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1969. ARGENTINA Y EL MONO JUAN: EL PRIMER ASTRONAUTA DE AMÉRICA DEL SUR

Marcelo Javier de los Reyes*

Fuente: Facebook de la Fuerza Aérea Argentina.

El presente artículo fue publicado por el Anuario del CEID / SAEEG de 2019, en conmemoración de los 50 años del lanzamiento del primer astronauta argentino, el Mono Juan. 

La carrera espacial

La década de 1960 estuvo signada por la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Los soviéticos aventajaban a los estadounidenses en el campo espacial. El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética puso en órbita al Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia. El 3 de noviembre del mismo año, la perra Laika fue lanzada en el satélite ruso Sputnik 2. Laika fue seleccionada entre un grupo de perros “reclutados” de la calle. Le implantaron sendos sensores, uno en las costillas para medir su respiración y otro para medir su pulso en la arteria carótida. En ese momento no había forma de que Laika fuera retornada a la Tierra y se sabe que murió a las seis horas del despegue, ya que los sensores registraron un paro cardíaco. Su muerte se debió al sobrecalentamiento de la cabina y al estrés. En ese momento esta información fue ocultada.

La Unión Soviética envió al primer ser humano al espacio exterior. El 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin, tripulando la nave Vostok 1, permaneció ciento ocho minutos en el espacio. Poco después, en junio de 1963, haría lo propio una mujer, Valentina Tereshkova, quien dio cuarenta y ocho vueltas alrededor de la Tierra durante tres días.

Ante estos desafíos fue que el entonces presidente John F. Kennedy, en un discurso pronunciado el 12 de septiembre de 1962 en la Universidad de Rice, anunció que los Estados Unidos llegarían a la Luna antes de que terminara la década, lo cual se habría hecho realidad en julio de 1969.

Por esos años otros países planearon sumarse a la conquista del espacio, aunque sus proyectos no hayan tenido difusión.

Zambia anunció su programa espacial en 1964, el mismo año en que había proclamado su independencia. El proyecto, impulsado por el profesor de ciencias naturales Edward Makuka Nkoloso, quien en 1960 había fundado la Zambia National Academy of Science, Space Research and Philosophy, aspiraba a enviar a la Luna y a Marte a doce zambianos y diez gatos. Los informes de este propósito no demuestran ser parte de un programa espacial serio.

Argentina se suma a la carrera espacial

Mediante el Decreto Ley 11.822/43, durante la presidencia del general Pedro Pablo Ramírez, se creó el Instituto Aerotécnico, “constituido por el personal y todas las instalaciones, medios y elementos que integran el patrimonio de la actual Fábrica Militar de Aviones”. El Instituto Aerotécnico quedó bajo la directa dependencia de la Dirección General del Material Aeronáutico del Ejército y contaba con autonomía técnica y administrativa[1].

En agosto de 1947 fue creada la División de Proyectos Especiales en el marco del mencionado instituto la que se dedicaría a la investigación de vehículos teledirigidos y motores de cohetes.

El  ingeniero Pablo de León, en su libro Historia de la actividad espacial en Argentina, en su capítulo 13 dedicado a los “Lanzamientos en Argentina”, nos dice:

En 1959 en el Instituto Aerotécnico se planteaba la posibilidad de fabricar un cohete-sonda. En ese momento no existían aún propulsantes compuestos en el país y todavía no se había establecido contacto con fábricas del exterior, entonces se decidió utilizar un propulsante bibásico.[2]

Al frente del instituto se encontraba el comodoro Aldo Zeoli, quien se graduó como ingeniero aeronáutico en 1943 en la Universidad Nacional de Córdoba, quien fue asimilado como personal militar y enviado a realizar una capacitación en los laboratorios de la Power Jets, en Lutterworth, Reino Unido[3]. A principios de la década de 1960 el entonces vicecomodoro Zeoli fue trasladado a la Fábrica Militar de Aviones, desde donde impulsaría el nacimiento del primer cohete de investigaciones realizado en Argentina, el “Alfa Centauro”[iv]. De León señala que “Zeoli fue el jefe de todos los proyectos de lanzadores desde el Alfa Centauro hasta el Tauro, lo que lo convierte en el pionero y padre de la cohetería en el país”[4].

En abril de 1967 fue lanzado un cohete que llegó a casi tres kilómetros de altura, bastante lejos del espacio. A bordo iba Belisario, un pequeño ratón blanco de laboratorio. Fue el primer experimento hecho con seres vivos en la Argentina en su búsqueda de un camino autónomo en la investigación espacial. El destino de Belisario fue diferente al de la pobre Laika, ya que retornó a la Tierra y siguió viviendo.

