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RECORDANDO LA ESTRATEGIA DE LA APROXIMACIÓN INDIRECTA

Agustín Saavedra Weise*

El divulgador y propulsor contemporáneo de la estrategia de aproximación indirecta fue el historiador militar británico capitán Basil Liddell Hart (1895-1970). Otros estudiosos de su misma época sostuvieron que la estrategia de acción indirecta representaba una forma novedosa de distraer al enemigo y sustituía a la guerra total, impracticable desde la aparición de armas nucleares. Es más, algunos opinaron que la estrategia de acción indirecta era el complemento y en cierta manera, el antídoto de la guerra nuclear. Esta se centraba en el concepto de destrucción mutua asegurada y de ahí la discreción observada al respecto. Tal situación generó un equilibrio disuasivo entre las dos superpotencias (EEUU y la ex URSS) durante la guerra fría, por temor a generar una escalada capaz de terminar con la aniquilación de ambas.

En realidad la acción indirecta —el capitán Hart solo la volvió a poner sobre el tapete— proviene de la antiquísima estrategia del célebre escritor militar chino Sun Tzu (544-496 AC), quien buscaba la victoria favoreciendo la maniobra de distracción para así sorprender al oponente o, mucho mejor, proponía lograr vencer por medio del abatimiento psicológico del adversario. No en vano este eximio estratega asiático expresó hace más de 2.000 años que el valor máximo de un general era el poder triunfar sin combatir, desgastando moralmente al enemigo y quitándole su voluntad de lucha.

Veamos la principal diferencia con los conceptos de la clásica estrategia de acción directa. En esta prevalece el predominio explícito de la batalla, del choque frontal, del enfrentamiento masivo. En cambio, la aproximación indirecta busca el sometimiento de las fuerzas contrarias mediante una maniobra envolvente o induciendo su quebrantamiento moral, nunca procura un combate total frente a frente. Las guerrillas son un ejemplo clásico, como también lo es la guerra psicológica. Tanto en política como en la guerra, en negocios, en política o en otros emprendimientos donde hay rivalidades y se procura triunfar sobre un superior en número o en recursos, la estrategia de aproximación indirecta ha resultado ser muy útil cuando se la usó con habilidad. Hasta en los deportes es posible obtener resultados positivos por vía indirecta si las cosas se hacen bien. Es más, el ex canciller argentino, economista y profesor universitario Guido Di Tella (†) ha utilizado también la aproximación indirecta en sus importantes trabajos acerca del desarrollo económico. Este pequeño espectro de sus usos muestra el vasto alcance de la aproximación indirecta como teoría y práctica. La regla fundamental del proceso es constante y ya fue pregonada miles de años atrás por Sun Tzu: no luchar directamente y doblegar al adversario con mínimo esfuerzo, corroyendo la fe en sí mismo o creándole dudas incontrolables para atemorizarlo. Hay muchos casos registrados en la historia. Es más, hoy en día el esquema básico de la aproximación indirecta es usado por casi todos nosotros en nuestras vidas cotidianas, la mayoría de las veces hasta sin darnos cuenta. Así están las cosas.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/162483_recordando-la-estrategia-de-la-aproximacion-indirecta

EL AGUA SERÁ SIEMPRE EL RECURSO MÁS VALIOSO

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Rony Michaud en Pixabay

Para un proyecto del grupo estadounidense “Quartz”, acerca de cómo será el mundo de aquí a 50 años, se le preguntó a un grupo de expertos (empresarios, artistas, activistas y académicos) cuál sería el recurso más valioso del orbe en 2070. Casi todos repitieron una sola palabra: agua. Luego del aire que respiramos por medio de la atmósfera terrestre y sin el cual falleceríamos en pocos minutos, el agua será siempre el recurso más valioso. Nuestros propios cuerpos contienen más de un 70% de agua. Naturaleza y vida humana están impregnadas y penetradas por el agua; lo propio sucede en nuestras actividades, desde el quehacer cotidiano hasta los procesos industriales más complejos. Y eso que apenas tenemos en materia de agua dulce un 3% del total planetario, ya que el resto es agua salinizada de los mares. Y aun sabiendo eso desperdiciamos el agua continuamente, un verdadero pecado que se suma a las diversas aberraciones en materia de empobrecimiento y maltrato del medioambiente que hoy sufrimos a nivel global.

