REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO: UN GOLPE FALLIDO E INESTABILIDAD ESTRUCTURAL

Marcelo Javier de los Reyes*

Los hechos y las personas

El 19 de mayo de 2024 la República Democrática del Congo (RDC) habría superado un intento de golpe de Estado según lo que informaron fuentes del Ejército. La intentona habría sido liderada por el político opositor Christian Malanga.

En la madrugada se produjeron disparos en Kinshasa, la capital del país, y un grupo de hombres armados se propusieron tomar por asalto el palacio presidencial y la residencia de uno de los políticos más importantes del país con el propósito de derrocar al presidente Félix Tshisekedi, quien prestó juramento el pasado 20 de enero tras ser ampliamente reelegido en diciembre, iniciando así su segundo mandato con una ceremonia de investidura en el Estadio de los Mártires, en Kinshasa, a la que asistieron jefes de Estado del continente africano así como representantes de Estados Unidos, China y Francia.

En las elecciones de diciembre de 2023, Tshisekedi habría obtenido un 73% de los votos lo que le permitió acceder a un nuevo período presidencial de cinco años. No obstante, el proceso electoral ha sido fuertemente criticado y se han denunciado numerosas irregularidades. Participaron de la elección el magnate minero Moïse Katumbi (segundo lugar con el 18% de los votos), el ex ejecutivo de energía Martin Fayulu (5%) ―considerado el legítimo ganador de las elecciones― y el premio Nobel de la Paz Denis Mukwege, médico ginecólogo que en 1999 fundó el Hospital de Panzi «para salvaguardar la vida de las mujeres y garantizar que sus hijos tuvieran la oportunidad de prosperar» ya que la RDC tiene una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo[1]. Sin embargo la guerra cambió el objetivo del hospital por lo que además atienden a las mujeres que fueron violadas y maltratadas durante el conflicto que afecta al Congo. A pesar de esta abnegada labor, el Dr. Denis Mukwege obtuvo un menor porcentaje de votos[2].

Unas 50 personas involucradas en el complot fueron detenidas, entre ellas tres ciudadanos estadounidenses. El presunto líder del intento fallido de golpe de Estado, el político opositor congoleño Christian Malanga, murió durante los incidentes. Malanga había vivido exiliado en Estados Unidos durante más de una década.

En la intentona de Malanga, de 41 años, participó su hijo Marcel de 22 años, actualmente detenido[3]. Vivía en Salt Lake City y llegó por primera vez a Estados Unidos en 1998 como político refugiado y se estableció en Utah. Según el Daily Mail, la mano derecha de Malanga era Benjamin Zalman-Polun, de 36 años, empresario de cannabis y residente en Maryland. Según este medio, «el grupo enarbolaba la bandera del ex dictador hombre fuerte de la República Democrática del Congo, Mobutu Sese Seko»[4]. Otra versión agrega que Malanga manifestó en inglés «Disfruten de la liberación de nuestro nuevo Zaire», a la vez que los golpistas quemaban banderas de la RDC y portaban otras del Zaire, denominación antigua de la RDC durante la dictadura del mencionado Mobutu Sese Seko.

Ocho años después de arribar a Estados Unidos, Malanga regresó a la RDC para realizar el servicio militar, ascendiendo al rango de capitán en 2007[5]. Tuvo intenciones de incursionar en la política de su país pero fracasó y en 2012 regresó a Estados Unidos pero no habría cesado en su idea y fundó un partido político que atrajo a varios nativos congoleses de todo el mundo, el Partido Congoleño Unido[6]. Malanga habría intentado llevar a cabo un golpe de Estado por primera vez en 2017 pero que en su momento procedió a abortarlo.

Habría estudiado para convertirse en piloto y se capacitó en informática pero en lo político abogó por la libertad religiosa, se manifestó en contra de la corrupción en su país nativo y «se refirió a sí mismo como el presidente de la República Democrática del Congo»[7].

Cabe mencionar que la revuelta se ha salido de las fronteras de la RDC y se notificó que un proyectil disparado desde Kinshasa llegó a la ciudad de Brazzaville, República del Congo, hiriendo a varias personas, según informó el gobierno de ese país en un comunicado[8].

La RDC es un país con casi 100 millones de habitantes de diferentes etnias, con una extensión territorial de 2.345.000 km² y con importantes riquezas minerales, entre las que se destacan oro, cobre, níquel y cobalto, vitales para la transición energética verde del mundo, las cuales son motivo de su permanente inestabilidad. Entre sus actividades comerciales se destacan la minería de oro y la comercialización de vehículos usados.

La pobreza afecta a la mayor parte de la población con más de 13 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, lo cual contrasta con los inmensos recursos naturales de que dispone el país, considerado uno de los más ricos de África[9]. Aproximadamente dos tercios de su población vive con menos de US$ 2,15 al día y numerosos grupos rebeldes aterrorizan a los civiles y saquean las minas en el este del país, manteniendo una más que riesgosa situación en lo que se refiere a la seguridad regional. Esto ha provocado una considerable huida de sus habitantes ―unos 7 millones― en las últimas décadas.

