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SUELDO MEDIO DE 1.500 DÓLARES

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)

El objetivo de la nueva economía argentina deberá ser el pleno empleo.

Hace 10 años que la economía argentina no crece.

Hace 40 años, desde que perdimos la Guerra del Atlántico Sur, que estamos atrapados en un modelo de país que sólo produce pobreza, retraso, desocupación, tristeza.

No es casual.

Hubo un plan desde los diferentes gobiernos de desindustrializar al país y eliminar o deteriorar la infraestructura que nos fortalece. Los interventores que ofician de gobernantes aplicaron un plan general de debilitación. Y lo aplicaron en todos los frentes. En el escenario internacional, al bajar el perfil desafiante de nuestro país que sostuvimos desde la segunda presidencia de Roca hasta 1982; al someternos a Brasil, al destruir las industrias, la educación, la salud, la paz social; y toda posibilidad de progreso. ¿El último caso? El ataque sobre las posibilidades de exportación de software. Argentina invirtió millones en la educación de programadores, desde la década del ‘50 a hoy. Finalmente, en el siglo XXI, Argentina comenzó a vender al exterior sus desarrollos de software. Nuestros creativos y dúctiles profesionales aprovecharon una ventana. Rápidamente, los argentinos ofrecieron sus productos y lograron colocarlos. Lamentablemente, hace 10 años que el tipo de cambio está atrasado. Hoy el BCRA paga 95 pesos lo que vale 178 y se queda con la diferencia. Si las empresas de software cobraran sus dólares cuando exportan, podrían pagarle y bien a su personal calificado. A 95 pesos es imposible. Así el gobierno destruye una actividad que podría ser floreciente.

Trabajo

Ya sabemos qué ofrece la socialdemocracia en cualquiera de sus formas: frente de todos, frente para la victoria, juntos por el cambio, cambiemos, Massa con su avenida del medio, todos ellos. Es una única oferta de desindustrialización, subordinación a Brasil, pobreza, dádivas del gobierno de turno en forma de planes sociales, desocupación, desmoralización de la población, enfermedad, ignorancia. Mientras, nos distraen con frivolidades que importan de la ONU, Davos, Unión Europea, las universidades yanquis o Suecia. Ya los conocemos.

El tema no son ellos, los actuales gobernantes. Sabemos que no tienen nada que ofrecernos. Porque no saben qué hacer y tampoco les importa. Sólo quieren robar. Pero si quisieran mejorar la situación, no podrían. Porque no conocen el país, no tienen herramientas para dar un timonazo, no querrían tomarse las molestias que eso implica. Peor aún, no están dispuestos a pelearse con sus mandantes. Para cambiar el rumbo y comenzar a crecer y generar trabajo hay que pelearse con quienes los pusieron en los lugares donde están. No lo van a hacer. Nunca.

Por lo tanto, nos tendremos que ocupar nosotros. Por lo pronto, sabemos que no impondremos la agenda 2030. Ya es algo. Pero lo más importante es explicarle a la población qué significa dejar de confiar en quienes gobernaron los últimos años y darle un voto a quien propone un plan estratégico de crecimiento nacional. ¿Significará esfuerzo y pasar más hambre que ahora? ¿O se vislumbra un futuro mejor?

Por lo tanto creo que hay que ser concreto.

El objetivo de la nueva economía argentina deberá ser el pleno empleo (para la totalidad de las personas adultas que deseen trabajar). Desocupación cero[1]. Salario medio de US$ 1.500 mensuales[2], con un salario mínimo de US$ 900 a US$ 1.000. Que el 80% de la población gane entre el mínimo y US$ 2.500 mensuales.

Así que vamos de nuevo. Queremos un gobierno que genere las condiciones para que haya pleno empleo, que éste sea 100% formal y que la competencia por contratar personas lleve el sueldo promedio a US$ 1500.-

Estos ingresos de los asalariados repercutirán en el comercio por un aumento de demanda de bienes y servicios y entraremos así en un ciclo virtuoso. 

