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PEQUEÑO BALANCE ANUAL DE UN CIUDADANO NACIONALISTA

Miembros de la Liga Patriótica recorren las calles de Buenos Aires junto a la policía durante la Semana Trágica

«Y fue apresada la bestia y con ella el falso profeta y vivos fueron echados los dos al lago de fuego que está ardiendo con azufre, y los restantes fueron muertos con la espada del que cabalgaba sobre el caballo» (Ap. 19,19-20).

Al releer las Santas Escrituras, no podemos evitar albergar la esperanza de que más temprano que tarde, truene el escarmiento para con aquellos que, debiendo salvaguardar los intereses de la Patria y de sus habitantes, se dedican a saquearla y sumir en la miseria a aquellos que juraron proteger.

Ya casi llegamos a fin de año y voluntaria o involuntariamente terminamos haciendo un balance de situación, lamentablemente, como Nación y como Sociedad: la columna del Debe supera a la del Haber de manera escandalosa.

Son varios y variados los frentes abiertos que habría que resolver, por ejemplo leíamos el mes anterior que:

La cordillera de la provincia de Río Negro, situada a 1.500 kilómetros de Buenos Aires, fue epicentro en el último mes de tres ataques incendiarios intencionales y una nueva reivindicación mapuche en tierras privadas donde se realizaba una explotación forestal.

El eje del conflicto se ubica en Bariloche y El Bolsón, dos ciudades con privilegiados paisajes, grandes reservorios de agua dulce y de bosques nativos, y donde el turismo es la principal actividad económica.

Su campo de acción —según el reconocimiento de la organización— han sido las provincias de Chubut y Río Negro, principalmente, con incendios a dos refugios de montaña (en 2014 y 2017), el campamento de una empresa vial en la ruta nacional 40, el tendido eléctrico y maquinaria en la estancia del magnate inglés Joe Lewis en El Bolsón, sabotajes en la vía férrea del tren turístico La Trochita, y el ataque y ocupación de un predio dentro de la propiedad del italiano Luciano Benetton. También reivindicaron sabotajes en pozos petroleros de la provincia de Neuquén.

La identificación de estos episodios con actos de terrorismo fue rechazada por el Gobierno del presidente Alberto Fernández que, a través de su ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, descartó esta premisa. (1)

Antiguamente, cuando aún éramos una Nación, teníamos el Decreto-Ley Nº 15.385/44 y su modificatoria, que crea la Zona de Seguridad de Fronteras como una franja de territorio adyacente al límite internacional donde el Estado Nacional es responsable de coordinar políticas públicas de seguridad y defensa. Que en consecuencia con lo expuesto en los considerandos precedentes, resulta necesario reconsiderar y modificar la Zona de Seguridad de Fronteras de acuerdo con criterios actuales para la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando y otros delitos trasnacionales.

Que por Decreto Nº 13/15 se modificó la Ley de Ministerios – t.o. 1992 y sus modificatorias, atribuyendo al MINISTERIO DE SEGURIDAD la competencia para entender en la preservación de la seguridad de las Zonas de Frontera conforme a la normativa existente en la materia, intervenir en la elaboración y ejecución de políticas para el desarrollo integral de las áreas y zonas de frontera contribuyendo a la seguridad de sus habitantes y entender en la planificación de la infraestructura necesaria para el control y la seguridad de las fronteras, entendiendo en su ejecución en coordinación con las áreas competentes, entre otras (2).

Entonces, si el Ministerio de Seguridad debe velar por preservación de la seguridad de las Zonas de Frontera y delitos trasnacionales, y estos oportunistas con sede en el Reino Unido vienen de perpetrar los mismos actos terroristas en el vecino país, ¿cómo puede el ministro de seguridad Aníbal Fernández restarle importancia y seguir apañándolos? En contraposición el presidente Sebastián Piñera decretó el “estado de emergencia” y envió tropas.

Que enorme oportunidad perdió Argentina cuando el 3 de Diciembre de 1990 reprimió a los últimos patriotas que portaban con Orgullo y Honor el uniforme del Glorioso Ejército Argentino.

