Archivo de la categoría: OPINION

NO ES LA ECONOMÍA, ES LA JUSTICIA

Marcelo Javier de los Reyes*

Los que ya tenemos varias décadas conocimos otra Argentina, muy diferente a la actual, por lo que cuando hablamos con los jóvenes y les contamos acerca se esa Argentina que nosotros conocimos cuando éramos chicos o jóvenes parecería que estamos hablando de un país de fantasía, de una ficción.

Hasta mediados de la década de 1970 la Argentina tenía una tasa de desempleo menor al 3%, el trabajo formal era la norma y los argentinos podían pensar en un país que tenía un horizonte prometedor más allá del contexto político nacional.

Recuerdo que la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, así como el sur y el oeste de la Provincia de Buenos Aires, eran zonas industriales y de mucha actividad.

La clase media y la educación pública, en la que nos enseñaban a respetar los Símbolos Patrios y a amar la Patria, eran lo que podríamos considerar dos virtudes. Esa educación pública nos había puesto en un lugar de privilegio y causaba admiración en el exterior.

La deuda externa no llegaba a los US$ 8.000 millones, si no me equivoco sería menos del 2% de la deuda externa actual. Éste no es un dato menor.

La Argentina contaba con unas Fuerzas Armadas con un poder regional considerable y era un país respetado y bien considerado dentro de la comunidad internacional a pesar de que ya había entrado en un período de decadencia.

Sin embargo, el gobierno militar que asumió en 1976 impuso una política liberal de la mano del ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, quien retomó algunas imposiciones que se hacían desde el exterior, como

    • la desindustrialización,
    • el cierre de ramales ferroviarios, lo que respondía al denominado «Plan Larkin» diseñado en EEUU para desarticular el sistema ferroviario argentino, plan que le fue presentado al entonces presidente Arturo Frondizi, quien no pudo llevarlo a cabo pero que sí fue trágicamente implementado por el presidente Menem y
    • el sometimiento de la Argentina mediante el endeudamiento externo, lo que incremento la deuda de manera feroz e innecesaria. Fue así que para 1983, cuando los militares entregaron el poder, la deuda externa superó los US$ 45.000 millones.

Los militares argentinos fueron presos por otras razones, pero a Martínez de Hoz la justicia nacional no lo tocó.

La sociedad argentina depositó una gran esperanza cuando la democracia retornó en 1983, una esperanza que ha sido defraudada durante estos 40 años de una «partidocracia» en la que muchos políticos llevan décadas viviendo del Estado mientras lo destruyen.

Aquí quiero hacer una digresión para aclarar la diferencia entre «Estado» y «Gobierno» más aún cuando estamos nuevamente con un gobierno radicalizado cuyo presidente siente orgullo de destruir el Estado, al que representa y del que recibe su sueldo.

El Estado está formado por todos los argentinos, así como la Iglesia está constituida por todos los feligreses. No se concibe una Nación sin el Estado. Todo Estado Nación está conformado por un territorio claramente delimitado, una población y un gobierno. De tal manera que se trata de una organización política y humana.

El Estado es como un consorcio de copropietarios y el gobierno es como el administrador de ese consorcio. Si el administrador lo hace mal, no es el Estado el que lo hace mal y si la población eligió un mal administrador esa mala elección será responsabilidad de la población. Resulta ridículo que el administrador se proponga destruir al consorcio de copropietarios porque sería dejar sin sus bienes a quienes lo eligieron para que los administre. Desaparecidos los bienes, desapareció el consorcio de copropietarios y su razón de ser. ¿Podrían los copropietarios aplaudir y elogiar a ese administrador? No. Sorprende que un número considerable de argentinos elogie y se ponga contento porque un presidente se proponga destruir la razón de ser de la Argentina.

Volvamos a la historia reciente.

Es por todos conocida la famosa frase «¡Es la economía, estúpido!» una frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton, que éste utilizó en la exitosa campaña de 1992.

En la Argentina le han llevado a buena parte de la población a creer que el problema es económico y siempre serán los economistas los que vendrán a salvarnos de nuestra caminata hacia el abismo pero en realidad ellos nos ayudan a apurar el paso hacia ese destino.