Medidas para llegar al objetivo

Eso no sucederá espontáneamente. Por lo pronto hay que remover las trabas actualmente instaladas por los gobernantes que tienen por objeto que no haya pleno empleo. Tener una masa de desocupados es muy útil para los políticos. Debilita a los sindicatos. Somete con miedo a los trabajadores. Genera una masa de cientos de miles de personas que dependen del cheque estatal para vivir.

Lo primero que hay que hacer es estimular a las exportaciones argentinas. Ése es el único motor posible de la economía hoy. Se logra con un tipo de cambio competitivo, la eliminación o sustancial reducción de los derechos de exportación, eliminación de todo impuesto a la energía y combustible como medidas inmediatas. Eliminación de trabas burocráticas en Aduana y SENASA.

A mediano plazo: inversión en infraestructura que permita una caída de los costos de los fletes. Reconstruir los FFCC tanto para cargas como para personas, generar las condiciones para la existencia de flota fluvial y marítima privada, reabrir nuestros astilleros.

Esto, en cuanto a las exportaciones.

En cuanto al mercado de trabajo. Eliminar los impuestos al trabajo, tanto los descuentos al trabajador como las contribuciones patronales. El costo de salud debe ser solventado por el Ministerio de Salud (más allá de que los sindicatos continúen con su administración de las obras sociales sindicales). El costo del PAMI debe recaer sobre la espalda del Estado Nacional, no sobre los trabajadores o empleadores. Eliminar todo otro cargo excepto la jubilación (que deberá tener alícuotas inferiores a las actuales). Eliminar el impuesto a las ganancias sobre el salario porque el salario no es ganancia.

El otro punto son los juicios laborales. Desactivar en su totalidad la industria del juicio.

Por lo tanto, con un aumento de la actividad económica, la reducción de los impedimentos para la contratación de gente, y un aumento del salario de bolsillo al eliminar las deducciones, crecerá el empleo formal y el salario medio.

La Conquista del Desierto

La población está concentrada en Buenos Aires y su cordón suburbano, más algunas pocas ciudades más: La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Rosario, Córdoba. Aún en provincias como Neuquén, la mitad de la población se condensa en su capital.

Las personas van a donde puedan ganarse la vida. No hay misterio ahí. El desafío ahora es generar condiciones para vivir en pequeños pueblos o en el campo.

Esto requerirá: en primer lugar inversión en infraestructura (que requiere trabajo) para que sea atractivo vivir en esas localidades. En resumen: civilización. Red de fibra óptica, red ferroviaria, electricidad ya sea de red o autogenerada, frigorífico, usina láctea. Inversión pública: escuela, centro médico, comisaría, juez de paz, sucursal Banco Nación.

Los otros puntos son: a) conectividad; de tal forma de permitir el trabajo a distancia en el interior del país; b) forestación. Reservar que un porcentaje de la tierra de riego que incorporemos a la economía nacional sea dedicada a la forestación. Y no la porquería que plantan los chilenos, que se incendia cada dos por tres, sino árboles nobles. Árboles que serán fortunas dentro de tres generaciones porque nadie en el mundo tendrá cedros o robles. Eso podrá (o no) recibir subsidios de la ONU a través del BM. c) producción artesanal o de alto precio por hectárea; insume mano de obra, es contracíclica de los grandes cultivos, genera ingresos.

Nuevos Trabajos

Además de modificar la educación tradicional, sobre lo que ya se ha escrito largo y tendido (colegios industriales, peritos mercantiles, programación de sistemas, volver al magisterio para formar maestros de escuela primaria), hay que reabrir escuelas de oficios. Tanto para los adolescentes (primaria más escuela de oficios de dos años), como para adultos (tres o seis meses, según el caso).

Propuestas:

  • plomería.
  • electricista
  • albañilería.
  • techista/tejista.
  • colocador de durlock.
  • pintor.
  • colocador de alfombras/azulejos/pisos.
  • conductor de vehículos utilitarios.
  • colchonero[3]
  • confección de indumentaria.
  • zapatero.
  • mecánico.
  • marinero raso/pesca.
  • constructor de hornos de barro.
  • soldador.
  • maestros queseros/pasteleros/panaderos/pizzeros/choricero.
  • carpintero, colocador de aberturas en obra.
  • colocador de fibra óptica.
  • acuicultura.
  • cría de animales pequeños de corral.
  • huerta/frutas.
  • jardinería.
  • alambrador.
  • herrero.

