Marcelo Javier de los Reyes*
Breve introducción histórica
En la actualidad, en este año de 2023, el mundo se encuentra ante una peligrosa confrontación que ha demostrado que la Guerra Fría no ha terminado a pesar del derrumbe del Muro de Berlín en 1989 y de la implosión de la URSS en 1991.
La desintegración de la URSS implicó la inmediata disolución del Pacto de Varsovia, organización militar creada en 1955 para contrarrestar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) instituida por las potencias occidentales, específicamente por Estados Unidos y el Reino Unido, en 1949.
Respecto de estos dos Estados, cabe mencionar que durante la II Guerra Mundial ya habían celebrado acuerdos para el desarrollo tecnológico y de inteligencia con la intención de descifrar el «Código Enigma» utilizado por Alemania, en el que trabajó Alan Turing aunque había sido también descifrado por criptoanalistas polacos. Este trabajo en conjunto dio origen, en 1946, al tratado UKUSA (UK + USA) cuyo propósito era —y sigue siendo— recolectar información de inteligencia. Este tratado luego se amplió con la adhesión de Australia, Canadá y Nueva Zelanda, dando paso a un acuerdo sumamente secreto de recolección de información global denominado Five Eyes («Cinco Ojos») por los cinco miembros de países angloparlantes. Esto luego dio origen a la red de espionaje global conocida como Red Echelon (1972), utilizada también para favorecer a empresas estadounidenses frente a las europeas en la competencia económica y comercial global. La red fue denunciada por un agente en sus orígenes y en 1998 por un periodista, dando lugar a la intervención del Parlamento Europeo en 2000.
Esta estructura conformada por satélites y bases de recolección terrestre diseminadas por todo el mundo cubre todo el planeta y si bien tiene acuerdos con otros países, se mantiene hermética: solo pertenecen a ella los cinco países anglófonos mencionados. Esto es lo que hoy se denomina «angloesfera», la cual intenta predominar hegemónicamente sobre el resto de la comunidad internacional.
A diferencia del Pacto de Varsovia, la OTAN no se ha disuelto tras la implosión de la URSS. Por el contrario continúa ampliándose.
Al abordar los conflictos de los principales escenarios regionales nos permite, de alguna manera, armar el escenario global, determinar los actores y comprender el entramado que hay tras ellos. De tal modo que, como si se tratara de piezas de un rompecabezas, podremos comprender cómo juegan los actores en el escenario global.
Escenario de Europa del este
En 1991 se le había prometido a Mijail Gorbachov que la OTAN no se expandiría sobre el espacio postsoviético. Vladimir Putin siempre mantuvo que la Alianza no estaba cumpliendo con dicha promesa. En 2007, en la Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich, Putin arremetió contra Estados Unidos y advirtió del «peligro» de sus «acciones unilaterales». En una entrevista que la ex canciller de Alemania Angela Merkel le brindó al medio alemán Zeit dijo que en su momento pensó que el inicio de la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN, discutido en 2008, no era apropiado ya que «los países no tenían los requisitos previos necesarios para esto, ni se pensó completamente qué consecuencias habría tenido tal decisión, tanto en lo que respecta a las acciones de Rusia contra Georgia y Ucrania como a la OTAN y sus reglas de asistencia. Y el acuerdo de Minsk de 2014 fue un intento de darle tiempo a Ucrania»[1]. Esto último de «darle tiempo a Ucrania» es lo que ha llevado a que algunos analistas consideren que se le otorgó tiempo para que se prepare militarmente y fue una expresión que no ha caído bien en Rusia. Quizás se haya referido a darle tiempo a que se presentaran las condiciones para el ingreso de Ucrania a la OTAN pero lo cierto es que Occidente venía interviniendo en Ucrania desde la denominada «Revolución Naranja» (2004-2005), injerencia que se incrementó en 2014 mediante el «Maidán» (2013-2014), nombre asignado a un conjunto de manifestaciones y disturbios pro occidentales que derivaron en el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich.
La realidad es que no se dio cumplimiento a los Acuerdos de Minsk, dos pactos que se firmaron en 2014 y 2015 para poner fin a la guerra en el Donbass, en el este de Ucrania, país que siguió bombardeando a sus provincias separatistas. Es por esto que, desde esta perspectiva, es un error considerar que la guerra de Ucrania comenzó con la denominada por Rusia «Operación Militar Especial» el día 24 de febrero de 2022. En verdad, el conflicto comenzó antes.
Con respecto a la promesa que se le había formulado a Gorbachov, el actual secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que una promesa de este tipo «nunca se hizo», lo cual ha sido desmentido por la revista alemana Der Spiegel que desveló un documento que confirma que la OTAN prometió en 1991 no expandirse hacia el este[2]. El artículo publicado el 18 de febrero de 2022 bajo el título «La OTAN no se extenderá ni formal ni informalmente hacia el Este», cita el documento con las palabras del representante de Estados Unidos, Raymond Seitz, en esa ocasión. Ese documento es al que durante décadas se ha aferrado Rusia para afirmar que «la expansión de la OTAN hacia el este violó los compromisos de Occidente tras la caída del Muro de Berlín. Ahora ha aparecido un documento notable».
Como puede apreciarse, este documento fue desvelado por Der Spiegel antes de que Rusia diera inicio a la que denominó «Operación Militar Especial», cuyo objetivo es «defender los intereses y la seguridad de la población de Donbass y la integridad territorial de la Federación de Rusia».