Belisario, el primer ser vivo lanzado por la Argentina

El 23 de diciembre de 1969, a las 06:30 horas, se impulsó el cohete sonda Canopus II, a bordo del cual iba el mono Juan en un vuelo suborbital de ocho minutos de duración, que alcanzó una altura de 90 kilómetros, rozando el límite de la atmósfera terrestre con el espacio exterior.

Juan era un mono caí oriundo de la provincia de Misiones, capturado por la Gendarmería Nacional. Juan pesaba 1,4 kg y medía 30 cm.

Durante el vuelo fueron monitoreados sus signos vitales y luego se lo trajo nuevamente a Tierra, al igual que a Belisario. Juan iba en un asiento especial en la cabeza del cohete, en posición inclinada para que no lo afectaran las aceleraciones y desaceleraciones. Realizó el vuelo sedado ya que era necesario mantenerlo quieto, pero consciente. Cabe destacar que la cápsula también contaba con un sistema de refrigeración.

El cohete Canopus II, desarrollado en Argentina, tenía una longitud de cuatro metros y 50 kilogramos de carga útil.

El lanzamiento se hizo desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados de Chamical, en La Rioja, reabierto en 2018 luego de un relevante mejoramiento de su infraestructura que contó con un fuerte apoyo de las autoridades provinciales.

La experiencia fue llevada adelante por un equipo de ingenieros, biólogos y médicos argentinos, con tecnologías desarrolladas en el país, en el marco de un proyecto bautizado Experiencia BIO, encabezada por el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial y la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales.

Juan, el primer astronauta argentino y América del Sur

El mencionado proyecto Experiencia BIO, estuvo a cargo del ingeniero Aldo Zeoli y tenía como objetivo principal la experimentación de seres vivos en lanzamientos de cohetes así como comprobar si se podía llegar al espacio, hecho que fue comprobado con total éxito.

El aterrizaje de Juan se produjo en la salina La Antigua, a 60 kilómetros de la base de Chamical, y retornó en perfecto estado de salud.

Juan fue el primer astronauta argentino y luego de haber cumplido exitosamente su misión, vivió durante más de dos años en el zoológico de la ciudad de Córdoba, donde fue la principal atracción del mismo.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia en la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional, Universidad Nacional de La Plata. Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] “Creación del Instituto Aerotécnico”. Sistema Argentino de Información Jurídica (SAJI), <http://www.saij.gob.ar/11822-nacional-creacion-instituto-aerotecnico-lns0002152-1943-10-20/123456789-0abc-defg-g25-12000scanyel#>.

[2] Pablo de León. Historia de la actividad espacial en Argentina. Carapachay: Lenguaje Claro, 2018, 372 p.

[3] Ídem.

[4] Ídem.

[5] Ídem.

PESCA ILEGAL. ECONOMÍA Y POLÍTICA.

César Augusto Lerena*

Como todos los años las flotas china, española, coreana y taiwanesa han vuelto al Atlántico Sur a llevarse en alta mar los recursos pesqueros migratorios originarios de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA). Si bien parece el problema principal que ocurre en el Atlántico, no lo es. Hay varios problemas significativos que están interrelacionados. El primero, que da lugar a los restantes, es la ocupación británica de 1.639.900 km2 de territorio marítimo argentino y, con motivo de ello (fuera de las connotaciones soberanas), la extracción anual de 250.000 toneladas de recursos pesqueros argentinos por parte de buques extranjeros licenciados ilegalmente por Gran Bretaña, contrario a lo establecido en la Res. 31/49 de las Naciones Unidas. Ello, provoca varios efectos: la internacionalización del Atlántico; el desequilibrio del ecosistema; la quita de recursos pesqueros y económicos a un país emergente como la Argentina y la competencia desleal en el mercado internacional, en especial en la comercialización española en la Unión Europea.

La presencia británica en el Atlántico Sudoccidental, al margen de quebrantar la Zona de Paz y Cooperación de los países africanos occidentales y americanos orientales que lindan con éste, es el principal motivo de interés creciente de la pesca extranjera sin control en sus aguas, por motivos económicos y geopolíticos, en especial, cuando se trata de las flotas chinas y rusas.