Imaginen la cantidad de trabajadores especializados se necesitan para rehabilitar o construir de cero miles de viviendas para recolocar a la mitad de la población. Y la infinidad de edificios públicos que hay que construir y mantener.

A estos oficios se agregan los que imparten las empresas, como el FFCC, que requiere de muy diferentes calificaciones, las imprentas, los prestadores de servicios públicos, o cualquier empresa industrial que debe instruir a sus ingresantes. Años atrás, gran parte de estos oficios, se aprendían en las escuelas de suboficiales de las Fuerzas Armadas. O tempora, o mores!

En resumen: pleno empleo, buenos salarios y volver a ser felices.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] En economía se denomina desocupación cero a la ocupación friccional, que ronda el 1%. Es la cantidad de desocupados que hay entre que se van de un trabajo y entran a otro. Cuando yo era chica, en los ‘70, todos los negocios del Once tenían un cartelito “se busca empleado”. Ni siquiera se publicaban avisos en el diario porque era un costo para que casi no se presentara nadie. Otras épocas. Esa misma situación la vi en NY durante el gobierno de Clinton. Para el que vende su trabajo, son tiempos felices.

[2] Son $ 167.000 mensuales de salario promedio. Piensen lo que serían los restaurants, los concesionarias de automóvil, las ventas de vaqueros y zapatos con un sueldo medio de esos montos. No es tan delirante. El sueldo medio durante el gobierno de Menem llegó a US$ 868, que si le agregamos la inflación en dólares, es más o menos US$ 1.400 de hoy.

[3] Cuando yo era chica los colchones eran de lana cardada, el exterior de cotín, todo cosido con hilos fuertes. Periódicamente venía “el colchonero” con una máquina de madera y hierros a la que yo llamo cardadora, pero tal vez tenga otro nombre. Pasaba toda la lana, eliminaba la sucia, agregaba nueva y con tela flamante, hacía todo de cero.

Son colchones infinitamente superiores a los que utiliza la mayoría de la población hoy, de goma pluma finita, la cual es inflamable y no facilita un buen descanso.

Por otro lado, en los últimos años se multiplicó la cría de ovinos en la pampa húmeda. A diferencia de los lanares patagónicos que se crían por su lana y obtienen excelentes precios internacionales, nuestros animales pampeanos tienen destino de frigorífico. Según algunos criadores, la lana es un problema. Les pagan poco y a veces hasta la dan gratis a cambio de que les esquilen las ovejas.

Así que se me ocurrió la idea, no sé cuán razonable es, de que esa lana se puede usar para hacer colchones. Enseñar el oficio. El costo del cotín y de la lana en vellón no es caro. Por lo que las personas más humildes pueden tener un colchón de primera calidad por poca plata. Y es un oficio altamente superior a, por ejemplo, cartonero; si bien todo trabajo es digno. Tal vez, las asociaciones de criadores de ovejas puedan explorar esta idea y financiar la capacitación de estas personas. O los fabricantes de tela cotín. Se pueden buscar créditos (provinciales, por ejemplo) para que los futuros colchoneros compren las máquinas cardadoras (símil el plan Ahora 24), y que, incluso, los vecinos puedan pagar los colchones en cuotas. En fin, es una idea. Los colchones de lana son insuperables. Tenemos algodón para el cotín, tenemos lana y tenemos gente que necesita trabajo y aprender un oficio. Más importante aún: tenemos gente que duerme sin un buen descanso. Es cuestión de buscarle la vuelta. Antes de que lo haga Palermo Sensible y tengamos tilingas haciendo colchones a US$ 14.000 cada uno.

Publicado originalmente por Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2021/08/sueldo-medio-de-1500-dolares.html

 

RECOGER EL GUANTE

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)*

Todas las medidas económicas que se han tomado han sido para destruir años de acumulación de capital, tanto físico como humano.