La participación de ciudadanos estadounidenses

Si bien Malanga era un ciudadano congolés, residía en Estados Unidos y esto no deja de ser un punto que ha llamado la atención de los medios. En el caso de su hijo Marcel, se trata ya de un ciudadano estadounidense.

Posteo de la embajadora de los Estados Unidos en la RDC manifestando su consternación por los acontecimientos y su preocupación por los informes de ciudadanos estadounidenses supuestamente involucrados. Agregó su disposición a cooperar con con las autoridades de Kinshasa.

La embajada de Estados Unidos había emitido con anterioridad una alerta de seguridad advirtiendo sobre «actividades en curso por parte de elementos de seguridad de la República Democrática del Congo».

Además de Malanga y de su hijo, los medios dan cuenta de tres estadounidenses implicados en la intentona, quienes se encontrarían detenidos junto a otras docenas de golpistas que fueron capturados por las fuerzas del país.

Por su parte, la madre de Marcel, Brittney Sawyer, escribió un correo electrónico a The Associated Press, manifestando que su hijo es inocente y que ha seguido a su padre. Según un video que ha circulado en redes sociales, su hijo aparecía junto a un hombre blanco ensangrentado, del cual se desconocía su identidad, ambos cubiertos de polvo y rodeados de soldados congoleños[10].

A pesar de su imagen de padre de familia, Malanga fue sometido a procesos judiciales desde 2001, cuando tenía 18 años, siendo declarado culpable en Utah por incidentes que incluyen agresión con arma de fuego, por lo que fue condenado a 30 días de cárcel y tres años de libertad condicional. También en ese año fue acusado de violencia intrafamiliar en un incidente y de agresión y alteración del orden público en otro, aunque se declaró inocente y se le retiraron los cargos. Nuevamente en 2004 fue acusado de violencia doméstica con amenaza de uso de arma peligrosa, pero nuevamente se declaró inocente y se retiraron los cargos. Desde ese año registra nuevos antecedentes intrafamiliares[11].

Según Dino Mahtani, un investigador independiente sobre temas africanos, quien fue asesor político de las Naciones Unidas en la RDC, manifestó que las autoridades de ese país sospechaban que Malanga estaba involucrado en un supuesto complot para matar al entonces presidente Joseph Kabila y especuló acerca de que a Malanga le habrían tendido una trampa o lo traicionaron en el ataque del pasado mes de mayo, según él, por la inverosímil forma en que se llevó a cabo. Para Mahtani podría tratarse de conspiradores externos, «pero dada su estrecha relación previa con al menos uno de los actuales mandos militares de Tshiskedi, existe algo de posibilidad de que el complot fuera conocido internamente y esto les permitiera actuar con rapidez»[12].

Otro ciudadano estadounidense supuestamente implicado es el mencionado Benjamin Reuben Zalman-Polun, graduado en la Universidad de Colorado y que habría tomado clases de administración de empresas en la Universidad de Georgetown. Se habría conectado con Malanga a través de una empresa de extracción de oro creada en Mozambique en 2022. Cuenta con un proceso judicial de 2014 por cargos de tráfico de drogas en Estados Unidos, de los que se consideró culpable[13].

El tercer estadounidense detenido, del que se desconoce si aún permanece con vida, es Tyler Thompson Jr., de 21 años, ex compañero de fútbol de la escuela secundaria de, Marcel Malanga, con quien viajó a África para lo que su familia creía que eran unas vacaciones, con todos los gastos pagados por el padre de su amigo[14]. Según otros compañeros de equipo alegaron que Marcel había ofrecido hasta US$ 100.000 para en lo que se decía que era un «trabajo de seguridad» en el Congo[15].

Tyler aparecería en videos que circulan en las redes sociales, atado y ensangrentado mientras los soldados de la RDC arrestan a los estadounidenses. Sin embargo, no se lo encuentra en los videos del asalto que grabó el propio Christian Malanga[16].

Estados Unidos ha negado todo conocimiento de que un ciudadano estadounidense esté detrás de esta conspiración.

Las últimas investigaciones

Según la investigación preliminar del fallido golpe de Estado, que se encontraría en su fase final, «contempla tanto las acciones de los golpistas como de los militares sospechosos de ejecutar de manera extrajudicial a uno de los participantes»[17].

Las autoridades congoleñas confirmaron al menos cuatro atacantes muertos durante el golpe, incluido el supuesto cabecilla de la asonada, identificado como Christian Malanga. Sin embargo, por una fuente anónima del gobierno, ha trascendido que a las autoridades del país les preocupa principalmente un vídeo en el que militares del país ejecutan a sangre fría a uno de los asaltantes cuando se encontraba ya detenido y maniatado. Han identificado a los responsables y «fueron puestos en conocimiento de la Oficina de la Fiscalía Militar», la que habría finalizado su investigación y la presentará ante los tribunales en los próximos días.

