Giancarlo Elia Valori*
La Tierra, otros planetas y otras grandes presencias astrales a lo largo de miles de millones de años han sido golpeados por asteroides, que aquí y allá han originado minas de oro, hierro, diamantes, carbón, tierras raras que en nuestro planeta han sido y son extraídas a un ritmo frenético y se están agotando.
Por ejemplo, el cráter de Chicxulub con un diámetro de 180 km en la península de Yucatán (México) —obtenido del impacto del conocido asteroide, que según las teorías de los físicos hispanoamericanos Luis y Walter Álvarez llevó a la desaparición de los dinosaurios— formó un gran depósito de cobre, diamantes, circones, etc.
El desarrollo de los seres humanos está destinado a salir de la cuna de la Tierra, y la continua expansión de la civilización implica el consumo de enormes recursos. Después de la Luna, los asteroides se han convertido en el principal objeto de desarrollo y uso de recursos espaciales humanos, que necesariamente deberían ser las energías “estratégicas” de los futuros seres humanos. Según el tipo de espectro de emisión, los científicos dividen los asteroides en los siguientes tipos: C, M y S.
Los asteroides de tipo C (carbonosos) son la variedad más común, formando aproximadamente el 75% de los asteroides conocidos. Se distinguen por un bajo albedo (porcentaje de luz reflejada por un cuerpo celeste a luz incidente), ya que su composición incluye una gran cantidad de carbono, así como rocas y minerales. Su densidad media es de aproximadamente 1,7 g/cm cúbico. Se encuentran con mayor frecuencia en el borde exterior del cinturón de asteroides, a 3,5 unidades astronómicas del Sol, donde el 80% de los asteroides son de este tipo, mientras que solo el 40% de los asteroides a 2 UA del Sol son de tipo C (una UA es igual a la distancia entre el Sol y la Tierra). La proporción de tipos C puede ser en realidad mayor que esto, porque los tipos C son mucho más oscuros (y por lo tanto menos detectables) que la mayoría de los otros tipos de asteroides, excepto por otros tipos que se encuentran principalmente en el extremo exterior del cinturón de asteroides.
Los asteroides de tipo M son una clase espectral de asteroides que parecen contener concentraciones más altas de fases metálicas (por ejemplo, hierro-níquel) que otras clases de asteroides, y se cree ampliamente que son la fuente de meteoritos de hierro.
Los asteroides de tipo S son asteroides con un tipo espectral que es indicativo de una composición mineralógica silícea (es decir, pedregosa), de ahí el nombre. Tienen una densidad relativamente alta. Alrededor del 17% de los asteroides son de este tipo, por lo que es el segundo más común después del tipo C. Por ejemplo, el asteroide N. 16 Psyche, descubierto el 17 de marzo de 1852 por Annibale de Gasparis desde el Observatorio Astronómico de Capodimonte en Nápoles, tiene un diámetro de unos 250 kilómetros. Algunos científicos estiman que contiene quinientos millones de toneladas de hierro, 5 billones de toneladas de níquel y cientos de millones de toneladas de otros metales raros, incluido el oro.
Si los humanos arrastraran este asteroide cerca de la Luna para operaciones mineras y trajeran metales útiles a la Tierra, el valor de sus recursos sería muy considerable e incluso podría usarse como materia prima para la construcción in situ de vehículos de exploración tripulados. Jugaría un papel importante y proporcionaría un trampolín importante para que los humanos hagan viajes al espacio profundo, por lo que se ha convertido en el objetivo principal del desarrollo y uso de los recursos espaciales humanos.
Hay planes para llegar a 16 Psyche. La misión fue aprobada por la NASA el 4 de enero de 2017 y originalmente estaba programada para su lanzamiento en octubre de 2023, con una maniobra de asistencia gravitacional terrestre en 2024, un sobrevuelo de Marte en 2025 y la llegada al asteroide en 2030. En mayo de 2017, la fecha de lanzamiento se adelantó para apuntar a una trayectoria más eficiente, con lanzamiento en 2022, con apoyo gravitacional en Marte en 2023 y llegada en 2026. El 28 de febrero de 2020, la NASA otorgó a SpaceX un contrato de $ 117 millones para lanzar la nave espacial Psyche y dos misiones secundarias pequeñas en un cohete Falcon Heavy. A partir de octubre de 2022, se decidió que la misión debería lanzarse no antes de octubre de 2023, llegando al asteroide en agosto de 2029. La distancia de 16 Psyche de la Tierra es igual a km. 376,217,445, o 2.514858 unidades astronómicas.
Los asteroides básicamente tienen una gravedad débil y no tienen ambiente atmosférico. Con el desarrollo continuo de la tecnología, es posible realizar múltiples detecciones a bajo costo e incluso traer muestras al retorno. Estas actividades de exploración también desempeñarán un papel muy importante en la tecnología humana de exploración del espacio profundo, incluida la propulsión eléctrica, el control preciso de la órbita, la navegación autónoma y la comunicación en el espacio profundo.
Todo esto no es más que una alternativa a los últimos recursos que quedan en el planeta Tierra, ya que es más deseable una lucha por el espacio exterior que guerras por parte de los más poderosos para asaltar las últimas riquezas en los territorios de los más débiles.