Mientras nos imponen la ESI y la política de Género para “proteger” y “empoderar” a estas minorías; promocionan las “bondades” del aborto para “prevenir” más muertes, mientras que las atrocidades y los decesos no disminuyen.

Pero analicemos el escenario:

El brutal asesinato de Abel Lucio Dupuy, de 5 años, conmociona a Santa Rosa y a toda la provincia de La Pampa. Durante la madrugada de este sábado, la madre llevó al pequeño convulsionando a una sede policial. Le hicieron RCP y lo trasladaron a un hospital, donde se certificó su muerte.

La madre biológica del niño, Magdalena Espósito Valenti, de 24 años, su pareja lesbiana Abigail Páez, de 27, quedaron detenidas luego de que se constatara que ellas lo habían asesinado a golpes. (3)

Las asesinas pertenecen al “colectivo” de una de las minorías empoderadas, y me pregunto: ¿dónde está dicho “colectivo” que se caracteriza por cortar calles y realizar “perfomances” al grito de “Nací para ser libre, no asesinada”?, ¿dónde está la “perfo” por Lucio?

Analicemos ahora la palabrita tan de moda por estos “colectivos”, “empoderar”, ¡todos quieren ser empoderados!

Según la R.A.E. en su primera acepción es: Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido. (Ésta es la que les gusta).

Pero en su segunda acepción es: Dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo. (De la presente se quedan con la autoridad y la influencia, porque si aceptaran el conocimiento también deberían aceptar la meritocracia) (4).

Pero el sentido bíblico es otro: la palabra empoderar significa endunamoó (ἐνδυναμόω) en griego. Este verbo significa fortalecer y capacitar. Este tipo de fortaleza no es una creada por uno mismo sino una fuerza otorgada para ser compartida. Una definición más corta de la palabra endunamoó es «Lleno de Poder, fortalecido, hacer fuerte a otros». Esta palabra solo se encuentra en el griego relacionado con la Biblia.

La palabra «fuerza» significa en griego ischus (ἰσχύς). Esta palabra tiene muchas implicaciones, desde el bienestar moral hasta de gozar de buena salud. Es la capacidad que tiene una persona de hacer las cosas bien aplicándolo a su vida. La palabra «Poder» en griego significa Kratos (Κράτος), y es el sentimiento disponible para accionar sobre algo.

Como vemos, no tiene nada que ver con el uso y significancia que le dan los políticos en la actualidad. Han dejado morir la meritocracia para poder gobernar.

La educación sexual integral (ESI) es obligatoria en todo el territorio nacional desde 2006. Esta ley (26.150) reconoce el derecho a la educación sexual integral de todas las personas, desde el nivel inicial hasta el superior, en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de todo el país (5).

La Agencia I+D+i presenta una política de equidad de género, cuyo objetivo es desarrollar un plan integral en sus ámbitos de actuación, institucional y organizacional, que amplíe las oportunidades de crecimiento inclusivo y sostenible de las mujeres y las diversidades sexuales (6).

Vemos en estas políticas el poder del Nuevo Orden Mundial que ha venido para quedarse … mientras lo dejemos, y nos recuerda las palabras de Rafael L. Breide Obeid en 1984:

Una verdadera guerra contracultural se ha desatado en nuestra Patria y en el mundo entero contra la Civilización Cristiana.

Con una violencia jamás vista, se desencadena una agresión psicopolítica que intenta sustituir los valores tradicionales de Occidente por otros destinados a condicionar la vida ‘política de las naciones hasta atraparlas en un proyecto tiránico, donde en definitiva se degrade al hombre al nivel de las bestias para poder manejarlo con los estímulos del placer y el dolor.

Frente a la Civilización del Dios que se ha hecho hombre se levanta cada vez más amenazante la civilización del hombre que quiere endiosarse. La tentación del «seréis como dioses» ha llegado a los oídos de los sucesores de Adán, insinuándoles la creación de un «nuevo orden», con total desprecio del Ser. Se va construyendo así la «Ciudad del Mundo» sobre la base de una falsa idea, de libertad —libertad omnímoda—, que reivindica una autonomía total, en guerra con la realidad objetiva. Efectivamente, al no haber orden sobrenatural ni natural que respetar, todo se ha transformado en materia manipulable, toda lealtad se puede traicionar, todo límite se puede transgredir. No sólo cosas tan esenciales como el respeto a la vida, el amor a la patria, a la familia, al matrimonio, están gravemente atacadas, sino que la distinción entre los sexos e incluso la misma condición humana de ser inteligente y libre son negadas.

