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FUERZAS ESPECIALES EN EL BLOQUE OCCIDENTAL

Comandante Espuela (Revista Tiempo GNA*)

Se estima que más de 91 países cuentan con elementos de elite. Se sabe de la existencia de otros grupos que se mantienen ocultos y se desconoce a quienes pertenecen.

 

Se ha escrito mucho sobre estos cuerpos de elite y por internet circulan decenas de vídeos referentes a estos grupos en acción. Cada país tiene su doctrina y por ser información sensible, los detalles sobre su adiestramiento es material secreto. Esta circunstancia ha formado un halo de misterio que algunas películas sensacionalistas aprovecharon para exagerar. Dejando de lado la fantasía, lo cierto es que cuando deben cumplir con una misión en el 90% de las veces lo hacen con éxito, lo que es mucho decir. La escuela de francotiradores de la Marina de los EE.UU. tiene uno de los entrenamientos para operaciones especiales más duros del mundo, a tal punto que otros ejércitos envían a sus alumnos a capacitarse en una de las cuatro escuelas de francotiradores que existen en esa nación y se estima que el Cuerpo de Marines tendría unos 300 francotiradores activos. El examen de ingreso para ser admitido dura dos días, incluye examen de aptitud psicofísica, coeficiente intelectual, natación, navegación terrestre, tiro de precisión y un ejercicio de observación nocturna. El curso tiene una duración de tres meses y prácticamente viven dentro de su traje Ghillie confeccionado con tiras de arpillera. Durante el primer mes aprenderán técnicas de enmascaramiento, emboscadas, capacidad de observación, el empleo de un transmisor, adiestramiento de memoria y agotadores ejercicios físicos. El siguiente nivel consiste en llevar a los alumnos en misiones solitarias a 6 kilómetros de un objetivo que deberán alcanzar bajo situación en los siguientes tres días. En ocasiones deberán cruzar sigilosamente pantanos de aguas estancadas con vegetación putrefacta, donde también hay insectos peligrosos y alguna serpiente. En esta etapa, la exactitud y la precisión son parte de una rutina que debe realizarse bajo tensión y agotamiento. Tendrá que arrastrarse por horas, descubrir un enemigo determinado en distancias que van desde los 300 a 1000 metros y batirlo de un solo disparo. Los blancos móviles son más difíciles y en algunos casos habrá que considerar el factor viento y la densidad del aire.

Se considera sobresaliente al alumno que se esfume entre la vegetación de la vista del instructor y elimine en el lapso asignado el blanco que le corresponde. Todos los disparos son minuciosamente registrados, cada alumno necesita al menos 28 impactos sobre 35, para calificar y excepcionalmente se admite un segundo tiro en 5 segundos. Es doctrina que deba acompañarse con un compañero que llevará un arma automática y un potente binocular, pero para ciertas misiones estará capacitado para desenvolverse solo. Al concluir el curso podrán operar en forma independiente y estarán capacitados para llevar a cabo misiones que podrían ocasionar un daño muy grave al enemigo. Los SEALs de la Armada de los EE.UU. al igual que todas las potencias militares, están capacitados para actuar en cualquier región geográfica del mundo. Si bien es una fuerza especial para operar rápidamente en todos los ambientes, sea terrestre, marítimo o hidrográfico de una guerra clásica, no hace mucho que les fueron asignadas nuevas misiones. Ellas van desde el reconocimiento estratégico en otro país, rescate de rehenes, neutralización de piratas en el mar, combate contra el terrorismo y guerra al narcotráfico. Sus métodos sigilosos, les permiten llevar a cabo golpes de mano contra objetivos, que unidades más numerosas no podrían acercarse sin ser detectadas.

Los SEALs y sus nuevas misiones

La Armada de los EE.UU. al igual que todas las potencias militares, están capacitadas para actuar en cualquier región geográfica del mundo. Si bien es una fuerza especial para operar rápidamente en todos los ambientes, sea terrestre, marítimo o hidrográfico de una guerra clásica, no hace mucho que les fueron asignadas nuevas misiones. Ellas van desde el reconocimiento estratégico en otro país, rescate de rehenes, neutralización de piratas en el mar, combate contra el terrorismo y guerra al narcotráfico. Sus métodos sigilosos, les permiten llevar a cabo golpes de mano contra objetivos, que unidades más numerosas no podrían acercarse sin ser detectadas. Se calcula que su fuerza sería de 2500 efectivos, que emplean sofisticados sistemas de armas y de comunicación. En menos de 24 hs podrían llegar a cualquier lugar del planeta y cumplir con su misión. Está considerada una de las unidades anfibias más altamente capacitadas del mundo.

Mujeres en Fuerzas Especiales

Es un fenómeno nuevo, raro y creciente en Occidente. En Polonia, Turquía, México, Inglaterra y los EE.UU, existen algunos grupos femeninos reducidos, pero también se encuentran en otras naciones y sus capacidades están bajo observación. Algunos países de Sudamérica poseen apenas un puñado de ellas. Todas son francotiradoras, pero nunca han actuado fuera de su propio país.

