EL FENÓMENO MAPUCHE

Comandante Espuela (Revista “Tiempo GNA”*)

En 1879 con la Campaña al Desierto el General Julio A. Roca eliminó la amenaza indígena desde el sur de las provincias de Mendoza, Córdoba y Buenos Aires hasta el Río Negro. Durante un siglo se vivió en paz y las salvajadas de los malones fueron olvidadas. Pero hacia 1990, con el colapso del mundo socialista, el tema del indigenismo, repentinamente cobró vigencia.

A partir de ese momento, financiados y apoyados por intelectuales y fundaciones europeas, este grupo comenzó a demandar entrega de tierras, también al derecho a una reparación patrimonial histórica y al derecho de autogobierno. Para la policía de Chubut todo comenzó el 28 de diciembre de 2014 cuando un grupo de 4 encapuchados interceptó un camión en El Maitén sobre la Ruta 40. Gritando consigas separatistas del RAM, bajaron a golpes al conductor y arrojaron una bomba molotov al camión, incendiándolo completamente. Los RAM enfrentan denuncias penales de todo tipo por provocar más de decenas de incendios, robar ganado y atentar con armas de fuego contra empleados de la Compañía de Tierras Sud Argentino, propiedad de Benetton. También atentar contra la GNA. Habría recibido millones de pesos a través de fundaciones extranjeras y argentinas. De otra forma no podría operar.

Pero aquí cabe un análisis, la fisonomía actual de un mapuche es la de un nativo de piel cobriza, estatura baja, que camina sin armonía, de pocas palabras y no es en absoluto el guerrero peligroso de otros siglos.

El encapuchado de la foto no es de piel oscura, más bien tiene aspecto de un latino y se cubre para que no se advierta su origen. Esto hace pensar, ¿si realmente el RAM es una organización pura de origen mapuche o también tiene personajes de ciudad, incluso de regiones más cálidas…? 

¿Un segundo frente?

Por una cuestión de imagen internacional, el gobierno de Chile, y el de Argentina, saben que para no afectar la llegada de inversores extranjeros, no pueden aceptar la existencia de un grupo guerrillero operando en su territorio.

Por ello y al igual que un incendio deberían extinguirlo antes que sea demasiado tarde, de lo contrario se corre el riesgo de tener dos frentes: uno en el norte con el narcotráfico y otro en el sur con una guerrilla.

Una guerrilla es igual que un incendio, si no se lo extingue a tiempo se descontrola y todo lo destruye. 

Lógica pura

Pensar que Chile y Argentina en el siglo XXI van a ceder graciosamente una parte de su territorio a una fracción separatista mapuche es tan disparatado como gracioso.

 

* Revista independiente para el personal de la GNA, Tiempo GNA, Nº 62 bis, noviembre de 2021.