EL GOBIERNO BUSCA ADELANTAR LA RENOVACIÓN DE CUOTAS DE PESCA PARA ENTORPECER LA POLÍTICA PESQUERA DE ALBERTO FERNÁNDEZ

César Augusto Lerena*

La reciente reunión realizada en el Ministerio de Producción y Trabajo —a tres meses de la finalización del mandato de gobierno— por parte de funcionarios de Pesca e Industria, entre ellos el Subsecretario de Pesca Juan Bosch, con empresarios de la pesca, con la intención de adelantar la renovación de las cuotas de captura que recién vencen en el año 2024, es un abierto intento de entorpecer las reformas sustanciales que habrán de realizarse a partir del próximo 10 de diciembre, en el caso de confirmarse los resultados de las PASO.

Esta pretensión de postergar por quince años más las Cuotas Individuales de Captura, pretende atar de manos al próximo gobierno que tiene previsto efectuar profundas reformas en la Administración de los recursos pesqueros, entre ellas, el proceso de otorgamiento de Cuotas y Autorizaciones de Captura, para garantizar el incremento del valor agregado, la mayor generación de empleo y la radicación industrial.

Los argumentos utilizados por los empresarios y el gobierno para buscar esta postergación de los plazos aún vigentes, intentan encontrar justificativo en la ejecución del DNU 145/19, pero, estos fundamentos carecen de toda seriedad a la luz de los plazos que el referido Decreto de Necesidad y Urgencia (Proyecto, Art. 2º de la Ley Pinedo) otorga para renovar la flota pesquera: “Los límites de antigüedad establecidos en el artículo 1° de la presente ley regirán a partir del 1° de enero de 2040” (sic), por lo cual, carece de toda razonabilidad técnica no esperar los tres meses que median para la asunción de las nuevas autoridades y los términos establecidos por ley.

Por otra parte, en el Congreso Nacional, se están tratando sendos proyectos de ley de Solanas-Luenzo que dejarían sin efecto el referido Decreto 145/19, revisando el aval de Cuotas y Autorizaciones de Captura para la construcción y, propiciando otros medios y plazos, para la renovación de la flota pesquera.

Se entenderá que, tratándose estas Cuotas y Autorizaciones, de las principales herramientas que tiene el Estado para administrar, explotar, conservar y distribuir adecuadamente el recurso, seguramente se habrá de revisar esta decisión si, como a prima facie lo indican las PASO, el próximo gobierno estuviese en manos del Dr. Alberto Fernández. Aunque, es de suponer que semejante aprobación no pase el Consejo Federal Pesquero, donde los representantes de las provincias son todos originarios de Estados, donde el gobierno de Cambiemos ha perdido las recientes elecciones.

Lo mismo ocurre en lo relativo a los aranceles de importación de buques, donde los equipos técnicos del peronismo ya han estudiado los caminos necesarios para ello, de asumir el próximo 10 de diciembre.

Vísteme despacio que estoy apurado (Napoleón Bonaparte).

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Asesor en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de Entrega”) y articulista de la especialidad. 

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INSENSATA GUERRA COMERCIAL FAVORECERÁ A CHINA

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de F. Muhammad en Pixabay

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escribió hace años un libro llamado “El arte de la negociación”. Seguramente no tardará en publicar una nueva obra titulada “El arte de la confrontación”… Solo así se explica su agresiva guerra comercial contra su principal rival económico: la República Popular China (RPC). El conflicto tarifario lleva ya tiempo. Aunque la escalada del conflicto ha presentado algunas oportunidades de mercado para países emergentes, es un hecho que está destruyendo la esencia misma del comercio internacional y dejando mal parada a la propia Organización Mundial del Comercio (OMC), entidad creada para lidiar con estos temas y donde debería centrarse la discusión, en lugar de promover acciones unilaterales que provocan retaliaciones y viceversa. En fin, por ahora, la pugna tarifaria prosigue sin pausa.

La resistencia de la sociedad china está siendo puesta a prueba por la creciente fricción comercial con la administración estadounidense. Sin embargo, según datos obtenidos de varias fuentes, parece que a pesar de la presión ejercida por Washington el funcionamiento de la sociedad china sigue siendo ordenado; gobierno, empresas y gente están enfocados en hacer lo suyo. Por otro lado, el PIB de China en el primer trimestre de 2019 aumentó un 6,4%. En otras palabras: la economía ha operado en un rango razonable. La presión de los aranceles impacta en la economía china, pero no tanto como normalmente se cree.

Esta capacidad para resistir la presión es fundamental. Según “Pueblo en línea” —de la agencia de noticias de la RPC—, la presión externa de Estados Unidos no desgarrará a China, sino que ha unificado al pueblo como nunca antes. Desde su apertura económica China se abrió al mundo exterior, expandiendo sus inversiones a nivel planetario. A ello cabe agregar la consecución del magno proyecto “la Franja y la Ruta”, hoy en pleno auge y sobre la cual en su momento escribí una nota alusiva.

