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IDEAS SOBRE LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA

Julio Ferrari Freyre*

La Política Exterior es la cara de la Argentina que el gobierno presenta al mundo en su accionar fuera de las fronteras del país como actor efectivo y responsable en el ámbito bilateral y como integrante de organismos multilaterales y debe en todo momento y en toda circunstancia promover los intereses nacionales tales como la recuperación de nuestras Islas Malvinas (actualmente ocupadas por una potencia extranjera), la defensa de nuestro legítimo reclamo del Sector Antártico que forma parte de la Provincia de Tierra del Fuego, la salvaguardia de nuestras fronteras, el desarrollo económico-social de nuestro país, el progreso de la Patria y de sus ciudadanos así como otras cuestiones que conforman la realidad nacional.

Simultáneamente, la Política Exterior debe sostener permanentemente los valores de nuestro país que involucran entre ellos el sistema democrático representativo, el federalismo, el respeto de los derechos humanos, políticos y sociales, la libertad de cultos, el cumplimiento de las obligaciones ciudadanas, el respeto a la convivencia y al derecho internacional, el fomento de la fraternidad y de la cooperación con otros países, así como el acatamiento de la neutralidad frente a conflictos entre terceros países. Del mismo modo, la Política Exterior se despliega ante los organismos regionales e internacionales, en los cuales participa a través de sus iniciativas o de las que nuestro país pueda presentar ante los mismos.

Es también su tarea sostener los logros de nuestros ciudadanos en diversos campos, tales como la literatura, las investigaciones aeroespaciales y satelitales, los estudios e investigaciones en la Antártida, los desarrollos nucleares, los avances en las ciencias médicas y en la producción agropecuaria entre otros. Recordemos que de los cinco Premios Nobel que han recibido nuestros conciudadanos, tres han sido en las ciencias médicas. Argentina lidera la región latinoamericana en relación a estos galardones.

Nuestra Política Exterior NO debe ser una continuación de la política interna, partidaria, clasista o ideologizada, por el contrario, debe reflejar un equilibrio entre el marco conformado por los intereses y valores nacionales y las circunstancias y tendencias mundiales ―dinámicas, anárquicas y desordenadas― donde estará presente nuestro país.

Muchos políticos de los más variados niveles de responsabilidad han aprovechado sus cargos para verter nociones de la política exterior de nuestro país pensando principalmente en el pueblo consumidor de sus discursos y no en las posibles repercusiones que puedan tener sus palabras en otros Estados. En general, en sus discursos, no consideran como prioritarios los intereses y valores nacionales, nuestras políticas permanentes, nuestras tradiciones y los logros de nuestro país en diversas áreas.

Algunos de ellos aprovechan sus viajes al exterior para hacer denuncias contra el gobierno de turno o para atacar a las autoridades de alguna etapa anterior, a la oposición o a los adversarios sin advertir que a los circunstanciales auditorios extranjeros no les interesan los trapos sucios de la política interna argentina sino sólo los asuntos que afectan a sus países o a la situación internacional, razón por la cual criticar al gobierno o hablar mal de sus opositores no tiene mayor sentido para las personas que no conozcan o entiendan nuestras dificultades domésticas y sólo empaña la visión que tienen de la Argentina.

Al mismo tiempo, la Política Exterior debe reflejar y coordinar las visiones del Poder Legislativo y del Poder Judicial como así también los enfoques y las necesidades de las Provincias que conforman nuestra República, ya que puede ocurrir que una provincia o municipio pueda realizar acciones o incluso firmar acuerdos con otro gobierno sin tener en cuenta la posición del gobierno argentino, pudiendo esto repercutir negativamente en nuestra política exterior, nuestros reclamos e incluso en el respeto a nuestra Constitución Nacional. Un buen ejemplo es el acuerdo firmado entre las autoridades de Tierra del Fuego y con la empresa Leolabs que directamente afecta nuestra posición en muy diversas y contundentes cuestiones. Otro claro ejemplo son los acuerdos sobre enseñanza de lenguas extranjeras rubricados por varias provincias con entidades de otros países. En este mismo orden se inscribe la creación de los Institutos Confucio de dudoso valor y naturaleza y otros acuerdos aparentemente inocentes que pueden influir o tener efectos negativos en el país.