La RDC y su inestabilidad estructural

El reparto de África llevado a cabo a través de la Conferencia de África de 1884/1885 reconoció al Congo como un Estado bajo la soberanía del rey belga Leopoldo II, es decir, una propiedad privada. Explotación, abusos, asesinatos masivos y mutilaciones eran una constante en su territorio. Al rey de los belgas solo le interesaba la explotación lucrativa de los recursos, particularmente, marfil y caucho.

Debido a las fuertes presiones internacionales por estos hechos, en 1908 el rey procedió a transferir su propiedad al Estado belga, pero quizás más debido a que la familia real no contaba con los recursos para realizar la inversión necesaria para la explotación[18].

El 30 de junio de 1960 el Congo Belga se independizó y pasó a llamarse República del Congo. Debido a que los colonialistas belgas no se interesaron por educar a la población, el país se encontró con que no tenía cuadros formados para administrar el nuevo Estado.

Al momento de la emancipación, de una población de 15 millones de habitantes sólo había 1.500 «evolucionados» (los «évolués» eran los africanos que habían podido acceder a un nivel superior de educación) ―quienes despreciaban a los demás congoleses pero que a su vez eran despreciados por los blancos[19]―, entre los que se encontraba el joven Patrice Lumumba.

Patrice Lumumba (1925-1961).

En 1958 fundó el movimiento pluriétnico MNC, Movimiento Nacional Congolés, pero fue mirado con desconfianza por algunos blancos y algunos negros, más allá de que abogaba por la convivencia no sólo entre los belgas y los congoleses sino también entre las diferentes etnias de su país.

En diciembre de 1958 participó del Congreso Panafricano de Accra y fue considerado como un hermano por líderes de la talla de Sékou Touré y N’Krumah. Ese reconocimiento luego resonó en su país pero su liderazgo llegó tarde, luego de que Ileo y Joseph Kasavubu hubieran exigido la independencia del país[20].

Sin embargo Lumumba se opuso a la división por etnias o por provincialismo y su objetivo era la unidad de todos los congoleses.

Ocurrida la independencia, Lumumba se convirtió en el primer ministro de un gobierno presidido por su enemigo: Joseph Kasavubu (de la etnia bakongo). En estas enemistades se conjugaba no solo la política sino también las diferencias étnicas.

Pocos días después, el 11 de julio, la provincia de Katanga, importante por sus riquezas mineras, se declaró independiente bajo el liderazgo del anticomunista y prooccidental Moise Kapenda Tshombe. Esta declaración contó con el apoyo de la Union Minière, la enorme compañía que controlaba la explotación del cobre, fuente de importantes ingresos del Congo que así perdería una buena parte de ellos. Las tropas belgas que aún se encontraban en el país tomaron partido por los secesionistas.

Lumumba solicitó a las Naciones Unidas ayuda militar para evitar la secesión del nuevo Estado y así poder neutralizar a los efectivos belgas. También solicitó ayuda a los Estados Unidos pero jamás llegó al Congo ya que la CIA lo percibía «como un títere comunista atontado por las drogas»[21].

En su libro Legado de cenizas. La historia de la CIA, Tim Weiner narra que en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, el presidente ordenó al director de la CIA eliminar a Lumumba a quien la CIA consideraba el «Castro» de África[22]. Al no recibir colaboración del gobierno de Washington, el primer ministro aceptó la oferta de material y de «técnicos» de la Unión Soviética en momentos en que los paracaidistas belgas ingresaron al país para tomar la capital.

Tim Weiner cuenta los entretelones de como la CIA envió al país africano al jefe de la base de la agencia en Bruselas, Larry Devlin, para que evaluara a Lumumba «como posible objetivo de acción encubierta». El agente advirtió que, independientemente de que el objetivo fuera o no comunista ―quizás aprovechaba la oportunidad para lograr su propósito―, el Congo podría convertirse en una nueva Cuba. La Central confirma la necesidad de eliminar al primer ministro y le envía al experto en química de la agencia con toxinas letales para que realice el operativo. Devlin, angustiado por la orden recibida, optó por enterrar loa viales con las toxinas a orillas del río Congo, dispuesto a asumir las consecuencias por esa decisión[23].

Sin embargo, para Lumumba su suerte estaba echada. El 5 de septiembre de 1960 Kasavubu se reunió con el embajador de Estados Unidos en Leopolville y después de cinco horas anunció por radio la destitución del primer ministro. En la noche del día 14 Lumumba fue arrestado y tanto la embajada estadounidense como Kasavubu y el jefe del ejército, Mobutu, decidieron su eliminación[24].

