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¿REVOLUCIONES O GOLPES CLÁSICOS?

Del Blog de Jonuel Gonçalves

El gobierno militar de Malí pospuso sine die las elecciones presidenciales de febrero de 2024, lo que también anula las elecciones legislativas y municipales. Argumento del poder: una empresa francesa habría conservado la base de datos demográficos. Un abogado maliense y ex Ministro de Justicia lo niega y dice que se trata de engañar a la gente. ¿Con qué datos fue posible realizar el referéndum que creó una nueva Constitución hace unos meses?

La participación en este referéndum fue de alrededor del 30%. Esto puede haber generado temores de falta de apoyo.

En Níger, el golpe militar cumple hoy dos meses. Francia retira sus soldados y su embajada, pero la junta no logra obtener el reconocimiento en la ONU, lo que deja a Níger sin representante en la Asamblea General. También persisten las sanciones de la entidad regional (CEDEAO) y la amenaza de una intervención militar para sustituir al Presidente derrocado y encarcelado.

En Burkina Faso, había malestar en los cuarteles y se escuchaban constantes disparos cerca de los cuarteles y junto al edificio del primer ministro.

En los tres casos, las oposiciones internas se organizan discretamente.

En términos de actitudes y clasificaciones exteriores, Francia está en contra de estos tres golpes, pero acepta los de Chad y Gabón y no parece demasiado molesta por el de la República de Guinea.

Rusia llama revoluciones anticoloniales a los regímenes militares que buscaron su apoyo.

Ninguna de las potencias en una nueva lucha por el control del continente africano está preocupada por los efectos de estos regímenes en su propio pueblo. Una vez más.

A este ritmo ―y sumando otros ejemplos globales de manipulación― pronto las palabras «golpe de Estado» y «revolución» no significarán nada.

África sigue siendo un área de maniobra para los juegos de poder internacionales, todos interesados en que se mantenga débil.

Artículo publicado el 28/09/2023 en Blog do Jonuel, Edição de Panguila-Niterói, http://jonuel34.blogspot.com/2023/09/revolucoes-ou-golpes-classicos.html.

Traducido del portugués por el Equipo de la SAEEG.

EL JEFE DEL PENTÁGONO EN ANGOLA: IMPACTOS AFRICANOS EN EL ATLÁNTICO SUR

Del Blog de Jonuel Gonçalves

Foto: Centro da Imprensa da Presidência da República da Angola (CIPRA), Governo de Angola.

 

La reciente visita a tres países africanos (Yibuti, Kenia y Angola) del secretario estadounidense de Defensa, general Austin, llamó fuertemente la atención sobre puntos clave del continente africano, como siempre sucede en momentos de fuerte crisis mundial. Es así desde el siglo XVII.

Este movimiento suscita un importante debate en Angola, en el que destaco el artículo muy reproducido de mi amigo de Benguela, Jaime Azulay, uno de los más grandes periodistas angoleños y excombatiente de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA).

Entonces, también me uno a la conversación y veo los siguientes puntos:

Francia debilita su influencia (al menos por ahora), Rusia amplía su presencia militar y China mantiene su fortaleza económica. Estados Unidos está avanzando para llenar el vacío francés y contrarrestar a los rusos en el plano militar y a los en el económico.

Después de la visita del general Austin, Angola espera una poderosa delegación agrícola estadounidense. Recientemente en Hanoi, Joe Biden se refirió una vez más a las inversiones o financiación previstas por su país en energía solar en Angola que, de implementarse plenamente, convertirían a este país en el mayor productor africano en este sector.

Todo esto causa cierta sorpresa a escala mundial en la medida en que mucha gente todavía ve a Angola como era durante la intervención cubana, economía marxista, partido único, etc.

La definición de Estados Unidos como primer socio de Angola se hizo explícita en el discurso de toma de posesión del presidente João Lourenço (Jlo) en 2017. Por otro lado, si la Constitución angoleña prohíbe las bases militares extranjeras, el mismo artículo dice que Angola puede participar en sistemas de defensa colectiva.

El impacto angoleño en toda África Austral y Central es evidente, extendiéndose a todo el Atlántico Sur gracias a sus 1.650 kilómetros de frente marítimo.

En términos de imagen política internacional, JLo fue elegido con el 51% de los votos, perdió en la capital y la oposición prepara un proceso de destitución sin que los proponentes sean detenidos.

En comparación con la mayoría de los países africanos, es una diferencia monumental. La situación social no es diferente y tanto el gobierno angoleño como sus aliados tienen el imperativo de mejorar esta situación rápidamente. De lo contrario, la estabilidad interna y la sostenibilidad de los acuerdos estarán expuestas a perturbaciones en cualquier momento.

También en la comparación africana, los occidentales desconfían mucho de Sudáfrica. En lo que respecta a las instituciones políticas, porque el ANC (Congreso Nacional Africano) podría verse controlado por su tendencia más antioccidental o incluso perder las elecciones frente a una alianza liderada por el partido Luchadores por la Libertad Económica (EFF) de Julius Malema. En cuanto a los militares, porque la Armada sudafricana llevó a cabo maniobras conjuntas con sus homólogos de Rusia y China.