Situaciones como las descriptas ponen de manifiesto la importancia de tener un buen servicio de Inteligencia que pueda obtener datos y analizar situaciones holísticamente, aportando información a los decisores para orientarlos adecuadamente acerca de los caminos a seguir. Está muy extendida la idea errónea de que hacer inteligencia es cuestión de espías cuando en realidad consiste en la obtención de información de muy diversas fuentes, generalmente públicas, y el posterior análisis de los datos para poder tomar una decisión mejor elaborada y más equilibrada[1].

Tampoco pueden estar ausentes de nuestra Política Exterior las actividades del mundo empresarial, académico, sindical, científico-tecnológico, cultural, institucional y social coordinando siempre su accionar en un conjunto estratégico que vincule la política estatal, el sector privado y las expresiones culturales y sociales argentinas. Tokatlian lo explica muy bien cuando dice que «la élite argentina tiene un desafío monumental: o entiende cuáles son los intereses nacionales que defender en medio de estos cambios profundos, o vamos a seguir tomando decisiones erráticas, mal informadas, inconsistentes, anacrónicas, confusas»[2].

El conglomerado de valores, intereses nacionales y visiones parciales públicas y privadas, nacionales y provinciales, políticas y económicas formará la estrategia que debemos seguir internacionalmente.

En este sentido, el impulso del comercio exterior, o sea, la promoción de las exportaciones argentinas a otros mercados, debe ser parte integral de la Política Exterior, con lo cual se incrementaría el bienestar tanto de los empresarios como de los obreros del país. Mucho se podría decir de las inversiones extranjeras que siempre llegarán como una gran lluvia, ¡y que aún estamos esperando!, razón por la cual los únicos «fondos frescos» limpios de toda atadura vendrán de las exportaciones.

La situación ideal para el comercio exterior sería que éste estuviera balanceado entre distintas regiones (MERCOSUR, América, Europa, África, Asia y Medio Oriente). Este «equilibrio» permitiría reducir los cambios abruptos en el consumo, problemas financieros, dificultades geoestratégicas y otros escollos que pudieran surgir, garantizando así el flujo de exportaciones, o sea, la llegada de «fondos frescos» del exterior.

Es lamentable que los gobiernos argentinos no hayan promovido la formación de empresas conjuntas o «joint ventures». Estas pueden, por ejemplo, incorporar capital y tecnología del exterior para incrementar la producción y ampliar mercados tanto dentro como fuera del país en beneficio de los socios. Asimismo, entes nacionales, provinciales y municipales podrían ser partícipes de estos esquemas, creando empleo y riqueza y eventualmente participando de las ganancias. Esta metodología ha sido adoptada exitosamente por muchos países en vías de desarrollo con amplios beneficios para todos los involucrados, entre ellos, la República Popular China.

Un buen ejemplo de un joint venture es la planta de gasificación a construirse en la provincia de Río Negro por Yacimientos Petrolíferos Fiscales y Petronas, ambas petroleras estatales de la Argentina y Malasia respectivamente.

Otro aspecto que debe incluir la Política Exterior es el de la información. Mucho se puede hacer en materia de innovación, tecnología, cultura y otras áreas, pero poco efecto tendrá si no se difunden estos logros fuera de nuestras fronteras, cuestión ésta que los distintos gobiernos de turno no pudieron o no supieron llevar a cabo. En otros momentos históricos a este recurso se lo designaba con el nombre de «propaganda», sin embargo, hoy bien podemos denominarlo «marketing», un arma que trae muchos beneficios para informar y que es utilizada ad nauseam por algunos países siendo los Estados Unidos, los países europeos y China los campeones en este aspecto. La implementación adecuada del marketing ayuda a fomentar el poder blando (soft power), que refuerza el prestigio nacional con los múltiples beneficios que brinda a las distintas facetas de la Política Exterior (políticos, económico-comerciales, técnico-científicos, culturales, etc.).

