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GUAYANA ESEQUIBA: UN LAUDO VICIADO E INDEBIDAMENTE PRONUNCIADO

Abraham Gómez R.*

1906, Mapa Escolar con el límite hasta la el río Esequibo,

 

En nuestro país ha aflorado, por todas partes, una inmensa expectativa indetenible y siempre en crecimiento acerca de la reclamación centenaria por la extensión territorial que nos arrebataron y usurparon con vileza.

Hay casi unanimidad en los más diversos sectores de nuestra sociedad —a los cuales se les ha solicitado opinión— para que se mantenga viva nuestra lucha reivindicativa hasta alcanzar a satisfacción el noble e histórico objetivo de restitución de los 159.500 km2; que no es poca cosa.

Esa inmensidad, que siempre ha sido nuestra, dejó de ser un espacio apenas imaginado, lejano e insatisfactorio; que parecía no ser de nadie; siendo de toda Venezuela, a la vez.

Hemos pasado del tímido por qué no, al porque sí en nuestra justa reclamación y ahora con fuerza jurídica ante la Sala Sentenciadora de la ONU.

No aceptaremos, de ningún modo, estrategias de espada y fraude. Vamos con nuestras irrebatibles pruebas.

Nos conseguimos con ideas y conjeturas que —circunstancialmente— diseñan y proponen caminos y procedimientos distintos para llegar al mismo fin; pero, sin embargo, se acoplan y calzan en una única mirada para la defensa de nuestros legítimos derechos en esa séptima parte de nuestra geografía.

La expresión que hemos venido divulgando “no hay nada de que temer” no comporta un exagerado optimismo o un tranquilizante con efecto placebo. Lo que decimos se ha divulgado con sobrada justificación porque poseemos los Justos Títulos que respaldan a Venezuela, que pronto mostraremos y demostraremos —aportación de Parte— ante el Alto Tribunal de La Haya, cuando nos corresponda consignar el memorial de contestación de la demanda, para abril del próximo año, si así lo autoriza el jefe de Estado.

Con nuestro incontrovertible e inconcuso acervo de probanza desmontaremos la trampa urdida el 3 de octubre de 1899; dígase la más grande tropelía que se haya perpetrado contra un país pobre e indefenso para la época, frente a la arrogancia y soberbia del Imperio Inglés.

El reconocido jurista sueco Gillis Wetter, en su enjundioso estudio de cinco tomos denominado “Los Procedimientos Internacionales de Arbitraje” (Edición-1979); precisamente en su 3er. tomo, dedicado al arbitraje entre Venezuela y la Gran Bretaña, concluye que: “…Ese laudo Arbitral constituye el obstáculo fundamental para que se consolide la fe de los pueblos en el arbitraje y en la solución de controversias por vías pacíficas. Tal sentencia adolece de serios vicios procesales y sustantivos, y fue objeto de una componenda de tipo político”.

Venezuela ha tenido al Laudo y todo cuanto desde allí se hizo (La coercitiva delimitación y demarcación de 1905) como actos de nulidad absoluta. Nulos de pleno derecho. Insubsanables.

La nulidad absoluta acarrea las consecuencias más graves que puede sufrir un acto procesal. Una nulidad absoluta no surte ningún efecto jurídico. Actos contrarios a derecho, nunca generan derechos.

Nuestro país ha reafirmado permanentemente ante el mundo que la aludida sentencia fue una maniobra, devenida en un ardid político-diplomático (nunca de buena fe), que jamás hemos legitimado y menos ejecutoriado; porque la consideramos inválida, sin eficacia jurídica y sin fuerza para constituirse en elemento oponible a nada.

En su petitorio, de entrada, hubo cuatro pretensiones procesales por parte de la excolonia británica en el escrito de interposición de acciones contra nosotros, por ante la Corte Internacional de Justicia, el 29 de marzo de 2018.

Entre las solicitudes está que el Cuerpo jurisdicente declare la validez del írrito y nulo Laudo; y le confiera la autoridad de cosa juzgada.

Sin embargo, la Sala Juzgadora, el 18 de diciembre del 2020, redujo únicamente a dos los objetos de fondo para conocer y resolver: la validez o invalidez del laudo y la fijación definitiva de  las fronteras entre Venezuela y Guyana.

