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TODOS SOMOS VIAJEROS

Francisco Carranza Romero*

Imagen: iamangela9 en Pixabay

Nuestra vida, desde que nacemos, es un viaje. Todos hacemos nuestro propio camino. Sin embargo, somos también la continuación del viaje que nuestros antepasados iniciaron hace milenios y siglos. Hay dos tipos de viajeros y viajes:

Viajeros y viajes con metas definidas

Caminan silenciosos día a día superando las dificultades y dando significado a sus vidas. Estos viajeros, aun recorriendo largos caminos, se consideran aprendices porque reflexionan sobre su trayectoria y sus metas inmediatas y mediatas.

Quienes se preocupan por conocer el mundo externo viajan y reflexionan sobre lo que captan sus sentidos. Si, además, quieren conocer su mundo interno para conocerse a sí mismos, hacen el viaje de inmersión en la búsqueda de la verdad. Hay alegorías referentes al viaje hacia el interior de uno mismo, hacia nuestra mismidad, hacia nuestras raíces: Gilgamesh penetra en el mundo de los muertos buscando a su amigo Enkidu. El túnel de Platón. El viaje de Dante por el purgatorio e infierno. El viaje de san Patricio por el purgatorio.

En el mundo andino hay relatos del paso de la frontera invisible que separa esta dimensión con la otra dimensión que también es conocida como el mundo encantado. Como los relatos son invenciones humanas, los seres de la otra dimensión están antopomorfizados:

Ayra. Mujer que mora en la laguna y catarata. Es la Yaku Mama (Madre Agua).

Waraqllay. Duende que se manifiesta en las primeras horas matinales. También es conocido como Ichik Ullqu (El pequeño Varón).

Piñiñiku. Joven del submundo que ayuda y dialoga con los pastores solitarios.

Estos seres pasan la frontera para comunicarse con algunos seres humanos a quienes los invitan a visitar sus moradas luminosas, aunque estén en los interiores de este mundo. No son seres agresivos ni hacen maldades. Ellos ayudan a quien busca la explicación de su existencia.

Si el brillo del mundo exterior es bello. El brillo del mundo interior es también bello y grandioso. La apreciación de la belleza integral nos lleva a la verdad. Los buenos pensamientos y obras son valores que alumbran la vida. Por la apreciación y conocimiento de la belleza exterior e interior nos acercarnos a la verdad.

Si al ser humano lo comparamos con un árbol, podemos decir: Aunque los malvados y ladrones le arrebaten sus frutos, arranquen sus hojas, corten sus ramas y talen su tronco y hagan leña; el árbol seguirá vivo si la acción bárbara no llega hasta sus raíces. Por eso, cuando el viajero llega hasta sus raíces puede hacer brotar y revivir al árbol, aunque haya estado semioculto desde hace milenios o 500 años. Entonces sí el viajero podrá decir con alegría y orgullo sanos: Nunc nosco me impsum (Ahora me conozco a mí mismo). Así el principio «Nosce te ipsum» sigue sonando como el mejor consejo y reto para cada ser humano viajero en esta vida.

Viajeros y viajes sin metas definidas

Ambulan sin preocupación de las metas porque sus objetivos son el logro de algo de la forma más fácil e inmediata sin importarles el cómo. Son los que, aunque avancen poco, desean llamar la atención como sea y con lo que sea.

Los que hacen el viaje sólo por el mundo exterior lo conocen según la captación de sus sentidos. Pero, no contentos de sus experiencias sensoriales, captan imágenes y sonidos con las máquinas. Y en estos días digitales usan las redes sociales para enviar sus fotos jactándose de sus andanzas. Así, demuestran sus conocimientos superficiales del mundo y caen en la vanidad y en el exhibicionismo.

Los vanidosos y exhibicionistas sienten alegría sólo ante el brillo exterior sin importarles el origen y el efecto del brillo. Se desesperan por mostrar sus joyas brillantes y costosas que pueden ser resultados de compra, regalo, préstamo, alquiler, trueque y hasta de robo. Confunden el precio con valor; precio con aprecio. Ellos no sienten la emoción ante la lenta aparición de los primeros rayos solares; ni ante el paisaje crepuscular. Quizás no conozcan ni comprendan las expresiones «rubicundo Apolo», «rosicler de la aurora».