No quisiera generalizar pero los máximos exponentes que siempre están cerca de la dirigencia política, los que llegan a los cargos con poder de decisión en materia económica, demuestran que tienen dos grandes problemas:

    1. creen que su especialidad forma parte de las ciencias exactas y
    2. carecen totalmente de empatía.

Entonces vamos a aclarar estos puntos. La Economía no es una ciencia exacta sino una Ciencia Social. La palabra «economía» deriva del griego y hace referencia a la «administración del hogar».

Todos los economistas, quiero creer, que han leído el libro Economía de Paul Samuelson, quien en su introducción se pregunta «¿Ciencia o arte?» y aclara precisamente eso: «La economía no es una ciencia exacta». Afirma que es más que un arte pero cuyas predicciones pueden ser tan exactas como el pronóstico meteorológico. Claro está, como agrega Samuelson, que un banco o una empresa no recurrirán a un astrólogo sino a un economista.

Pero los economistas no pueden reducir todo a que «les cierren los números», que «no haya déficit fiscal», aunque siempre lo incrementan con las medidas que toman, las que más de una vez hasta los que provenimos de las humanidades percibimos que nos hundirán más que favorecernos.

Detrás de los números hay personas y muchas de ellas, los más necesitados, terminan siendo perjudicados por sus medidas.

No, no es la economía. Es la Justicia. Y no agregaré lo de «estúpido» porque quienes ejercemos la docencia jamás le diríamos a un alumno «estúpido», porque estamos para formar, para ayudar en la comprensión de determinadas cuestiones.

El problema fundamental de la Argentina es la falta de Justicia o la carencia de moral de buena parte de los jueces que responden al Poder Ejecutivo de turno, tanto por beneficiarse en su carrera profesional como por obtener beneficios económicos.

Aquí entramos en otro problema, el que nos lleva a comprender que, sin una verdadera división de poderes, no hay democracia, porque no hay un control de un poder sobre el otro. No hablaré del Poder Legislativo, cuyos exponentes no son dignos de considerarse representantes ni del Pueblo ni de sus Provincias, tanto sean diputados como senadores. Y los economistas que forman parte de los gobiernos parecen gozar de inmunidad porque, cuando en el mejor de los casos son investigados judicialmente por las medidas que toman como funcionarios públicos, terminan sobreseídos. A pesar de que a ellos no les cierre el blanco de sus respectivos patrimonios que, en general tienen el exterior, dicen que sus políticas están destinadas a traer inversiones a la Argentina. Curioso, ¿no?

Estimo que la mayoría de los argentinos queremos que en nuestro país se desarrolle la industria, que el campo produzca, que la producción se incremente, que la Argentina aumente considerablemente sus exportaciones. Porque la Argentina crecerá y se desarrollará cuando sus sectores productivos trabajen a pleno y no por contraer innecesarias deudas como consecuencia de malas administraciones, de negociados o de intereses externos que sólo aspiran a mantener a la Argentina de rodillas.

Para salir de este laberinto necesitamos de una Justicia independiente que condene a los funcionarios que traicionan a la Patria, los que la endeudan y la empobrecen. La Justicia debe constituirse en la columna vertebral para reorganizar y sanear la Argentina. Para eso se necesitan jueces probos y un sistema judicial ágil. Quizás podríamos pensar en una elección de jueces por parte del pueblo y no por parte del poder ejecutivo para garantizar esa independencia. Es sólo una propuesta.

Por otro lado, los argentinos tenemos que dejar de lado las divisiones, las que son instigadas por los mismos que se benefician de ellas: los miembros de la corporación política y los de la corporación económica y de medios, quienes se han aliado en el presente gobierno.

Precisamos tener en claro los Intereses Nacionales y que nada nos aparte de ese rumbo. El rumbo que debemos tomar es relevante y hay que definirlo clara y de manera urgente porque, como dice Paul Samuelson, «el futuro es más largo que el presente». Y en ese futuro están los jóvenes, nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros sobrinos.

En tal sentido, entonces, creo que hay que dar ciertos pasos:

    • terminar con las divisiones, lo que no supone suprimir el debate sino trabajar juntos pensando en el futuro y no en el pasado;
    • delinear el rumbo y la estrategia para desarrollar la Argentina en función de los Intereses Nacionales;
    • diseñar nuestro propio modelo de desarrollo;
    • recuperar una de las que fuera la característica de la sociedad argentina: «la movilidad social»;
    • lograr la emergencia de una nueva clase dirigente, libre de los vicios de esa dirigencia que nos ha traído a esta angustiante situación;
    • recuperar los valores de la sociedad.