Tim Weiner afirma que la CIA ya había elegido a su hombre para conducir al Congo: Joseph Mobutu. A principios de octubre recibió US$ 250.000 a los que siguieron envíos de armas y de municiones[25].

La vida de Lumumba fue tan fascinante como trágico su final. Capturado por Mobutu, fue torturado atrozmente, entregado a los belgas y ejecutado por un oficial flamenco.

Mobutu, con el apoyo de los Estados Unidos, se impuso sobre sus rivales y mantuvo en la presidencia a Kasavubu hasta que lo desplazó del cargo y asumió el control del país al que renombraría como Zaire. Sería el principal aliado de la CIA en África y la agencia establecería allí su centro de operaciones encubiertas para el continente[26]. Mobutu gobernó brutalmente al país y se constituyó como uno de los gobernantes más corruptos del mundo gracias a los yacimientos de minerales.

Imagen: Ministerio de Relaciones Exteriores de España.

 

En 1994 estalló el conflicto de Ruanda y dado que Mobutu apoyó a los hutus, los tutsis se opusieron a él. Fue así que con el apoyo del hombre fuerte y presidente de Ruanda, Paul Kagame, se emprendió una ofensiva para derrocar a Mobutu, logrando el objetivo en 1997 con una coordinación de grupos armados contrarios al dictador.

Mobutu logró escapar y falleció exiliado en Rabat, Marruecos, en septiembre de 1997. Su intención fue exiliarse en Francia pero el gobierno galo no se lo permitió. Su fortuna personal se estimó entre US$ 5.000 y 6.000 millones.

Zaire pasó a nuevamente a denominarse República Democrática del Congo y Laurent-Désiré Kabila se convirtió en el nuevo presidente del país.

En 2019 se celebraron las primeras elecciones que llevaron a Félix Tshisekedi a su primer mandato.

Durante años el país se vio envuelto en una terrible violencia provocada por diferentes grupos armados, violencia que se ha tornado en cotidiana y que aún subsiste.

Según se informó el 1° de junio de 2024 un soldado sudafricano murió y otros 13 resultaron heridos en un enfrentamiento que tuvo lugar en esa semana con miembros del grupo irregular armado M23 (Movimiento 23 de marzo) en el este de la RDC. Los efectivos integran la Misión de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) en la RDC (SAMIDRC), desplegada en ese país desde diciembre de 2023 para luchar contra los grupos rebeldes armados, principalmente el ya mencionado M23[27].

A modo de conclusión

La historia de la RDC no es muy diferente a la de otros estados africanos pero muestra como en una independencia supuestamente acordada, una parte no cumplió con lo pactado, Bélgica, y por otro como la omisión o la intervención de otros actores internos movieron los hilos del drama congolés. Las Naciones Unidas, con su tibieza o por su alineamiento con sus creadores, no tomaron cartas en el asunto y no fue la única vez en que no lo hicieron en la historia de la RDC. Más recientemente, ya en el siglo XXI se han dado otros casos.

Estados Unidos, que se autopercibe como la democracia por excelencia, no ha dudado en intervenir y complicar aún más la situación interna del país para colocar a su hombre, un dictador que ejerció el poder durante tres décadas de la mano de la inteligencia estadounidense. No fue ni será el único caso en que la gran democracia respaldó a un dictador. Lo mismo le vale a las democracias europeas.

En el caso de esta intentona, aún es temprano para percibir si se trató de una aventura o subyace alguna otra cuestión. La mención de la ejecución del ciudadano estadounidense atado por parte de los militares congoleses deberá ser aclarada.

La realidad es que Christian Malanga tenía importantes contactos políticos en los Estados Unidos y no los ocultaba; por el contrario los mostraba en las redes. Si sólo son fotos casuales, algún contacto ha habilitado su llegada a esas personalidades políticas. Sin embargo, es destacable su admiración por el dictador Mobutu y su intención de denominar nuevamente como Zaire a su país si el golpe resultaba exitoso.

Llama también la atención que Malanga incursionara en negocios mineros y que la RDC sea también un país en el que el caos permite la extracción de importantes minerales estratégicos con mano de obra esclava, inclusive la de niños, y ninguna democracia occidental decide intervenir.

El tiempo dirá si esto fue un «emprendimiento» de un ambicioso o si era parte de un plan mayor o de una trampa que le tendieron a Malanga. Mientras, la violencia se acrecienta nuevamente en este país africano proveedor de minerales estratégicos como el coltán y en un contexto en que los golpes de Estado en África están tomando protagonismo, a la vez que los actores externos ―Estados Unidos, Rusia y China, además de empresas multinacionales― procuran tomar posición en los diversos países, incluso desplazando a Francia de lo que fueron sus colonias.

La historia africana sigue desarrollándose con libretos escritos fuera del continente.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Sobre el Hospital de Panzi, ver Panzi Foundation, https://panzifoundation.org/es/the-hospital/.