Para el sector privado en general -desde los fabricantes de bebidas de toda naturaleza hasta las manufacturas más sofisticadas- la oferta disponible de agua es una cuestión de triunfar y ganar dinero o quebrar con grandes pérdidas. La escasez de agua es pues un problema urgente y requiere de incentivos adecuados para resolverse. ¿Qué tan urgente? Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mitad de la población mundial vivirá en áreas de alto estrés hídrico para 2030 y la escasez de agua desplazará a millones de personas que emigrarán de su lugar de origen en busca del precioso elemento en otras latitudes. El cambio climático es una de las principales causas de esta escasez, aunque está lejos de ser la única. Las empresas multinacionales finalmente se están dando cuenta de la importancia de gestionar la escasez de agua dulce para poder enfrentar una inminente crisis hídrica. El agua, su disponibilidad, calidad y capacidad para infligir daño o dar vida, se ha convertido silenciosamente en un problema clave para la comunidad mundial. Por otro lado, en lugares donde hay abundante agua no se la utiliza debidamente, se la desperdicia o se la administra mal. Un claro ejemplo: Manaos, la capital del estado Amazonas del Brasil, está asentada sobre las orillas del río homónimo, el más caudaloso del mundo y, sin embargo, en varias zonas de esa localidad escasea el agua como consecuencia de su pésima administración. Hay ejemplos similares en muchas otras partes, particularmente en Sudamérica, pese a la abundancia hídrica proveniente de las cuencas fluviales, precipitaciones y deshielos cordilleranos.

El agua es valiosa, pero su precio comercial e industrial es bajo; encima de ello, se la desperdicia y no se la valora debidamente. El conjunto de factores negativos está alimentando una crisis planetaria que, de no cambiar las actuales pautas hídricas de consumo y de administración, generará un problema universal de graves consecuencias para la humanidad. En fin, recordemos siempre que el agua es vida, pero también puede ser muerte si la tenemos en exceso (inundaciones) o si debemos pelear por ella. Ojalá encontremos un punto sustentable de equilibrio apto para satisfacer las múltiples necesidades en las que el agua es factor vital.

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, <https://eldeber.com.bo/161709_el-agua-sera-siempre-el-recurso-mas-valioso>.

LA POLÍTICA EXTERIOR SE ENCAUZA POR EL CAMINO CORRECTO

Entrevista a Agustín Saavedra Weise. Embajador de carrera (jubilado) y excanciller de Bolivia

Agustín Saavedra Weise. Foto: Archivo

Agustín Saavedra Weise pone la “lupa” de la evaluación a la gestión de poco más de un mes de la primera mujer canciller del Estado: Karen Longaric.

El embajador de carrera (jubilado) y exministro de Relaciones Exteriores respondió un cuestionario del periódico Bolivia sobre el acercamiento del país con Estados Unidos, un eventual retorno de Usaid y el nuevo enfoque que debería tener los vínculos con la República de Chile.

¿Qué tipo de relación busca el Gobierno transitorio con Estados Unidos?

Se busca reencauzar vínculos que fueron disminuidos desde 2008 (cuando se retiró a los embajadores de ambos países) y que era necesario replantear. El realismo en las relaciones internacionales nos señala que los países no tienen amigos permanentes, pero sí tienen intereses permanentes, y para Bolivia —como para la inmensa mayoría de naciones— una buena relación con Estados Unidos es parte de su interés nacional. Por cuestiones ideológicas ajenas a esos citados intereses permanentes, la administración anterior siguió otro camino. Ahora la política exterior boliviana se encauza por el camino correcto, siempre con dignidad y soberanía, pero ya no en función de ideologías o de amistades, sino de intereses concretos.