Así que el desarrollo de diseños para minas espaciales ya no es solo un capítulo de ciencia ficción escrito por Julio Verne o autores contemporáneos, pues la tecnología espacial que permite a los humanos aterrizar en asteroides y recuperar materias primas ha quedado demostrada en términos de posibilidades, especialmente con la ayuda de inteligencia artificial y tripulaciones de robots humanoides o simplemente excavadoras y/o prensiles.
Ya en enero de 2016 la web de la revista «Wired» publicó el artículo Space Mining May Trigger Star Wars, en el que algunos expertos predijeron que la minería espacial podría ser una de las industrias más rentables y beneficiosas para la humanidad en la próxima mitad del siglo XXI. Entonces, ¿qué tesoros existen en los asteroides y qué países y compañías están actualmente ansiosos por intentar extraerlos?
Hoy en día, algunos productos metálicos en la Tierra son escasos o están sobreexplotados, y muchas empresas no pueden evitar mirar profundamente en el espacio para encontrar más recursos.
Según el sondeo de la NASA, en el cinturón de asteroides entre las órbitas de Júpiter y Marte, millones de rocas de diferentes tamaños (desde mil kilómetros hasta unos pocos metros de diámetro) forman un anillo alrededor del Sol: es un remanente distante de la formación del sistema solar. Los científicos han descubierto que aunque algunos asteroides son de tamaño pequeño, contienen, como hemos visto, ricos recursos de metales, como hierro y platino de alta pureza, etc. Están a unos 40 millones de kilómetros de la Tierra. Muchas de las rocas abandonaron el cinturón planetario debido a colisiones, y muchas de ellas volaron cerca de nuestro planeta.
Dado que casi no hay gravedad en el asteroide, puedes usar máquinas muy potentes para que su peso no afecte negativamente: también es una gran ventaja ya que podrías transportar materiales enormes sin esfuerzos excesivos de desprendimiento del cuerpo celeste. Aunque estos proyectos requieren miles de millones de dólares en inversión, siguen siendo mucho más baratos que la minería en la Luna o Marte.
Según informes de prensa, las empresas estadounidenses Deep Space Industries y Planetary Resources han estado diseñando sistemas de naves espaciales durante al menos siete años para investigar y encontrar posibles objetivos de desarrollo. Planetary Resources está examinando una serie de satélites de observación en el espacio para encontrar los asteroides más adecuados para su explotación. Al aterrizar en ellos, debe montar las estructuras necesarias y luego comenzar a partir de ahí el desarrollo mineral.
En términos de elegir la solución técnica, la maquinaria y el equipo pueden ser alimentados por energía solar, lo que reduciría en gran medida el combustible necesario para transportar maquinaria desde la Tierra a los asteroides. Podría limitar el número de personas a bordo, por lo que todos los trabajadores, incluidos los robots, deben ser lo suficientemente ligeros; Durante el proceso de extracción, cada nave espacial y equipo debe fijarse de forma segura en el asteroide para evitar que se alejen y se pierdan en el espacio debido a la ingravidez, que es una desventaja en este caso.
Según informes de medios extranjeros, investigadores de la Universidad de Bielefeld en Alemania han creado un robot con una estructura del tipo insecto palo capaz de escalar terrenos escabtosos y cruzar los rocosos. Puede buscar y transportar automáticamente mercancías en terrenos difíciles, lo que también se aplicaría a la exploración de planetas y no solo de asteroides. Los países interesados en la participación de asteroides para su explotación de materias primas son: Estados Unidos de América, República Popular China, Rusia, Alemania, Luxemburgo, Emiratos Árabes Unidos y Japón, así como la Agencia Espacial Europea.
La NASA ha formulado un plan de desarrollo espacial para los próximos veinticinco años y lanzará una serie de misiones de exploración en asteroides, como capturarlos y arrastrarlos a una órbita en el sistema Tierra-Luna no solo para la minería sino también para cambiar trayectorias peligrosas.
Pars lograrlo, en octubre de 2022 se analizaron los datos obtenidos en las dos semanas previas por el equipo de investigación de la misión de la nave espacial Double Asteroid Redirection Test (DART) de la NASA que mostró que el impacto cinético de la nave espacial con su asteroide objetivo, Dimorphos, alteró con éxito la órbita del asteroide. Esta es la primera vez que la humanidad ha cambiado deliberadamente el movimiento de un objeto celeste y la primera demostración a gran escala de la tecnología de desviación de asteroides.
“Todos tenemos la responsabilidad de proteger nuestro planeta. Después de todo, es el único que tenemos”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson. “Esta misión muestra que la NASA está tratando de estar lista para lo que sea que el universo nos arroje. Este es un momento decisivo para la defensa planetaria y para toda la humanidad, demostrando el compromiso del excepcional equipo de la NASA y los socios de todo el mundo”.
Para este análisis, los astrónomos continuarán estudiando imágenes de Dimorphos desde el enfoque terminal de DART y el Light Italian CubeSat for Imaging of Asteroids (LICIACube): este último es una misión de la Agencia Espacial Italiana (ASI), y es parte de la misión DART de la NASA. El equipo de DART continúa trabajando en esta rica base de datos para comprender completamente esta primera prueba de defensa planetaria de una desviación de asteroides.
* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.
Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.
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