Hemos dicho, muchas veces, en todas nuestras conferencias en las universidades, que si la Corte se dispone a examinar los hechos en estricto derecho; y si el Laudo en efecto es la causa principal del juicio; entonces, tengámoslo por seguro que se le   presenta la mejor ocasión a Venezuela para desmontar (procesalmente), desenmascarar y denunciar la perversión jurídica de la cual fuimos víctima.

Los vicios en los que incurrió la decisión arbitral —concertación criminosa encabezada por el ruso DeMartens— han sido magistralmente estudiados y tratados en el “Informe de los expertos venezolanos Hermann González Oropeza y Pablo Ojer”, publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, fechado el 18 de marzo de 1965.

Este trabajo contiene muchas de las pruebas de las que dispone nuestro país para encarar, en justo derecho por ante el Alto Tribunal de la Haya, el juicio al que hemos sido emplazados.

El adefesio arbitral de París ignora totalmente en su decisión los Justos Títulos: la Real Cédula de Carlos III, del 8 de septiembre de 1777, cuando crea la Capitanía General de Venezuela; elude también, los documentos traslaticios conferidos —con honores— a Venezuela por parte de España, en el evento histórico de reconocimiento de nuestra independencia, el 30 de marzo de 1845. Sospechosamente fueron obviados; por cuanto, colocar sobre la mesa los documentos que nos acreditan por herencia esa extensión territorial, significaba —determinantemente— examinar fechas, y compulsar las legitimidades probatorias que nunca presentarían los delegados ingleses; y menos lo han hecho, en ninguna ocasión (y no lo harán) los representantes guyaneses en el actual litigio que ellos provocaron unilateralmente.

Otro aspecto que vicia la precitada decisión arbitral es el referente a la cláusula de Prescripción; porque jamás llegó a clarificarse a partir de qué fecha se daría por válida y la cantidad de años de posesión legítima, del reclamante sobre el territorio, para hacerse efectiva su aplicación, conforme al Compromiso Arbitral de 1897.

El jurado omitió adrede esa valiosa consideración de fondo; porque los representantes del Reino Unido se conseguirían y chocarían de frente —inexorablemente— con el principio del Uti-possidetis-iuris, al cual ellos no estaban dispuestos a someterse o a contrastarse.

Adicionemos esta otra irregularidad. No estaba prevista ni acordada resolver la contención venezolana sobre la Guayana Esequiba, por la vía de la transacción o componenda, que en efecto fue lo que lo hicieron; cuyo catastrófico  resultado, finalmente, es que ese fallo arbitral carezca de motivación; con lo cual contrarían todo lo dispuesto en las Convenciones de Arbitraje de La Haya de 1899, donde se afianzó el carácter judicial del arbitraje, cuyos antecedentes provienen desde 1872, con  la célebre sentencia arbitral del Alabama.

En el único caso que la doctrina justifica que una decisión arbitral no sea motivada es cuando el arbitraje corresponda a un Monarca; sin embargo, la Reina Isabel II motivó ampliamente el Laudo que pronunció sobre la isla de Aves, favorable a Venezuela, el 30 de junio de 1865.

Catalogamos como sumamente grave una decisión arbitral sin motivación emanada de un cuerpo arbitral ad-hoc.

La solución del Tribunal Arbitral estaba obligada a ofrecer, explícitamente, una exposición clara y completa de los hechos y de las razones que determinan el fallo, naturalmente.

Analicemos, además, lo siguiente: de acuerdo con las memorias post-mortem de Severo Mallet-Prevost, divulgadas en 1949 (citada parcialmente más abajo) y que nos sirvieron para soportar y justificar nuestro reclamo en la Organización Naciones Unidas, la Comisión Arbitral en las pocas ocasiones que deliberaron lo hizo siempre en base a cartografías mañosas y adulteradas proporcionadas por el Royal Geographical Society (Instituto geográfico del Reino Unido):

Aunque la decisión del tribunal haya sido unánime; pero si bien es cierto que dio a Venezuela el sector en litigio más importante desde el punto de vista estratégico, no dejó de ser injusta para Venezuela y la privó de un territorio vasto e importante, sobre el cual la Gran Bretaña no tenía, en mi opinión, la menor sombra de derecho” (Omissis).

