Susana B. García*
Desde comienzos del 2022 el conflicto entre Rusia y Ucrania acapara casi toda la atención internacional, volviendo a colocar en la mesa de académicos y analistas la discusión sobre qué es y qué no es “ciberguerra”. Todo ello a la luz del rol que desempeñan las acciones de los actores antagónicos en el ciberespacio o de la interpretación que se haga de ellas. Algunos expertos[1] señalan incluso que la invasión rusa a Ucrania puede convertirse en la primera experiencia real de una verdadera “ciberguerra”[2].
Y en este punto son muchos los que tienen la falaz impresión que estas “ciberacciones” sólo se están produciendo en un territorio determinado y sólo están protagonizadas por dos únicos actores.
Sin embargo, como admitiría cualquier experto en relaciones internacionales, existe una multiplicidad de espacios geofísicos en conflicto[3], con o sin declaraciones altisonantes y/o tambores de guerra, pero en ebullición permanente.
En esos territorios ya identificados o incluso en otros que aún no lo están, los eventos que tienen lugar en el ciberespacio —ese espacio inconmensurable para algunos y que permea a los espacios tradicionales más fácilmente asequibles por el común de la gente— merecen la debida atención. Caso contrario correremos el riesgo de creer casi ingenuamente que lo que algunos denominan “ciberguerra” sólo toma cuerpo en vísperas de o durante el desarrollo de un conflicto armado.
Otro de los aspectos sensibles, que con frecuencia se malinterpretan, es que estas “ciberacciones” se inician poco tiempo antes de la escalada de hostilidades diplomáticas y/o militares. Es probable que algunos recuerden acontecimientos más recientes como los ciberataques que provocaron los cortes de energía eléctrica en Ucrania en 2015/16 y o el de NonPetya en 2017 que afectó a las redes gubernamentales ucranianas. Pero muchos olvidan que Rusia viene ajustando su “ciberestrategia” contra Ucrania desde hace más de 20 años.
En el ciberespacio varios factores coadyuvan a un estado de confusión y desinformación permanente. Por un lado la vorágine cuanti/cualitativa de incidentes perpetrados por una masa polimórfica de actores embanderados en intereses comunes o disímiles. Y por otra, la falta de definiciones internacionalmente aceptadas de los “ciber-términos” que se acuñan para relacionarlos con eventos y actores del mundo físico. Todo ello en su conjunto contribuye a dificultar la comprensión de eventos hipercomplejos como el caso ruso-ucraniano o a desconocer el delicado entramado de otros como en el caso turco-iraní.
No debemos olvidar que las operaciones de “ciberespionaje”, cuyo foco está puesto en aras de objetivos estratégicos de largo plazo más amplios, se realizan por mandato de los gobiernos que poseen “cibercapacidades” maduras y continúan de manera persistente, muy a pesar de los eventos geopolíticos que llenan los titulares mediáticos. Insistimos, estas operaciones se inician mucho tiempo antes que suenen los tambores de “ciberguerra”.
En los últimos años se ha observado una gradual escalada de Irán dentro de su persistente campaña de “ciberataques” al sector público y privado de Turquía. Estos ataques habrían sido ejecutados, según expertos en ciberseguridad, por hackers patrocinados por el gobierno iraní. Desde fines del 2021 esta tendencia comenzó a cobrar mayor intensidad.
Turquía no es uno de los países que se destaque por sus capacidades en ciberseguridad. Recién en febrero de 2020 inauguró su primer Centro Nacional de Ciberseguridad en Ankara y hacia fines de ese mismo año lanzó su primer plan estratégico en la materia para el período 2020-2023.
Y no es que no haya sido víctima de ciberataques, en realidad el gobierno turco se jacta de haber detectado más de 300.000 intentos de hackeo[4] en los últimos tres años con software de desarrollo nacional. En 2020 Turquía fue uno de los países que presentó el mayor índice de aumento de ciberataques a nivel mundial[5], que totalizaron 102 incidentes en los primeros 10 meses. Los sectores más afectados fueron el tecnológico, e-commerce, público, finanzas, energía y salud.
