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GUAYANA ESEQUIBA: SI NO ES EN LA CORTE, ENTONCES DÓNDE Y CÓMO (II)

Abraham Gómez R.*

Hay una interesante tríada que ha servido de sustrato ideológico-doctrinal al diseño de la Política Exterior de Venezuela, en su vida republicana; la misma, por definición esencial, se ha centrado permanentemente en nuestro digno y heroico pasado histórico, el cual se opone y contraría los nefastos colonialismos, al tiempo que   ha impulsado y reforzado las luchas libertarias; así, además, las circunstancias del presente categorizan los vínculos obligantes con/en la comunidad internacional. A los señalados elementos anteriores, debemos agregar por supuesto, las necesarias previsiones frente a las contingencias que puedan irrumpir en el futuro.

Hemos cultivado la heredad —legado de los próceres de la patria y los demócratas— del respeto pleno y absoluto de los convenios y pactos suscritos, adheridos y ratificados.

Nuestra historia está signada en el reconocimiento de que el Derecho Internacional se fundamenta en acatar las decisiones arbitrales y judiciales; no obstante, las tropelías que en nuestra contra se han perpetrado.

Somos y hemos sido siempre partidarios de la solución pacífica de las controversias; sobre todo entre países vecinos, unidos por vínculos geográficos o históricos.

A causa de las acciones interpuestas por Guyana en nuestra contra, por ante la Corte Internacional de Justicia, nos encontramos en una situación dilemática compleja y delicada.

Dejamos sentado para cualquier efecto en la opinión pública nacional que no todas las cosas pueden exponerse públicamente; por cuanto, estaríamos entregando las armas al adversario o develando nuestras estrategias jurídicas.

Habiendo escalado el conocido asunto litigioso a extremo de dilucidación en el Alto Tribunal de la Haya debemos ser muy reservados, por obvia discreción, en estricto apego a lo concerniente a una seria política de Estado.

Nos consta que la invitación de todos los gobiernos democráticos venezolanos ha sido siempre al diálogo constructivo y al mejor espíritu amistoso de vecindad.

En la medida en que el país ha acaudalado más conciencia sobre el daño que se nos perpetró, se han desatado en toda Venezuela discusiones contrastativas que —aunque algunas pueden considerarse de relativo agrado, porque mantiene vivo el aspecto contencioso— debemos prestarle el mayor interés para compararlas con nuestras propias observaciones y conjeturas.

Como es del dominio generalizado, estamos citados a la CIJ para el 08 de marzo del próximo año, para que consignemos el Memorial de Contestación de la demanda, contentivo de nuestra alegación de los hechos, la fundamentación del derecho que nos asiste; en fin, nuestra irrebatible probanza. Nuestros Justos Títulos no admiten cuestionamientos (y mucho menos pruebas en contrario), lo cual nos da suficiente seguridad ante el Jurado sentenciador.

Sin embargo, todavía conseguimos a quienes opinan y se inclinan por la tendencia de que Venezuela no se haga presente en ninguna de las etapas del Proceso jurídico que lleva adelante la Alta Sala juzgadora de la ONU.

Quienes se inclinan por la citada posición insisten en que sigamos invocando la No Comparecencia.

Aducen que nuestra personación en ese juicio —interpretable como acto concluyente y consentimiento de obligar— equivale a seguirle el juego a la contraparte y caer en su estrategia.

Para este grupo de venezolanos nuestra ausencia debe ser total. Exponen que debemos regresar a la negociación directa con Guyana (por cierto, posible alternativa de solución que los gobiernos guyaneses nunca han querido).

Cuando tuvimos la ocasión de recorrer el país —fuimos a casi todas las universidades— con la finalidad de dictar la conferencia, “Guayana Esequiba: litigio histórico y reivindicación en justicia”, nos agradó el inmenso interés que la mencionada controversia ha despertado y concitado en bastantes sectores de la población venezolana.

Motivado a la pandemia, ahora los intercambiamos los estamos realizando vía zoom, en las redes sociales, por radio o televisión.

Han aflorado varias propuestas un poco desentonadas o desencajadas; pero, respetadas también por la forma, el fondo y la intención como son expuestas. Todas son oídas y analizadas.

Lo cierto y concreto es que tenemos una reclamación centenaria que ahora se dirime en la Corte Internacional de Justicia.