Podrá argumentarse que ese documento secreto no implicó ningún acuerdo o tratado escrito pero no es ajeno a nosotros que tanto Estados Unidos como el Reino Unido son propensos a no cumplir lo que firman (o prometen).
Putin advirtió en numerosas ocasiones que evitaran la expansión de la OTAN pero la angloesfera, la que estuvo detrás de las denominadas «revoluciones de colores» y de la «Primavera Árabe», impulsó la mencionada «Revolución Naranja» y luego la crisis del Maidán, que incrementó la violencia en marzo de 2014 con la determinación de Rusia de anexar Crimea y que luego se profundizó con el levantamiento de rebeldes pro rusos en las regiones de Donetsk y Luhansk, parte del Donbass. Esta crisis tuvo su origen cuando el presidente de Ucrania, el pro ruso Victor Yanukóvich, suspendió la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) a causa de las presiones de Rusia. Cabe aclarar que, por su parte, los Estados Unidos y la UE alentaron la crisis y provocaron el derrocamiento del presidente ucraniano.
Con respecto a Crimea, allí se encuentra la base naval rusa en Sebastopol y su población es mayoritariamente rusa. En marzo de 2014 se celebró un referéndum en Crimea en el que el 96,77% de los votantes apoyaron la adhesión de la península a Rusia y luego el Consejo Supremo de Crimea solicitó formalmente su adhesión.
Estos son los antecedentes que llevaron a la actual situación tras el ascenso al gobierno de Ucrania del actor cómico Volodímir Zelensky, quien se manifestó en favor de que su país ingresara a la OTAN sin medir las consecuencias de su acción.
¿Cuál sería el desenlace del actual conflicto? Se sabe cómo y cuándo se inicia un conflicto pero no cómo ni cuándo termina. A pesar de no pertenecer a la OTAN —por lo cual los aliados no se habrían involucrado directamente, aunque se ha confirmado que habría «mercenarios» de la Alianza y de Israel combatiendo del lado ucraniano[3]—, los países de la OTAN están suministrando armamento y provocando un fuerte endeudamiento de Ucrania.
Cabe recordar que en junio de 2021 el destructor británico HMS Defender navegó frente a las costas de Crimea, en el mar Negro, en una abierta provocación a Rusia. En esa ocasión, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que uno de sus buques había disparado «fuego de advertencia» contra el destructor británico para que saliese de las que considera sus aguas territoriales, frente a la península de Crimea y que, como «advertencia adicional» un avión de combate Su-24 «llevó a cabo un bombardeo de precaución» a lo largo del trayecto del HMS Defender.
Es probable que el destino de Ucrania, al no tener un gobierno que haya optado por la neutralidad, termine en su partición, dado que en el oeste su población es pro occidental y en el este es mayoritariamente pro rusa, lo que también implica diferencias en las confesiones cristianas, católicos y ortodoxos, idiomas, así como intención de voto en los comicios.
La ocupación rusa está llevando a que Ucrania pierda su litoral sobre el mar Negro y termine siendo un país mediterráneo, sin acceso al mar. Es evidente que Putin no retrocederá y que la angloesfera continúa favoreciendo el conflicto, ya que desde el principio no buscó la paz sino que contribuyó al actual desenlace de una confrontación fratricida entre dos pueblos eslavos.
La situación en el mar Negro se ha visto complicada a partir de que, el 14 de marzo de 2023, un caza ruso Su-27 arrojó combustible sobre un dron de inteligencia MQ-9 Reaper de Estados Unidos, provocando su derribo sobre aguas internacionales. El incidente ha incrementado las ya tensas relaciones entre Moscú y Washington.
La posibilidad de que derive en un conflicto nuclear —aunque poco probable— no debe ser descartada, más aún cuando la angloesfera está jugando agresiva y peligrosamente en otros escenarios. En el marco de la visita de tres días del presidente de China, Xi Jinping, a Moscú —que se inició el día 20 de marzo de 2023—, el gobierno de Rusia ha manifestado que se incrementan los riesgos de una colisión nuclear, sobre todo luego de que el ministerio de Defensa del Reino Unido anunciara que ha decidido enviar proyectiles con uranio empobrecido a Ucrania.
Al presente, se han podido sortear las trabas impuestas por Turquía para el ingreso de Finlandia a la OTAN pero no con respecto de Suecia. La objeción del gobierno turco, miembro de la alianza desde hace setenta años, es que responsabiliza a esos países de tolerar e incluso apoyar a grupos terroristas, incluido el YPG/PKK (Unidades de Protección Popular, en kurdo Yekîneyên Parastina Gel, YPG; Partido de los Trabajadores del Kurdistán, en kurdo Partiya Karkerên Kurdistan, PKK) y la denominada Organización Terrorista Fethullah Gülen (FETÖ). El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sido claro en que su país no puede dejar que Suecia se sume a la OTAN mientras permita que se celebren protestas en las que se profana el libro sagrado de los musulmanes. El gobierno ha expresado su indignación por una serie de manifestaciones en Estocolmo, en particular en una en que un activista anti islámico quemó el Corán frente a la embajada turca, mientras que en otra protesta, se colgó una efigie de Erdogan. No obstante, el gobierno de Ankara ya había fijado su posición antes de estos hechos[4].
