes empresas a pagar sus cuentas con personas físicas y pymes para estimular la economía en lo inmediato luego de la asunción, contracara de la bola de Leliqs. Esto es para desactivar la compra de divisas con la cancelación de Leliqs y necesitar menos dólares para hacerlo.
  • Emitir dinero convertible para baja denominación.
  • Evaluar usar el peso oro o el peso fuerte como unidad de cuenta para balances y para las DDJJ de la AFIP y para los contratos privados y licitaciones públicas.
  • Cobrar los impuestos a las auríferas en oro para empezar a acumular reservas.

En fin, lo que sea para la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria, “invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia”.

Otro sí digo:

Esta semana voy a hacer una contrapropuesta al seguro de desempleo. Eso implicará otra fuente de ahorro y divisas en la sociedad argentina. Será una continuación de AHORRO.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

Notas

(*) Hago recordar dos negociaciones desastrosas para aprender de nuestros errores y no repetirlos.

Primer caso: el gobierno de Macri. salió desesperado (Prat Gay) a cerrar con los fondos buitres, con el único fin de poder pedir prestado más dinero. Rápidamente Toto Caputo, tan admirado por @dcacademico, nos endeudó hasta las cejas con fondos “amigos” de Wall Street. Esos dólares (los de los fondos de inversión conseguidos por Caputo) fueron canjeados por pesos por el BCRA, y esos pesos fueron colocados a plazo en el sistema bancario argentino, con las tasas de 80% del Coloso Sturzenegger.

El BCRA emitía pesos (para comprar los dólares “recién llegados”) y vendía los dólares por debajo del valor de mercado para “controlar” la cotización del dólar. La excusa de las autoridades monetarias fue la de siempre: «debemos controlar el dólar para evitar que se vaya a precio» (lo que esto quiera decir). Es una mentira. Los dólares “controlados” son para que los vivos de siempre los compren “baratos” y los saquen del país. Mientras, dejan a todos los argentinos con el muerto de la deuda. Además, se descapitaliza el país, porque el dinero usado para comprar dólares y atesorarlos es dinero que no se usó para reinvertir en la producción nacional. De ahí la caída del nivel de actividad del gobierno de Macri. Como siempre: la razón del retroceso del PBI es el dólar barato. Nada es mejor negocio que comprar dólares por debajo de su valor.

Me detuve a describir este mecanismo en detalle con el fin de demostrar que el cepo no es la única manera de manipular la cotización del dólar. El gobierno de Macri-Caputo decidió endeudar al país para disponer de abundancia de dólares, generar una sobreoferta ficticia de dólares y así bajar su cotización. Denomino ficticia porque no es fruto de un auge de exportaciones, en cuyo caso sería genuina.

A los dos años de gobierno, los fondos de inversión manifestaron su interés de retirarse de la plaza. Bastante duraron. ¿Qué pasó? Caputo no tenía ese dinero en el país. Todos esos dólares que había obtenido se los vendió a los amigos a.k.a. Círculo Rojo y/o fomentar las importaciones (U$D 8.300 millones de déficit comercial en 2017). De ahí surgió la necesidad de acudir al FMI. El crédito no fue para la Argentina. Fue para salvar las papas de las malas inversiones de Wall Street con la Argentina de garante. Para no dejar pegados a los fondos, salió el FMI a salvarlos de una mala inversión. A ellos. No a nosotros. No a Macri.

Segundo caso. Durante el gobierno de Menem se aplicó el plan Brady diseñado por el Banco Mundial. Se vendieron las concesiones de empresas públicas a cambio de deuda tomada a precio de cotización de los bonos (más o menos 30%). Se suponía que con eso se iba a terminar toda la deuda externa argentina. Era la deuda contraída por Martínez de Hoz, validada por Alfonsín y ampliada por su gobierno, Marx y Machinea mediante. Resultado: luego de 10 años de gobierno de Menem, terminamos con más deuda que al principio, con renegociaciones varias, etc. Así que eso de deuda a valor de cotización hay que mirarlo muy bien, porque valdrá 30% pero uno, cuando paga, debe poner el 100% más intereses.

