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ESPAÑA, HA MUERTO

F. Javier Blasco*

Imagen: La Vanguardia

Coincidiendo con el comienzo del verano y tras casi 100 días de un horrible confinamiento y dura cuarentena (98 en realidad), derivados del Estado de Alarma más duro y largo de la historia reciente historia europea, el gobierno que nos lo impuso, ha decidido que pasáramos sin solución de continuidad a lo que de forma cursi y plagiada (de los chinos) se ha venido a llamar la “nueva normalidad”. Normalidad, que en realidad consiste en soltarles el muerto a las comunidades y quedarse quietos a verlas maniobrar.

Cien días reprimidos en nuestras casas, que han sido precisos no por casualidad, sino porque el gobierno no supo ni quiso ver venir de lejos y llegar de cerca una grave pandemia, la minimizó por varios y espurios motivos (alguno tan estúpido y mezquino, que hasta le costó la grave infección de varios miembros del gobierno), despreció todos los avisos y ejemplos reales lejanos y cercanos, se pasó de listo y no se preocupó en analizar las características de la infección ni en acumular el material de protección y curación preciso o esencial.

Confió en la fortaleza de un sistema sanitario al que dejó quebrado ante un inédito enemigo ya que no le dotó del correspondiente material, no le avisó del tipo del mal que le acechaba, que medios de penetración y contagio empleaba y como se multiplicaba. Como resultado de aquello, vinieron las prisas de última hora; las compras fallidas, malas, falsas y a precios desorbitados; el mayor número de muertos en porcentajes, sobre todo, entre los ancianos y también el de sanitarios contagiados si comparamos los resultados con los del mundo entero.

Comenzó una insufrible campaña de plúmbea propaganda a cargo del presidente —nada menos que 20 intervenciones al mejor estilo cubano o bolivariano—, tres o cuatro ruedas de prensa diarias por varios ministros o altos cargos. Una campaña de desprestigio sobre determinadas comunidades autónomas comandadas por el partido en la oposición; la lucha sin cuartel sobre las FCSE, principalmente sobre la Guardia Civil que ha llevado a uno de los más graves escándalos en el que se ha visto implicado el ministro del Interior, otrora un juez con buen prestigio en su lucha contra ETA y hoy desprestigiado, puesto en duda, nervioso y acorralado mientras descabezaba falsariamente y sin piedad a un Cuerpo centenario y bien honrado; así como por sus negocios con Batasuna y los separatistas, sin problemas y hasta con gran ilusión.

El gobierno ha aprovechado la “especial situación” de cierta impunidad para legislar por decreto hasta en cosas que no tienen nada que ver con la pandemia y la cura de la enfermedad. Ha llenado los despachos de cargos, muchos de ellos creados ad hoc, ocupados por amigos y allegados, nombrados a dedo sin cumplir los requisitos que se exigen para hacerlo y se ha hinchado de criticar, difamar y escupir contra todos los partidos al menor vestigio de no seguirle el agua o bailar a su son.

Ha abandonado a los ancianos a su suerte dejándolos en las residencias, que por naturaleza y legislación, carecen de medios o capacidad para bregar contra esta maldita enfermedad. A pesar de haber creado un “Mando Único” desde el 19 de marzo cuando Iglesias se declaraba responsable de toda la gestión, no lo usó y no ha hecho nada salvo mandarles algún dinero —tardío e insuficiente— y en otros casos a los militares para hacer alguna limpieza y desinfección. Como resultado de aquello casi 20.000 ancianos han muerto, muchos de ellos en plena soledad, sin la compañía de sus seres queridos y sintiendo que todo lo que construyeron y trabajaron duro para ello, les falló a la hora de su momento final.

Vienen jugando con el número de muertos que suben bajan y congelan a criterio político de unos desalmados que no quieren ser los primeros en lo que son; el peor ejemplo por su mala cabeza, falta de previsión, escasez de material y pésima gestión. Somos el hazmerreír del mundo en dicho tema y ahí seguimos tratando de ocultar más de 15.000 muertos que aún no saben dónde encajarlos; aunque, paradójicamente, si sepamos con claridad meridiana el probable número de “vidas salvadas” gracias a la reclusión. Vamos a hacerles un “forzado” funeral de Estado, dilatado un mes más, sin saber quiénes fueron, de que murieron ni haber aclarado cuantos son.

Para el gobierno era muy importante seguir confinados, con la excusa de taponar la hemorragia de muertos; aunque en realidad, dicha dura situación les servía para actuar a su aire, controlar las protestas y aplacar las iras del ciudadano dándoles cuerda a sus deseos de protestar, tiempo para olvidar tras el señuelo de que aún no era el tiempo para buscar responsabilidades ni criticar al gobierno, dejándoles tranquilos con la promesa de que algún día lo será y conformando a muchos con alguna que otra dádiva, regalía o subvención con las que sus vidas poder endulzar.

Mientras tanto, se atacaba al turismo calificando de decimonónico y de poco valor añadido o a la empresa del automóvil anunciando su defunción, sin tener en cuenta que, en realidad, muchos millones de puestos de trabajo en España y una gran porción de nuestro PIB, dependen de esas actividades.

Pero se alargaron tanto en ese impasse que la economía ha empezado a petar por todos lados porque ya no aguanta más tiempo con las empresas y negocios cerrados, solo tele trabajando, pagando los caros ERTEs u otros subsidios, si es que te lo pagan de verdad y con un poco de aforo en cada bar.

