Archivo de la etiqueta: Economía

caos

 Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)

La anomia no es una consecuencia indeseada sino un objetivo de política pública. 

En toda sociedad existe tensión entre orden y caos.

Por ejemplo: a un operario que debe ir a trabajar por tren, le conviene que haya horarios fijos y que los mismos se cumplan. Por el contrario, un carterista prefiere que haya aglomeraciones. Incumplimiento de cronogramas implica personas distraídas, angustiadas, enojadas; todas presa fácil de sus designios.

La mayoría de la gente de a pie prefiere el orden; aquél que le permite trabajar, estudiar, prosperar y buscar ser feliz.

Es obligación de los gobiernos establecer y mantener el orden: 

CONSTITUCION DE LA NACION ARGENTINA; PREÁMBULO; Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina…con el objeto de…consolidar la paz interior,…promover el bienestar general…”.

El principal disruptor del orden, desde 1983, es el gobierno —incumpliendo el mandato constitucional—; su herramienta para complicarnos la vida es el Estado.

Haré un listado necesariamente incompleto.

Inflación

Es un proceso por el cual se desvaloriza la moneda en forma constante. La falta de moneda estable nos deja a todos sin unidad de cuenta ni reserva de valor. Un trabajador no sabe cuántas cosas va a poder comprar cuando cobre el sueldo, un comerciante no sabe si gana o pierde y los estados contables de explotaciones y empresas no tienen significado[1].

Los políticos, cínicos como son, sostienen que la inflación es multicausal.

Mentira.

Existe una única causa, que es la emisión monetaria. Así al menos lo reconocieron los convencionales constituyentes en 1994:

“CONSTITUCION DE LA NACION ARGENTINA;…SEGUNDA PARTE; AUTORIDADES DE LA NACION; TITULO PRIMERO; GOBIERNO FEDERAL; SECCION PRIMERA; DEL PODER LEGISLATIVO;…CAPITULO CUARTO; Atribuciones del Congreso; Artículo 75.- Corresponde al Congreso:… 11. Hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras;… 19. Proveer lo conducente … a la defensa del valor de la moneda,…”.

Por lo tanto, la responsabilidad de que no haya inflación es del gobierno federal. Para ser precisos: del Poder Legislativo.

La inflación es la principal causa de angustia, preocupación y falta de crecimiento del país. Sin moneda estable no se puede planificar un futuro.

Propiedad y Justicia

El derecho de propiedad es lo que hace mejor la vida del hombre común.

Si alguien entra y se instala en una casa y la justicia se toma años en echar a los intrusos el derecho a la propiedad se vuelve difuso. Si una persona construye una casa y en su ausencia, sus vecinos le roban los materiales, el derecho se vuelve difuso. Si un ratero entra a una casa y el dueño le dispara, tiene un disgusto judicial; en una posición asimétrica con el delincuente, donde cuenta con el sistema judicial a su servicio. 

Forma parte de una guerra molecular fogoneada y sustentada desde el estado; su gran paraguas es el mal llamado garantismo, teoría importada, financiada desde el exterior.

La intrusión de tierras públicas, como los asentamientos en terrenos ferroviarios[2] no es castigada.

Un problema nuevo: falsos aborígenes que reclaman tierras[3].

La administración de justicia ordinaria[4], o no funciona o lo hace en forma tan morosa que resulta irrelevante. Desearíamos contar con Sancho Panza y su justicia expeditiva. El sistema actual vuelve contingente todo lo que hace a nuestras vidas: nuestra casa, nuestro trabajo, nuestros enseres, nuestra familia[5].

Seguridad

En los años de socialdemocracia desde 1983 a la fecha, la seguridad se fue desgranando como un castillo de arena en la playa.

La violencia molecular de pobre contra pobre hoy está generalizada. Mueren por goteo trabajadores asaltados a las cinco de la mañana en las paradas de colectivo, ancianos molidos a golpes hasta que revelen el escondrijo de sus ahorros, asaltos a mano armada a locales (recordemos el carnicero de Zárate) y viviendas. Este estado de ebullición, de aparente caos, es promovido por las políticas públicas. Esta semana fue un claro exponente de una situación que se cocina desde hace décadas.

No es un problema que la dirigencia política no sabe solucionar sino uno generado por la casta.