El Gobierno de transición dio muchas señales a Estados Unidos, desde el nombramiento de un embajador en misión especial (Oscar Serrate) hasta la eliminación de la visa para los ciudadanos estadounidenses vigente desde 2007. ¿Qué repuesta se debe esperar de Washington? ¿El apoyo del presidente Donald Trump era lo que se buscaba?

Evidentemente se dieron pasos para ir reencauzando la relación bilateral de Bolivia con Estados Unidos. Se tomaron acciones en un marco pragmático y digno, acorde con lo mejor para Bolivia en términos estructurales, dejando de lado ideologías o simpatías. Mediante un tuit reciente, el presidente Donald Trump dio su pleno respaldo al gobierno que preside Jeanine Áñez. Ello ha venido acompañado de otros gestos, visitas y declaraciones de altos funcionarios de Washington. Y eso es algo significativo, que no se produce ni todos los días ni con cualquier país. Creo que en este campo de la política internacional boliviana vamos por buen camino.

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, estuvo la pasada semana en Washington y se reunió con el representante de Usaid (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). ¿Es posible el retorno al país de esta entidad expulsada en 2013?

Usaid es un mecanismo norteamericano de ayuda internacional que en el pasado cooperó con Bolivia en diversos ámbitos. En su oportunidad, Usaid incentivó la creación de entidades financieras dedicadas al microcrédito para pequeños productores, práctica que luego se hizo general y ya cuenta hasta con bancos especializados en la materia. Por otro lado, Usaid también estimuló proyectos de salud (fue el caso de Prosalud) y cooperó de varias otras maneras. No veo por qué no puede volver. Con los debidos resguardos de soberanía y las condiciones que la administración de turno señale, el retorno de un ente como Usaid, que por mucho tiempo ha colaborado con Bolivia, lo veo como algo de neto beneficio para la nación.

¿Qué significa desideologizar las relaciones diplomáticas?

Desideologizar significa, en lenguaje simple, procurar relaciones externas sobre la base del interés nacional, de las ventajas que se ofrecen y de las ventanas que se abren, en lugar de hacerlo en función de intereses políticos e ideológicos. Es la mejor manera de conducir las relaciones externas de un Estado independiente. La vía pragmática en materia de política exterior procura siempre lo mejor para el interés nacional, dejando a nivel secundario amistades, simpatías e ideologías. Ese camino se ha trazado la canciller Karen Longaric, siempre de común acuerdo con la presidenta Jeanine Áñez, y es una buena senda, que merece seguir siendo recorrida.

¿El acercamiento con Rusia y China fue bueno o no para Bolivia?

Todo acercamiento que se realice, repito una vez más, en función del interés nacional es bueno. Las relaciones de Bolivia tanto con Moscú como con Beijing son fluidas y son bienvenidas; también lo son sus inversiones y mecanismos de cooperación, siempre bajo pautas de respeto mutuo, sin interferencia en asuntos internos de nuestro país, algo que vale también para Estados Unidos y cualquier otro miembro de la comunidad mundial.

En la reciente Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), la canciller Longaric tuvo un encuentro y conversó con su homólogo de Chile, Teodoro Ribera. ¿Cuál debe ser el enfoque de la relación con Chile tomando en cuenta el proceso que se desarrolla en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el Silala? ¿Cómo recuperar la mentada confianza mutua?

La canciller Longaric, por su larga y meritoria trayectoria diplomática, tiene una antigua relación de amistad con el actual Canciller de Chile y de ahí la conversación sostenida que, sin revestir carácter oficial, genera ondas positivas para, en un futuro cercano a determinarse, reconducir el diálogo bilateral con el vecino transandino. Los cientos de kilómetros de límite común reflejan por sí mismos un sinnúmero de vínculos, que deben ser afianzados y reforzados. En mi modesta opinión, el diálogo debería recomenzar convocando primeramente a los Comités de fronteras, para así ir destrabando situaciones primarias de interés común para las partes e ir escalando luego, progresivamente, hacia diálogos de alto nivel.

Tomado de Periódico Cambio (La Paz, Bolivia), 25/12/2019 http://www.cambio.bo/?q=node/80924