En cuanto al poder duro (hard power), es decir, el poder económico y el estratégico-militar, es claro que ambos aspectos son importantes y deben ser cuidados. El primero se desarrolla por medio de la activa participación del país en el mercado internacional, en los organismos y agrupaciones regionales e internacionales y con una moneda estable bien respaldada. Y el estratégico-militar se lleva a cabo con la participación en las alianzas regionales de las cuales formamos parte y en misiones específicas de mantenimiento de la paz y del orden, para lo cual las Fuerzas Armadas deben estar adecuadamente preparadas y equipadas, situación que se ha descuidado terriblemente en las últimas décadas.

Para lograr que la Argentina muestre su dimensión como actor efectivo y responsable ante el resto de países deberá tener un Cuerpo Diplomático profesional y capacitado, con adecuados conocimientos y suficiente experiencia en un mundo que poca similitud tiene con la política interna. Juan Domingo Perón nos enseñó que «La verdadera política es la política internacional», sencillamente porque no podemos controlar el entorno y menos aún conocer todos los pormenores que motivan a nuestro interlocutor y/u oponente. A esto debemos sumar la pluralidad de lenguas y el relativo caos, para no llamarlo anarquía, reinante en el mundo. Afortunadamente, hace más de medio siglo que la Argentina cuenta con una Academia Diplomática (el Instituto del Servicio Exterior de la Nación – ISEN), escuela de posgrado que ha logrado su prestigio internacionalmente.

En síntesis, la Política Exterior argentina debe formar parte de una visión estratégica del país en un mundo dinámico donde actúan otros Estados, organismos regionales e internacionales, grandes firmas multinacionales, organismos no gubernamentales y otros agentes, algunos de los cuales tienen una notable influencia y en los que nuestro país debe estar presente

 

* Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Sophía (Tokio, Japón), Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador y Economía en la Universidad de Deusto (Bilbao, España). Egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (1984) y como diplomático ha cumplido funciones como Cónsul en Bilbao (1989-1994), en la Embajada Argentina en la República Popular China (1997-2003) y como Cónsul General en Cantón (2011-2016). En Cancillería fue Director de Documentación de Viaje dentro de la Dirección General de Asuntos Consulares y estuvo a cargo de la Representa Especial para Asuntos de Terrorismo. Se retiró del Servicio Exterior de la Nación como Ministro Plenipotenciario de Primera Clase en 2018.

 

Referencias

[1] de los Reyes, Marcelo Javier. «La creciente vigencia de la Inteligencia en un mundo Incierto». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, 03/12/2021, https://saeeg.org/index.php/2021/12/03/la-creciente-vigencia-de-la-inteligencia-en-un-mundo-incierto/.

[2] «Juan Gabriel Tokatlian e Hinde Pomeraniec dialogan sobre la pantalla del mundo nuevo». Infobae, (Buenos Aires), 06/07/2024. https://www.infobae.com/cultura/2024/07/06/juan-gabriel-tokatlian-e-hinde-pomeraniec-dialogan-sobre-la-pantalla-del-mundo-nuevo/.

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¿EL CANAL MAGDALENA A UN PASO DEL OLVIDO?