En su odio al Ser, el envenenamiento de la cultura ha borrado toda noción de Bien, de Belleza y de Verdad, transformando la medicina en una zootecnia, el derecho en una física de las relaciones humanas, la enseñanza en un amaestramiento, la religión en sociología, y el arte —en su afán de creación de la nada— en un río de fealdad y corrupción que es volcado sobre un público indefenso. La misma mente del hombre es un campo de batalla y un «blanco» donde el ideólogo y el mercader pugnan por hacer impacto.

El error, la mentira y la confusión son el alma de esta contracivilización  que, levantando falsas banderas de liberación, ha llevado la esclavitud a un punto tal que se puede hablar de un verdadero intento de abolición del hombre.

En medio de estas tinieblas, surgen como un relámpago de luz las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: «La Verdad os hará libres» (Jo. 8,32)

La palabra de Dios es «la Verdad» por excelencia y es arma de liberación. En este sentido nos convoca el apóstol San Pablo: «Assumite… GLADIUM spiritus quod est verbum Dei» («tomad la espada del espíritu que es la palabra de Dios») ( E f . 6,17).

GLADIUS significa «espada». Pero también significa «reja de arado». Y el arado dice relación con los cultivos, es decir, en última instancia, con el mundo de la cultura. La espada se pone al servicio de la cultura.

Como laicos católicos que somos, no queremos reducirnos a ser meros espectadores del mundo y del proceso de una historia que camina hacia la apostasía, sino que anhelamos marcar —al mundo y a la historia— con nuestra impronta, queremos ser fieles a nuestra misión de dar testimonio de la Verdad.

En esta época, como en muchas otras, Cristo es vendido, es traicionado, es negado por odio, por miedo, por ansias de dinero o de poder. Pero cada vez que esto ocurre es para darle oportunidad al cristiano que vive en ese tiempo de mostrarse heroicamente leal. (7)

¿Dónde está la civilidad Patriota y Nacionalista?

¿Dónde están aquellos que portan el uniforme con Orgullo y Honor?

¿Dónde están los políticos que aman nuestra Patria y proponen un cambio?

¡Argentina Despierta!

DyPoM

Por Der Landsmann para Saeeg


Notas:

  1. https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20211105-conflicto-mapuche-argentina-patagonia-bariloche
  2. https://www.cnmza.org.ar/archivo/2018/decreto%20253-18.pdf
  3. https://derechadiario.com.ar/argentina/la-justicia-le-saco-su-hijo-de-5-anos-al-padre-para-darselo-a-la-madre-y-a-su-pareja-lesbiana-lo-mataron-a-golpes
  4. https://dle.rae.es/empoderar
  5. https://amnistia.org.ar/landings/esi/?gclid=EAIaIQobChMIg8rS2Zvf9AIVkYORCh3wVgPTEAAYAiAAEgLQ4_D_BwE
  6. https://www.argentina.gob.ar/ciencia/agencia/la-agencia-idi/politica-de-genero
  7. Rafael L. Breide Obeid – Revista Gladius Nº 1 – 1984

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¡BASTA YA DE HOSTIGAR A LOS PRODUCTORES DEL CAMPO!

En algún momento de la historia reciente, un estadista expresó:

El Gobierno evitará en principio los experimentos financieros de cambio. Alimentación y Agricultura. Dos cuestiones económicas de primer orden se destacan sobre todas las demás. La salvación del labrador debe efectuarse a todo trance. El aniquilamiento de la clase labradora en nuestro país llevaría a las consecuencias más difíciles que se puedan imaginar. El restablecimiento de la rentabilidad de la agricultura puede ser, desde luego, dura para el consumidor; pero la suerte que afectaría al pueblo entero si se hundiera el labrador sería incomparablemente más dura. Sólo mediante la rentabilidad, que es necesario alcanzar a toda costa en nuestra agricultura, puede resolverse la cuestión de la protección contra la ejecución de las disposiciones judiciales o de la conmutación de las deudas. Si esto no se consigue, la ruina de nuestros labradores provocaría no sólo la de la economía sino, sobre todo, la del pueblo entero. Su sana conservación es requisito indispensable para el florecimiento y prosperidad de nuestra industria, para el comercio interior y para la exportación… También pondremos el mayor cuidado en favorecer la colonización del suelo.