Escenario China – Taiwán o Indo-Pacífico
La visita de la presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán —el 2 de agosto de 2022— ha significado una provocación para el gobierno de la República Popular China. Pelosi tiene un historial de desafíos contra el gobierno de China y la visita a la que el gobierno considera una «provincia rebelde», Taiwán, solo ha encendido la llama que derivó en los ejercicios militares chinos que aislaron la isla[5].
Las provocaciones a China no son nuevas ya que a fines de julio de 2021 el mar de la China Meridional fue escenario de una actividad naval de la que participaron un portaaviones del Reino Unido y un grupo de acción de superficie de Estados Unidos, ejecutando ejercicios en la disputada zona marítima. El portaaviones británico HMS Queen Elizabeth integró la fuerza naval angloestadounidense y, por su parte, los medios de comunicación estatales y diplomáticos de China acusaron al Reino Unido de avivar tensiones en las aguas en disputa a instancias de Estados Unidos.
Debe recordarse que tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán, el 15 de agosto de 2021, inmediatamente se creó la alianza militar AUKUS (Australia, Reino Unido, Estados Unidos) en un abierto desafío a China. Esta alianza generó también un conflicto con Francia ya que este país tenía celebrado un acuerdo para suministrar submarinos convencionales a la Marina australiana, acuerdo que quedó sin efecto tras el nuevo compromiso por el cual Estados Unidos le vendería submarinos nucleares.
Del mismo modo debe considerarse la creación en 2007 del Grupo QUAD, que reúne a Estados Unidos, India, Australia y Japón con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia de China en la región Asia-Pacífico. Este grupo ha tomado mayor fuerza en los últimos años.
Antes de avanzar con este punto, debe considerarse la existencia de los conflictos que involucran a India con Pakistán y con China. Con respecto al primero, se remonta a la independencia del Imperio británico, en 1947, momento en que la India y Pakistán se constituyen como Estados tras una partición traumática del territorio. En el mismo influyeron tanto diferencias religiosas como ideológicas pero ha perdurado el conflicto por el control de Cachemira que ha llevado a que ambos países se enfrentaran militarmente, incluso en 1971 cuando la India combatió contra Pakistán, para apoyar la independencia de Bangladesh.
Del mismo modo, la India mantiene una disputa territorial con China en la zona montañosa del norte de la región de Cachemira, a lo que se agrega otro de unos 60.000 km2 en el estado de Arunachal Pradesh. Actualmente la línea divisoria que separa a ambos países pasa por la región de Ladakh, escenario de una guerra en 1962. A principios de diciembre de 2022 se produjo un nuevo incidente entre India y China; el anterior tuvo lugar en 2020.
Cabe destacar que se trata de tres potencias con capacidad nuclear con disputas territoriales.
Con respecto al conflicto de Taiwán, la visita de Nancy Pelosi parece haber favorecido la intención de China de recuperar por la fuerza ese territorio. Además Pelosi había estado en Singapur y Malasia para luego ir a Taiwán, Corea del Sur y Japón. Haber visitado Corea del Sur también fue considerado como una actitud hostil por el gobierno de Corea del Norte.
El 14 de agosto de 2022, una delegación del Congreso de Estados Unidos encabezada por el senador demócrata de Massachusetts, Ed Markey, también visitó Taipei, Taiwán, en una visita no anunciada de dos días. Este hecho suma mayor tensión tras la visita de Pelosi.
Es probable que el gobierno de Beijing sea más cauto que el de Putin pero no cabe duda que actúe en consecuencia si este tipo de provocaciones continúa. Informalmente se consideraba que China intentaría recuperar la isla por la fuerza en el corto plazo.
Uno de los hechos que ha agravado la relación entre China y los Estados Unidos —ya muy tensa por disputas comerciales y tecnológicas, como las cuestiones del 5G y las derivadas a partir de que a fines de noviembre de 2022 la estadounidense Comisión Federal de Comunicaciones haya anunciado un veto a productos y equipos de telecomunicaciones de fabricantes chinos, incluidos los gigantes Huawei y ZTE, alegando «un riesgo inaceptable para la seguridad nacional» las que involucran directamente a Huawei— fue, en el mes de febrero de 2023, con la aparición y posterior derribo del globo chino que el gobierno de Washington ha considerado como un elemento de espionaje.
La situación se torna más tensa en la medida que se potencia la colaboración entre Estados Unidos, el Reino Unido y Australia con respecto a los submarinos nucleares. Australia parecería ser empujada por los dos primeros hacia un choque con China, mientras que el gobierno de Beijing advierte que este movimiento es un grave error. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino Wang Wenbin se refirió a las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, respaldando que la posición de Rusia es que la cooperación en submarinos nucleares de AUKUS es una apuesta grave y riesgosa en la región[6]. Wang también señaló que AUKUS está formando una «camarilla anglosajona» y, de ese modo, dando origen a la llamada asociación de seguridad para impulsar la cooperación en submarinos nucleares, además de otra colaboración adicional en tecnología militar de vanguardia[7].
Según Wang, «esta es la típica mentalidad de Guerra Fría y una medida que abre la caja de Pandora. Esto afectará gravemente a la paz y la seguridad regionales y mundiales»[8].