[2] Katharine Houreld.«Understanding the president’s win in Congo’s chaotic elections». Tehe Washington Post, 31/12/2023,  https://www.washingtonpost.com/world/2023/12/31/congo-elections-explainer/, [consulta: 04/01/2024].

[3] «Congo-Kinshasa: quién fue Christian Malanga, el hombre detrás del intento de golpe de ayer » Agenzia Nova, 20/05/2024, https://www.agenzianova.com/es/news/chi-era-christian-malanga-luomo-dietro-il-tentato-golpe-di-ieri-in-congo/, [consulta: 22/05/2024].

[4] Paul Farrell. «How DR Congo coup leader Christian Malanga moved to Salt Lake City as a political refugee, had eight children and worked as a small businessman before returning to Africa for military service and plotting to overthrow  government with his son, 21, Marcel». Daily Mail, 20/05/2024, https://www.dailymail.co.uk/news/article-13437685/Christian-Marcel-Malanga-congo-coup-salt-lake-city-utah.html, [consulta: 22/05/2024].

[5] Ídem.

[6] Ídem.

[7] Ídem.

[8] «El Ejército de la RD Congo dice frustrar un intento de golpe que involucraba a ciudadanos de EE. UU.» France24, 20/05/2024, https://www.france24.com/es/áfrica/20240520-el-ejército-de-la-rd-congo-dice-frustrar-un-intento-de-golpe-que-involucraba-a-ciudadanos-de-ee-uu, [consulta: 22/05/2024].

[9] Información sobre la República Democrática del Congo, Ministerio de Relaciones Exteriores de España, https://www.exteriores.gob.es/Documents/FichasPais/CONGO-KINSHASA_FICHA%20PAIS.pdf, [consulta: 22/05/2024].

[10] «Los estadounidenses implicados en presunta trama golpista en el Congo formaban una banda insólita». La Nación, 21/05/2024, https://www.lanacion.com.ar/agencias/los-estadounidenses-implicados-en-presunta-trama-golpista-en-el-congo-formaban-una-banda-insolita-nid21052024/, [consulta: 22/05/2024].

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Ídem.

[14] Hannah Schoenbaum (The Associated Press). «“No hay pruebas de que esté vivo”: el drama de la familia del joven de Utah detenido en el Congo». Telemundo Utah, https://www.telemundoutah.com/noticias/local/tyler-thompson-utah-detenido-congo/2274832/, [consulta: 02/06/2024].

[15] Ídem.

[16] Ídem.

[17] «RDC ultima la investigación preliminar del golpe de Estado fallido del mes pasado». Infobae, 02/06/2024, https://www.infobae.com/america/agencias/2024/06/02/rdc-ultima-la-investigacion-preliminar-del-golpe-de-estado-fallido-del-mes-pasado/, [consulta: 02/06/2024].

[18] Jean Ziegler. Saqueo en África. México: Siglo Veintiuno Editores S.A., 1979, p. 105.

[19] Ibíd., p. 108.

[20] Ibíd., p. 112-113.

[21] Tim Weiner. Legado de cenizas. La historia de la CIA. Buenos Aires: Debate, 2008 (1ª ed.), p. 165-166.

[22] Ídem.

[23] Ídem.

[24] Jean Ziegler. Op. cit., p. 115-117.

[25] Tim Weiner. Op. cit., p. 166.

[26] Ídem.

[27] «Muere soldado sudafricano en República Democrática del Congo». Prensa Latina, 01/06/2024, https://www.prensa-latina.cu/2024/06/01/muere-soldado-sudafricano-en-republica-democratica-del-congo/, [consulta 02/06/2024].

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CUMBRES EN TIEMPOS DE FISIÓN INTERNACIONAL

Alberto Hutschenreuter*

Imagen: El País.

Sí hace treinta años se hubiera realizado un ejercicio de prognosis sobre cómo se encontraría el mundo dentro de veinte o treinta años, muy posiblemente habrían predominado consideraciones optimistas.

Aunque el futuro no existe y solo podemos arriesgar tendencias, entonces había enfoques esperanzadores sobre el curso de las relaciones internacionales. De las muchas «imágenes» o conjeturas que surgieron tras los años estratégicos de 1989 y 1991, caída del Muro de Berlín y desplome de la Unión Soviética, respectivamente, la mayoría no llegaban a decretar el advenimiento de «un mundo feliz», aunque había enfoques sobre una próxima «aldea global», pero eran esperanzadoras, por caso, aquellas que desde hacía tiempo anunciaban un mundo con base en los bloques geocomerciales.

Había pocas que sostenían un mundo «como de costumbre» y, salvo la de John Mearsheimer sobre un futuro muy sombrío para Europa, prácticamente no había hipótesis inquietantes.