Por eso, a toda prisa y protagonizando el enésimo bandazo dado en tan corto periodo de tiempo, ha habido que recoger velas, crear subvenciones no suficientes y bien tardías para aquellos sectores más dañados, abrir deprisa las cerradas fronteras y con ello, hemos pasado de estar en casa encerrados, sin horizontes cercanos ni apenas pasear a, en muy pocos días, movernos por toda España, subir a las montañas y poder bañarnos en las piscinas y la mar.

En lo referente a las fronteras y aunque ya sabemos que este virus, principalmente, se importa desde fuera y sus mayores lugares de entrada son los grandes aeropuertos internacionales con los que cuenta España, destacando Barajas en Madrid y el Prat en Barcelona, como se necesitaban muchos refuerzos para cubrir necesidades de seguridad y estos estaban cerrados, sus plantillas casi al completo se tuvieron que trasladar y ahora, contamos con una plantilla mínima para aplicar las escasas y casi irrisorias medidas de seguridad que con tanto bombo y platillo, Ávalos e Illa, nos vendieron hace dos días como lo mejor de toda Europa. Otra mentira y fracaso más, que ya veremos en que se traducirá.

Pues bien, tras este largo pero necesario preámbulo para entender la situación final, cualquiera diría que el cabreo general entre la población, tras tanto engaño, mala propaganda, peor gestión y el cuantioso número de bajas sin nuestro cariño ni protección, debería ser mayúsculo y muchos, más de la mitad de los españoles —si descontamos a los impertérritos adeptos, los empesebrados y los faltos de capacidad de buen juicio y comprensión general— deberíamos estar dispuestos a que nada más llegara el día de ayer, a la sazón domingo soleado y sin mucha tarea en el zurrón, salir a la calle a celebrar el fin del Estado de Alarma y con nuestra mayor rabia y fuerza, sin olvidarnos de la mascarilla y guardando la recomendada distancia de seguridad, juntarnos civilizadamente para protestar por la mala actuación de este nefasto gobierno durante toda la pandemia, su gestión y para prevenirle que se pongan las pilas ya que, por lo que se barrunta, aún será peor la cosa para gestionar como salir de la crisis económica que, con mucha fuerza y mayor de la que nos avisan, viene detrás.

Pues no, resulta que nadie en España protestó. Perdón si lo entendieron así, los amantes del mundo del toro y el toreo, que unieron sus fuerzas en una potente manifestación en defensa del espectáculo y de dicha profesión. Los partidos políticos, mientras tanto, a lo suyo, iniciando unas campañitas electorales en Galicia y el País Vasco donde, no hace falta ya que casi todo el pescado, hace meses que está vendido.

Alguien ya se encargó de que los cabreados médicos y enfermeros, los obreros que ya están o que irremisiblemente en breve irán al paro (aproximadamente un millón), los olvidados autónomos, los agricultores, transportistas y los mayores en defensa de su pensión, tampoco salieron ayer a quemar ruedas o a protestar tras una pancarta por las calles de Madrid; no vaya a ser que eso fuera un punto de partida diera la imagen del malestar contra el gobierno y sus política en general.

Las playas de Barcelona, donde cierra Nissan y muchas más estaban tan abarrotadas que hasta dos hubo que cerrar al público. La atención del país estaba entrada en si el Real Madrid ganaba a la Real Sociedad y le birlaba al Barcelona el liderato en la Liga o si los árbitros seguían con su campaña de “alineamiento con el Madrid” para fastidiar a los catalanes por su maldad y hacer salir a Piqué otra vez al estrado, cómo cada vez que pierden. Pan y circo, un invento romano para aplacar los malos estados de ánimo de la población, que casi nunca suele fallar.

Cataluña, esa preciosa tierra cuyos dirigentes, hace tan solo unos días, depreciaban, escupían y vilipendiaban a todos los españoles sin recato ni piedad, ahora resulta que se ha convertido en nuestra casa y el lugar donde todos como buenos hijos y hermanos debemos ir este verano para gastar nuestras perras y así, su economía, rescatar.

Los tribunales siguen dando muestra de “aparente debilidad”, acosados por la Fiscalía y la Abogacía del Estado, quienes han cambiado sus papeles y ahora parece que se dedican a desprestigiar a sus señorías e intentan que no se celebren juicios, que los casos sobre “algunos políticos” queden en blanco o sus causas cerradas. En esta batida de togas, ni siquiera una juez brava y que ordenó un secreto de sumario especial, ha sido capaz de defender sus claras órdenes dadas a la policía judicial y no ha evitado que el gobierno se entrometiera torpemente en el caso sin ningún tipo de vergüenza ni piedad.

Las estatuas de nuestros ancestros ilustres son derribadas con saña en las antaño “tierras de indios” por los negros y algunos blancos que movidos por fuerzas nada extrañas y hasta conocidas, buscan cualquier motivo, aunque sea falso, para crear una manida reivindicación que ponga patas para arriba todo el orden internacional. Aunque, tras oír las declaraciones de la ministra de exteriores al respecto en una entrevista esta mañana, no me explico, como no nos queman por allá fuera hasta los Consulados y Embajadas allá por ultramar.

Los fondos de la UE para la recuperación no solo no llegan; aún no están decididos en su cuantía real o final, modo de entrega y si habrá algún tipo de recargo o imposición formal para que sean efectivos; en qué plazos llegaran y cuanto habrá que devolver, así como toda esa letra pequeña que les suele acompañar.

