Archivo de la categoría: Opinión

CARNE Y EL VALOR DEL SALARIO EPISODIO 258.701 BIS

Iris Speroni*

Deben evitar que el sueldo a US$ 300 les explote en la cara

Mi amigo @dcacademico es una de las personas más despiertas, con calle y laid-back que conozco.

Voy a traducir a lenguaje no académico, pero sí neutro, su frase y atarlo con dos temas: a) el último conflicto de la carne, b) EL TAMAÑO DEL BOTÍN, o cómo los amigos del poder se apoderan de US$ 27 mil millones[1] por año que se lo quitan a quienes producen bienes exportables.

Uno de los grandes reclamos eternos de la UIA fue siempre que los salarios son caros y por eso no pueden competir con sus colegas del exterior. Se quejaban cuando el sueldo era de US$ 1.000 por mes. Se quejan ahora, que es de U$D 300. Es un reclamo raro.

Lloraban porque la patronal china o brasileña pagaba menos salario que acá (literalmente).

Suiza produce y exporta acero o chocolates, Gran Bretaña exporta salmón, whiskey, indumentaria, Italia marroquinería e indumentaria y pasta y aceite de oliva y Ferraris, Canadá exporta abrigos confeccionados con lana de alpaca comprada en … Argentina, mientras paga salarios de 3.480 dólares estadounidenses por mes [2]. Ellos pueden limpiar, lavar, tejer lana de alpaca y confeccionar y comercializar sobretodos. Nuestros industriales argentinos, no, porque los salarios son altos. No sé, Rick…1

Ahora tienen los sueldos donde siempre quisieron. Tienen un gobierno que ellos pusieron. Sin embargo, las inversiones, la producción y las ventas no aparecen.

¿Qué sucede? Estamos viviendo el modelo económico-político en su máxima expresión. Este modelo se llama “vivamos todos del campo”. Y nadie vive tanto del campo como sus “empresarios” amigos del poder[3].

La eterna demanda de la UIA suena inoperante. ¿Para qué querrían pagar salarios baratos? La única explicación razonable es que desean comprar trabajo para producir cosas, venderlas y obtener ganancias por su actividad. Si obtuvieran insumos a bajos precios o precios manipulados (trabajo, electricidad, girasol) entonces les quedaría mayor margen.

Como proyecto es endeble y mezquino. Mezquino porque proponen a viva voz ganar dinero sobre la miseria de otras personas. ¿Qué clase de gente es la que desea que sus compatriotas ganen salarios inferiores a los de los chinos?

Olvidémonos de la ética. Vamos al dinero.

¿Por qué endeble? Una persona o empresa produce bienes. Desde ya que querrá pagar lo menos posible la materia prima, electricidad, alquiler o a sus trabajadores. Pero nada de eso tiene sentido si uno no vende lo que hace. Si uno tiene los mejores costos del universo pero no vende, no hay margen.

¿A quién le pueden vender los industriales argentinos? Al mercado doméstico o al exterior.

Vender al exterior es casi misión imposible si el BCRA compra a $ 92 lo que vale $ 155. O dicho de otra manera, como el BCRA “roba” gran parte de lo exportado, con lo que queda no se cubren los costos, ni siquiera los miserables US$ 300 que les pagan a los trabajadores. Entonces las exportaciones de productos industriales no agropecuarios son mínimas y en franca caída. Ejemplo: hace más de una década la industria de maquinaria agrícola (metalmecánica) exportaba tres veces los montos actuales.

Siempre queda el mercado interno.

Ahora, con un salario de U$D 300, el mercado doméstico se vuelve minúsculo.

El negocio es otro

Grupos empresariales apoyaron al gobierno para que llegara a la presidencia y lo sostienen ahora. No les importa que el sueldo sea el más bajo desde 2003, ni que no puedan vender ni un calcetín.

Porque su negocio es otro. A saber: proveer al Estado[4], comprar dólares que les vende el Banco Central a mitad de precio, recibir subsidios del Estado o que el Estado cree condiciones para que un privado les subsidie, embolsar créditos que jamás devolverán.

