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EL REPARTO DE LOS PECES. ES UNA CUESTIÓN DE FE. NO ES UN BIEN NEGOCIABLE

César Augusto Lerena*

Imagen de AnnRos en Pixabay 

Se largó la campaña electoral y las PASO demostraron en detalle, el humor y las necesidades de la gente. El gobierno después de casi cuatro años de decirnos que ”este es el camino” llevó a los argentinos al barranco que, era lógico imaginar (a pesar de las encuestas) con un 35% de pobreza, 7% de indigencia, 10,1% de desempleo y una inflación anual del 54% y acumulada en 2019 del 25% que empobrece a la cada vez más angustiada clase media.

La fe mueve montañas (Mateo 17:20) y, es lo que han tenido los argentinos estos años, ante la promesa del presidente de reducir a cero el hambre y la inflación con “el mejor equipo en cincuenta años”. Pidió que se lo juzgue y las PASO dictaron su veredicto, democrático y final.

Ante tal incomprensión (¿?), los gobernantes, declarando que habían escuchado el mensaje, salieron en desordenada carrera a tratar de revertir el resultado electoral (El síntoma), no a darle bienestar a la gente (Curar la enfermedad) y, es ahí, donde quedó al desnudo la verdad: no había equipo, no era el mejor, no había plan ni senda que transitar.

Y, en las oscuras sombras de esa derrota —como suele ocurrir— los que se abrazaron y se sacaron fotos con cuanto funcionario de gobierno hubiese; los que se reunían en amplias mesas de directorio para mostrar una imagen de consenso; los que acompañaron normas antidemocráticas para mezquinos fines personales y, hasta los que pusieron a disposición de los spots publicitarios de campaña un inexistente desarrollo nacional; los mismos, dotados de garrochas inconmensurables saltaron a abrazarse presurosos a las muy probables nuevas autoridades nacionales, provinciales y barriales. Y hubo fotos, como es lógico.

El sector pesquero no es la excepción. Y, empezó la promoción del futuro subsecretario de pesca, como si se tratase de un método mercantil de ir con plata y comprar un sillón. El gobierno se dio cuenta, tarde y mal, pero se apioló, pero, estos promotores, todavía no han caído, de que no se trata de imponer un señor que los represente y resuelva según sus intereses, sino que la hora dramática exige, poner al sector a contribuir con su cuota parte, a paliar esta gran crisis nacional, a través de agregar valor a las materias primas, generar empleo registrado, contribuir a disminuir el hambre de los argentinos y dar sustentabilidad económica, biológica y social a la actividad.

El próximo gobierno no solo quiere transitar ese camino, sino que es el único camino posible para sacar a la Argentina de la pobreza, la desocupación y el desencanto.

El sector pesquero no necesita un apoderado en la Subsecretaría de Pesca, sino un proyecto sustentable; dicho con énfasis: económico, social y biológico, que, han sido incapaces de diseñar y encarnar los que han formado parte del Consejo Federal Pesquero durante años. Si no fuese así, no tendríamos un bajísimo valor agregado en las exportaciones, una disminución sostenida del empleo, depredación y el descarte de ingentes toneladas de proteínas, la extracción de millones de toneladas por parte de buques extranjeros, la expropiación de los recursos provinciales y la aplicación de reglas que perjudican seriamente a las empresas nacionales y extranjeras radicadas en el país.

La Nación no necesita un Subsecretario de Pesca que represente la voluntad y los negocios de un mandante, necesita de Secretarios de Pesca provinciales fuertes que administren sus recursos provinciales y un Subsecretario Nacional que coordine las acciones y fije las políticas nacionales para dar previsibilidad a la explotación, la industria y el comercio, interviniendo en aquellas cuestiones donde la pesca ocupa un rol protagónico en la Soberanía Nacional en el Atlántico Sur.

Este funcionario y el Consejo Federal Pesquero que preside, deberían:

Cuidar el medio ambiente marino y la biomasa del Atlántico Sur, que además de demostrar a los Estados de Bandera (extranjeros) la vocación nacional de combatir la depredación y contaminación.

Procurar también una explotación sustentable de hidrocarburos, de modo de asegurar un ambiente marino sustentable compatible con la pesca.

Asegurar a las pequeñas empresas la Unidad Económica Pesquera y su Función Social para garantizar la permanencia y desarrollo de las empresas familiares.

Duplicar las exportaciones pesqueras anuales, como resultado de agregar valor a la merluza y al langostino; aumentar las capturas de calamar y agregarle valor, acordar la captura extranjera de 750 mil toneladas sin control argentino en la zona adyacente a la ZEE.

Triplicar la mano de obra directa en la actividad pesquera hoy estimada en 25.000 personas (en blanco) como consecuencia de las mayores exportaciones, el incremento de consumo interno (hoy está en 6kg/año y el promedio mundial es de 19kg/año), el cambio del modelo extractivo por el industrial, agregando mayor valor a los productos, prohibiendo el descarte y su aprovechamiento industrial.

Contribuir a la reducir del hambre de la niñez y adolescencia cubriendo las necesidades proteicas diarias de tres millones de niños y adolescentes diarios todo el año, con motivo del desembarco, proceso industrial y aprovechamiento de las 300 mil toneladas que se descartan por año, ajustándose a las exigencias de descarte cero que la Unión Europea aplica desde 2014 y la Ley 24.922 exige desde 1998.

Definir los ámbitos de aplicación de la legislación nacional y federalizar los recursos pesqueros para devolverle los recursos originarios a las provincias, generando una mayor radicación poblacional e industrial, con la consiguiente generación de empleo y riqueza.

Aumentar la ocupación del Atlántico Sur con barcos nacionales en la Alta Mar, con motivo de los incentivos a la flota argentina para pescar en esta área.

Reducir todos los derechos e incentivar la captura del calamar para darle competitividad a esta flota frente a los subsidios que recibe la flota extranjera y, al mismo tiempo, provocar una menor captura de esta especie por parte de los buques extranjeros licenciados por el gobierno ilegal de Malvinas.

Ampliar el interés de los argentinos en la problemática marítima y pesquera derivada de un mayor consumo de esta especie, de la mayor afectación de fondos para la capacitación de los consumidores y difusión de las bondades del pescado en la salud.