Mientras tanto, el gobierno tira de la chequera y cada día presenta una subvención más, aunque algunas sean repetidas o el complemento de otras que ya estaban en el mercado laboral o en algún sector empresarial. Pero, hay que tener presente que estos cheques se pagan emitiendo deuda pública. Deuda que, unida al desmesurado déficit, está alcanzando un nivel de preocupación demencial. Todo eso alguien —nuestros hijos y nietos y ya veremos si alguna generación más— lo tendrán que pagar.

Cada día encontramos un motivo para enfadar aún más a Trump y no somos conscientes de los problemas que eso a corto y medio plazo nos traerán. Estamos perdiendo puestos entre los que ocupan la cúpula digital y de la innovación para la comunicación y el control de las pandemias. Nos quedamos fuera del grupo de países europeos que se han unido para la compra conjunta de una vacuna tan esencial como la necesaria para luchar contra el COVID-19 y, en general, vamos perdiendo cada vez más prestigio y nivel en investigación y en competitividad.

La intensa campaña de propaganda del gobierno dirigida y coordinada por su mercenario de la misma, Iván Redondo, con sus medios afines; bien pagados o subvencionados, ha tenido un gran efecto. Basta con ver los resultados de las “encuestas serias” de estos dos últimos fines de semana que le dan al PSOE y a Podemos más o menos sus mismos apoyos y ni un solo desgaste a pesar de lo muy mal que han hecho su trabajo y tras una gestión de compras y pruebas fatal.

Tras, al menos, un año perdido para la economía y el mundo laboral, todo lo que por su culpa, el paro, la deuda que vendrá y la enorme vergüenza que estamos pasando a nivel internacional; por lo que veo, no son más que pequeñas cosas sin importancia para los dormidos españoles; y no es suficiente para que nadie mueva un pelo y salga a la calle a protestar.

Lo dicho; España, ha muerto.

¡DESPERTA FERRO!!

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Reserva) de España.  Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

Artículo publicado en https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/espana-ha-muerto-1

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MEMORIAS HISTÓRICAS Y SIMPLES MEMORIAS

Javier Blasco Robledo*

Los españoles nunca deberíamos olvidarnos de uno de los peores presidentes del gobierno que hemos tenido, José Luis Rodríguez Zapatero; una persona a la que hemos sufrido y padecido durante casi dos mandatos completos hasta que, como consecuencia de su mala cabeza, nefastas estrategias y el habernos dejado sumidos en una de las peores crisis económicas de la era moderna, los españoles le mandaron a León a contar nubes, según afirmó personalmente, al perder las elecciones y verse obligado a dejar todos sus cargos.

Otras dos mentiras más suyas a incluir en su largo listado personal, ya que ni se fue a León, de donde vino un día, ni ha dedicado un solo minuto a contar nubes, sino a otros desmanes allende los mares dejando muy pocos amigos de verdad por aquellas tierras; pero eso es harina de otro costal que dejaremos aparcado para otro día más apropiado.

ZP, mote por el que se le conocía y que a él hasta le alegraba usarlo en las campañas electorales, fue una persona muy famosa por sus dislates, fanfarronadas, despechos, burlas y mala cabeza. Lleno de dicotomías en sí mismo y en sus pensamientos profundos o en voz alta y famoso por muchas frases y cosas suyas, casi ninguna buena, de las que, aparte de lo mencionado, quiero resaltar cinco: su incapacidad de definir el concepto (discutido y discutible) de nación; haber traído de nuevo a colación el sui generis concepto de “nación de naciones”[1] aún sin definir concretamente; forzar un nuevo y nefasto Estatuto catalán, la aplicación del famoso Plan E y el parto sin anestesia de la Ley de Memoria Histórica. Ley, de la que una vez defenestrado su autor e inductor, su sucesor en el cargo, Mariano Rajoy Rey, el hombre con más complejos y lleno de miedos que he sufrido en mi vida, sabiendo que era un bodrio, tremendamente injusta por parcial y revanchista y aun teniendo mayoría absoluta, no la derogó ni tocó una línea, no fuera a ser que por ello le llamaran facha o cosas peores.

Pues bien, dicha Ley, moldeable como muchas, bien fácil de estirar y transformar según le interese al ejecutivo y también de concatenar esfuerzos y apoyos entre las bancadas del Poder Legislativo (Parlamento), por aquello de no ser marcados como herederos del más rancio franquismo, ha sido el más precioso juguete en manos de nuestro actual presidente, el ínclito Pedro Sánchez y de su gabinete. Así, ha sido torticeramente manoseada para cambiarla y adaptarla cuantas veces ha sido precisa para, ente otras lindezas, sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos, enterrarle donde el gobierno ha querido, cambiar cientos de nombres de calles, plazas y parques en toda España porque sus anteriores denominaciones —aunque no fuera cierto, según la verdadera historia— sonaban a personajes cercanos a Franco durante la guerra civil y los años de la postguerra; derribar monumentos, estatuas y placas relativas a personajes y momentos de la época; menospreciar a las víctimas del bando de las derechas; ensalzar y encumbrar las de las izquierdas; reabrir viejas o ya casi inexistentes heridas; dividir aún más a los españoles; recuperar y ensalzar nuevos-viejos rencores y no desenterrar a nadie de todos aquellos restos que se asegura aún yacen en las cunetas y cuyo número es tan grande que —según la mayor mentirosa e iletrada de la historia reciente, nuestra vicepresidenta Calvo— otorgan a España el tenebroso título de ser “el segundo país con más desaparecidos del mundo”, obviando por tal afirmación a muchos países que, por derecho propio, nos preceden en tan macabro listado y, por ello, la susodicha señora ha sido objeto de mofa estos días. Que sabrá ella de historia y de realidades con afirmaciones tan poco fundadas y nada cabales.