Intiqa llapan patsata atskin, quñutsin: El sol alumbra y abriga a todo el mundo. Un principio universal, aquí en quechua y en castellano. Es el pensamiento y actitud en donde el astro es considerado un padre común o un bien común. Sin embargo, si los pragmáticos comerciantes hubieran podido apoderarse de los rayos solares, ya lo habrían mercantilizado sin ninguna consideración ética.

Los vanidosos también confunden la cantidad y tamaño con la cualidad. Ellos ignoran que no toda casa grande y costosa es un ambiente donde sus residentes viven con gran amor y con gran apertura mental y afectiva. Sin embargo, una humilde choza puede ser de amplitud infinita y de elegancia sin límites, y donde sus moradores podrían estar viviendo con amor, aunque compartiendo la estrechez e incomodidad. Y si allí llegara, repentinamente, un viajero cansado y hambriento, le podrían ofrecer su pequeño espacio y su escasa comida. Asimismo, no toda urbe grande es el escenario de la práctica del amor y justicia.

Los exhibicionistas prefieren el ruido porque no saben apreciar el sonido melódico y mesurado; por eso, prefieren vehículos (motocicletas o automóviles) que producen el máximo ruido posible. Para escuchar la música ponen el equipo a volumen alto aun estando dentro del automóvil o dentro de la habitación porque su objetivo es llamar la atención. Esta conducta es la demostración de su vacuidad mental y espiritual.

Y, como la vida es viaje, tiene principio y fin. El canto fúnebre quechua, que se entona ante el cadáver o ante la tumba, expresa la fugacidad existencial. Aquí está una estrofa:

Kayllam naani, musyallaashun;

kawaq naani, ushakaq naani.

(Una sola vía, aceptemos: / vía de vida, vía que acaba).

 

* Investigador del Instituto de Estudios de Asia y América, Dankook University, Corea del Sur.

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LOS «VALORES» DE WOKOCCIDENTE

Enric Ravello Barber*

La repetición de ciertos tópicos sin un contenido claro se ha convertido en la defectuosa carga dialéctica contra la «islamización de Europa». Vemos que frecuentemente se repite el mantra de «la defensa de los valores de Occidente» pero nunca hemos visto definir ni delimitar a qué valores occidentales se refieren los que abogan insistentemente por su defensa. Nos tememos que esa indefinición no es por falta de voluntad sino por carencia argumental.

Faye ―y en general la llamada ND francesa― definió a Occidente como «el hijo pródigo y bastardo de Europa, hoy dominado por el modelo americano, que tiene como objetivo universalizar el primado absoluto de la sociedad de consumo y del individualismo». Compartimos en gran medida esta definición, aunque no «culpando» ―como solía hacer la ND― de todo mal a los Estados Unidos pues ese mismo Occidente se desarrolló igualmente en todos los países de Europa occidental, empezando por Reino Unido, Francia y los Países Bajos.

Ese Occidente bastardo tiene una raíz ideológica liberal individualista que, en los últimos años, dentro de una lógica evolución atendiendo a sus parámetros fundadores, ha gestado la ideología woke: anti-blanca, LGTBI, enemiga de toda identidad y colectividad de origen europeo, inmigracionista, integracionista… Esos son hoy los valores de las democracias occidentales y de sus clases dirigentes políticas y mediáticas. Occidente es hoy Wokoccidente.

De ahí que los que dicen defender Occidente contra la islamización lo hagan ―en cierta lógica― afirmándose en los valores propios de éste, es decir, en la ideología wokoccidental. Por eso estamos llegando a ver que, supuestos nacionalistas, se oponen a la «islamización» porque ataca a los derechos LGTBI y repugnancias como el «desfile del orgullo».

Siguiendo esta lógica, la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, una de las capitales del bastardo Occidente, fue una exhibición de esos valores wokoccidenteles: ofensas a la tradición religiosa, pansexualismo denigrante, exhibición LGTBI; recordemos que la ceremonia fue ideada por un judío-progre y la degenerada que denigró a la figura de Cristo, también lo era. ¡Cómo no, ellos son los zelotes intocables de la cumbre ideológica de Wokoccidente!