Un ejemplo de eficiencia son los llamados “White tigers” ó 707, un grupo de fuerzas especiales donde descansa la primera línea de defensa de Corea del Sur. Lo constituyen voluntarios jóvenes de ambos sexos de todas las ramas de las fuerzas armadas y deben ser cinturón negro en Tae Kwon Do. El otro equipo está en Filipinas, se lo conoce como “Tough nuts”, sus integrantes hombres y mujeres deben soportar un entrenamiento casi brutal diseñado para operaciones navales. Para ingresar a cualquiera de estos grupos de elite las condiciones exigidas para las mujeres son muy similares. Deben tener entre 18 a 23 años, la selección es llamada como la “semana del infierno”, donde suelen aprobar sólo el 20%. El curso estriba en tareas de reconocimiento, inteligencia, demoliciones submarinas y todo lo relativo a fuerzas especiales. La mayor exigencia física es el combate cuerpo a cuerpo que es muy competitivo.

Fuerzas Especiales más conocidas mundialmente

(El orden dado no significa nivel de importancia)

  • Los Kaibiles de Guatemala son entrenados en plena selva tropical en una muy dura instrucción con temperaturas cercanas a los 38º C. Son hábiles para moverse en pantanos con caimanes, serpientes insectos dañinos y hormigas. Cuando terminan el curso son verdaderas “máquinas de matar” que nada tienen que envidiar a otras fuerzas especiales. Fueron entrenados por militares de Chile, México, China, Colombia y los Ranger.
  • Las fuerzas especiales de Brasil “GRUMEC” pertenecen a la Marina, tienen distintas capacitaciones, pueden actuar en montaña, en la selva y como buzos tácticos.
  • Entre otras naciones de Sudamérica, Chile, Perú y Argentina cerrarían la lista.

Organización y misiones

El entrenamiento tiene puntos en común que varían de país en país y son notorias las diferencias de doctrinas entre Oriente y Occidente, incluso para francotiradores. La organización de estos elementos de elite, no supera los 10 efectivos por grupo y están capacitados para una guerra convencional. Pero la tendencia actual es que también sean empleados para combatir al terrorismo, el narcotráfico, la piratería y el crimen organizado. La mayoría de las operaciones que realizan son de corta duración y de precisión quirúrgica y un ejemplo fue cuando los SEALs, en minutos eliminaron a Osama Bin Laden, en Pakistán. Para poder ingresar a estos grupos se debe pasar por pruebas físicas muy severas y de cada 10 voluntarios habría 1 rechazo. El adiestramiento es exhaustivo, destacándose una intensa actividad física, concentración mental, combate cuerpo a cuerpo, tiro de precisión, natación, armamento, comunicaciones, guerra psicológica, paracaidismo, armado de trampas explosivas etc. El curso dura aproximadamente 11 agotadores meses y poco sueño.

Los integrantes de estos grupos están entrenados para casi cualquier misión, en especial contra el terrorismo. Generalmente visten uniformes negros con tela ignífuga, chalecos blindados con placas de cerámica y casco resistente a los impactos. Llevan pistolas ametralladoras cortas muy maniobrables, pues tendrá que moverse ágilmente dentro de las habitaciones de una casa o treparse a una terraza. El fusil de precisión sólo lo usan los francotiradores que a distancia seleccionarán los blancos. La munición que usan tiene un considerable “stopping power” para derribar a un terrorista y no traspasar paredes hiriendo personas inocentes. El calibre 9mm no es el ideal para el combate cuerpo a cuerpo a menos que tenga puntas deformables. Las escopetas 12,70 son empleadas a corta distancia con un efecto devastador y pueden destrozar cerraduras de puertas. Las granadas “aturdidoras” cuyo ruido y destello deja al terrorista fuera de acción por más de un minuto, también es parte del equipo.

Procedimiento normal

Sin información no es sensato llevar a cabo ninguna operación militar o policial, una vez que se disponga de ella, se podrá planificar el asalto. Llegar al lugar con vehículos pondrá en alerta a los terroristas, incluso descender en helicóptero no siempre es aceptado por el ruido que hacen. El engaño es la mejor opción y un equipo perfectamente entrenado (que puede estar disfrazado), atacando por sorpresa es la mejor garantía de éxito. Para ingresar a un edificio en poder del enemigo, las técnicas que se usan son las mismas que emplean los militares en combate de localidades. Para recuperar un gran avión capturado el procedimiento es diferente. La experiencia indica que las operaciones en un 90% salen distintas a lo planificado, a veces un ruido alerta a los terroristas, la cuerda que se lleva para descender es muy corta, los rehenes no están donde debían encontrarse, etc. A pesar de los muchos vídeos que circulan en internet, los detalles sobre su adiestramiento son y seguirán clasificados como secreto.