Es una Ley, que machaconamente, durante meses y meses, todos los medios, tertulias y diarios adeptos y empesebrados al gobierno nos han repetido a diario como aquel que sabiendo que miente o lo que dice no está muy claro, precisa ser repetido muchas veces para crear el poso necesario a fin de aunar las mentes proclives al tema y abrir aquellas que no viéndolo, de tanto repetirlo, lo tomarán como algo preciso y necesario.

Debo reconocer que dicha campaña de agitación y propaganda, conocida desde hace años como AGITPROP y muy propia de los más puros regímenes totalitarios de corte comunista o nazi, ha dado sus frutos en España en esta ocasión. Tanto es así que todavía seguimos dando vueltas y más vueltas al tema de la Ley de la Memoria y al desenterramiento de Franco (24 de octubre), aunque no diera para más que movilizar a la familia y a unos cuantos nostálgicos. Mientras tanto, solo unos pocos fueron conscientes de una Resolución de parlamento europeo que, algo más de un mes antes, se aprobó y que supone un gran avance para la Memoria Histórica y colectiva de los europeos.

Escondida y ocultada por todos los medios oficiales y solo un poco mencionada por algunos medios libres o de derechas de escasa influencia, el 19 del pasado mes de septiembre, el mencionado Parlamento aprobó una Resolución sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa (2019/2819(RSP))[2].

Resolución que animo a conocerla por su corta y fácil lectura, así como, por su trascendencia y por lo que puede suponer para todos los Estados miembros de la Unión, incluido España por atacar directamente a la exaltación, culto y expansión de los totalitarismos, con especial mención al nazismo y al comunismo, sus símbolos, ideas y personajes históricos y, que entre otras medidas, solicita específicamente a los países de la UE que adopten medidas para que  desaparezcan monumentos y nombres de calles, plazas y jardines que exalten o recuerden a principales actores de aquellas “hazañas” y se prohíba rendir culto a los que tuvieron algo que ver en su implantación y expansión.

Así, se puede afirmar sin temor a exagerar que en España se ha puesto mucho énfasis, empeño y tesón en imponer, transformar y hacer cumplir “nuestra” Ley de Memoria Histórica aunque contrariamente a lo que aparentaba pretender, ataca con bastante saña al franquismo y a toda su aureola fascista atribuida, mientras, por otro lado, obvia los abusos de la otra parte de claro corte nacionalsocialista y comunista. E igualmente, que tanta ha sido la acción y presión del gobierno, partidos políticos de izquierdas y la mayoría de los medios en ello, que un alto porcentaje de españoles por convicción o cansancio han aceptado en mayor o menor grado, su existencia y aplicación.

Pero, ahora, al conocer la mencionada Resolución, me asalta una gran duda, aunque mucho me temo su respuesta. Conociendo que las Resoluciones del Parlamento Europeo no son leyes internacionales de obligado cumplimiento, sino recomendaciones para el buen gobierno y las relaciones en la UE; si tan necesaria fue nuestra Ley por los abusos y aberraciones de la parte denunciada, imagino que para aquellos que tanto creen en la Ley justa y en el respaldo internacional, será igual y exactamente necesaria la transformación y puesta en práctica —sin dilación y con ilusión— de la susodicha Resolución que pone un coto similar al comunismo junto al nazismo y por ello, nos metamos pronto en faena para que nuestras calles, parques y plazas queden libres de nombres y hechos que separan y ofenden y, al mismo tiempo, dejemos de rendir culto a aquellos símbolos y actores, que voluntaria y premeditadamente, obviamos o no quisimos incluir en nuestra Ley.

Ya veremos si ahora el gobierno y sus facilitadores ponen tanto empeño en que esto tan simple que expongo se haga realidad y que los tribunales, quienes tan raudos se prestaron al apoyo e interpretación legal de Ley española, no pongan reparos a su desarrollo para dar cumplimiento y aplicación de la nueva Resolución europea cuando cualquiera, en función de ella, lo solicite en reclamación de la aplicación de un acuerdo internacional.

Otra duda que me asalta y entristece aún más es que, a pesar de que estamos en plena campaña electoral, no he visto a ningún partido de Centro ni de Derechas, esgrimir ni mencionar esta norma, incluir el desarrollo dela misma en su programa o pedir al gobierno acción inmediata en dicho sentido. La dejación de responsabilidades, tras tanto tiempo de cobardes silencios frente a manifiestos desequilibrios y mirando para otro para otro lado no es algo sin importancia. Mucho me temo que, a la vista de lo que ha ocurrido la semana pasada, en el Ayuntamiento de Madrid con implicación de todos los partidos, mis dos grandes dudas quedan ya contestadas[3].

En cualquier caso y sin tener que darle muchas vueltas al tema ni tener que publicar una nueva Ley al respecto con los problemas, discusiones, el papeleo y los necesarios acuerdos que ello conlleva; simplemente analizando seriamente y con buena voluntad la existente Ley de Memoria en España, sus motivos, contenido y principios, nos bastaría para descubrir que, al leer con detenimiento las conclusiones de la Comisión Constitucional del Congreso de 20 de noviembre de 2002 citadas en la Exposición de Motivos, encontramos que ellas hacen referencia explícita a la deslegitimación de todos los regímenes totalitarios contrarios a la libertad, de entre los que, hoy en día, nadie puede tener ninguna duda y mucho menos tras la mencionada Resolución de la UE, que tanto el comunismo como el nazismo son paradigma.

