Archivo de la etiqueta: Esclavitud

ESTADOS UNIDOS Y SU COMPLICADO 244º ANIVERSARIO

Editorial El Deber

El 4 de julio de 1776 las trece colonias inglesas de Norteamérica decidieron ser independientes y formaron una república federal que llamaron Estados Unidos de América. En septiembre de 1787 —ya liberado del dominio colonial— el flamante país se dio una Constitución, notable documento válido hasta hoy, con el agregado de varias enmiendas. 

Con el tiempo y como es sabido, EEUU se transformó en una gran potencia y ganó territorios mediante adquisiciones, guerras y conquistas. Aunque convertido en adalid de la libertad y en foco de referencia mundial, arrastra hasta hoy algunos temas muy conflictivos que aún esperan solución definitiva.

De partida, EEUU nació con un pecado original, al haberse dispuesto en el preámbulo constitucional que “todos los hombres son creados iguales”, al mismo tiempo que se mantenía el odioso sistema de la esclavitud de los afroamericanos, arrastrados a la fuerza hacia el nuevo continente desde 1619 para ser usados como mano de obra barata en tareas agrícolas y serviles, al mismo tiempo que en líneas generales soportaban un trato cruel e inhumano. Recién en 1865 —luego de concluir la guerra civil entre el norte liberador y el sur esclavista— se terminó formalmente con la vil esclavitud, pero sus injusticias y segregaciones continuaron por mucho tiempo más, algunas de ellas inclusive hasta nuestros días.

El otro problema de EEUU —desde antes inclusive de su independencia— fue el tratamiento de los pueblos indígenas originarios. Desde un principio se crearon roces entre los colonos que llegaban con sus familias y los nativos del lugar. Poco a poco se los fue aniquilando o trasladando hacia lugares más alejados; también con estos pueblos se produjeron enormes injusticias, les quitaron sus tierras y se ejercieron crueldades que los propios intelectuales estadounidenses están ahora dedicados a comprobar e investigar. Es más, se calcula que de 15 millones de originarios que poblaban Norteamérica en el siglo XVII, solo quedaron un par de cientos de miles al comenzar el pasado Siglo XX.

Mientras EEUU construía una sociedad moderna, dinámica y formalmente democrática, arrastró situaciones racistas que cada tanto provocan erupciones sociales. La última de ellas ha sido la ocurrida luego de la muerte del afroamericano George Floyd por exceso de fuerza policial. El incidente provocó grandes marchas, destrucción de monumentos y una buena cuota de vandalismo.

A todo esto, en noviembre 3 tendrán lugar las elecciones presidenciales; Donald Trump tendrá la oportunidad de ser reelecto o en su lugar tal vez gane la presidencia el candidato demócrata Joe Biden, quien ya fue vicepresidente de Barack Obama. La situación es difícil, máxime si a las tensiones del momento agregamos los temas de la pandemia, las recurrentes crisis con China y la dramática caída de la actividad económica y del empleo —como consecuencia del Covid-19— a niveles que han superado la gran depresión de 1929.

Un panorama crítico, en verdad. Empero, EEUU ha atravesado difíciles momentos durante sus 244 años de vida y siempre superó problemas mediante entendimientos constructivos. Confiamos en que el gran país del norte así lo logre también esta vez y que las cosas se normalicen, para aliviar tensiones y seguir el camino productivo de una nación multicultural de 330 millones de habitantes, ejemplo para muchos y envidiada por otros. Al noble pueblo estadounidense le deseamos lo mejor en este día, al mismo tiempo que hacemos votos por una pronta conciliación de sus divergencias. El mundo libre necesitará siempre como respaldo a los Estados Unidos ante potenciales terroristas y dictadores megalómanos. 

 

Tomado de El deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/188606_estados-unidos-y-su-complicado-244o-aniversario

DOS TIPOS DE CONQUISTAS ENTRE PUEBLOS Y NACIONES

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de DarkWorkX en Pixabay

Hay varias maneras de sojuzgar a un pueblo o grupo de personas. Se lo puede hacer al estilo romano, dejándole a los vencidos algo de libertad, pero con la clara advertencia de que un paso más allá motivará que las legiones destruyan lo que se les plazca. Los ingleses en épocas más recientes fueron maestros en este “arte” y así conquistaron la cuarta parte del globo. Previamente sojuzgaron a las naciones de su propia isla: Gales, Irlanda y Escocia. Irlanda se les fue de las manos pero quedó Irlanda del Norte. Su Majestad Británica abrió las puertas del mundo a los ingleses sin necesidad de que emigren; entre el siglo XIX y mediados del XX, el imperio británico abarcaba los cinco continentes.

Adonde iban los oriundos de Inglaterra ondeaba su pabellón, se hablaba su idioma, se tomaba el té, jugaban al bridge y se bebía whisky. Es más, exportaron deportes hoy universales como el fútbol el rugby, el polo y el cricket. Los nativos de la colonia de turno tenían su auto gobierno pero con la amenaza latente de ordenar la represión imperial ante cualquier rebeldía. Los ingleses convivían sin prodigarse, pero no exterminaron razas ni eliminaron lenguas o costumbres. Trataban con aires de superioridad, indiferencia o desdén a los no ingleses, pero no les hacían daño, salvo situaciones extremas.