Además, no hay país en el mundo que pueda competir con China en el campo de la inversión privada en escala mundial, al menos en estos momentos.

Ya expresé antes y lo reitero: el conflicto iniciado por Trump ha incentivado en China la destrucción creativa, generando un enorme proceso de innovación que bien podría colocar a Beijing en el pináculo geopolítico y geoeconómico del planeta en las próximas décadas. China tiene aún muchos problemas por resolver, entre ellos el desarrollo de su inmenso espacio interior, pero es un hecho que su presencia hoy en día es global. Se está cumpliendo la segunda parte del futurista adagio de Napoleón Bonaparte: “cuando China despierte el mundo temblará”. Y no necesariamente temblará de miedo, pero sí de admiración por su notorio avance en tan poco tiempo y por las posibilidades que su mayor crecimiento brindará para la cooperación internacional y el flujo de inversiones. En definitiva: mientras China continúe haciendo lo que hace no hay nada que detenga su progreso. No importa la presión que sufra, esta no tendrá gran impacto. El camino del dragón está expedito.

Pare su tonta guerra tarifaria señor Trump, ella terminará siendo contraproducente al interés nacional de EEUU y para colmo está creando un caos mundial sin precedentes.

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, <https://www.eldeber.com.bo/opinion/La-insensata-guerra-comercial-favorecera-a-China-20190824-9575.html>

SE INCENDIA, SE INCENDIA

Sergio A. Rossi

Los incendios en el Amazonas alarman al mundo, un mundo que no siempre se alarma cuando debe, y que ni siquiera se alarma siempre y parejo ante cosas parecidas. Las alarmas tienen que ver con hechos que a veces se vuelven problemas; pero también con cómo se perciben los hechos y cómo se propagan las percepciones de los hechos. En la propagación de las percepciones inciden las muy asimétricas capacidades de transmisión y propaganda. Esa asimetría a veces muestra y a veces tapa. Muchas voces que hasta ayer negaban o minimizaban el cambio climático hoy claman al cielo por alivio, descubren lo evidente y gritan lo callado. Trato de pensar un poquito e interrogarme a contrapelo, no de los fuegos sino de voces y silencios que aturden al planeta, a la región y a la Patria.

En agosto de 2013 se hizo en Manaos el Seminario Sud Americano de monitoreo de áreas especiales. El encuentro fue un hito más en la dinámica del Consejo de Defensa de UNASUR, con la participación y el trabajo integrado de militares y funcionarios de defensa de Venezuela y Colombia, Perú y Ecuador, Bolivia y Chile, Brasil y Argentina, Uruguay, Surinam y Paraguay.

El Ministerio de Defensa de Brasil organizó aquel encuentro en la sede del CENSIPAM, Centro de protección del Amazonas. Su exposición giró en torno al funcionamiento de aquel organismo, y explicaron el trabajo integrado de las Fuerzas Armadas en el estudio y monitoreo de clima y régimen hídrico, su tarea de procesamiento e interpretación de imágenes aéreas y satelitales, y su accionar de inteligencia contra ilícitos que afectan a la región: minería ilegal, deforestación, contrabando, ocupaciones de tierras indias, narcotráfico. Brasil trabajaba, buscaba presentarse y se posicionaba como país líder en la protección de la Amazonia y la prevención del calentamiento global.

Durante las presidencias de Lula y Dilma se crearon nuevas áreas de conservación y lograron los niveles más bajos de deforestación de que se tuviera registro. El fortalecimiento de la presencia estatal, de sus capacidades militares y de la investigación científica en la Amazonia, se planteaba en cooperación con el resto de los países de la UNASUR en el marco de lo que Celso Amorim llamaba política de defensa regional disuasiva y cooperativa. El cuidado ambiental y el ejercicio de la soberanía nacional iban de la mano. Además del cuidado de la biósfera había una clara política de mostrarse como un estado capaz de cuidar su propio territorio, capacidad cuestionada desde centros imperiales desde hace décadas.

Esos cuestionamientos no siempre gozan de credibilidad, por cuanto provienen de potencias que no sólo no cuidaron sus propios recursos y ambiente, sino que han promovido un extractivismo extremo que degrada áreas enteras del planeta. Cierto ambientalismo imperial promueve la internacionalización de vastas regiones, alegando falta de interés o de capacidad de los estados soberanos, y postula la existencia de bienes públicos globales, quizás para establecer zonas ambientales reservadas para la ambición del capital trasnacional. Todos sabemos que Avengers: Infinity War, la película de Disney, no es más que un sano entretenimiento de superhéroes Marvel; pero Thanos, el más malo de los malos, justifica sus planes de exterminio poblacional afirmando que es necesario preservar ambientes planetarios para salvar un universo amenazado por la superpoblación.

