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AGUAS REVOLTOSAS Y CAMBIO CLIMÁTICO

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de ELG21 en Pixabay

Es un hecho que el cambio climático está provocando cambios francamente terroríficos en todo el planeta, así que eso no es nuevo pero lo que sí es novedad en estos días —cuando aún cursa el verano boreal— es el drama conjunto de las inundaciones en Europa y el de los excesivos calores en algunas zonas relativamente templadas del hemisferio norte. Canadá, por ejemplo, ha venido soportando temperaturas arriba de los 46°, siendo que es un país relativamente frío, de largos inviernos y cortos veranos. Hay otros casos similares, tanto en Norteamérica como en Eurasia. Y lo hasta aquí someramente escrito es apenas un pálido reflejo de lo que ocurre en varias regiones del globo.

Por otra parte, entrando en el ámbito de América del Sur, vemos un verdadero y alarmante giro que afecta a la propia geopolítica de aguas de la región. Sin ir muy lejos, la gigantesca represa binacional (Brasil-Paraguay) de Itaipú está produciendo apenas una parte de su capacidad total energética. La bajante de aguas, por otro lado, está provocando además dificultades para la navegación por la misma Hidrovía Paraná-Paraguay.

Todos estos problemas verdaderamente dramáticos están castigando al mundo en diversas latitudes; frente a esto no debemos quedarnos impotentes y cabe generar acciones concretas. El cambio climático nos está golpeando con mucha fuerza; debemos ser capaces como humanidad de enfrentarlo y la mejor manera es incentivar al máximo el uso de energías limpias pero sin engañarnos: sabemos que todavía tenemos un largo trecho por recorrer hasta que podamos eliminar la energía derivada de los fósiles y mientras tanto, debemos evitar generar mayores daños que  los ya ocasionados hasta hoy por desidia y por descuido.

El mundo como lo henos conocido está hoy en un punto límite de resistencia ante mayores excesos. Como se viene repitiendo: cuidemos a nuestro planeta, es el único que tenemos.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/aguas-revoltosas-y-cambio-climatico_241394

JUGAR AL LÍMITE

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)

Cada argentino abonó de IVA $ 43.368 en el 2020; $ 173.472 toda familia de cuatro miembros.

Según el ordenamiento de nuestra Constitución los gobernantes deben brindar una serie de servicios a los habitantes de la Nación.

CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA – PREÁMBULO

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina.

A saber:

    • constituir la unión nacional
    • afianzar la justicia
    • consolidar la paz interior
    • proveer a la defensa común
    • asegurar los beneficios de la libertad

Esta obligación es común a todos los estados modernos. Qué sí y qué no en nuestro caso lo instruye el Preámbulo. En otros países, los usos y costumbres.

La relación entre un Estado abstracto y los ciudadanos, con obligaciones por ambas partes se exacerba desde la Revolución Francesa, cuando varias naciones adoptan la república como forma de gobierno (Francia, EEUU, nosotros).

Sin embargo, pensar que actualmente el Estado tiene más obligaciones para con los ciudadanos que un monarca, aún uno absoluto, para con sus súbditos puede llevar a engaño.

La obligación del gobernante cambia con el tiempo, ya sea una monarquía, una república o un estado soviético. Pero en todos los casos hay cosas que sí deben hacer, caso contrario el régimen cae. Y los ejemplos de caídas abundan.

Las supuestas obligaciones de los gobernantes argentinos las lista la CN. Sin embargo la casta política vive fuera de la constitución. Al punto que hemos perdido la cuenta de sus transgresiones.

Las obligaciones del Estado se financian con impuestos. La constitución permite el endeudamiento, que no es otra cosa que impuestos futuros. Así que tenemos sólo impuestos, ahora o más tarde.

El Estado argentino en todos sus niveles cuesta, según el año, entre el 46% y el 50% de la economía (más el costo cuasifiscal que provoca el BCRA). Es uno de los más caros del planeta, con excepción de las economías comunistas donde todo es del estado (Cuba, Corea del Norte).

El estado político, esto es la casta política argentina, es levemente menos caro que en Francia, el más costoso de todos ellos; muy por encima de Gran Bretaña, EEUU, Alemania, Holanda e incluso Italia. Más caro que cualquier país de Sudamérica.