Los medios oficiales angoleños destacan el carácter de defensa y seguridad de esta visita. El jefe del Pentágono mencionó la cooperación en el ámbito del cambio climático y la lucha contra la pesca ilegal.

Lo más probable es que la delegación agrícola se centre en estos dos puntos adelantados por Austin, añadiendo a ellos la seguridad alimentaria, centro neurálgico para toda África y para reducir la inflación global.

Quizás estas negociaciones nos aporten datos concretos sobre inversiones o financiación en energía solar y su posible extensión a la energía eólica.

El futuro, a corto o mediano plazo, nos dará información sobre el contenido y alcance de la citada asociación estratégica.

 

Artículo publicado el 28/09/2023 en Blog do Jonuel, Edição de Panguila-Niterói, http://jonuel34.blogspot.com/2023/09/chefe-do-pentagono-em-angola-impactos.html

Traducido del portugués por el Equipo de la SAEEG.

ÁFRICA Y EL NUEVO ORDEN MUNDIAL ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA

Giancarlo Elia Valori*

La estrategia de Estados Unidos hacia África, anunciada por el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante su reciente visita a Sudáfrica no es nada nuevo, y el enfoque paternalista de Estados Unidos hacia África se remonta al pasado. Es básicamente el uso de África como un peón en la competencia entre los Estados Unidos y China, Rusia y otras grandes potencias, en lugar de promover sinceramente los intereses del pueblo africano.

Está claro, sin embargo, que Estados Unidos no está tratando de fortalecer sus relaciones con África incitando sentimientos anti chinos, como es el caso dentro de las amorfas clases dominantes europeas y a remolque de la Casa Blanca. La República Popular China y África han establecido durante mucho tiempo una asociación sólida, que aporta beneficios tangibles al continente africano, que no pueden ser eliminados por ninguna retórica trillada del Peligro Amarillo.

Durante su visita, el Secretario de Estado Blinken anunció la visión de la Casa Blanca para el África Subsahariana cuando pronunció su discurso en Pretoria. Dijo que la estrategia tenía como objetivo fortalecer las relaciones entre Estados Unidos y África mediante la construcción de una sociedad abierta, la promoción de la democracia, el fomento de la cooperación económica y la lucha contra el cambio climático.

Blinken enfatizó la importancia de África en términos de su población joven, minerales críticos (para ser explotados) y áreas marítimas estratégicas (donde desplegar flotas estadounidenses), así como los votos de los cincuenta y cuatro países africanos.

Dijo que estos atributos harían de África una prioridad de la política exterior de Estados Unidos. Sin embargo, lamentablemente, la vaga estrategia evitó compromisos y responsabilidades específicos. Esta estrategia tradicional, pero suave, es la última de una ola paternalista de predicación de bienhechores de Occidente, y de los Estados Unidos en particular, sobre cómo los países africanos deben manejar sus propios asuntos de acuerdo con las diplomacias antes mencionadas, como títeres en un teatro de marionetas europeo.

Blinken no parecía tener una buena comprensión de la situación en suelo africano. Los líderes africanos, seguramente asustados por las formas en que los países occidentales imponen la «democracia» en Libia del Cercano y Medio Oriente y en otros países, con alianzas militares y bombas «humanitarias», ya no tienen ningún interés en escuchar parloteos letales sobre formas idealizadas de «democracia» y «derechos humanos» que ni siquiera los propios Estados Unidos han podido lograr en su propio país. Basta con ver las formas en que se trata a las personas negras; los para-bantustanes para los amerindios nativos; las bolsas de pobreza en las que se pueden encontrar incluso ciudadanos estadounidenses blancos; los servicios de salud por los que debe pagar absolutamente, sin preocuparse por aquellos que no pueden hacerlo; la corrupción en la política, el voto considerado como una mera formalidad, etc., todos ellos temas en los que ya nos hemos detenido.

Las inferencias de Blinken sobre el déficit de la democracia africana se basan en dudosos indicadores propuestos por organizaciones no gubernamentales occidentales como Freedom House. Confiar en las redes cognitivas occidentales para comprender y sacar conclusiones sobre África está entre el desprecio por los gobiernos africanos y el ridículo de los observadores políticos africanos y de otro tipo. Vemos que Estados Unidos sigue considerando su propio sistema de gobierno como el patrón oro al que deben aspirar todos los países del mundo: el conocido destino manifiesto de imponerse sobre la Tierra.