El segundo, es la internacionalización del Atlántico y la extracción de recursos en forma ilegal. Entre 300 y 350 buques extranjeros extraen ilegalmente unas 750.000 toneladas de recursos pesqueros, en su gran mayoría, originarios de la ZEEA. Y, si bien, por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), esta pesca es libre para los Estados de Bandera, debe considerarse ilegal, porque se realiza sin control de ninguna naturaleza, tanto en los aspectos relativos a la sostenibilidad, como los biológicos, operativos, extractivos o de comercialización y sin una clara determinación de origen y trazabilidad. En este sentido, el destino de las materias primas son los países de los buques pesqueros o a Unión Europea, previo blanqueo del origen a través de puertos, como es el caso de Montevideo.

Por cierto, no es de esperar que esta situación se modifique a corto plazo si se siguen utilizando las ineficaces herramientas actuales, ya que los países que pescan a distancia (China, la Unión Europea, en especial España, Corea, Taiwán, etc.) no reducirán esta pesca cuando la están subsidiando.

Es obvio que esta pesca en alta mar, sin acuerdo con los países ribereños, genera un desequilibrio en el ecosistema del Atlántico Sudoccidental afectando gravemente la sostenibilidad de los recursos, por cuanto, mientras la Argentina determina anualmente las “Capturas Máximas Sostenibles”, establece cuotas de captura en base a ellas y efectúa un control de la flota nacional en la ZEEA, no ocurre lo mismo en alta mar donde, como dije, las flotas extranjeras pescan en forma creciente sin prácticas sostenibles. Incluso la eventual disminución de barcos no reducirán el esfuerzo, porque se incorporan buques más eficientes en las capturas.

En tercer lugar, los objetivos previstos en la CONVEMAR respecto a la sostenibilidad de los recursos pesqueros no se compadecen con las reglas que se establecen en ella y, entiendo, como muy favorables a los Estados de Bandera las regulaciones que contiene, que dan lugar, al poco interés de estos de regular con los Estados ribereños las capturas en alta mar. Ya me he referido que mientras Argentina tiene importantes obligaciones respecto a la conservación de sus recursos en la ZEEA, los Estados que pescan en alta mar lo hacen en forma libre y sin control externo. Ello sólo, es una insensatez biológica sin rigor científico alguno.

En cuarto lugar, la pesca en alta mar sin acuerdo con los países ribereños provoca una distorsión en los mercados, ya que la extracción de los recursos pesqueros de los citados buques extranjeros sin impuesto alguno, subsidiados y en algunos casos con “trabajo esclavo”, generan una competencia desleal con los países emergentes, cuyas empresas afrontan no solo los costos internos impositivos y laborales, sino también los aranceles de importación de los propios países que pescan en el Atlántico Sur. Este hecho, no solo es de carácter comercial, sino que afecta las economías de los pueblos y ciudades pesqueras del litoral marítimo.

En quinto lugar, esto se ve facilitado por el apoyo logístico que le prestan los puertos de Uruguay a la Pesca Ilegal, tanto la proveniente del área de Malvinas como de alta mar que transita libremente por la Zona Común de Pesca, resultante del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, firmado en 1973/4.

En este escenario, no pueden esperarse mayores sorpresas. Los países desarrollados requieren cantidades crecientes de proteína por satisfacer las necesidades alimenticias de sus poblaciones y, en lugar de concertar un intercambio adecuado con los países ribereños que disponen de las materias primas, van por ellas; ya no invadiendo sus territorios como antaño, sino apropiándose de los recursos. Un ejemplo de ello es China. No solo opera subsidiada, sino que reduce sus costos al extremo utilizando, incluso, mano de obra esclava.

El modelo que utilizan las flotas que pescan a distancia es altamente prepotente, donde subyace la presión hacia los Estados ribereños, donde sus economías son dependientes de los países que pescan a distancia.

Sorprende sí, que los países de Suramérica, entre ellos Argentina, no hayan generado mecanismos para reducir la expoliación de sus recursos migratorios.

Ya me referí a que las capturas de las ZEE y en alta mar deben abordarse en forma integral, como bien refiere la FAO. ya que una u otra pesca indiscriminada afecta al conjunto del ecosistema, rompiendo el ciclo biológico de las especies migratorias, su desarrollo y reproducción. Accesoriamente a ello, las capturas sin control en alta mar no permiten disponer de estadísticas de los descartes por pesca incidental o no comercial; pero si transpolamos datos conocidos en la ZEEA podríamos inferir que estos descartes alcanzan al 30% de las capturas, razón por la cual, podríamos estimar en 300 mil toneladas/año los descartes anuales. Volumen que le permitía a la Argentina disponer de raciones proteicas diarias para 3 millones de niños y adolescentes los 365 días al año. Por cierto, un desaprovechamiento inadmisible, frente al hambre y pobreza mundial.