La casta tiene en mal estado a las cárceles. La casta votó una ley que hace imposible internar a un loco. La casta tiene mal pagos, mal entrenados y mal pertrechados (y mal seleccionados y mal supervisados) a nuestros policías. La casta eligió jipis para cubrir los cargos (desde el muchacho del mostrador hasta el magistrado) en fiscalías y juzgados. La casta gira fortunas a las universidades para que enseñen el no-derecho. La casta es cómplice en el negocio de la droga, tanto la logística para embarcarla a Europa como la venta en el mercado doméstico.

La anomia no es una consecuencia indeseada sino un objetivo de política pública.

Horarios

La población necesita horarios. De tren y subte para llegar en tiempo y forma al trabajo y al estudio. Que los maestros vayan todos los días y no en forma aleatoria a la escuela. Que todos los profesores de secundario den clases en los tiempos asignados. Que se respeten los turnos de atención en los hospitales.

Esto, que suena elemental, es una utopía.

Cualquiera que tiene un problema laboral se siente “empoderdado” para cortar la vía.

La educación es un caos, con todo el corolario de angustia para los educandos. Olvidémonos de la cuarentena dictada por el gobierno. Antes vivíamos una situación de huelgas laborales, jornadas de actualización, ausentismo docente agudo. Peor aún en el secundario donde lograr que el profesor acuda a clase es una quimera.

Es por eso que defiendo la rebeldía del 50% de los adolescentes que —con inteligencia— se niegan a ser cómplices de este gigantesco fraude perpetrado por gobernantes y docentes.

Integridad Territorial

La ocupación de nuestra Patria llevó siglos. El Estado tiene la obligación de sostenerla. Hubo un paquete que fue exitoso: comisaría, escuela, sala de primeros auxilios, sucursal Banco Nación, sucursal de Correo Argentino, iglesia. En frontera, destacamento de Gendarmería. FFCC y caminos, antes telégrafo, hoy fibra óptica o satélite.

Los caminos, férreos o de tierra, son los que permiten mover ganado y sacar cosechas y garantiza en los hechos la libertad de movimiento de las personas. La destrucción adrede del FFCC y la aleatoriedad del mantenimiento de los caminos rurales vuelven azarosa la actividad agropecuaria, que es la ocupación del territorio por los particulares.

Nuevamente, es la acción del Estado la que nos sumerge en el caos de la inseguridad económica por ausencia de la más elemental conectividad, por un lado, y, por el otro, la desprotección territorial, como se sufre en la actualidad en Formosa o en la Patagonia.

Proyecto de Nación

La Argentina supo tener un proyecto de Nación[6]. Desde la presidencia de Avellaneda (1874) hasta la Guerra en el Atlántico Sur (1982) se mantuvo como guía rectora.

Sacar al país de este carril nos volvió una gallina ciega. No sabemos a dónde vamos ni por qué. ¿Qué conviene estudiar? ¿Vale la pena poner un taller de reparación de lavarropas? Si pongo una fábrica de calzado, ¿cuál va a ser el tipo de cambio? ¿Va a haber estímulos a la producción? ¿El ejército comprará uniformes en Argentina o los importará de China? Si crío vacas ¿podré exportar? ¿Y si crío chanchos o cabras? ¿Invierto en riego en el valle medio del Río Negro? ¿Me anoto para dar clases de computación en Lanús? ¿Me meterán preso si uso agroquímicos?

Cuando existe un proyecto de nación, hay líneas generales que le permite a las personas y empresas tomar decisiones en consecuencia. Actualmente nuestros gobernantes de ambos partidos mayoritarios tienen en sus manos una agenda extranjera bajada en bloque desde los organismos multilaterales. Una vez votado el aborto, el nuevo mandato es el ecologismo.

Argentina está bajo asedio. Sin hoja de ruta y en mano de malandras, cipayos y jipis.

El objetivo es tenernos angustiados, en duda, paralizados, encerrados en nuestras casas y tristes.

Es la guerra de las élites contra el pueblo, donde usan a pobres para atacar a pobres y a una clase burócrata (en su mayoría izquierda champagne) para garantizar la permanencia del caos. 