Luego están los que cita @dcacademico: los que importan partes con dólar a $ 98, las ensamblan y nos las venden a los precios internacionales (con dólar a $ 155) más el arancel de importación. Y si nosotros, porque somos pobres y cobramos US$ 300, no podemos comprarles, no importa. Se lo venden al Estado. Total, éste compra de todo: fideos, laptops, camionetas, indumentaria, cestos de papeles, medicamentos, colchones, ventanas. Gran parte (si no la mayoría) de estas empresas favorecidas por la actividad criminal del BCRA son extranjeras.

Carne

La élite sabe que deben evitar que el sueldo a US$ 300 les explote en la cara.

Entonces van a una fórmula mágica que en la Argentina se usa desde hace décadas: manipular los precios de los bienes más comprados por quienes ganan US$ 300 a como dé lugar y cualesquiera sean las consecuencias. Congelar tarifas, sentarse sobre el precio de la carne en un contexto inflacionario. Lo que sea.

Lo que pretenden quienes pagan salarios miserables es que quienes producen carne (vacuna, cerdo, pollo, oveja) regalen su trabajo para que ellos, contratistas del Estado, empresas de construcción y otros, puedan pagar US$ 300[5].

Aunque el costo sea tener menos cabezas de ganado, esto es, menos riqueza futura. Para todos. Para el pueblo (que pagará cada vez más caro la carne)[6], para los productores que malvenden su trabajo, pero también para todos los que integran la élite que sostiene este plan de “vivamos todos del campo”. Matan la gallina de los huevos de oro.

Los asalariados pueden ser momentáneamente beneficiados por una liquidación de existencias y venta de carne a precio vil (menor al costo), pero es pan para hoy y hambre para mañana. Mucha hambre para mañana.

Para todo aquél que tenga hijos y desee que vivan aquí, sabe que así no es cómo se erige un país. Sin affectio societatis, sin “garantizar los beneficios de la libertad para nosotros y para nuestra posteridad” y sin estrategia.

Reventar stocks de ganado para que Lascurain pueda pagar US$ 300 por mes es lo opuesto a una visión estratégica de futuro.

Por eso suena chocante que el gobernador de la provincia de Buenos Aires haya elogiado la medida de suspensión de exportaciones de carne[7], a diferencia de sus pares de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.

Visión Estratégica

Promover que Argentina tenga 200.000.000 de cabezas de ganado, y que los rodeos ovinos, caprinos, porcinos crezcan en la misma proporción, sí es una visión estratégica.

Les dejo el discurso del Presidente General Perón del 25/10/1973 donde nos dice qué tenemos que hacer.

Plan Trienal, Tomo 4, p. 7, 1974-1977, https://t.co/DkmMBLoyw0?amp=1

Comparemos con las medidas tomadas por Fernández, Kulfas, Español et al[8].

Nacional y Popular

Se llenarán la boca y se golpearán el pecho de que les importa la mesa de los argentinos mientras nos sacan nuestro sustento a razón del 4% mensual. No trabajan para nosotros. Son nuestros enemigos.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA). 

Publicado originalmente por Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2021/05/carne-y-el-valor-del-salario-episodio.html

 

Referencias

[1] El cálculo de U$D 28.000.000.000 lo hice sobre números provistos por el INDEC a ese momento. Meses después corrigió los números de los montos exportados. Redujo las exportaciones a U$D 54.000.000.000 en un año. Por eso sostengo que el tamaño del botín, dinero que le quitan a toda la gente del interior (una parte a los ciudadanos, otra a las empresas y otra a los gobiernos) va todo al gobierno central que se lo da a los «amigos del poder» vía el BCRA. Llama la atención la pasividad con la cual todas las provincias aceptan este abuso. En particular la provincia de Buenos Aires, la más afectada de todas. Por eso es que ponen interventores, para que controle que la provincia no se rebele.

[2] https://www.jobillico.com/blog/en/the-average-canadian-salary-in-2020/

[3] Les recuerdo que Lascurain, ex presidente de la UIA, gran aplaudidor de los gobiernos de Cristina Fernández, está condenado en primera instancia por un tribunal oral por fraude al estado. Para entender un poco la composición de nuestra élite.

[4] Proveedores:

a) banca,

b) cámara argentina de la construcción,

c) proveedores habituales de dependencias oficiales,

d) laboratorios,

e) industria automotriz.