El gran escenario: Mediterráneo – Medio Oriente – Cáucaso Meridional
Se trata de un escenario que es menos observado pero en el que hay una creciente conflictividad. La situación comenzó a agravarse cuando los Estados Unidos, el Reino Unido y miembros de la OTAN justificaron la necesidad de poner fin al régimen libio en 2011, en el marco de la doctrina «Responsabilidad para Proteger» («R2P») —que a decir verdad encubre la injerencia en los asuntos internos de otros estados—, luego de haber sido acusado de estar preparando una «masacre» contra su propia población, claramente un pretexto para proceder a la intervención en Libia.
El gobierno libio de Muammar el Gadafi cayó y abrió paso a una guerra civil, a la destrucción del país y a una nueva ola de migrantes hacia Europa. Diferentes actores han participado y siguen participando de este conflicto: Francia, Turquía, etc.
Los conflictos se han multiplicado desde entonces en un marco geográfico donde hay una gran puja de intereses geopolíticos, energéticos y donde la inteligencia está muy activa.
La cuestión energética ha cobrado relevancia a partir del enfrentamiento de la UE con Rusia. Argelia es un gran productor de hidrocarburos que abastece a Europa, fundamentalmente a España. Sin embargo, aquí juegan otros intereses debido a los diversos conflictos y alianzas de los actores con influencia en la región. La decisión de España de terminar de abandonar a su suerte el Sahara Occidental en favor de Marruecos ha avivado las tensiones. Marruecos, a su vez, es un gran aliado de Israel en el norte de África y en el Mediterráneo, donde Israel también tiene influencia en Chipre y presencia en ese mar por sus propios intereses en materia de energía. Los servicios de inteligencia marroquíes e israelíes trabajan estrechamente en perjuicio de otros actores, como por ejemplo Argelia.
Las relaciones entre España y Marruecos no pasan por su mejor momento y se ha detectado actividad de espionaje por parte de los servicios marroquíes. Se habría comprobado que Marruecos infiltró agentes de inteligencia en Canarias y en la península para espiar y actuar contra los intereses de España.
En octubre de 2021 se tomó conocimiento de que se estaba llevando actividad de espionaje militar por parte de Israel cuando la Armada de Argelia se encontraba llevando a cabo ejercicios. Un incidente entre un submarino israelí y submarinos y buques de superficie argelinos se produjo cuando un submarino de Israel clase Dolphin fue detectado por medios pasivos, luego rastreado por las fuerzas de Argelia y obligado a salir a la superficie en aguas internacionales a los efectos de impedir que fuera atacado[9].
Las respectivas rivalidades entre Turquía y Grecia y entre Turquía e Israel también deben ser tenidas en cuenta. A ellas debe sumarse el juego ambiguo del gobierno de Ergodan que por un lado es miembro de la OTAN —aunque con características propias ya que no solo condicionó a la alianza acerca de la incorporación de Suecia y Finlandia sino que también ha desafiado a Estados Unidos con la compra de los sistemas ruso de defensa aérea S-400 y ha tenido divergencias respecto de los aviones F-35 ya que Washington suspendió a Turquía en ese proyecto— y, por otro, se acerca a Putin en momentos en que se enfrenta a la OTAN.
La presencia británica tampoco debe ser soslayada. La base de Gibraltar y otras en el Mediterráneo, como en Chipre (bases de inteligencia), siempre se mantienen muy activas.
En este marco no puede desestimarse la proximidad de Medio Oriente y un incremento de la tensión entre Israel e Irán, además de la inestabilidad en Siria, El Líbano y los enclaves palestinos de Gaza y Cisjordania, que recientemente tuvieron nuevos enfrentamientos con Israel. A ello se suma el conflicto de Yemen, detrás del cual están Arabia Saudí e Irán. Aquí es necesario destacar que por una mediación de China, el 10 de marzo de 2023 los gobiernos de Riad y Teherán anunciaron que habían llevado a cabo negociaciones que permitirían el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, algo que no ha caído bien en Washington ni en Tel-Aviv.
Del mismo modo, debe considerarse la reactivación del conflicto en Georgia con manifestaciones en contra del gobierno por su decisión de controlar los aportes a las ONGs a partir de una ley sobre «agentes extranjeros» que, según Bruselas, era incompatible con los valores europeos. En realidad, se trata de un escenario similar al de Ucrania en su intento de incorporarse a la UE. Nuevamente cobra protagonismo quien fuera líder de la «Revolución de las Rosas» en noviembre de 2003, que llevó a la dimisión de Eduard Shevardnadze: Mijail Saakashvili. Presidente de Georgia por dos períodos tras la caída de Shevardnadze, luego establecido en Ucrania cuando se le impidió acceder a un tercer mandato presidencial, colaborador en la campaña presidencial de Petró Poroshenko —quien le otorgó la ciudadanía ucraniana y lo nombró gobernador del oblast de Odessa, hasta que renunció y denunció por corrupción a Poroshenko, quien luego le quitó la ciudadanía y fue enjuiciado y absuelto por un tribunal de Kiev—, profesor invitado en una universidad de Estados Unidos, luego gran impulsor durante la campaña del actual presidente ucraniano Volodímir Zelensky, quien le ha restituido la ciudadanía ucraniania, regresó a Georgia —país que le retiró la ciudadanía cuando obtuvo la de Ucrania y le abrió una serie de causas por corrupción y asesinato— donde actualmente está encarcelado, supuestamente con una delicada situación de salud, por lo que fue enviado de la cárcel a un hospital. Desde la prisión y desde el nosocomio no solo incentiva las protestas sino que también manifiesta que la victoria de Ucrania sobre Rusia es «inevitable». Cabe recordar que durante su gobierno, Georgia perdió una guerra contra Rusia en 2008.