 

Videos relacionados:

Guatemala comandos Kaibiles

USMC girl fight

Entrenamiento SEALs

El G.E.O. Español

* Revista independiente para el personal de la GNA, Tiempo GNA, Nº 61, octubre de 2021.

“¿ES LA ARGENTINA UN PAÍS VIABLE EN EL SIGLO XXI?”

Heriberto Justo Auel*

Profundo y completo análisis realizado por el General Heriberto Justo Auel en marzo de 2020.

 

1. Causas y Efectos.

En las últimas décadas nos hemos preguntado, cíclicamente, si nuestra querida Patria Argentina tiene viabilidad como país independiente, en el siglo XXI. Razones no faltaron. Por cada paso hacia adelante, en estos años, hemos dado dos hacia atrás(1).

En el conjunto de los Estados que conviven en el mundo actual poseemos la séptima extensión geográfica, que se desenvuelve desde el Trópico de Capricornio hasta el Polo Sur. Consecuentemente tenemos todos los climas, extensas montañas, enormes llanuras, largas costas marítimas y la mayor plataforma submarina del continente. Debido a ello, no nos faltan insumos.

Lo que nos falta es una lúcida dirigencia y no tenemos conciencia de ello (2). Una gran mayoría de nuestros conciudadanos entiende que la causa de nuestra larga decadencia es económica-financiera y, no es así. Tenemos un gran país y una pequeña dirigencia.

Nuestros problemas socio-económicos-financieros son consecuencia de una grave y progresiva crisis dirigencial y esa sostenida situación ha llegado a la categoría de decadencia. Las causas de ésta son muy profundas y están fuera del alcance de los sentidos. Son abstractas, pero de toda evidencia para quienes tienen los sensores adecuados para percibir la naturaleza del complejo problema irresuelto (3).

2. El largo proceso de caída.

Luego de un siglo inicial —1810/1910— que fuera una verdadera epopeya heroica, plena de coraje y de éxitos que abarcaron las guerras de la Independencia y las guerras civiles, llegó la paz y con ella la rica “Primera Argentina Agropecuaria”(4). Luego, a partir del Primer Centenario, ingresamos a una continua degradación cultural, política y socioeconómica —como natural consecuencia de aquel explosivo éxito sorpresivo y admirable— en un lapso en el que Occidente, en su núcleo fundacional europeo, ingresaba a dos autodestructivas guerras civiles —1914/1918 y 1939/1945—, de cuyas graves consecuencias aún no ha salido.

La Argentina —espejo cultural de aquella Europa— no fue ajena al drama de Occidente en su núcleo duro y este drama, que aún vivimos intensamente, fue agravándose progresivamente desde 1982 —Guerra del Atlántico Sur—. Habíamos ingresado a una nueva etapa de la guerra social-revolucionaria, iniciada a principios del siglo XX.

Aquel rápido y explosivo éxito económico —que hemos citado en el párrafo anterior— llevó a la sólida y antigua dirigencia “patricia” a su zona de confort. El timón quedó en manos de “m´hïjo, el dotor”, primera generación nacional de inmigrantes, verdadera contrafigura del ejemplar pionero o bien, en algunos casos, del retoño de algunos revolucionarios-anarquistas expulsados de la Europa ensangrentada, que retenían graves resentimientos sociales y que ingresaron enmascarados con el aluvión migratorio. Así surgieron —en nuestra sociología naciente— las figuras del irresponsable Isidorito Cañones o del “ácrata violento”, antecedente directo del terrorista revolucionario de los ’70.

Si fuere necesaria una prueba de la afirmación que hemos hecho en el punto 1, en lo que hace a las causas de la caída, la encontraremos en la comparación de la forma idónea en que se resolvió la agresión revolucionaria a principios del siglo XX por parte del anarco-comunismo ácrata y la torpeza empleada por la “nueva dirigencia”, sesenta años después frente al castro-comunismo, tal como lo explicita —documentadamente— el Tcnl Dr Valiente, en “Los anarquistas y la violencia” (5).

A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, bajo el lema “Paz y Administración”, nuestra dirigencia política elaboró una Gran Estrategia con la que solucionó la sangrienta agresión revolucionaria, sin que hubiere una sola denuncia contra las instituciones estatales. Décadas después, sin tener presente a esta olvidada experiencia ejemplar y frente a una agresión homóloga, no existió ni Gran ni Pequeña Estrategia. Hubo improvisación.

Por decreto se ordenó —tardíamente— el “aniquilamiento” del enemigo que actuaba en todo el país desde quince años antes -1959/60—. A la Ley de Residencia 4144 —Ley Cané— de 1902, le acompañaron un conjunto de leyes que abarcaron todo el espectro de las actividades socio-políticas. Y la revolución violenta fracasó.

