Archivo de la etiqueta: Desarrollo

LAZOS

Iris Speroni*

En una palabra: seducir.

Varias veces escuché decir, por lo general a gente con estudios y bien intencionada, que el problema de la Argentina es la Educación, con mayúscula, como un ente abstracto y autoportante. Error ya que su forma, alcance y contenido son decididos desde el poder.

Si queremos educar a nuestro gusto, para el engrandecimiento de la Nación y la felicidad del Pueblo, tenemos primero, como nos sugirió la ex-presidente y actual vicepresidente, formar un partido y ganar las elecciones. Como comprobó Donald Trump (y Juan Domingo Perón y Matteo Salvini tantos otros antes que él), muchas veces ganar las elecciones no alcanza.

Sugerí en varias oportunidades que hay que empezar a diseñar qué educación necesitamos en caso de que ganemos el poder. Estamos hoy lejos de ese punto. Muy lejos.

¿Qué hacer mientras tanto?

Propuestas de columnistas de Restaurar:

  1. EDUCACIÓN PARA LA POBREZA (@Betsiebook y @Lohengrin82),
  2. PREPPERS II (@Lohengrin82),
  3. ENDURO (mía), 
  4. SIN SECUNDARIO (mía).

Una aclaración respecto al secundario. Así como está (desde Alfonsín a hoy) es una estafa. Para las familias, que gastan dinero en el púber/adolescente que igual queda borrico; para los alumnos que salen sin las herramientas mínimas para ganarse el sustento. Por eso aplaudo la decisión del 50% de ellos (números pre-cuarentena y pre suspensión de clase por parte de las autoridades) de abandonar. Los niños no quieren ser cómplices del fraude. Ni darles de comer a toda una organización de bribones conformada por autoridades de los ministerios de Educación y de las escuelas, profesores, consejeros escolares y sindicalistas, más los que cobran del BID y BM[1]. Todas las estrategias para “retener” alumnos, no tienen por objeto enseñarles algo sino que no baje la nómina de inscriptos, variable que se utiliza para definir los presupuestos. Fue descripto con crudeza en la serie “The Wire”.

Frente a ello una opción de sentido común es que la primaria sea de excelencia y que los niños salgan con todos los conocimientos imprescindibles (“obligatorios”); tras lo cual brindar la opción de escuelas de oficios, de tal manera que a partir de los 16 años los adolescentes tengan serias oportunidades laborales bien pagas. Pero eso será cuando gobernemos. ¿Ahora? Ahora ENDURO.

Campo y Ciudad

Algunas personas del complejo y variado mundo rural sostuvieron estar preocupados por la mala prensa del sector y por la incomprensión de sus tareas por parte de la población urbana. Ensayaron varias estrategias para morigerar o combatir esta situación, con resultados flacos hasta el momento.

En el espíritu de encontrar el camino vía prueba y error, va esta propuesta modesta para empezar de chiquito a mayor.

Propuse en su momento que la educación futura —el día que seamos gobierno— tenga que incluir educación rural para el 100% de la población (una mini exposición a los contenidos de las escuelas agrarias). Probablemente quincenal o semanal. Que desde chicos todos los habitantes, aunque vivan en un departamento de dos ambientes en el centro de Buenos Aires, de Córdoba Capital o de Rosario, o vivan en una casa de un barrio de Gregorio de Laferrère, vayan periódicamente a recibir instrucción de los ciclos de la vida domesticados por el hombre, en el campo argentino.

Ver el proceso de cultivo y la preparación de los suelos. Aprender a cuidar animales. Tener en brazos un cabrito o un corderito, darle de comer a las gallinas. Fascinarse con las máquinas enormes, subirse a una cosechadora. Se busca la construcción de recuerdos felices e imborrables. Los ingredientes son i) ingresar a un mundo, en algunos casos desconocido para ellos, ii) sol, árboles, verde, extensión, diversión, iii) ponerse en una posición de cuidador y dador, que genera satisfacción y autoestima, iv) abundante y buena comida. Esto último es imprescindible. La comida fija los recuerdos en el cerebro como nada lo hace (pregúntenle a @TodosGronchos que es un experto en temas comunicacionales).