En las últimas décadas cada tres meses o ponen un impuesto nuevo o incrementan las alícuotas o la base imponible de alguno existente. Sin solución de continuidad. A lo que sumamos un impuesto inflacionario, no votado por el Congreso de la Nación.

Asimilé el estado a la casta política (“El estado político, esto es la casta política argentina”), porque ellos se consideran así. Utilizan al tesoro como caja propia. Dinero que ingresa al erario, los políticos lo gastan a su capricho.

El aumento sostenido y consistente de impuestos ocurre porque se lo permitimos.

Francia es un Estado caro. Millones de franceses mes tras mes, luego de una larga jornada laboral, comprueban que sólo cambian el dinero, meros soldados de El Club de la Pelea. Cuando Macron agregó un impuesto más, en este caso a la nafta, sufrió semanas y semanas de protestas sociales.

Acá nos aumentan los impuestos y nadie mueve un pelo. La inflación golpea a todos. El impuesto a las ganancias cuarta categoría alcanza a millones de personas.

Los representantes de los trabajadores formales, jamás se pusieron firmes sobre ambos abusos; no con convicción al menos.

En cuanto al aumento a los derechos de exportación implementado por Macri, como era “bueno” con el campo, los representantes del sector lo dejaron pasar. Como dejan pasar la diferencia de tipo de cambio.

Con la nueva ley de alquileres, encarecieron la vida de millones de familias, al agregar un impuesto del 1,5% sobre el contrato.

Recaudación de la AFIP, aquí. (https://www.afip.gob.ar/institucional/estudios/). 

Al pie de página están los ingresos del 2020 tal como aparecen en la página de la AFIP. A continuación están los ingresos tributarios y aduaneros sin la recaudación de la seguridad social. Agregué una columna a la derecha que calcula qué porcentaje del total representan. Verán que algunos gravámenes constituyen el 0,05% del total. Aun así, los diputados no los quitan. En el total no representan nada; sin embargo son un quiosco de unos cuantos y ahí queda.

Ingresos tributarios y aduaneros (sin recaudación de la seguridad social).
Los derechos de exportación constituyeron el 7,45% del total. Mientras que las familias pagaron por IVA el 37,63% del total.

Ésta es sólo una parte. El Estado Nacional recauda vía el BCRA el impuesto inflacionario y la diferencia de tipo de cambio (pagan $ 95 lo que vale $ 179).

Por un lado aumentan los impuestos en un aluvión incesante que nos ahoga. ¿El último? Esta semana, uno nuevo sobre la prima de seguro automotor.

Por el otro, dejan de prestar los servicios indelegables. Hace décadas que el régimen actual al cual la Nomenklatura denomina “democracia”, da de baja obligaciones una a una. Resolvió destruir las FFAA. La educación la despedazó, en un trabajo que lleva décadas. Hay provincias que no tienen clases, como Santa Cruz o Chubut; situación precovideana. La seguridad en algunos barrios es una risa, incluida la capital federal.

En uno y otro caso la respuesta de los damnificados, el Pueblo de la Nación Argentina, es adaptarse y no confrontar.

¿Aumentan los impuestos? Se ve la forma de eludir, evadir o, en su defecto, bajar el nivel de actividad para no pagar impuestos. ¿Nuevo impuesto a los alquileres? No se alquila, aunque eso conlleve una pérdida de ingresos. Sub/sobrefacturaciones, contrabando, trabajo en negro, todos subterfugios para huir de un estado tiránico sin agarrar un cuchillo.

Contorsiones necesarias para evitar impuestos.

Lo mismo sucede con la ausencia del Estado en el cumplimiento de sus obligaciones. ¿No hay servicio de salud o es de baja calidad? Contrato medicina prepaga o hago cuatro horas de espera en el hospital.

Esta falta de resistencia, tanto al aumento de impuestos como a la carencia de servicios, es lo que les avala a los políticos, con un alto grado de razonabilidad, a continuar como vienen.

Lo lógico sería que el poder judicial pusiera algún límite. O una palmadita en el reverso de la mano, como por ejemplo, obligarles a que en el ticket del almacén figure cuánto dinero de IVA e Ingresos Brutos se abone. Pequeñas cosas.

En otros países, en este caso EEUU, el ticket muestra al contribuyente cuánto corresponde a los productos y cuánto a los impuestos (tax).

No. 