En marzo 2021, Yemeksepeti, el principal sitio web de delivery online de productos alimenticios en Turquía con más de 19 millones de clientes, fue objeto de un ciberataque que resultó en el robo de información personal de una cantidad no revelada de clientes. Meses más tarde robaron información de cerca de 1 millón de personas en el municipio turco de Konya, en la región central del país, y en julio dos de las principales instituciones bancarias no pudieron operar durante varios días aunque las autoridades turcas negaron la relación de este incidente con un ciberataque y aseguraron que los datos personales de sus clientes no fueron puestos en riesgo.
Pero como bien saben, en el ciberespacio se cuecen habas en todas partes. También en Irán han aumentado los “ciberincidentes”. A fines de enero 2022 la cadena nacional de radio y TV IRIB (Islamic Republic of Iran Broadcasting), así como a los canales afiliados al gobierno, Koran Channel, Radio Javan Radio Payam fueron víctimas de ciberataques que emplearon un malware (software malicioso) con capacidad de borrar archivos.
La transmisión de los mencionados canales fue también interrumpida y en su reemplazo transmitieron imágenes[6] de los dos líderes del Movimiento Mujahedin-e-Khalq (“Luchadores del Pueblo” o MeK), Maryam y Massoud Rajavi, además de una imagen del Ayatolá Khamenei cruzada con líneas rojas y la leyenda: “Salve Rajavi, muerte a Khamenei!”.
La firma Check Point analizó los ataques pero no pudo definir una atribución determinada. Según el gobierno iraní los autores provenían del Movimiento MeK, una organización que llegó a estar en las listas de terrorismo de EEUU y de la UE, o que incluso se presentara como una “opción democrática” para Irán. Los Mek no tienen grandes apoyos en Irán, donde son acusados de cooperar con Occidente e Israel, pero cuentan con amigos poderosos fuera de allí y tienen acceso a las redes de disidentes exiliados. Por supuesto los representantes de esta organización negaron su involucramiento en este “ciberincidente”.
Irán también acusó al grupo insurgente “Jaish al-Adl” pero finalmente un grupo autodenominado Predatory Sparrow[7] se adjudicó la autoría no sólo de este incidente sino de algunos de los principales ataques de 2021. Cabe entonces recordar que en julio 2021 un ciberataque al sistema ferroviario iraní fue provocado por el malware Meteor y no por ransomware cómo se había informado inicialmente. También en septiembre y octubre 2021 Irán fue víctima de otros dos ciberataques que adquirieron notoriedad en los medios. Uno de ellos afectó el sistema nacional de distribución de combustible dejando sin servicio a cientos de terminales en territorio persa. El otro fue dirigido a Mahan Air, la principal línea de aeronavegación comercial en Irán.
El gobierno iraní dirigió sus acusaciones a sus antagonistas tradicionales como EEUU e Israel, señalándolos como facilitadores. Pero algunos expertos sugirieron que no debía descartarse el accionar de diferentes grupos de piratas informáticos integrados por disidentes iraníes con base en territorio turco y hackers turcos en estos incidentes. Más recientemente otras fuentes consignan que las TTP (técnicas, tácticas y procedimientos) utilizadas son similares a las empleadas por el grupo disidente “INDRA” en campañas contra empresas privadas en Siria.
Según los investigadores[8], las TTP analizadas demostraron que los “ciberatacantes” eran jugadores de nivel intermedio ya que sus componentes operacionales alternaban entre elementos rudimentarios y otros más avanzados. También registraron cierta redundancia entre los diferentes componentes del ataque, característica ésta que sugeriría una distribución mal coordinada de responsabilidades entre los diferentes equipos participantes, además de reconocer que los archivos eran desplegados de manera torpe y detallada y “definitivamente impropia de ‘cibertacantes’ avanzados».
