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TRAMPA DE MIEL

Revista Tiempo GNA*

Los libros de historia militar están plagados de ejemplos de cómo, los servicios de inteligencia de distintos países se valieron de mujeres como cebo para lograr un objetivo. En el cuarto libro de Moisés, la prostituta Rahab, salva la vida de dos espías de Josué que el Rey de Jericó iba a ejecutar (1405 a. C). El truco es tan viejo como la humanidad, seguirá teniendo vigencia y en la jerga de los espías se llama “trampa de miel”.

 

La “trampa de miel”, ha sido una práctica común desde hace siglos y las técnicas que han usado las mujeres espías para lograr sus objetivos, no han cambiado en lo absoluto en los últimos 3000 años. El personal femenino que trabajan en el espionaje posee habilidades que los hombres carecen; siempre tienen una excusa razonable, saben cómo escuchar, analizar, descifrar situaciones y las conversaciones de alcoba no son un problema para ellas. Aunque pueda ser discutido, por lo general los espías profesionales más talentosos son mujeres y la mayoría de los instructores para tareas de inteligencia también lo son.

La historia de la inteligencia está muy cargada de relatos de mujeres que emplearon sus “artes” para el bien de su país. Cuando una mujer está entrenada, es muy valiente tiene la visión más clara de lo que está delante de ella, la gloria y el peligro le da por igual y decididamente va a su encuentro. En ocasiones es irremplazable.

Van armadas sólo con el mortal brillo rojo de sus labios y una pequeña caja de maquillaje, listas para infiltrarse en los pasillos del poder, arrebatando secretos financieros, económicos y militares. Un general retirado de la KGB dijo que para ellas, no es un sueldo alto lo que se les paga, pero son mujeres que buscan un estilo aventurero de vida con un torbellino de fiestas, clubes e informantes potenciales de alto poder para seducir y les encanta lo que hacen.

No es una misión para tontas, tienen que ser muy inteligentes, sociables y muy seductoras para lograr fácilmente contactos. La construcción de relaciones, ganando confianza para que la persona indicada, en el momento justo pueda convertirse en informante es vital. Una mujer joven debidamente entrenada, tendrá las habilidades de una mariposa para ingresar a los círculos de empresarios más importantes.

Su presencia no infunde desconfianza y si irradia simpatía será bien aceptada. Pero el estilo de vida es demasiado exigente para aquellas que tienen hijos, por ello la mayoría de las agentes son solteras o divorciadas y su tiempo de actividad puede ser corto. 

Entrenamiento de dos años

Después del 11-S los servicios de inteligencia de potencias mundiales, comenzaron a reclutar chicas universitarias de muy buena presencia y una psicología especial, que sepan al menos dos idiomas, deben ser hermosas con una carga espontánea de simpatía para tener éxito. Sin embargo las mujeres maduras con un perfil similar, también son aceptadas pues algunos hombres casados desconfían de las más jóvenes. Las pulposas y despampanantes son rechazadas porque llamarían la atención. El prototipo que se busca crear, es el de una mujer con clase con mucha confianza en sí misma, inteligente, sofisticada, independiente, que se exprese claro, de forma interesante, que sea valiente, manteniendo un equilibrio entre una actitud distante y un interés especial. Que aparezca realzando sus rasgos con un poco de maquillaje y haciendo que su cabello resplandezca. Que cuide su silueta en el gimnasio, y le guste nadar en bikini. Sin ser exigente ni recargada en el vestuario, debe lucir elegante. Fundamentalmente debe saber usar el arte de la seducción y siempre debe tener un plan B a flor de labios para encontrar una buena excusa.

Algunos programas de capacitación especial, son tan intensos que pueden durar 10 años antes que la persona sea enviada a otro país sin que parezca un extranjero.

El entrenamiento básico dura dos años en alguna escuela secreta, donde las alumnas son llevadas en ómnibus con ventanillas cubiertas para que ignoren el lugar. Se les enseñará trabajar en ambientes hostiles y ciertas noches se las sacará de cama para interrogarlas. En ese momento deberá elaborar historias basadas en la ficción y tendrá que responder bien las preguntas que le hagan. Por ello deberá mentir y saber cuando alguien miente. El trabajo en clase cubre todo, desde psicología práctica, fotografía, leyes del país donde actuará, su geografía, etc. Aprenderá a escribir textos encriptados y cómo crear un buzón oculto para comunicarse con su contacto. Tendrá que darse cuenta cuando alguien la esté siguiendo y como perderlo. Se les enseñará robar y las técnicas del disfraz. Suministrarle a la víctima un somnífero en una bebida para después hurtar documentos mientras esté dormido no debe ser un problema para ella. Una de las pruebas consiste en hurtar documentos de una habitación de hotel que se supone ocupada, mientras los instructores observan sus movimientos.