Al inicuo decreto de “aniquilamiento” —de 1974— solo le acompañó la improvisación. Con esa retardada, improvisada y errónea apertura de operaciones militares por parte de los “recién llegados”. ¿Pudo esperarse algún resultado eficiente con semejante dislate? Absolutamente, NO.

Pero cuando llegó el momento de encontrar responsabilidades por las garrafales ausencias y yerros de procedimientos, quienes tiraron la pesada piedra, escondieron la mano. Buscaron al “cabeza de turco” y así lograron la destrucción de las Instituciones, dejando abierto el camino para que el castro-comunismo llegara por vía electoral.

Y allí estamos, en manos de ignorantes e irresponsables ideologizados y fenicios, que dicen ser “científicos”.

De aquella nacionalidad emergente de una cultura definida, de valores firmes, de objetivos claros y comunes que la hizo generosa, expansiva, audaz y exitosa, ingresamos —en breve tiempo— a la sociedad actual, de valores relativizados, egoísta, contractiva y decadente, que construye pobreza, embrutecimiento espiritual y corrupción organizada, objetivada hoy en las patotas de jóvenes “rugbiers”, en violadores que asesinan niños o en politicastros cuyos máximos proyectos apuntan a las más rebuscadas falacias para alcanzar su propia impunidad —aún a pesar de la causa de “los cuadernos”—.

¿Hay conciencia —en nuestras dirigencias— que son directas responsables del vaciamiento de la identidad de los argentinos y de un Estado fallido en ciernes?

Aquella “confundida” actitud de 1983 frente al agresor revolucionario, hoy continúa. Lo terminamos de sufrir con el entredicho Fernández-Cortíñas. Ante una zapateada de quien representa al terrorismo doméstico, cuarenta años después de los hechos, un presidente vaciado de poder político arrugó vergonzosamente, anulando su propio discurso de “Paz y Unidad”. ¿Qué autoridad le resta a este funcionario contratado?

Llevamos cuatro décadas soportando un infame relato construido para premiar con homenajes al cruel terrorista ideologizado y con miles de dólares a sus familiares. El ocultamiento de esta patraña internalizada por los niños, jóvenes y jóvenes-adultos de hoy, emplea la falacia del genocidio de las dictaduras de ayer, frente a la “progresista” democracia de hoy. Lo acaba de repetir —con todas las letras— el actual Cte J FFAA al despedir al contingente de tropas que marcha a Chipre.

Vivimos la etapa pos-heroica de una narrativa absurda (6).

Entendemos que esta situación nos da una idea de la abismal distancia que existe entre la dirigencia política del siglo XIX, de aquella Argentina en acelerado ascenso, con la que tomó la posta a partir de la segunda década del siglo XX. Estas últimas, “políticamente correctas”, cuya ignorancia, caradurez y cobardía nos avergüenza cada día más, surgieron de universidades muy alejadas del concepto de “universalidad”.

Cuando en el Primer Centenario nos visitaron los intelectuales más brillantes de Occidente, dijeron que la joven Universidad Nacional de La Plata era la “Salamanca de América”. Hoy es la que condecoró a Chávez o a Hebe Pastor, por ser líderes de la ¡libertad de prensa!… ¿Qué diría Joaquín V. González, aquél sabio Rector fundador, si viviera en los años 2000? ¿Tenemos hoy —en el país— un Rector de la estatura de un Joaquín V. González?

Aquella Argentina que el mundo reconocía como una futura potencia americana a fines del siglo XX era conducida por Hombres de Honor, que no dudaban en dirimir su dignidad en un duelo. Hoy, gran parte de nuestra dirigencia arrastra escándalos inimaginables, propios de una novela de Dumas, tal como el supuesto hecho de contratar un candidato a presidente para lograr la absolución en decenas de causas penales y la recuperación de los bienes mal habidos por una expresidente, dentro de un “plan sistemático” llevado adelante por una asociación ilícita dirigida por Ella, según lo afirman los fiscales de las escandalosas causas. Entiendo que hemos llegado a lo inédito, al zenit del escándalo imaginable.

La sociedad argentina, que hasta hoy ha mirado para el costado frente a los atropellos a la Constitución y a la Ley, aun cuando lo haya hecho el mismísimo máximo tribunal del Estado, ¿continuará en esa actitud? Si así fuere, no es arriesgado expresar que La Argentina no tiene futuro —como país independiente— en el siglo XXI.

El concierto internacional —hoy altamente interconectado— no aceptará en su seno a semejante nivel de hipocresía en el Estado, que convierte al país en el santuario del crimen organizado, es decir del narcoterrorismo y al Estado Nacional Argentino en un cascarón vacío, con sus Instituciones licuadas e inhabilitadas para actuar.

3. ¿Es la Argentina un país viable en el siglo XXI?