Propuestas
  • Poner orden en todos los ámbitos.
  • Frenar la emisión.
  • Liberar el mercado de cambios.
  • Tribunales de justicia ordinaria que resuelvan en el día.
  • Protección decidida del derecho de propiedad, desde un campo, a una casita, a una máquina, a un tractor.
  • Respetar los horarios de tren.
  • Asistencia perfecta de los docentes a escuelas y colegios.
  • Policías bien pagos, bien entrenados y bien supervisados.
  • Devolver la gendarmería a las fronteras.
  • Echar a todos los jipis del poder judicial, del ministerio de justicia, del servicio penitenciario, del instituto de asuntos indígenas.
  • Retomar nuestro proyecto de país.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencias

[1] Voy a dar un ejemplo técnico: al no poder actualizar por inflación, el monto de amortización de la maquinaria es a valor histórico, esto es al momento de la compra y no en el presente, que puede ser varios años después. Por lo cual ese monto no refleja la pérdida de valor del bien, con lo cual deja de reflejar la verdad. Así el estado contable puede reflejar una supuesta ganancia anual cuando en realidad no alcanza para reponer la maquinaria.

[2] Hernando de Soto (https://es.wikipedia.org/wiki/Hernando_de_Soto_(economista) ) en su libro “El Misterio del Capital”, (https://www.amazon.com/-/es/Hernando-Soto-ebook/dp/B07V4TP38J/ref=sr_1_5?crid=96MVTHMT4UF5&dchild=1&keywords=hernando+de+soto&qid=1634407146&s=digital-text&sr=1-5 ) , explica cómo la propiedad de su vivienda, su taller, su local comercial, sus herramientas, es la piedra angular para la prosperidad de las personas del común.

[3] Son provistos de falsos estudios por profesores de antropología de facultades nacionales. los cuales presentan al instituto ad-hoc, a cargo de otro jipi, quien pone en suspenso los títulos de propiedad existentes. Genera desazón no sólo en los propietarios intrusados sino en todos sus pares, porque reduce su título de propiedad a un papel sin valor. Se postergan inversiones (¿quién va a hacer mejoras cuando corre el riesgo de perder todo?). Se pone en suspenso la vida.

[4] Dejo aquí el hilo de Sergio Parra, salteño. https://twitter.com/sergcer/status/1446134948683993091

[5] La justicia ordinaria dirime en todo lo que hace a nuestras vidas, un problema de medianera con un vecino, la tenencia de un hijo, un robo, un pagaré no saldado, el cobro de una indemnización, etc.

[6] “Nuestra tragedia: cancelar en 1982 nuestro proyecto de Nación, http://iris-speroni.blogspot.com/2019/06/nuestra-tragedia-cancelar-en-1982.html 

Artículo publicado originalmente el 16/10/2021 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2021/10/caos.html

ORDEN Y CAOS

 Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)

Son puñaladas en la espalda de personas a las que les confiamos el manejo de la Nación.

Años atrás, en una charla con un tuitero, éste sostenía que el freno en el crecimiento y la prosperidad de nuestro país nació con la guerrilla de los ‘70. Las bombas, los secuestros de propietarios de empresas o de sus gerentes generales, los ataques a edificios públicos sumaron a la desazón general, tal cual era el objetivo de los perpetradores. El resultado fue el freno de las inversiones, el retiro de empresas del país y finalmente la caída general del nivel de vida de todos nosotros.

La discusión nació al comparar números macroeconómicos de Argentina, Australia y Canadá. Algunas personas —intencionadas— sostenían que los gráficos reforzaban la idea de que la caída de la economía se generaba en los años cincuenta[1]

A mis ojos, los números decían que las tres habían crecido en paralelo hasta los ‘70. Postulé como hipótesis que la razón de la debacle pudo ser el aumento de los precios del petróleo tras el acuerdo de la OPEP. Ahí es cuando mi amigo retrucó con su hipótesis del daño que produce la conmoción interna.

Lo cual es razonable, porque de eso se trata la guerra de guerrillas. Desgastar al otro. Desestabilizarlo. Desesperarlo. Hay muchos casos de insurgencias similares exitosas. Ejemplos: los súbditos españoles contra el invasor Napoleón (1808-1814); la insurrección irlandesa que terminó con la ocupación inglesa (1171-1937); la que organizó el General Belgrano junto a milicias civiles cuando estuvo al frente del Ejército del Norte. El lector podrá agregar otros casos más.

Recuerdo de mi adolescencia: el tercer tomo de “La Fundación” de Isaac Asimov, donde se describen las acciones de insurgentes para voltear al gobierno con una serie de atentados planificados. Bombas en acueductos, centrales eléctricas, nodos comunicacionales, medios de transporte. La aleatoriedad de los mismos hace imposible para las autoridades prevenirlos. Un deterioro permanente que consume recursos materiales (reconstrucción, policiales-preventivos) y la energía mental de los dirigentes. 