 

El jueves un movilero de LN+[1] entrevistó a una señora que pertenece al grupo político “Polo Obrero”.

https://lnmas.lanacion.com.ar/video/hora-17-8-julio-2021-vid25164361/  

A partir de 4’40” hasta 15’35”. Una joyita. Escuchen con atención.

La mujer se expresó con propiedad y precisión sobre sus cuitas y reclamos al gobierno. Trataré de hacer un —indefectiblemente inexacto— resumen.

  • Reponer en la nómina compañeros que habían sido desafectados.
  • Subir el monto unitario del beneficio (inflación).

(Hasta acá, de esperar).

  • Que los planes sociales no sirven, que lo que se necesita es trabajo formal, que tenga obra social y aportes jubilatorios.

(Bien la señora. Ahora lo más interesante).

  • Que el gobierno usa a los beneficiarios para bajarle el sueldo (o dejar que se licúe con inflación, agrego yo) a los trabajadores formales del estado. Gran parte de las tareas asignadas al Polo Obrero consisten en trabajos en municipios o de limpieza en el Hospital Posadas (nacional).

Muy bien resumido por la señora. A ellos les pagan monedas y los mantienen como ejército de desocupados frente a los reclamos sindicales del personal de maestranza. Win-win para el gobierno. Pobreza eterna para los “beneficiarios”.

Lo que confirma todas las apreciaciones que hice en su momento sobre los planes sociales. Son una cuña para separar a los trabajadores formales de los precarios. Sirve para debilitar al sindicalismo. Son maniobras de países ricos, no de pobres. Planes sociales tiene EEUU (50 millones con Obama), Italia, Francia, Inglaterra, Suecia, Holanda, Dinamarca.

Con un PBI como el nuestro, lo que hay que hacer es trabajar; no mantener personas forzadamente fuera del mercado laboral.

Acá estamos, a mediados del 2021, sin trabajo para una población escasa en una enorme extensión, con inflación y sin salida a la vista.

Evidentemente con la democracia no se cura, no se educa y definitivamente no se come.

Desde Alfonsín a hoy el país va para atrás[2]. Todas las medidas económicas que se han tomado han sido para destruir años de acumulación de capital, tanto físico como humano. Si en algún momento se da una mejora (Menem) es temporaria y rápidamente revertida. Hace 10 años que el país decrece sin solución de continuidad.

Todas las medidas que toma el régimen socialdemócrata, omnipresente en todos los partidos con asientos en el congreso, son para la demolición del país y no su reconstrucción.

Una tras otra vemos las medidas para el deterioro de la infraestructura pública, ya sea por falta de mantenimiento o por abandono, o por privatización de fracciones; el endeudamiento eterno como política de estado; el tipo de cambio atrasado para evitar el crecimiento del país, el traslado de actividad a Brasil y el subsidio de las transferencias de tesoros[3] al exterior por parte de funcionarios y “capitalistas de amigos”.

No son los actuales políticos los que van darle a esta mujer lo que ella pide.

El actual régimen no va a generar las condiciones para que haya una economía en crecimiento, con trabajo formal, buenos salarios y seguridad social. Por varias razones: 1) no está dentro de sus objetivos sino todo lo contrario[4]; 2) porque la reducción de la economía y en particular de la economía formal es una restricción externa que nuestros interventores prolijamente instrumentan, 3) es un gran negocio, 4) la precarización laboral, la desocupación y la red de seguridad social son un caballito de batalla de los organismos internacionales para con los países con pasado industrial y con cultura sindical.

Recojamos el guante

Lo que esta señora peticiona, al igual que millones de compatriotas que se quedaron sin trabajo, no se lo van a dar. No los políticos actuales.

Sin embargo, sí hay otro grupo de personas que sí pueden ofrecerle —y lo más importante— cumplir con esos sueños de pleno empleo y trabajos bien pagos y formales.

Hay toda una parte de la Argentina, que no forma parte de la estructura de gobierno (en sentido amplio: oficialismo, oposición, los tres poderes, provincias, municipios, burocracia), que sí sabe qué hay que hacer.