En 1959/60 la Argentina fue “invadida” por el Norte por la guerrilla revolucionaria castro-comunista, como lo expresa el Tata Yofre en “Fue Cuba”. Desde entonces —y siempre bajo la dirección de La Habana— han transcurrido cinco campañas revolucionarias, algunas con algún éxito, otras fracasadas, pero el objetivo —tomar el poder— nunca fue abandonado por nuestro enemigo. Lo lograron por unos días en los `70, con Cámpora.

Luego del mazazo histórico que significó la derrota en el Atlántico Sur —1982—, el “entrismo” ideológico en los partidos tradicionales se aceleró y permitió que el terrorismo abandonara las armas y accediera repetidamente al gobierno de modo encubierto, por vía electoral. En 2015, sorpresivamente perdieron las elecciones, dejando en el país un enorme campo minado. La débil coalición gobernante —desde 2015— fracasó y los revolucionarios, tras una cortina de humo, regresaron dispuestos a eliminar obstáculos e “ir por todo”. Y allí estamos (7).

La hábil y encubierta comunicación social revolucionaria durante los últimos cuarenta años desarrolló una intensa política psicosocial, acompañada de una narrativa épica —el relato— que acalló a toda respuesta. Un pensamiento único cercenó la libertad ciudadana y fragmentó a la sociedad. Así aparecieron las numerosas y profundas grietas que nos llevaron a una progresiva y enorme debilidad social. Un pueblo anómico, inerte, autista, indolente, que se escandaliza ante hechos bochornosos que olvida al día siguiente, pues ya hay otro aún más dramático.

El 29 de julio de 2019, desde Caracas, el Foro de San Pablo lanzó una nueva contraofensiva revolucionaria contra los gobiernos iberoamericanos que en breve lapso la revolución había perdido por vía eleccionaria (8). Fracasaron en Perú y Ecuador y, ante esos acontecimientos, pusieron su centro de gravedad en Chile —el modelo a aniquilar—, actualmente incendiado. En Colombia, mientras tanto, operan con una estrategia fabiana que reactiva a las viejas organizaciones revolucionarias, explotando al máximo la vecindad de la Venezuela chavista, que sobrevive con el respirador artificial ruso.

4. La revolución y la impunidad en tiempos del coronavirus —Covid-19—.

Cuando llegábamos a este último punto de nuestro trabajo y nos disponíamos a cerrarlo, nos sorprendieron dos hechos. Se plantó la vieja PC que me acompañó todos los días, en los últimos quince años. En consecuencia, estuve “fuera de juego” durante dos semanas.

Simultáneamente —con este hecho administrativo— ocurrió otro de naturaleza estratégica, tremendamente trascendente y de consecuencias globales, aun impredecibles. En China apareció un microorganismo bacteriológico caracterizado por su acelerada expansión y no faltaron las voces que recordaran a las armas de destrucción masiva, las QBN (9), nunca empleadas después de Hiroshima y Nagasaki por el peligro de la autodestrucción planetaria.

Si bien nuestra dirigencia política decidió —en los `80— no tener FFAA y anular por Ley —paradójicamente la Ley de Defensa Nacional votada por unanimidad— al planeamiento estratégico militar sobre las nuevas amenazas y riesgos estratégicos posguerra fría —ya presentes— como actividad central del EMCFFAA, sorpresivamente nos llegó la agresión de un microorganismo que nos obliga —como sociedad— a prever, es decir, a pensar en mañana.

La alta probabilidad de la muerte nos obliga hoy a ser racionales y solidarios, cuando hasta ayer se buscaba vivir solo el presente y profundizar las grietas —eran las precondiciones de la ignorada revolución en curso—.

El hecho de negarnos a pensar nuestro futuro como Nación ¿fue ocasionado por ignorancia, por confusión o como propósito “revolucionario”? Nuestro Instituto estudió este tema en los ’80. Llegamos a la conclusión que había pluricausalidades, pero sabíamos que desde el Estado hubo una clara intención “revolucionaria” que, políticamente —¿o ideológicamente?— impulsó acciones perversas. Oportunamente lo comprobamos, personalmente (10). No tuvimos ni tenemos dudas al respecto.

Esa perversidad dejó a las FFAA argentinas sin misión a cumplir —inútiles, por vaciamiento institucional y presupuestario—. Y “sobre llovido mojado” se empleó a la Justicia Federal para demolerlas moralmente, transformando a este sector judicial en una burocracia corrupta y prevaricadora. Actualmente —y como directa consecuencia— el Estado argentino carece de núcleo duro y, consiguientemente de soporte de su Política Exterior y de una mínima credibilidad interna y externa. Reparemos en este detalle: llevamos 40 años demoliendo a las instituciones centrales de nuestra Constitución Nacional.