Hemos sido testigos de un caos provocado: la “Primavera Árabe”, tan promocionada por la prensa norteamericana. Sublevaciones supuestamente espontáneas en todo el norte de África, en los países proveedores de petróleo a Europa. En algunos casos, como en Marruecos, pudieron retener el poder, probablemente por el auxilio de las autoridades españolas. En el resto sólo hubo conmoción, destrucción e inestabilidad.

En Libia se financió la ruptura del país en territorios dominados por distintas tribus, que se peleaban entre sí para ver cuál vendía el petróleo más barato; además de tomar como negocios colaterales el tráfico de personas y armas. Muerta quedó la mano férrea que negociaba frente a las compañías petroleras[2] [3].

Más dura fue la situación en la costa este del Mediterráneo con la irrupción de ISIS y del Estado Islámico, nacidos de la nada, casi casi como si hubieran sido una creación de la Secretaría de Estado de los EEUU. Hostigaron un Estado soberano. Destruyeron edificios, maquinaria, comercios, inventarios, viviendas, camiones, automóviles; desposeyeron, en meses y en forma masiva, a millones de familias que pasaron de tener un buen pasar a la nada. Dueños de hoteles a indigentes en un instante. Familia con trabajo y vivienda a caminantes sin comida, sin techo y sin destino. Una destrucción masiva de capital, premeditada y alevosa. Al mismo tiempo le quitaron financiación al gobierno sirio, al perder éste control de los pozos de petróleo y oleoductos y obligarlos a gigantescos gastos en armamento. Como si estos agravios no alcanzaran, las potencias desvistieron a Siria de su capital humano. Cientos de miles de médicos, mecánicos, farmacéuticos, cocineros, albañiles, operarios especializados, sastres, maestros perecieron o engrosaron las huestes migrantes. Solo faltaba que el gobierno de EEUU dijera “Delenda Siria”.

Economía

Todo lo dicho hasta acá es ajeno a la ciencia económica. Voy a tratar de explicar cómo un proceso de caos, fortuito o provocado, afecta la prosperidad de un país. Los procesos caóticos pueden ser diseñados desde una potencia extranjera con el fin de debilitar a un país. En general, de ser espontáneos, son rápidamente reprimidos.

El capital físico o intangible de un país está en propiedad del Estado, de las empresas, de las familias y de las organizaciones civiles, en forma de máquinas, edificios, enseres personales, patentes, registros de propiedad inmobiliaria.

El capital humano es el conjunto de saberes, que puede ser desde una profesión (traumatólogo) al arte de saber hacer pasta frola, tocar una chacarera en violín o fabricar bombos, (como sucede en Santiago del Estero) o ser maestro en Taekwondo (Sebastian Crismanich).

Voy a la parte de capital físico. Es generador y acumulador de riqueza. Puede estar constituido por grandes maquinarias o pequeñas. Ejemplo de grandes instalaciones: hornos de acerías o de aluminio, máquinas industriales para hilar y tejer, destilerías de vino, espumante, cerveza, whiskey como hay en todo el país, máquinas y hornos para ladrillos, camiones, autos utilitarios; no sólo máquinas, sino edificios como comercios, depósitos, hangares, fábricas. Pero hay capital físico de menor cuantía que genera riqueza, tan preciado como el anterior. Por ejemplo una olla gastronómica, una máquina para amasar (sobadora), hornos gastronómicos, mesas, sillas, máquinas pulidoras de pisos, cocinas, parrillas, soldadora, torno, herramientas en general. Todo ello es necesario para una actividad tan simple como alimentar a un grupo de personas, o reparar una vivienda. En bienes rurales tenemos acequias, graneros, aguadas, molinos, alambradas, maquinaria agrícola, pozos, tanques australianos, animales, genética, semillas.

El mismo bien puede ser capital para diferentes unidades económicas. Una olla gastronómica es útil para un restaurant, un club de barrio, un merendero o el ejército.

Después hay bienes del Estado o de empresas con concesiones estatales: usinas eléctricas (termo, hidro, nucleares), caminos, vías férreas, puertos, tendido eléctrico, gasoductos, estaciones. Existen otros bienes para brindar servicios públicos, como edificios para juzgados, escuelas, regimientos, comisarías, registros civiles.