Infografía de ataques en Irán 2021-2022
Justo es reconocer que las devoluciones de gentilezas cibernéticas entre ambos países son de larga data y algunos episodios han revestido cierto grado de gravedad. Recordemos que en 2015 se responsabilizó a Irán del “blackout” (corte de energía generalizado) que afectó a Ankara y a otras importantes ciudades turcas, dejando a cerca de 40 millones de personas sin servicio eléctrico.
Como ocurre también muchas veces en el quinto dominio, las preguntas relacionadas a las operaciones que allí ocurren encuentran alguna explicación, también en los medios digitales.
En marzo de 2019 alguien bajo el seudónimo de “Lab. Dookthegan” publicó en su cuenta de Telegram el código fuente de seis herramientas de hacking[9] (Glimpse/Boundwater, PoisonFrog, HyperShell, High Shell, Fox Panel y Webmask – principal herramienta detrás de DNSpionage) que empleaba el APT 34 (también conocido como Oilrig o Helix Kitten), una de las organizaciones de élite iraní de “ciberespionaje”. La información filtrada también incluía un listado de 66 víctimas principalmente de países de Medio Oriente, pero también en África, Asia y Europa. En ese listado figuraban víctimas vinculadas al sector energético de Turquía, a la aerolínea Etihad Airways y a una empresa petrolera de Emiratos Árabes Unidos. OilRig ha estado activo desde 2014 y dirige sus acciones contra organizaciones gubernamentales, militares, financieras, así como a empresas de energía y telecomunicaciones en Medio Oriente y China.
A principios del 2020, el grupo conocido como APT 35 (Phosphorous, Charming Kitten o Ajax Security Team) fue sindicado como el responsable de campañas de phishing contra víctimas de alto riesgo en varios países, incluida Turquía.
Sin embargo, aunque Lab Dookthegan ya lo había mencionado en su filtración de Telegram, los nuevos incidentes en Turquía están siendo atribuidos por los especialistas al grupo denominado Muddywater, un nuevo actor en la escena para quienes no viven en Medio Oriente.
Recién en 2019 aparece información sobre este grupo no sólo en Telegram sino en la Darknet. Si bien no publicaron sus herramientas, como en el caso de Oilrig, difundieron capturas de pantalla[10] que demostraban que Turquía era el destino elegido para sus ataques. Algunos de sus blancos fueron Koç Savunma, una empresa que provee soluciones informáticas al sector de defensa turco, y Tubitak Bilgem, un centro de investigación en seguridad de la información.
MuddyWater, también conocido como ITG7 entre otras varias denominaciones, es un grupo que ha estado activo en realidad desde 2017 en los países de Medio Oriente. Entre febrero 2018 y abril de 2019 ejecutaron una serie de campañas de phishing a personas vinculadas al gobierno, a organizaciones educativas y financieras, empresas de telecomunicaciones y del sector de defensa en Turquía, Afganistán, Irak, Azerbaiyán y en el mismísimo territorio iraní. Cabe señalar que 80 de los 131 ataques estuvieron dirigidos al sector de telecomunicaciones y servicios IT, principalmente en Pakistán y Turquía.
El grupo emplea una puerta trasera propietaria basada en PowerShell, llamada POWERSTATS, que le permite recolectar información sobre cuentas locales y de dominio, servidores, direcciones IP internas y externas, ejecutar código remoto, descargar y subir archivos mediante C&C (comando y control), desplegar contramedidas si detecta acciones de análisis de malware, deshabilitar las funciones de protección de Microsoft Office, borrar archivos de discos locales y tomar capturas de pantalla entre otras funciones.
Según informan en Sentinel Labs[11], expertos en “CiberInteligencia”, el análisis de las actividades de este grupo sugiere que si bien recurren a “ciberherramientas” ofensivas que se encuentran disponibles online, han comenzado a dotar de mayor complejidad y precisión a su habitual conjunto de técnicas y tácticas para evitar ser detectados. Su transformación a “ciberamenaza” puede ejemplificarse con tres hitos: la evolución de la familia de malware PowGoop, el uso de herramientas de tunneling ( para eludir los firewalls, o para establecer un canal de comunicación cifrado y difícil de rastrear entre dos computadoras sin interacción directa de la red) y la afectación de servidores Exchange en organizaciones de alto valor.