Nuevamente las aguas se agitan en el Cáucaso meridional, pues además de Georgia, Armenia toma distancia de Rusia. Luego de la breve guerra con Azerbaiyán por el control del enclave de Nagorno-Karabaj, en 2020, Armenia recurrió a su aliado ruso para frenar las pretensiones azeríes y turcas de expulsar a los militares armenios del enclave. Recientemente las tropas rusas, que obran de garantes del alto el fuego, no cumplieron con las expectativas del gobierno de Ereván debido a que no lograron impedir que los azeríes cortaran el único paso que une Nagorno-Karabaj con Armenia, lo que ha sometido al enclave a un bloqueo y casi provocado una crisis humanitaria. El gobierno armenio se autopercibe defraudado ante la débil respuesta de Rusia. La situación se ha agravado en marzo de 2023 debido a las presiones que Azerbaiyán está ejerciendo sobre Armenia, incluso desplazando unidades militares hacia la frontera, lo que ha llevado a que Irán hiciera lo propio desplazando material militar pesado hacia la frontera con Azerbaiyán y advirtiendo que Irán podría respaldar a Armenia frente a una posible agresión de Azerbaiyán. Por su parte, el gobierno azerí mantiene excelentes relaciones con Turquía e Israel, país este último que le provee de armamentos.
Escenario Ártico
En gran medida este escenario cobra relevancia a partir del cambio climático y la desaparición del hielo en el Polo Norte, lo que hace que el océano Ártico devenga en un mar navegable, poniendo sobre la mesa las disputas territoriales y la mira de los diversos actores sobre los recursos naturales y energéticos de ese gran espacio: la pesca, el petróleo, el gas y los minerales.
Los principales actores en este escenario son Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Noruega y Rusia. La apertura de nuevas rutas de navegación ha dado lugar al establecimiento de más puertos en Siberia, acorta las travesías y evita la necesidad de utilizar otros pasos, como los canales de Panamá y Suez.
Escenario regional: América del Sur
La región se encuentra, desde lo ideológico, con una fuerte inclinación hacia la izquierda y al autoritarismo. Siguiendo la tendencia mundial, pero siempre con una mayor profundización, la democracia va perdiendo fuerza en nuestros países.
A los Estados bajo gobiernos de izquierda en 2022 se han sumado Chile, a cuya presidencia llegó Gabriel Boric, y Colombia, con la asunción de Gustavo Francisco Petro Urrego, político y economista colombiano con un pasado guerrillero en el M19. Es fundador del partido político Colombia Humana y líder de la coalición política Pacto Histórico.
El Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Iván Danilo Rueda, anunció el 12 de agosto de 2022 desde La Habana que su país dará los pasos necesarios para reiniciar los diálogos de paz con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Petro muestra una buena sintonía con Cuba y Venezuela. El nuevo presidente ha decidido normalizar la relación de Colombia con Venezuela y ambos gobiernos han nombrado embajadores. Maduro designó como nuevo embajador ante Colombia a Félix Plasencia, quien fue canciller de Venezuela y embajador de ese país en China. Plasencia dejó el cargo el 14 de diciembre de 2022, cuando se convirtió en el nuevo secretario general de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TC). En su lugar ha sido designado el general retirado Carlos Eduardo Martínez[10]. Por su parte, Petro nombró al ex senador Armando Benedetti como embajador de su país en Venezuela.
Oportunamente, Petro recibió el apoyo de los partidos miembros del Foro de São Paulo (FSP), los que en mayo de 2022 rechazaron las amenazas contra su vida en momentos en que había tenido que suspender su agenda de campaña ante la ausencia de garantías para el ejercicio de la oposición política en ese país.
Para los miembros del FSP, Gustavo Petro constituía «una esperanza para un cambio democrático en Colombia, que instalaría un gobierno popular, para la defensa de la paz y las transformaciones en favor del pueblo colombiano. Ante su llegada al gobierno los lazos entre Petro y el FSP se han fortalecido, radicalizando las posiciones de la izquierda en nuestros países.
Uruguay y Paraguay son los países que aún se encuentran ideológicamente al margen de la tendencia izquierdista, al que se ha sumado Perú con la asunción —el 7 de diciembre— de Dina Boluarte a la presidencia tras una traumática situación que se produjo a partir de la salida del gobierno del izquierdista Pedro Castillo, situación que mantiene en vilo al país y que ha ocasionado numerosas muertes en enfrentamientos.
Las elecciones llevadas a cabo en Brasil el 2 de octubre de 2022 llevaron nuevamente al gobierno al izquierdista Inácio «Lula» da Silva, lo que ocasionó fuertes tensiones debido a que los partidarios del anterior presidente Jair Bolsonaro consideraron que hubo fraude. En enero, tras su asunción en Brasilia, una enorme protesta de la oposición puso en evidencia la gran polaridad que atraviesa la sociedad brasilera.
A este escenario en el que predomina la izquierda debe añadirse Nicaragua con la dictadura de Daniel Ortega y su enfrentamiento con los miembros de la Iglesia Católica, el retiro de la ciudadanía a sus opositores —que fueron enviados a Estados Unidos— y el cierre de medios de comunicación e instituciones.
