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¿POR QUÉ ES IMPROBABLE UN FRENTE DE UNIDAD?

Javier Paz García (El Deber)*

La última encuesta que pone al MAS en primer lugar ha incrementado el estrés y la preocupación de muchos como también el deseo de que se establezcan alianzas y se bajen algunas candidaturas.

Esto es improbable. A menudo pensamos que los agentes en el sector privado buscan su propio interés, sin necesariamente ver algo malo en ello, y al mismo tiempo pensamos que en el sector público se busca el interés común. En 1962 los economistas James Buchanan y Gordon Tullock publicaron El cálculo del consenso: fundamentos lógicos de la democracia constitucional, un extraordinario libro en el cual cuestionan esta lógica y proponen analizar a los agentes que actúan en el sector público de igual manera que se analiza a los agentes en el sector privado, utilizando supuestos estándar del análisis económico: agentes que toman decisiones racionales y que buscan su propio interés. Buchanan recibiría posteriormente el Nobel de Economía por desarrollar esta línea de investigación.

¿Cuál es el interés de los actores políticos? Ganar elecciones y mantener o incrementar sus cuotas de poder. Pensemos en lo que significa para un partido o agrupación que tiene posibilidades de conseguir una representación parlamentaria dejar de participar en la elección nacional.

Significa la irrelevancia por los próximos 5 años, pocos recursos, ausencia de palestra pública y un camino empinado para reconstruir el proyecto político o incluso el riesgo de desaparecer. Por otro lado, conseguir representación parlamentaria, incluso siendo oposición da una palestra pública para seguir vigente, significa cuotas y puestos de trabajo para miembros del partido que de algo tienen que vivir, significa gravitar en las decisiones y las leyes que se crearán. Incluso una representación minúscula puede otorgar un poder extraordinario; por ejemplo, en la legislatura 2006-2009 el Senado estaba dividido entre el MAS y Podemos, UN tenía un senador y con ese voto logró la presidencia del Senado por un año. Un partido no tiene nada que ganar al bajar su candidatura y sí tiene mucho que perder. Si actúan racionalmente siguiendo su propio interés, entonces la decisión correcta es continuar en carrera.

Para algunos lectores puede ser indignante leer esto. Para muchos molesta la idea de que los políticos pongan sus propios intereses por encima de los del bien común. Buchanan y Tullock cuestionan en primer lugar que exista un bien común que se pueda definir. Hay personas que consideran que el candidato del MAS es el mejor y cualquier otro es una calamidad, otros que ven a Carlos Mesa como el mejor, otros que no son del MAS y que ven a Mesa como un desastre, unos que nunca votarían por Camacho, otros que no votarían por nadie más que Camacho, etc. y todos son bolivianos por igual. Asimismo, construir un hospital en Sucre significa dejar de usar esos recursos para construir una carretera en Cochabamba o 100 postas sanitarias en Tarija y tanto la recolección de impuestos como su uso significa beneficios para algunos a costa de otros, por lo que es imposible definir el mal llamado bien común, toda decisión tiene ganadores y perdedores. 

También cuestionan la idea del doble estándar moral y metodológico: está bien que una persona en su vida privada busque superarse, subir de cargos, ganar más dinero, procurar un mejor futuro para sus hijos, etc., pero en la vida pública busque el bien común y se sacrifique por ello. Más razonable es pensar que el político profesional es tan humano como el que no participa activamente en política.

Los políticos no son mejores ni peores que el resto de la población: son humanos que, como todos, buscan su propio interés y no deberíamos satanizarlos por ello. Si hacemos el ejercicio de ponernos en sus zapatos, ¿cuántos sacrificarían sus trabajos por una causa altruista que no les dará ninguna remuneración? Se me viene a la mente el testimonio de Pablo Fernández que cuenta cómo cuando estaba el MAS, los artistas dispuestos a protestar activamente eran los menos, pero cuando cayó todos querían estar en palestra. O podemos hablar de los empresarios que trabajaron y colaboraron con el Gobierno del MAS o que simplemente bajaron la cabeza y callaron, con lo cual mantuvieron vivo el aparato productivo o de los funcionarios públicos que por 14 años fueron a concentraciones masistas obligados para no perder sus trabajos, porque tienen niños que alimentar y nada es más importante que eso.