Esperar a los niños con abundante desayuno con mate de leche y tostadas con dulce de leche y manteca; mediodía asado y flan casero; tarde con pasta frola y pastelitos. Lo más importante: la cajita feliz con dulce, miel, pan casero, queso más algún muñequito alusivo. Algo para llevar a los hermanitos y tener la excusa para contar su día al resto del entorno más un memento. Los niños más grandes con el tiempo podrán aprender a ordeñar, hacer quesos y dulces, etc. Paso a paso.

Para algunos de ustedes parecerá una tontería. Ahora imaginen un niño que vive en un barrio complicado, en Quilmes o en Barracas o en las afueras de Rosario, con el papá preso, el hermano mayor drogón, la mamá que trabaja de lo que puede, y duermen cuatro hermanitos en una pieza y el muchacho o muchacha en cuestión comparte colchón con un hermanito. ¿Ustedes creen que muchos niños comen asado asiduamente? Éste día debe quedar como sinónimo de una ventana a la felicidad, un recuerdo de cariño y atención que la/lo acompañe toda la vida. Tender una mano a un futuro distinto y mejor.

¿A esa persona quién le va a imponer en el futuro algún prejuicio?

De menor a mayor

Esta idea es para aplicar a la totalidad del sistema cuando seamos gobierno. Hoy es una quimera.

¿Qué se puede hacer? Casos piloto.

Para no entorpecer el día a día de las escuelas agrarias (que no están preparadas para recibir contingentes), tratar las visitas de los colegios como “excursiones” a lugares ad-hoc. Apuntar a un día al año para cada grado. Al menos una vez en la vida. Eventualmente preparar como sedes algunos campos que se alquilen para tal fin o las sedes de las SRA’s de las localidades que puedan recibir a los grupos, armar un asado y tener animales variados para que los niños conozcan y acaricien. Eventualmente (sé que es muy complicado) que tengan contacto con caballos. Todo esto requiere buenas medidas de seguridad y seguros contratados.

Probablemente los colegios públicos de algunas provincias no puedan participar del proyecto por negativa de las autoridades, más si está el oficialismo, como es el caso de provincia de Buenos Aires. Entonces empezar por colegios parroquiales que no se opondrán, por el contrario facilitarán la puesta a punto.

Imaginen niños de Quilmes que vuelvan contentos y le cuenten a los hermanos y a los padres y a los vecinos. Ése es un verdadero nexo entre campo y ciudad.

Una vez aceitado el mecanismo, para incluir a los niños que coexisten en un sistema hostil, preparar excursiones para los fines de semana, de tal forma que puedan concurrir niños de colegios públicos. Mostrarles lo que es una jineteada. Mostrarles un desfile de algún centro tradicionalista. Que vean, anhelen, disfruten y se llenen la panza.

Las visitas anuales a la exposición de la SRA sirven; pero requieren un adulto que desee llevar a los niños. Quedan afuera aquellos que los padres: a) no tienen plata para el colectivo, b) no tienen tiempo, c) tienen prejuicios ideológicos, d) les gustaría pero creen que no es un lugar para ellos —la extrema pobreza plantea también barreras mentales—. Al tratar el tema con la escuela —o con los “referentes” del barrio, se incluyen a esos niños también. Que es el objetivo.

En una palabra: seducir. Empezar con uno o dos casos hasta que se gane confianza. No es barato, en particular si no se logra financiación oficial (que sería lo ideal). Pero, si sale bien, es una inversión a largo plazo que puede pagar mejor que muchas otras.

Todo sea por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.

FIN

 

Advertencia:

¡A no dejar que los pingüinos ganen de mano!