Mejorar la calificación del personal y consecuente eficiencia en el trabajo y calidad de los productos como consecuencia de afectación de más fondos a la capacitación de operarios y técnicos.

Desalentar la presencia de buques extranjeros en el Atlántico Sur como consecuencia de una mayor presencia de fuerzas armadas y de seguridad en el mar, otorgándoles una mayor cantidad de fondos y, de promover acuerdos con empresas nacionales que les permitan menores costos operativos, disminuyendo el interés en las licencias ilegales británicas por parte de buques extranjeros con motivo de mejores condiciones económicas y operativas para las capturas asociados a empresas nacionales.

Ampliar la distribución de los recursos pesqueros de dominio del Estado para generar un mayor desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.

Renovar la flota pesquera obsoleta, en especial los 240 buques que a 2019 se consideran que han cumplido la vida útil, como consecuencia de la afectación de mayores fondos para construcción nacional y la disposición de medios financieros y otras facilidades previstas en la Ley de Renovación Solanas-Luenzo que se trata en el Congreso de la Nación y, con tal motivo reducir la siniestralidad y los naufragios con pérdidas de tripulantes. Establecer una tabla de vida útil de los buques pesqueros, para sacar los buques de la operatividad en término y evitar naufragios con pérdidas humanas.

Disponer de una Ley Federal y Social de Pesca que promueva el desarrollo pesquero y la sustentabilidad del recurso y, el amparo a todas las reformas que se propician promover una previsión cierta a las inversiones nacionales y extranjeras en la actividad, un desarrollo integral de todos los territorios de la Nación y cumplir con la función social de la explotación de este recurso del Estado.

Mejorar las condiciones de negociación en las empresas nacionales con los buques extranjeros que pescan las especies migratorias argentinas y asociadas en la Alta Mar, a través de facilitar los acuerdos con las empresas locales, al reafirmar la titularidad de Argentina de esos recursos en su condición de país ribereño y titular de sus especies originarias.

Jerarquizar y ampliar el alcance de la misión y funciones de la Subsecretaría para demostrar a los actores de la actividad la vocación del Estado de darle mayor importancia y atención a los asuntos productivos relativos al Atlántico Sur y facilitar al funcionario las negociaciones de acuerdos y la ejecución de los programas de inversión y desarrollo.

Reducir los costos operativos, dándole mayor participación a las Provincias, al sector empresario y gremial en el Consejo Federal Pesquero.

Independizar del poder político la investigación del INIDEP dándole autonomía en las decisiones para asegurar la tarea científica, garantizar los informes sobre el stock biológico y la Captura Máxima Sostenible y, en base a ello, siendo necesario y vinculante, su dictamen previo para el otorgamiento de Cuotas y Autorizaciones de Captura por parte del Consejo Federal Pesquero.

Efectuar un seguimiento en forma continua de todos los proyectos de inversión, radicación industrial, agregado de valor y ocupación de mano de obra etc. a las empresas concesionarias de cuotas y autorizaciones de captura.

Disponer, que si bien las transferencias de los buques, en determinadas condiciones serán posibles, el Estado cobrará todos los derechos relativos a los permisos, cuotas y autorizaciones de captura, evitando la venta entre privados de estas habilitaciones.

Procurar que la Argentina, en su carácter de carácter ribereño, pueda ejercer un mayor control de sus recursos pesqueros en el Atlántico Sur.

Procurar, a través de las acciones y negociaciones pertinentes, que todos los buques que pesquen en la Zona Económica Exclusiva o más allá de esta, sobre los recursos migratorios originarios en la Z.E.E. deberán encontrarse habilitaciones y abonar los correspondientes derechos.

Sancionar a todos los buques que con o sin licencia ilegal inglesa pesquen en el área de exclusión ilegal británica de Malvinas, por cuanto transgreden las normas argentinas y las Resoluciones de las Naciones Unidas y la CONVEMAR.

Declarar la emergencia pesquera y contra la contaminación marina en el Atlántico Sur para favorecer el control de la pesca ilegal en el Atlántico Sur y, para favorecer las negociaciones entre empresas y llegar a acuerdos de explotación de los recursos.

Concretar nuevos Acuerdos con Uruguay que dificulten las operaciones de buques extranjeros en el Atlántico Sur y posibiliten una integración rioplatense para defensa del Atlántico Sur y, con la República de Chile de modo de favorecer la realización de actividades económicas en el área austral bioceánica.

Procurar la adhesión de todos los países de América del Sur al Tratado Antártico y la firma de un acuerdo de transformación del Continente Antártico en la “Reserva Ambiental, Científica, Acuífera y Alimentaria de Latinoamérica” puede visibilizar las acciones de Argentina sobre la Antártida y el Océano Austral.

No se necesita promover con cualquier subterfugio, al futuro Subsecretario de Pesca, se necesita un plan que cambie definitivamente el rumbo y contribuya a la grandeza de la Nación y al Bienestar de su pueblo. Y, mientras tanto, por favor, no más medidas que hagan más insustentable la actividad.

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Asesor en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de Entrega”) y articulista de la especialidad.

Copyright © *|2019|* *|César Lerena|*, All rights reserved.

EL PUCARÁ EN MALVINAS*

Daniel E. Arias

Un “Para” británico contento de la toma de la BAM Cóndor en Goose Green, isla Soledad

(Esta nota es la 2° parte de una trilogía. La 1° está aquí)

Alguno preguntará por qué siendo tan bueno el Puca anduvo tan mal en Malvinas. Respuesta uno: no tan mal. Respuesta dos: porque a algún descerebrado se le ocurrió que el Puca no podía faltar allí, como símbolo patrio, pero dejó en el continente los aviones yanquis que sí hacían daño —y grave— a los buques de la Task Force, básicamente los viejos pero terribles A-4, obligados a operar casi fuera de alcance de sus blancos. Sin protección áerea de jets, los Pucas estaban destinados a ser “Harrier fodder”, alimento balanceado para Harriers.