Quizás por todo esto ni Marine Le Pen ni Bardella se hayan atrevido a decir una palabra (Marion Merechal sí lo ha hecho y en la mejor línea) contra esa aberrante ceremonia de apertura ¿no se atreven a criticar a los valores de Wokoccidente? Es necesario señalar que el único gobierno que ha protestado oficialmente contra la ofensa a Jesucristo, llamando al embajador francés ha consultas ha sido el gobierno de Irán.

Es necesaria una profunda reflexión de los partidos y militantes nacionalista e identitarios de toda Europa: no defendemos Wokocciente.

Defendemos la recuperación de nuestra mejor tradición y de los valores permanentes que han estado presentes en la historia de la civilización europea. Ese rearme moral e ideológico necesario es la primera premisa para enfrentarnos al proceso de disolución que encarna hoy el mundialismo woke-liberal internacionalista. Si no, seguiremos siendo meras comparsas de Wokoccidente y su proyecto de alienación globalista.

 

* Presidente de la Asociación de Amistad Euro Sudamericana (AAESA), https://aaesa.org/.

Artículo publicado por la Asociación De Amistad Euro-Sudamericana (AAESA), https://aaesa.org/los-valores-de-wokoccidente/.

CUIDAR LA NATURALEZA, NUESTRO DESTINO

Francisco Carranza Romero*

La laguna Librón, ubicada en el distrito de Chacas en la región peruana de Áncash.

Nadie programa las circunstancias ni las condiciones de su nacimiento. Los nacimientos suceden en diferentes realidades geográficas, étnicas, culturales, económicas… Por esta razón, es necedad juzgar a alguien sólo por el lugar de nacimiento, color de piel, lengua, vestimenta y economía. Superando estas diferencias circunstanciales, nuestra actitud es de aceptarnos y colaborarnos para vivir en paz mejorando el mundo.

 

Amor y gratitud

Aunque no somos los protagonistas responsables del acto de nacer, todos nacemos con un destino común: vivir en este mundo conociéndolo y cuidándolo con amor. Se ama lo que se conoce. Este mundo es nuestra morada pasajera; somos sus huéspedes temporales. Y el huésped agradecido no destruye su hospedaje.

El amor materno y paterno hacia la criatura que necesita cuidado es una actitud natural. Los padres tienen el proceso de aprendizaje diario. Los padres amorosos con sus hijos y con la madre naturaleza son los que ponen la base de la educación. Y los hijos aprenden lo que ven, oyen, tocan y degustan. Experiencias que se internalizan y perduran.

En mi niñez, a fines del mes de marzo, hacíamos el viaje de dos días desde la comunidad campesina de Quitaracsa hasta Huallanca (Áncash, Perú) para tomar el carro hacia Caraz donde seguíamos el proceso escolar porque en mi pueblo había sólo hasta el Segundo Año de Primaria, éxito de los trámites de mi padre con otros dos hasta en la capital del Perú. En esos viajes pernoctábamos en Jatunmachay (hatun machay: cueva grande). Al día siguiente, al reiniciar el camino, mirando a la cueva que nos había cobijado toda la noche, nos despedíamos con venia y afecto: Aywallaa machay (Gracias cueva, me voy). Enseñanza de nuestros mayores, quienes también nos inculcaron la vida solidaria: Kuyanakur kawarqam huk ayllulla kashun. Patsa mamapis kushikunqa (Si vivimos amándonos seremos una sola comunidad. La madre tierra también se alegrará).

El amor es la energía que acerca a los seres. El amor recíproco (kuyanakuy) acerca más a los seres humanos y a los humanos con la naturaleza. El ser humano es parte de la naturaleza. Las ideologías y creencias sanas que promueven el sentimiento y la práctica del amor nos ponen el reto: vivir en un ambiente de solidaridad, esperanza y paz. Por eso, el colonialismo no es la práctica del amor.