Todo lo enumerado y más permite crear riqueza y bienestar. Que una familia posea su casa no es estrictamente capital (según la academia), pero le genera prosperidad a la familia que vive en ella. Mejora sus condiciones de vida (respecto del umbral de dormir a la intemperie) y se ahorra el costo del alquiler, lo que le aumenta sus disponibilidades para otros destinos.

La combinación de saberes y trabajo, derechos legales (como patentes o propiedad inmobiliaria) y capital físico entre los distintos agentes (familias, empresas, estado, asociaciones civiles) es lo que genera riqueza día a día, mes a mes, año a año. En vocabulario económico: el producto bruto de un país.

Para que el producto de un año, esto es el conjunto de bienes y servicios creados en un país, sea igual al del año anterior, debe contar con el mismo capital con el que contaba un año atrás y con la misma fuerza laboral.

Ahora bien, el capital se desgasta. Se deben hacer tareas de mantenimiento preventivo y reconstitutivo de maquinaria e instalaciones, reemplazar cubiertas de rodados, comprar maquinaria y herramientas en lugar de las que no dan más, etc. Doy dos ejemplos. Si la vida útil de un camión es de cinco años, y tengo una flota de 20 unidades, todos los años debo comprar 4 unidades y desechar las 4 más viejas si es que quiero mantener la vida promedio del conjunto. En bienes públicos, si las paredes de las aulas de escuelas y colegios secundarios deben pintarse cada cinco años, todos los años debo tratar el 20% de las mismas durante los recesos escolares. Caso contrario el estado edilicio de los edificios educativos se deteriora.

En cuanto al capital humano sucede lo mismo. Todos los años se jubilan odontólogos. Se deben formar profesionales todo el tiempo para mantener el plantel nacional.

Por lo tanto, para mantener el capital de un país debo invertir el equivalente al desgaste natural todos los años. Según cálculos más o menos precisos, se debe reinvertir el 20% del PBI para mantener el stock del capital.

PBI per cápita

Este indicador es un simple coeficiente donde divido lo producido entre el total de la población.

Como la población (el cociente de esta ecuación) crece en nuestro país al 1,17% anual, el producto debe aumentar en igual proporción para que la cuotaparte de cada uno de nosotros permanezca constante. Dicho en criollo, el PBI debe crecer un 1,17% anual para que todos seamos el año próximo tan pobres como éste. Caso contrario seremos más crotos aún. Esto es lo que ha sucedido en Argentina en los últimos diez años.

¿Por qué no crecemos?

Porque el país no reinvierte su producto. El Estado gasta los impuestos en destinos diferentes a mantener o aumentar el patrimonio intangible o físico del país; al mismo tiempo le quita a los privados cantidades ingentes que impide a su vez las empresas reinviertan, o no lo suficiente. Las familias no cuentan con excedentes para independizarse (instalar un taller o comercio) o mejorar su patrimonio inmobiliario.

Una de las razones es el nivel de corrupción. El Estado le succiona a los privados (familias y empresas) el 50% de su producción. Con ese dinero, una parte el Estado la gasta en sueldos y pensiones, pero el resto va a pagarle a los proveedores del Estado. De ese dinero, una parte vuelve a los funcionarios públicos en forma de sobornos y otra va a ganancias extraordinarias de los contratistas amigos del poder. En ambos casos, funcionarios y proveedores venales, convierten en dólares sus ganancias extraordinarias, las cuales sacan del país[4].

De una manera u otra, ese dinero producido por las familias y las empresas es sacado del circuito económico, no es reinvertido como capital, ni público ni privado[5].

Por lo que no la corrupción, pero sí la corrupción desmedida, es una de las razones de la pauperización permanente de nuestro país en el siglo XXI[6].

Ahora bien, no es la codicia la que hace que el país no crezca, sino la desmesura. Al no dejar en el circuito económico el dinero suficiente para reinvertir al menos el 20% del PBI, el stock de capital decrece. No hay plata para aumentar inventarios o cambiar la máquina o las cubiertas porque gran parte de la facturación se va en impuestos. Las familias no pueden comprarse una casa porque del magro sueldo la mitad va al Estado (para que éste le pague a Roggio, Báez o Lascurain).

SXX y SXXI

Durante el siglo XX el Estado nos costaba 25% del PBI. Con eso el Estado edificó escuelas, comisarías, regimientos, universidades, Chocón Cerros Colorados, Zárate Brazo Largo, puertos, silos, carreteras, juzgados, hospitales, redes de distribución de luz y gas, pertrechó a las FFAA. Eso en cuanto a las inversiones.