Hay además una contaminación del medio marino por el descarte de residuos no orgánicos.

Los países que pescan a distancia no están preocupados por lo que pasa fuera de sus jurisdicciones y por el contrario subsidian estas actividades. Ello favorece la práctica ilegal que se realiza en alta mar. La falta de control podría además favorecer el trabajo esclavo a bordo, las prácticas relativas al narcotráfico, la evasión fiscal y tareas ajenas a la explotación pesquera de los buques extranjeros. Sin embargo, la CONVEMAR solo autoriza la aplicación de penas de prisión y confiscación de los buques a los países titulares de estos. Ello ha llevado a muchos países y comunidades a que empiecen a analizar la aplicación de sanciones penales.

No hay una sola solución al problema, sino varias herramientas que deben converger en forma simultánea con la participación de todos los Estados ribereños, en especial los de Suramérica (Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Argentina, etc.), ya que este no es solo un problema del Atlántico sino también del Pacífico. Sintéticamente menciono alguno de los temas sobre los que he trabajado en profundidad, donde los Estados ribereños deberían actuar en forma mancomunada:

  1. a) obtener el reconocimiento de los derechos en alta mar sobre los recursos migratorios originarios de las ZEE;
  2. b) actuar ante la OMC para eliminar los subsidios a la pesca a distancia o fuera de las jurisdicciones;
  3. c) propiciar que el origen y la trazabilidad y su correspondiente certificación debería estar en manos de los Estados ribereños para garantizar la sostenibilidad del conjunto del ecosistema (ZEE-ALTA MAR);
  4. d) acordar que los puertos suramericanos no presten ningún apoyo logístico a los buques que pesquen en alta mar sin acuerdo del Estado ribereño;
  5. e) establecer que los observadores a bordo y los inspectores al desembarque deben ser altamente calificados y suficientemente remunerados para evitar la pesca ilegal, la sustitución de especies y los descartes;
  6. f) firmar un Acuerdo complementario del MERCOSUR (MERCOPES) para favorecería el interés de actuar en el Atlántico Sur por parte de Brasil, Uruguay y Argentina.

Por cierto, hay otras medidas complementarias.

Los países de Suramérica deberían entender que la pesca no es solo una cuestión económica y de generación de trabajo. Es una herramienta estratégica de ocupación de espacios marinos, de población y radicación industrial, de desarrollo de regiones inhóspitas y de provisión de salud (los aminoácidos esenciales del pescado son solo comparables con la leche materna). Nada que pueda verse solamente desde una mirada productiva o ambiental. Los países desarrollados ya lo saben y, empiezan a observar con lupa, la presencia de buques fuera de sus jurisdicciones. Saquemos nuestras propias conclusiones y obremos en consecuencia: No habrá Malvinas sin Pesca y sin Pesca no habrá desarrollo del litoral marítimo argentino.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, autor de 28 libros. Entre ellos: “Malvinas. 1982-2022. Una Gesta Histórica y 40 años de Entrega. Pesca la moneda de cambio” (2021) y “Argentina. La Casa Común. La Encíclica Laudato Si’ El Cuidado de la Casa Común. Comentada” (2021).

 

FUERZAS ESPECIALES EN EL BLOQUE OCCIDENTAL

Comandante Espuela (Revista Tiempo GNA*)

Se estima que más de 91 países cuentan con elementos de elite. Se sabe de la existencia de otros grupos que se mantienen ocultos y se desconoce a quienes pertenecen.

 