Todo esto requiere de comenzar una «contra revolución cultural» para enfrentar a esa revolución cultural que nos sumergió en la desesperanza, en el desaliento y en una baja autoestima.

Debemos buscar nuevos caminos, nuevas opciones, pensar en el futuro, apelar al pensamiento estratégico para considerar los recursos actuales y los recursos potenciales de los que la Argentina pueda echar mano para recuperarse.

Como ya lo he escrito en un artículo anterior, la sociedad debe ponerse «en camino», como en una peregrinación hacia la Tierra Prometida, que no es otra que la Patria misma. Y en este sentido los argentinos hemos sido privilegiados por esta tierra.

Peregrinar es alejarse, tomar distancia del punto en el que estamos, es caminar, ponerse en marcha, en silencio ―es decir, dejando de lado la confrontación estéril para pasar al intercambio de ideas―.

Sólo de esa manera podremos lograr nuestro objetivo común: llegar a la Patria que tanto amamos.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro «Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones», Buenos Aires: Editorial Almaluz, 1ª edición 2019, 2da edición 2024.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España. ORCID 0000-0003-0411-4630.

©2024-saeeg®

 

REFLEXIONES SOBRE LA TRAGEDIA DE VALENCIA. LO QUE NADIE SE ATREVE A DECIR.

Enric Ravello Barber*

Recuerdo que en el año 90 el catedrático de Geografía de la Universidad de Valencia, Vicent Rosselló, explicando el caso de la presa de Tous, nos dijo esa situación se repetiría porque se deja construir donde no se debe por interés urbanístico, pero la fuerza del río y del agua es imparable cuando llega el momento. Advirtió que volvería a haber muchos muertos.

Aparte de los errores imperdonables de PP-VOX a nivel autonómico, y del PSOE si también los hay a nivel estatal: la derecha echa la culpa a la izquierda porque todo el problema es la «Agenda 2030»; la izquierda culpa a la derecha porque todo es consecuencia del «negacionismo climático». Pero, claro nadie dice la verdad, en este caso la culpa es que la lógica liberal del mercado libre se ha impuesto a la lógica del interés común y la conservación del equilibrio ecológico y urbanístico. Es decir, la culpa es que el Estado ha dejado de regirse por intereses nacionales, populares y comunitarios y se han impuesto los intereses del capitalismo liberal. Es la realidad que nadie va a denunciar.

El capitalismo y el liberalismo matan si no están controlados y sometidos por un Estado social y nacional.

Por eso durante el Franquismo (que tenía algún elemento social en su concepción estatal) y sobre todo el alcalde de Valencia tras la riada de 1957, Rincón de Arellano (fundador de las JONS), quien sí tenía una gran conciencia social, realizó una obra hidráulica que ha salvado miles de vidas, sin importarle destruir los intereses de los constructores de la zona sur de Valencia y de Chirivella…. Algo que nadie es capaz de hacerlo hoy. En estos tiempos el capitalismo liberal manda y mata.

Voy a parafrasear a Goebbles: «cada vez que oigo hablar de Agenda 2030 saco mi P38», y no por lo que pensáis, sino porque veo que la derecha/extrema derecha usa ese «enemigo» para jamás hablar del problema real la globalización del gran capitalismo.

Es como lo de hablar de «inmigración controlada» para callar sobre el problema real: la sustitución demográfica.

No compréis discursos adulterados, son cómplices del mal y del enemigo.

 

* Enric Ravello Barber (Valencia 1968). Licenciado en Geografía e Historia (UV). Doctorando en Historia. Oposición del Ministerio de Economía Español en tributación aduanera y comercio internacional. Realizados cursos de Geopolítica y Análisis internacional en LISA Institute y GEDEGYS. Especialista universitario en Historia y Filosofía de las Religiones (UNED).

Presidente de la Asociación de Amistad Euro Sudamericana (AAESA), https://aaesa.org/.