En ningún momento hubo aquilatamiento de las pruebas correspondientes.

En el texto de la ominosa resolución arbitral se perciben como causales de nulidad, aparte de las arriba expuestas, las denominadas incongruencias sentenciales por extra petita (decidir asunto que no había sido previamente convenido): caso de la autorización para la libre navegación internacional de los ríos Barima y Amacuro; y por ultra vires (exceso de poder): decidir a favor del Reino Unido la franja suroeste (región de Pirara) en el área controvertida, que pertenecía a Brasil.

Incurrió el cuerpo arbitral que decidió el írrito y nulo laudo en una descarada prevaricación y colusión.

Estaba consciente ese árbitro que cometía un dolo procesal y en las disposiciones; pero que, no obstante, continuó con tales hechos y presentó el abominable veredicto, que Venezuela jamás ha consentido.

Desde el inicio obtuvo el calificativo de cuestionada junta arbitral, espuriamente conformada, porque no aceptó la presencia de la delegación venezolana; siendo, legítimamente, parte concernida.

Más elementos, de pleno derecho, que anulan el laudo: la demostrada y denunciada coacción (y parcialización) de DeMartens, quien se suponía iba a desempeñarse como fiel ponderante, en esa comisión, donde jamás hubo equilibrio e igualdad de las partes y menos reciprocidad procesal, con lo cual sesgaron el Proceso.

La torpeza con que actuaron los llevó a precipitar la añagaza decisional; por lo que no hicieron una obligada investigación en locus (en el área controvertida).

La pregunta más recurrente que nos hacen apunta a que si la Corte puede sentenciar la nulidad de ese laudo Arbitral. Nuestro criterio al respecto (intercambiado, consultado y discutido con especialistas) apunta en sentido afirmativo. Ese adefesio arbitral debe considerarse sin eficacia jurídica y no obligatorio; siempre y cuando haya una exhaustiva examinación, por parte de la Sala, de las irregularidades perpetradas contra Venezuela.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Asesor de la Comisión por el Esequibo y la Soberanía Territorial. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV). Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba. Asesor de la ONG Mi Mapa.

LA CARRERA HACIA LAS ESTRELLAS. EL ESTADO ACTUAL DE LA TECNOLOGÍA DE MISILES

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de WikiImages en Pixabay

Entre las diversas tecnologías de propulsión aeroespacial, los motores de cohetes de propelente líquido fueron los primeros en ingresar a las aplicaciones de ingeniería aeroespacial debido a su alto rendimiento y confiabilidad, y buena adaptabilidad a las misiones. Siempre han tenido una posición dominante, fomentando las primeras pruebas a partir de 1926, así como el nacimiento y desarrollo de misiles balísticos (1944-1970) y cohetes portadores (1957 hasta la fecha), que abrieron la era de los vuelos espaciales tripulados y apoyaron el vigoroso desarrollo de las actividades relacionadas.

El sistema de propulsión principal, el sistema de propulsión auxiliar de los vehículos de lanzamiento (con la excepción de los pequeños vehículos de lanzamiento sólidos), los transbordadores espaciales, los aviones aeroespaciales (como el transbordador espacial), las naves espaciales, los satélites, las estaciones espaciales, las sondas del espacio profundo y otros medios, utilizan actualmente el cohete de propelente líquido.

Sobre la base de las diferentes necesidades de aplicación, los motores de cohetes de propelente líquido han desarrollado varios tipos y cientos de productos de ingeniería con diferentes niveles de empuje, propulsores y métodos de alimentación de ciclo de potencia.

Entre ellos, el rendimiento y el nivel técnico de los motores utilizados para el sistema de propulsión principal de las etapas terrestre y superior del vehículo de lanzamiento (denominado motor principal) determinan directamente la eficacia del vehículo de lanzamiento e influyen en la capacidad y el nivel de acceso, exploración, utilización y desarrollo del espacio de un país. Por lo tanto, tales sistemas se consideran la piedra angular del desarrollo aeroespacial, así como una importante garantía estratégica para la seguridad nacional y el estatus de gran potencia.