Cabe añadir que uno de los aspectos más decepcionantes, pero también inesperados, de la estrategia estadounidense para África es el que ve a este continente como el tablero de ajedrez en el que se colocan las piezas de interminables partidas triangulares en competencia con grandes potencias como la República Popular China y la Federación de Rusia. Tenemos la clara impresión de que el valor de África para los Estados Unidos es en gran parte derivado más que intrínseco. Blinken mencionó la relación de China con África en tres instancias diferentes y todas negativamente. Afirmó que «la República Popular China ve a la región de África como un desafío al orden internacional basado en reglas, que promueve sus estrechos intereses comerciales y geopolíticos, socava la transparencia y la apertura y sabotea las relaciones de Estados Unidos con los pueblos y gobiernos africanos». Por lo tanto, la Casa Blanca se dedica a lo que llama «combatir las actividades dañinas de la República Popular China, Rusia y otros actores extranjeros».

Dijo además que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos trabajaría con socios africanos para explicarles los riesgos de actividades adversas por parte de la República Popular China y la Federación de Rusia en África. Blinken también publicitó la Alianza Global para la Inversión en Infraestructura, una iniciativa global apoyada por el Grupo de los Siete (Canadá, Francia, Alemania, Japón, Italia, Reino Unido y Estados Unidos) ampliamente vista como un intento de competir con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (la Ruta de la Seda). Estados Unidos ha sido uno de los críticos más vocales de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, argumentando que la República Popular China la está utilizando para socavar la soberanía de los países en desarrollo, al tiempo que promueve los intereses nacionales de China. Después de todo, ya hemos señalado en artículos anteriores que desde 2011 la guerra en Siria ha sido un intento de socavar la Ruta de la Seda.

Las alegaciones de los Estados Unidos no han sido fundamentadas y no resisten la simple verificación de los hechos. Son solo una campaña de desprestigio político contra la República Popular China. China y África han establecido una asociación sólida arraigada en la amistad tradicional y la igualdad de trato entre las dos partes, que se remonta a la Conferencia de Bandung (1955), al período del reconocimiento de Egipto de la República Popular China (1956) y la construcción de impresionantes instalaciones ferroviarias en África, construidas por China desde la época de la Gran Revolución Cultural Proletaria sin pedir nada a cambio.

La República Popular China es una parte importante de la recuperación económica de África en el siglo XXI, incluyendo el comercio, la inversión, las finanzas y el desarrollo social. En temas espinosos como la paz y la seguridad en África y la lucha contra la nueva epidemia de COVID, la República Popular China siempre ha hecho lo que prometió en sus esfuerzos de colaboración.

La República Popular China es uno de los mayores contribuyentes a las misiones africanas de mantenimiento de la paz, con más de 1.800 soldados. Un contingente que es más grande que el de los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU combinados. A pesar del compromiso declarado de Blinken con la paz y la seguridad en África, Estados Unidos ha enviado solo 29 personas a las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU.

Mientras que la nueva epidemia de COVID golpeó al mundo, la República Popular China estuvo a la vanguardia para ayudar a África a combatirla a través de suministros y donaciones. A diferencia del nacionalismo de las vacunas de Estados Unidos, el presidente chino, Xi Jinping, declaró que la vacuna COVID-19 era un bien público mundial y garantizaba el acceso a ella en África y en otros países en desarrollo.

Las propuestas de China, como la Iniciativa de Desarrollo Global y la Iniciativa de Seguridad Global -las recientes propuestas de China para la paz mundial y la seguridad mundial- están particularmente en línea con los intereses de África en el desarrollo sostenible también, en lugar de imponer una forma extraña de pensar a otros países.

En su cooperación con África, la República Popular China se ha adherido sistemáticamente a los principios de respeto de la soberanía de los países africanos y no injerencia en los asuntos internos. Estos principios demuestran la confianza de China en que los países africanos elijan el camino del desarrollo por sí mismos. La razón por la que los líderes africanos de hoy se inclinan hacia el Imperio Medio es porque las relaciones entre China y África han traído beneficios tangibles al continente africano, que no pueden ser borrados por la retórica neomacartista del anticomunismo de la Guerra Fría.

La retórica anti-China ha consumido durante mucho tiempo la política exterior de Estados Unidos, culminando con la adopción por el Congreso de los Estados Unidos de la Ley de Competencia de China, que es esencialmente un esfuerzo para contrarrestar la creciente importancia de China en los asuntos globales, incluso en África. Los movimientos nos llevan a pensar que Estados Unidos está más interesado en socavar la creciente influencia de China en África que en promover los intereses africanos. A los ojos del establishment estadounidense, África no es más que una arena geopolítica.

Al hacer que África elija entre los Estados Unidos y la República Popular China, Blinken claramente no ha aprendido nada del pasado ni de las lecciones de Kissinger.

Los líderes africanos ya no están interesados en la política de la zona de influencia de las décadas de 1960 a 1990, cuando la relación entre estas potencias los obligó a elegir un escenario y luego ser dejados al margen. África ha aprendido a gestionar diversas asociaciones basadas en sus propios méritos y en los intereses del continente, incluso con la ayuda de fuerzas externas. Estados Unidos no puede construir alianzas sólidas con África alimentando sentimientos anti chinos. Sería mejor para todos si Estados Unidos pudiera complementar lo que China ya ha estado haciendo en África durante algún tiempo.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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