 

Artículo publicado el 01/11/2024, https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/11/reflexiones-sobre-la-tragedia-de.html.

ACERCA DE LA HIPOCRESÍA EUROPEA

Marcelo Javier de los Reyes*

Imagen: CDD20 en Pixabay, https://pixabay.com/es/illustrations/caricatura-imaginación-4804609/

Este artículo de ninguna manera intenta justificar un canto supuestamente «racista» producto de la euforia de un partido de fútbol pero hay que poner las cosas en su verdadera dimensión, más en un mundo en el que con lo «políticamente correcto» ya han llegado al hartazgo.

La estupidez llegó al punto de que el diario La Nación publicó una nota con el título «Hinchas de River entonaron la canción racista y homofóbica contra Francia durante el homenaje a Enzo Fernández»[1]. Sin embargo, en el canal de ese mismo medio, LN+, había periodistas que aparecían orgullosos exhibiendo la bandera de Israel al lado de la Argentina, lo que claramente señala un apoyo al genocidio del pueblo palestino que está llevando adelante ese país, incluso ante la tibieza de los propios europeos que no le aplican sanciones a Israel como se las aplican a Rusia. Es claro, Francia, el Reino Unido, España y otros países le venden armamento a Israel. Negocios son negocios.

La hipocresía es definida por el Diccionario de la RAE como «Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan». De este fingimiento los europeos han hecho una práctica habitual. Y seguramente no son los únicos, al menos en el mal llamado «Occidente», un «Occidente ampliado» en el que no predomina el cristianismo original y que es el que conduce al abismo a su población.

Europa parece haberse olvidado del comercio de esclavos, el cual fue un lucrativo negocio para las potencias europeas durante más de dos siglos y que enriqueció a varias familias europeas, entre ellas la de la corona británica ya desde la reina Isabel I, como lo ha demostrado la historiadora Brooke Newman[2]. Pero los del Chelsea se ofendieron por una canción de cancha sin recordar el vergonzoso pasado británico ―aunque también presente― durante su época imperial y colonial, masacrando o erradicando poblaciones enteras, trazando límites geográficos arbitrarios que han dejado su huella en la historia y que aún siguen siendo temas de conflicto: como ejemplo recordemos el caso de las Malvinas, el del archipiélago de Chagos ―en ambos echaron a su población―, el Esequibo, Gibraltar, la frontera entre Afganistán y Pakistán, conocida como la «línea Durand», trazada en 1893 por los británicos para contener a los rusos y que hoy divide a Afganistán y Pakistán … Los indios y los habitantes de otros países que fueron colonias británicas lo recuerdan bien. No en vano los habitantes de Bangladesh son fervorosos admiradores de la albiceleste, como así también muchos en la India.

Así era como transportaban los barcos a los africanos atrapados en África hacia América. Se cuenta que un «barco negrero» podía ser olido a la distancia en el mar debido a la situación inhumana en que eran transportados los esclavos. El tráfico continuó hacia los Estados Unidos aun cuando su gobierno había declarado ilegal la trata de personas.

Europa parece también haber olvidado su pasado racista que no se limitó a una canción de cancha. En la Conferencia de Berlín de 1884/85 las potencias europeas se dividieron el continente para proceder a su explotación, aun después de que los países africanos obtuvieron su independencia, en su mayoría a partir de la década de 1960. Lo que hicieron tras ese reparto en el papel ha llegado a extremos aberrantes, como en el caso el Congo Belga, propiedad del rey Leopoldo I, en donde llegaron a asesinar y a mutilar a buena parte de la población; el genocidio que los alemanes perpetraron contra los hereros en la entonces África Sudoccidental Alemana, hoy Namibia; a los británicos se les puede recordar la guerra contra los boers, implementando en África el Sur los campos de concentración antes que lo hicieran los alemanes durante el gobierno nazi, campos en los que mujeres y niños morían por inanición y por enfermedades.