Es así como en los medios de comunicación los opinólogos hoy hablan de guerra, de miedo, de coraje, de incertidumbre, etc., pero —hasta hoy— no se escucha nada referido a la carencia de un planeamiento estratégico del Estado argentino. No hay previsiones, porque no hubo ni hay Plan Estratégico Nacional alguno. No hay Inteligencia Estratégica porque no hay planeamiento estratégico. ¿Lo sabe nuestra dirigencia? Acaso ¿no ponderábamos a los improvisadores que sacaban un conejo de la galera? ¿Vamos a aprender a no aprender? O seguiremos —porfiadamente— tropezando con la misma piedra. Eso es lo que nos señaló —acertadamente— el Dr. Sanguinetti.

La voz que corre es “busquemos tiempo”. ¿Nos dará tiempo el virus? ¿Para qué es ese tiempo? Sin duda que es para salvar a los “imprevistos” provocados por la ausencia del planeamiento estratégico en el área de la salud. Esos imprevistos NO son una falla del plan, sino de la ausencia del plan.

¿Qué hubiese hecho San Martín en Chacabuco si no hubiese “previsto” una reserva? El Libertador salvó a la batalla, ¡¡¡¡Porque tuvo un Plan!!!!

Repetimos, esto es lo que nos dijo el Dr. Sanguinetti y es lo que aún no entendemos.

A estos imprevistos absolutos que padecemos, debemos agregarles los “imponderables” que siempre aparecen. Estos no son el error de un plan, sino que ocurren… Por ello el previsor —planificador— guarda un as en su manga, una reserva. Pero nosotros no tenemos ni lo uno ni lo otro ahora, cuando nos llegó como al resto del mundo, un imponderable llamado Covid-19.

Los análisis de superficie que escuchamos —varias veces en el día— nos explican que Corea del Norte ¡es una dictadura! y que por ello tienen menos contagios y muertes que Italia o España, que son democracias. Es la natural consecuencia de la “formación” que se les ha dado a nuestros jóvenes en las últimas décadas. El “democratismo”, como todo exceso, trae sus consecuencias.

Lo que diferencia a los orientales de los occidentales, es su CULTURA, no su sistema de gobierno. Aquellos han retenido su antiquísima cultura y nosotros —en Occidente— la hemos relativizado. Ya lo expresamos en 1. Es tiempo de ver en la profundidad para encontrar lo esencial, de lo contrario nos espera el virus. Tengamos en cuenta que nuestros ancestros eran en su mayoría analfabetos, pero eran MUY CULTOS, sus valores eran fuertes y por ello fueron exitosos. Exhibían en sus moharras una frase identificatoria: “Religión o Muerte”.

Toda religión sostiene a una cultura, a una identidad. Éramos hispanos-criollos-católicos y los seguimos siendo, pero hoy aculturizados, con las familias destrozadas, actitudes egoístas y socialmente confundidos, votando a los más corruptos por entender que son los más exitosos. Nuestros valores identitarios fueron relativizados, paso a paso.

Alguien debe gritar, ahora que el susto del virus obliga a prestar atención: “¡ES LA CULTURA, ESTÙPIDOS!” y señalar que nuestra altiva identidad ha sido arrasada por la guerra revolucionaria que comenzó en 1959/60. Es esa guerra que nuestra dirigencia mira, pero no ve. Es el “entrismo” que licuó a nuestros partidos tradicionales y los dejó sin doctrinas ni líderes.

Acaba de aterrizar nuevamente en Ezeiza la Cte. Local de la contraofensiva revolucionaria subcontinental, hoy interrumpida abruptamente por el virus. Regresa —nuevamente— desde La Habana, Cuartel General de la revolución Castro comunista de Iberoamérica en los últimos setenta años. Se nos hace muy difícil suponer que no trae las nuevas directivas para aprovechar la pandemia, en función de los objetivos revolucionarios —momentáneamente contenidos— para regresar cuanto antes a la exitosa maniobra principal: desestabilizar a Piñera y lograr una nueva Constitución chilena.

En la Argentina Ella recuperó el poder, pero tiene que consolidarlo. ¿Quién ignora que Él es Ella? A Tartufo (11) deben llevarlo a la categoría de piloto de tormentas, pues aún tiene que lograr la IMPUNIDAD de Ella, cuanto antes. Para eso ha sido contratado. Hebe ayuda, abriendo la senda: le ha solicitado públicamente a ÉL, la amnistía de los “presos políticos”.

¿Cómo explotarán la situación en curso y la emergente del drama en algunos meses más, cuando se logre controlar al virus? El aparato que retroalimenta al relato —suponemos- debe estar trabajando al máximo en el CELS del “perro”. La narrativa cede frente a los hechos y necesitan recuperar a la opinión pública que empieza a dudar. ¿Cómo lograrán que la verdad no aparezca, aún en la vecindad de la muerte?