(**) El BCRA emitió pesos para comprarle bonos al Tesoro Nacional y eso produjo impuesto inflacionario, el cual ya fue pagado por la población.

(***) El destino de nuestras exportaciones 2022 fue:

(****) Pregúntenle a médicos, odontólogos y kinesiólogos cómo les están pagando las empresas de medicina prepaga.

Lecturas relacionadas:

El tigre fue mucho más lejos que el gato

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Seis latitas de atún

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El elefante se come a pedacitos

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El misterio de la aduana

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Unidad de cuenta

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Ahorro

http://restaurarg.blogspot.com/2023/07/ahorro.html

2022: el año que no estuvimos en peligro

http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

Artículo publicado el 16/09/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/09/donde-encontraremos-los-dolares-que.html.

SUPERDEUDA

Iris Speroni*

¿Quién dirige el país?

Una banda criminal que no sabe cuándo parar.

¿Qué se elige en las próximas elecciones?

Básicamente, quién va a pagar el agujero patrimonial.

 

El Estado federal argentino tiene dos sistemas de recaudación, uno en cabeza de la AFIP y la Aduana; otro vía el BCRA.

La AFIP y la Aduana son los sistemas oficiales. Están incluidos en el presupuesto y la recaudación que obtengan tiene un destino aprobado por el Congreso.

El BCRA actúa como un recaudador paraoficial. Su recaudación y el destino de la misma no son informados al Congreso, quien no aprueba ni su accionar ni la aplicación de lo obtenido.

Esta actitud de indiferencia por parte de los legisladores para con esta cuantiosa recaudación paraestatal es contraria a la Constitución Nacional, ya que ésta designa al Congreso como responsable de las políticas monetarias y cambiarias (art. 75 incs. 11 y 19). Incumplimiento de los deberes de funcionario público.

La criminal política monetaria del BCRA cambia la vida de las personas. Eso sucede porque a los productores se les paga la mitad del valor de su producto.

A consecuencia de la política monetaria del gobierno de Alberto Fernández es que en Tucumán talaron limoneros. Cultivar limones es negocio si se cobra el precio de la tonelada de limón. Si se cobra el 50%, no tanto. Lo mismo sucede con las cerezas de Santa Cruz o la madera y el arroz de Corrientes o el té de Misiones. El Congreso, al no ocuparse de la política monetaria y delegarla en el Poder Ejecutivo, deja el patrimonio de cientos de miles de argentinos a merced de las decisiones arbitrarias de funcionarios; los cuales, abusaron de su autoridad. Unos y otros incurrieron en la violación del artículo 29 de la CN.

Como he expuesto, el Estado se queda con el 50% del valor de todas las exportaciones con el simple procedimiento de pagar a mitad de precio las divisas obtenidas. Es una segunda recaudación paraestatal de libre disponibilidad para los funcionarios. ¿Qué hacen con ese dinero? Se lo dan a los amigos. Por lo tanto, así como entra, se va.

En 2022 se recaudaron 88.446 millones de dólares por exportaciones, de los cuales la mitad (con excepción de unos privilegiados como las empresas petroleras, las mineras y las automotrices) queda en poder del BCRA.

Sin embargo, las autoridades llegaron al 31 de diciembre de 2022 sin dinero en las reservas.

¿Tan rápido se esfumó?

Sí.

Es peor aún. En lo que va del año, el ministerio de economía tomó más deuda con organismos multilaterales de crédito, emitió bonos del Tesoro, canjeó deuda que estaba en pesos a dólares (para beneplácito de los amigos que entraron en ese canje malsano) y recibió adelanto de impuestos por parte de las cerealeras (impuestos que no cobrará el próximo gobierno).

En resumen, no sólo se gastaron la gigantesca recaudación de la AFIP de $ 14.447.110.659.694 en el 2022 y de $ 16.312.592.719.621 entre enero y agosto en el 2023; sino la recaudación paraoficial del BCRA equivalente a la mitad de las exportaciones argentinas y además, como esto no era suficiente para alimentar el voraz monstruo de la corrupción, nos endeudaron.