Una PC como un teléfono celular no debe tener secretos y saber conducir un automóvil en situación crítica es una materia que se enseña.

Como parte del entrenamiento ocasionalmente se le asigna buscar una persona en otro país. Ellas saben que, con la tecnología moderna una persona puede ser rastreada, por nuevas medidas de control fronterizo y con la biometría no se puede entrar y salir de los países como antes. El tiempo que le demande encontrar al individuo que busca es apuntado por el instructor. El arma básica de estas mujeres es su seducción, por eso no todas reciben capacitación especial de defensa personal, las que son seleccionadas después de dos años de entrenamiento podrán noquear a un enemigo, conocerá de explosivos y podrá extraer una pistola de una costura invisible de su falda. Pero es un error creer que ellas participarán de tiroteos, si debe hacer uso de un arma algo habrá salido terriblemente mal.

Durante el entrenamiento básico, las alumnas más atractivas y mentalidad abierta, reciben clases de profesoras. Se les enseña a conseguir empleo como secretaria en alguna oficina de interés y se les advierte, que tendrán compañeras laborales inseguras y celosas con su presencia.

Para no representar una amenaza en su territorio, deberán ser amables con todas para ganarse la confianza y no ser rechazadas. Instructoras experimentadas les enseñarán el arte de seducción y les explicarán que una persona importante suelen averiguar los antecedentes de la mujer que les gusta, necesitará entonces de un entorno que reafirme que es honesta, de esa forma la víctima no sospechará que le estén tendiendo una trampa. Se requiere un trabajo fino muy lento que contemple varios pasos; saldrán a cenar, incluso podrán hacer un viaje de placer y ella no pedirá nada más que amistad. Cuando el objetivo haya caído en las redes, seguirá las instrucciones que le hayan dado sus superiores. En ocasiones que deba desaparecer, no es recomendable se haya enemistado con un hombre poderoso.

Estos trucos y muchos otros se les enseña. Pero lo más importante que se les inculca es no usar el sexo, prometiendo en cambio una noche de placer, lo que constituye un arma poderosa. En la emoción de una vida secreta, el sexo actúa como irresistible cebo y el fuerte carácter como el patriotismo no son ninguna defensa contra una trampa de miel bien puesta. Las profesoras conocen cómo armar estos cebos, saben de divorcios, “sábanas arrugadas” y vidas arruinadas como para trasmitir su experiencia. Ellas persuaden a las alumnas, que no es necesario acostarse con un hombre para obtener información, pero si el éxito de la misión dependiera de ello sería solo sexo, no amor puro, con ello se procura no avergonzarlas. Pero no todos los servicios de inteligencia prohíben a sus agentes dormir con el hombre investigado, si el resultado de la misión es el esperado y existe mucha hipocresía en esto. Incluso no todas las trampas de miel son heterosexuales, también hay homosexuales y resultaron tan eficaces como el uso de las mujeres como anzuelo. Cuando termina el entrenamiento todas saben la forma de atrapar sexualmente a un hombre en breve lapso sin necesidad de acostarse con él. Pero las profesoras reconocen que no siempre es posible, incluso algunas agentes cuando les conviene, violan esa norma alegremente.

Anna Chapman, espía rusa, año 2010.
De por vida

Para los experimentados profesionales del servicio secreto, un espía bien entrenado lo es toda su vida, pues para ellos las labores de espionaje son como una droga. Tienen mejor interconectadas ciertas áreas del sistema nervioso, la velocidad de conducción de las señales eléctricas del cerebro se produce a mayor rapidez y por su inteligencia son personas que tienden a ser genios.

Continuará en el próximo número…

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Artículo publicado en la Revista Tiempo GNA 71, julio de 2022.