Todos tenemos una pizca de cobardía o mejor dicho, de instinto de preservación, o mejor dicho de búsqueda del propio interés, y es está búsqueda del propio interés en parte lo que nos ha permitido evolucionar como especie, desde dominar el fuego, inventar la rueda, hasta construir aviones y surcar los cielos. Creo que pocos pueden tirar la primera piedra y aunque es fácil juzgar desde fuera, creo que la mayoría, si estuviéramos en la situación de los líderes políticos actuales, actuaríamos de manera similar a ellos: como humanos que somos.

Y como humanos que somos buscamos justificar nuestros actos. Los políticos también lo hacen y Carlos Mesa puede argumentar que es primero en las encuestas y por tanto la opción natural para enfrentar al MAS y tiene razón. Jeanine Áñez puede decir que Mesa ha sido aliado del MAS y no es garantía de firmeza ante los duros momentos que se vienen y tiene razón.

Fernando Camacho puede decir que fue el líder de la protesta que sacó a Evo y que representa la renovación y tiene razón. Y todos tienen sus razones que se van agrandando en sus mentes al mismo tiempo que cada bando minimiza las razones ajenas y esto es muy humano; todos lo hemos experimentado en una discusión con la pareja o en un debate, que en un 99% de los casos no lleva a ningún cambio de postura. Cada candidato tiene argumentos de por qué es la mejor opción y son los otros los que deben bajarse y unirse a él.

También hay presiones e inercias como las de un transatlántico en movimiento que tarda kilómetros para detenerse. Cada candidato presidencial tiene una estructura de candidatos al parlamento, asesores políticos, jefes de campaña, etc. Algunos han dejado un trabajo seguro para unirse a una opción y los líderes pueden sentir una obligación moral de seguir en carrera, hay los financiadores y donantes, hay los jóvenes voluntarios para hacer campaña y todo un grupo de gente que cree en su líder, que empuja para continuar y que estaría decepcionada de que se dé marcha atrás.

En la elección del año pasado era vital que la oposición se uniese para ganarle al MAS: sabíamos que habría fraude, sabíamos que el MAS era más popular que ahora, que tenía todo el aparato estatal para hacer campaña y aun así no se unieron. Aunque hoy el MAS sigue siendo fuerte, es una amenaza menor; entonces, si no se unieron entonces ¿bajo qué lógica podemos esperar que se unan ahora?

Buchanan y Tullock hicieron su análisis pensando en la democracia de EEUU, porque ni siendo esa la democracia moderna más longeva el político deja de ser humano y pone a un lado su propio interés. 

Usando el lenguaje de la teoría de juegos, las opciones óptimas de cada partido contrario al MAS ocasiona un desenlace subóptimo para el conjunto de la oposición democrática, con dispersión de votos y subrepresentación parlamentaria. Como en el Titanic, todos vemos venir el iceberg (en realidad el iceberg no viene, nosotros vamos hacia él), todos sabemos el desenlace, pero las fuerzas ya están en movimiento y lamentablemente no hay nada que podamos hacer.

 

Artículo publicado en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, https://eldeber.com.bo/opinion/por-que-es-improbable-un-frente-de-unidad_200876

INADMISIBLE EXTORSIÓN Y HIERBAS SIMILARES

Agustín Saavedra Weise*

 

Desde la caída de la dictadura de Evo Morales no hay día que no nos asombre con nuevas noticias acerca de múltiples corruptelas o actos ilegales. Y apenas estamos viendo la punta del iceberg, presumo que al profundizarse las investigaciones y mucha gente comience a perder el miedo de hablar —que por ahora aún inhibe— seguramente surgirán más  trapos sucios.

El tema del canal de TV PAT se venía ventilando en  voz baja  desde hace tiempo pero siempre en forma cautelosa. Se sabía algo, pero no se sabía todo. Ahora, con las declaraciones del ex gerente del canal, Sergio Weise y las del damnificado directo, el empresario Abdallah Daher,  el panorama tiende a aclararse, no sin dejarnos con un sabor amargo ante tamaña iniquidad, preguntándonos cuántas más ocurrencias como esta han tenido lugar durante los largos 14 años, en los cuales  un grupo político sin escrúpulos prácticamente copó  el país  bajo un disfraz populista de indigenismo y consignas demagógicas con las que adormecía al pueblo, para dedicarse a enriquecerse sin límites,  ya sea a costa del propio Estado o bajo maniobras tipo PAT. Ahora, con el retorno de la democracia, este tenebroso asunto verá la luz completa y el sufrido empresario víctima —al que hasta lo amenazaron fraguando una denuncia contra su hijo— iniciará pronto un nuevo proceso: la batalla legal del legítimo propietario para recuperar sus derechos.