Subsidiados:

a) petroleras,

b) mineras,

c) banca.

[5] Esos precios manipulados «cuidados» no resultan un subsidio a la calidad de vida sino a los empresarios que así pueden pagar sueldos miserables sin que se sienta «tanto». Lo describió muy bien Jorge Altamira (Partido Obrero) hace una década atrás: los subsidios al precio del boleto de colectivo no son para favorecer al trabajador sino para poder permitir que la patronal pague salarios más bajos.

[6] Décadas atrás (’50, ’60, ’70) los obreros de la construcción y de las cuadrillas de reparaciones almorzaban todos los días asado. Eran épocas en que había 3 ó 4 vacas por habitante. 66 millones de vacas cuando echaron a Perón en 1955. 58 millones en 1973. Cuando el 80% de la producción se exportaba, acá quedaba sólo el costillar, parte de los cuartos traseros, achuras, lengua. Con eso la población comía como en ningún lugar del mundo. Asado, milanesas, lengua en escabeche. Por poco dinero. Porque el negocio del frigorífico era la exportación. El costo de lo que se compraba domésticamente era el retirar los costillares y achuras del frigorífico (flete) y la comercialización (los costos y margen del carnicero). Todos felices.

El asado durante el gobierno de Carlos Menem costaba de 1 a 1,20 dólares. Hoy serían $ 155 a $ 186 el kilo. Imaginen.

Para estar hoy en la misma situación que en el período 1945-1975 necesitamos 150.000.000 de vacas. Cualquiera que no proponga eso, no lo escuchen. Patea en contra.

[7] Kiciloff está al frente de “la” provincia agropecuaria. No alcanza con sacarse fotos con retrato de Rosas atrás. Rosas fue ganadero, al punto de escribir un manual del arte, y fue uno de un puñado de hombres que generaron lo que un siglo después sería la clave de nuestra prosperidad.

El gabinete de La Plata, los diputados y senadores por PBA son interventores. A favor de la banca y en contra de los bonaerenses.

Va siendo hora de que el pueblo de la provincia se autogobierne.

[8] Creo que la razón de la suspensión de las exportaciones de carne nada tiene que ver con que al gobierno le importe que la gente coma o no.

Entrevista que me hiciera Hernán Daicich por Frecuencia Zero: https://pluralnoticias.ar/por-las-retenciones-de-2006-18-000-familias-se-quedaron-sin-trabajo/

Entrevista que me hiciera Horacio Esteban para Portal Agropecuario: https://ar.radiocut.fm/audiocut/carne-eterno-retorno-al-fracaso/

 

EN EL ESPEJO SUECO

Santiago González

La crisis del virus corona puso en evidencia que la Argentina carece de liderazgos competentes públicos y privados

La clase dirigente argentina, especialmente el Estado en sus tres poderes pero también la comunidad académica, los líderes corporativos y sindicales y la prensa, tuvo la inmensa fortuna de poder hacer frente a la crisis provocada por el virus corona con el diario del lunes en la mano. Gozó de tres largos meses de ventaja para ver lo que ocurría en Europa, para leer lo que se averiguaba y se escribía sobre el virus en el mundo, para estudiar y comparar las estrategias adoptadas por otros países. Tuvo la oportunidad de diseñar de ese modo un camino propio, tan atento a las necesidades sanitarias como a las urgencias de un país azotado por intolerables niveles de pobreza y años de recesión. Pudo atender el aviso de esta columna, que hace más de un año advirtió que la cuarentena era un lujo que una Argentina empobrecida no podía darse. Pudo haber prestado atención, especialmente, a lo que estaba haciendo Suecia, cuya estrategia ofrecía una alternativa muy apta para las apremiantes circunstancias del país.

La dirigencia argentina, toda la dirigencia, no sólo el gobierno, pudo en suma haber reaccionado inteligentemente, de manera creativa, incluso apostando especulativamente contra el ciclo. Pero no lo hizo. Temerosa, confundida, atrapada en sus laberintos ideológicos, en su cortedad de miras, en su mezquindad, en su incompetencia, pero también convenientemente untada, se acopló a las recomendaciones de los laboratorios y de los organismos internacionales manejados por los laboratorios, y hoy tenemos la economía hecha trizas, la pobreza superando el 50% de la población, y una tasa de mortalidad por el virus que se ubica entre las más altas del mundo. Y para completar el cuadro del fracaso más escandaloso que haya conocido el país en materia de gestión, carecemos no sólo de vacunas sino también de una evaluación propia sobre la calidad de esas vacunas, algo impensable en la Argentina anterior a 1983.