Juicio que se lleva adelante; el cual no se paralizará por ausencia de alguna de las partes. Y que incluso, de acuerdo con el artículo (53) del Estatuto de la CIJ puede llegar a haber resolución sentencial, así alguna representación concernida no se haga presente.

Hay quienes se inclinan —como estrategia de recuperación— un enfrentamiento bélico. Descartada de plano. Mayor sensatez percibimos en quienes piensan que el desarrollo conjunto sería una opción valedera. 

Mucha gente en Venezuela, cree que debemos denunciar (desaplicar contenido) el Acuerdo de Ginebra para buscar soluciones, con mayor libertad, no obligantemente a través del artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.

Escuchamos la siguiente propuesta (¡aunque usted no lo crea ¡): la venta de la Zona en Reclamación, y proceder a repartir el producto entre Venezuela y Guyana.

Otros que prefieren que en este caso se dé una sentencia en la Corte Internacional de Justicia favorable a las (9) etnias que allí habitan.

Hay quienes aportan como solución la conformación, en esa área, de una nueva nación con soberanía compartida entre Venezuela y Guyana. Tienen experiencias sobre este particular España y Francia.

Una vez más expongo mi invariable posición, la cual he venido justificando en los siguientes términos: si poseemos suficientes elementos con validez, eficacia y fuerza para alegar y probar que la Guayana Esequiba siempre ha sido nuestra jurídica, cartográfica, demográfica e históricamente, no debemos rehuir el “combate” al que estamos convocados, recuerdo una vez, para el 08 de marzo del 2023.

Debemos solicitar que cuando hagamos la consignación por escrito de nuestro Memorial de Contestación de la demanda —munida de argumentos irrebatibles— tal evento se transmita para el mundo entero.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro de la ONG “Mi mapa de Venezuela”. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV).

 

MEDIOS Y MODOS DE TRANSPORTE DE PETRÓLEO Y LA CRISIS 2020-2021

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de Gerhard Traschütz en Pixabay 

El mercado actual del transporte marítimo internacional puede describirse como altibajos. Los aranceles en este mercado han alcanzado repetidamente nuevos máximos. El fuerte repunte económico en 2021 se ha convertido en el motor del aumento cíclico del mercado. Después del frenesí en la primera mitad de 2020, el mercado internacional de buques cisterna se ha visto afectado por factores negativos, incluida la falta general de demanda de transporte de petróleo.

En el primer semestre de 2021 los precios internacionales del petróleo tuvieron un desempeño fuerte y positivo. En comparación con la tendencia constante al alza de los precios del petróleo crudo, el mercado internacional de petroleros, después de experimentar un retroceso en el segundo trimestre de 2020, se vio afectado por una falta general de demanda de transporte de petróleo; un retraso en el desmantelamiento de buques antiguos; entrega regular de nuevos buques y alta demanda de almacenamiento de petróleo por mar. Los factores negativos, como la reducción de los petroleros en los puertos, continuaron siendo sombríos. Bajo la “nueva normalidad” del Covid-19, la primera prioridad para los armadores ha sido sobrevivir y el ritmo de reequilibrio de la relación oferta/demanda del transporte de petroleros se ha acelerado.

La demanda mundial de petróleo se ha recuperado gradualmente, pero todavía está por debajo de su nivel anterior a Covid-19, lo que lleva a la escasez en el mercado internacional de petroleros en su conjunto.

En sus perspectivas para 2022 publicadas el 10 de enero de 2022, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) declaró que se prevé que la demanda de petróleo aumente en 900.000 barriles por día a lo largo de 2022, y la Agencia espera que la demanda de transporte se recupere con fuerza en la segunda mitad de este año.

El desmantelamiento de los viejos petroleros internacionales se ha retrasado, mientras que los nuevos se han entregado como de costumbre, lo que ha dado lugar a un grave exceso de capacidad. Durante la pandemia en la primera mitad de 2020, el mercado para el transporte de petróleo era optimista y un gran número de armadores postergaron los planes para desmantelar viejos petroleros, muchos de los cuales se utilizaron para el almacenamiento “flotante”. Después de la fuerte caída en el mercado de petroleros, bajo la presión extrema de Estados Unidos sobre Irán y Venezuela, muchos petroleros viejos fueron trasladados a rutas sensibles y la capacidad de los petroleros viejos disminuyó muy poco. Al mismo tiempo, los nuevos petroleros se entregaron a tiempo y esto aumentó en gran medida la presión y las perspectivas positivas de la AIE. Se aumentó la capacidad total de los petroleros.