Los años discurrieron y aquellas imágenes casi de ensoñación fueron disipándose ante la rotundidad de hechos en los que predominaban los vicios de siempre: la desconfianza entre Estados, el incremento de la autoayuda, los temores, las ambiciones, el interés nacional primero, la confrontación, etc.

Posiblemente, los esfuerzos para superar la crisis financiera mundial de 2008 fueron los últimos relativos con la cooperación internacional, pues en los años siguientes, y sobre todo tras los hechos de Ucrania/Crimea en 2013-2014, la política internacional volvió a tensarse, llegando a su fin la era de la globalización 1990-2015.

En los últimos años, ni siquiera la primera pandemia global, en la que un virus, no un Estado, produjo la muerte de aproximadamente 16 millones de personas, sirvió para que surgiera un nuevo sistema de valores que llevara al mundo hacia un orden internacional genuinamente anclado en la cooperación.

Luego, la guerra vino a desmoronar cualquier posibilidad mínima para mantener la cultura estratégica entre los que «hacen lo que pueden», como consideraba Tucídides a los poderosos de la antigüedad; y hoy en el mundo predomina un desorden internacional confrontativo, un modelo de cuño relacional, es decir, de poder y de capacidades.

Según una reciente publicación del Instituto para la Economía y la Paz, hay 56 conflictos («menores» y «graves») en el mundo, el mayor número desde 1945. Las muertes producidas por dichos conflictos en 2023 fueron superiores a 160.000, la mayoría en la guerra en Ucrania.

En otros términos, se vuelve a confirmar que las hipótesis que cuando comenzó el siglo aseguraban que la violencia en el mundo había disminuido, eran desacertadas.

Por su parte, el Índice de Riesgos Globales 2024 considera múltiples amenazas: desde el medioambiente hasta la interrupción de la cadena de suministro, pasando por ciberataques, desinformación generada por IA, desaceleración económica, polarización social, etc., la «galaxia» de riesgos plantea a los Estados situaciones sin precedentes.

Estas cuestiones, a las que hay que sumar el gasto militar mundial 2023, el más elevado de la historia, y el sensible descenso del multilateralismo, completan el alarmante estado de la política internacional y mundial que literalmente atraviesa la cumbre del foro político e intergubernamental del G-7, integrado por las potencias occidentales más Japón.

Pero además del complejo contexto, la situación de la guerra en Ucrania concentrará la atención y las medidas que se adopten, pues la guerra podría afirmar un curso que termine por desplomar a una Ucrania casi exánime y una situación semejante dejaría al oeste como derrotado. En estos términos, resulta casi impensable la aceptación por parte de Occidente de semejante posibilidad.

La guerra en Oriente Medio también implica un seísmo inquietante para el G-7, pues allí el enfoque de Israel parece orientado no sólo a proseguir la ofensiva, sino ajustar geopolíticamente la situación, es decir, terminar con el ya acotado alcance que les queda a los palestinos, escenario que inflamará más todavía la pesada «canasta» de tensiones y cuestiones regionales.

Además, que el G-7 sea un bloque estratégico exclusivo, dejando fuera a otros sin los cuales es impensable siquiera un esbozo de «sub orden internacional», contribuye más a reafirmar la fractura que la colaboración internacional.

En cuanto a la Conferencia Internacional para la Paz a llevarse a cabo en Suiza, la misma no estará centrada en un plan de paz basado en lo imposible, es decir, que Rusia (que no fue invitada) se retire del este y sur del país, un escenario que nadie contempla, sino en la demanda de quien organizó el evento, Volodimir Zelenski, de apresurar y ampliar la asistencia financiera y militar.

¿Será posible escuchar en Lucerna una voz que plantee un plan realista de cese de fuego entre Rusia y Ucrania? Muy difícil, por no decir directamente no. La razón ha sido expuesta más arriba.

 

* Miembro de la SAEEG. Su último libro, recientemente publicado, se titula El descenso de la política mundial en el siglo XXI. Cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre, Almaluz, CABA, 2023.

 

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«¡MIENTE, MIENTE QUE ALGO QUEDA!»

Julio Ferrari Freyre*

En los últimos años hemos escuchado la frase «¡Miente, miente que algo queda!» en innumerables ocasiones para describir los pronunciamientos de los políticos de turno y es moneda corriente descubrir que la vasta mayoría de ellos miente por hábito y costumbre. Los periodistas, que se supone son memoriosos, siempre repiten que la frase fue pronunciada por Joseph Goebbles en algún momento de su carrera. Todos conocemos que Goebbles fue Ministro de Instrucción y Propaganda del Tercer Reich.