LAS ESCUELAS DE SNIPERS

Comandante Espuela (Tiempo GNA*)

En la actualidad la mayoría de las naciones tienen escuelas para francotiradores. En las más exigentes los que califican adquieren esa especialidad y salvo algunas materias, no difiere mucho al entrenamiento de las fuerzas especiales. Todos los alumnos (hombres y mujeres) son voluntarios. 

Condiciones para ser francotirador

El aspirante debe tener desbordante salud, un excelente estado físico, fundamentalmente buenos pies y piernas, su vista no debe ser menor a 20-20. Tener nervios de acero, gran estabilidad emocional (carecer de excesivos sentimientos), ecuanimidad, sentido común y fundamentalmente mucha paciencia.

Otra de las condiciones es tener inteligencia, memoria para recordar detalles y conocimientos de balística. La mayor virtud, disponer mucha tolerancia para estar varios días al acecho sufriendo el acoso de los insectos, las inclemencias del tiempo. El mayor defecto es creerse superior al enemigo. Es una especialidad donde no se debe dejar de entrenar. Los seleccionados serán de estabilidad psicológica firme y sin sanciones disciplinarias importantes. Beber alcohol, café y fumar están contraindicados. El olor a cigarrillo puede ser olido (más aún por perro adiestrado) y cuando está encendido, puede observarse de noche a unos 200 metros. La colilla consumida arrojada sin cuidado puede ser vista en el suelo. A su vez la nicotina disminuye la visión y estaría perdiendo un 40% de su visión nocturna. Debe estar aclimatado a la zona donde deberá operar (selva, monte o montaña). Si es fumador o le gusta trasnochar en fiestas, no llegará muy lejos.

Principios para la selección hombres y mujeres por igual

Antes de una misión el jefe que debe seleccionar el equipo, del tirador y el auxiliar (observador) no sólo que goce de buena salud, sino que tengan afinidad y se entiendan bien. El compañerismo es una condición básica para que todo salga bien y ambos deberán tener el mismo sexo. En la actualidad en las FFAA la relación entre hombres y mujeres es cada vez más neutral si califican y están motivada, son mortíferas guerreras. Pero cuando se constituyan equipos, ambos deben tener el mismo sexo o habrá importantes distracciones, olvidos y los dos pueden morir. 

El perfil psicológico del francotirador

La elección de un francotirador es una tarea delicada. No sólo tiene que tener un  físico apto para la guerra y ser disciplinado, sino tener un fuerte equilibrio emocional. Una cosa es matar en el fragor de la batalla, cuando no hay tiempo para pensar, pero es muy diferente cuando hay muchas horas para recapacitar. Los instructores deben separar a los alumnos débiles de carácter, a los que quieran ser francotiradores por esnobismo, tengan ansiedades y remordimientos.

Beber alcohol o fumar está contraindicado para esta especialidad. Ser paciente es una de las virtudes más necesarias de un tirador emboscado, puede pasar horas sin moverse y ser acosado por insectos, mientras esperan el momento óptimo. Los mejores alumnos provienen de comunidades agrícolas pues son cazadores natos acostumbrados a estar solos y ocultos durante días. Son personas rudas, donde el trauma de la guerra no suele ser tan severo como a otros. La instrucción básica de un francotirador, es disparar a quien hace ademanes, lleva vigores o binoculares y los soldados lo saludan militarmente, pues indica que es alguien con jerarquía y es un objetivo rentable. Hoy en día las insignias son pequeñas y no se destacan con colores como antes. También hay una tendencia de no saludar militarmente con la mano al superior en el terreno y estos se cuidan de llevar mapas en la mano y hablar por radio en forma visible. El problema que se le presenta a nuestro comando es considerable y debe saber que los tiradores emboscados propios pueden ser utilizados para buscar al tirador enemigo.

El instructor debe interrogar al aspirante a sniper:

    • ¿Tiene temperamento irritable?
    • ¿Se enoja fácilmente?
    • ¿Le gusta cazar?
    • ¿Alguna vez ha pasado una semana entera atrás de una presa?
    • ¿Puede estar días sin televisión, ni amigos, ni celular, pero sí mosquitos y alimañas?
    • ¿Alguna vez ha ido de campamento solo?
    • ¿Le gusta trabajar en equipo.