A la deuda del Tesoro, ya listada, se le suma la deuda del BCRA:

  • bola de Leliqs,
  • importaciones efectuadas no pagadas,
  • depósitos de privados en custodia del BCRA.

Cuando me preguntan si la Argentina tiene futuro, digo que sí, sin dudarlo. Pero necesitamos funcionarios que no sean venales.

Imaginemos una analogía. Supongamos una empresa que trabaja bien, tiene un buen producto, buenos empleados, buenos proveedores, clientes que pagan a tiempo. Todo está bien: producción, facturación, cobranza, entregas, pago a proveedores. De pronto, no hay un peso. ¿Qué pasó? El tesorero suspendió el pago a proveedores en los últimos dos meses, no pagó las cargas sociales ni los impuestos, se endeudó con el banco y se fugó con todo el disponible en la cuenta. Se llevó el equivalente a dos meses de facturación, dos meses de proveedores y cargas sociales y el crédito obtenido del banco con la excusa de renovación de maquinaria. No es una mala empresa, no trabaja mal. Lo único que le pasa es que tiene tránsfugas al frente de ella.

Eso es lo que nos pasa a nosotros.

Producimos bienes y servicios que son requeridos (y pagados) en el exterior. Nuestra gente es trabajadora, tiene iniciativa, quiere a su país, pone el hombro. Tenemos buenos clientes.

Si de aquí en más queremos no vivir en descubierto, tenemos que echar al tesorero.

¿Qué se elige en las próximas elecciones?

Básicamente, quién va a pagar el agujero patrimonial.

Una banda criminal que gobierna el país se robó absolutamente todo. Es más, tomó deuda para poder robar más de lo que había.

La pregunta, según la analogía es, si vamos a hacer lo de siempre (moratoria de cargas sociales, bajar los sueldos de los trabajadores, pedir tiempo a los proveedores, pedirle adelantos a cuenta de entregas a los clientes y renegociar la deuda con el banco; o, para variar, vamos a denunciar a los ladrones frente a la justicia y pedir que les embarguen los bienes y recuperar lo robado.

Ahora tenemos cinco candidatos a presidente. Del oficialismo sabemos que es, precisamente, la banda criminal que nos ha robado la recaudación oficial, la paraoficial (BCRA) y además pidió prestado para poder llevarse más plata aún.

La oposición

JxC: son el lado B de la misma banda criminal. Son el muleto cuando el electorado se cansa de la marca A. El radicalismo, que es parte integrante de JxC, ha gobernado el BCRA desde 1983 a hoy, con la excepción de algunos años durante el gobierno de Carlos Menem. No hay distinción en las políticas públicas entre el lado A y el lado B de la banda. ¿Cuál es la diferencia entre Kulfas, De Mendiguren o Dante Sica?

Schiaretti: propone modificaciones al status quo. Entiende que el sistema actual es uberunitario y que hay que aflojar un poco la soga al interior. Por lo que quitará o el diferencial cambiario o los derechos de exportaciones o un poco de cada cosa. Será un cambio ma non troppo. La versión light del oficialismo.

La izquierda: Han sido socios del oficialismo actual en los últimos 20 años. Jamás pidieron amparos a la Justicia para impedir ninguno de los fraudes enumerados. Sí se oponen a todo intento productivo si este colisiona con los intereses británicos.

La Libertad Avanza: es la gran incógnita. ¿Quién pagará lo que falta en un eventual gobierno de Milei-Villarruel? ¿Los que se la robaron toda o los mismos de siempre, es decir, nosotros? ¿Cómo se cubrirán los faltantes? ¿Aumentarán la deuda, venderán activos y/o soberanía, o impedirán que quienes vienen estafándonos dejen de robar, al menos, por cuatro años?

Algunos ciudadanos deseamos que quienes vaciaron el país sin pudor, obscenamente, a) en el mejor de los casos caigan presos y se les incauten las propiedades que mantienen en el país o, b) en el peor de los casos, que pierdan todo privilegio, al menos, mientras dure el gobierno Milei-Villarruel.

Sólo así, el pueblo argentino podrá comenzar a sanar.

 

Otro sí digo.

Voy a dejar un trabajo práctico a consideración.