El avance de la izquierda no solo está favoreciendo el incremento del narcotráfico y del crimen organizado en la región sino que también está profundizando los procesos de fragmentación en ciertos países como Bolivia (Santa Cruz), Chile y Argentina.
El sistema internacional atraviesa un delicado equilibrio pues se encuentra en un «momento bisagra» en el que los actores del juego geopolítico forcejean y se miden a los efectos de estudiar las reacciones de los adversarios.
A diferencia de otros «nuevos órdenes mundiales» de la historia, en el que los protagonistas en general eran los mismos actores menos o más alguno que perdía o ganaba en este juego, este «nuevo orden mundial» promete ser diferente pero sin duda será traumático. Quiérase o no, el mundo se encuentra atravesando una Tercera Guerra Mundial en el que la guerra híbrida y la guerra proxy están sobre la mesa. El conflicto de Ucrania claramente es una guerra proxy, es decir una guerra subsidiaria o guerra por delegación mediante la cual un Estado combate a otro Estado, pero en lugar de usar sus propias fuerzas militares emplea las fuerzas de otro Estado o incluso una fuerza inorgánica en vez de enfrentarse directamente. En este caso puntual pueden considerarse tanto el Batallón de Azov como el Grupo Wagner. No obstante, algunos no la reconocen como guerra proxy.
La angloesfera y más precisamente el gobierno de Estados Unidos expresa en todo momento que puede que Rusia y China estén poniendo en peligro el orden mundial, pero en realidad se trata de «su orden mundial», del orden mundial que han venido construyendo durante el siglo XX. Inexplicablemente, los líderes europeos continúan alineados con la angloesfera perjudicando económicamente y socialmente a sus respectivos pueblos y países. El conflicto con Ucrania, que como he mencionado no se originó el 24 de febrero de 2022 sino en 2014 con la guerra civil ucraniana entre el gobierno central y las provincias separatistas, fue agudizándose ante la mirada hacia otro ángulo por parte de los miembros de la Unión Europea. Lejos de haber intentado evitar la confrontación, primero pecaron por omisión y luego alimentaron el conflicto con Rusia, siguiendo a pies juntillas las directivas que emanaban desde Washington y Londres. Luego de la ocupación de los territorios por parte de Rusia, avanzaron suministrando armas pero nunca procurando un proceso de paz. Las industrias de armas y las empresas energéticas que no abastecían —al menos en un alto porcentaje— a Europa encontraron un gran negocio. La angloesfera, como ya lo he expuesto anteriormente en otros artículos, maneja a Europa desde la Primera Guerra Mundial[11] y la puso bajo un mayor control a partir de la Segunda Guerra Mundial[12].
La dependencia europea del petróleo y del gas ruso tenía sus beneficios para los europeos por su bajo costo, un proveedor cercano y el tendido de gasoductos. Rusia es parte de Europa aunque los europeos no lo hayan comprendido, pero siguieron las directivas de quienes no forman parte de Europa, Estados Unidos y el Reino Unido, país éste que nunca se sintió parte del continente y procedió oportunamente a implementar el Brexit para continuar «su juego» desde fuera. La UE, entonces, debió buscar alternativas para proveerse de energía, a un mayor precio de otros proveedores y adquiriendo gas natural licuado (GNL) de los Estados Unidos.
La UE ha dejado de lado a su vecino europeo, Rusia, y desde la implosión de la Unión Soviética en 1991 no ha sabido manejar independientemente de Washington y Londres su relación con Moscú. El equilibrio y la confianza que se estaban creando se quebraron con la expansión de la OTAN.
De este modo, acorralaron a Rusia y procedieron a hacer todo lo contrario que Estados Unidos hizo durante la Guerra Fría, es decir, mantener alejadas entre sí a Rusia y China mientras Washington mantenía relaciones con ambas. Ahora han empujado a Rusia hacia China y en esta visita de Xi Jinping a Moscú el líder chino manifestó que China y Rusia son «grandes potencias vecinas» y «socios estratégicos», además de invitar a Putin a visitar Beijing[13].
Por tanto, estamos asistiendo, como mencione ut supra, a un nuevo orden mundial en el que Occidente está perdiendo el liderazgo que se está desplazando hacia el Indo-Pacífico bajo el liderazgo de Rusia y China, al que otros países se irán sumando, como por ejemplo la India, obviamente Irán, y a partir de este rol mediador que asumió China, es probable que Arabia Saudí y otros países árabes hagan su opción. Ni hablar de los países africanos que recientemente han dado claras respuestas a los europeos, como el presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, a Emmanuel Macron, o como el presidente de Namibia, Hage Gaeingob, al embajador de Alemania ante su gobierno, Herbert Beck, quien se quejó por la presencia de ciudadanos chinos en el territorio namibio. Otros varios casos pueden mencionarse en África, como la expulsión del embajador francés de Malí.
La gravedad de la actual situación radica en que cuando un «imperio» peligra hará lo imposible por evitar su caída y si no lo logra arrastrará a otros en su derrumbamiento. Occidente, que ya no es un patrimonio exclusivo de Europa como bien plantea Giancarlo Elia Valori[14], y mucho menos ha resguardado los valores de la civilización cristiana ya que la angloesfera en realidad no ha compartido los valores cristianos que tenían los tradicionales países europeos, está perdiendo el protagonismo a escala global pero se encuentra manipulando hilos peligrosos para toda la humanidad en todos los escenarios mencionados.