Al mismo tiempo, el motor principal es técnicamente complejo y difícil, con un largo ciclo de desarrollo y altos costos. Pertenece a la industria central estratégica nacional y es una expresión concentrada de la base industrial del país, del nivel científico y tecnológico y de la fuerza nacional general. En el mundo de hoy, solo unos pocos países como los Estados Unidos de América, la República Popular de China, Rusia, Francia y Japón pueden desarrollar de forma independiente el motor principal del cohete a escala industrial.

Los requisitos del vehículo de lanzamiento para el motor principal incluyen alto empuje, impulso específico, relación empuje-peso, confiabilidad y bajo costo. Estos indicadores hacen que el motor funcione con parámetros extremos que agotan el rendimiento límite de los materiales y logran las características operativas de liberación de alto nivel y conversión de energía en un espacio estructural pequeño.

Estos parámetros de condiciones de funcionamiento extremadamente altas y tiempos de arranque extremadamente cortos (generalmente menos de 3 segundos) no son igualados por todas las demás máquinas termodinámicas.

Debido a las características operativas anteriores, combinadas con el perfil ambiental y de misión, los motores se están volviendo cada vez más complejos, y el motor principal de cohete de propelente líquido tiene características técnicas únicas, incluidas las siguientes:

1) el mecanismo del proceso de trabajo es complejo y difícil de predecir y controlar de manera efectiva;

2) problemas como la oscilación de choque del sistema durante la transición del motor, el acoplamiento multicampo de los componentes (como la inestabilidad de la combustión, la vibración inducida por el flujo, etc.) y la vibración subsíncrona del rotor flexible, han causado fallas en el motor muchas veces en la historia de la aeronáutica espacial, y se necesita mucho tiempo y dinero para resolver problemas como la combustión inestable de alta frecuencia y la vibración subsíncrona de otros motores de hidrógeno-oxígeno.

Sin embargo, el mecanismo aún no se ha aclarado completamente y el método de simulación del proyecto aún no está maduro, lo que resulta en una gran dependencia de las pruebas y dificultades en la solución de problemas y mejoras. Para los motores de alto empuje, en particular, las cuestiones relacionadas con los efectos de escala, como la estabilidad de la combustión, el equilibrio de la fuerza axial de la turbobomba y la estabilidad del rotor, serán cada vez más importantes si se quieren alcanzar distancias siderales serias.

El entorno de carga es complejo y duro, y la resistencia estructural y los problemas de fatiga/estrés son importantes, como la carga operativa extrema, incluida la alta velocidad, la presión, el flujo de calor, la temperatura, el choque térmico durante el arranque, etc.

La alta relación empuje-peso del motor requiere una estructura ligera y el entorno de carga complejo y rígido causa problemas importantes, como un margen bajo, lo que conduce a una alta incertidumbre y peligros de modo de falla en la fuerza del motor y el ciclo de vida de fatiga / estrés.

En términos de procesamiento de componentes, algunas tecnologías de producción especiales son difíciles (como el moldeo o el mecanizado de precisión a una escala extrema, la eliminación eficiente de materiales difíciles de procesar, la preparación especial de soldaduras y recubrimientos, etc.). Además, el impacto del proceso en el rendimiento de los materiales estructurales es difícil de probar y evaluar.

En términos de montaje general e inspección, es difícil conectar con precisión los componentes, garantizar la coherencia del propio conjunto y detectar el estado del montaje (elementos redundantes, errores, tensiones, etc.).

En términos de uso y mantenimiento, hay pocas interfaces de motor y el entorno y las condiciones son limitadas, lo que dificulta la detección, el procesamiento y la evaluación de la situación y luego la reparación y el mantenimiento rápidos.

El motor principal de los cohetes de propelente líquido se originó a partir de la aplicación de misiles estratégicos y fue ampliamente desarrollado bajo el impulso de sistemas de transporte espacial basados en vehículos de lanzamiento.

La carrera armamentista entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviética, que inició la lucha por la carrera espacial y ciertamente no fue la «voluntad del hombre por e puro conocimiento», desarrolló una serie de misiles balísticos y sus vehículos de lanzamiento derivados dieron lugar a los cohetes de alunizaje. En tal contexto, el motor principal de los cohetes de propelente líquido se desarrolló de manera integral, con un gran número de tipos y cantidades de investigación y producción, bajo rendimiento y sin énfasis en el costo.