Por tanto, es bien fácil deducir que, gracias al contenido, forma y fondo literal de la citada Exposición, transcrita a continuación, es posible poner en relación directa el encaje de la decisión plasmada en la Resolución del Parlamento europeo con nuestra Ley de Memoria Histórica. Por lo tanto, dicha Ley podría ser fácilmente instrumentalizada, sin necesidad de cambio alguno en su motivación oficial, para incluir en la misma, sin problemas insalvables los aspectos totalitarios referidos en dicha  Resolución.

“Por ello mismo, esta Ley atiende a lo manifestado por la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados que el 20 de noviembre de 2002 aprobó por unanimidad una Proposición no de Ley en la que el órgano de representación de la ciudadanía reiteraba que ‘nadie puede sentirse legitimado, como ocurrió en el pasado, para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y dignidad de todos los ciudadanos, lo que merece la condena y repulsa de nuestra sociedad democrática’”.

Llegado a este punto y momento, tengo la sensación de que el desarrollo, aplicación y hasta el propio cumplimiento de las leyes y normas nacionales e internacionales —en algunos casos— pueden llegar a convertirse en un arma de doble filo. De tanto afinar y tratar de dejar el tema bien atado y sin fisuras, pueden convertirse en algo contrario a las ideas o intereses primigenios y ocultos de los propios legisladores que las propugnaron al contraponerse o ser forzadas a su aplicación por la propia ley, originalmente, tan depurada y garantista u otras de igual o superior rango. Este podría ser el caso.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Reserva), Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

Referencias

[1] El concepto “nación de naciones” fue empleado por el ponente socialista Gregorio Peces-Barba durante el debate constitucional e implica que la diversidad territorial española tiene una profundidad superior a la de otros países europeos. El término fue acuñado en el exilio mexicano por el intelectual castellano Anselmo Carretero, un socialista federalista autor de varias obras al respecto. <https://www.lavanguardia.com/politica/20170422/421938566642/enfoque-pedro-sanchez-nacion-de-naciones-catalunya.html>,

[2] Resolución del Parlamento Europeo, 19 de septiembre de 2019, sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa (2019/2819(RSP)) <https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2019-0021_ES.html>.

[3] “El PSOE rechaza que se nieguen subvenciones y espacios públicos a quienes ensalcen el comunismo”. OK Diario, 03/11/2019, <https://okdiario.com/espana/psoe-rechaza-que-nieguen-subvenciones-espacios-publicos-quienes-ensalcen-comunismo-4760693>.

BARRABÁS

F. Javier Blasco*

Imagen de Gordon Johnson en Pixabay 

Barrabás fue un famoso preso o un preso famoso del que hablan los cuatro evangelistas en sus relatos sobre la pasión de Jesucristo. Famoso, por ser el preso al que gracias a la presión popular, Poncio Pilatos ofreció liberar a cambio de la vida de Jesús en el extraño proceso que acabó con la crucifixión de este.

Realmente, no se sabe a ciencia cierta quien fue dicho personaje; hay opiniones para todos los gustos tal y según se describe en el estudio de la referencia [1]; pero lo que sí se sabe, es que su vida y destino cambiaron porque el pueblo casi amotinado, sin importarle mucho su mal pasado, se lanzó a las calles en solicitud de su liberalización permutándola por la condena a Jesús sin que los posibles y muy escasos “pecados” de éste fueran ni tan graves ni comparables con los de aquel.

Valga este ejemplo bíblico para iluminar y servir de ilustración del relato sobre el tema que quiero traer a colación, dejando bien claro y por anticipación que no está en mi intención ni pensamiento crear una comparativa o un silogismo real entre ningún personaje implicado en aquel hecho y los que intervienen en la situación y desenlace de la política actual ocurrida y discurriendo en España.

Aquellos que me conocen y siguen saben que soy, uno de los más grandes defensores del Pensamiento Crítico, una ciencia o manera sui generis y muy eficiente de pensar y analizar la información que nos llega. Por ello, y siguiendo mi costumbre, seguiré sus pasos[2] para tratar de descifrar el verdadero mensaje y consecuencias de cada hecho según el personaje implicado en este vodevil que acabamos de vivir.

Para empezar, nadie puede negar que se haya llegado a este proceso electoral tras una serie de situaciones, decisiones o imposiciones de mucha transcendencia —algunas de considerable anomalía o por lo menos algo extrañas— acaecidas de forma sucesiva, aunque últimamente habían quedado bastante amontonadas.

Algunas fueron superadas a su manera o simplemente soslayadas sin más, con la indiferencia o el bochornoso silencio para ser quien eran el o los implicados en aquellas, escenas tan escabrosas que, en un país democrático estándar, hubieran dejado la incógnita de si iban a ser un verdadero problema a la hora del momento de votar. Aquí en España, ni para valorar.

Bien es cierto que han sido convenientemente adobadas, mezcladas, sazonadas y cocinadas para darles la vuelta y presentarlas como elementos o chascarrillos inútiles, banales, cuasi anecdóticos, fáciles de olvidar y poco dignos de ser guardados en el rincón más lejano o pequeño de la memoria, pasando para ello por una campaña neutra y de puntillas en la que no se quería debatir ni hablar de los asuntos referidos a la honradez ni de los verdaderos problemas que atañen a los españoles a la economía, a la enseñanza y al papel de España en la arena internacional.