Acaba de fallar un tribunal comercial de los EEUU que ordena resarcir al grupo Eskenazi; debemos pagarle las acciones de YPF al precio abonado a Repsol, más costas. Ahora bien, la forma en que adquirieron las acciones ha sido fraudulentas. Por lo tanto, sus derechos son nulos. La nulidad se obtiene si se demuestra el fraude ante un tribunal penal. Es más, los accionistas le han vendido los derechos del juicio a un tercero que puede o no ser testaferro y/o socio de funcionarios argentinos, quienes utilizan este juicio para extraerle dinero del Tesoro (una vez más).

Lo que debería hacer el próximo gobierno es presentar la maniobra criminal a los tribunales penales de los EEUU y pedir: a) la declaración del fraude y la consiguiente condena de todos los implicados (la familia Ezquenazi, los funcionarios públicos de entonces y de ahora, y los eventuales socios y/o testaferros norteamericanos), b) por todo lo anterior, pedir la nulidad del juicio comercial y que las acciones sean restituidas a su legítimo dueño, el estado argentino, c) con costas.

Ahora piense usted, ¿quién de todos los candidatos se atreverá a actuar en beneficio del pueblo argentino? De algunos de ellos sabemos que jamás lo harán.

En sus manos está. Sepa el pueblo votar.

 

Lecturas relacionadas:

Deuda pública

Https://restaurarg.blogspot.com/2022/08/deuda-publica.html

La segunda AFIP

AGROLINK, Julio 2021

Https://agrolink.com.ar/la-segunda-afip-por-iris-speroni/

Precio pleno

https://restaurarg.blogspot.com/2020/02/precio-pleno.html

BCRA versus provincias

https://restaurarg.blogspot.com/2023/06/bcra-versus-provincias.html

El botín del BCRA provincia por provincia 2021

https://restaurarg.blogspot.com/2022/04/el-botin-del-bcra-provincia-por.html

El altar de la destrucción

https://restaurarg.blogspot.com/2022/09/el-altar-de-la-destruccion.html

Zanahoria

https://restaurarg.blogspot.com/2021/06/zanahoria.html

Decime cuánto me querés

https://restaurarg.blogspot.com/2023/01/decime-cuanto-me-queres.html

Nos desprecian

https://restaurarg.blogspot.com/2023/08/nos-desprecian.html

El tigre fue mucho más lejos que el gato (@intialpert)

https://restaurarg.blogspot.com/2023/09/el-tigre-fue-mucho-mas-lejos-que-el-gato.html

 

Artículo publicado el 09/09/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/09/superdeuda.html

UNA GUERRA DE VEINTE AÑOS POR EL ÁMBITO SOCIAL

François Soulard*

La democracia es el único régimen que cree estar obligado por sus principios a no defenderse de sus enemigos.

Raymond Aron (Introducción a la filosofía política).

 

Un conflicto estructural no nombrado

Es difícil, por no decir imposible, entender las problemáticas profundas de Argentina sin abordar sus dinámicas conflictivas y abordarlas desde una mirada renovada. El país no enfrenta meramente el cuadro general de cualquier integrante del Sur global, teniendo que sortear las distorsiones centro-periferia como lo recordaba Raúl Prebisch, la puja de sus facciones antagonistas internas o las fragilidades heredadas de las democracias parlamentarias tal como lo describiría un observador liberal como Martin Wolf[1]. Si bien todos estos criterios pueden ser válidos, es central focalizarse sobre la conflictividad estructural, susceptible de contener conflictos derivados, pero jerarquizando a toda la sociedad con la particularidad de ser paradojalmente menos detectable desde los marcos generales de percepción y además menos regulable desde las funciones heredadas del sistema político democrático-liberal.

En definitiva, es precisamente por una falta de percepción y de determinación para enfrentar a esta conflictividad que el país transita una situación de multiplicación de conflictos latentes y ramificados, desembocando en lo que varios comentaristas suelen retratar de «decadencia», de «zona gris» o de «Estado fallido».