Me referí a Suecia, cuya experiencia los medios argentinos no mencionan y los medios internacionales fustigan con un fervor sospechosamente unánime. Bajo la conducción de su epidemiólogo jefe Anders Tegnell, un hombre que resistió abrumadoras presiones internacionales e internas con la convicción del que sabe lo que está haciendo, Suecia no impuso cuarentena alguna, ni detuvo su economía, ni bloqueó la circulación, ni suspendió las clases. Apostó a lo que suele describirse como “inmunidad de rebaño”. El gobierno se limitó a difundir recomendaciones sobre uso de tapabocas y distanciamiento, puso límites a las reuniones sociales masivas, y dispuso el cierre temprano de bares y restaurantes, más que nada para regular la dinámica de los contagios, no para impedirlos. Aparte de eso, todo siguió funcionando normalmente.

La estrategia sueca fue hostilizada por el establishment académico internacional, incluida la revista especializada The Lancet, a la que nuestros expertos y comunicadores suelen referirse con respetuosa reverencia. Una simple búsqueda en Google sobre la política sanitaria conducida por Tegnell sólo recoge comentarios negativos, de la prensa y la academia. Pero nadie explica por qué Suecia exhibe tasas de mortalidad inferiores a las del promedio de Europa, que adoptó políticas restrictivas mucho más drásticas y extendidas.

Estos son los resultados conseguidos por Suecia, en comparación con la Argentina.

Y esta es la evolución comparada de la mortalidad por millón de habitantes:

Nadie piense en alguna imaginaria excepcionalidad sueca: ellos mismos reconocen haber sido bastante descuidados en el acatamiento a las recomendaciones. Ni en una intensa campaña de vacunación: apenas un 10% de la población sueca ha sido inoculada contra el virus.

La Argentina y Suecia son vecinos en la escala mundial de países ordenados por su PBI, en los puestos 21 y 22 respectivamente. Esto quiere decir que producen más o menos la misma riqueza por año. Pero Suecia tiene un territorio infinitamente más pequeño (450.000 km2 frente a nuestros 2.780.000 km2), un clima extremadamente riguroso, y menos de la cuarta parte de la población argentina. Según cifras de 2017, su PBI per cápita es de 54.000 dólares al año frente a 14.500 de la Argentina, y aun así su clase dirigente consideró que no podía darse el lujo de una cuarentena.

 

Publicado originalmente en https://gauchomalo.com.ar/la-argentina-en-el-espejo-sueco/ , “El sitio de Santiago González”

¿DE QUÉ SOCIALISMO ESTAMOS HABLANDO?

Abraham Gómez R.

La libertad constituye la característica más esencial de los seres humanos. Le es inmanente.

Estamos conscientes que, para alcanzar la libertad, todo cuanto se ha podido —a lo largo de la historia— se ha hecho.

Innumerables dispositivos diseñados, imaginados y practicados, con la única intención de conservarla.

Nadie hipoteca, voluntaria u obsequiosamente, sus principios libertarios; por los que lucha de modo incansable. Y si en algún instante, producto de ligeras circunstancias se ve sometido, más temprano que tarde logra reivindicarse.

El Estado es una institución creada por los ciudadanos para convenir los arreglos, dirimir confrontaciones, pactar los comportamientos societales; pero jamás como entidad de supra imposición a la “condición humana”.

Los Estados cuando no tienen en sí mismos una explícita contención constitucional y/o legal cometen los peores desmanes y atrocidades contra los ciudadanos. Aunque, —a decir verdad— a veces por muy afinada que se encuentre la norma para restringir los abusos estatales, quienes administran los asuntos propios de los Estados cometen actos opresivos en perjuicio de los ciudadanos al saberse, circunstancialmente detentadores del poder, en posiciones ventajosas frente al común de la gente.

Significa además que asumen, de modo casi normal, la desigualdad de derechos ciudadanos, las inequidades sociales, culturales y económicas tanto que les parece natural no percibir las tropelías que cometen y en las que han caído.