Sin embargo y por el otro lado, ciertos hechos muy testimoniales o de aparente poca relevancia por solo haber sido motivo suficiente para levantar los adormilados ánimos de aquellos que dicen amar y querer a España, igualmente sazonados y cocinados —aunque de otra manera— se les ha dado la vuelta para mostrarlos a propios y extraños como las peores amenazas para nuestra existencia, algo así como el regreso a la España cainita, guerra civilista, la de Franco, la eternamente dividida entre rojos y azules e irreconciliable por muy lejos que quede aquella afrenta; en definitiva, las dos Españas de siempre.

Hay que facilitar por su buen saber hacer el oficio a los artífices, animadores, impulsores, esclavos y amanuenses de todas las amañadas campañas mediáticas, tertulias, la explotación en las redes y el boca a boca por sus actos y comentarios infestos y repletos de mentiras, falacias que, estando bien urdidos, mascullados y magnificados, han sido motivo para crear los grandes temores capaces de movilizar a los realmente desconectados de la marcha de la política y del futuro de España como nación, de su sociedad y economía.

Les felicito por su buen trabajo, aunque no por los resultados y la manera de lograrlos, a todos aquellos que han luchado con empeño y denuedo para evitar que llegue la derechona fascista, dictatorial y totalmente controladora que “presuntamente” pretende recortar los derechos y libertades logrados durante largos años en razón del sexo, inclinación, tendencia, raza, modos, usos, condición social y salarial o pensamiento político. Con todo ello, han conseguido movilizar a los suyos a base de usar el miedo escénico sobrecargando los gestos y actos aún a sabiendas de no ser ciertos, pero siempre en busca de buenos resultados.

Por el contrario, recrimino a todo el inmenso número de sordos y ciegos políticos y personas más o menos responsables que, tras o a pesar de los muchos y constantes avisos, campanadas y luces de alarma, han mantenido sus férreas posturas de críticas y guerra sucia casi cainita con los compañeros de “bando”, pensando que todo ello no era más que campañas de propaganda de los llamados perdedores o de la misma oposición porque ellos, y solo ellos, iban a alzarse con la victoria, la suya, a imagen y semejanza de la última e inútil tras las elecciones regionales de Cataluña; aquella de la que si recuerdan, realmente no sirvió de nada.

También deben entrar en el mismo saco de los reproches todos aquellos que, de forma irresponsable y a pesar de claros avisos de que su nueva apuesta era mala, siguieron a sus exaltados guías de mitin en mitin y de red en red, autoconvenciéndose de que su número era el mayor de toda la oposición y de que votar a su partido, era la mejor solución para vencer al perjuro. A pesar de los serios avisos y de todas las alarmas bien claras, hicieron de su capa un sallo y ahora sabemos que lo avisado era cierto y poco exagerado por lo que cientos de miles de aquellos votos, que por cierto eran tan necesarios, no valieron para nada y fueron directos al cubo de la basura[3] donde ser quemados.

Los resultados mostrados no se logran por si solos desde afuera sólo con mítines o discursos más o menos manidos y mal intencionados. No, precisan de una serie de movimientos sísmicos internos y/o cercanos calculados y provocados para que, cual terremotos de diverso grado, vayan limando voluntades y creencias para que finalmente se aúnen los esfuerzos y entre todos lleven al traste la idea de la fuerte cohesión de España así como el mantenimiento de las raíces, costumbres y sistemas educativos y de relación social y familiar que han servido de ejemplo y modus operandi de la mayor parte de los europeos durante varios siglos.

Los hay que alteran el resultado de las cosas a base provocar cierto malestar en forma de matraca continua gracias a exabruptos y propuestas muy atípicas en los partidos exaltados o de posiciones extrema, tanto a izquierdas o derechas, con los que llenar las cabezas de falsas ideas o pájaros a aquellos que pretenden asaltar el poder fácilmente para instaurar sus ideas al precio que sea y sin vacilar.

A los anteriores, hay que unir los ataques de aquellos otros partidos que llevan años cambiando de idea y bando pero soñando, esperando y desesperando por sobrepasar a sus inmediatos correligionarios, aunque, por falta de fuelle o escasa preparación personal, nunca llegan a fraguar un proyecto y campaña lo suficientemente capaz, por muchos ataques directos o golpes bajos y zancadillas que usen contra sus oficiales correligionarios.

En este mismo orden de cosas, pero en otros escenarios, nos encontramos con los movimientos separatistas e independentistas que nada más ver en peligro sus proyectos, alcanzados o la posibilidad de no poder seguir en la senda de ir culminando hitos progresivos alarman y ponen al pie de guerra frente a las urnas —con su voto en ristre— a sus huestes que, normalmente, viven dispersas en su mundo de yupis y totalmente desconectados de la realidad nacional.

Para ello, basta mencionarles la posibilidad de perder todo tipo de prebendas que normalmente les llegan de las numerosas concesiones políticas arrastradas durante años de manos de sucesivos gobiernos sin escrúpulos que —por lograr su tranquilidad personal— no dudaron en dejar su huella de cobardes y de mal pagano. Aunque en esta ocasión, a pesar de haberse empleado a fondo y celebrar sus “buenos” resultados, no han sido tantos como lo fueron antaño[4].

Como suele ocurrir en la mayoría de países de la UE, siempre aparecen determinados espurios intereses debidos a movimientos políticos y/o lobbies extranjeros que mantienen a España entre sus objetivos a alcanzar, lugares de donde sacar tajada o como el terreno donde sembrar la semilla de cualquier mal desde el que poco a poco pueda irse extendiendo a países amigos y cercanos.