¡El microorganismo ha logrado que la Cámpora pida que el Ejército salga a la calle un 24 de marzo! Quienes conocen el entramado de las guerras de 7ma. Generación —y el “perro” lo conoce— son conscientes del peligro que corre —en estos días—- el sostenimiento del relato falaz. Hay que estar atentos al lenguaje de la antropóloga o del rusito, que “tratan” —así lo dicen, ignorando que se auto inculpan— de hacer lo que la Ley manda y hablan de “orden” y de “autoridad”, con la inmediata aclaración de que “harán respetar los derechos humanos”. Además, si fuere verdad que el rusito a pedido, de orden de su jefa, quinientos médicos cubanos para el conurbano, nuestro supuesto cobraría otro valor.

5. Lo que obligadamente deberíamos suponer.

Ella ha regresado y acortará las riendas. Consecuentemente los idiotas útiles deberán hablar mucho más a menudo y con mayor intensidad de la dictadura militar, del genocidio, de los desaparecidos y relacionar esta palabrería simbólica de un lejano pasado, con el virus. El relato falaz debe continuar. La pandemia y su drama deberían servir —como cortina de humo— para lograr la reforma judicial, antes de que cese la cuarentena, si fuere posible. La impunidad y la revolución tienen así una oportunidad inesperada. Un presidente —victorioso frente al coronavirus— debería ser respetado cuando —generosamente— anule juicios “inventados y politizados” y devuelva a sus legítimos dueños bienes incautados por una “justicia venal”. Luego —y recién entonces— Tartufo podría enfermarse y renunciar (12).

La revolución continuaría victoriosa gracias a la pandemia y la impunidad se habría logrado, pues se llegaría a la justicia revolucionaria. La oportunidad de la pregonada reforma constitucional estaría proporcionada por el virus. La revolución estaría asegurada, como en Cuba o Venezuela.

Los voceros de Ella, Aliverti, Giardinelli o Zaffaroni lo anunciaron hace tiempo, aunque nadie haya tomado en serio la advertencia.

Ricardo Auer, una de las pocas mentalidades argentinas formada en criterios geopolíticos, acaba de escribir (13): “Por lo tanto el FMI (EE.UU. y Trump) no están interesados en las hiper ganancias de los ´hedge funs´, sino que su interés primordial es que la alineación nacional de Argentina, no se dispare, vía default, hacia el campo de Rusia, China, Cuba o Venezuela”. La situación económica actual ya nos ha colocado en posición de default. Las condiciones para el “disparo” hacia el otro “campo”, están servidas, gracias al virus. ¿Qué hará Él, que es Ella?

Si fuera necesario, la revolución prolongaría la cuarentena. Sería una fórmula adecuada para evitar la reacción del electorado independiente, pensante y responsable, que es —actualmente— la única alternativa que podría evitar la maniobra revolucionaria encubierta por la pandemia.

La revolución debería actuar solapadamente y con las calles vacías. Las fuerzas del Estado —sin saberlo— serían los agentes de la revolución para la contención social-domiciliaria, mientras se alcanzan los objetivos históricos del castro-comunismo, desde el poder.

¿No es esta la quinta esencia de una estrategia de aproximación indirecta? ¿Esas maniobras que la visión lineal de Occidente NO VE y que lo mantienen de pie, pero dormido?

Más de la mitad de la población, reunida simultáneamente frente a sus respectivas “casas de gobierno”, sería un Cabildo Abierto en capacidad de defenestrar definitivamente al “estado de guerra civil revolucionario” —enquistado en los tres poderes— que nos ha impedido avanzar en las últimas décadas, arrastrándonos a la autodestrucción.

Ella y su can faldero no dejarían de considerar esa probabilidad y para evitarla —en oportunidad— cuentan con millonarios depósitos “para la política”, como lo dijo López —el de los bolsos—. Estemos atentos al “bolu..”, que es el que lleva y trae… y conduce y reparte para los entusiastas idiotas.

Así como existen estúpidos que no entienden que deben respetar el aislamiento durante la cuarentena —como lo vemos a diario—, también existen mentes extraviadas de resentidos sociales —que no vemos en los medios, pero que existen— que explotarían al coronavirus y a la deuda para satisfacer sus fundamentalismos ideológicos y hacer que la Argentina salte el cerco y “dispare al otro campo”, tal como lo han intentado —por todos los medios— en los últimos setenta años.

La viabilidad o inviabilidad de nuestra Patria Argentina en el siglo XXI, está en las manos de aquellos ciudadanos que aún no han sido cooptados por el “progresismo” de cualquier signo y retienen el “buen vivir”, en estos tiempos del coronavirus y de la deuda.