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas Relacionadas:

Educación para la pobreza 

http://restaurarg.blogspot.com/2021/05/educacion-para-la-pobreza.html

Preppers II 

https://restaurarg.blogspot.com/2020/04/preppers-ii.html 

Enduro

http://restaurarg.blogspot.com/2021/01/enduro.html

Sin secundario 

http://restaurarg.blogspot.com/2020/12/sin-secundario.html 

Las élites, la Nación, el pueblo

http://restaurarg.blogspot.com/2021/01/las-elites-la-nacion-el-pueblo.html

 

Nota

[1] Me van a salir con ejemplos individuales. Ciertamente mi categorización no incluye al 100% de los casos. Existen personas que reman en el dulce de leche. A esos pocos: mis respetos.

Artículo publicado originalmente el 11/12/2021 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2021/12/lazos-campo-ciudad.html

LA COMPETITIVIDAD, SIEMPRE LA COMPETITIVIDAD

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay 

A lo largo de las últimas décadas el término competitividad se ha establecido con firmeza en el lenguaje usual de centros educativos, empresarios, economistas y políticos. Se refiere en general a los múltiples temas vinculados con la función de producción y con la mejor manera de ser competitivos en pautas tanto de comercio exterior como de industrialización e innovación. Asimismo, implica necesarias modificaciones estructurales orientadas a optimizar cadenas productivas, lograr eficiencia y penetración en otros mercados.

”Tenemos que estar al nivel de la competencia” o bien “nos están obligando a ser más competitivos”, son hoy frases usuales que impulsan u obligan acciones múltiples en ámbitos privados y en el sector gubernamental. En 2021 y en los años que vendrán el que no es competitivo hoy (sea país o empresa) podría quedar fuera del mercado, creando un ambiente de consecuencias negativas múltiples, hasta con repercusiones geopolíticas si se tratare de grandes países o grandes conglomerados multinacionales.

Han habido (hay) muchísimas variantes y modelos sobre competitividad. hace ya 20 años “La Nación” de Buenos Aires reprodujo una nota del estadounidense Jeffrey Sachs relativa al tema, que bien vale la pena recordar (www.lanacion.com.ar/opinion/la-competitividad-global-nid350872/). Para el conocido economista, competitividad es la capacidad nacional de alcanzar un desarrollo económico sostenido en el mediano plazo (cinco años). No quiere decir esto que la competitividad de un país implique la falta de competitividad de otro. Con mejores acciones todos los países del mundo podrían incrementar su desarrollo en forma simultánea pero como eso no se da en la realidad, sí tiene sentido clasificar a los estados por su capacidad de crecimiento o caída ya que se compite por una masa de capital internacionalmente móvil. Cuantas más inversiones extranjeras directas coseche uno, tantas menos podrá atraer otro. Y por eso hay fuertes pujas multinacionales para atraer inversiones, aunque en algunos países sus propias ideologías son factor de rechazo, pese a la angustiosa necesidad de conseguir fondos para sus necesidades de desarrollo. Ejemplos abundan de ambos lados. Saque el lector sus propias conclusiones.

Sachs y otros expertos han determinado la competitividad de un país (su capacidad de crecimiento) basándose en tres criterios amplios: a) estabilidad macroeconómica; b) tecnología y c) instituciones públicas, resultando así un índice general de competitividad. En lo que hace a Bolivia podemos afirmar que tenemos estabilidad macroeconómica, pero fallamos mucho en materia de innovación tecnológica y de instituciones públicas. Hay falta de inventiva e iniciativas para procurar generar productos de nueva tecnología basados en la real dotación de factores que tenemos: escaso capital y mucha mano de obra. La tecnología importada es abundante en capital -por que eso es lo que sobra en las naciones adelantadas- pero no es el caso en las emergentes, dónde la angustia del momento es la falta de dinero y la creación de empleos. Y con respecto al tercer factor, debemos afirmar con preocupación que Bolivia es un ámbito de escasa seguridad jurídica; eso genera una peligrosa contrapartida que se traduce en inestabilidad institucional, irregularidades en el manejo de la cosa pública, malos procesos judiciales, etc. El conjunto aleja potenciales inversiones y desalienta las existentes, impulsando su éxodo hacia lugares más propicios.