Luego se creyó demasiado la leyenda de que el Puca soportaba cualquier pista, vamos, si era una 4×4 voladora. Pero hay barros y barros, y los malvineros son abisales. Para que los Pucas no atosigaran la pista asfaltada de Puerto Argentino, se los dispersó en 2 pistas improvisadas. Una estaba en Darwin, cercana al caserío de Goose Green: despegar o aterrizar en aquellos 450 metros de pasto empapado y lleno de baches era un desafío para el tren… y las muelas. Bienvenidos a la Base Aérea Militar Cóndor, “la buena”. La otra BAM estaba en la Isla Borbón (coirones, piedras y más barro), y era “la mala”. Las pistas portátiles de aluminio, sin embargo, estaban inventadas desde 1942.

El 1° de mayo, con los primeros ataques aéreos ingleses en Darwin, al Puca del capitán Grünert, en rodaje de despegue, se le hundió la rueda de nariz en un pozo de lodo. El avión se encajó irremediablemente y taponó la pista, dejando en cabecera y a espera de luz verde para despegar a los 3 Pucas de la sección siguiente. Entonces los Harrier salieron de la nada y los embocaron con “belugas” de 1000 libras (bombas llenas de 147 granadas antipersonales): murieron en su avión el Teniente Jukic, 7 suboficiales, amén de 14 heridos serios.

Destino frecuente de los Pucas: ser destruidos en tierra por bombardeo naval.

Los 6 Pucas de la BAM Borbón, en cambio, no despegaron mayormente: el barro lo impedía, y una noche de tormenta, la del 14 de mayo, aparecieron 40 alegres y súbitos muchachos del Special Air Service que en 15 minutos regaron de balas y de explosivos un total de 14 aviones, y luego se rajaron en helicóptero, su ruta.

El Puca era un COIN (contrainsurgencia) nacido para volar en lentos círculos durante horas, tirándoles bala y bomba a guerrilleros ocultos en selvas o ciudades, protegido de ellos por árboles o paredes mientras recibía con indiferencia tiros de fusil en la panza o los motores. Que por diseño, tienen blindajes inferiores de media pulgada de acero aeronáutico 4130.

Por ello, en Colombia, el Puca funcionó bien, y también en Sri Lanka, aunque los Tigres Tamiles, a diferencia de las FARC colombianas, tenían misiles portátiles y lograron bajar a uno. Ambas fuerzas aéreas admiten que habrían pedido más Pucas, en lugar de darlos de baja, de haber existido algo así como un servicio de posventa con repuestos por parte de Argentina.

Pero el pastizal promedio malvinero es un descampado sin árboles ni edificios. A un avión lento y frecuentemente condenado a pegarse al piso por el bajo techo de nubes, la infantería inglesa se podía dar el lujo de tirotearlo con sus SLR (casi idénticos a nuestros FAL, calibre 7,62, una bala fortísima) y además apuntando deliberadamente al piloto. El 27 de mayo, tras bombardear a los británicos en Darwin, el afortunado capitan Grünert logró aterrizar en la BAM Malvinas con 4 impactos en un motor y 58 en el fuselaje, en general agrupados alrededor de la cabina. Otro piloto en Córdoba me confesó haber hecho tierra “…Con no sé cuántos corchazos. Dejé de contarlos después de 100”.

Ambas aventuras describen la empecinada capacidad del Puca de absorber daños horribles y seguir volando, aunque ninguna tanto como la del derribo del mayor Carlos Tomba, el 21 de Mayo. Tomba había salido de la BAM Cóndor para surtir a los observadores avanzados que dirigían por radio el fuego de artillería de la fragata Ardent, en el lejano canal de San Carlos, sobre SU aeródromo. Regresaba esquivando como podía las atenciones de un intempestivo Harrier: hacía viboritas entre los cerros casi cortando el pasto con las hélices, mientras el avión inglés le tiraba con sus 2 cañones Aden de 30 mm. Una sola bala de ese calibre destruye un Mirage o un A-4 casi en cualquier punto de impacto, pero la robustez estructural del Puca es otra cosa.

Como cuenta el perseguidor de Tomba, Nigel “Sharkey” Ward: “Este Pucará volaba entre 10 y 20 pies por encima del suelo. Muy bajo. Vi cómo mis municiones arrancaban el suelo (bajo el avión), luego le partieron la punta de un ala e incendiaron uno de sus motores. Me quedaban balas para dos corridas más contra él, y cada vez que mis municiones pegaban, rompían pedazos del avión, partiéndolo. Desde la primera corrida el cockpit del avión había desaparecido. Luego ambos motores se incendiaron, el fuselaje empezó a rolar y vi salir (al piloto) en su asiento eyectable. Aterrizó sin problemas y se dirigió de nuevo a Goose Green. Muy valiente, el mayor Tomba”.

Sin duda. Tomba se eyectó tan con lo justo en altura que el paracaídas se le abrió un par de segundos antes de que se estrellara contra el suelo. Trastabilló sin llegar a caerse o romperse nada, mientras a un centenar de metros delante su aparato caía a tierra y explotaba en llamas. Día duro en la oficina, querida.

El 1ro de junio Ward se encontró con el único avión aún más duro de su despiadada carrera: le surtió un misilazo Sidewinder y, como no se caía, lo persiguió hasta donde lo dejó su combustible para vaciarle los 240 tiros de sus cañones. Lo regó sistemáticamente de punta a punta de ala, hasta por fin desviarlo de su impasible línea de vuelo y sepultarlo en el mar con sus 7 ocupantes. Era el TC-63 del capitán Rubén Martel, un Hércules.

La veintena larga de Pucas que se perdió en Malvinas quedó paralizada en tierra, sin despegar, averiada o destruida por decenas de bombardeos navales, por aquella incursión del SAS en la BAM Borbón, o fue capturada casi intacta. Los daños que pudo haber infligido el Puca al Ejército Inglés en sus dificultosas salidas son conjeturales, y del asunto los británicos no dicen ni mu. Lo cierto es que incurrieron en trabajos y riesgos extraordinarios para eliminarlo: le temían.

El Pucará operó sin radar y con la pésima visibilidad diurna del otoño en las islas. No existían amplificadores de luz residual para sus pilotos, ni el avión tenía cámaras de infrarrojo, así como tampoco bombas inteligentes guiadas por láser o por radiofrecuencia. No había nada por el estilo en todo el inventario aéreo argentino. Sin embargo el Puca tenía aquel terrible armamento de a bordo de la serie A (2 cañones de 20 mm. + 4 ametralladoras de 7,62 mm.), amén de diversos lanzacohetes y bombas de todo tipo y tamaño, incluidas las de napalm. Si veías un Puca y él te veía a vos y eras del bando incorrecto, estabas en problemas a menos que aparecieran los Harrier.