Ante la autorización por parte del Gobierno Nacional para que el puerto de Montevideo pueda realizar las obras necesarias de dragado en el Canal Punta Indio y su consecuente ampliación, se vislumbra la concentración del comercio en esa zona en detrimento de nuestra región. Esta situación nos pone en la obligación de preguntarnos: ¿El Canal Magdalena dio un paso al olvido? El Canal Magdalena es una vía natural, paralela a la costa argentina del Rio de La Plata. Es una ruta de salida de nuestros productos hacia el exterior. Sin él, la oportunidad estratégica que se pierde es que los productos, por ejemplo, que vienen de la vía del Paraná, pasarían por Montevideo y no por el Puerto de La Plata, perdiendo con eso una oportunidad histórica de desarrollo de nuestra región. Se da una situación paradójica que hará que tal vez, algunos productos que provengan de los puertos de Bahía Blanca, Necochea o Mar del Plata, tengan que pasar primero por Montevideo, paguen sus permisos y luego ingresen a nuestros puertos o se dirijan al exterior. El otro aspecto curioso es que, aun contando con los permisos para el dragado del Canal Magdalena, la obra que estaba en proceso de licitación nunca se concretó. En nuestra región, la Mesa por el trabajo y la vida digna, conformada por la comunidad, organizaciones sociales y empresarias, sindicatos, universidades, la comunidad científica y la Pastoral Social del Arzobispado de La Plata, a fines de 2020 publicó un comunicado en base a su trabajo conjunto y a la preocupación en el tema del entonces arzobispo Víctor Manuel Fernández. Allí se dejaba en claro el carácter de proyecto estratégico de esta iniciativa y la importancia para la región ya que “la puesta en funcionamiento del Canal Magdalena completaría esta aspiración”. Ahora, en diálogo con nuestro nuevo arzobispo, Mons. Gabriel Mestre, ratificamos dicho comunicado en el contexto actual. Cuidar lo nuestro, generar empleos con condiciones dignas, fomentar el progreso de la región y defender el trabajo argentino es lo que llamamos soberanía. Como Comisión Ejecutiva de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de La Plata, ponemos en manos del Espíritu Santo las decisiones de nuestros gobernantes para que, interpretando los signos de los tiempos, sean dóciles a la voluntad del Padre cuidando el bien común y a los más pobres y postergados del sistema. Como Pueblo de Dios una vez más exclamamos: ¡Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos!

 

Comisión Ejecutiva de Pastoral Social Arquidiócesis de La Plata – Argentina. Lunes 26 de febrero de 2024.

INDEPENDENCIA Y DEFENSA

Iris Speroni*

Cortar de cuajo cualquier intentona de adosarnos a algún otro imperio.

Hoy, 9 de julio, es el cumpleaños de la Patria.

Así que, antes que nada, ¡Feliz Día de la Patria!, ¡Feliz Día de la Independencia para todos!

En un mes interesante, cuando cumplimos el aniversario de la Defensa de Buenos Aires y días después, cumplimos años.  Ver EL MITO FUNDACIONAL de @Lohengrin82.

Llamamos “Reconquista de Buenos Aires” a la Primera Invasión Inglesa (1806). “Defensa de Buenos Aires” a la Segunda Invasión Inglesa (1807).

El 4 de julio de 1807, Whitelocke, luego del desembarco, arribó con sus hombres al Riachuelo. Al día siguiente, 5 de julio, las tropas invasoras se instalaron en Plaza Miserere, y con muchas bajas, avanzaron hasta Retiro. Siguieron luchas encarnizadas hasta la rendición inglesa el 7 de julio.

Casi una década después, y tras la caída de la Península Ibérica durante las guerras napoleónicas y la vergonzosa abdicación de la Corona de España (Carlos IV y Fernando VII), nos sacamos a un rey indigno de encima que pertenecía a una corona que no supo defender Buenos Aires (ni Cartagena, ni la península ibérica, ni nada).

La incompetencia de la Corona para defender a la capital del Virreinato desembocó en la desobediencia a un rey que no merecía serlo. Porque existe un único contrato fuerte y verdadero: nosotros pagamos los impuestos, vos nos defendés. El Rey no cumplió, ni en América ni en la Península. América la perdió. Se merecía haber perdido la metrópoli también y terminar ahorcado.

Quiero llamar la atención sobre un punto de la Declaración de la Independencia, que no se produjo el 9 de julio, sino el 19 de julio de 1816.

Ése día se agregó la frase “y toda otra dominación extranjera”, con lo que se calificó con precisión nuestro carácter independiente. Fue una propuesta del congresista Dr. Pedro Medrano, con el fin de cortar de cuajo cualquier intentona de adosarnos a algún otro imperio una vez que nos sacáramos de encima al inútil de Fernando VII, Borbón, Rey de España.

