Héctor Melitón Martínez*
La OMS (Organización Mundial de la Salud) acaba de publicar que en el año 2021 será difícil lograr la “inmunidad de rebaño” con respecto al Covid-19 (Infobae 12/01/2021).
En nuestro país, tal cual el resto del mundo no alcanzaremos la inmunidad, pero sí el rebaño, a este concepto quiero hacer referencia y algún comentario.
Los conceptos de rebaño, manada etc., en nuestra lengua castellana hacen referencia a grupo de animales de una misma especie que están o se desplazan juntos. Siempre en mis reflexiones que suelo publicar en mis grupos de Whatsapp o redes sociales trato de transmitir que es importante que dejemos de ser rebaño, no lo hago por un sentimiento individualista y anti social o egoísta, lo hago porque sobre la igualdad, virtud necesaria, es necesaria también la libertad.
Entre estos dos conceptos, igualdad y libertad hay un amplio debate sobre todo en la concepción que tienen, por un lado los sectores de la derecha, y por otro los de la izquierda, o los liberales y los socialistas.
Leyendo el libro “La Democracia en América” de Alexis de Tocqueville, habla sobre las relaciones entre libertad e igualdad, dos aspectos necesarios para la democracia que terminaba de surgir en este nuevo país (1783) y que era objeto de estudio para Europa y en particular Francia que lo envía a Estados Unidos para su análisis.
Sostiene que todo sistema democrático necesita una base sólida en lo social, una sociedad muy desigual es casi imposible que tenga un sistema democrático. Esa igualdad a la que él hace referencia es una que no se basa en los ingresos, quiere decir que a pesar de sus desigualdades, sociales, naturales, tengan las mismas condiciones de inicio, con un crecimiento armónico sostenido por el Estado, pero sin dejar de jugar la voluntad y el mérito de cada ciudadano. Ahora vemos en nuestro país la desvalorización del mérito y el esfuerzo tratando de igualar hacia abajo y confundiendo las mentes con la desvalorizada “Meritocracia”, como un valor cuestionable promovido por el orden burgués para legitimar la desigualdad. La igualdad que hace a los hombres independientes unos de otros, les hace contraer el hábito a no seguir en sus acciones particulares, más que su voluntad. Los hombres que viven con estos conceptos de igualdad, caminan por una pendiente natural que los dirige a instituciones libres. Esta igualdad tiene dos consecuencias ya que tiende a que todos los hombres quieran ser fuertes y estimados; la primera es una pasión de elevar a los pequeños al rango de los grandes (movilidad social ascendente) y la segunda, la mala, es la tendencia de los débiles a querer atraer a los fuertes hasta su nivel y que lleva a los hombres a preferir la igualdad en la servidumbre a la desigualdad en la libertad. A esta tendencia él la llama el “aborregamiento”, como tendencia negativa. Bueno este aborregamiento es similar a lo que llamamos en la actualidad rebaño
A este aspecto, y no ya tomado de Tocqueville, es la tendencia actual de la dominación hegemónica, para lo cual la igualdad hacia abajo favorece a ella.
Retomando el autor que comentamos, él sostiene que la democracia no desprecia la libertad, por el contario siente amor por ella, pero lo que ama entrañablemente es la igualdad; agrega que si los ciudadanos son casi todos iguales se les hace difícil defender su independencia contra las agresiones del poder, por lo tanto la combinación de fuerzas de todos garantiza la libertad y a esta combinación de fuerzas la denomina la soberanía del pueblo, que repudia y rechaza los más mínimos privilegios. Claro hace referencia a esa igualdad positiva y desecha la negativa. La democracia como ideal igualitario exclusivamente, nos desplaza hacia lo que llama el despotismo blando, la tiranía de las mayorías y la sumisión, el aborregamiento de las minorías.
Este concepto de aborregamiento que emplea, deriva de la palabra borrego, que tiene varias acepciones, la primera es la de un cordero joven; como adjetivo se aplica a las personas que se someten dócil o servilmente a la voluntad de otros y coloquialmente también se refiere a persona simple, necia o ignorante. Yo lo asemejo al término rebaño, al cual lo imaginamos guiado por un pastor, que en nuestros tiempos podría ser un poder hegemónico, acompañado por tecnologías de medios de difusión y una pizca importante de ignorancia y falta de interés de los integrantes del rebaño.
Por eso sostengo que la mejor defensa contra la libertad es el conocimiento, que se logra por medio de la educación y también de la igualdad, pero la que se logra con idénticas posibilidades de inicio, derecho de todo ciudadano, y que debe ser una obligación del Estado brindarlo y garantizarlo, y no la igualdad que nos intentan imponer nivelando hacia abajo, para aborregarnos y dominarnos aprovechando la gran influencia que brinda la tecnología comunicativa en la transmisión del marketing y propaganda partidaria.
Por último, formar un ciudadano con capacidad de discernir, con espíritu crítico basado en el conocimiento y no en simples opiniones o eslóganes, con igualdad ante la ley, y dejando de ser un rebaño y peor, un aborregamiento. Intentemos ser mayores de edad.
* Profesor de Grado Universitario y Licenciado en Ciencia Política graduado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Coronel (R) del Ejército Argentino.
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