Una guerra social encubierta, no convencional y no armada

En efecto, la Argentina se encuentra subsumida en un estado de guerra social de larga duración, ni declarada y ni armada, pero animada de fines estratégicos y políticos como lo es cualquier guerra contemporánea. Aplicando las reflexiones polemológicas de Aron y Clausewitz, cabría entonces designar cuáles son las entidades expresando una voluntad de enfrentamiento y cuáles son los medios violentos explícitamente movilizados en el marco del conflicto. Ahí aparece un primer problema con la segunda pregunta porque si bien podemos presenciar episodios puntuales de violencia física, es evidente que no estamos ante una confrontación violenta o una guerra civil armada de alta intensidad, semejante a otras fases bélicas de la historia nacional. No se trata de una guerra convencional, sino de una guerra combinada de otro tipo, de menor intensidad, disimulada en cuanto a sus fines, ejecutada en el ámbito social y político mediante otro tipo de fisionomía y medios.

Principales actores estratégicos

La primera pregunta enunciada en el párrafo anterior es más solventable. La dialéctica de voluntades ofensivas que estructura a Argentina pone en presencia a tres actores principales: las formaciones neomarxistas, con niveles de coordinación a nivel regional, procedentes de la tradición castro-revolucionaria y reconfiguradas después de cuatro fases previas de evolución como lo recalca Pablo Anzaldi[2]; el nacionalismo estadounidense, con su imperium continental (doctrina Monroe) y global, expresado en dos vertientes (capitalismo globalista pos-crecimiento y nacional-capitalismo liberal conservador); el nacionalismo inglés, aliado al anterior y fuente del conflicto militar en la Guerra del Atlántico Sur y de la disputa de las islas Malvinas.

Otros actores, como Venezuela, Israel, Irán o China, completan este panorama. Del mismo modo, convendría mencionar a otros actores locales, como por ejemplo las familias partidarias tradicionales de Argentina (justicialismo, republicanismo liberal, socialismo, etc.) o los sectores productivos estructurados. Sin dejar de tenerlos en cuenta, los consideraremos en este análisis en un plano más segundario.

Etapa previa: lucha armada, guerra del Atlántico Sur y political warfare posterior

La lucha armada, iniciada a partir del año 1959 con el respaldo del bloque soviético, abrió el camino para la represión militar en toda la región, avalada por Washington. En 1983, agotada la violencia tanto en los grupos civiles armados como en el régimen militar, el gobierno de Ricardo Alfonsín sentó las bases de una dependencia judicial y cognitiva decisiva para trasladar el conflicto anterior a otro escenario. Asumió la propuesta, diseñada desde la inteligencia británica y traída localmente por el jurista argentino Carlos Nino, de judicializar, en el marco del derecho civil, la pacificación posterior al enfrentamiento armado. Este proceso creó un frente de disputa interna y dio viabilidad a una ofensiva judicial y cognitiva apuntando el debilitamiento de dos núcleos del Estado nacional: la justicia y las fuerzas armadas.

Londres y Washington, doble artífices de una guerra insidiosa

Londres fue el primer artífice de esta modalidad de guerra (conceptualizada en 1948 por el norteamericano George Kennan), pero cuyos fundamentos están presentes en varias culturas estratégicas. Supo entender que la fase posterior a la victoria militar en el Atlántico Sur trasladaba nuevos antagonismos al tablero sociopolítico, con el riesgo potencial de que se reconstruya un nacionalismo argentino. Incentivó el prototipo de una guerra por el ámbito social (political warfare en inglés), basada en un conjunto de acciones combinadas e implementadas esta vez en tiempo de paz: difusión de conocimiento en universidades, presencia en los medios de comunicación, «entrismo cultural», activismo judicial, sostén de formaciones políticas colusivas (campo marxista-leninista), apoyos financieros a organizaciones locales (el Centro de Estudios Legales y Sociales en particular). Sus metas fueron debilitar la unidad estratégica del Estado nacional y modelar el entorno cultural y perceptivo de la sociedad, siempre de manera furtiva a fin de no despertar respuestas defensivas.