Situación aquella que se ve facilitada por la progresiva y constante desestabilización y degradación de Europa donde en los últimos tiempos, y cual fina lluvia, estos movimientos y sentimientos van calando y produciendo sus efectos como una mala simiente que va creciendo y extendiendo para acabar con los principios sociales derivados de la religión católica y sus viejas leyes y normas de convivencia aceptadas y practicadas durante siglos.

La exaltación, exageración y exasperaciones de todo tipo de movimientos ciertamente extremistas que florecen en cualquier ambiente y rincón del mundo occidental en una irresponsable y a veces irreverente defensa numantina de ideas sobre nuevos o viejos principios que jamás nos habían interesado o preocupado mínimamente como: los animalistas, veganos, verdes, feministas, no nucleares, pacifistas, antitabaco, LGTBI, okupas, manteros, facilitadores de la inmigración indiscriminada, etc… Lo que, unido a una casi completa falta de cultura o la ausencia de ella, aunque algún día se poseyera, hacen que los partidos que los adoptan y dan cobijo suban en perjuicio de los que no lo hacen, les combaten o ignoran.

Los movimientos y actitudes totalmente impostadas y adoptadas durante las campañas por los partidos que realmente tienen y defienden idearios muy diferentes para disimular su vileza y aparentar, mediante el falaz engaño, no ser tan fieros o perjudiciales como los demás les pintan; a pesar de rallar con lo irrisorio, suelen dar buenos réditos y recuperar votos de entre aquellos seguidores que se dejan engañar fácilmente.

Igualmente sucede con la falta de escrúpulos —en general, de la izquierda y su enorme capacidad para el disimulo— para provocar el olvido o el encubrimiento de sus grandes corrupciones y vilezas, tratando de ocultarlas, depreciarlas y así tratar de evitar que nunca sean puestas en las balanzas comparativas por aquello de que su afilado fiel, suele ser muy traicionero y nunca miente al que quiere saber su verdadero valor o peso.

Por último, y no por ello menos importante, nos tropezamos con los propios errores de un PP —la mayoría arrastrados durante años y bajo otros mandos— a base de ciertos y grandes complejos o temores infundados; también —como en la mayoría de los partidos— por no haber evitado nutrirse de personas sin escrúpulos, corruptos, tránsfugas, mentirosos, inútiles, poco formados y aprovechados que han dado al traste con la ilusión y el apoyo de miles o millones de votantes convencidos y muy esperanzados.

Caldo de cultivo para que dichos penosos infiltrados aparezcan en los medios de propaganda poco afines, ingresen en la cárcel antes o tras ser juzgados con toda notoriedad o caigan en las redes de aquellos ruines ya mencionados que juegan en “política” diciendo y anunciando que proceden del propio partido y por ello, aunque con ligeras desavenencias y ciertos matices, “son del mismo bando”, pero realmente lo que tienen es una gran capacidad de disimulo y engaño para atraer al incauto, al aprovechado o al desecho de tienta a unos brazos envenenados que sólo buscan tras el abrazo del oso, su voto y el de aquellos que este arrastra para irles robando a los populares escaño tras escaño.

No limpiar a tiempo las sentinas podridas, vacilar en el rumbo y dirección contra el viento y la marea o por ser atrevidos, irán a chocar contra sólidos icebergs pudiendo provocar una epidemia de ratas o hacer zozobrar al buque más capaz y sólido que, distraído y autoconvencido, navega haciendo caso omiso a todo tipo de avisos.

Como complemento a lo anterior, cabe decir que la falta de seriedad y calidad política de los diferentes partidos hace que a veces se juegue al oportunismo y se use un ardid por el que, al igual que ya ocurrió antaño, muchas personas, sobre todo bastantes mujeres, se rijan por el porte, cara o hermosura aparente de aquellos que ocupan dichos cargos. Sí los políticos hacen un gran culto a su ego o al narcisismo[5] y los votantes sólo nos fijamos en sus dotes de belleza y no en sus cualidades de liderazgo, preparación, experiencia y entereza, vamos directamente al fracaso.

Ahora nos queda un largo trecho por delante, puede fácilmente llegar a ser de cuatro años. Los ciudadanos han tenido la oportunidad de votar a una gran variedad de partidos y han elegido —a sabiendas que hacían mal— ya que su voto se perdía para siempre. También han decidido salvar a su propio Barrabás tan aclamado en la noche electoral para perdonarle, al mismo tiempo, todos sus pecados, males, errores, defectos y engaños conocidos —desde el principio hasta en el último debate electoral—.

Todo aquello, con tal de anular al candidato que llevaba menos tiempo de preparación y en la arena de la responsabilidad real, que se presentaba bien respaldado, con menos bagajes y ambages sucios o poco limpios en su mochila; el que mostraba una gran dosis de seriedad y buena voluntad a pesar de la losa que lleva sobre sus hombros heredada tras años, tras muchos desaciertos ajenos.

Ha sucedido así, simplemente porque él parecía ser el designado a unificar de nuevo al centro-derecha. Un espectro partido en tres trozos muy diferenciados, poco armónicos y casi en lucha feroz por culpa de sus malas políticas, diversas corruptelas y, sobre todo, por sus muy personalistas y ambiciosos liderazgos.

Llego a la conclusión de que a la vista del papel que se le había otorgado y, sólo por ello, tenía que ser destronado. Las fuerzas internas y externas que impulsan a las izquierdas y derechas, los separatistas y nacionalistas, ciertos lobbies publicitarios y económicos y algunos intereses ajenos y extraños a España se han confabulado, o al menos, todos han aportado algo, para que este nuevo “salvador” no llegara a su cargo.