Europa ha sido y sigue siendo responsable de muchas muertes también por sus propias actuaciones y por haber seguido a pies juntillas las aventuras de la angloesfera: Yugoslavia, Iraq, Afganistán, Siria … ¿en cuánto colaboraron los gobiernos europeos a reducir la presencia de comunidades cristianas en esa región al desarticular las dirigencias y los propios países que las contenían? Colaboraron en su reducción participando en las aventuras militares pero también por omisión. Cuando Israel ocupó los Altos del Golán en 1967 quemaron iglesias y mezquitas y tanto cristianos como drusos islámicos huyeron. Los cristianos se refugiaron en el Líbano[1]. A ello cabe añadir las consecuencias actuales de su pasado colonial. No en vano Francia está siendo echada de los países africanos. Del mismo modo no se puede soslayar el doble rasero respecto a los dos principales conflictos que actualmente concitan la atención mundial.

Resulta ofensivo que los europeos hoy quieran darnos lecciones de moral cuando incitaron a una guerra fratricida entre Ucrania y Rusia siguiendo los pasos que les marcaron los líderes de la angloesfera, uno de los cuales impidió que la guerra que enfrenta a esos pueblos llegara a un acuerdo para ponerle fin a poco de que se iniciara: Boris Johnson es su nombre.

A Rusia le aplicaron todo tipo de sanciones ―lo mismo hicieron con Irán― por mucho menos de lo que Israel viene haciendo desde que la ONU procediera a la partición de Palestina en 1947. En verdad, el conflicto empezó mucho antes sobre la base del reparto de Asia Occidental ―o Medio Oriente― entre Francia y el Reino Unido (acuerdo secreto de Sykes-Picot de 1916) y la manifestación formal del gobierno británico por la cual anunció su apoyo al establecimiento de un «hogar nacional» para el pueblo judío en la región de Palestina (Declaración de Balfour, 1917). Eso dio vía libre al plan de Teodoro Herzl esbozado en su libro El Estado Judío ―quien propuso crear ese Estado en la Patagonia (Argentina) porque estaba despoblada o en Palestina―, lo que con el tiempo dio lugar a la creación de grupos terroristas sionistas. Un caso más de los tantos conflictos que los británicos crearon a lo largo y ancho del mundo.

El 7 de octubre de 2023 se llevaron a cabo «sorpresivos» ataques del grupo palestino Hamas sobre población israelí, burlando una de las más ―sino la más― vigiladas fronteras del planeta. Esos ataques desencadenaron un terrible genocidio sobre los palestinos pero los europeos siguen sancionando a Rusia y no aplican ninguna sanción a Israel.

¿Será que el pasado, además de la venta de armas, les impide a los líderes europeos condenar a Israel? Quizás. Aunque también muchos poderosos, incluso en la corona británica, deben guardar silencio por el «caso Epstein».

Los ataques a la Selección Nacional de Fútbol de la Argentina

Los ataques a la Selección Nacional no son nuevos. Se remontan al último Mundial de Fútbol celebrado en Catar y siempre procuran mostrar a la albiceleste y a la Argentina como un país racista. Del mismo modo ha habido quienes también quieren mostrar a la Argentina como una cueva de nazis, aunque Estados Unidos y la URSS se llevaron a los científicos para su desarrollo científico y tecnológico y en el caso de la República Federal Alemana para reconstruir sus instituciones, su dirigencia política y su inteligencia con el total conocimiento de los aliados.

En diciembre de 2022 Erika Denise Edwards, quien se presenta como profesora asociada de la University of Texas de El Paso, experta en identidades raciales y autora premiada de «Argentina Negra», escribió un artículo publicado en The Washington Post titulado «Why doesn’t Argentina have more Black players in the World Cup? Argentina is far more diverse than many people realice, but the myth that it is a White nation has persisted» («¿Por qué Argentina no tiene más jugadores negros en el Mundial? Argentina es mucho más diversa de lo que mucha gente cree, pero el mito de que es una nación blanca ha persistido»). Oportunamente respondí a su desconocimiento con otro artículo titulado «Nuestra Selección “blanca” vista desde un país racista».

A partir de la canción que el jugador de la Selección Argentina Enzo Fernández difundió a través de sus redes sociales se armó un escándalo en Francia y en el mundo, absolutamente desproporcionado si se lo compara con la historia racista de la propia Francia. Ante la exagerada batahola que despertó esa canción y las presiones el jugador argentino se disculpó.