En la actualidad, el mercado internacional del petróleo se encuentra en la fase de desabastecimiento, ya que la estructura del mercado internacional de precios del petróleo se invierte, es decir, el mercado de almacenamiento de petróleo ha disminuido y la demanda de tanques flotantes en alta mar se ha reducido significativamente. El aumento de los precios del petróleo va acompañado del primer cambio en la estructura de diferenciación de precios. Desde mayo de 2020, el mercado ha sido escaso. Ha entrado en una fase de despoblación y ha habido una fluctuación en la demanda de reservas. El precio del alquiler ha vuelto a caer y la capacidad de trasladarse al extranjero se ha reducido significativamente. Los tanques flotantes temporales en alta mar se liberan constantemente durante la fase de desabastecimiento, lo que significa que una creciente capacidad de suministro de petróleo está entrando en el mercado.

Los bloqueos del puerto y del Canal de Suez tuvieron poco impacto en los suministros a Occidente. Desde el brote de Covid-19, los puertos europeos y estadounidenses se han visto afectados, lo que ha resultado en bajas tasas de operación, congestión portuaria y graves retrasos en los petroleros, que han elevado continuamente el mercado del transporte marítimo internacional. Sin embargo, la cantidad y el valor de los productos refinados del petróleo que anteriormente pasaban por el Canal de Suez eran relativamente grandes y el impacto también fue considerable. En los últimos años, sin embargo, se han construido numerosas refinerías en el Cercano y Medio Oriente, en el Golfo Pérsico, en el Mar Rojo, en la costa de las Indias Occidentales, desde donde se han exportado a Europa grandes cantidades de petróleo refinado (incluido el kerosene de aviación, el gasóleo, etc.). Esas cantidades se manejaron originalmente a través del Canal de Suez que, como se vio anteriormente, se hizo menos operativo por la crisis antes mencionada.

El mercado chárter actual es aún más sombrío: en el segundo trimestre de 2021, los propietarios de superpetroleros, los llamados transportistas de crudo muy grandes (VLCC), solo podían aceptar una devolución de alrededor de 2.000 dólares estadounidenses por día en flete. La recuperación del lado de la demanda del mercado internacional de petroleros es limitada y la contradicción del exceso de oferta se ha agudizado. El mercado internacional de petroleros necesita urgentemente un reequilibrio. En la segunda mitad de 2021, la demanda mundial de petróleo continuó creciendo. Esto mejoró el mercado internacional de petroleros, pero obviamente no fue posible una recuperación brusca.

El vínculo actual entre el mercado internacional del petróleo y el mercado de los petroleros es similar al colapso de los precios internacionales del petróleo después de las turbulencias financieras de 2008. En marzo de 2009, los precios internacionales del petróleo tocaron fondo y comenzaron a subir, pero con picos cortos. La desaceleración en el mercado internacional de petroleros duró hasta 2014.

Hoy, a medida que la demanda se recupera, se deben considerar las principales variables para el segundo semestre de 2021. Después de que los precios del petróleo sean negativos, ¿puede la OPEP + (es decir, la fusión de la OPEP y otros diez países exportadores de petróleo como Rusia y Kazajstán) ser cada vez más influyente debido a los altos precios del petróleo? En respuesta al impacto del Covid-19 en la economía mundial y la demanda de petróleo, la OPEP + implementó recortes históricos de producción a partir del 1º de mayo de 2020. La escala de los recortes de producción se redujo gradualmente de 9,7 millones de barriles por día en mayo-junio de 2020 a 5,8 millones de barriles por día en 2021. En la Reunión Ministerial mensual regular de los principales países productores de petróleo a principios de julio de 2021, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí llevaron conjuntamente a los países productores de petróleo a suspender su acuerdo de producción. Si bien las dos partes no compartieron una opinión común sobre si el punto de referencia utilizado para calcular la cuota de producción de los EAU debería ajustarse si el recorte de producción se extendiera desde abril de 2022 hasta finales de año.