Paul Joseph Goebbles nació el 29 de octubre de 1897 en Rheydt, municipio de la ciudad de Mönchengladbach, en Renania, hijo de Friedrich y Katharina Maria Odenhausen, ambos católicos, y tuvo cinco hermanos. Estudió en el Gymnasium recibiéndose como el estudiante más sobresaliente de su clase y en 1917 rindió el Abitur (examen de ingreso a la Universidad). Inició sus estudios en la Universidad de Bonn en filología clásica y alemana e historia. Fue becado por Albertus-Magnus-Verein (Asociación Alberto Magno) e integró el Verband der Wissenschaftlichen Katholischen Studentenvereine Unitas (W.K.St.V.), una federación de estudiantes católicos con sede en esa ciudad.

Continuó sus estudios en varias otras casas de altos estudios y en 1921 presentó su tesis doctoral en la Universidad de Heidelberg, sobre el dramaturgo romántico Christian Wilhelm von Schütz (1776-1847): Wilhelm von Schütz als Dramatiker. Ein Beitrag zur Geschichte des Dramas der Romantischen Schule («Wilhelm von Schütz como dramaturgo. Una contribución a la historia del teatro romántico»). Goebbles esperaba que el célebre historiador literario Friedrich Gundolf dirigiera su trabajo, pero al haberse retirado de la actividad académica, éste sugirió que el Profesor Max Freiherr von Waldberg fuese su director de tesis. Se destaca que tanto Gundolf como von Waldberg eran judíos.

A pesar de haber gozado de becas y apoyo de organizaciones católicas como la prestigiosa Albertus-Magnus-Verein, y de haber buscado a profesores judíos para su tesis doctoral, más tarde abrazaría el ateísmo, como su jefe espiritual Adolf Hitler, atacando a la Iglesia Católica con el mismo entusiasmo con que embestía contra a la fe judía, a los marxistas, a los liberales y a cualquier otro grupo o personas que no siguieran las enseñanzas perversas del nacionalsocialismo.

En febrero de 1924 ingresó al Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei  – NSDAP), llegando a ser jefe regional (Gauleiter) de Berlín y tras la asunción de Hitler en marzo de 1933, fue Ministro de Instrucción y Propaganda. Habría que destacar que en septiembre de 1934 Goebbles dijo en Nurenburgo ante un grupo nutrido del NDSAP[1]:

La buena propaganda no necesita mentir, de hecho no tiene por qué mentir. No tiene ninguna razón para temer a la verdad. Es un error creer que la gente no puede soportar la verdad… si pueden, es sólo cuestión de presentarles la verdad de una manera en que sean capaces de entenderla. Una propaganda que miente prueba que tiene una mala causa, y no podrá tener éxito en el largo plazo.

La propaganda de los nazis estaba muy bien armada y buscaba penetrar por medio de argumentos lógicos y profundos en total contraposición a la diseñada por el gobierno británico y especialmente la que producía Estados Unidos surgida de Madison Avenue en Nueva York, donde tenían sus oficinas los principales estudios de publicidad comercial estadounidense.

Pero volvamos a la «Mentira que debe quedar».

En su profundo estudio Santos Castro nos explica la diferencia entre engaño y mentira[2]:

Hay dos características de la mentira que la distinguen del engaño. Primero, mientras que el término «engaño» se refiere a cualquier método (lingüístico o no), para hacer que otro crea algo que el que engaña no cree, la mentira es aquella forma de engaño que se produce mediante el lenguaje articulado, ya fuere este oral, escrito o simbólico. Segundo, para mentir, basta con que el hablante dirija el enunciado falso a otra persona o personas, mientras que, para engañar, es necesario que, además del despliegue de la maniobra engañosa, la víctima resulte efectivamente  engañada.

Según el Dr. Iván Almeida de la Universidad de Aarhus (Dinamarca)[3], las primeras referencias sobre la expresión son del siglo I d. C:

Los primeros rastros de la frase remontan de hecho al siglo I d.C. En el capítulo 4º del libro I de sus Obras Morales, Plutarco la atribuye a Medion de Larisa, un ambiguo personaje que cinco siglos antes había sido consejero de Alejandro Magno: «Ordenaba a sus secuaces que sembraran confiadamente la calumnia, que mordieran con ella, diciéndoles que cuando la gente hubiera curado su llaga, siempre quedaría la cicatriz”». La frase reaparece en el siglo XVII, ya decantada como un conocido proverbio. Así lo atestigua Roger Bacon en su obra latina De la dignidad y el desarrollo de la ciencia. Hablando de la «jactancia», dice que se le puede aplicar «lo que se suele decir» de la calumnia: «Como suele decirse de la calumnia: calumnien con audacia, siempre algo queda» (VIII: 2). Un siglo más tarde, Rousseau pone en boca de un «famoso delator» la consigna siguiente: «Por más grosera que sea una mentira, señores, no teman, no dejen de calumniar. Aun después de que el acusado la haya desmentido, ya se habrá hecho la llaga, y aunque sanase, siempre quedará la cicatriz» (Epístolas I:1). Finalmente, en el siglo XIX, Casimir Delavigne, en Les enfants d’Edouard, reformula como una simple constatación la frase que había atravesado toda nuestra era: «Mientras más increíble es una calumnia, más memoria tienen los tontos para recordarla» (acto I, v. 299-300).