Inmediatamente la Federación Francesa de Fútbol presentó su denuncia ante la FIFA contra la Selección Argentina. Francia no es precisamente un modelo de ética a seguir a pesar de su tan proclamado lema «Liberté, Égalité, Fraternité», lo que les permitió cometer un regicidio y luego caer en el denominado período del terror. Aún hoy, cada 14 de julio conmemoran la Toma de la Bastilla, lo que dio inicio a un período sangriento de la historia francesa entre los que se encuentran los hechos mencionados en el párrafo anterior.

Sobre el pasado colonial francés hay mucho escrito por lo que no hace falta volver sobre el tema. Sin embargo en la historia reciente Francia tiene otro hecho sumamente vergonzoso.

Entre 1954 y 1962 tuvo lugar la Guerra de Argelia o Guerra de Liberación de Argelia en la que la Francia colonialista enfrentó al nacionalismo argelino que se levantó contra las autoridades coloniales francesas. En el curso de la misma los franceses cometieron atrocidades contra los argelinos en su propio territorio pero también en Francia. Uno de esos hechos aberrantes tuvo lugar en París.

El 17 de octubre de 1961 se llevó a cabo una manifestación pacífica de los argelinos en París ―organizada por la Federación Francesa del FLN (Front de Libération Nationale, partido político argelino)― para apoyar la independencia de Argelia y como reacción a la orden de toque de queda que les impuso a los argelinos el prefecto de policía Maurice Papon. La manifestación pacífica fue respondida con una sangrienta represión policial, estimándose un número de víctimas de entre 100 y 250 muertos, aunque la cifra nunca fue confirmada. Algunos de los manifestantes fueron arrojados al Sena y sus cadáveres fueron encontrados flotando en ese río y algunos hasta en Le Havre. La masacre fue denunciada tres semanas más tarde por grafitis en las orillas del Sena. Temprano en la mañana dos fotógrafos del diario comunista Avant-Garde, J. Texier y C. Angeli, lo descubrieron por casualidad. El grafiti decía: Ici on noié les algeriens («Aquí ahogamos a los argelinos»). La foto recién fue publicada veinticuatro años después por el diario L’Humanité. Luego de un largo período de negación, el 17 de octubre de 2001 se procedió a la inauguración de una placa recordatoria en el puente Saint-Michel, colocada por el alcalde de París, Bertrand Delanoë[4].

La inscripción que fue capturada por la cámara de los fotógrafos del diario Avant-Garde.

Placa recordatoria de la masacre de los argelinos colocada el 17 de octubre de 2001 en el puente Saint-Michel durante la alcaldía de Bertrand Delanoë.

La Guerra de Argelia también tuvo su vínculo con la Argentina. Los «pieds noirs», los franceses nacidos en Argelia y que debieron emigrar forzosamente de ese país de África, no eran bien recibidos en una Francia a la que muchos no conocían. Para relocalizarlos se había considerado que parte de ellos podrían venir a instalarse en la Argentina en regiones del interior en las que podrían encontrar ciertas características climáticas similares a las de Argelia, como Jujuy, u otras en las que pudieran desarrollar sus actividades agrícolas. Del mismo modo, había otros migrantes provenientes de Argelia para colonizar tierras en nuestro país: miembros de la OAS (Organisation de l’Armée Secrète, Organización del Ejército Secreto) buscados por la policía francesa. Para ello a principios de la década de 1960 se hicieron viajes exploratorios a nuestro país. Se estima que se establecieron ciento cincuenta familias de «pieds noirs» en Argentina, con un promedio de dos o tres niños por unidad familiar[5].

Volvamos a la actualidad. Acabamos de asistir a otro escándalo en la inauguración de los Juegos Olímpicos en París 2024, el pasado 26 de julio, en la que el mal gusto fue muy bien logrado con la puesta en escena que llevó a cabo la banda francesa Gojira en la evocaron la Revolución Francesa. En cada ventana del Museo de Orsay varias mujeres interpretaron a María Antonieta, mostrándola decapitada. No conforme con ello, la inauguración mostró una horrenda y blasfema recreación de «La última cena» de Da Vinci por parte de artistas drag queens y bailarines, a cargo de la DJ y productora Barbara Butch, activista judía por los derechos de la mujer. Esta presentación no sólo fue una terrible ofensa a los cristianos del mundo sino también a Dios y a los propios islámicos que tienen a Jesucristo como un mensajero de Dios y a la Virgen María citada en El Corán, lo que motivó comunicados de protesta de los gobiernos de Rusia, Irán y Turquía.