Se ha escrito mucho sobre estos cuerpos de elite y por internet circulan decenas de vídeos referentes a estos grupos en acción. Cada país tiene su doctrina y por ser información sensible, los detalles sobre su adiestramiento es material secreto. Esta circunstancia ha formado un halo de misterio que algunas películas sensacionalistas aprovecharon para exagerar. Dejando de lado la fantasía, lo cierto es que cuando deben cumplir con una misión en el 90% de las veces lo hacen con éxito, lo que es mucho decir. La escuela de francotiradores de la Marina de los EE.UU. tiene uno de los entrenamientos para operaciones especiales más duros del mundo, a tal punto que otros ejércitos envían a sus alumnos a capacitarse en una de las cuatro escuelas de francotiradores que existen en esa nación y se estima que el Cuerpo de Marines tendría unos 300 francotiradores activos. El examen de ingreso para ser admitido dura dos días, incluye examen de aptitud psicofísica, coeficiente intelectual, natación, navegación terrestre, tiro de precisión y un ejercicio de observación nocturna. El curso tiene una duración de tres meses y prácticamente viven dentro de su traje Ghillie confeccionado con tiras de arpillera. Durante el primer mes aprenderán técnicas de enmascaramiento, emboscadas, capacidad de observación, el empleo de un transmisor, adiestramiento de memoria y agotadores ejercicios físicos. El siguiente nivel consiste en llevar a los alumnos en misiones solitarias a 6 kilómetros de un objetivo que deberán alcanzar bajo situación en los siguientes tres días. En ocasiones deberán cruzar sigilosamente pantanos de aguas estancadas con vegetación putrefacta, donde también hay insectos peligrosos y alguna serpiente. En esta etapa, la exactitud y la precisión son parte de una rutina que debe realizarse bajo tensión y agotamiento. Tendrá que arrastrarse por horas, descubrir un enemigo determinado en distancias que van desde los 300 a 1000 metros y batirlo de un solo disparo. Los blancos móviles son más difíciles y en algunos casos habrá que considerar el factor viento y la densidad del aire.

Se considera sobresaliente al alumno que se esfume entre la vegetación de la vista del instructor y elimine en el lapso asignado el blanco que le corresponde. Todos los disparos son minuciosamente registrados, cada alumno necesita al menos 28 impactos sobre 35, para calificar y excepcionalmente se admite un segundo tiro en 5 segundos. Es doctrina que deba acompañarse con un compañero que llevará un arma automática y un potente binocular, pero para ciertas misiones estará capacitado para desenvolverse solo. Al concluir el curso podrán operar en forma independiente y estarán capacitados para llevar a cabo misiones que podrían ocasionar un daño muy grave al enemigo. Los SEALs de la Armada de los EE.UU. al igual que todas las potencias militares, están capacitados para actuar en cualquier región geográfica del mundo. Si bien es una fuerza especial para operar rápidamente en todos los ambientes, sea terrestre, marítimo o hidrográfico de una guerra clásica, no hace mucho que les fueron asignadas nuevas misiones. Ellas van desde el reconocimiento estratégico en otro país, rescate de rehenes, neutralización de piratas en el mar, combate contra el terrorismo y guerra al narcotráfico. Sus métodos sigilosos, les permiten llevar a cabo golpes de mano contra objetivos, que unidades más numerosas no podrían acercarse sin ser detectadas.

Los SEALs y sus nuevas misiones

La Armada de los EE.UU. al igual que todas las potencias militares, están capacitadas para actuar en cualquier región geográfica del mundo. Si bien es una fuerza especial para operar rápidamente en todos los ambientes, sea terrestre, marítimo o hidrográfico de una guerra clásica, no hace mucho que les fueron asignadas nuevas misiones. Ellas van desde el reconocimiento estratégico en otro país, rescate de rehenes, neutralización de piratas en el mar, combate contra el terrorismo y guerra al narcotráfico. Sus métodos sigilosos, les permiten llevar a cabo golpes de mano contra objetivos, que unidades más numerosas no podrían acercarse sin ser detectadas. Se calcula que su fuerza sería de 2500 efectivos, que emplean sofisticados sistemas de armas y de comunicación. En menos de 24 hs podrían llegar a cualquier lugar del planeta y cumplir con su misión. Está considerada una de las unidades anfibias más altamente capacitadas del mundo.

Mujeres en Fuerzas Especiales

Es un fenómeno nuevo, raro y creciente en Occidente. En Polonia, Turquía, México, Inglaterra y los EE.UU, existen algunos grupos femeninos reducidos, pero también se encuentran en otras naciones y sus capacidades están bajo observación. Algunos países de Sudamérica poseen apenas un puñado de ellas. Todas son francotiradoras, pero nunca han actuado fuera de su propio país.