La señora dice “no nos vamos a resignar de que en este país tiene que haber un gobierno que genere un trabajo para que podamos aportar para que podamos tener un salario que nos alcance para vivir”. No es ningún partido socialdemócrata en ninguna de sus variantes la que la va a satisfacer.

Pero sí nosotros (“nosotros” = no-socialdemócratas) tenemos un plan para el engrandecimiento de la Patria, que, ¡oh, casualidad!, coincide con los anhelos de esta señora.

Sabemos que la Argentina debe triplicar, quintuplicar las exportaciones, llegar al pleno empleo, subir los salarios (oferta y demanda) a US$ 1.500 mensuales, invertir en infraestructura (caminos, FFCC, astilleros, flota, FFMM, energía), obra civil anti inundaciones/sequía, Conquista del Desierto II, ocupar el territorio.

Esto llevará a un incremento de actividad agropecuaria, industrial y de servicios. A su vez un crecimiento del nivel de producción de sus proveedores e inversiones en activos fijos (infraestructura) pública y privada. Mayor demanda laboral, que empuja hacia arriba los salarios.

Este país que soñamos implica ocupar el territorio, sofocar las voces e intereses centrífugos, brindar servicios públicos de calidad a todo el territorio y a toda la población sin excepciones. Descomprimir las grandes ciudades. Prosperar.

Servicios públicos de calidad implica buenos salarios para docentes, profesionales de la salud, de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas. Selección y capacitación. Que cuenten con los elementos requeridos para cumplir su misión, submarinos incluidos.

Todo esto (puentes, usinas eléctricas, hospitales, submarinos y salarios) con un costo que no exceda el 25% del PBI.

La parte instrumental es la más fácil: tipo de cambio competitivo pro exportación, eliminación y/o reducción del costo de la deuda pública, no emisión monetaria, eliminación de subsidios que lleven a la concentración de población, inversión en infraestructura en el interior, reducción violenta de impuestos, eliminación de adelantos impositivos, sinceramiento de los canales de comercialización, mejoras en los fletes, autoabastecimiento energético, recuperación de FFMM, etc. Lo de siempre.

El desafío está en otro lado. Está en tomar la iniciativa del gobierno del país. Entender que debemos tender un puente a todos los argentinos como esta señora o trabajadores formales con sueldos infames[5]. Dar la esperanza, cumplible, de que se puede prosperar con trabajo. Quienes lo pueden organizar, prometer y cumplir son quienes todavía tienen algo de resto, antes de que el régimen actual les quite lo que les queda de capital dinerario, cultural o moral.

Ningún proyecto de Nación tiene sentido si no es para todos «garantizar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad». Ningún proyecto político será exitoso (ni merecería serlo) si no es con nuestros rednecks adentro.


Palabras del General Don José de San Martín.
https://twitter.com/TodosGronchos/status/1413506066898251784

¿Qué tenemos que hacer? Ocupar lugares públicos. Ocupar bancas. Aprender el oficio de gobernar el país. Hacer los planes para gobernar, área de gobierno por área de gobierno. Convocar a los especialistas no-socialdemócratas, que existen “cancelados” en sus casas y redactarlos, discutirlos, tenerlos listos para cuando sea necesario.

Unir a todos los “perdedores”, desde el que vende porotos de soja a $95 el dólar y no a $168, a la PyMe que tiene enterrados $ 2 millones de pesos en adelantos impositivos, al agente de policía de la provincia de Buenos Aires con un sueldo de lágrima, a la enfermera de Entre Ríos, a los ferroviarios en un FFCC descapitalizado, a los obreros de FM, siempre bajo la amenaza de la nueva privatización, a los marinos de la inexistente flota fluvial, a los empleados sodomizados con impuesto a las ganancias cuarta categoría, a los monotributistas, y a los 920.000 “beneficiarios” de planes sociales en nombre, trabajadores precarizados en la realidad.

¿Saben por qué debemos hacerlo? Porque podemos.