El Pueblo Argentino pagó $ 1.951.560.793.000 de IVA sólo durante el 2020. Es un impuesto que pagan sólo las familias. Las empresas son agentes de retención (financieros). Cada argentino abonó de IVA $ 43.368 el año pasado. $ 173.472 por familia de cuatro miembros.

Pareciera una provocación. Exploran cuál será nuestro punto de ebullición. Por ahora pueden descansar tranquilos. Ni siquiera acudimos a nuestra pobre excusa de jueces para proteger nuestros ingresos de esta manga de langostas.

Se nos ríen en la cara. Todos los impuestos son votados por oficialismo y oposición. Merecen terminar con sus cabezas en lo alto de picas, no por los impuestos que nos aplican o los servicios que nos mezquinan, sino por cómo nos gozan descaradamente.

Diputadas nacionales a días del hundimiento del ARA San Juan.

Ingresos AFIP 2020 tributarios, aduaneros y de la seguridad social.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

Publicado originalmente por Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2021/07/jugar-al-limite.html

VARIANTES DEL PODER EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Desde hace décadas vengo escribiendo y repitiéndole a mis alumnos que la política exterior —parte esencial de la dinámica de la política internacional en el ámbito global más amplio de las relaciones internacionales—, es la estrategia o programa de acción planeado que cada actor del sistema mundial desarrolla para mejor precautelar sus intereses y procurar cooperación, crear alianzas o evitar conflictos. Obviamente, el brazo ejecutor de dicha política exterior es la vieja diplomacia, el cuerpo organizado de profesionales que cada Estado tiene para hacer valer sus derechos y que normalmente se aglutina en torno al despacho encargado de las relaciones exteriores.

Más allá de estos conceptos básicos, subyace siempre en la conducción del ámbito externo un elemento de poder, aspecto inherente a la política como tal. Esa capacidad de imponer la voluntad, de hacer que otros hagan lo que queremos que hagan, se refleja en la política exterior —particularmente en la de las grandes potencias— mediante los llamados “poder duro” y “poder blando” que cada actor esgrime —según sea el caso— en la consecución de sus intereses o para presionar cuando así corresponda.

El poder blando se ejerce por las vías pacíficas de acciones diplomáticas y otros mecanismos de persuasión (tales como cooperación, ayuda externa, créditos, etc.), lo suficientemente claros como para hacer saber qué es lo que un actor internacional pretende de otro y/o para orientar “blandamente” acciones con respecto a determinadas líneas de conducta y posicionamiento. El poder blando es sutil, pero muy efectivo cuando se lo usa inteligentemente.

El poder duro, como el adjetivo que lo acompaña así lo indica, implica mayor rigidez. En definitiva, se trata de amenazas directas mediante el uso de la fuerza o de otros drásticos métodos (bloqueos, corte de la asistencia y de los mecanismos de ayuda, represalias) que obligan al contrario a reaccionar de la misma forma —si tiene los medios adecuados para disponer de su propio poder duro— o a replegarse ante la contundencia de un factor superior y amenazante. El uso del poder duro es el último “ratio” en términos de acciones de política exterior antes de ingresar a la guerra propiamente dicha, sobre todo si el adversario se decide por el enfrentamiento directo.

Las potencias tradicionales configuran una especie de “dieta balanceada” entre poder duro y poder blando. De ahí el viejo “consejo” de Teddy Roosevelt con respecto al proceder de los Estados Unidos hacia los países latinoamericanos: “hablar siempre suave, pero tener simultáneamente y a la mano un gran garrote”. En otras palabras: la combinación de palo y zanahoria refleja el uso alternativo de los poderes duro y blando.

Algunos prefieren hablar de poder y debilidad en la política exterior. La debilidad es inherente al peso específico —cuantitativo y cualitativo— de un actor internacional, aunque puede darse el caso de potencias económicas significativas, pero que, por diversas razones, ya no disponen ni desean hacer uso del poder duro. Un ejemplo claro de esto último en la actualidad es la Unión Europea.

En la defensa del interés nacional, la prudente dosificación de la dureza en el marco de una política global de poder blando, muchas veces acelera el alcance del objetivo deseado. En todo caso, el realismo se impone. Lamentablemente, muchas naciones viven y actúan sobre la base de percepciones ilusorias, lo que provoca el fracaso global de sus políticas ya sea con poder blando o con el poder duro.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/variantes-del-poder-en-el-ambito-internacional_239491