Además pagó salarios, jubilaciones y compró resmas de papel, uniformes, medicamentos, bombitas de luz, como gastos. Todo eso lo pudo hacer con el 25% de lo que producíamos ¡durante un siglo!

Pero lo más interesante es que a la población le quedaba libre de polvo y paja el 75% del PBI. Esa cantidad ingente de dinero en manos particulares durante un siglo permitió la creación de comercios, talleres, oficinas, consultorios médicos y odontológicos, empresas pequeñas, medianas y grandes, fábricas, hoteles, hosterías, empresas de transporte. Las familias podían hacerse su vivienda, comprarse un autito y a veces, hacer una casita en Mar de Ajó. Esto es, permitió acumulación de capital en personas y en empresas.

Ese 25% que pasó de manos —que en el SXX estaba en manos de las familias y ahora está en manos de funcionarios públicos—, equivale al aumento del costo del Estado.

Estas mayores disponibilidades presupuestarias por parte de los gobiernos no se tradujeron ni en mayores inversiones públicas ni en mejores servicios, sino que fue a parar —previo paso por la AFIP y el Tesoro Nacional— a las manos de los amigos del poder y de los funcionarios.

En resumen, el 25% del PBI anual que antes disponían las familias, ahora lo tienen los funcionarios y los amigos del poder. Ahí está la raíz de la pobreza.

Si funcionarios y “amigos empresarios” reinvirtieran en Argentina lo defraudado al Estado, lo que habría es una concentración de capital, pero no pérdida de riqueza. El país crecería, pero los dueños de las cosas serían diez personas, en lugar de la población despojada del 25% del PBI.

Funcionarios corruptos y amigos del poder no ponen fábricas o comercios sino que atesoran el dinero robado. Es dinero que se saca del circuito de la economía. Al no reinvertirse, decrece el capital: somos cada vez más pobres. EQUILIBRIO INESTABLE.

Guerra de guerrillas

La destrucción del capital de un pueblo puede darse por razones naturales. Un terremoto, ceniza de un volcán (la última vez mató majadas enteras en la Patagonia).

O por acción humana. Una es la guerra de guerrillas, como nos sucedió en los ‘70 o le sucedió hace poco a Siria. Nadie quiere invertir si un día hay una bomba en un oleoducto y al siguiente en una estación transformadora.

Pero nosotros estamos hoy en otra situación. En un drenaje permanente del fruto de nuestro trabajo y de nuestro capital, para ser sacado del país[7].

Lo natural en el ser humano es invertir. En sí mismo, en educación, hacer deportes, tener cosas que hacen a su confort. Una empresa desea expandirse, mejorar, ganar más. No es natural no invertir. Eso sucede en situaciones excepcionales, como en casos de guerra o conmoción interna. O como ahora, que estamos en una guerra de desgaste la élite que gobierna contra nosotros, los habitantes de la Nación.

Lo peor es la traición. No son los dueños del Frigorífico Anglo, los hermanos Vestey en los tiempos de De la Torre, que evaden impuestos. No. Son puñaladas en la espalda de personas a las que les confiamos el manejo de la Nación.

Propuesta

Que el nivel impositivo del país vuelva al nivel histórico del 25%.

O mejor dicho, que los argentinos volvamos a recibir el 75% de nuestro esfuerzo.

Entonces nuevamente la gente volverá a hacerse su casa, ponerse su taller, mandar a su hija a estudiar veterinaria a La Plata o sistemas a la UTN. Las empresas podrán invertir en nuevos negocios y acrecentar los existentes, no como hoy, que sólo lo hacen los que tenga alguna protección del poder: aquellos por los cuales De Mendiguren pide alguna franquicia.

Caos

Si alguien duda del daño del caos, basta ver la destrucción del microcentro de la ciudad de Buenos Aires luego de 20 años de manifestaciones intermitentes.

Y por último, dejo acá el concepto de Curtis Yarvin: el caos es funcional a la élite que nos gobierna, nunca a las personas del común, que necesitamos orden para prosperar. Quienes provocan caos, por lo tanto, asisten a los poderosos en doblegar a los habitantes que sólo buscan trabajar, estudiar y ser felices[8].

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencias

[1] Los que presentaron esta teoría hacían recaer la responsabilidad en el gobierno del General Perón (1946-1955) y no en la ley de autoabastecimiento alimentario de la Comunidad Económica Europea impuesta en la misma época.