Bolsonaro, que junto con Macri ha promovido la destrucción de la UNASUR y el alineamiento bobo con los EEUU, está en llamas por la cuestión ambiental, pero también amenaza hacer humo la soberanía de Brasil, arrastrando con su ruinosa política a toda la región. Las bravuconadas patrioteras y autoritarias son máscara y contracara de la resignación nacional y la balcanización sudamericana.

Un buen gesto del presidente Macri ha sido ofrecer colaboración ante los incendios forestales. Contrasta un poco con lo que ha hecho fronteras adentro, las ausencias de su ministro de Ambiente, su irrelevancia grotesca y las invitaciones a rezar ante las catástrofes. Apenas asumió trasladó las competencias de intervención ante emergencias a la órbita del Ministerio de Seguridad. El 28 de diciembre de 2015, Día de los Santos Inocentes, anunció que la coordinación del SIFEM (Sistema Federal de Emergencias) pasaría del Jefe de Gabinete también a la Ministra Bullrich.

Tras la caída del Muro de Berlín, la cooperación ante emergencias y catástrofes ha sido una de las políticas estadounidenses de softpower, una de las líneas de sustitución de la vieja y funesta doctrina de la seguridad nacional, para influenciar sobre las Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos. El modelo exportable de la FEMA mostró debilidades cuando las inundaciones de Nueva Orleans, y sus rasgos injerencistas cuando la intervención tras el terremoto en Haití. Que el Consejo de Defensa de UNASUR situara entre sus objetivos la construcción de un sistema de cooperación entre sus miembros para intervenir ante catástrofes y emergencias, tenía un objetivo humanitario, y al mismo tiempo de afirmación de nuestras soberanías.

En paralelo a sus anuncios Macri ha desfinanciado —como no se recuerda— al Servicio de Hidrografía Naval, al Instituto Geográfico Nacional y al Servicio Meteorológico Nacional, esenciales para conocer, relevar y monitorear el territorio. Trasladó desatinadamente a Seguridad la responsabilidad en Emergencias, con desmedro de competencias, recursos y capacidades de las Fuerzas Armadas. Como refutación a su propia decisión, como para mostrar que sería mejor que estuviera en la órbita de Defensa, tuvo que poner al frente de la Secretaría a un militar retirado, hombre con preparación y prestigio. Las fuerzas policiales no están diseñadas, equipadas ni entrenadas para esas intervenciones, por lo que el sistema sigue descansando en los recursos humanos y medios militares, que tienen equipos, probada preparación y larga intervención en catástrofes y emergencias.

Así como entre los ambientalistas hay algunos disfrazados que buscan diferir la depredación reservándose la exclusividad a futuro, así entre los deforestadores los hay que se visten de gente preocupada por solucionar el problema del hambre en el mundo. Sumar tierras a la producción y expandir la frontera agropecuaria, incendiar para ahorrarse trabajo de tala, quemar para que la ceniza fertilice y la cosecha venga con más fuerza, son consignas que recogen y entremezclan saberes de subsistencia que vienen del neolítico, tecnologías y modos de producción superados, con la nueva pugna del agronegocio que busca hacer en América lo que no se permite en Europa. La deforestación sudamericana no busca resolver el hambre ni la desigualdad de los sudamericanos, sino abrir más, en favor de multinacionales de comercialización de commodities, una nueva sangría de recursos naturales, como agua dulce, suelo y biodiversidad. Nuestro país conoció experiencias de otorgar tierras en la Patagonia imponiendo la necesidad de terminar con el monte para que vinieran pasturas para fomento de la ganadería, lo que terminó en degradar árboles primero y pastos después. Hoy vemos todavía, en algunos parques nacionales, viejos troncos de lenga tiznados junto a renovales que, cien años después, no han podido alcanzar el porte del bosque quemado. En la llanura chaqueña son conocidas las consecuencias del extractivismo maderero y la tala posterior del bosque degradado, con ciclos de sequía y de inundaciones. La quema de pastos en las islas del Paraná para hacer lugar a la ganadería, también ha sido consecuencia de la puja por tierras para soja, con su carga de agroquímicos asociada. No está claro que sea productivamente sostenible, y sí está claro el impacto ambiental.

Salud y hábitat, seguridad y soberanía alimentarias, se entrelazan con nuestra política exterior y de defensa. Como ha dicho el poeta, no hay destino para los que no andan unidos, ni se pueden resolver aspiraciones sectoriales sin estrategias comunes y nacionales.

Tomado de Sergio A. Rossi http://sapitorossi.blogspot.com/2019/08/se-incendia-se-incendia.html

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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