Respecto de la Argentina, la situación es por demás crítica. La mediocridad de su dirigencia, gobierno y supuesta oposición, no comprenden la política internacional y solo se limitan a mantener o conquistar un espacio de poder en un país que transita hacia su disolución. Ni siquiera son capaces de obtener beneficios para el país de esta «situación bisagra» y un presidente que le ha dicho a Putin que la Argentina era la «puerta de entrada» a América Latina en vísperas de que el conflicto de Ucrania tomara otro rumbo, luego le entornó la puerta. Tampoco obtienen beneficio de China. Ponen en riesgo la soberanía nacional sin más. Mientras tanto desde Estados Unidos nos envían las instrucciones de qué pasos debemos —o no— dar.
Ni el gobierno argentino de entonces, ni los que le siguieron, ni los responsables de inteligencia comprendieron por qué en 2008 los Estados Unidos reactivaron la Cuarta Flota, dependiente del Comando Sur, para iniciar nuevamente el patrullaje en nuestros espacios marítimos circundantes. Tampoco comprendieron porque la angloesfera y la OTAN recuperaban la base de las Azores, prácticamente una década después. Supuestamente, a instancias del gobierno de Portugal. La intención es controlar el océano Atlántico, en lo que respecta —entre otros temas— a la piratería en ambos litorales y a la pesca ilegal, algo que claramente se encuentra presente en el Atlántico Sudoccidental.
Ante estos escenarios y movimientos, el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, sostiene que nuestro país está inmerso en una región de paz y sigue la línea de las últimas décadas de la democracia: no hay hipótesis de conflicto, a pesar de que tenemos nuestras islas del Atlántico Sur ocupadas por el Reino Unido —donde entrenan las fuerzas de la OTAN— proyectándose sobre nuestro sector antártico, boicoteando la provisión de equipamiento militar para nuestras Fuerzas Armadas pero abasteciendo de equipamiento a Chile. Una guerra proxy podría darse en la región, en la que sin duda nuestros países no se beneficiarán, porque en una confrontación armada nadie gana.
En este sentido, la situación es de una profunda gravedad en la Argentina, a saber:
En este marco es importante señalar el estado de indefensión de la Argentina y su incapacidad para proteger su Soberanía Nacional, sobre un territorio que corresponde a la octava extensión a escala mundial, con una superficie marítima extremadamente extensa e incapaz de controlarla por falta de recursos. Aún más grave es que los cuatro OPV —patrulleros oceánicos, Offshore Patrol Vessels— que se han comprado a Francia durante el gobierno del presidente Mauricio Macri, más aptas para la Prefectura Naval que para la Armada Argentina, suelen estar amarradas en la base de Mar del Plata en lugar de patrullando nuestro mar territorial. La realidad es que no navegan por motivos presupuestarios pero si navegaran el Estado Nacional evitaría el robo de miles de millones de dólares anuales debido a la pesca ilegal.
Por otro lado, se ha detectado un número creciente de vuelos entre el Reino Unido y las Malvinas, en general vía Dakar (Senegal), y entre las Malvinas y el sur de Chile, Punta Arenas. Muchos de estos vuelos apagan sus transponder cuando sobrevuelan territorio argentino o en proximidades del mismo. Recientemente se ha informado acerca de cinco violaciones del espacio aéreo argentino por parte de aviones de Chile pero el número de estos hechos es muy superior.
Todos estos antecedentes deben ser tenidos en cuenta para comprender los actuales movimientos en el sur del continente, con aviones de la RAF que llegan a Malvinas, se desplazan entre las islas, el sur de Chile y la Antártida.
En resumen, el escenario global es de alta volatilidad debido a que la angloesfera se encuentra operando claramente en estos escenarios regionales:
En este marco, debe tenerse en cuenta que de escalar un conflicto entre Rusia y/o China con la angloesfera, es altamente probable que se proyecte sobre el Atlántico Sur. En el caso de un conflicto en el que participe China, las posibilidades serían mayores, dado los pasos bioceánicos que comunican al Atlántico Sur con el Pacífico pero principalmente con el Índico. Asimismo debe tenerse en cuenta que en la provincia de Neuquén se encuentra la Estación China del Espacio Lejano[17]. Por otro lado, cualquier conflicto de gravedad en el hemisferio norte implicará, al menos, un desplazamiento de migraciones hacia el hemisferio sur.
Sin duda que el fortalecimiento de la presencia británica en el Atlántico Sur está orientada a:
En este sentido, el Conflicto del Atlántico Sur o Guerra de Malvinas (1982) puede considerarse la primera guerra por la Antártida y debe recordarse que el Tratado Antártico prescribe en 2048. Los tiempos se acortan y la dirigencia argentina no toma conciencia de lo que ello implica al seguir debilitando a las Fuerzas Armadas inspiradas por un odio visceral basado en lo ideológico.
La Argentina ante este estado de indefensión, debe considerar que es altamente probable que le impongan un conflicto armado que lleve a la pérdida de la Patagonia además de las ya usurpadas islas del Atlántico Sur.
