Agustín Saavedra Weise*
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El 12 de agosto de 2011 publiqué un artículo llamado Kennedy y los gnomos de Zurich. Pasados 19 años, esos figurativos “gnomos” siguen haciendo de las suyas. Hoy en algunos lugares se los llama de otra manera, pero siempre son los mismos y actúan en las principales urbes, no solo en la ciudad suiza que les dio su nombre. Washington, Nueva York, Los Ángeles, Moscú, San Petersburgo, Beijing, Shangai, Paris, Londres, Berlín, etc., detentan grupos de poder vía líderes políticos y ejecutivos de sus grandes empresas transnacionales. Forman un conjunto multiforme que actúa sutilmente silencioso, como si el planeta y sus inmensos recursos le perteneciera.
La frase “Gnomos de Zurich” la divulgó el ex Primer Ministro británico Harold Wilson en los años 50 del siglo XX. Usó la expresión para referirse a la forma oculta en que los banqueros suizos de Zurich —centro financiero de alcance mundial— especulaban, agigantando o aminorando las crisis de turno en función de sus intereses. Pasados los años, el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy popularizó mundialmente la expresión al referirse explícitamente —en uno de sus últimos discursos de 1963— a los gnomos de Zurich. En esa oportunidad, Kennedy englobó en el apelativo a poderes ocultos de nivel planetario que deberían ser develados, por traficar con crisis internacionales o creándolas a su gusto cuando así les convenía. Con el tiempo, la expresión gnomos de Zurich pasó a formar parte de varias teorías conspirativas, algunas extremas y alejadas de la realidad, otras no tanto. Lo que quiso decirnos Kennedy quedó en el misterio por su trágica muerte en noviembre de 1963. Es más, muchos piensan que fue asesinado para que no revele nombres ni fuentes de esos misteriosos personajes.
El 20 de enero de 1960, el general Dwight Eisenhower al dejar el mando presidencial (justamente en manos de Kennedy) durante su discurso de despedida acusó a un “Complejo Industrial-Militar” de conspirar y manipular la economía. Esos poderosos eran sin duda parte de los gnomos de Zurich, élite privilegiada que controla los resortes que generan guerras, amén de otros factores geopolíticos y económico-sociales.
Y podemos pasar en el presente a otra grave crisis planetaria que nos acosa: el Covid-19. Hasta el momento, no se puede afirmar 100% que el Coronavirus se desarrolló autónomamente o si fue gestado en laboratorio. Tampoco se puede afirmar por completo que nació en China; otros dicen que fue trasladado allí y, en fin, hasta que no se sepa la verdad verdadera (si eso ocurre algún día) solo podemos especular que todo lo gestado y por gestarse viene de la mano de los gnomos de Zurich, tal vez con la idea de recomponer el orden mundial una vez se mitigue la pandemia. ¿Teoría conspirativa? Sin duda alguna, pero no muy alejada de la realidad y de los días que vendrán en la etapa post pandemia. Al final, llámense gnomos de Zurich, duendes, capitanes y reyes o como quieran denominarse hoy, reitero que convivimos con empresas y poderosos que regulan aspectos fundamentales del planeta. Los tales gnomos se mueven en función de intereses y potenciales beneficios, reviente quien reviente, caiga quien caiga; ese grupo de poder planifica procesos al milímetro. Desde esta nuestra Bolivia periférica y emergente, debemos estar siempre alertas ante las movidas de los gnomos de Zurich, que está visto sí existen, no son fábulas.
*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com
Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/175334_los-gnomos-de-zurich-y-el-orden-mundial
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