En paralelo, otro modelaje ofensivo se fue reforzando desde los Estados Unidos en los años 1990, a través de la generación de dependencia económica y de la jerarquización del conocimiento en materia de economía, ciencias de gestión, geopolítica y polemología. En 1993 el secretario de Estado Christopher Warren sellaba una política de seguridad económica elevada como prioridad de política exterior que Carla Hills, delegada al comercio (me parece mejor “representante comercial”) de 1989 a 1993, resumía con la siguiente fórmula: «abriremos los mercados extranjeros con una barra de acero cuando sea necesario, pero con un apretón de manos siempre cuando sea posible». El alcance de este modelaje, aplicado al interior de la OTAN y en otras latitudes, es de no divulgar las herramientas conceptuales para librar estas modalidades furtivas de guerra y de focalizar la atención en otras.

Conquista del poder e ingeniería social dual

En Argentina, el año 2003 marca el punto de retorno y llegada al poder de las formaciones afiliadas a la base neomarxista latinoamericana. Los coletazos político-económicos de fines de los años 1990 fueron aprovechados para facilitar su ascensión, de modo democrático o pseudo-arbitrario. Luiz Lula da Silva y Hugo Chávez llegan por las urnas en Brasil (2002) y Venezuela (1998), el segundo habiendo ensayado un golpe de Estado (1992). Evo Morales en Bolivia y Eduardo Duhalde en Argentina llegan luego de procesos de enfrentamiento territorial que terminan desbordando a los gobiernos establecidos (renuncia de Fernando De la Rúa en Argentina, renuncia de Carlos Sánchez de Lozada y Carlos Mesa en Bolivia como consecuencia de la Guerra del gas).

De entrada, el gobierno de Néstor Kirchner pone en marcha una ingeniería social dual (negativa y positiva), apuntando a conquistar la confianza de una parte de la sociedad a costa de la activación de conflictos triangulados y la designación de enemigos internos. Los movimientos sociales, los sectores sindicales, los partidos de izquierda y de centro-izquierda, junto con las masas informales son aliados y se ven movilizados en un proceso de rearticulación transversal. Una vez estabilizado, el poder ejecutivo anula rápidamente la Ley de obediencia debida y reabre el juicio a las cúpulas militares en continuidad con la etapa previa mencionada. Los derechos humanos son elevados al rango de secretaria de Estado y sirven de escudo informacional para atacar a poderes constituidos (medios de comunicación, justicia, fuerzas armadas, inteligencia, empresariado industrial). En el plano económico, la demanda global en commodities abrió un ciclo de prosperidad fiscal hasta el año 2010.

En el campo psicosocial, cada línea de tensión o cada adversario designado viene acoplado con un grado de desautorización que apunta a instalar un margen de rechazo en la sociedad («los militares son genocidas», «Clarín miente», «la derecha es reaccionaria»). Los medios de comunicación opositores o el campo liberal-republicano abonan a la misma lógica inversa, activando así una suerte de triángulo de Karpman (círculo vicioso de persecución, victimización, salvación), participando de una mayor polarización e histerización de la sociedad. En 2008 la Resolución 125, que cuestiona a la renta agraria, constituye uno de los conflictos más agudos obligando al sector agroindustrial a definir su límite mediante un conjunto de medidas de fuerza.

Subversión y guerra informacional

En el telón de fondo, el cuestionamiento epocal de la visión positiva del desarrollo heredada de las revoluciones industriales y de la falsa pacificación asociada a la globalización, abona al diseño de una política de relativismo y de revisionismo. Bajo el paraguas del progresismo, varios puntos débiles del liberalismo son atacados (desigualdades, crecimiento por derrame, concentración de riqueza, etc.) para legitimar un «Estado presente» a la par de los derechos sociales. En la realidad profunda, este manejo de las percepciones no impide la práctica de un capitalismo tradicional y su subversión con el propósito de captar poder y recursos. Es un hecho que la mayoría de las experiencias progresistas a nivel regional demuestran un nivel inusual de predación de recursos y de maniobras concentradoras de poder.