Nos arrojaron un guante. Estemos a la altura de las circunstancias.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA). 

Publicado originalmente por Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2021/07/recoger-el-guante.html

 

Referencias

[1] Perdón, no retuve el nombre del periodista. Muy bien Rossi, también.

[2] O desde que Martínez de Hoz nos endeudó. Cada uno que elija la fecha que más le guste.

[3] Se denomina “tesoro” al dinero que se usa al sólo objeto de reserva de valor o para guardarlo. No se invierte. No se usa. Los saldos de las cuentas en el exterior de varios funcionarios públicos (del gobierno de Macri y del actual) constituyen “tesoros”; en este caso, personales. Ejemplos: saldos de Dujovne o de Todesca.

[4] Ver discursos del presidente en el congreso los días 10/12/2019, 01/03/2020 y 01/03/2021.

[5] U$D 400 promedio con dólar oficial, ó U$D 230 sueldo promedio con dólar libre o blue. Últimos datos disponibles del Ministerio de Trabajo de la Nación.

“COVID-19” Y RELACIÓN PROBLEMÁTICA ENTRE ECONOMÍA Y MERCADO LABORAL

Salam Al Rabadi*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Según los informes de la OIT, la epidemia de Covid-19 ha causado graves daños al sector laboral, con más de 250 millones de puestos de trabajo perdidos, sin mencionar el impacto negativo de la pandemia en términos de desaceleración o reversión de la tendencia del aumento de los salarios en todo el mundo, que afectó a los trabajadores con salarios bajos[1]. Además de la creciente desigualdad entre ricos y pobres y el aumento de la tasa de pobreza, hay que reconocer que la evolución económica actual y el proceso de crecimiento del libre comercio siguen creciendo lejos del mercado laboral y tienen una Impacto negativo en el nivel de igualdad y justicia social.

En este contexto, cabe señalar que la problemática básica en el mundo moderno en una relación equitativa entre el desarrollo sostenible y el crecimiento económico es el problema de la brecha entre ricos y pobres. Por lo tanto, debemos preguntar: ¿Estamos en la era de la economía para la economía y no para la comunidad?

Los hechos basados en el interés público siguen siendo el criterio principal para evaluar una política económica exitosa. Por lo tanto, lejos de teorizar y de acuerdo con las estadísticas y datos sobre la brecha económica, y si tenemos en cuenta que la mayor proporción de ciudadanos son trabajadores o empleados que trabajan por salarios, podemos decir que la economía ya no funciona en beneficio de las sociedades. Como ha quedado claro, la brecha entre los empresarios y las personas adineradas, por un lado, y los salarios de los trabajadores, por otro, incrementará las dudas sobre la seguridad de la sociedad. En consecuencia, si la libertad de comercio y la circulación de capitales es lo que asegura el crecimiento y la prosperidad, y si los objetivos de la Organización Mundial del Comercio (basados en la competencia, aboliendo las restricciones cuantitativas, unificando todas las tasas y haciendo del mundo una zona de libre comercio), entonces es necesario preguntar: ¿Estas políticas y objetivos conducirán a una profundización de la crisis del mercado laboral? ¿O servirán como punto de cambio y transformación positiva?

Es lógico decir que estos objetivos aumentaron en primer lugar la intensidad de la competencia entre países (ya sean industrializados o en desarrollo), lo que inevitablemente condujo a resultados desastrosos en términos de altas tasas de recortes salariales y la erosión de su valor adquisitivo. Como todos los esfuerzos realizados por políticos y economistas para encontrar alternativas a la pérdida de oportunidades de empleo en todos los sectores no lograron los resultados deseados, cuanto más libre sea el ritmo de crecimiento comercial (en bienes y servicios), mayores serán las dificultades a nivel del mercado laboral, donde hay una reducción y racionalización que conducen a la pérdida de valor de la mano de obra humana. En este contexto, debe señalarse que no existe una globalización real con respecto al mercado laboral.