Al contrario, el que pretende dominar en forma “dura”, ambiciona todo lo que poseía el subyugado más lo que había en su entorno. Y no quiere como vecino ninguna cara distinta de la suya, sino otras similares a las de él. Para los aristócratas del pasado ese prejuicio les resultaba aberrante; la forma física o el color de piel de los súbditos era algo secundario. No aceptaban la igualdad pero tampoco aceptaban el exterminio; se consideraban “superiores” y punto. El aristócrata y explorador Alexander von Humboldt increpó al presidente estadounidense Thomas Jefferson por el trato de los afroamericanos. El mandatario le expresó al científico alemán que la esclavitud de los negros era “inevitable” y “económicamente positiva”. No en vano se dice que la sumisión caracterizó a las conquistas aristocráticas y el exterminio o la expulsión fue típica de las “democráticas”. La propia Constitución de EEUU afirmaba que “todos los hombres son creados iguales” mientras hombres, mujeres y niños esclavos, eran mera propiedad privada… Esa inconcebible aberración duró hasta 1865.

Si para los expulsados no hay lugar porque los vencedores se apropiaron de tierras y riquezas, su triste destino será desaparecer o sobrevivir en reservaciones. Existen básicamente dos clases de guerra o de dominio, según que la meta sea exterminar o hacer dócil al vencido. En el primero se persigue su eliminación y en el otro sólo torcer su voluntad. En el segundo caso basta con que el enemigo deponga armas, abandone “x” alianza, ceda o devuelva un territorio, etc. Si se trata -por el contrario- no sólo de vencer al oponente sino también de arrebatarle lo que posee, entonces quedan únicamente la expropiación, el genocidio o el éxodo forzado. Es muy triste, pero así han estado las cosas en este mundo cruel a lo largo de siglos; en muchos casos siguen ahora igual e inclusive peor, pese a los avances del Derecho internacional y de los Derechos Humanos.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/154727_dos-tipos-de-conquistas-entre-pueblos-y-naciones

EL PROYECTO 1619 Y LA ESCLAVITUD EN EEUU

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de OpenClipart-Vectors en Pixabay

El diario “The New York Times” (www.nytimes.com) está desarrollando el “Proyecto 1619”, iniciativa para recordar el 400º aniversario del inicio de la esclavitud en lo que hoy es Estados Unidos. Se busca rescatar tribulaciones y contribuciones de los africanos traídos para ser esclavos. Ellos llegaron en barcos bajo pésimas condiciones de salubridad, luego de haber sido cazados como animales en sus tierras de origen hasta por sus propios jefes de tribus, que se enriquecían con el vil comercio. El Proyecto 1619 pretende replantear la historia de EEUU, colocando en niveles centrales las consecuencias de la esclavitud y las contribuciones de los estadounidenses negros.

En el mes de agosto de 1619, solo 12 años después de que los ingleses se establecieran en Virginia, un año antes del desembarque puritano en Plymouth Rock y 157 años antes de que esos colonos decidieran crear su propia nación independiente, algunos granjeros adquirieron de piratas ingleses unos 20 o 30 africanos. Los piratas a su vez los habían robado de un navío portugués proveniente de Angola. Los hombres y mujeres que tocaron tierra norteamericana un fatídico día de agosto de 1619 iniciaron en esa región el vergonzoso proceso de esclavitud. Ellos fueron una mínima parte de los 13 millones secuestrados de sus hogares y transportados al nuevo continente, en lo que fue la mayor migración forzada de la historia hasta la expulsión de los alemanes de sus tierras del este al concluir la Segunda Guerra Mundial (1945).

Antes de la abolición del comercio esclavista más de 400.000 negros serían vendidos en Norteamérica. Ellos y sus generaciones transformaron los lugares adonde fueron llevados y constituyen hoy una parte importante (entre 15 y 18%) de la población estadounidense. La emancipación recién fue posible en 1865, al finalizar el conflicto civil entre unionistas y confederados. Transcurrieron casi 90 años desde la fundación de EEUU para que los negros sean libres. Y allí no terminaron sus desgracias; incluso el día de hoy son objeto de discriminación pero felizmente se avanzó mucho; hasta se tuvo un presidente de origen africano, Barak Obama. Aún con tales avances, el camino del afroamericano no es fácil y seguirá siendo complicado. Es por eso que se ha lanzado el proyecto 1619, para que se tome conocimiento no sólo de las penurias de la raza negra en EEUU sino también de sus aportes —con talento y sangre— en favor del país al que le brindaron lealtad incondicional, más allá de la esclavitud del pasado.

Al contrario de los inmigrantes hispanos de EEUU —con lengua propia y culturas comunes— los negros en Norteamérica apenas conocen la cultura anglosajona que marginalmente pudieron asimilar. Algunos estudiosos escudriñaron diversos aspectos africanistas, pero el grueso de la población esclava olvidó con el tiempo idiomas y costumbres propias, mientras asimilaba lo que podía de sus forzados amos.

La esclavitud concluyó años atrás, pero hasta este 2019 no todos los afroamericanos gozan de una plena igualdad de oportunidades. Merecen de sobra tenerla, tras cuatro siglos de sufrimiento y discriminación.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, <https://www.eldeber.com.bo/opinion/El-proyecto-1619-y-la-esclavitud-en-EEUU-20190921-9433.html>