Nadie dudaría de que, emulando a lo que recomendaba Goebbels, sería positivo que los políticos dejaran de engañar con sus mentiras para captar votos y apoyos. La mentira se utiliza como estratagema y herramienta política, reflejando que aparentar algo que no es o que no se tiene es más importante que la verdad; de manera habitual encontramos esta práctica especialmente en funcionarios públicos y legisladores poco seguros de si mismos, que renuncian fácilmente a sus convicciones para conseguir un buen puesto o proteger su carrera e intereses políticos.

En palabras de San Agustín la mentira es «decir falsedad con intención de engañar», resultando así ser el antivalor de la verdad; siendo ésta la que favorece las relaciones entre las personas, países u otros interlocutores es lo que se espera que debe apreciar y poner en acto tanto el político cuanto el funcionario público. Lamentablemente, muchos de ellos obran como si la verdad no mereciera un espacio en nuestra sociedad[4].

Otra forma frecuente de mentir es no dar toda la información que correspondería para convencer a otros de la propia posición. Así vemos las semiverdades que han surgido en distintas épocas tanto en la prensa como en los congresos y parlamentos, en las escuelas y en las universidades, en toda institución dónde la ideología, el partidismo o la posibilidad de sostener ventajas corrompen la verdad mencionando sólo la porción conveniente de lo que se debe transmitir.

Un buen ejemplo de lo dicho es la propaganda que cada parte involucrada nos cuenta del actual conflicto entre Rusia y Ucrania o del desacuerdo entre China y los Estados Unidos, y así, una larga lista de situaciones donde de un lado u otro se recorta la información ya que se busca engañar para direccionar la opinión de la gente.

También podemos decir que mentir en términos de la propaganda incluye como técnica magnificar una situación dada, presentándola o favorable a los amigos o desfavorable a los enemigos, dependiendo de nuestra posición. Así vemos, a modo de ejemplo, el escándalo que algunos medios arman por las ofensas de religiosos católicos, pero silencian las diversas ofensas (abusos, pedofilia, narcotráfico y similares), de sus similares protestantes y judíos.

Otro ejemplo resulta la mentira generalmente aceptada acerca de que son 30.000 desaparecidos durante la guerra contra la subversión marxista en la Argentina, cuando el total sería cercano a los 9.000 según cifras de distintos organismos dadas a conocer en diversos momentos desde el gobierno del Dr. Raúl Alfonsín en 1983. Incluso el Lic. Luis Labraña dijo haber inventado esta cifra para obtener financiación de entidades neerlandesas en la década de 1970 y 80.

En una época en que la verdad ha perdido relevancia de manera generalizada suenan imperativas las palabras del Dr. Castillo de la Universidad de Navarra: «Es muy importante fomentar el amor a la verdad desde edades tempranas, porque sin ella ni seremos libres, ni sabremos distinguir lo verdadero de lo falso, ni nuestra vida tendrá coherencia y sentido. El amor a la verdad conlleva el deseo de saber y aprender»[5]. Podemos estar convencidos que muchísimos conflictos entre personas, instituciones y Estados se hubieran resulto haciendo honor a la verdad.

 

*Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Sophia (Tokio, Japón), Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador y Economía en la Universidad de Deusto (Bilbao, España). Egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (1984). Como Diplomático ha cumplido funciones como Cónsul en Bilbao (1989-94), en la Embajada Argentina en la República Popular China (1997-2003) y como Cónsul General en Canton (2011-2016). En Cancillería fue Director de Documentación de Viaje dentro de la Dirección General de Asuntos Consulares y estuvo a cargo de la Representa Especial para Asuntos de Terrorismo. Se retiró del Servicio Exterior de la Nación como Ministro Plenipotenciario de Primera Clase en 2018.

 

Referencias

[1] Castagnino, Leonardo. «Algunas Falacias, La Gaceta Federal». La Gazeta Federal, https://www.lagazeta.com.ar/algunas_falacias.htm#02.

[2] Santos Castro, Juan S. «Políticos  y tramposos democráticos: ¿Es la mentira política diferente de otras clases de mentiras?». Universitas Philosophica, n° 72, año 36, enero-junio 2019, Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vniphilosophica/article/view/23021/21979

[3] Almeida, Iván. «La frasecita de Goebbels y la fábrica de mentiras». Página 12, 03/08/2011, https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-173636-2011-08-03.html.

[4] Castillo, Gerardo. «La mentira como recurso político». Diario de Navarra (Pamplona), 04/08/2021, https://www.unav.edu/opinion/-/contents/04/08/2021/la-mentira-como-recurso-politico/content/CnBM7sduyZOb/34068227.

[5] Castillo, Gerardo. Op. cit. 

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