[2] Algunas de las notas de Restaurar sobre los problemas en Siria:

Siria: una simplificada hoja de ruta, http://restaurarg.blogspot.com/2018/04/siria-una-simplificada-hoja-de-ruta_23.html

Una mirada al mundo y sus conflictos, http://restaurarg.blogspot.com/2020/05/una-mirada-al-mundo-y-sus-conflictos.html 

Siria 1, http://restaurarg.blogspot.com/2017/05/siria-1.html

Siria 3, http://restaurarg.blogspot.com/2017/05/siria-3.html

Siria 4, http://restaurarg.blogspot.com/2017/05/siria-4.html

Siria 4 última parte, http://restaurarg.blogspot.com/2017/06/siria-4-ultima-parte.html

Siria 6, http://restaurarg.blogspot.com/2017/07/siria-5-la-post-guerra.html

El nada misterioso origen del Estado Islámico, http://restaurarg.blogspot.com/2017/05/el-nada-misterioso-origen-del-estado.html

El mercado humano del ISIS, http://restaurarg.blogspot.com/2017/06/el-mercado-humano-del-isis.html

Todo lo que le queda a ISIS es plata. Montones, http://restaurarg.blogspot.com/2019/03/todo-lo-que-le-queda-isis-es-plata.html

La guerra cercana, http://restaurarg.blogspot.com/2020/10/la-guerra-cercana.html

Ante el temor, la locura, http://restaurarg.blogspot.com/2018/10/ante-el-temor-la-locura.html

Los kurdos fueron traicionados por Occidente, http://restaurarg.blogspot.com/2019/10/los-kurdos-fueron-traicionados-por.html

Libia – otro fracaso de la UE, http://restaurarg.blogspot.com/2018/09/libia-otro-fracaso-de-la-ue.html

[3] Sospecho que el modelo que quieren aplicar acá es el libio.

[4] Ejemplos son los “constructores” Wagner, con compras inmobiliarias millonarias en Punta del Este, o Lascurain condenado en primera instancia por defraudar al Estado. Y la lista de funcionarios procesados y algunos condenados, es larga.

[5] El Mecanismo, http://iris-speroni.blogspot.com/2018/08/el-mecanismo.html 

El dinero de la corrupción nunca vuelve, http://iris-speroni.blogspot.com/2018/09/el-dinero-de-la-corrupcion-nunca-vuelve.html 

Atesorar, http://restaurarg.blogspot.com/2020/10/atesorar.html

[6] Apenas asumió Macri autorizó una partida de 500 millones de dólares para Roggio y para sí. Esto es once dólares por habitante, cuarenta y cuatro por familia. No fueron Roggio y Macri de la mano casa por casa y pidieron 44 dólares cada vez que tocaban el timbre, hasta alcanzar la cifra. No. Usaron al estado para quitarle dinero a unos ciudadanos y dárselo a otros (a ellos). Tomaron la recaudación de la AFIP y se la guardaron. Éste es el mecanismo de despojo permanente. No importa si son las obras de Báez y López o las de Macri y Roggio.

[7] El Estado croupier, http://restaurarg.blogspot.com/2019/09/el-estado-croupier.html

[8] Volvemos siempre al punto de partida: es la élite contra nosotros.

Artículo publicado originalmente el 09/10/2021 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2021/10/orden-y-caos.html 

GOBERNANZA SOSTENIBLE, ESTADO Y PAPEL DE LOS INDIVIDUOS: DILEMA DE CONTRADICCIÓN ENTRE ECONOMÍA Y POLÍTICA

Salam Al Rabadi*

Está claro que muchos de los desarrollos relacionados con la pandemia de “Covid-19” han llevado a un cambio en los hechos y datos económicos y políticos relacionados con los debates sobre el estado del Estado, la gobernanza sostenible y el papel de los individuos, etc., que en su totalidad giran en torno a la dialéctica de la contradicción fundamental entre la globalización de la economía por un lado y el nacionalismo de la política por otro. Es la dialéctica que se puede expresar mediante la siguiente pregunta problemática:

¿Hasta qué punto puede el Estado mantener su posición y funciones? ¿Cuál es la posibilidad de lograr una gobernanza sostenible?