En función de ello, urge tomar las medidas correspondientes para revertir la actual situación, lo que implica:
Las «buenas intenciones» de reabrir la X Brigada en Río Gallegos y asignarle aviones Pampa III como dotación permanente a esa unidad, de crear la base Antártica en Ushuaia, una nueva unidad del Ejército en Tierra del Fuego y la instalación de un radar en esa provincia, son decisiones tardías que deben implementarse pero, de todos modos, son absolutamente insuficientes si no se procede a dotar a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas de Seguridad de los recursos necesarios para obrar en consecuencia, es decir, del material de guerra necesario para enfrentar potenciales agresiones o conflictos.
Un radar podrá ser importante pero si no hay poder de respuesta de nada sirve.
* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.
Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.
Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).
Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.
Referencias
[1] «Angela Merkel: „Hatten Sie gedacht, ich komme mit Pferdeschwanz?”». Zeit, 07/12/2022, https://www.zeit.de/2022/51/angela-merkel-russland-fluechtlingskrise-bundeskanzler, [consulta: 15/12/2022].
[2] Klaus Wiegrefe. „Neuer Aktenfund von 1991 stützt russischen Vorwurf”. Der Spiegel, 18/02/2022, https://www.spiegel.de/ausland/nato-osterweiterung-aktenfund-stuetzt-russische-version-a-1613d467-bd72-4f02-8e16-2cd6d3285295.
[3] AFP, Adaptado por Adrián Olstein. «Moscú declaró que “mercenarios” israelíes luchan en Ucrania». Ynet Español (Israel), 04/05/2022, https://www.ynetespanol.com/global/israel/article/hys8nbeiq, [consulta: 10/05/2022].
[4] Suzan Fraser y Jari Tanner. «Erdogan: Suecia no entrará en OTAN si deja quemar el Corán». AP, 01/02/2023, https://apnews.com/article/noticias-b01b0dda545ea5b49b68283f8df34459, [consulta: 04/02/2023].
[5] «Marcelo de los Reyes: “No es el primer incidente de Pelosi con China, y los chinos la conocen bien”». Entrevista realizada por Mauro Senesi para Conectando Fronteras por LU3 AM 1080, Bahía Blanca, https://www.youtube.com/watch?v=nswN0-cxH08&t=5s
[6] «China advierte sobre la cooperación en submarinos nucleares de Australia, Reino Unido y Estados Unidos». La Razón, 18/03/2023, https://www.la-razon.com/mundo/2023/03/18/china-advierte-sobre-la-cooperacion-en-submarinos-nucleares-de-australia-reino-unido-y-estados-unidos/, [consulta: 19/03/2023].
[7] Ídem.
[8] Ídem.
[9] «Incidente entre un submarino Israelí y submarinos y buques de superficie argelinos». Snorkel (Comunidad Submarinista Latinoamericana), 03/10/2021, https://www.elsnorkel.com/2021/10/Incidente-entre-un-submarino-Israeli-y-submarinos-y-buques-de-superficie-argelinos.html#:~:text=produjo%20un%20incidente.-,Un%20submarino%20israel%C3%AD%20de%20la%20clase%20Dolphin%20fue%20detectado%20por,internacionales%20y%20abandonar%20el%20%C3%A1rea.&text=El%20Dolphin%20fue%20detectado%20por,de%20un%20submarino%20Kilo%20argelino, [consulta: 10/12/2021].
[10] «El general (r) que llega a dirigir la Embajada de Venezuela en Colombia». Cambio, 16/02/2023, https://cambiocolombia.com/internacional/el-general-r-que-llega-dirigir-la-embajada-de-venezuela-en-colombia, [consulta: 20/02/2023].
[11] Marcelo Javier de los Reyes. «Visiones geopolíticas contrapuestas. Un siglo de pérdida de iniciativa europea (primera parte)». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 18/11/2020, https://saeeg.org/index.php/2020/11/18/visiones-geopoliticas-contrapuestas-un-siglo-de-perdida-de-iniciativa-europea-primera-parte/ .
[12] Marcelo Javier de los Reyes. «Visiones geopolíticas contrapuestas. Un siglo de pérdida de iniciativa europea (segunda parte)». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 19/11/2020, https://saeeg.org/index.php/2020/11/19/visiones-geopoliticas-contrapuestas-un-siglo-de-perdida-de-iniciativa-europea-segunda-parte/ .
[13] «Xi invita a Putin a visitar China: «”Somos grandes potencias vecinas”». Deutsche Welle, 21/03/2023, https://www.dw.com/es/xi-invita-a-putin-a-visitar-china-somos-grandes-potencias-vecinas/a-65058324?maca=es-Twitter-sharing, [consulta: 21/03/2023].
[14] Giancarlo Elia Valori. «El concepto de occidentalización». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 17/03/2023, https://saeeg.org/index.php/2023/03/17/el-concepto-de-occidentalizacion/ .
[15] Marcelo Javier de los Reyes. «El collar de perlas británico en el Atlántico Sur. Una amenaza a la seguridad regional». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG), 16/04/2016, https://saeeg.org/index.php/2016/04/
[16] «Se reactiva la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur». Cancillería Argentina, 31/07/2021, Información para la Prensa N° 290/21, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/se-reactiva-la-zona-de-paz-y-cooperacion-del-atlantico-sur.
[17] Marcelo Javier de los Reyes. «La Estación china de Espacio Lejano en Neuquén, Argentina». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 19/09/2016, https://saeeg.org/index.php/2016/09/19/la-estacion-china-de-espacio-lejano-en-neuquen-argentina/.
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