Un ejemplo de eficiencia son los llamados “White tigers” ó 707, un grupo de fuerzas especiales donde descansa la primera línea de defensa de Corea del Sur. Lo constituyen voluntarios jóvenes de ambos sexos de todas las ramas de las fuerzas armadas y deben ser cinturón negro en Tae Kwon Do. El otro equipo está en Filipinas, se lo conoce como “Tough nuts”, sus integrantes hombres y mujeres deben soportar un entrenamiento casi brutal diseñado para operaciones navales. Para ingresar a cualquiera de estos grupos de elite las condiciones exigidas para las mujeres son muy similares. Deben tener entre 18 a 23 años, la selección es llamada como la “semana del infierno”, donde suelen aprobar sólo el 20%. El curso estriba en tareas de reconocimiento, inteligencia, demoliciones submarinas y todo lo relativo a fuerzas especiales. La mayor exigencia física es el combate cuerpo a cuerpo que es muy competitivo.

Fuerzas Especiales más conocidas mundialmente

(El orden dado no significa nivel de importancia)

  • Los Kaibiles de Guatemala son entrenados en plena selva tropical en una muy dura instrucción con temperaturas cercanas a los 38º C. Son hábiles para moverse en pantanos con caimanes, serpientes insectos dañinos y hormigas. Cuando terminan el curso son verdaderas “máquinas de matar” que nada tienen que envidiar a otras fuerzas especiales. Fueron entrenados por militares de Chile, México, China, Colombia y los Ranger.
  • Las fuerzas especiales de Brasil “GRUMEC” pertenecen a la Marina, tienen distintas capacitaciones, pueden actuar en montaña, en la selva y como buzos tácticos.
  • Entre otras naciones de Sudamérica, Chile, Perú y Argentina cerrarían la lista.

Organización y misiones

El entrenamiento tiene puntos en común que varían de país en país y son notorias las diferencias de doctrinas entre Oriente y Occidente, incluso para francotiradores. La organización de estos elementos de elite, no supera los 10 efectivos por grupo y están capacitados para una guerra convencional. Pero la tendencia actual es que también sean empleados para combatir al terrorismo, el narcotráfico, la piratería y el crimen organizado. La mayoría de las operaciones que realizan son de corta duración y de precisión quirúrgica y un ejemplo fue cuando los SEALs, en minutos eliminaron a Osama Bin Laden, en Pakistán. Para poder ingresar a estos grupos se debe pasar por pruebas físicas muy severas y de cada 10 voluntarios habría 1 rechazo. El adiestramiento es exhaustivo, destacándose una intensa actividad física, concentración mental, combate cuerpo a cuerpo, tiro de precisión, natación, armamento, comunicaciones, guerra psicológica, paracaidismo, armado de trampas explosivas etc. El curso dura aproximadamente 11 agotadores meses y poco sueño.

Los integrantes de estos grupos están entrenados para casi cualquier misión, en especial contra el terrorismo. Generalmente visten uniformes negros con tela ignífuga, chalecos blindados con placas de cerámica y casco resistente a los impactos. Llevan pistolas ametralladoras cortas muy maniobrables, pues tendrá que moverse ágilmente dentro de las habitaciones de una casa o treparse a una terraza. El fusil de precisión sólo lo usan los francotiradores que a distancia seleccionarán los blancos. La munición que usan tiene un considerable “stopping power” para derribar a un terrorista y no traspasar paredes hiriendo personas inocentes. El calibre 9mm no es el ideal para el combate cuerpo a cuerpo a menos que tenga puntas deformables. Las escopetas 12,70 son empleadas a corta distancia con un efecto devastador y pueden destrozar cerraduras de puertas. Las granadas “aturdidoras” cuyo ruido y destello deja al terrorista fuera de acción por más de un minuto, también es parte del equipo.

Procedimiento normal

Sin información no es sensato llevar a cabo ninguna operación militar o policial, una vez que se disponga de ella, se podrá planificar el asalto. Llegar al lugar con vehículos pondrá en alerta a los terroristas, incluso descender en helicóptero no siempre es aceptado por el ruido que hacen. El engaño es la mejor opción y un equipo perfectamente entrenado (que puede estar disfrazado), atacando por sorpresa es la mejor garantía de éxito. Para ingresar a un edificio en poder del enemigo, las técnicas que se usan son las mismas que emplean los militares en combate de localidades. Para recuperar un gran avión capturado el procedimiento es diferente. La experiencia indica que las operaciones en un 90% salen distintas a lo planificado, a veces un ruido alerta a los terroristas, la cuerda que se lleva para descender es muy corta, los rehenes no están donde debían encontrarse, etc. A pesar de los muchos vídeos que circulan en internet, los detalles sobre su adiestramiento son y seguirán clasificados como secreto.

 

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El G.E.O. Español

* Revista independiente para el personal de la GNA, Tiempo GNA, Nº 61, octubre de 2021.