Con lo que el texto quedó así:

«Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud-América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli y toda otra dominación extranjera. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración». La negrita es un agregado mío.

Curiosidades para los más jóvenes:

    • Se publicó en castellano, aymará y quechua.
    • Hubo representantes de provincias del Alto Perú (Tarija, Charcas, Chichas, Mizque) presentes y firmantes; otras dieron el faltazo porque el ejército realista enviado desde Perú había recuperado parte del territorio y los congresales electos no pudieron llegar.
    • 12 diputados (41%) eran eclesiásticos, lo que demuestra cuán involucrada estuvo la Iglesia Católica en la Independencia Americana.
    • El Litoral no mandó representantes, parte porque la Banda Oriental se defendía como podía de las invasiones portuguesas/brasileñas, parte porque sí.
    • La Declaración de la Independencia fue claramente una iniciativa de las provincias del norte, esto es Alto Perú y lo que hoy llamamos NOA [1], Cuyo, Córdoba y Buenos Aires.

Deberíamos hacer un altar a Pedro Medrano.

Quiero llamar la atención sobre un punto que se suele soslayar: «… sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama». Se refiere a la vida, haberes (propiedad) y fama (honor) de los diputados firmantes. Tres bienes protegidos específicamente por el artículo 29 de la Constitución a partir de 1853.

Es una aclaración que hicieron porque suponían que el Rey consideraría —correctamente— que todos ellos habían traicionado a la Corona y los condenaría a muerte; lo que hizo. Todos los que firmaron el Acta sabían perfectamente que si las fuerzas del Rey los agarraban, les cortarían el gañote, les confiscarían todos los bienes y quedarían en la historia como traidores.

Todos sabían qué ponían en juego  su vida, su propiedad y su honor e igual lo hicieron.

Creo que no les enseñamos a nuestros jóvenes el nivel de enjundia de esos locos en toda su magnitud. Gente que tenía todo para perder y sin embargo hicieron lo que creían correcto. Tampoco le damos hoy la épica y la heroicidad que verdaderamente tuvo todo ese período.

Tomás Manuel de Anchorena, uno de los hombres más ricos de ese momento —luego lo sería aún más— se bancó días enteros en carreta hasta llegar a Tucumán. Y puso todo —incluso su cuello— en juego. Hablemos de altas apuestas.

Me despiertan enorme admiración. Es para otro día, pero la mayoría de ellos perdieron sus fortunas en las luchas posteriores, tanto contra el ejército realista como en las guerras civiles. La guerra es así: una gran destructora de riqueza.

Basta compararlos con los “empresarios” actuales, permanente llorones de subsidios.

Ahora

El Plan de la Argentina (así, con mayúscula) está sembrado en el Acta de Declaración de la Independencia. ¿Qué tenemos que ser? “Una nación libre e independiente”. ¿Independiente de quién? “del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli y toda otra dominación extranjera”, esto es, de España y de todo el resto. Nada más que explicar. Está todo ahí.

¿Y cómo nos fue? Más o menos. Estamos mucho mejor que muchos otros.

Colombia tiene a los yanquis manipulándoles el territorio, América Central es un centro de trasbordo de armas y droga gestionado por el deep state norteamericano, México… pobre México, tan cerca de los EEUU. Cuba tiene un gobierno instalado por la CIA, el cual sigue su fiel papel asignado oportunamente, mientras su pueblo pasa hambre.

Al Magreb lo pusieron patas para arriba durante el gobierno de Obama, hicieron un golpe de estado a Egipto y descuartizaron Libia. Molieron Siria. Años atrás molieron El Líbano. Bombardearon Belgrado. Ocuparon 20 años Afganistán.

Siempre se puede encontrar alguien que está peor.

Pero nosotros no somos un país pequeño. Somos la octava superficie del mundo (gracias a Julio Argentino Roca). Tenemos viva una enorme disputa con Gran Bretaña que involucra el Atlántico Sur y la Antártida. Somos un país rico, sometido a una pobreza indigna, porque quienes gobiernan, funcionan en los hechos como interventores al servicio de intereses ajenos.