Otra vez recurro a mi experiencia infantil en Quitaracsa. Cuando íbamos de nuestra vivienda a la chacra, ya sea por la majada, siembra, aporque, desyerbo y cosecha, mi padre portaba una barretilla que le servía de bastón y herramienta para remover y quitar las piedras que obstaculizaban a los caminantes y acémilas. De tanto transitar por la misma vía, ésta se iba mejorando. Cuando alguien comentaba sobre esto, entre burla y elogio, él les respondía con sonrisa irónica: Ashnullam, ashnu kar, naanita mana allitsar purin. Runaqam naanita allitsar purin. (Solamente el asno, por ser asno, camina sin mejorar el camino. El ser humano camina mejorando el camino). En la primera oración quechua la palabra «ashnu» es un préstamo léxico del castellano «asno» (asinus en latín) ya que el animal llegó a Perú con los españoles; ahora es más conocido como «burro». Por eso, la traducción más adecuada para el español peruano es: Solamente el burro, por ser burro, camina sin mejorar el camino. Este pensamiento y experiencia, grabadas en mi memoria infantil, me sirven para actuar tratando de mejorar cualquier tarea que me toca cumplir.

Por esta memoria, cuando estoy fuera de Perú, algunas veces limpio el piso del pequeño parque donde mis nietos juegan con sus amigos de ancestros plurinacionales. Deseo que todos los niños se distraigan en un espacio limpio. Uso dos palos delgados como pinzas; es que sé usar los palitos al servirme algunas comidas asiáticas. Habiendo botes de basura hay basuras en el piso: colillas de cigarrillos, plásticos, papeles, trapos, chicles masticados y hasta pedazos de latas. Otros mayores de turbantes, velos y saris, sentados en las bancas del quiosco y en los contornos, me miran y cuchichean entre ellos. Y, cuando se marchan, dejan sus manchas en el piso: plásticos, papeles y restos de golosinas. Entonces, recuerdo y parangono a mi padre: Kuchillam taqra hananchaw quchpallin (Sólo el chancho se revuelca sobre la suciedad).

Una vez, un joven se me acercó para instruirme: «La limpieza del parque es labor del municipio». Mientras tanto, ¿que los niños jueguen sobre la suciedad? ¿Que los adultos mayores nos adaptemos a los nuevos tiempos? Sí, señores jóvenes; pero en este caso, no. El mundo no mejorará si cada ciudadano no colabora en el cuidado de la naturaleza; y si la institución no cumple puntualmente sus obligaciones. Y, ¿qué ejemplo damos a los menores? Ahora recuerdo el siguiente poema coreano:

La gente mundana sólo tiene lengua suelta.

Habla mal de otros olvidando sus errores.

¡Que enmiende sus errores antes de criticar a otros!

(Kim Cheon-Tae, 2021, poema 420)

 

Odio e ingratitud

Los que fomentan el odio y la división son los mal nacidos o nacidos para el mal. Las ideologías políticas y religiosas que dividen a la humanidad por sus conveniencias son fuerzas destructivas que, desgraciadamente, se fomentan en el hogar, escuela y sociedad. Las acciones destructivas se demuestran en las guerras y en la contaminación de la tierra, agua y aire; y en la destrucción de la biósfera animal y vegetal. ¿Nacemos para odiarnos y destruir el mundo?

Otra vez brota en mi memoria la voz de mis mayores: Chikinakur kawarqam rakikashqa kashun. Kay patsata ushatsishun. (Si vivimos odiándonos estaremos divididos. Destruiremos este mundo).

El odio aleja a los seres. El odio recíproco (chikinakuy) aleja más. La energía negativa promueve actos negativos como nuestra destrucción y del mundo. La historia nos recuerda las invasiones, usurpaciones, colonialismos y esclavizaciones.

A pesar de todo, el cuento del paraíso es nuestro sueño común del futuro. Lo debemos construir. Un gran reto para que la humanidad no siga repitiendo los errores.

Enuncio los principios y experiencias en la lengua quechua porque es también mi riqueza cultural viva. El largo proceso de la educación escolarizada en español no borró mi memoria ni disminuyó mi afecto a la cultura milenaria andina; al contrario, fortificó mi memoria, despertó la conciencia crítica y maduró mi sentimiento como para mostrarla a los demás. El olvido de la cultura materna es crimen.

 

* Investigador del Instituto de Estudios de Asia y América, Dankook University, Corea del Sur.

 

Referencia

Kim Cheon-Tae. Antología del canto coreano Sijo. Madrid: Verbum, Madrid, 2021 (Traductores: Hyesun Ko, Francisco Carranza Romero).

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