Estamos hoy, en Argentina, ante un nuevo ciclo electoral. El nuestro es un país agrícolo-ganadero por excelencia, sin embargo, los candidatos políticos no se expresan al respecto, salvo para denostar al labrador, tildándolo de oligarca, de terrateniente, de burgués, utilizando estos términos de manera peyorativa y echándole la culpa de todos los males que aquejan a la sociedad en tiempo pasado, presente y futuro. No importa que renten los campos o que sean dueños de una o doscientas mil hectáreas.

El campo no sólo provee de alimento al mercado interno sino que también aporta el mayor flujo de dólares a través de sus exportaciones, dinero que últimamente es utilizado de manera arbitraria por el des-gobierno de turno para tapar con “planes” y “subsidios” la debacle a la que han llevado a la Nación.

El mismo estadista decía:

Una vez más tenemos que repetir que nada está más lejos del Gobierno que el pensar en una hostilidad hacia la exportación. Estamos convencidos de que nos es necesaria la unión con el mundo y que el trabajo para la colocación de nuestras mercancías en los mercados mundiales alimenta muchos millones de compatriotas.

Todo lo contrario a lo expresado y actuado por nuestro gobierno en materia de exportaciones. Es más, están viendo cómo obtener “más réditos” del campo a través de retenciones e impuestos. Pero, ¿qué va a ocurrir cuando nuestros labradores se cansen de ser esquilmados y abandonen el campo?, ¿quién irá a trabajar los campos para producir alimentos?, ¿Grabois?, ¿quizás La Cámpora? Bien sabemos que ninguno de ellos; ¡hasta ahora no se ha descubierto la vacuna que cure la alergia a la pala y al trabajo!.

Es hora de mirar hacia adentro, de explotar a conciencia nuestros recursos, de reactivar nuestra industria, de exportar no sólo materia prima sino productos elaborados para así convertirnos en aquello para lo que hemos sido llamados, una Gran Nación. Eso será posible con el campo, nunca sin o contra el campo. Aquél que lo entienda debe tomar las riendas y conducirnos a un futuro de bonanza.

¡Argentina Despierta!

Por Der Landsmann para Saeeg

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El Padre Leonardo Castellani y la siempre actual “Corte de Faraón”

Siguiendo la sana costumbre de tratar de releer a quienes pensaron una Argentina distinta, una Argentina pujante y nacionalista, me encontré con esta maravillosa obra y la quiero compartir con Ustedes:

La justicia de este país se está mostrando bastante deficiente. Siendo como soy pueblo pobre, estaba inclinado a escribir: “Se está mostrando horrorosamente falluta.” Pero como al escribir cumplo una función pública, me modero en mis sentimientos particulares y aporto el ajustado adjetivo deficiente; calificativo que pocos habrá se atrevan a contestar. Si yo no digo ni siquiera eso, se levantarán a clamarlo las piedras. Y será peor.

Días pasados, un amigo me dijo:

—Le aviso que vaya con cuidado y no se meta en honduras.

Yo le contesté: —Cuando me dio el estado que tengo, el Obispo me metió en una gran hondura. Después de esa hondura, ¿qué me pueden hacer a mí las honduras? Me podrán sacar de mi casa, pero no me pueden sacar de mi barrio. Yo vivo en Villa Devoto. Otra cosa sería si en la Argentina fusilaran a los periodistas. Y aun entonces quedaba aquella otra sentencia: No temáis a los que pueden matar el cuerpo.

La Justicia argentina aparece deficiente al pueblo pobre en su parte baja, en su parte media y en su parte alta. En su parte baja está representada por la Comisaría y el Juzgado de Paz. Sabemos nosotros los periodistas lo que son los comisarios bravos.