Los británicos sólo le perdieron el recelo al Puca cuando no quedó ninguno en las islas que pudiera volar. El mejor conservado se lo llevaron para estudiarlo a fondo y en vuelo en la RAF, y aunque les gustó jamás consideraron copiarlo: era algo a medio camino entre el helicóptero de ataque y el avión de ataque. Y Su Majestad, después de todo, tenía demasiadas unidades de ambos equipos como para necesitar un híbrido. Además, ¿para defender cuál posesión selvática de ultramar, si ya no había ninguna, si ya no había Imperio? Aquel Puca hoy es un trofeo de museo en Hendon, cerca de Londres.

Nuestros pocos Pucas no están para museos. Hoy deberían vigilar no sólo el Escudo Norte, sino especialmente la milla 200 del Mar Argentino, donde nuestro país —según el experto César Lerena, de la Universidad FASTA— pierde unos US$ 3000 millones/año por pesca pirata. Aunque si le sumamos el valor agregado a esa pesca en destino (España y Lejano Oriente) estamos hablando más bien de US$ 14.000 millones/año. Y algunas decenas de miles de puestos de trabajo.

Algún lector se preguntará si un avión nacido como COIN (de contrainsurgencia) sirve para vigilancia y patrulla marina. Bueno, le falta un revestimiento contra la corrosión salina, pero la vigilancia es una tarea aburrida que se ejerce a gran altura, donde no llega mucha sal. Portaaviones ya no hay, pero los 5700 km. de costa continental atlántica argentina son un portaaviones de piedra que nadie puede hundir, ni el ex presidente Menem mandar a chatarra por U$ 300.000, como hizo con el ARA 25 de Mayo.

Y nuestra industria pesquera estaría muy agradecida que los Puca, ya que no los quiere la FAA, fueran a las bases aeronavales costeras de la Marina. Los 450 pesqueros españoles, chinos, taiwaneses, coreanos y otros, con o sin licencia kelper, estacionados en la milla 200 de nuestra ZEE se aburrirían menos.

Y además, en materia de patrulla marítima, el Puca es lo que hay. Los Orion P3-B de la Marina nacieron para eso y pueden hasta detectar submarinos sumergidos por variaciones de campo magnético… pero no queda ninguno operativo. El MinDef paró al 72% el “revamping” del último Orión en OGMA (Portugal), porque se quedó sin plata. Cuantimás, la Lockheed exige que se haga en talleres calificados por ellos. Los talleres de FAdeA en realidad están más equipados que los de OGMA, pero no le hablen al MinDef de comprar la calificación de Lockheed. O radares nuevos. O neumáticos.

(Concluirá mañana)

*Artículo publicado originalmente en AGENDAR https://agendarweb.com.ar/2019/09/04/el-pucara-en-malvinas/

EL ATLÁNTICO SUR, MALVINAS Y PESCA. LOS DESACIERTOS DE LA CANCILLERÍA ARGENTINA.

César Augusto Lerena*

Cuando las tropas argentinas abandonaban Malvinas, creímos que había ocurrido lo peor. Los contrastes fueron tan notorios y las motivaciones tan evidentes que el gobierno de facto, en lugar de recibir con honores a quienes pelearon por defender el territorio nacional y homenajear con gloria a nuestros muertos, los escondió, mientras muchos argentinos no alcanzaron a distinguir entre una decisión irresponsable y el más noble cumplimiento del deber en procura de defender la Soberanía Nacional, según lo prescribe el artículo 21º de la Constitución Nacional.

Comenzó la desmalvinización y, con ella, la entrega sostenida y creciente del territorio marítimo nacional y sus recursos naturales y, los desaciertos de la Cancillería que, en los últimos años tuvo un comportamiento deleznable, peor que el de las meretrices y colaboradores franceses en la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, consolidando el cometido británico y el fortalecimiento económico y jurídico de los invasores.

 

LOS HECHOS

GOBIERNO DEL PROCESO.

1982. (-) Invasión del Reino Unido (R.U.) en Malvinas, defensa del archipiélago y derrota Argentina. Pesca de buques extranjeros en el Atlántico Sur. Se profundiza la presencia de buques extranjeros vinculada con el gobierno ilegal de Malvinas, iniciada hacia 1976, y se acrecienta la internacionalización del mar argentino con la presencia de buques pesqueros españoles, chinos, taiwaneses, japoneses, coreanos, etc. Ello da lugar, a que las empresas extranjeras que pescaron en estos 37 años con licencias ilegales británicas efectuasen un comercio final del orden de los US$ 140 mil millones, que podría aplicarse al pago de la derrota nacional.

GOBIERNO 1983-1989.

1983. (-) Desmalvinización. Se instala un proceso de desculturalización y desinformación que presenta a la guerra de Malvinas como vergonzante, que enajena a los argentinos del sentimiento de pertenencia del archipiélago e ignora el rol cumplido por los oficiales, suboficiales y soldados argentinos en la guerra contra el Reino Unido en el Atlántico Sur, lo que facilitará el inicio de una serie de procesos ruinosos en el Atlántico Sur.

1983. (-) Tratado de Paz y Amistad con Chile. Se firma este Tratado sobre el diferendo del canal del Beagle, donde Argentina pierde territorio insular y marítimo y acepta una delimitación sin mar territorial. Un precedente que podría incidir negativamente en las negociaciones de Malvinas.

1983. (-) Nuevo Aeropuerto en Malvinas. El Reino Unido inaugura un nuevo Aeropuerto en Malvinas.