En consecuencia, muchas de las políticas aplicadas no condujeron a un aumento del bienestar de las sociedades, sino que empeoraron el estancamiento de la situación social y la brecha entre ricos y pobres. Por ejemplo, una disminución de los salarios en los precios de las materias primas se refleja positivamente en primer lugar (y directamente) en el consumidor rico o de altos ingresos, que no ha perdido nada de sus ingresos como resultado de la reducción del costo de producción. Por el contrario, son las clases medias y bajas las que pierden gran parte de sus ingresos y, por lo tanto, son las más afectadas negativamente.

En consecuencia, y de acuerdo con las repercusiones económicas de la pandemia “Covid-19”, actualmente es imposible evitar e ignorar la investigación sobre un dilema: ¿Quién soporta más la carga económica: el capital o los trabajadores?

Sobre la base de los axiomas de las políticas económicas actuales, es lógico decir que los gobiernos aumentan la carga impositiva sobre el sector laboral. Además, las exenciones fiscales y las facilidades proporcionadas por los gobiernos a las empresas transnacionales conducen a una disminución de los ingresos financieros del Estado, que compensarán aumentando los impuestos a otras clases sociales, o reduciendo los servicios sociales y la atención médica.

Por lo tanto, queda claro que si en el pasado la ecuación económica y financiera reflejaba cada vez más la creciente brecha entre ricos y pobres, centrada en el principio: los ricos se vuelven más ricos y los pobres se vuelven más pobres, ahora, a la luz de los nuevos hechos y desarrollos, esta ecuación ya no es suficiente para explicar los cambios. Habría una nueva ecuación (o fórmula) basada en el principio: ¿los ricos se enriquecen y los pobres se empobrecen a un ritmo más rápido?

Como no es del todo sorprendente que sepamos que hay mayor velocidad en proveer fondos para solucionar cualquier crisis financiera y económica mundial en comparación con el hecho de que hay extrema cautela y escozor cuando se trata de financiar programas humanitarios relacionados con la ayuda a las comunidades menos afortunadas (desfavorecidas y marginadas) por la pobreza y la indigencia. Por ejemplo, sólo necesitamos decenas de miles de millones anuales para erradicar el hambre y la desnutrición en todo el mundo. Y las Naciones Unidas han aprobado varios programas para lograr este objetivo. Pero estos programas siguen en papel sólo por falta de disponibilidad de los fondos necesarios.

Por lo tanto, todas las soluciones económicas y políticas relacionadas con los desafíos de la pandemia “Covid 19” deben basarse, en mayor medida, en la capacidad de apoyar todas las políticas relacionadas con la salvaguardia de los intereses de la clase trabajadora y de los pobres. La cuestión central debe basarse en la crítica lógica de la existencia real de pobreza y desigualdad, ya sea a nivel mundial o local.

Estos hechos trágicos (lejos de las dimensiones ideológicas en el estudio y la evaluación de la economía global) nos ponen frente a la siguiente pregunta dialéctica lógica: ¿El problema radica en las prioridades estratégicas y las opciones para los Estados? ¿O es, de hecho, el problema de las posibilidades reales de que disponen los Estados?

En resumen, la posibilidad de lograr un renacimiento real que alivie a los pueblos de la pobreza y de la impotencia material depende del tipo de pensamiento económico que se debe perseguir, ya que necesitamos nuevas visiones que respondan a las necesidades y a las capacidades de las sociedades. En consecuencia, esto requiere dirigir una crítica intelectual de cómo interactuar y lidiar con el liberalismo neoeconómico, porque ya no es lógico y aceptable tratar esta realidad sólo por razones ideológicas (ya sea a favor o en contra) sin la existencia de programas económicos prácticos, donde es necesario enfrentarse a una dialéctica o problemática: ¿Por qué hay tantas ideas sobre cómo distribuir los ingresos, pero no hay muchas ideas sobre cómo generar dichos ingresos?

 

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España.

 

Referencia

[1] Véase: «Covid-19 and the world of work: Updated estimates and analysis», Seventh edition, International Labour Organization, Monitor (ILO), Geneva, January 2021. Look: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/documents/briefingnote/wcms_767028.pdf [consulta: 27/04/2021].

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG. Prohibida su reproducción. 

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