Por su parte la Conferencia Episcopal Francesa elogió los «maravillosos momentos de belleza y alegría, ricos en emoción» pero los obispos enviaron sus pensamientos «a los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la indignación y la provocación de ciertas escenas»[6]. Un mensaje tibio por parte de la Iglesia de la infiel Francia.

Si algo ha quedado claro es que los organizadores olvidaron el espíritu inclusivo que tienen los Juegos Olímpicos ―tal como los concibieron los griegos, quienes detenían las guerras para participar de los mismos―, pues excluyeron a Rusia, permitieron la participación de Israel y ofendieron de una manera difícil de calificar principalmente a los cristianos.

A modo de conclusión

Entre esa hipocresía y lo políticamente correcto la dirigencia europea no ha titubeado en bastardear sus propias raíces y no parece percibir que han llegado al punto de discriminar hasta a los propios cristianos, siendo que el cristianismo se ha propagado por el mundo no solo desde Palestina sino también desde Europa. Países como España llevaron su cultura, sus instituciones y su Fe a todos los rincones del planeta. Hoy parecería que sienten vergüenza y favorecen el anticristianismo.

Por otro lado, hace ya un tiempo que la Argentina está sufriendo embates, acusaciones de que es un país racista, lo cual se ha manifestado precisamente atacando a su Selección Nacional. Es evidente que esta agresión forma parte de la guerra cognitiva a la que estamos siendo sometidos desde hace décadas. Cabe preguntarse por qué focalizan ese ataque sobre la albiceleste. Más que respuestas tengo otras preguntas: ¿Se deberá a que es parte del «poder blando» de la Argentina, capaz de proyectarse hasta en lejanos países asiáticos? ¿Será que aglutina a los argentinos más allá de sus crecientes divisiones? ¿Será que sus jugadores tienen una ética que es mejor que no sea imitada? Quizás, ¿por qué muestran su amor a la Patria y esto podría despertar sentimientos patrióticos? Quizás, ¿porque su ejemplo no sea bueno para los globalistas?

Son sólo preguntas sin respuestas.

 

«Ici, on noie les Algériens» : la photo pour mémoire.

Massacres du 17 Octobre 1961 à Paris.   

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019 (2da edición, 2024).

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] «Hinchas de River entonaron la canción racista y homofóbica contra Francia durante el homenaje a Enzo Fernández». La Nación, 21/07/2024, https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/hinchas-de-river-entonaron-la-cancion-racista-y-homofobica-contra-francia-durante-el-homenaje-a-enzo-nid21072024/, [consulta: 22/07/2024].

[2] María Ramírez. «Brooke Newman, historiadora: “La monarquía británica se benefició del comercio de esclavos y de no hablar de ello”». El DiarioAr, 06/05/2023, https://www.eldiarioar.com/mundo/brooke-newman-historiadora-monarquia-britanica-beneficio-comercio-esclavos-no-hablar_128_10180666.html, [consulta: 22/07/2024].

[3] «La lenta desaparición de los cristianos en el Golán ocupado». Swissinfo, 30/06/2017,  https://www.swissinfo.ch/spa/la-lenta-desaparición-de-los-cristianos-en-el-golán-ocupado/43301188, [consulta: 21/07/2024].

[4] Vincent Lemire, Yann Potin. « ici on noie les algériens. » Fabriques documentaires, avatars politiques et mémoires partagées d’une icône militante (1961-2001). Cairn.info, 2002, https://www.cairn.info/revue-geneses-2002-4-page-140.htm, [consulta: 10/05/2024].

[5] Isabel Santi. «Evocando la emigración a la Argentina de los franceses “pieds noirs” de Argelia». OpenEdition, 9/2004, https://journals.openedition.org/alhim/389, [consulta: 10/05/2024].

[6] Jean-Benoît Harel. «Olimpíadas: Obispos franceses deploran escenas de burla al cristianismo». Vatican News, 27/07/2024, https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2024-07/obispos-franceses-comunicado-ceremonia-apertura-olimpiadas-2024.html, [consulta: 28/07/2024].

 

©2024-saeeg®