Los Estados no se constituyen para enfrentar a los ciudadanos; de tal manera que nos resulta vergonzoso que alguien, en el presente tramo civilizatorio contemporáneo —de plena reivindicación de las libertades— quiera convertirse en émulo de Hobbes y desempolvar sus deleznables tesis; que nos permitimos sintetizarlas con la expresión siguiente “...En el gobierno de un Estado bien establecido; cada particular no se reserva más libertad que aquélla que precisa para vivir cómodamente y en plena tranquilidad; ya que, el Estado no quita a los demás más que aquello que les hace temibles. ¿Pero, qué es lo que les hace temibles? Su fuerza propia, sus apetencias desenfrenadas, su tendencia a tomar decisiones discrepantes de la unanimidad mayoritaria…” ¡Casi nada…!

Con seguridad usted coincidirá conmigo en que quienes participan en el denominado en el “socialismo del siglo XXI”, han aceptado (sin discusión) que cuando alguien pronuncie cerca la palabra solidaridad, no les causará ninguna sensación o emotividad; por cuanto, ellos han renunciado a sus libertades, al pensamiento crítico y a sus propias consideraciones.

No son más, decimos nosotros, que sustratos de indignidades, por cuanto la dignidad se explica en buena medida por la autonomía intrínseca e inherente del ser humano.

Reforcemos, hoy como ayer, el viejo enunciado que señala: “sólo el que sabe gobernarse así mismo según su principio racional resulta señor de sus acciones y en consecuencia, al menos parcialmente, un sujeto libre, es un ciudadano”.

La dignidad se basa en el reconocimiento a la persona de ser merecedora de respeto. La dignidad propugna tolerar las diferencias para que afloren las virtudes individuales con lo cual se vigoriza la personalidad, se fomenta la sensación de plenitud y el equilibrio emocional.

La práctica política, aunque orientada a la formación ideológica; basada además al ejercicio del poder para la toma de decisiones en procura de un objetivo, no implica, obligadamente, que quien haga política de entrada deja hipotecada su dignidad. Menos en un sistema político que se precie ser en esencia socialista.

Las definiciones y desenvolvimientos de regímenes socialistas han tenido sus variaciones y matices a lo largo de la historia.

Hay quienes se atreven a apuntar que ni socialismo ni comunismo propiamente tales hemos tenido hasta ahora. Sin embargo, insistimos en señalar que mientras vinculemos socialismo, conforme a sus orígenes doctrinales, con: la búsqueda del bien común, con la distribución de las riquezas, con la igualdad social (que no igualación) y con la participación regulatoria del Estado en las actividades socio-económicas; diremos que bastan estas premisas para concederle al socialismo —atenuadamente— como sistema de pensamiento y acción, un prominente basamento de dignidades; por cierto, bastante lejos de lo que atravesamos en estos tiempos aciagos en Venezuela.

La realidad impone cierta velocidad ante la cual debemos ubicarnos a tono Uno observa con perplejidad que quienes se dicen militantes del actual régimen huyen de las tareas de autocríticas, menos aceptan que se les diga que las muy pocas diligencias practicadas para el crecimiento de las ideas y la organización partidaria únicamente han tenido escasos resultados hacia adentro.

También con la intención de formular contraste directo frente al socialismo de cualquier tipo o talante diremos que la democracia, (con la que nos regustamos a pesar de sus errores e imperfecciones) no sólo queda definida como forma de organización política sino en tanto modo de convivencia y estructuración social: menos vertical, con búsquedas más igualitarias (que no igualación) de las relaciones entre sus miembros. Que, aunque sean muchos y muy variados los escenarios políticos escogidos por la gente para participar (de este o de aquel lado), prevalece el respeto y la tolerancia hacia el otro.

En fin, es la democratización: proceso desde donde se hace común y corriente el disenso que será siempre fértil, si dejamos a un lado los estigmas, exclusiones y descalificaciones.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro de la Fundación Venezuela Esequiba. Miembro del Instituto de Estudios de la Frontera Venezolana (IDEFV).

 

Publicado originalmente en Disenso Fértil https://abraham-disensofrtil.blogspot.com/