Así, pues, la auténtica competitividad va más allá de la mera capacidad de competir; es más bien la continuidad de un proceso de crecimiento auto sostenido que bien ejercido produce el cambio cualitativo. De ahí la enorme importancia de lo que realmente significa ser “competitivo”. No solamente es cuestión de vender mejor o más barato; hace falta más, mucho más…

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/la-competitividad-siempre-la-competitividad_255809

SUGERENCIA PARA MEJORAR CALIDAD DE VENDEDORES

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

Leí poco tiempo atrás que en varios cursos locales de técnicas de mercadeo o “marketing”, en Bolivia se enseña ahora la llamada “antropología del cliente”. Se trata de un estudio integral de aquellas personas y/o grupos ansiosos de comprar cosas. Se investigan motivaciones, deseos e impulsos, agregando temas tales como características socio-económicas de potenciales consumidores de “x” producto, necesidades insatisfechas, incentivos para que se compre más, etc.

Considero realmente importante que se haya creado y se mantenga (o se amplíe) una cátedra o enseñanza de la antropología del cliente, para que así los vendedores conozcan mejor las pautas que los transformarán en eficaces ejecutivos, capaces de generar ventas y conseguir nuevos clientes.

Hasta aquí perfecto, pero ¿Y qué pasa con el lado inverso? ¿Existe la contrapartida realista de diseñar una antropología del vendedor? Sin ser experto en la materia creo que sí, sobre todo en Bolivia, donde muchos vendedores pecan por no usar hábiles incentivos y tampoco tienen ingenio para vender lo que están ofertando.

En algunos sectores de nuestro país persisten costumbres de larga data que son difíciles de cambiar e influencian conductas colectivas. Comenzando con la tradicional “casera” del mercado que advierte “no me toques los tomates si no has de comprar”, “no sigas mirando si no te vas a llevar algo” o “no te pienso rebajar nada”, hay toda una cadena de vendedores hostiles e indiferentes en lugar de ser amistosos, algo que nos asombra en una era plena de innovaciones. Y esto no solo ocurre en mercados populares.

Tiempo atrás fui a lo de un concesionario automotor con un empresario amigo interesado en adquirir un vehículo lujoso de alto precio. En función de la probable venta (seguramente acompañada de una suculenta comisión) nos asombró la apatía —mezclada con abulia— del joven vendedor. Más parecía un zombi que un profesional en estado de máxima alerta a fin de intentar concretar con éxito su tarea. Al final salimos decepcionados del lugar y mi amigo optó por una importación directa. El comentario mutuo fue que —en líneas generales y con las excepciones al caso— el vendedor boliviano aún en este tercer milenio y sea cual sea su status socioeconómico deja bastante que desear. Si de autos pasamos a tiendas de ropa, muebles, computadoras, electrodomésticos o alguna otra variante, también encontramos vendedores abúlicos que nada explican ni en nada incentivan. A ello agreguemos vendedores intrusos (y hasta ambulantes) que no dejan ni tocar ni mirar, con lo cual alejan al potencial comprador y si éste pregunta o pide ayuda, no se lo coopera, desincentivando así las ganas de adquirir algo. Increíble pero cierto, ocurre. El lector seguramente lo ha comprobado.

En esta época pandémica tan especial en materia de ofertas múltiples, nuevas creaciones, expeditas “deliverys”, consumos masivos, etcétera, las escuelas de negocios locales deberían perfeccionar sus técnicas docentes de marketing para mejorar la calidad del vendedor sin llegar obviamente al extremo de formar un vendedor pegajoso, confianzudo, falsamente cordial y hasta acosador, sumatoria tan negativa como la de ser abúlico. Y ojo, el tema no es solo presencial: con el auge de compras por internet un eximio vendedor debería ser capaz de dejar plenamente satisfecho al cliente aunque nunca lo vea en su vida.

Ojalá estas observaciones puedan ser de utilidad no solo para la economía global sino también en función de lograr tener más profesionales aptos para vender con éxito y que en simultáneo dejen satisfecho al cliente, lo dejen con ganas de volver. Todo esto es parte también del desarrollo integral de un país.

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/sugerencia-para-mejorar-calidad-de-vendedores_254862