La solución al tema de las derechas es francamente difícil si se deja en sus manos y no en las de los votantes; de momento, a pesar de que por su mala cabeza o intención pudo ser y no ha sido[6], la situación apunta a que todos ellos mantienen posturas irreconciliables y seguirán despreciando nuestros votos y deseos mostrados claramente cuando fuimos juntos a la plaza de Colón, en defensa de nuestra nación y no de sus poltronas respectivas.

Todo seguirá por el mismo camino[7] y los que continúan pensando que la famosa foto de aquella mencionada cita fue el principio del triunfo de la derecha o de su partido sobre un “sanchismo” ruinmente vendido a los separatismos, se volverán a confundir porque, precisamente ese momento, fue la excusa y punto de partida para que nuestro Barrabás lanzara el toque de Diana para iniciar el movimiento de sus masas adormiladas o dolidas por los resultados de las pasadas elecciones en Andalucía y le salvaran su pellejo y cuello al menos por un tiempo prudencial.

Sánchez, con mucho acierto por su parte y por los grandes errores de sus contrincantes, será investido de nuevo como presidente a pesar de todo lo suyo y muy malo conocido gracias al necesario apoyo de muchos españoles que directa o indirectamente se lo han permitido, aunque realmente se hayan obtenido más votos entre los tres de centro-derecha (PP, C’s y Vox) que la natural coalición de izquierdas (PSOE y Podemos)[8]. España sigue estando dividida en dos tras décadas de “esperanzadora convivencia”. No tenemos solución.

Sólo nos resta saber qué hará el escurridizo y cambiante Sánchez para formar gobierno tras haberle dado mucha al pico y después de tanto cante a izquierdas y derechas con Iglesias, Rivera, algunos nacionalistas, separatistas y hasta filo etarras por si fueran necesarios. Ahora parece que, tras ofrecerse a unos para luego despreciarlos y ponerle la miel en la boca a Iglesias como medio de salvarle de su derrota, quiere salir sólo al ruedo, sin compañía ni ataduras que le manejen el timón del enredo[9]. Veremos.

Cada uno tendrá su propia justificación, excusa, y consuelo. Pocos reconocerán que se han equivocado o se fustigarán por haberse dejado llevar de la mano de aquellos “arcángeles del mal” que, dotados de pífanos, arpas, tambores y trompetas, entonaban cánticos de bellas sirenas para anunciar a pleno pulmón una aplastante victoria propia, a pesar de los muchos avisos sobre los peligros de continuar por tal camino. Otra vez Barrabás salió triunfante al balcón para recibir su propio baño en olor de multitudes. Se dice que la historia se suele repetir, pero en España es ya una autentica tradición.

Ahora, todos de puente y dentro de unos días a volver a votar con el mismo patrón. Así va España.

* Coronel de Ejército de Tierra (Reserva), Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS.

 

Referencias

[1] ¿Quién era Barrabás? El Espejo del evangelio, <https://web.espejodelevangelio.com/quien-era-barrabas/>.

[2] “Pensamiento crítico y análisis estructurado”, 29/09/2014, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/articulo-critical-thinking>.

[3] Enrique Delgado Sanz, “Los 700.000 votos (inútiles) de Vox que penalizaron al centro-derecha”. ABC, 30/04/2019, <https://www.abc.es/elecciones/elecciones-generales/abci-700000-votos-inutiles-penalizaron-centro-derecha-201904292324_noticia.html>.

[4] Gonzaga Durán. “El independentismo catalán pierde 500.000 votos con respecto a las autonómicas de 2017”. OK Diario, 30/04/2019, <https://okdiario.com/espana/independentismo-catalan-pierde-500-000-votos-respecto-autonomicas-2017-4050219>.

[5] “Las 25 frases más sonrojantes de ‘Manual de Resistencia’, el libro de Pedro Sánchez”. Libertad Digital, 24/02/2019, https://www.libertaddigital.com/espana/2019-02-24/25-frases-sonrojantes-de-manual-de-resistencia-el-libro-de-pedro-sanchez-1276633683/

[6] Luz Sela. “PP, C’s y Vox tendrían la mayoría absoluta a tiro de haber ido unidos a las urnas”. Ok Diario, 29/04/2019, <https://okdiario.com/espana/pp-cs-vox-tendrian-mayoria-absoluta-tiro-haber-ido-unidos-urnas-4050909>.

[7] “Elecciones 2019: Santiago Abascal: ‘Ni vamos a cambiar un ápice el discurso ni vamos a reintegrarnos en el PP’”. El Mundo, 29/04/2019, <https://www.elmundo.es/espana/2019/04/29/5cc6dfd321efa0ac1b8b458e.html>. Olaya González. “Arrimadas descarta apoyar al PSOE y asegura que Cs liderará la oposición”. La Razón, 29/04/2019, <https://www.larazon.es/elecciones-generales/arrimadas-descarta-apoyar-al-psoe-y-asegura-que-cs-liderara-la-oposicion-CB23114666>.

[8] M.A. Ruiz Coll. “El tripartito de centroderecha suma 63.000 votos más que PSOE y Podemos pero tiene 16 escaños menos”. Ok Diario, 29/04/2019, <https://okdiario.com/espana/tripartito-centroderecha-suma-63-000-votos-mas-que-psoe-podemos-pero-tiene-16-escanos-menos-4048604>.

[9] Ignacio Camacho. “Deber y querer”. ABC, 30/04/2019, <https://www.abc.es/opinion/abci-deber-y-querer-201904300007_noticia.html>.