Deberíamos estar parados en otro lugar.

Pero que quede claro que podríamos estar peor. Como Ucrania, por ejemplo. Los países de la Unión Europea se han reunido y han dicho públicamente qué pedazo de Ucrania les tocará a cada uno.

Por lo que invito a mirar el medio vaso lleno y no el medio vacío. Llegamos hasta acá, con el territorio continental más o menos intacto [2], mediante una política de coqueteos, devaneos y zigzag entre las potencias imperantes [3]. Con recursos entregados a otros (oro, petróleo, pesca, comercialización de granos), pero con más o menos inversiones en infraestructura y un potencial más o menos listo para arrancar en punta apenas abran las gateras.

Futuro

Leandro Ocón (@oconalf), analiza EL NUEVO CONSENSO DE WASHINGTON. O por lo menos, la vuelta de tuerca que deben dar los EEUU para salir del pantano en el que se metieron. Tomar un poco de cositas de Trump, para darle trabajo a gente que está muy enojada, y ver cómo no perder poder en el mundo. Si se les cae el dólar, se van a ver en figurillas para mantener el liderazgo mundial.

El análisis de Ocón es muy jugoso. Uno de los puntos, que traté en numerosas ocasiones, es el resurgimiento de antiguas naciones. Dos milenarias, como China e Irán (ex Persia); otra de varios siglos, como Rusia. Y, tal vez lo más importante, es que China no reverdece en soledad, sino que arrastra consigo a todo el Extremo Oriente.

Argentina lo ve claramente reflejado en sus propias estadísticas de Comercio Exterior. Décadas atrás, Europa era prácticamente nuestro único comprador. Hoy apenas alcanza el 12,3%. Por el contrario, EEUU no existía, hoy comerciamos. Países con los que antes casi no teníamos relación, como Vietnam [4], Malasia [5], India [6], Indonesia [7], Magreb, hoy son grandes clientes. Para nosotros son oportunidades que no debemos desaprovechar.

Explicación de las siglas al pie [8]

Pero también hay un reacomodamiento cultural e ideológico. La doctrina monopólica anglosajona se resquebrajó. Lo que quieren implementar e imponer, arbitrario y mutante —ahora está de moda el LGTB y el racismo exacerbado, la inmigración compulsiva y la pedofilia— es resistido no sólo por los países asiáticos, musulmanes, sino por naciones europeas como Rusia, su área de influencia, Polonia, Hungría y la bombardeada Serbia. El presidente chino proclama que “se acabaron los 100 años de humillación”. El presidente ruso le dijo hace varios años atrás a los reunidos en Davos que sus ideas imperaban sobre el 12% de la población mundial, que el resto está en otra.

Pero a veces, lo más contundente es lo tangible. China es una potencia militar. El yuan ha desplazado al dólar en algunas transacciones de comercio internacional. El monopolio norteamericano es cuestionado.

¿Cómo estamos nosotros parados para defender el mandato de nuestros mayores de ser independientes de España y de toda nación extranjera? ¿Qué recaudos hemos tomado? ¿Cuáles vamos a tomar? ¿Qué defensa tenemos para que no nos hagan una opereta como le hicieron a Ucrania? ¿Cuándo vamos a acabar con los 41 años de humillación? ¿Alguien piensa hacer algo? ¿Qué?

Si queremos mantener nuestra Independencia debemos elaborar una estrategia de Defensa (como lo hicieron los habitantes de Buenos Aires entre la Primera Invasión Inglesa en 1806 y la Segunda en 1807).

Nuestra obligación es defender nuestra soberanía; pero también el bienestar del Pueblo; y garantizar los beneficios de la libertad. ¿Quién piensa una estrategia para cumplir con esas múltiples exigencias?

Cualquier cosa que pensemos, diseñemos e implementemos debe tener en cuenta que actualmente son tiempos de cambio (como los fueron las Guerras Napoleónicas que desembocaron en nuestra Independencia). Hoy tenemos un contexto internacional sumamente favorable que vino para quedarse. No eternamente, porque nada lo es, pero sí por mucho tiempo. Tenemos todo a nuestro favor.