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Citas y fuentes utilizadas en este artículo

(1). H. J. Auel. “La larga guerra civil argentina y el actual estado de guerra civil revolucionario”. 09/07/2013. www.ieeba.org

(2). H. J. Auel. “La dirigencia argentina frente a los desafíos de la Seguridad Nacional en el siglo XXI”. Agosto de 2015. www.ieeba.org

(3). H. J. Auel. “La cultura y la civilización. La guerra: continuidad y cambio”. Diciembre de 2001. www.ieeba.org

(4). H. J. Auel. “Una Segunda Argentina es posible”. Mayo de 2015. www.ieeba.org

(5). A. N. Valiente. “Los anarquistas y la Violencia – Enseñanzas para el siglo XXI”. Abril de 2019. Ed. Círculo Militar. 1884.

(6). H. J. Auel. “El Estado Nacional regional frente a las amenazas estratégicas globalizadas”. Junio de 1998. www.ieeba.org

(7). H. J. Auel. “Alberto Ángel Tartufo Fernández, candidato del Foro de San Pablo”. 10/08/2019. www.ieeba.org

(8). H. J. Auel. “La contraofensiva revolucionaria iberoamericana en el 2019”. 26/11/2019. www.ieeba.org

(9). QBN: Química, Bacteriológica, Nuclear.

(10) H. J. Auel. “Las Claves de la Inseguridad Nacional”. Conferencia en el “Foro de la Ciudad”. Club del Progreso. 18/0//2018. www.ieeba.org

(11) H. J. Auel. “Alberto Ángel “Tartufo” Fernández Candidato del Foro de San Pablo”. 10/’08/2019. www.ieeba.org

(12) H. J. Auel. “La Contraofensiva Revolucionaria Iberoamericana en el 2019”. 26/11/2019. www.ieeba.org

(13) R. Auer. “Tiempo de Definiciones Estratégicas”. 04/03/2020. Infobae Digital.

 

Publicado el 08/04/2020 por el INISEG Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Global, https://www.iniseg.es/blog/seguridad/el-pasado-y-presente-de-argentina-proyecciones-y-revolucion-del-coronavirus/

ALGUNAS LIMITACIONES TERRITORIALES Y GEOPOLÍTICAS

Agustín Saavedra Weise*

Hay una realidad geográfica inmutable: los estados no pueden moverse, un país está donde está y por tanto, será beneficiario o esclavo de su ubicación geográfica. Así son las cosas; para bien o para mal, el espacio territorial nos limita o nos posibilita.

La geografía es el estudio de la superficie terrestre, sus ondulaciones, cimas, mares y contornos. Por su lado, la topografía estudia el suelo y sus irregularidades, es una rama de la geografía. Su ubicación le ofrece a los estados nacionales alternativas de ser —o sentirse— prisioneros o gananciosos y con ventajas o desventajas, según el lugar donde se encuentren, según también el desarrollo social y humano de cada país.

Bolivia es un país de tipo centrado con forzado enclaustramiento y una topografía bastante complicada que dificulta una plena integración entre regiones. A ello agreguemos cinco límites internacionales, cada uno con sus modalidades diferentes. Pudimos ser tierra de contactos, ya no lo somos ni lo seremos. La malhadada cultura del bloqueo ha alejado de Bolivia posibilidades concretas para ser eje de conexión entre océanos y regiones. Es lo real y duele, pero así están las cosas.

Recordemos sí que no existe el determinismo absoluto: el hombre puede vencer a la geografía y de hecho la venció en muchas oportunidades con el auxilio del propio talento humano y de su expresión práctica que es la tecnología. Si las montañas eran una barrera natural en el pasado, hoy no lo son por el desarrollo del transporte aéreo y porque la técnica permite perforar esas mismas montañas para construir túneles viales y ferroviarios.

Desde hace casi medio siglo —con el auxilio de Henry Kissinger y otros estudiosos de la materia la geopolítica, entendida ésta en forma simple como la relación entre poder político y asentamiento geográfico, ha sido reivindicada; sus conceptos integran hoy aspectos globales e internos, sirviendo al mismo tiempo de útil referencia para el análisis político-estratégico de determinadas situaciones en el análisis de conflictos. Además, la geopolítica es ingrediente esencial en el estudio de la política mundial y también es crucial en aspectos domésticos, tales como diseñar geopolíticamente que un país logre dominio efectivo de sus territorios vacíos, pueda ser capaz de poblarlos y desarrollarlos, etcétera.

Los Estados no son como los seres humanos; los estados están donde están y para bien o para mal no pueden moverse. Nos guste o no, Bolivia tiene que convivir con Brasil, Argentina, Paraguay, Perú y Chile; racionalmente debemos —en cada vecindario— minimizar factores adversos y potenciar los positivos.

El hecho contundente es que un país no puede evadirse de su localización, es imposible “relocalizarlo”, salvo que pretenda hacerlo sobre la base de las armas y a costa de naciones menos fuertes. No es pues del todo errado el determinismo geográfico, pese al auxilio tecnológico ahora disponible. Las naciones viven, luchan, progresan o decaen en suelo propio, no tienen chances normales de mudanza.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/algunas-limitaciones-territoriales-y-geopoliticas_245031