Los derechos humanos, al igual que el indigenismo o el ecologismo, están instrumentalizados como un factor cultural e identitario de segmentación y de complejización de la sociedad, coincidiendo ahí con la vertiente globalista del nacionalismo norteamericano. Ya practicadas en otros contextos (África del Sur, Europa del Este, Medio Oriente), estas estrategias buscan cultivar un mayor grado de entropía social favorable a la desarticulación del tejido nacional. En este punto precisamente se cristaliza una colusión de objetivos entre los sistemas de influencia anglosajona y el proyecto neomarxista latinoamericano.

En el terreno del conocimiento, la veintena de universidades creadas en el conurbano bonaerense (por citar un ejemplo) extienden la búsqueda de acomodar una matriz de conocimiento compatible con la cosmovisión de estos proyectos. Es acompañado por un entrismo en las estructuras académicas existentes. A partir de 2009 se buscó desconcentrar a los grandes medios de comunicación (Ley de servicios de comunicación audiovisual) encarnados por el grupo Clarín. Fue resistida en la justicia por medidas cautelares (demandadas por el mismo grupo Clarín) y finalmente modificada en 2016 por el gobierno de Mauricio Macri.

De forma general, la arquitectura de guerra informacional desplegada abona a mantener un cerco cognitivo en la sociedad y al interior de los grupos sociopolíticos afines. Es necesario limitar los elementos de unidad nacional o distanciarse del mito liberal fundacional frustrado de haber sido una «gran nación argentina». La realidad es sistemáticamente abordada con percepciones alteradas o desviadas y, según los casos, envueltos en ofensivas informacionales de fuerte intensidad (expropiación de REPSOL-YPF, caso Alberto Nisman, causa Correo, endeudamiento con el FMI, Santiago Maldonado, ARA San Juan). El triple registro de la victimización, combinado con el de coaccionar y de rescate (formalizado por Stephen Karpman), han potenciado los alcances de la ingeniería social.

Escasez de voluntad y de ideología

Frente a esta iniciativa de demolición endógena de la sociedad argentina, ha sido notable la escasez de ideologías, de voluntad y de métodos de parte de sus contrincantes. No es propio a Argentina, sino a cualquier régimen político dejando de ser inquieto y atento a descifrar la gramática ofensiva del siglo XXI. En este sentido, el campo neomarxista ha tenido un mayor espesor estratégico en el campo subversivo e informacional. No es una casualidad que la acción judicial sobre los hechos de corrupción haya constituido el movimiento más contraofensivo para frenar estos proyectos. En Brasil, la mega-investigación judicial Lava Jato logró rebatir varias cartas políticas con el apoyo remoto del ala del nacionalismo estadounidense quien, de paso, no dudó en hacerse de las grietas vacantes para posicionar sus peones en la economía brasileña.

Hoy, una multitud de países incentivan este tipo de guerra subterránea en el tejido interno de sus adversarios, entre ellos los Estados Unidos, Reino Unido, Irán, Israel, Rusia, Alemania y China. Si el año 2023 aparece como un año de despertar en Argentina, esta matriz conflictiva seguirá su curso. Es imperativo radiografiarla con mayor precisión, armarse mentalmente y dotar la democracia de nuevas herramientas compatibles con su vocación liberal y abierta.

* Nacido en Francia, es ensayista y coordinador de la plataforma internacional de comunicación Dunia. Titular de una maestría en Ciencias de la Tierra en Francia. Se dedicó a la planificación territorial en el norte de Francia hasta el año 2003, para luego ser observador-partícipe de las dinámicas sociopolíticas en varios continentes. En 2012 fundó la plataforma Dunia en pos de brindar servicios de comunicación digital e investigar el rol estratégico de la información. Ha sido partícipe de distintos movimientos sociales en la región, en Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Es autor de «Una nueva era de guerra informacional en América Latina»; coautor del «Diccionario del poder mundial» (2015) y «Democracia digital» (2020). Tradujo al español y al inglés algunas obras del geoestratega Gérard Chaliand («Por qué Occidente pierde la guerra, Terrorismo y política, Atlas estratégico»). Desde 2020 colabora con la Escuela de Guerra Económica en Francia.

Miembro de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG.

 

Referencias

[1] The Crisis of Democratic Capitalism (2023). Penguin Random House.

[2] Diez tesis sobre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Disponible en ieeba.org.

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