1983. (-) Acuerdos Pesqueros con la URSS y Bulgaria. El canciller Dante Caputo y el Subsecretario de Pesca Luis Jaimes promueven la firma del “Acuerdo Marco de Cooperación” con la intensión de que los buques rusos y búlgaros pesquen en el área de Malvinas, cuestión que en la práctica no ocurre y por el contrario se produce una depredación inusitada porque habilitándose 16 buques acceden al caladero unos 200 buques ilegalmente. Como respuesta a estos Acuerdos, el gobernador británico en Malvinas Proclama (N° 4) la creación de una “Zona Provisional de Conservación y Administración de Pesquerías” (FICZ) de 150 millas; estableciendo, por primera vez, una zona prohibida en torno a las islas para los buques argentinos, además de reivindicar, por orden de la reina, la ZEE y una Plataforma Continental de 200 millas (322 km2) alrededor de Malvinas.

1983. (-) La fórmula del Paraguas. En la ONU se reúnen el canciller Caputo, el jefe de la negociación García del Solar, el embajador Marcelo Delpech y el Subsecretario Robert Gelbard de Estados Unidos. El canciller expuso el texto propuesto por Argentina sobre el “paraguas de soberanía”, que el funcionario norteamericano retransmitió a la Embajada Británica. Caputo no hizo otra cosa que aceptar la formula inglesa que Argentina ya había rechazado en 1981: congelar las cuestiones de “soberanía” y cooperar en forma conjunta en el desarrollo de Malvinas.

1983. (-) Negociaciones pre-Acuerdo de Madrid. Caputo y García del Solar acuerdan en Ginebra con el embajador británico en la ONU, Crispín Tickell, omitir toda referencia a los temas de pesca. Este tema le pareció a este gobierno y a los siguientes una cuestión menor; pero, como ya lo manifestamos en trabajos anteriores fue y es un tema central. Ello lo ratificó el director ilegal británico de Pesca de Malvinas, John Barton: “sin la pesca los malvinenses no podrían haber subsistido” (sic). Mientras la delegación argentina entusiasta hacía llegar non papers a Londres, Gran Bretaña anunciaba maniobras Fire Focus en Malvinas. Caputo insta a dialogar según la fórmula británica del paraguas y el gobierno británico le expresa que “abordarían el diálogo sobre la base de su declaración de 1986”, mientras el gobierno argentino, lo haría “sobre la base de la jurisdicción argentina reafirmada desde 1966 con el dictado de la Ley 17.094” (Ley que el gobierno de Menem derogaría). El Reino Unido no contestó y, hacia fines de 1988, Caputo “dejaba clara su urgencia, dado que existía la posibilidad, de qué en las elecciones presidenciales del año siguiente, ganara la oposición”. Para julio de 1989, el Reino Unido no había dado respuesta al nonpaper argentino de septiembre de 1988 y gobierno radical se agotaba.

 GOBIERNO 1989-1999.

1989. (-) Los Acuerdos de Madrid. En el mes de octubre en Madrid, se efectúa la Declaración Conjunta que confirma la “fórmula del paraguas”, la entrega de la pesca al Reino Unido y las restricciones militares británicas (muy bien descriptas por el Dr. Julio C. González, 1998) que consolidan la ocupación militar y económica británica del Atlántico Sur. La congelación de la soberanía sin fecha de vencimiento benefició claramente al Reino Unido, que estaba y está en posesión de las islas y del mar austral. La fórmula utilizada fue notablemente imperfecta: no debió tratarse solo de no hablar de soberanía, sino —en todo caso— de no hacerlo por un tiempo determinado y, no modificar, mientras tanto, el statu quo de 1982. La Argentina debió denunciarlo hace décadas, ya que el Reino Unido ha avanzado en forma sostenida ocupando nuevos territorios marítimos y explotando los recursos pesqueros e hidrocarburíferos en el área en conflicto. El Reino Unido avanzó de los 11.400 km2 (Malvinas) que ocupaba en 1982 a 1.639.900 de km2 que ocupa hoy. Del total de km2 que el Reino Unido tenía bajo control alrededor de Malvinas este año descarta en forma espontánea unos 4.000 Km2 al sudoeste de Malvinas, que Cavallo exhibe como un éxito, cuando en realidad, el objeto británico era consolidar la aplicación de la CONVEMAR que, establece, en su art. 74º que la ZEE debe dividirse en forma equidistante, entre los países ribereños vecinos, ya que el Reino Unido se reivindica como tal.

1989. (-) La conservación conjunta de los recursos pesqueros al este de Malvinas. Gran Bretaña anuncia la posible instauración de una ZEE de 200 millas alrededor de Malvinas y la Primera Ministro Thatcher hace suya la posición de los isleños con la aclaración de “que debería acordarse el límite oeste con Argentina, donde las ZEE se superponen”. En noviembre se firma el “Acuerdo del Gallinero”, donde la Cancillería Argentina conviene con el Reino Unido, el cuidado de los recursos pesqueros y su prohibición de pesca en una importante área al este de Malvinas —con forma de medialuna— desde las 200 millas del archipiélago hasta el límite exterior de la plataforma continental que la Argentina reclama como propia y que, además, les asegura a los ingleses, que terceros países no pesquen los recursos que migran a Malvinas, facilitándoles con ello, el otorgamiento de licencias a buques asiáticos, españoles, polacos, etc., asegurando la consolidación económica de los isleños, que obtienen con la pesca el 75% de sus ingresos.

1989. (-) La determinación de las Líneas de Base de Argentina. Con la sanción de la Ley 23.968 de líneas de base” se derogó de hecho la Ley 17.094, reduciendo el mar territorial argentino de 200 a 12 millas. El Acuerdo de Madrid se consolidó con esta Ley que allanó el camino del Reino Unido a la posterior declaración de una Z.E.E. de 200 millas (322 km) alrededor de Malvinas.

1989. (-) El Reino Unido amplía su ocupación hasta 200 millas alrededor de las islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Esta determinación implicó una mayor ocupación marítima y el control del Océano Austral y su vinculación con la Antártida.

1989. (-) La captura y veda del calamar. El gobierno argentino establece el charteo y las vedas a la captura del calamar que garantizan a los isleños la llegada a Malvinas de este vital recurso. Por su parte, el Reino Unido establece un área “GAP” al noroeste de las islas, por fuera de la zona de exclusión pesquera (FICZ) de unos 1.400 Km2, para proteger sus importantes capturas de calamar.