En principio, se puede decir que una de las mayores complejidades y dilemas que impide el acceso a la gobernanza sostenible, sigue estando estrechamente relacionada con la problemática de la contradicción en el desarrollo tanto de la economía como de la política. La economía se está moviendo lógicamente y hasta cierto punto siempre hacia lo global, mientras que la política todavía se practica principalmente a nivel local o nacional. Aquí, la división o contradicción aparece en la relación entre autoridad, responsabilidad y rendición de cuentas en cierta medida, de modo que encontramos que existe una autoridad económica global versus una responsabilidad política nacional o local en la que se concentra el uso de la autoridad. Esta contradicción obstaculiza la posibilidad y la eficacia de alcanzar y consolidar los principios de gobernanza sostenible a todos los niveles.

Por lo tanto, para conciliar entre la política interna y la economía global, el punto de equilibrio entre ellas debe basarse en la gobernanza sostenible, que se basa en el principio de interdependencia entre los conceptos políticos y económicos por un lado, y los principios de transparencia, rendición de cuentas y participación por el otro, aquí el individuo (como ciudadano o como consumidor) puede ser el juicio o equilibrio por el cual ese equilibrio perdido puede ser logrado. Lo cual necesitamos a nivel de la posibilidad de lograr una gobernanza sostenible.

Como cada una de las fuerzas políticas y económicas están tratando de ganarse a los individuos para su lado, ya sea a nivel económico o político (el individuo es, por un lado, un votante, y por el otro, un consumidor). En el ámbito económico, a pesar de todos los problemas de desigualdad y de justicia distributiva, el consumidor individual sigue teniendo la iniciativa a nivel económico, basándose en que él es la base, meta y referencia de las fuerzas comerciales en todas sus formas. Además, el ciudadano individual es la base de la autoridad política de acuerdo con el proceso democrático y el voto electoral, ya que todavía tiene un impacto significativo en el nivel de determinación de las orientaciones políticas.

En base a esto, los individuos en los que se basan los sistemas políticos y económicos deben asumir la responsabilidad, comprometerse y participar en el proceso de creación de esa influencia y presión para enfrentar los monopolios y el control de las élites capitalistas, de seguridad, políticas, mediáticas e incluso académicas, con el fin de ser el pilar en el logro de las políticas de rendición de cuentas, participación y transparencia en las que se basa la gobernanza. Las políticas de gobernanza no deben limitarse a reformas estructurales o protestas en las calles y en las urnas. Más bien, la sostenibilidad y el proceso de gobernanza deben apoyarse responsabilizando directamente a las fuerzas monopólicas a través de una cultura de consumo, ya que gastar o ahorrar dinero puede conducir a los fines deseados. Esta lógica o dirección de acción directa puede ser mejor y más efectiva que las formas tradicionales de expresión política y económica.

A la luz de los mercados globales que intentan evadir las reglas y restricciones de la contabilidad, el papel del individuo (el consumidor) aparece como una fuerza a tener en cuenta. Ya no se puede ignorar que las personas de todo el mundo ahora están recurriendo a las compras políticas más que al voto electoral. Por lo tanto, la participación en el proceso de boicot económico y la tendencia hacia las compras políticas (por así decirlo) es un indicador positivo que indica que la actividad política del consumidor individual ha comenzado a moverse en la dirección correcta. Donde la creciente actividad e influencia de las fuerzas económicas, y la correspondiente voluntad política poco clara, resulta en una creciente comprensión de que las compras políticas son una forma más efectiva de gobernanza sostenible.

Donde parece que el consumo o la compra política ha comenzado a reemplazar a la ciudadanía tradicional, ya que es la herramienta que permite al individuo (como ciudadano o consumidor), imponer la rendición de cuentas y corregir las políticas públicas de una manera más seria y práctica. A la luz de la codicia financiera, la indiferencia política y la ausencia de responsabilidad entre muchas élites tecnocráticas y fuerzas del mercado, los individuos pueden asumir la responsabilidad y la participación en el logro de una gobernanza sostenible mediante la adopción de políticas de compras políticas como una estrategia o una nueva forma de rendición de cuentas efectiva.

En resumen, en la práctica debemos admitir que si bien el contrato social que une a los pueblos y los gobiernos es cada vez más frágil, parece que la presión y la influencia de los individuos está ejerciendo un impacto real frente a las fuerzas monopólicas y la corrupción. Ese efecto, que los gobiernos o incluso algunas instituciones internacionales no pueden producir, y que pueden estar fundamentalmente renuentes a hacerlo.

 

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España.

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG. Prohibida su reproducción. 

©2021-saeeg