EL GLOBALISMO ES EL VIRUS, LA PATRIA ES EL MEDICAMENTO.

EL ATERRIZAJE PUNTUAL DE RABEDER

Imagen del icono: Pixabay 

En todas partes en Occidente aparece la misma imagen inconsciente. Los estantes de frutas y verduras vacíos en los supermercados, el papel higiénico se ha convertido en un lujo difícil de encontrar. No pocos estadounidenses se preguntarán en estos días si ésta es una prueba para la presidencia del socialista Bernie Sanders. Pero la crisis global del Coronavirus deja una cosa particularmente clara: el virus más peligroso de nuestro tiempo se llama “globalismo” …

Un comentario de René Rabeder

 

Caída ilimitada

Aproximadamente hay 8.100 kilómetros desde el Parlamento austriaco hasta el mercado chino de Wuhan, donde se dice que estalló el reciente Coronavirus “Covid-19”. Debido a que en Wuhan la sopa de murciélago y otras perversidades están en el menú del almuerzo, no habrá menú de almuerzo en Austria a partir del próximo martes.

Debido a que en nuestro mundo globalizado las verduras en el supermercado regional no vienen del agricultor de al lado, sino de Italia o España, poco a poco se están volviendo escasas en los supermercados. Debido a que todo nuestro sistema económico (en el verdadero sentido de la palabra) ha sido “optimizado” hasta el límite sin límites, el Gobierno Federal anunció hoy una prohibición de la asamblea. Debido a que todo nuestro sistema económico (en el verdadero sentido de la palabra) ha sido «optimizado» sin límites, el Gobierno Federal anunció la prohibición de las reuniones este domingo. Debido a que el globalismo ha fracasado por completo, nuestros niños no podrán ir al patio de juegos en las próximas semanas. A nuestras personas mayores ya no se les permite salir a caminar con sus nietos.

Pero también hay buenas noticias. Muchas de las medidas contra la propagación del virus son aquellas que se conocen desde hace mucho tiempo y que particularmente exigen las voces patrióticas. En la crisis actual, los austriacos comienzan a mirar a sus vecinos. Cuidan a sus seres queridos. Ellos se ocupan de los suyos. En un mundo en el que todo lo extranjero ha sido elevado como un ídolo de una creencia equivocada, de repente son los propios valores y logros los que se protegen y se cultivan.

La Patria es el medicamento.

En un mundo en el que la distancia del extranjero no debería reemplazar a la Patria lo suficientemente rápido, de repente hay árboles fronterizos protectores nuevamente. Debido a que nos estamos centrando en nosotros mismos, es que superaremos esta crisis. Debido a que hay miles de personas en este país que protegen su Patria y a sus ciudadanos, desde enfermeras hasta policías y empleados de supermercados, saldremos más fuertes de esta crisis. Porque lo que el Coronavirus revela es lo que muchos han sabido durante mucho tiempo: el globalismo es el virus. La Patria es el medicamento.

 

«Der Globalismus ist das Virus, die Heimat das Medikament». Tomado de Wochenblick (Austria), <https://www.wochenblick.at/der-globalismus-ist-das-virus-die-heimat-das-medikament/>.

Traducción: Marcelo Javier de los Reyes

FRAGILIDAD DE SEDE GUBERNAMENTAL IMPONE SU TRASLADO

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de ronnie3600 en Pixabay

Las capitales (o sedes de gobierno) se eligen por ser lo mejor para un Estado y su futuro. Aquí no caben sentimentalismos. Los caballeros hispanos trasladaron su capital primero de Toledo a Burgos y luego a Madrid por su lucha contra los invasores sarracenos en la península ibérica. La “movida” permitió unificar al reino progresivamente reconquistado. Kemal Ataturk trasladó la sede de Estambul ante las realidades de un ex imperio otomano disminuido. Desde Ankara pudo gravitar mejor sobre su pueblo y vigilar al vital estrecho del Bósforo. Cuando Bolivia trasladó su sede de Sucre a La Paz (fines del siglo XIX) lo hizo al ritmo del cambio de la economía de la plata a la del estaño, en momentos en que La Paz era el centro de gravedad nacional y eje de las comunicaciones hacia puertos exportadores del mineral en el Pacífico. En función de las realidades de ese momento, el cambio fue justificado. El Brasil —con la creación de Brasilia— salió de la costa y empujó hacia su inmenso espacio interior. Hay otros ejemplos.

Dos son los requisitos básicos para ubicar una capital: a) la sede debe ser prácticamente inexpugnable, convirtiéndose en el último bastión nacional; b) debe reflejar al centro de gravedad del país. La ubicación actual de nuestra sede contradice ambas normas. Bolivia marcha hoy hacia el centro, el este y el sudeste; de igual manera marcha su economía. El eje de gravitación del país ha rotado, La Paz ya no es su centro y además es una ciudad muy vulnerable.

Un gobierno tiene que gobernar desde un lugar en donde su gestión no pueda ser interrumpida continuamente. La Paz, por su configuración topográfica, puede ser sitiada o bloqueada con facilidad. Solamente por eso el traslado de la sede debería ser inminente. Y ello de paso beneficiará al ubérrimo departamento paceño, que una vez desligado del centralismo podrá desarrollarse espectacularmente. Recuérdese: una capital que se queda a la zaga sin seguir la evolución nacional frena el desenvolvimiento del Estado y el propio.

En Bolivia se han realizado varias consideraciones acerca del traslado de la sede de gobierno, pero siempre primaron más emoción y regionalismo que razones concretas. Lo brevemente apuntado aquí nos provee algunos elementos de juicio objetivos, sólidos y razonables. Para tener futuro, Bolivia necesita otra sede. El importante ciclo histórico de La Paz ha concluido. Su “bloqueabilidad” hace que la urbe sea ahora un obstáculo para la expansión del país hacia sus nuevos horizontes y perjudica al propio desenvolvimiento paceño, de suyo con enormes posibilidades. El inmediato traslado de la sede a Cochabamba (o a un punto intermedio entre esa ciudad y el Dpto. de Santa Cruz) cambiaría positivamente las cosas. La capital quedaría ubicada en el centro geométrico del país. Desde allí, en el marco de una sana autonomía y eficiente descentralización, se ejercerá mejor la autoridad nacional y podrán concretarse las grandes posibilidades geoeconómicas de Bolivia. De seguir como estamos no avanzaremos. Además, como se ha visto desde hace tiempo, El Alto seguirá teniendo excesiva influencia en la gestión de gobierno (y hasta en su estabilidad) por la sencilla razón de poder sitiar la sede cuando le venga en gana. Al trasladarse la capital se anulará esa posibilidad alteña de crear problemas en la sede de gobierno. El Alto será solo una ciudad boliviana más, con muchos temas a resolver y con legítimos deseos de progreso.

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/169479_fragilidad-de-sede-gubernamental-impone-su-traslado