La Justicia de Paz fue pensada en nuestro país con el intento de brindar una justicia rápida, sencilla y conciliatoria, es decir, más arbitral que formalista: como el sheriff y el squire de los anglosajones. Se ha convertido en tan complicada como los otros tribunales más altos, en una maquinaria compleja que deja por patentes fisuras puerta libre a la iniquidad.

El otro día estuve hojeando con un joven jurista un abultado expediente de un juicio de sucesión en San Antonio de Areco; y la impresión desprendida era bastante peor que desconsoladora. Murió una viuda y dejó 10 hijos menores, una casa de 3.000 pesos y tres deuditas de 300 pesos en todo. Un procurador de pueblo, que ni siquiera es procurador recibido, vio oportunidad de trabajo y puso en movimiento la máquina legal, ejecutando a la sucesión para pagar los 70 pesos del panadero, los 120 de impuestos territoriales, los 90 del entierro y … sus honorarios. Se remató la casa en 900 pesos. Se pagó al rematador, al procurador, se pagó el otro pico, el sellado y demás gastos causídicos; y cuando se acabó el último centavo se acabó de golpe también el expediente, que iba navegando majestuosamente por fojas 73. Llamaron a la hermana mayor (que como dije, era menor) y le dijeron: —Alaba a Dios: ya no tienes deudas. —¿Y mi casa? —Alaba a Dios: tampoco tienes casa. —¿Y dónde vivo yo ahora con los chicos? —Alaba a Dios: has servido de materia al ejercicio de la precisión técnica de la Justicia argentina; hemos hecho brillar el Código de Procedimientos. —No alabo a Dios nada —dijo ella y se fue.

Se fue a vivir de la caridad pública, para hacer cumplir monstruosamente lo que dice la Escritura se verifica en la sociedad cristiana: “Se abrazaron y se besaron la justicia con la caridad”. Yo me quise enojar, como Quijote que soy, pero me aseguraron que hay centenares de casos así en esta nación doliente; y yo no puedo enojarme centenares de veces, por más que Dios Nuestro Señor, a quien remito el caso, pues para mí viene a ser como una corte Suprema, tiene nervios para eso y mucho más.

En la parte media falla la justicia porque muchísimos crímenes quedan sin castigo, y no crímenes cualesquiera, sino muy grandes. Para qué vamos a enumerarlos. En la Edad Media, como advierte el jurisconsulto Renault, la judicatura tenía esta condición, que los crímenes más bien se escondían al pueblo y los castigos se propalaban, y hasta a veces (por un principio de pedagogía social) se espectaculizaban. En la Edad Moderna, a la inversa, se espectaculan y pasquinizan los crímenes y se ocultan los castigos; lo cual a veces no es costoso, porque no hay nada que ocultar. O bien el reo ocultamente se va a Ushuaia a podrirse el alma y el cuerpo; o bien, ocultamente ha hecho su jueguito de sobornos, o de chicanas, o de influencias o de procedimientos; y se ha zafado como una anguila, a veces sin dejar en las zarzas ni siquiera un rasguño de su buen nombre y honor. Se ha hecho un pronunciamiento militar para “castigar a los culpables y rehaber los bienes mal habidos»; y ahora va resultando que todos son muy honrados y la capa no aparece. Sinceramente creo (y corríjanme si yerro) que un individuo que premeditadamente asesina a un vigilante en ejercicio de su vigilancia, debe ser fusilado. Si ese crimen fue provocado por atropellos o torturas por parte de algún guardián de la ley, este también debe ser fusilado, no una sino dos veces. De lo contrario, volvemos a la ley de la selva.