(-) El Acuerdo con la Unión Europea. La Argentina firma el Acuerdo Pesquero con la U.E. y, poco después, el Reino Unido establece una Z.E.E. de 200 millas alrededor de Malvinas, que impide a los buques nacionales pescar, facilitando el otorgamiento licencias pesqueras a los británicos. La zona asignada a los buques españoles en el Acuerdo no alcanzó el área de Malvinas e, inclusive, en el caso del calamar, se le asignó la captura de una subpoblación que no migra al archipiélago.

1994. (+) Nueva Constitución de la Nación Argentina. En Santa Fe se aprueba la nueva Constitución de la Nación Argentina, que en sus Disposiciones Transitorias establece: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional”; lo que demuestra en forma elocuente, la vocación de todos los sectores políticos de la Nación, de persistir en la recuperación de este territorio a la soberanía nacional. Pese a ello la Carta Magna no impide realizar Acuerdos contrarios a la letra aprobada por los Constituyentes.

1995 (-) La investigación conjunta de los recursos argentinos en el Atlántico Sur. Se aprueba esta Investigación Conjunta y mientras se realiza con los medios, la capacidad técnica y operativa de Argentina los británicos se hacen de una información vital para prever la disponibilidad de los recursos pesqueros y otorgar licencias a los buques extranjeros y propios.

(-) La ratificación de la CONVEMAR. La Argentina ratifica por Ley 24.543 la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que reduce de 200 a 12 millas nuestro Mar Territorial Argentino, y limita en general a 350 millas marinas la Plataforma Continental Argentina que, en Malvinas, llega a las 850 millas. Entendemos, además, que la Argentina debió observar varios de sus artículos relativos a las cuestiones territoriales marítimas, los recursos migratorios y las facultades preeminentes de los Estados ribereños sobre los Estados de Bandera, debilitando nuestros derechos territoriales y los relativos al archipiélago de Malvinas y la Antártida.

1996 (-) El Reino Unido, una parte involucrada para la cancillería argentina. En Londres, el secretario de Relaciones Exteriores, Andrés Cisneros explica, como exitoso, el rotundo fracaso de la política argentina: Ítem a) Se normalizan las relaciones con Inglaterra, sin que la Argentina limite la ocupación territorial del Reino Unido o su libre explotación de nuestros recursos. Ítem d) Se acuerda la conservación conjunta para evitar la sobreexplotación de recursos pesqueros en “beneficio de las partes involucradas”, donde la cancillería argentina considera “partes involucradas” a los británicos. Se firman medidas, vulgarmente conocidas de “cooperación”, aunque, es sabido, que dos o más naciones pueden cooperar con recursos económicos, tecnológicos y de otro tipo; pero no es posible convenir ninguna cooperación, cuando la Argentina pone los recursos científicos, pesqueros, marítimos, petroleros y territoriales, y mientras que el R.U. ocupa los espacios y explota los bienes argentinos.

1997 (-) La carencia de medios de difusión oficiales sobre el Atlántico Sur y Malvinas. Comienza a editarse un medio digital pro-británico que emite informaciones en inglés y castellano que trata cuestiones relativas al Atlántico Sur y Malvinas. En la Argentina la Fundación Malvinas recolecta informaciones de distintos medios nacionales.

1998 (-) Convenio de Cooperación Militar. Se firma el “Convenio de Cooperación Militar” con el Reino Unido y, en lugar de reducirse la presencia militar inglesa en el mar argentino, el Reino Unido traslada el Comando Sur desde la isla Ascensión a Malvinas, instalando la mayor base de la OTAN en el Atlántico Sur, con aviones, fragatas, misiles y radares de última generación.

(-) Sanción de la Ley de Pesca. Se sanciona la Ley 24.922 sin promoverse herramientas para evitar la extranjerizaron del mar argentino, la pesca y los recursos migratorios. Apropiándose de recursos provinciales que debilitan la economía y la posición estratégica de los pueblos del litoral marítimo patagónico. Mientras en 1970 todas las empresas pesqueras eran nacionales, en 2019 siete de las diez principales empresas exportadoras son extranjeras y hay un promedio de 500 buques extranjeros pescando en el Atlántico Sur. Un miembro de la Cancillería Argentina tiene un asiento permanente en el Consejo Federal Pesquero, sin embargo, en 21 años jamás presenta —según las Actas— una iniciativa referida al Atlántico Sur, Malvinas y Pesca, ni se opone a las acciones de la Subsecretaría de Pesca Nacional que favorecen los intereses británicos en la región.

1999 (-) La Cancillería Argentina colabora con el R.U. en combatir a los buques sin licencias pesqueras británicas en el Atlántico Sudoccidental. En Madrid el secretario de Relaciones Exteriores Andrés Cisneros acuerda siete medidas con los británicos. Es decir, Argentina, vuelve a beneficiar al Reino Unido con medidas para combatir a los “buques sin licencias pesqueras inglesas”, en el mar argentino, de modo que la administración ilegal de Malvinas pueda seguir otorgando licencias a buques extranjeros para capturar los recursos argentinos.

GOBIERNO 1999-2001.

2001 (-) La absurda invitación de la Cancillería Argentina a coordinar con el R.U. la presentación ante la ONU los límites exteriores de la plataforma continental. El canciller argentino Adalberto Rodriguez Giavarini invita al Reino Unido a coordinar la presentación ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU y proponerle el siguiente arreglo: la fórmula sobre soberanía…” (sic) un tema que nunca se había incluido dentro de la fórmula del paraguas.

GOBIERNO 2001-2003.

2001-2003 (-) No se registran asuntos relevantes.

GOBIERNO 2003-2007.

2005 (-) El apoyo de los países amigos: el Tratado de Lisboa y los desembarcos en Montevideo. Los ciudadanos de la Unión Europea votan la consulta sobre la aprobación del texto constitucional que incluye dentro de ésta, a Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y la Antártida como territorios británicos de ultramar. Seguramente, muchos de los españoles e italianos que votaron favorablemente eran parientes de los más de un millón de coterráneos que llegaron a la Argentina en el siglo XX y, no se sabe, cómo votaron los argentinos de doble nacionalidad que viven en la Argentina y Europa. En cualquier caso, se desconoce el rol cumplido por la Cancillería Argentina para promover un voto contrario a considerar Territorios de Ultramar a Malvinas, etc. de los países y ciudadanos. Los británicos siguen ocupando el Atlántico sur y los buques que pescan en Malvinas desembarcan en el Puerto de Montevideo facilitando su logística y comercio, mientras el canciller Bielsa nos dice: “hemos actuado con firmeza, pero sin estridencias ante el mundo”.

