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DOS TIPOS DE CONQUISTAS ENTRE PUEBLOS Y NACIONES

Agustín Saavedra Weise*

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Hay varias maneras de sojuzgar a un pueblo o grupo de personas. Se lo puede hacer al estilo romano, dejándole a los vencidos algo de libertad, pero con la clara advertencia de que un paso más allá motivará que las legiones destruyan lo que se les plazca. Los ingleses en épocas más recientes fueron maestros en este “arte” y así conquistaron la cuarta parte del globo. Previamente sojuzgaron a las naciones de su propia isla: Gales, Irlanda y Escocia. Irlanda se les fue de las manos pero quedó Irlanda del Norte. Su Majestad Británica abrió las puertas del mundo a los ingleses sin necesidad de que emigren; entre el siglo XIX y mediados del XX, el imperio británico abarcaba los cinco continentes.

Adonde iban los oriundos de Inglaterra ondeaba su pabellón, se hablaba su idioma, se tomaba el té, jugaban al bridge y se bebía whisky. Es más, exportaron deportes hoy universales como el fútbol el rugby, el polo y el cricket. Los nativos de la colonia de turno tenían su auto gobierno pero con la amenaza latente de ordenar la represión imperial ante cualquier rebeldía. Los ingleses convivían sin prodigarse, pero no exterminaron razas ni eliminaron lenguas o costumbres. Trataban con aires de superioridad, indiferencia o desdén a los no ingleses, pero no les hacían daño, salvo situaciones extremas.

Al contrario, el que pretende dominar en forma “dura”, ambiciona todo lo que poseía el subyugado más lo que había en su entorno. Y no quiere como vecino ninguna cara distinta de la suya, sino otras similares a las de él. Para los aristócratas del pasado ese prejuicio les resultaba aberrante; la forma física o el color de piel de los súbditos era algo secundario. No aceptaban la igualdad pero tampoco aceptaban el exterminio; se consideraban “superiores” y punto. El aristócrata y explorador Alexander von Humboldt increpó al presidente estadounidense Thomas Jefferson por el trato de los afroamericanos. El mandatario le expresó al científico alemán que la esclavitud de los negros era “inevitable” y “económicamente positiva”. No en vano se dice que la sumisión caracterizó a las conquistas aristocráticas y el exterminio o la expulsión fue típica de las “democráticas”. La propia Constitución de EEUU afirmaba que “todos los hombres son creados iguales” mientras hombres, mujeres y niños esclavos, eran mera propiedad privada… Esa inconcebible aberración duró hasta 1865.

Si para los expulsados no hay lugar porque los vencedores se apropiaron de tierras y riquezas, su triste destino será desaparecer o sobrevivir en reservaciones. Existen básicamente dos clases de guerra o de dominio, según que la meta sea exterminar o hacer dócil al vencido. En el primero se persigue su eliminación y en el otro sólo torcer su voluntad. En el segundo caso basta con que el enemigo deponga armas, abandone “x” alianza, ceda o devuelva un territorio, etc. Si se trata -por el contrario- no sólo de vencer al oponente sino también de arrebatarle lo que posee, entonces quedan únicamente la expropiación, el genocidio o el éxodo forzado. Es muy triste, pero así han estado las cosas en este mundo cruel a lo largo de siglos; en muchos casos siguen ahora igual e inclusive peor, pese a los avances del Derecho internacional y de los Derechos Humanos.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/154727_dos-tipos-de-conquistas-entre-pueblos-y-naciones

EL PROYECTO 1619 Y LA ESCLAVITUD EN EEUU

Agustín Saavedra Weise*

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El diario “The New York Times” (www.nytimes.com) está desarrollando el “Proyecto 1619”, iniciativa para recordar el 400º aniversario del inicio de la esclavitud en lo que hoy es Estados Unidos. Se busca rescatar tribulaciones y contribuciones de los africanos traídos para ser esclavos. Ellos llegaron en barcos bajo pésimas condiciones de salubridad, luego de haber sido cazados como animales en sus tierras de origen hasta por sus propios jefes de tribus, que se enriquecían con el vil comercio. El Proyecto 1619 pretende replantear la historia de EEUU, colocando en niveles centrales las consecuencias de la esclavitud y las contribuciones de los estadounidenses negros.

En el mes de agosto de 1619, solo 12 años después de que los ingleses se establecieran en Virginia, un año antes del desembarque puritano en Plymouth Rock y 157 años antes de que esos colonos decidieran crear su propia nación independiente, algunos granjeros adquirieron de piratas ingleses unos 20 o 30 africanos. Los piratas a su vez los habían robado de un navío portugués proveniente de Angola. Los hombres y mujeres que tocaron tierra norteamericana un fatídico día de agosto de 1619 iniciaron en esa región el vergonzoso proceso de esclavitud. Ellos fueron una mínima parte de los 13 millones secuestrados de sus hogares y transportados al nuevo continente, en lo que fue la mayor migración forzada de la historia hasta la expulsión de los alemanes de sus tierras del este al concluir la Segunda Guerra Mundial (1945).

Antes de la abolición del comercio esclavista más de 400.000 negros serían vendidos en Norteamérica. Ellos y sus generaciones transformaron los lugares adonde fueron llevados y constituyen hoy una parte importante (entre 15 y 18%) de la población estadounidense. La emancipación recién fue posible en 1865, al finalizar el conflicto civil entre unionistas y confederados. Transcurrieron casi 90 años desde la fundación de EEUU para que los negros sean libres. Y allí no terminaron sus desgracias; incluso el día de hoy son objeto de discriminación pero felizmente se avanzó mucho; hasta se tuvo un presidente de origen africano, Barak Obama. Aún con tales avances, el camino del afroamericano no es fácil y seguirá siendo complicado. Es por eso que se ha lanzado el proyecto 1619, para que se tome conocimiento no sólo de las penurias de la raza negra en EEUU sino también de sus aportes —con talento y sangre— en favor del país al que le brindaron lealtad incondicional, más allá de la esclavitud del pasado.

Al contrario de los inmigrantes hispanos de EEUU —con lengua propia y culturas comunes— los negros en Norteamérica apenas conocen la cultura anglosajona que marginalmente pudieron asimilar. Algunos estudiosos escudriñaron diversos aspectos africanistas, pero el grueso de la población esclava olvidó con el tiempo idiomas y costumbres propias, mientras asimilaba lo que podía de sus forzados amos.

La esclavitud concluyó años atrás, pero hasta este 2019 no todos los afroamericanos gozan de una plena igualdad de oportunidades. Merecen de sobra tenerla, tras cuatro siglos de sufrimiento y discriminación.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, <https://www.eldeber.com.bo/opinion/El-proyecto-1619-y-la-esclavitud-en-EEUU-20190921-9433.html>