Los propelentes eran principalmente tóxicos y almacenables, a saber, kerosene de oxígeno líquido y más tarde oxígeno líquido enriquecido e hidrógeno líquido. El método se basó principalmente en el ciclo del generador de gas y más tarde desarrolló un ciclo de combustión adicional de alto rendimiento y un ciclo de expansión.

Los motores propulsores convencionales típicos se originaron en los Estados Unidos de América (Titán), y los motores de oxígeno líquido, hidrógeno líquido y kerosene de ciclo de expansión incluyen Thor, Delta y Saturn.

Los motores propulsores convencionales típicos desarrollados por la Unión Soviética incluían el Cosmos; los de combustión suplementaria enriquecidos con oxígeno incluían el Protón y los de kerosene de oxígeno líquido incluían el Soyuz. Francia desarrolló el motor Viking. China creó el motor YF-20/24 para apoyar el desarrollo de la serie CZ-2/3/4 de vehículos de lanzamiento convencionales. De 1972 a 1993 se desarrollaron motores de alto rendimiento para la industria aeroespacial civil.

El cohete portador se desarrolló independientemente de la influencia de los misiles balísticos. Las características típicas son el hecho de hacer que el kerosene de oxígeno líquido y el hidrógeno líquido de oxígeno líquido no sean tóxicos; y el hecho de mostrar un alto rendimiento en relación con el ciclo adicional de combustión y expansión para producir un alto empuje de referencia. Ejemplos de aeronaves espaciales civiles son el Motor Principal del Transbordador Espacial estadounidense (SSME); la antigua Energia soviética y Zenit; los europeos Ariane y Vulcain; el japonés LE-5 y el Rich Afterburn, y el chino YF-75.

El cohete portador se desarrolló independientemente de la influencia de los misiles balísticos. De 1994 a 2009 se desarrollaron motores guiados por cohetes con alta confiabilidad, bajo costo y perfilado.

El mercado internacional de motores de lanzamiento está en auge, pero la rentabilidad y la seguridad del Transbordador Espacial no han cumplido con las expectativas: alta confiabilidad, bajo costo y cohetes modulares únicos se han convertido en el foco del desarrollo.

El desarrollo de motores basados en la alta fiabilidad, el bajo coste y la modularización del sistema de propulsión se ha convertido en un factor importante. El desarrollo y la mejora del motor en varios países se llevan a cabo en base a este principio. (1. Continuará)

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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PENSAMIENTO POLÍTICO, CAPITAL Y EL CONCEPTO DE TRABAJO SOSTENIBLE

Salam Al Rabadi*

Los cambios políticos, económicos y tecnológicos mundiales plantean muchos interrogantes sobre la problemática relación entre el mundo del trabajo, el desarrollo sostenible y el capital. Por ejemplo, la realidad de la economía agrícola depende de inversiones en vastas tierras e innovaciones tecnológicas que son controladas por empresas transnacionales, es decir, es el proceso de abolición paulatina del sistema de producción agrícola, por el cual el agricultor pierde su identidad social, cultural e identidad económica como productor y como trabajador, para convertirse en un mero consumidor. Este hecho plantea la siguiente pregunta:

¿Conducirá el desarrollo de la economía y de la tecnología a la realización del desarrollo sostenible de la comunidad?

En principio, el concepto amplio de trabajo no se limita al puesto de trabajo, sino que va más allá para profundizar la conexión con el concepto de trabajo sostenible basado en ampliar las políticas de oportunidades laborales y preservar los derechos y el bienestar de los trabajadores. Esto para enfrentar los desafíos asociados a la dialéctica de la brecha entre el capital y los trabajadores, ya que aumentan las dudas sobre la posibilidad de alcanzar la igualdad y la justicia social. En base a esto, ya no es aceptable abordar la realidad de las crisis del mercado laboral desde una perspectiva de rechazo basada únicamente en consideraciones ideológicas, sin tener una visión práctica, donde, hoy en día, está claro que lo que más preocupa a las fuerzas del mercado es tener que definir su posición en un proyecto global socialmente sostenible.