En la Reunión Ministerial del 18 de julio de 2021, los principales países productores de petróleo finalmente acordaron un plan para aumentar la producción y esforzarse por poner fin a los recortes de producción por completo para septiembre de 2022. Los precios internacionales del petróleo cayeron después de que se tomó la decisión, lo que refleja la preocupación del mercado de que los conflictos dentro de la OPEP + podrían amplificarse debido a la competencia por la cuota de mercado a los altos precios del petróleo. Aunque el mercado ha aumentado desde entonces, la OPEP + siempre ha luchado ya que es muy difícil encontrar entendimientos, sin mencionar que Irán está esperando una oportunidad para regresar al mercado para competir en precio.

Desde que la Administración Biden asumió el cargo, el reingreso de Irán al mercado internacional del petróleo se ha convertido en la mayor variable del lado de la oferta. Ya en la Administración de Trump, Estados Unidos ha ejercido una presión extrema sobre Irán, pero el impacto de la epidemia en 2020, combinado con la guerra de precios saudí, ha elevado los precios del petróleo. Las compañías nacionales de petróleo y gas de esquisto en los Estados Unidos han sido severamente dañadas y ha sido difícil frenar el aumento de los precios del petróleo por el lado de la oferta. Desde 2021, los precios internacionales del petróleo han seguido aumentando y el precio de la gasolina en los Estados Unidos se ha disparado. En la costa oeste de Estados Unidos, donde el precio de los productos refinados de petróleo es el más alto del país, el precio de la gasolina al 28 de junio de 2021 fue de 3,811 dólares por galón (o 1,006 dólares por litro), con un aumento de 1,057 dólares por galón (fue de 0,728 dólares por litro en junio de 2020).

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los Estados Unidos para todos los consumidores urbanos aumentó un 5% de mayo de 2020 a mayo de 2021. Los precios de los alimentos aumentaron un 2,2% y los de la energía un 28,5%. Los precios de todos los demás productos básicos y bienes aumentaron un 3,8% para el año que terminó en mayo de 2021: este ha sido el mayor aumento de doce meses en el año desde junio de 1992.

Con miras a garantizar un crecimiento económico estable y frenar la inflación, la Administración Biden necesita petróleo crudo iraní. Lo mismo ocurre con las consideraciones diplomáticas y estratégicas.

En las elecciones iraníes del 18 de junio de 2021, Sayyid Ebrahim Raisol-Sadati —conocido como Ebrahim Raisi— fue elegido octavo presidente del país con el 72,35% de los votos. Se espera que el regreso de Irán al acuerdo nuclear se convierta en una carta de triunfo para el presidente Raisi, aunque Irán ha exigido garantías creíbles de que un futuro presidente de Estados Unidos ya no se retiraría unilateralmente del acuerdo como lo hizo Donald Trump el 8 de mayo de 2018. Una vez que se alcance el esperado acuerdo sobre el acuerdo nuclear iraní, se espera que las sanciones impuestas por los Estados Unidos a las compañías petroleras y navieras iraníes se levanten simultáneamente. Las unidades de la Compañía Nacional de Petroleros iraníes (Shirkat-e Mili-ye Nuftekâshi-ye Iran), que desapareció del mercado debido a las sanciones, volverán al mercado de transporte internacional y la situación general de exceso de capacidad debería acelerar el desmantelamiento de los petroleros más antiguos.

Desde 2021 el ajuste de China de su política de importación y exportación de petróleo ha demostrado que, sobre la base del requisito de pico y neutralidad de carbono, la intensidad de la demanda de petróleo no puede sostenerse. Esto significa que, como China es el mayor importador mundial de petróleo crudo, se adaptará a las directrices establecidas por el gobierno chino. La gran demanda a largo plazo de petróleo crudo de China necesita ser revisada.

Con respecto a la construcción de petroleros internacionales, a medida que los precios del acero siguen aumentando, el mercado de chatarra de petroleros está en auge y los ingresos en efectivo por el desmantelamiento de buques viejos continúan aumentando. La Organización Marítima Internacional (OMI) ha mejorado continuamente las especificaciones técnicas de los buques y esto ha favorecido la reducción de la antigua capacidad de transporte en el sector marítimo. Además, el Convenio Internacional para el Control y la Gestión del Agua de Lastre y los Sedimentos de los Buques (el llamado Convenio sobre la Gestión del Agua de Lastre del 13 de febrero de 2004) estipula que todos los buques deben instalar un sistema de gestión del agua de lastre antes del 8 de septiembre de 2024 o utilizar el agua de lastre transportada por los buques, tratada mediante un sistema de gestión específico. Por el momento, el plazo aún está a casi 40 meses de distancia, y una agencia de encuestas de la industria ha encontrado que todavía hay alrededor de 35.000 naves en todo el mundo que necesitan ser reparados con la instalación de tales sistemas.