Casi tres lustros de autoritarismo y de haber tratado al país como rancho propio, harán que las cosas no se solucionen de un momento a otro, ya que además gran parte del Poder Judicial sigue en manos del MAS, pero confiamos en que poco a poco se restablezca el estado de derecho y se haga justicia. Y esto va no solo para el caso Daher-PAT sino también para muchos otros que han sido a lo largo de años objeto de abusos de toda naturaleza, comenzando con el infame caso terrorismo, que aún sigue dando vueltas por ahí en lugar de terminarse de una buena vez. Ahora, con la presidencia de Jeanine Añez, asoma una luz de esperanza en materia de libertad de trabajo, libertad de opinión y seguridad jurídica.

Confío en que Abdallah Daher recupere lo que le corresponde y deseo fervientemente que nunca más en Bolivia vivamos experiencias como las que hemos sufrido hasta hace poco. Nuevos aires de libertad soplan; felizmente, poco a poco, se irá develando el gran embuste que fue la mentira del “primer presidente indígena” y se comprobará cómo un régimen francamente delincuencial dilapidó recursos, intimidó personas y se apropió de empresas. El pueblo —que en su momento fue prácticamente hipnotizado por las imágenes idealistas que el tirano transmitía, pero sin hacerlas realidad— poco a poco también irá percibiendo la gran mentira pues por el pueblo poco o nada se hizo; sólo hubo palabrerío hueco y muchas promesas.

Ha sido el fin de una vergonzosa era y así lo espero, aunque debemos admitir con preocupación la verdad del viejo dicho: “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Ojalá esta vez no sea así, deseamos con fervor que Bolivia reinicie el camino republicano de la concordia con unidad nacional, dejando de lado racismos, divisionismos y las corruptelas que caracterizaron al régimen anterior.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia,

En defensa del seguro municipal cruceño

Agustín Saavedra Weise*

Una vez terminado el ajetreo de las tales «primarias» —sin kinder previo ni secundaria posterior— vale la pena recalcar un tema importante, cual es sin duda el de la salud pública. Mientras el gobierno masista llenó el país de excesivas canchas de fútbol, construcciones faraónicas sin uso e hizo tantos otros estipendios inútiles, sobre los cuales algún día deberá rendir cuentas, la salud del pueblo quedó relegada. Recién cuando las papas quemaron se le ocurrió a esta administración gestionar su «Seguro Universal de Salud» (SUS), que por ahora sigue en blá, blá, más allá de las buenas intenciones.

Bastante antes de las iniciativas del centralista SUS y de sus potenciales pleitos al respecto con médicos, alcaldías y gobernaciones, surgió el seguro municipal cruceño (SMC). Aunque no soy miembro del mismo por estar asegurado en una de las cajas establecidas por la Ley de Seguridad Social, doy fe de la excelencia de esa prestación. Así como se plantó firme el Alcalde Percy Fernández, afirmando que el SMC seguirá vigente, quienes vivimos aquí debemos reforzar ese apoyo.

La esposa de una persona que trabaja para el suscrito se afilió al SMC. He sido testigo directo de la óptima atención que ha recibido en el hospital El Bajío por parte de médicos, enfermeras y personal administrativo. Como la paciente era menor de 60 años su marido debió pagar los medicamentos, todo lo demás fue gratuito. Su hubiera sido adulto mayor no pagaba nada ¿Qué seguro gubernamental puede garantizar tal cosa? No lo sé y no quiero aventurarme acerca del SUS por qué sigue en pañales, pero por el momento nada iguala al seguro municipal cruceño y a las excelentes prestaciones que brinda. Este seguro se hace efectivo mediante una red de 68 centros municipales y 8 hospitales para los 15 distritos de Santa Cruz de la Sierra. El Concejo Municipal de la H.A.M. aprobó esta política de salud gratuita en 2016 mediante la Ley autonómica 308.

De acuerdo con datos oficiales, hasta julio de este año 230.729 personas tramitaron su carné de asegurado y se dieron 374.000 atenciones. La intención para 2019 es brindar 632.000 prestaciones y tener más de 320.000 personas afiliadas. Son más de 300 servicios los que cubre el seguro municipal de salud: consulta externa, emergencias, cirugías e internaciones, exámenes de laboratorio, ecografías, radiografías, mamografías, tomografías, etc. Los beneficiarios están contentos con el seguro; yo también. Y aunque no lo use por tener seguro propio, sé que está ahí para cuidar de nuestra gente y lo hace en forma óptima. Debemos defender y apoyar al seguro municipal cruceño.

*Economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. 

www.agustinsaavedraweise.com

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