En este contexto, existen movimientos obreros y sociales que inciden y trabajan para enfrentar la dominación del sistema capitalista y crear un estado de relativa independencia de las fuerzas del capital. Por ejemplo, las negociaciones en curso dentro de la Organización Mundial del Comercio con respecto a otorgar a los trabajadores de los países en desarrollo una mayor libertad de movimiento en los mercados de los países desarrollados pueden considerarse un paso positivo en términos de:

    1. Consolidar los derechos de los trabajadores y aumentar sus ingresos.
    2. Reequilibrio entre el capital y el mundo del trabajo.

Aunque hasta el momento no se ha cristalizado ninguna alternativa estratégica que pueda competir con el modelo político y económico de estilo capitalista, podemos decir que el margen de movimiento disponible para la sociedad es siempre mucho más amplio que el disponible para la economía. La influencia económica en la formación y adaptación de la sociedad es lógica y altamente efectiva, pero ciertamente no puede determinarla. Así, las sociedades pueden reconstruirse de acuerdo con una visión política y económica sostenible que, como mínimo, sea capaz de responder preguntas que giran en torno a la dialéctica de:

¿Por qué hay tantas ideas sobre cómo distribuir los ingresos y no sobre cómo generarlos?

En este contexto, aunque decidiéramos pasar por alto la dialéctica de cómo generar ingresos y tratar de adoptar la tesis de la distribución del ingreso, no podemos ignorar la problemática de la desigualdad moderna basada en:

    • Ampliar el tamaño del capital privado y aumentar desproporcionadamente los ingresos de los ricos. La brecha entre ellos y la clase obrera es muy profunda y es difícil salvarla.
    • Desigualdad sistémica «Homoploutia». Donde ahora estamos notando la expansión del segmento de capitalistas adinerados y trabajadores con salarios altos (como directores ejecutivos, analistas financieros, médicos, atletas, celebridades, personas que heredaron muchos activos… etc.). Es una nueva élite capitalista que se encuentra entre los capitalistas más ricos y entre los trabajadores más ricos también.

Lógicamente, no es probable que estas brechas se reduzcan fácilmente como resultado de los desarrollos en inteligencia artificial que conducen a una reducción del trabajo y un aumento en la participación acumulada del capital. Y si la única solución a estos brechas radica en una distribución más equitativa del capital privado mediante el aumento de tasas impositivas altas o comprometiéndose a elevar la tasa de empleo de la fuerza laboral, pero prácticamente no hay un movimiento tangible en esta dirección, ya sea en los países desarrollados o economía emergente. Este hecho plantea signos de interrogación sobre:

¿Cómo es políticamente posible aprovechar al máximo las oportunidades económicas, el progreso y la tecnología de una manera que llame la atención sobre el interés de las comunidades y grupos desfavorecidos?

Los desafíos básicos están en cómo tamizar a los ricos y enfrentar las brechas que caracterizan a las economías, y aquí es necesario reconocer que la pobreza no se erradicará sin la presencia del pensamiento político, ya que la naturaleza del mercado se ve fuertemente afectada por las estrategias políticas, que puede cambiar radicalmente la estructura de los mercados de una manera que podría permitir llenar esos vacíos y lograr la igualdad, sin mencionar que permitiría que todas las clases se beneficien del crecimiento económico sostenible.

A la luz de lo anterior, es claro que el trato de los economistas y tecnócratas con los temas del desarrollo sostenible sobre la base de que no tienen nada que ver con las ideas políticas y la filosofía de la gobernabilidad, como si estos temas no fueran más que ejercicios de economía aplicada y econométrica, es un asunto muy peligroso. Es hora de cambiar esta lógica y avanzar hacia la combinación y vinculación del pensamiento político y la filosofía política con el pensamiento económico y financiero. Es para que los países se vuelvan más productivos en términos de la calidad de las sociedades humanas sostenibles más que del desarrollo de las cosas, números y datos.

En suma, y con base en el principio de interacción crítica con el liberalismo económico y el desarrollo tecnológico, se debe plantear la problemática política básica, la cual se fundamenta en la siguiente pregunta:

¿Cómo se puede combatir la existencia real de la pobreza y la desigualdad en lugar de esconderse detrás de secos datos financieros y estadísticas que apuntan a los supuestos beneficios del crecimiento económico y el desarrollo tecnológico?

 

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España.

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