(+) Suspensión de la Investigación conjunta en el Atlántico Sur. En forma positiva se suspenden las reuniones de la Comisión de Pesca debido a que los británicos otorgan licencias de pesca por 25 años en Malvinas. Este hecho, que demuestra la voluntad británica de explotar el recurso pesquero —aún— depredándolo; termina resultando auspicioso; ya qué a través de estas investigaciones, la Argentina aportaba conocimiento y barcos y, los ingleses elaboraban su estrategia pesquera en la región.

2007 (-) Concesiones petroleras a empresas británicas. El gobierno otorga la explotación hasta el año 2043 del yacimiento petrolero “Cerro Dragón” a la Pan American Energy, cuyo capital accionario es en gran parte de la British Petroleum. A su vez, se ignoran los estrechos vínculos empresarios y de intereses de corporaciones mineras, petroleras y financieras con las empresas que explotan el petróleo en Malvinas, entre otras: la Barrick Gold, Minera Bajo La Alumbrera y Cerro Vanguardia son copropietarios de las petroleras Desire Petroleum, Rockhopper Exploration, FOGL y Southern & Borders Petroleum, y a ellas se suman capitales especulativos como la banca Barclays, accionista de una de estas petroleras y contratada por el Gobierno para negociar el canje de deuda.

(+) La Argentina y el R.U. ratifican sus derechos ante la ONU sobre las 350 millas (563 km) de la plataforma continental alrededor de Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, en acuerdo a lo previsto en la CONVEMAR; Convención que nos referimos a lo ocurrido en 1995 la Argentina debió observar varios de sus puntos.

 

GOBIERNO 2007-2015.

2008 (+) Restricciones a las empresas pesqueras que operan en Malvinas. Se sanciona positivamente la Ley 26.386 por la que se impide a las empresas pesqueras que operan en forma directa o indirecta en Malvinas obtengan habilitaciones para pescar en el Atlántico Sur. Ello no ha impedido que algunas empresas violen esta legislación.

(-) Inacción del Comité de Descolonización de la O.N.U. Durante los años 2008-2009 no hay acción alguna de parte de este Comité. El gobierno argentino critica por enésima vez al Reino Unido por ignorar la invitación de la Res. 2065/65. No parece entender, que “si una misma acción se repite varias veces en un mismo escenario, no hay que esperar más que un mismo resultado”. El Reino Unido obtiene el reconocimiento de la Unión Europea como territorio extracontinental de ese bloque.

2010 (-) Se inician las exploraciones petroleras británicas en Malvinas.  El Reino Unido inicia las exploraciones petroleras en Malvinas. Se considera este hecho muy importante ya que de resultar positivas las exploraciones y su costo competitivo podría consolidar fuertemente la posición británica en las islas.

(+) Permiso de Tránsito a Malvinas. Por Decreto del P.E.N. Nº 256/10 se obliga a los buques que van a Malvinas a solicitar permiso a las autoridades nacionales, medida que es apoyada retóricamente por América latina. Aunque pueden observarse cientos buques extranjeros que operan en área de Malvinas o en la Z.E.E. Argentina y se reparan, arman y transbordan en Puertos Uruguayos.

2011 (+) Restricciones a las empresas petroleras que operan en Malvinas. Se sanciona positivamente la Ley 26.659, elaborada por el Senador Fernando “Pino” Solanas, que establece sanciones a las empresas del continente que mantengan intereses directos o indirectos en Malvinas.

(+) Declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sobre los derechos argentinos de Malvinas (Caracas). Aunque inicialmente el presidente de Uruguay Pepe Mujica impide el ingreso a Montevideo de buques pesqueros extranjeros (no mercantes), esto se flexibiliza y a 2019 son cientos los buques de Malvinas que usan este puerto.

(-) Reserva ecológica británica. El gobierno británico crea —sin consulta a Argentina— una “reserva ecológica” de 1 millón de km2 que incluye a Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Ello, pese a que ambos países son firmantes de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), ello contrasta, con el poco interés en el cuidado de los recursos por parte del Reino Unido.

2012 (+) El Informe Rattenbach. Se conformó una comisión para conocimiento público de este Informe, analizar y evaluar el desempeño de las Fuerzas Armadas durante la Guerra de Malvinas.

2013 (+) Referéndum británico en Malvinas. En el Referéndum sobre los si los británicos que viven en Malvinas desean que las islas conserven su actual estatus político como Territorio de Ultramar del Reino Unido. El resultado fue positivo en un 99,83% sobre un total de 1516 votos. Ratifican su condición de británicos y con ello dejan en claro que no son autónomos ni buscan la independencia.

2014 (+) Declaración de la CELAC sobre los derechos argentinos de Malvinas (La Habana). Aunque esta, como las anteriores y posteriores declaraciones no tienen efecto práctico.

2015 (-) Hallazgo de petróleo en Malvinas. Londres anuncia el hallazgo de petróleo en el pozo Isobel Deep en la Cuenca Norte a unos 200 km del archipiélago. Son denunciadas penalmente empresas extranjeras por operar ilegalmente en la plataforma continental argentina.

(-) Reforma del artículo 2340 del Código Civil respecto del dominio público en la ZEE. En la reforma del Código Civil se ignoran los cambios lingüísticos de la legislación del mar, sin tener en cuenta, que al momento de la aprobación del artículo 2340 del Código Civil, tenía plena vigencia la Ley 17.094 que establecía la soberanía argentina a un mar territorial hasta las 200 millas marinas; mientras que hoy, el artículo 235 que lo sustituye, refiere a un Mar Territorial; que según los tratados internacionales y nuestra legislación, se limita a sólo 12 millas. Es decir, salvo una interpretación distinta se excluirían del dominio público unas 188 millas marinas.

GOBIERNO 2015-2019.

2016 (+) Ratificación por unanimidad del informe argentino de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de la O.N.U. En forma positiva la ONU ratificó el informe argentino sobre el límite exterior de la Plataforma Continental luego de 13 años de trabajo de la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental de Argentina (COPLA) de la Cancillería presentó a la ONU en abril de 2009. Un total de 1.782.000 km2 desde las 200 millas marinas y hasta el límite exterior, aunque de estos km2 sólo unos 350.000 km2 han quedado firmes y no encuentran discusión, porque en la superficie restante la Comisión de Límites de la ONU ha suspendido su tratamiento por tratarse de un espacio en disputa; espacios que se agregarían a las 4.799.000 km2 existentes desde las líneas de base hasta las 200 millas marinas; es decir, un total de 6,58 millones de km2 del territorio nacional, sus recursos hidrocarburíferos, minerales y de especies sedentarias. Un trabajo que se constituye en un modelo de cómo la Argentina debe proceder en sus políticas de Estado, y una demostración de la capacidad profesional de los embajadores y técnicos que integraron la COPLA qué, a pesar de transcurrir seis gobiernos, y pese a las dificultades políticas, económicas e instrumentales, realizó un tarea científica y jurídica encomiable en favor de los intereses superiores de la Nación.

(-) Ratificación de hecho del Acuerdo de Madrid. El secretario Carlos Foradori firma el denominado Pacto Foradori-Duncan, ratificado por los sucesivos Cancilleres Malcorra y Faurie, quien junto al ministro británico, Alan Duncan, declararon: “adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas” manteniendo viva la “fórmula del paraguas”. Este pacto habilitó a un nuevo vuelo entre Malvinas y San Pablo y una vez por mes con Córdoba, facilitando el comercio de Malvinas y la sobrevivencia de las islas frente al Brexit.

(+) Visibilización de los reclamos argentinos. El comunicado del Premier de las Islas Vírgenes y Presidente del Consejo Político de UKOTA D. Orlando Smith OBE, deja en evidencia la debilidad de los derechos británicos en Malvinas y en las “doce colonias de Ultramar”. El bajo precio del petróleo y la persistencia argentina en el reclamo de la plataforma, podrían ser también un desaliento a la instalación de empresas de exploración petrolera en el área Malvinas.

(+) Penalización de empresas pesqueras por aplicación de la Ley 26.386. Por aplicación de la Ley 26.386 y luego de ochos años de inaplicabilidad total inactividad, el gobierno argentino multa con 10 millones de pesos a la empresa de Desarrollo Pesquero de Chile SA (EMDEPES) subsidiaria de la japonesa Nippon Suisan Kaisha (Nissui) por pescar con el buque “Unión Sur” en la Z.E.E. Argentina con licencia del Reino Unido en el área de Malvinas. Ello se logra no por el control o investigación del gobierno, sino por la denuncia que efectúa y sostiene el ex director de operaciones de PESANTAR subsidiaria de la citada NISSUI en Argentina, Juan Benegas.

(+) La identificación de los caídos en Malvinas. Se acuerda en Londres entre Argentina y el Reino Unido el Plan de Proyecto Humanitario del CICR integrado por un equipo de forenses, entre otros los del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para iniciar las tareas de identificación de soldados argentinos caídos en Malvinas.

(-) Malvinas deja de ser el tema más importante entre la Argentina y el Reino Unido. La Canciller Malcorra manifiesta en el Líbano que “las Islas Malvinas no son más el tema principal en la relación entre Buenos Aires y Londres”, dejando de lado lo prescripto en la Constitución nacional.

2018 (-) Se firman Acuerdos pesqueros con China y Rusia durante la Cumbre del G20 realizada en la ciudad de Buenos Aires. La promoción de nuevos acuerdos pesqueros con Rusia y China, anunciados durante la Cumbre del G20, junto el otorgamiento de licencias ilegales pesqueras en Malvinas y las extracciones ilegales en la ZEE, junto a la utilización logística de puertos de Montevideo demuestran una política de extranjerización total del Atlántico Sur.

2019 (-) Aprobación de vuelos entre Malvinas, San Pablo y Córdoba. Se aprueba la empresa Latam para hacer vuelos semanales a San Pablo y una vez por mes a Córdoba, lo que implica, facilitar a los isleños el comercio con Brasil y al mundo, a través de San Pablo, a la par de contribuir con la logística y el transporte de personas y bienes.

(-) Se licita y aprueba a favor de empresas británicas áreas offshore de explotación petrolera en un área entre Malvinas y el continente argentino. Debilitando de esta manera la posición argentina en la zona austral del mar argentino.

(+) El Primer Ministro del Reino Unido Boris Johnson prevé concretar el Brexit en octubre de este año. El Brexit sin acuerdo con la U.E. puede presentarse como una oportunidad para la Argentina, si negocia adecuadamente con la U.E. y el Reino Unido, en atención al Acuerdo del EUROSUR y la política de aranceles de la Unión Europea.

Después de 37 años de políticas relativas a Malvinas, muchas de ellas desacertadas, debiéramos decir que no se trata de vivir aislado del mundo ni de utilizar procedimientos bélicos, ya que la Argentina no está en capacidad de sostener ningún conflicto armado, no solo por encontrarse desarmada, sino por la debilidad y dependencia económica extrema en la que se encuentra. Es fácil entender que Malvinas no estaría ocupada por el Reino Unido si fuese China o de Estados Unidos. Tampoco, es cuestión de ser sencillamente anglofóbico o sostener “contra los ingleses es mejor” como prologa en su libro la escritora Ema Cibotti o, reivindicar “la mano de Dios” que exteriorizó un sentimiento popular que tienen antes que nosotros, muchos irlandeses, escoses y galeses y, que seguramente, habrá de aflorar, con motivo del Brexit. Ahora, nuestra Independencia, nos sacó de encima el virreinato de los españoles, pero los ingleses siguieron haciendo de las suyas en nuestro país a pesar de la Reconquista, los Tratados de Paz y Amistad o bajo el amparo de Acuerdos, que como el de Madrid, sirvieron para seguir ampliando la ocupación de nuestro territorio. Entonces, no es el punto de ser anglofóbico pero tampoco cipayo. Como en la enseñanza bíblica de David y Goliat, deberíamos utilizar nuestras mejores capacidades para resolver esta apropiación, ya que las Malvinas, como el Unicornio Azul, son nuestras y las queremos.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Asesor en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de Entrega”) y articulista de la especialidad.

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