Sobre el curso

Una de las primeras cosas que aprenden es a seleccionar blancos de altísima prioridad como los francotiradores enemigos, oficiales y servidores de armas pesadas. Luego vienen las prácticas de tiro todos los días y clases para ejercitarse a calcular distancias, el efecto del viento, presión barométrica, etc. Además ejercitarse de esas habilidades, lo principal es dominar el arte del reconocimiento del terreno, el enmascaramiento y la paciente observación. No menos importante es saber técnicas de supervivencia, inteligencia de combate, lectura de cartas topográficas y táctica. Memorizar detalles minuciosos sobre el tamaño de una unidad enemiga, uniformes, equipo y también debe saber operar un pequeño transmisor de radio. Todo es parte del curso para los que aspiran a graduarse con la especialidad de francotirador. Algunas doctrinas indican que el sniper debe tener un acompañante con un arma automática que lo proteja y en ocasiones lo pueda reemplazar. Pero para algunas misiones tendrá que operar independiente en lugares impensados, actuar con rápidos reflejos, tomar decisiones y permanecer solo durante días en terrenos hostiles sin preguntar ¿Qué hago? Por ello, ser buen tirador para batir enemigos a más 600 metros, no basta. La detección instantánea de blancos pequeños ocultos en el follaje o entre las ruinas de un edificio, es una virtud de cazador que debe adquirir. Imaginación de dónde podría estar un sniper enemigo es una condición elemental para sobrevivir. Los francotiradores tienen más posibilidades de morir que cualquier otro combatiente y raramente sobreviven cuando son capturados, lo que es un crimen de guerra. Por eso, ciertas exigencias del entrenamiento son algo mayores a tal punto que en los EE.UU. sólo un 65% suele aprobar el curso. Pero aquellos que no califiquen no son descartados, sino que logran la capacitación de “acompañante de sniper” y/o “observador adelantado” que también es una especialidad importante. En algunas escuelas, con excepción de las horas que pasan en el aula y comedor, la mayoría del tiempo, lo ocupan más arrastrándose que caminando. Por horas visten el clásico “Ghillie” que los tienen completamente enmascarados y no importa el calor del medio ambiente.

La duración de los cursos y las materias indican la calidad de la escuela, en la “Scout Sniper School USMC”, duraría dos meses y el alumno recibe la capacitación justa según sea la región geográfica donde actuará. Los rusos debido a la experiencia en la IIGM, le dan mucha importancia a los snipers y algunos cursos de esta especialidad llegan a durar un año.

Disciplina de observación

La vista de un francotirador debe acostumbrarse a los detalles tanto de día como de noche. La tarea exige gran concentración y los dos miembros del equipo deben relevarse entre sí con los binoculares cada 10 minutos y algo menos con el equipo de visión nocturno. El telescopio no debe usarse para investigar sin sentido, porque su ángulo estrecho de visión tomaría más tiempo para cubrir un área y producirá fatiga visual. El francotirador debe memorizar la ruta estudiando mapas, fotografías etéreas, o bocetos. Deberá anotar puntos de referencia como colinas, los arroyos y caminos. Debe planear una ruta alternativa en caso de que la primaria no puede usarse. Tiene que mantener la orientación en todo momento. El saber ocultarse, tener planes lograr la misión como también para replegarse a tiempo por senderos previamente estudiados, es vital para su propia supervivencia, pues la mayoría de la veces cuando son capturados se los ejecuta en el acto, lo que constituye un crimen de guerra. Por ello, aunque sea incómodo algunos debajo de su “Ghillie Suit”, llevan el uniforme de soldado. De esta manera, antes de ser capturado eliminan y esconden el primero de ellos. 

Policías snipers

Los policías también se entrenan y la diferencia radica que el curso de estos es por un período más breve, generalmente de una semana y las distancias de tiro no superan los 200 m. Pero para un policía, el rescate de rehenes no es menos complicado que para un sniper militar. Son dos situaciones distintas, en esta última también se necesitan nervios de acero pues una enorme cantidad de periodistas cubrirán la nota y estará sometido una muy intensa presión psicológica. Es decir no puede errar.

“Es erróneo pensar que se puede leer un manual, hacer algunas prácticas de tiro y creer que ya se es un sniper. Tienes que practicarlo una y otra vez, porque si lo dejas de hacer por un tiempo se pierden las habilidades. Es una aptitud perecedera”. 

* Revista independiente para el personal de la GNA, Tiempo GNA, Nº 61, octubre de 2021.