Mientras tanto, el 17 de junio de 2021, la 76ª reunión del Comité de Protección del Medio Marino adoptó una resolución sobre la reducción de las emisiones de carbono de los buques y estableció una reducción del 2% en la intensidad de carbono cada año de 2023 a 2026. La gran mayoría de los buques del mundo deben cumplir con este objetivo: de acuerdo con este requisito, si los navíos más antiguos no están adaptados a estos parámetros, no podrán operar legalmente.

Sobre la base de las continuas expectativas del mercado internacional de petroleros, la motivación de los armadores para desmantelar naves ha aumentado, en lugar de gastar dinero para reacondicionar los viejos. Se espera que las entregas de petroleros de nueva construcción disminuyan a partir de 2023. La tarea de satisfacer el lado de la oferta del mercado internacional de petroleros podría dar sus frutos ya este año.

En la primera mitad de 2021, el mercado internacional de petroleros marítimos estaba luchando con los lentos precios del petróleo y los armadores estaban sufriendo. En la segunda mitad del año, la demanda mundial de petróleo se recuperó, aunque había una esperanza residual para que los armadores aumentaran las tarifas de flete. Si las diversas crisis registradas en los últimos dos años muestran signos visibles de terminar, las tendencias sin duda mejorarán.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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GUAYANA ESEQUIBA: ¡CUIDADO CON PARTIDIZAR EL LITIGIO!

Abraham Gómez R.*

Nos encontramos ante un hito histórico disyuntivo. Estamos obligados a probar en su momento en la Corte Internacional de Justicia —distantes de posiciones elusivas, de aprovechamientos ideológicos interesados o reticentes— un hecho de suma trascendencia para la vida de la nación: la Guayana Esequiba siempre nos ha pertenecido. 

La séptima parte de nuestra geografía territorial, 159.500 km2, la que nos arrebataron con vileza, no es poca cosa. Puede corresponderse, en extensión, superior a bastantes países y a mucho más que todo el occidente de Venezuela. 

Nuestra contención tiene suficiente asidero jurídico e histórico y la fortaleza moral de saber que no estamos cometiendo ningún acto de deshonestidad contra nadie.

Los reclamos que hemos sostenido, hace más de un siglo, no están anclados en una malcriadez diplomática, capricho nacional o empecinamiento injustificado. 

La contraparte en el litigio sabe que poseemos bastantes documentos. La delegación diplomática de la ex colonia británica (que tiene meses haciendo cabildeo en La Haya) conoce además que nos encontramos apertrechados con los Justos Títulos (con carácter cogente, que explicamos más adelante) que avalan la histórica propiedad, incuestionable, de Venezuela sobre la Guayana Esequiba. 

Suficientemente es conocido que todo territorio ubicado en la costa genera espacio marítimo a partir de una línea de base recta, conforme a las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1958 y 1982.

Sucede que Guyana ha hecho bastantes intentos para extender, no solo lo que corresponde a su pedazo de costa atlántica, sino que ha aspirado llevar a 350 millas la plataforma continental frente a la Guayana Esequiba, exactamente la que estamos reclamando; sin consultar a Venezuela y en flagrante violación del Acuerdo de Ginebra, documento que acaba de cumplir cincuenta y seis años de su firma, y aún mantiene plena validez, eficacia y fuerza   jurídica.

Hacemos la siguiente observación-advertencia: si Guyana no ha alcanzado esa prolongación de la plataforma y Mar Territorial por la vía de Derecho ante la ONU, lo ha conseguido de hecho; al dar innumerables concesiones a empresas transnacionales en las áreas terrestre y marítima, implícitas en la Guayana Esequiba.

En consecuencia, lo hemos dicho en nuestras conferencias en las universidades, en las redes y en los medios; si confrontamos un problema de reclamo de soberanía en el área terrestre, en la zona marítima la situación es mucho más álgida; por cuanto, Guyana ha cercenado nuestra proyección hacia el atlántico, frente al Delta del Orinoco, que no entra en este centenario pleito. 