En enero 2022 EEUU subió la vara y su Ciber Comando atribuyó la actividad de este grupo al Ministerio de Inteligencia de Irán (MOIS)[12].
Según el Servicio de Investigación del Congreso norteamericano, el MOIS “realiza vigilancia interna para identificar a los opositores al régimen. También vigila a los activistas contra el régimen en el extranjero a través de su red de agentes ubicados en las embajadas de Irán”.
Pero los expertos de SentinelLabs se excusaron de suscribir a esta atribución, aclarando que la atribución a un gobierno particular sólo pueden hacerla los gobiernos que cuentan con un aparato poderoso y avanzado de inteligencia de señales multifuente.
Otros investigadores, CISCO Talos reconoce las TTP de MuddyWater por el predominio de scripting en sus cadenas de infección empleando lenguajes como PowerShell y VIsual Basic.
Symantec por su parte señala que sus ataques se caracterizan por emplear la herramienta customizada Powermud combinada con scripts PowerShell, LaZagne y Crackmapexec. El grupo emplea un repositorio GitHub para guardar malware y otras herramientas disponibles online para después customizarlas previo a cada ataque.
Una característica del grupo MuddyWater que sorprendió a los investigadores fue su especial dedicación a tareas de “ciberinteligencia”; por ejemplo monitorear todos los informes de gobierno y de expertos en el área de ciberseguridad que se publican y que se refieren a ellos. Por ejemplo tienen una cuenta de Twitter que “sigue” a los investigadores de ciberseguridad que publican datos sobre el grupo. Una vez identificadas las fuentes de interés, despliegan técnicas de “cibercontrainteligencia”: comienzan a plantar falsas banderas para despistar a los investigadores. En los primeros ataques por ejemplo confundieron a los investigadores al emplear DNS Messenger, que generalmente se asocia al grupo chino FIN7. En otros ataques llegaron incluso a introducir caracteres chinos en el código.
Pero lo más desconcertante fue descubrir que les gusta dejar mensajes a los expertos[13] en ciberseguridad, una práctica más vinculada al hacktivismo. En 2019 Kaspersky Lab los rankeó en tercer lugar como “ciberamenaza”, y parece que esta calificación afectó su ego. En represalia cargaron un exploit en YouTube que desactivó el antivirus de esa plataforma, provisto por Kaspersky. Llegaron incluso a dejar un mensaje para los investigadores, por si quedaba alguna duda de su “peligrosidad”. Algo similar ya le había ocurrido a los expertos de Trend Micro cuando estaban investigando las actividades del grupo en Turquía, Pakistán y Tayikistán en 2018.
En noviembre 2021 CISCO Talos designó a este grupo como MERCURY, en oportunidad del ciberataque a TÜBITAK, el Consejo de Investigación en Ciencia y Tecnología de Turquía. En diciembre 2021 IBM Security X-force le atribuyó el empleo de la puerta trasera Aclip que se aprovecha de la API de la plataforma Slack para filtrar comunicaciones encubiertas y robar información de reserva de vuelos de una aerolínea no identificada, pero que algunos señalan como de origen turco.
MuddyWater es, según fuentes norteamericanas, un elemento clave en el aparato de ciberespionaje iraní. El grupo habría mantenido un esfuerzo persistente durante varios meses en 2019 para infiltrarse dentro de las redes gubernamentales de Turquía, Jordania e Irak. Este laborioso esfuerzo continuó incluso después que un drone norteamericano matara al general del IRGC Qasem Soleimani en enero 2020. El grupo también habría intentado penetrar organizaciones norteamericanas pero no existe información pública sobre estos hackeos.
La selección de las víctimas y la similitud en los códigos analizados y documentados en informes públicos[14] sugieren que la autoría de esas campañas se corresponden con el actor Cobalt Ulster, también conocido como Muddywater, Seedworm, TEMP.Zagros o Static Kitten, vinculado al gobierno de Irán.
Los incidentes más recientes registrados en Turquía incluyen como vectores de infección el empleo de documentos adjuntos en formato PDF o Microsoft Office incluidos en campañas de phishing. El nombre de estos archivos infectados se encuentra en idioma turco por lo que fueron recepcionados como documentos legítimos provenientes de los Ministerios de Interior y Salud de Turquía. Mediante una táctica conocida como “Web bug”, estos enlaces maliciosos son utilizados por los ciberatacantes para saber cuando estos documentos son abiertos por la víctima. Una vez logrado el acceso inicial, se inicia la silenciosa tarea de recolectar información sensible y relevante de esas redes informáticas.
En los últimos dos años parece haber surgido evidencia suficiente en los círculos profesionales de ciberseguridad para determinar que la dirección que sigue la trayectoria cibernética del Grupo MuddyWater son las redes gubernamentales, con el objeto de ejecutar acciones de “ciberespionaje” que responden a intereses iraníes, mediante el despliegue de ransomware y malware destructivo, así como el robar propiedad intelectual con gran valor económico.
Finalmente, los expertos coinciden que el accionar del Grupo MuddyWater obedece a tres propósitos:
Para los expertos israelíes, los ciberataques a Turquía podrían estar relacionados con las acusaciones que Ankara hizo públicas sobre la actividad de inteligencia iraní en el país, dirigida a disidentes. Recordemos que recientemente la inteligencia turca desmanteló un plan iraní para secuestrar a Yair Geller[15], un empresario turco-israelí con inversiones en la industria de defensa. Las especulaciones giran en torno a que el secuestro fue un acto de represalia de Irán por la muerte del científico nuclear iraní Mohsen Fakhrizadeh[16], considerado el padre del programa de armas nucleares del país persa, en 2020.
Pero para otros expertos, estas acciones podrían ser tan sólo una evidencia de la particular estrategia de “ciberdiplomacia” del gobierno de Hassan Rouhani.
La “ciberdiplomacia” es otro de los términos híbridos que han surgido frente al impacto que el avance de las tecnologías, así como los riesgos y amenazas derivados del empleo de las mismas, tiene en las relaciones en el sistema internacional. Una muestra de ello son las iniciativas que llevan a cabo los Estados para dar respuesta a los diferentes desafíos de ciberseguridad.
En la UE, por ejemplo, existe un marco de trabajo para la ciberdiplomacia[17] para protegerse contra las “ciberamenazas” procedentes de terceros países. Esta iniciativa pretende dotar a los países de la Unión con instrumentos alternativos de reacción frente a las “ciberacciones” de sus potenciales agresores. Entre ellos se encuentran los clásicos de cooperación y diálogo diplomático, además de medidas preventivas contra los ciberataques. Sin embargo las acciones de la UE se centran principalmente en imponer sanciones (otro de los clásicos diplomáticos) contra los “ciberatacantes”, o a quienes facilitaran su ejecución.
Sin embargo, algunos autores[18] sostienen que “ciberdiplomacia” no es lo mismo que “diplomacia digital”. Si bien la primera podría referirse a las herramientas diplomáticas disponibles (cooperación, diálogo, sanciones, etc.) para resolver cuestiones relativas al ciberespacio, la “diplomacia digital” recurriría al empleo de las herramientas digitales (redes sociales, y por qué no exploits, malware, etc) con fines diplomáticos. Ambos términos, al igual que sus definiciones, son incluso algunas veces intercambiados y de manera indistinta adoptados por los diferentes gobiernos, mientras continúan desarrollando capacidades cibernéticas ofensivas y defensivas a la carta.
La irrupción disruptiva del ciberespacio en la arena internacional está generando nuevas formas de cooperación, competencia y conflicto que no pueden analizarse con las teorías del pasado, particularmente en relación con algunos actores no tradicionales que se caracterizan por su comportamiento extremadamente ambiguo e impredecible como Irán y Corea del Norte[19].
Irán por ejemplo, uno de los cinco actores internacionales con mayor cantidad de operaciones ofensivas registradas en el ciberespacio, parece tener su propia agenda de “diplomacia digital”.
El Centro Nacional del Ciberespacio del gobierno de Irán ha resumido algunas de las “ciberpolíticas” del régimen de Rouhani[20], que puede darnos una idea de la autopercepción iraní.
“En los últimos 15 años, algunas normas se han vuelto vinculantes en la arena internacional y este proceso ha tenido lugar sin la presencia e incluso la participación efectiva de Irán. Este proceso, así como el diseño de nuevas reglas y normas vinculantes, puede en algunas ocasiones estar en conflicto con los intereses nacionales o internacionales de Irán. Esto no sólo afecta su soberanía, sino que podría afectar seriamente los derechos e intereses iraníes, así como generar nuevos argumentos y excusas para generar presiones y sanciones por sus actividades en el ciberespacio.
Dada la proliferación de informes políticos o mediáticos…que aluden a ciberataques dirigidos por Irán a Estados Unidos y Arabia Saudí, que señalan o sugieren el patrocinio del gobierno iraní a las actividades de destrucción y robo de información y presentan a Irán como una “ciberamenaza” son también factores que aceleran el mencionado proceso. Las sanciones podrían sentar bases para que se ejerza una mayor presión, o se ejecuten “cibersanciones” o “sanciones no ciber” y otras contramedidas hostiles contra nuestro país, cuya evolución puede representar una amenaza a los “ciberintereses” de Irán.
En el futuro, Irán será testigo de la imposición de una “ciber-cruzada” que requerirá efectuar coordinaciones previas técnicas, políticas y diplomáticas en cooperación con todos los actores en el campo. Irán deberá enfrentar el establecimiento de argumentos normativos que permitirán la acción conjunta de empresas norteamericanas como una “primera línea de cibercombate” contra el gobierno y las empresas iraníes bajo el pretexto de responder a los ciberataques ejecutados por Irán, además de requerir una acción colectiva conjunta para combatir los flujos de filtración de información y los intentos por incrementar la desconfianza en el ámbito nacional”[21].
En el diseño de la política cibernética[22] del país persa participan el Consejo Supremo de Ciberseguridad, el IRGC (Islamic Revolutionary Guard Corps – Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica) y el Ejército Cibernético de Irán. Esto permite reconocer que los objetivos de su política de ciberseguridad contribuirán a proteger la integridad e independencia política, proteger el legado chiita en la sociedad iraní y Medio Oriente, concretar su ambición de convertirse en potencia regional, entre otros. Y por supuesto comprender que en Irán los blancos de los ciberataques se determinan en paralelo a las prioridades de defensa, tanto interna como externa, de su país.
A pesar de su “auto victimización” no podemos dejar de mencionar que, desde 2007, Irán ha recorrido un largo camino y se ha convertido en un “ciberactor» sofisticado y con sólidas capacidades, reconocido en la arena internacional. Existe suficiente documentación para sostener que, a partir de haber experimentado ser víctima de un ciberataque a su ambicioso programa nuclear, surgió el “Ciber Ejército Iraní” bajo la dirección del IRGC. Este grupo actúa principalmente cuando se producen eventos de relevancia geopolítica y diseña sus ciberataques en conformidad con los objetivos estratégicos del gobierno iraní.
En este sentido, algunos autores especulan que la reciente “escalada cibernética” iraní podría bien considerarse una reacción contra los intentos de Turquía de normalizar sus relaciones con países como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí e Israel.
En el pasado la ofensiva iraní se caracterizó por ataques dirigidos a destruir información de valor, ataques DDoS y ataques para generar disrupción en las cadenas de producción industrial. Sus blancos estaban localizados en EEUU, Europa, Israel y el Golfo Pérsico, además de objetivos nacionales en el interior de Irán. Los ataques a Turquía habían sido menos frecuentes hasta hace un par de años, pero los cambios anunciados desde Ankara en torno a su relacionamiento internacional, parecen haber llevado a Irán a emplear con mayor énfasis su diplomacia digital mediante los diferentes cibergrupos afiliados a su gobierno.
El intento de secuestro y asesinato del empresario turco-israelí que fuera frustrado pos autoridades israelíes y turcas, coincidió con las declaraciones provenientes de Ankara en torno a su voluntad de normalizar las relaciones diplomáticas con Israel, anunciando la próxima visita del presidente Isaac Herzog. Estos eventos sucedían días antes que se conociera la intención del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de visitar Emiratos Árabes Unidos para afianzar sus relaciones bilaterales y desarrollar diversos proyectos en forma conjunta. En ese momento el Grupo MuddyWater atacó sitios gubernamentales turcos, entre ellos el Centro TÜBITAK de I+D en ciencia y tecnología, como ya mencionamos.
Todo ello demuestra, según Jason Brodsky (director de United Against Nuclear Iran), que Irán emplea sus capacidades cibernéticas como una extensión de sus políticas de seguridad y de relaciones exteriores, en un combo customizado de ciberespionaje, ciberataques y operaciones de influencia.
En este contexto, cobra particular importancia el tema de la probable y tan largamente debatida adhesión de Turquía a la Unión Europea, que Irán tampoco vería con buenos ojos. Podríamos preguntarnos entonces si el marco de trabajo en ciberdiplomacia de la UE (con mucho de la visión tradicional de la diplomacia) será suficiente para contrarrestar la ofensiva de la diplomacia digital iraní. Sin mencionar la relevancia económica que tiene Turquía para el bloque no sólo en términos de destino de inversiones europeas. Dada la profusión de plantas industriales de empresas europeas radicadas en territorio turco, no sería extraño que puedan resultar afectadas por esta dinámica de “ciberebullición” turco-iraní y por supuesto, quedar atrapadas en la telaraña de la diplomacia digital de Irán.
* Susana B. García. Directora de Ciberprisma y Consultora Independiente sobre Riesgos Tecnológicos. Docente de Posgrado en carreras de Inteligencia y Ciberseguridad.
Artículo publicado originalmente el 25/02/2022 en Ciberprisma https://ciberprisma.org/2022/02/25/diplomacia-digital-a-la-mode-irani/
Referencias
[1] Miller, M. 2022. Russian Invasion of Ukraine could redefine cyberwarfare. Magazine online POLITICO. Estados Unidos. URL: https://www.politico.com/news/2022/01/28/russia-cyber-army-ukraine-00003051
[2] Torrero, M. 2022. La Ciberguerra entre Ucrania y Rusia. Blog CIBERPRISMA. Argentina. URL: https://ciberprisma.org/2022/02/14/la-ciberguerra-entre-ucrania-y-rusia/
[3] Pérez Palomino,C. 2021. Mapa de conflictos y guerras que seguirán activos en el nuevo año tras un 2021 convulsivo en todo el planeta. Diario Online 20MINUTOS. España. URL: https://www.20minutos.es/noticia/4931104/0/guerras-estancadas-protestas-sociales-regreso-del-extremismo-asi-se-han-recrudecido-los-conflictos-este-2021/?autoref=true
[4]Simsek B. 2020. Turkey launches 3-year cybersecurity action plan. Diario online DAILY SABAH. Turquía. URL: https://www.dailysabah.com/politics/turkey-launches-3-year-cybersecurity-action-plan/news
[5] Railly News. 2021. One of the country where Turkey Cyber Attack of the Show Most Growth. Diario online RAILLY NEWS. Turquía. URL: https://www.raillynews.com/2021/01/One-of-the-very-growth-of-the-countries-where-turkey-cyber-attacks/
[6] Paganini P. 2022. Iranian Broadcaster IRIB hit by wiper malware. Blog SECURITY AFFAIRS. Italia. URL: https://securityaffairs.co/wordpress/128309/hacking/irib-hit-by-wiper-malware.html
[7] Liveuamap. 2021. Sitio de noticias Liveuamap. Irán.URL: https://iran.liveuamap.com/en/2021/26-october-a-group-calling-itself-predatory-sparrow-has-claimed
[8] Paganini P. 2021. Meteor was the wiper used against Iran’s national railway system. Blog SECURITY AFFAIRS. Italia. URL: https://securityaffairs.co/wordpress/120679/malware/meteor-wiper-irans-national-railway.html
[9] Cimpanu, C. 2019. Source Code of Iranian Cyberespionage tools leaked on Telegram. Sitio Web ZDNET. EEUU. URL: https://www.zdnet.com/article/source-code-of-iranian-cyber-espionage-tools-leaked-on-telegram/
[10] SUDO NULL. 2019. Turrbid waters: how hackers from MuddyWater attacked a Turkish manufacturer of military electronics. Sitio web de noticias IT SUDO NULL. Alemania. URL: https://sudonull.com/post/28155-Turbid-waters-how-hackers-from-MuddyWater-attacked-a-Turkish-manufacturer-of-military-electronics-Gr
[11] Shushan Ehrlich, A. 2022. Wading Through Muddy Waters / Recent Activity of an Iranian State-Sponsored Threat Actor. Blog SENTINELLABS de SENTINELONE. EEUU. URL: https://www.sentinelone.com/labs/wading-through-muddy-waters-recent-activity-of-an-iranian-state-sponsored-threat-actor/
[12] USCYBERCOM. 2022. TWITTER USCYBERCOM Cybersecurity Alert. EEUU. URL: https://twitter.com/CNMF_CyberAlert/status/1481341952247349248?s=20
[13] Ibid. 10.
[14] Abouzeid, H. 2019. Detecting a MuddyWater APT using RSA Netwitness Platform. Blog RSA SECURITY. EEUU. URL: https://community.netwitness.com//t5/netwitness-blog/detecting-a-muddywater-apt-using-the-rsa-netwitness-platform/ba-p/521145
[15] Simsek, A. 2022. Intelligence thwarts Iranian attempt on Israeli-Turkish businessman. Diario online DAILY SABAH. Turquía. URL: https://www.dailysabah.com/turkey/investigations/intelligence-thwarts-iranian-attempt-on-israeli-turkish-businessman
[16] AFP. 2022. Israel, dissident group killed scientist Fakhrizadeh in complex operation, Iran says. Diario online DAILY SABAH. Turquía. URL: https://www.dailysabah.com/world/mid-east/israel-dissident-group-killed-scientist-fakhrizadeh-in-complex-operation-iran-says
[17] Consejo de la Unión Europea. Ciberseguridad: cómo combate la UE las amenazas cibernétcas. Consejo UE. Europa. URL: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/cybersecurity/
[18] Serrano Casas B. 2018. Ciberdiplomacia y diplomacia corporativa: claves para la ciberseguridad. Sitio web THIBER. ESPAÑA. URL: https://www.thiber.org/wp-content/uploads/2018/09/Analisis_Actualidad_Internacional_THIBER_Digest_1.pdf
[19] Crabu, M. 2022. Kim Jong Un: la Guerra Cibernética es una Espada Multipropósito. Blog CIBERPRISMA. Argentina. URL: https://ciberprisma.org/2022/01/18/kim-jong-un-la-guerra-cibernetica-es-una-espada-multiproposito-marco-crabu/
[20] Abedi, S. 2020. Cyber diplomacy in Iran´s government. Diario Online ASIA TIMES. Canada. URL: https://asiatimes.com/2020/01/cyber-diplomacy-in-irans-government/
[21] Ibid 20
[22] Daricili, A. 2020. ¿Cuáles son los objetivos de las estrategias de ciberseguridad de los países con más poder del mundo? ANADOLU AGENCY. Turquía. URL: https://www.aa.com.tr/es/análisis/-cuáles-son-los-objetivos-de-las-estrategias-de-ciberseguridad-de-los-pa%C3%ADses-con-más-poder-del-mundo/2063747
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