Un anciano y sabio sacerdote irlandés me decía días pasados que la supresión de la pena capital del sistema jurídico argentino, le parecía no sólo contraria a la sabiduría cristiana, sino también al simple buen sentido. No hay derecho que un hombre de 25 años elimine a un padre de 6 hijos por puro gusto de hacerse el comunista, haga después 17 años de cárcel no muy dura, y salga tan tranquilo a los 42 años mucho más comunista que antes. En efecto, el presidio no regenera sino empeora; en tanto que ese gran acto de vida política, que es una sentencia capital bien dada, tiene la virtud de quebrantar casi infaliblemente con su peso mayestático el hábitus criminal y hacer reconocer al reo actual y a los innumerables reos potenciales (que somos todos los hombres) el horrendo rostro del error y la injusticia. Y al hacérselo reconocer lo salva, según la doctrina de Platón en el Gorglas, de que la injusticia es el máximo mal del hombre; y para limpiarse y librarse de ella por medio de la metanoia, el precio de la misma vida no es demasiado. Lo peor de todo es que esta deficiencia o ineficacia de la justicia parece haberse corrido a la parte suprema.

La Corte Suprema en nuestro país no parece haber sido nunca muy suprema; y ahora parece como impotente delante del duro y oculto poder del Becerro de Oro. Un proceso de desacato contra nuestro ponderoso Presidente —quiero decir, el Presidente actual del diario— ha llamado peligrosamente la atención del público que piensa sobre la función real de este Tribunal, ocupado ahora en defender a un interés extranjero llamado Rongé. Jamás, que nosotros sepamos, la Corte Suprema ha producido un acto de justicia suprema, la defensa de un derecho natural conculcado: como por ejemplo la defensa del derecho natural y constitucional del padre de familia a dirigir la educación del hijo conculcado por el monopolio estatal de la enseñanza. Si se publicaran las acordadas de la Corte en sus 80 años de vida, no hallaría el pueblo en esos documentos herméticos y regiminosos un sólo gesto inteligible y grande: la posición de algún gran principio jurídico —un golpe certero a la insolencia desmesurada del mercader logrero, sea o no extranjero— el hacer tascar el freno de la ley a un multimillonario —la defensa heroica de la Nación contra alguno de esos grandes estupros de que ha sido víctima—, en fin, cualquier actitud en que aparezca el Juez y no el Legista, el Jefe y no el Intérprete, la gran espada luminosa y desnuda de la Justicia en vez del compás y la cinta métrica. Todas esas acordadas justifican el dicho cortante de un gran profesor argentino de que la Suprema Corte se ha mostrado sumamente competente para declararse incompetente. Una cosa es ser Corte, y otra darse corte.

Como me decía ayer mi portero: “Pero ese fiore, ¿es Fiore o es Fiorello?”  Si la Corte Suprema se convierte en un blocao del Becerro de Oro, y de su horrenda dominación en el mundo, es como si el Apostolado de la Oración se convirtiese en la Corte de Faraón. Cuando un supremo tribunal se vuelve opereta, siempre hay baile. Es peligroso conocer lo mentiroso que son los hombres antes de ser expertos de lo veraz que es Dios. David conoció ambos a la vez cuando dijo: “Ego dixi in excessu meo: Omnis homo méndax.” El pobre es capaz de sufrir, pero nadie es capaz de sufrir cuando piensa que a su pena no hay remedio. Nuestro pueblo está en camino de desanimarse de los hombres, sin ganar mayormente en confianza en Dios, como aquella muchacha que dijo: “No alabo a Dios nada.” Una Nación se juzga por su justicia. La justicia es uno de los nombres de Dios, el cual no es indiferente a que se lo santifiquen o se lo ensucien, porque Dios también tiene entre nosotros su buen nombre y honor. Un obispo nuevo dijo en un discurso que hizo al poblado el día del Reservista, que Dios nos iba a castigar si seguía entre nosotros tan mala la justicia. ¡Qué Dios lo desoiga al obispo! Pero temo que tiene razón.

Padre Leonardo Castellani
(22 de diciembre de 1944).

Parece mentira, un texto de hace 77 años que parece actual, casi nada ha cambiado, y lo que nos urge, indefectiblemente, es un cambio de raíz, como sociedad y no exento de ella, de nuestra casta política. Argentina está llamada a ser un país de primer orden, no lo hemos alcanzado porque viven poniéndonos palos en las ruedas, robándonos y conformando alianzas perniciosas. Es tiempo de cambio, “Nacionalismo o más de lo mismo”.

¡Argentina Despierta!

DyPoM

Por Der Landsmann para SAEEG

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