Hoy es 9 de julio. Cumpleaños de la Patria. Aniversario de nuestra independencia, la cual no se conquistó con un papel firmado en Tucumán, sino a sangre y fuego y con el costo de miles de vidas.

Diseñemos cómo vamos a honrar a nuestros mayores, a nuestra posteridad, y a nuestras vidas.

¡Feliz Día de la Patria para todos!

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] Más allá de que entre la convocatoria al Congreso y su efectiva reunión, el Alto Perú fuera reconquistado por fuerzas realistas; lo que impidió que estuviera plenamente representado.

[2] Tom E. Lawrence me hizo notar que no se puede hablar de territorio intacto cuando casi un tercio de nuestra superficie, mayormente marítima, está ocupado por una potencia extranjera. Y tiene razón. Por lo que aclaro que, a la fecha, hay intentos de quebrar nuestra continuidad continental (Cornejo con la secesión de Mendoza, activistas contratados que ofician de araucanos ofendidos en la Patagonia, tal vez para generar una excusa para una intervención internacional/británica). Así que resumo: tenemos gran parte del país ocupado por Inglaterra, pero conservamos la integridad territorial (por ahora).

[3] Me refiero concretamente a la política de neutralidad instaurada por J. A. Roca y Manuel Quintana, presidentes de la Nación.

[4] Viet Nam: 3,7% de las exportaciones; 1,5% de las importaciones.

[5] Malasia: 2,7% de las exportaciones; 0,5% de las importaciones.

[6] India: 5,1% de las exportaciones; 2,3% de las importaciones.

[7] Indonesia: 2,4% de las exportaciones; 0,6% de las importaciones.

[8] Zonas económicas definidas por el INDEC

Mercado Común del Sur (Mercosur): Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y zonas

francas.

Chile: Chile y sus zonas francas.

Resto de la Asociación Latinoamericana de Integración (Resto de ALADI): Bolivia, Colombia,

Cuba, Ecuador, Perú y zonas francas.

Sistema de la Integración Centroamericana (SICA): Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala,

Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y zonas francas.

USMCA (ex NAFTA): Canadá, Estados Unidos (incluye Puerto Rico y territorios vinculados en

América y Oceanía) y México.

Unión Europea (UE):  Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia,

Eslovenia, España (incluye Islas Canarias), Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia,

Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania y

Suecia.

Reino Unido: Reino Unido –incluye Irlanda del Norte–.

Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN): Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia,

Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Viet Nam.

China: incluye Hong Kong y Macao.

Comunidad de Estados Independientes (CEI): Armenia, Belarús, Kazajstán, Kirguistán, Moldova,

Rusia, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

Medio Oriente: Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Iraq, Israel, Jordania,

Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Yemen, Siria y Palestina.

Egipto y la Unión del Magreb Árabe: Argelia, Egipto, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez.

Unión Aduanera del Sur de África (SACU): Botswana, Eswatini (Swazilandia), Lesotho, Namibia

y Sudáfrica.

Oceanía: Australia, Fiji, Islas Marianas Septentrionales, Islas Marshall, Islas Salomón, Kiribati, Estados

Federados de Micronesia, Nauru, Nueva Zelandia, Palau, Papua Nueva Guinea, Samoa, territorios

vinculados a Australia, territorios vinculados a Francia, territorio británico (Islas Pitcairn), territorios vinculados a Nueva Zelandia, Tonga, Tuvalu y Vanuatu.

 

Lecturas Relacionadas:

El mito fundacional, http://restaurarg.blogspot.com/2018/08/el-mito-fundacional.html, de @Lohengrin82

El Nuevo Consenso de Washington: ¿Posneoliberalismo? https://misionproductiva.com.ar/mundo/2023/07/06/el-nuevo-consenso-de-washington-posneoliberalismo/

Imperio austral, http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/imperio-austral.html

Los BRICS y la Argentina, http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/los-brics-y-la-argentina.html

 

Artículo publicado el 08/07/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/07/independencia-y-defensa.html.