Tengo la seguridad que una inmensa porción de compatriotas venezolanos coincide conmigo cuando expreso que lo peor que podemos hacer es abrir una innecesaria e inconveniente confrontación política-partidista interna en nuestro país, relacionada a la Guyana Esequiba, en este momento apremiante; cuando nos encontramos concernidos en un serio pleito jurídico, en el Alto Tribunal de La Haya, por la séptima parte de la geografía venezolana, que nos arrebataron de manera alevosa y vil. 

Hoy, más que nunca, se hace imprescindible la absoluta y sólida unidad de todos los sectores, sin excepciones. 

Insisto en señalar que debemos reforzar la estructuración, sin recelos ni mezquindades, un bloque de defensa compacto y pétreo, para contrarrestar las acechanzas de la Parte que nos rivaliza, por las acciones unilaterales, en contra nuestra, que ellos interpusieron en la Corte.

Sería desastroso si nos peleamos internamente; si cada quien cree que le puede sacar provecho para su parcela política-partidista o nos ausentamos de la Corte; porque, de todas maneras, el juicio sigue su curso. No hay vuelta atrás. La Corte podría llegar a sentenciar en nuestra ausencia.

La contención por la Guayana Esequiba rebasa los egos individualistas mal curados, los particularismos confesionales, raciales o de cualquier otra índole. Este caso nos necesita unidos como país, con criterios unánimes.

Destacamos la labor   de las ONG que han sido creadas para adelantar hermosas actividades al respecto; así, además, hacemos el reconocimiento debido al Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela; lo propio cabe para el Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales(COVRI), para las Fundaciones en su insistente afán  de concienciación; igualmente la determinante posición de La Academia de Ciencias Políticas y Sociales, nos llena de orgullo la tarea que viene cumpliendo la Comisión Presidencial en Defensa del Esequibo. Todos en una sola motivación y propósito, de esfuerzos elogiadamente ponderados; lo cual constituye un ejemplo de lucha sostenida sin actitudes atrabiliarias o estrepitosas; porque, aquí se requiere talento y densidad en la formación documental y doctrinaria, para insistir en la reclamación y defender en la Corte Internacional Justicia o donde   haya lugar lo que honradamente siempre ha sido nuestro; que vilmente nos arrebataron, en una tratativa perversa mediante añagazas jurídicas.

Este caso litigioso estamos obligados a estudiarlo y manejarlo invocando la solidaridad de toda la población venezolana; concitando las mejores voluntades e inteligencias.

Para el 8 de marzo del año 2023, cuando el Jefe de Estado —por cuanto es su atribución constitucional— determine la comparecencia o no de Venezuela, para hacernos parte del juicio, será densa la alforja de Títulos históricos y jurídicos (que no admiten pruebas en contrario) que presentaremos para la examinación e investigación por parte del Jurado sentenciador de la Corte Internacional de Justicia.

En el caso litigioso que nos ocupa frente a la pretensión guyanesa —el cual ha escalado hasta la Corte— nos atrevemos a exponer el carácter de cogencia de nuestros Justos Títulos —iuris et de iure— que acompañan a la enjundiosa cartografía que nos respalda. Títulos y mapas de incuestionables probanzas.

Decimos que hay suficiente cogencia; porque, los argumentos jurídicos, históricos, cartográficos que atesoramos confirman nuestra propiedad sobre esa extensión territorial en contención. Todos los mencionados registros señalan, en sus premisas, afirmativamente que la Guayana Esequiba siempre ha sido nuestra; así entonces, las conclusiones a tales elementos inductivos arrojan aportes deductivos a nuestro favor.

Con la mayor modestia, me permito explicar. Nuestro portafolio cartográfico ha adquirido la condición de argumento cogente; porque sus componentes constituyentes (los mapas registrados y asentados) han resultado, en sí mismos, premisas de solidez histórica hacia nosotros. Toda la cartografía de la región —hasta ahora estudiada y examinada— ha develado de modo conclusivo que la Guayana Esequiba ha estado siempre, en cualquier mapa, correspondiendo a la Capitanía General de Venezuela (1777) y sucesivamente a la República de Venezuela.

Si todos los mapas inductivamente confieren categoría afirmativa de la propiedad de Venezuela sobre la Guyana Esequiba, entonces la conclusión deductiva debe ser afirmativa. Una manera de construir y comportar un razonamiento de lógica jurídica cogente e irrebatible.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro de la ONG “Mi mapa de Venezuela”.  Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV).