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RECOGER EL GUANTE

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)*

Todas las medidas económicas que se han tomado han sido para destruir años de acumulación de capital, tanto físico como humano.

 

El jueves un movilero de LN+[1] entrevistó a una señora que pertenece al grupo político “Polo Obrero”.

https://lnmas.lanacion.com.ar/video/hora-17-8-julio-2021-vid25164361/  

A partir de 4’40” hasta 15’35”. Una joyita. Escuchen con atención.

La mujer se expresó con propiedad y precisión sobre sus cuitas y reclamos al gobierno. Trataré de hacer un —indefectiblemente inexacto— resumen.

  • Reponer en la nómina compañeros que habían sido desafectados.
  • Subir el monto unitario del beneficio (inflación).

(Hasta acá, de esperar).

  • Que los planes sociales no sirven, que lo que se necesita es trabajo formal, que tenga obra social y aportes jubilatorios.

(Bien la señora. Ahora lo más interesante).

  • Que el gobierno usa a los beneficiarios para bajarle el sueldo (o dejar que se licúe con inflación, agrego yo) a los trabajadores formales del estado. Gran parte de las tareas asignadas al Polo Obrero consisten en trabajos en municipios o de limpieza en el Hospital Posadas (nacional).

Muy bien resumido por la señora. A ellos les pagan monedas y los mantienen como ejército de desocupados frente a los reclamos sindicales del personal de maestranza. Win-win para el gobierno. Pobreza eterna para los “beneficiarios”.

Lo que confirma todas las apreciaciones que hice en su momento sobre los planes sociales. Son una cuña para separar a los trabajadores formales de los precarios. Sirve para debilitar al sindicalismo. Son maniobras de países ricos, no de pobres. Planes sociales tiene EEUU (50 millones con Obama), Italia, Francia, Inglaterra, Suecia, Holanda, Dinamarca.

Con un PBI como el nuestro, lo que hay que hacer es trabajar; no mantener personas forzadamente fuera del mercado laboral.

Acá estamos, a mediados del 2021, sin trabajo para una población escasa en una enorme extensión, con inflación y sin salida a la vista.

Evidentemente con la democracia no se cura, no se educa y definitivamente no se come.

Desde Alfonsín a hoy el país va para atrás[2]. Todas las medidas económicas que se han tomado han sido para destruir años de acumulación de capital, tanto físico como humano. Si en algún momento se da una mejora (Menem) es temporaria y rápidamente revertida. Hace 10 años que el país decrece sin solución de continuidad.

Todas las medidas que toma el régimen socialdemócrata, omnipresente en todos los partidos con asientos en el congreso, son para la demolición del país y no su reconstrucción.

Una tras otra vemos las medidas para el deterioro de la infraestructura pública, ya sea por falta de mantenimiento o por abandono, o por privatización de fracciones; el endeudamiento eterno como política de estado; el tipo de cambio atrasado para evitar el crecimiento del país, el traslado de actividad a Brasil y el subsidio de las transferencias de tesoros[3] al exterior por parte de funcionarios y “capitalistas de amigos”.

No son los actuales políticos los que van darle a esta mujer lo que ella pide.

El actual régimen no va a generar las condiciones para que haya una economía en crecimiento, con trabajo formal, buenos salarios y seguridad social. Por varias razones: 1) no está dentro de sus objetivos sino todo lo contrario[4]; 2) porque la reducción de la economía y en particular de la economía formal es una restricción externa que nuestros interventores prolijamente instrumentan, 3) es un gran negocio, 4) la precarización laboral, la desocupación y la red de seguridad social son un caballito de batalla de los organismos internacionales para con los países con pasado industrial y con cultura sindical.

Recojamos el guante

Lo que esta señora peticiona, al igual que millones de compatriotas que se quedaron sin trabajo, no se lo van a dar. No los políticos actuales.

Sin embargo, sí hay otro grupo de personas que sí pueden ofrecerle —y lo más importante— cumplir con esos sueños de pleno empleo y trabajos bien pagos y formales.

Hay toda una parte de la Argentina, que no forma parte de la estructura de gobierno (en sentido amplio: oficialismo, oposición, los tres poderes, provincias, municipios, burocracia), que sí sabe qué hay que hacer.

La señora dice “no nos vamos a resignar de que en este país tiene que haber un gobierno que genere un trabajo para que podamos aportar para que podamos tener un salario que nos alcance para vivir”. No es ningún partido socialdemócrata en ninguna de sus variantes la que la va a satisfacer.

Pero sí nosotros (“nosotros” = no-socialdemócratas) tenemos un plan para el engrandecimiento de la Patria, que, ¡oh, casualidad!, coincide con los anhelos de esta señora.

Sabemos que la Argentina debe triplicar, quintuplicar las exportaciones, llegar al pleno empleo, subir los salarios (oferta y demanda) a US$ 1.500 mensuales, invertir en infraestructura (caminos, FFCC, astilleros, flota, FFMM, energía), obra civil anti inundaciones/sequía, Conquista del Desierto II, ocupar el territorio.

Esto llevará a un incremento de actividad agropecuaria, industrial y de servicios. A su vez un crecimiento del nivel de producción de sus proveedores e inversiones en activos fijos (infraestructura) pública y privada. Mayor demanda laboral, que empuja hacia arriba los salarios.

Este país que soñamos implica ocupar el territorio, sofocar las voces e intereses centrífugos, brindar servicios públicos de calidad a todo el territorio y a toda la población sin excepciones. Descomprimir las grandes ciudades. Prosperar.

Servicios públicos de calidad implica buenos salarios para docentes, profesionales de la salud, de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas. Selección y capacitación. Que cuenten con los elementos requeridos para cumplir su misión, submarinos incluidos.

Todo esto (puentes, usinas eléctricas, hospitales, submarinos y salarios) con un costo que no exceda el 25% del PBI.

La parte instrumental es la más fácil: tipo de cambio competitivo pro exportación, eliminación y/o reducción del costo de la deuda pública, no emisión monetaria, eliminación de subsidios que lleven a la concentración de población, inversión en infraestructura en el interior, reducción violenta de impuestos, eliminación de adelantos impositivos, sinceramiento de los canales de comercialización, mejoras en los fletes, autoabastecimiento energético, recuperación de FFMM, etc. Lo de siempre.

El desafío está en otro lado. Está en tomar la iniciativa del gobierno del país. Entender que debemos tender un puente a todos los argentinos como esta señora o trabajadores formales con sueldos infames[5]. Dar la esperanza, cumplible, de que se puede prosperar con trabajo. Quienes lo pueden organizar, prometer y cumplir son quienes todavía tienen algo de resto, antes de que el régimen actual les quite lo que les queda de capital dinerario, cultural o moral.

Ningún proyecto de Nación tiene sentido si no es para todos «garantizar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad». Ningún proyecto político será exitoso (ni merecería serlo) si no es con nuestros rednecks adentro.


Palabras del General Don José de San Martín.
https://twitter.com/TodosGronchos/status/1413506066898251784

¿Qué tenemos que hacer? Ocupar lugares públicos. Ocupar bancas. Aprender el oficio de gobernar el país. Hacer los planes para gobernar, área de gobierno por área de gobierno. Convocar a los especialistas no-socialdemócratas, que existen “cancelados” en sus casas y redactarlos, discutirlos, tenerlos listos para cuando sea necesario.

Unir a todos los “perdedores”, desde el que vende porotos de soja a $95 el dólar y no a $168, a la PyMe que tiene enterrados $ 2 millones de pesos en adelantos impositivos, al agente de policía de la provincia de Buenos Aires con un sueldo de lágrima, a la enfermera de Entre Ríos, a los ferroviarios en un FFCC descapitalizado, a los obreros de FM, siempre bajo la amenaza de la nueva privatización, a los marinos de la inexistente flota fluvial, a los empleados sodomizados con impuesto a las ganancias cuarta categoría, a los monotributistas, y a los 920.000 “beneficiarios” de planes sociales en nombre, trabajadores precarizados en la realidad.

¿Saben por qué debemos hacerlo? Porque podemos.

Nos arrojaron un guante. Estemos a la altura de las circunstancias.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA). 

Publicado originalmente por Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2021/07/recoger-el-guante.html

 

Referencias

[1] Perdón, no retuve el nombre del periodista. Muy bien Rossi, también.

[2] O desde que Martínez de Hoz nos endeudó. Cada uno que elija la fecha que más le guste.

[3] Se denomina “tesoro” al dinero que se usa al sólo objeto de reserva de valor o para guardarlo. No se invierte. No se usa. Los saldos de las cuentas en el exterior de varios funcionarios públicos (del gobierno de Macri y del actual) constituyen “tesoros”; en este caso, personales. Ejemplos: saldos de Dujovne o de Todesca.

[4] Ver discursos del presidente en el congreso los días 10/12/2019, 01/03/2020 y 01/03/2021.

[5] U$D 400 promedio con dólar oficial, ó U$D 230 sueldo promedio con dólar libre o blue. Últimos datos disponibles del Ministerio de Trabajo de la Nación.

CONTAR POROTOS

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)*

¿Usted tiene algún representante? ¿No? Entonces usted no existe.

Numerosos grupos de ciudadanos no tienen representación política.

El más evidente: los jubilados[1].

Otros: trabajadores en blanco[2].

Igual situación sufren los dueños de PyMes industriales, comerciales o agropecuarias.

Me hicieron notar que en esta lista faltan los monotributistas. Cierto. Abandonados de la mano de Dios, como el último impuestazo demuestra.

Hay más no-representados. Los integrantes de las FFAA, de las FFSS, profesionales de la Salud, transportistas, programadores de software, productores de bienes exportables,…, la lista es kilométrica.

La Constitución plantea las reglas de juego de cómo debemos dirimir nuestros conflictos desde el mismo inicio. “Artículo 1º.- La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según la establece la presente Constitución”.

¿Usted tiene algún representante? ¿No? Entonces usted no existe.

¿Quién ocupa las bancas? ¿Qué intereses defienden? En lenguaje de nuestra constitución: ¿A quién representan?

Acá entramos a un mapa de conjeturas interesante que habrá que despejar.

A contar porotos

El presidente de la Nación, el día que asumió, aclaró a quién iba a favorecer: petroleras, mineras, el trabajo informal y a la banca. ¡Ah!, el dinero lo iba a poner el campo.

Su accionar agregó perdedores a la lista. En diciembre 2019 pusieron el impuesto PAIS, que pagan asalariados, en el verano 2020 redujeron el ingreso de los jubilados, a mitad de año grabaron los alquileres de viviendas. Durante lo que va del mandato sostuvieron la infamia de un tipo de cambio retrasado, el cual daña a las provincias; junto al impuesto inflacionario que perjudica a los más humildes. 

El Congreso aprobó todas estas iniciativas.

Requiere el siguiente andamiaje. En el senado hay grupos que votan en bloques más o menos homogéneos. Los patagónicos votan a favor del petróleo, como lo hacen los andinos con las auríferas. A cambio del soporte de sus actividades, votan con los porteños los negocios del gobierno central que son, a saber:

  • banca: renegociación de deuda, carry trade (bicicleta), tipo de cambio atrasado, emisión (impuesto inflacionario).
  • obra pública (Club de la Obra Pública).
  • negocios propios de la casta (ej. Aerolíneas Argentinas).
  • Farmacéuticas (proveedor del Estado y precios cartelizados).
  • imposición de agenda internacional (género, ablaciones, aborto, inmigración, indigenismo, afroismo, calentamiento global, agroquímicos, etc.)[3].

Los bloques patagónicos, capital federal y andinos constituyen una masa crítica que disciplina a los restantes. No importa el partido del cual provengan.

Con menor homogeneidad, Diputados replica el accionar.

Un buen ejercicio, que invito a hacer, es pensar la cámara de diputados y senadores como defensores de determinados intereses en alianza con otros.

Por ejemplo: el descontrol del BCRA. Todas las provincias son perjudicadas[4]. Sin embargo, resignan defender los intereses de la producción local, a cambio de alguna gracia puntual.

De ahí la importancia de contar los porotos; cuántos hay para cada iniciativa. Verán que el NEA y la región central (pampa húmeda) están más solos que Margaret Thatcher en Cosquín.

El Gran Misterio

Debemos desentrañar por qué los 70 diputados y los 3 senadores por Buenos Aires votan sistemáticamente en contra de los intereses de sus coprovincianos.

En varias ocasiones sostuve que la provincia se encuentra intervenida. Ha sido un proceso gradual que se volvió indisimulable desde que el ex diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Scioli, accedió a la gobernación. Llenó su gabinete de porteños. Después de ocho años, el procedimiento fue repetido por la oposición que instaló a … la ex vicejefa de gobierno de la capital. Como si el vicegobernador de Misiones asumiera al año siguiente como gobernador de Corrientes. Nombró de ministro de seguridad al ex presidente de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Un verdadero ejército de ocupación. La gobernación cambió de signo político; la intervención quedó intacta. Ahora el diputado nacional por la Ciudad, Kiciloff, con su corte de porteños, es su nuevo gobernador.

¿Cuál es el objeto de la ocupación de la provincia de Buenos Aires? Hay numerosas razones. Intentaré descifrar algunas.

El más importante es la selección de los candidatos a diputados y senadores nacionales por la provincia. Garantizar que todos o la mayor cantidad posible de ellos defiendan los intereses del gobierno central y no los provinciales. Consolidar la transferencia brutal de riqueza de la PBA (vía el BCRA y vía la AFIP).

La provincia da origen al 35,4 % de las exportaciones del país. El gobierno central le quitó a los habitantes de la provincia la suma de U$D 9.600 millones, sólo en 2020, por diferencia de cambio y $ 136.838 millones por derechos de exportación, con el silencio cómplice de los 70 diputados y 3 senadores nacionales por PBA.

Esas 73 personas avalan el status quo.

Consiste en:

  • Sostener la deuda permanente como columna vertebral de las decisiones soberanas del país. Que nunca falte deuda externa más permitir el pago de fortunas a la banca local año tras año (carry trade o bicicleta). $ 1.200.000.000 en el año 2020.
  • Defender el conjunto de prebendas para la “industria” consistente en exenciones impositivas, créditos blandos (con tasa inferior a la inflación), aranceles discriminados, subsidios directos, dólar subsidiado para importar partes, salvatajes, etc.
  • Proteger al Club de la Obra Pública (ej. Lascurain condenado en primera instancia).
  • Fortalecer a las farmacéuticas. Al punto tal que varios diputados responden directamente a ellas.
  • Honrar las alianzas[5] que garantizan la pervivencia del régimen (el discurso inaugural de Fernández el 10-12-2019 como prueba al canto).
  • Votar siempre como si fueran de la Capital Federal (que engloba todos los puntos anteriores).

El segundo objetivo de la intervención es bloquear el acceso del interior de la provincia al escenario de representación. Un tercio de la población bonaerense no vive en el conurbano de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo estas personas no cuentan con un tercio de la Legislatura provincial y ciertamente ni uno solo de los 70 diputados nacionales o los 3 senadores los defiende.

Tal vez la supresión de la provincia de Buenos Aires como expresión política sea una de las grandes tragedias argentinas.

La insidia es mayor aún. Todas las cabeceras de partido fueron ocupadas por el unitarismo. Florecieron oficinas del ANSES, PAMI, AFIP, Banco Nación, más organismos provinciales ocupados por los interventores, como el BAPRO. Grandes empleadores, con sueldos por encima del promedio de la zona. Crean su propia corte de defensores de la intervención y del unitarismo.

Quienes viven en Pehuajó, Junín, Pergamino, Azul, Lincoln, Dolores, etc. lo conocen bien.

No tiene nada de original. Si uno ve el mapa de votación de los EEUU en 2020, aún en los estados que votaron a los republicanos (rojo), las capitales, donde residen los empleados del gobierno central, votaron a los demócratas (azul). En la capital de EEUU, sede de todas las burocracias, el voto azul fue del 94%.

Agenda Global

¿Por qué todos estos “representantes” votan la agenda global? Porque está atada a créditos y subsidios de organismos internacionales amén de ser condición sine qua non del juego de renovación permanente de la deuda eterna.

La banda criminal que nos gobierna entiende que para sobrevivir no sólo debe tener firmes sus maquinarias políticas locales (bien aceitadas para ambos partidos mayoritarios) sino que no debe presentar amenaza a las iniciativas de las agendas globales, por más delirantes que parezcan. El objetivo en este caso es quedar fuera del radar para poder continuar el saqueo de sus connacionales[6].

¿Por qué las petroleras cuentan con el apoyo de todos los senadores de las provincias patagónicas y casi todos los diputados? Porque ponen dinero para sus campañas. ¿Por qué Yedlin u Ocaña son diputados? Porque sus mandantes les financian sus carreras políticas. ¿Por qué Lousteau, luego del desastre que produjo al país en el 2008 ha sido diputado, embajador en EEUU y ahora senador? Porque le han financiado su carrera desde jovencito. No hace falta que hablemos de Gioja o los representantes de Catamarca.

¿Por qué siempre hubo representantes del gremio docente en diputados desde Alfonsín a hoy? Porque se necesitaba comprar la voluntad de los gremios para poner en marcha el plan de destrucción de la educación argentina diseñado desde y financiado por los organismos internacionales.

Cuando se corre el velo es todo más fácil de entender.

¿Quieren ferrocarriles, fletes marítimos y fluviales, astilleros, dólar alto, educación de calidad, Fuerzas Armadas pertrechadas y bien pagas, Gendarmería que custodie la frontera, médicos y enfermeros con buenos ingresos, caminos rurales en buen estado, salario familiar para los trabajadores en blanco, eliminación de impuestos a las ganancias al trabajo? Pongan el cuerpo o financien campañas o ambas cosas.

Nadie nos prohíbe tener representantes. Es más, la constitución nos invita a representar y ser representados. Sólo hay que querer estar ahí.

Tan simple como eso.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencias

[1] Algunos partidos llevan en sus listas abogados previsionalistas, que desde América González a Tundis, sólo han servido para bloquear el ingreso de representantes genuinos.

[2] Décadas atrás había un puñado de sindicalistas como diputados nacionales. Hoy su presencia es irrisoria.

[3] A cambio reciben líneas de fondo de organismos internacionales que gastan a su gusto, con el consiguiente bolsiqueo, más constituyen imposiciones restrictivas de los organismos de crédito como el FMI. Reciben plata y a cambio dan algo que les da oportunidades para robar y sin ningún costo político.

[4] Las petroleras y mineras tienen un sistema cambiario distinto por el cual quedan fuera del fraude perpetrado por el BCRA, lo que le garantiza al gobierno central contar con esos votos. A nadie le importa que los productores de peras de Río Negro vayan a la ruina con un dólar a $ 100 siempre y cuando YPF, BP, Total, Exxon et al prosigan sin escollos.

[5] Petroleras y auríferas. Pesca.

[6] La casta política actual jamás replicaría el episodio de Bucarest 1974 donde Argentina desafío a Kissinger. Y ganó hasta la humillación. Los engreídos Kissinger y McNamara se convirtieron en el hazmerreír internacional. Los EEUU tienen en claro que “nunca más” le darán soga a la Argentina en los organismos internacionales.

 

Publicado originalmente por Restaurar.org http://restaurarg.blogspot.com/2021/07/contar-porotos.html

 

9 DE JULIO. ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA INDEPENDENCIA DESDE EL SIGLO XXI.

Marcelo Javier de los Reyes*

El 24 de marzo de 1816 se reunió el Congreso de Tucumán en un contexto conflictivo dados los resquemores que despertó en el litoral la hegemonía que ejercía la ciudad de Buenos Aires. A pesar de estas tensiones y de que no todas las provincias participaron del Congreso, pues las del litoral —la Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe— estaban en guerra contra el gobierno central, el 9 de julio de 1816 las Provincias Unidas proclamaron su independencia.

Mucho ya se ha escrito respecto a los hechos que siguieron a esa proclamación y a los vaivenes que desde entonces vivió la Argentina.

El propio Manuel Belgrano, quien a diferencia de nuestros actuales dirigentes luchó por nuestra independencia haciendo grandes esfuerzos y muriendo en la pobreza, llegó a expresar: “Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para remediar sus desgracias. ¡Ay Patria mía!”

Recientemente, el 20 de junio, se cumplieron 201 años de ese pronunciamiento de uno de nuestros más importantes próceres, quien durante el virreinato cumplió numerosas funciones públicas y luego luchó incansablemente por la independencia. A diferencia de nuestra dirigencia, que no ha intentado imitarlo, Belgrano murió en la pobreza y con una gran angustia en un contexto en el que la Patria se encontraba en un estado de gran convulsión interna. Quizás la misma angustia que muchos argentinos sentimos al ver el camino de autodestrucción que hemos emprendido en las últimas décadas. Porque ya no somos ese “crisol de razas” que nos enseñaban en la escuela pública, prácticamente la única escuela que existía en la niñez de los que cursamos más de seis décadas y la que nos igualaba a todos con el guardapolvo blanco. Del mismo modo que nos igualaba el Servicio Militar Obligatorio, en el que nos cruzábamos los jóvenes de todas las religiones, provincias, etnias y clases sociales y económicas que conformábamos esa “comunidad organizada” conocida como Nación, es decir, un conjunto de personas que comparten vínculos históricos, culturales, religiosos, etc., que tienen conciencia de formar parte de un mismo pueblo o comunidad.

Para algunos quizás nunca hayamos sido plenamente independientes pero está claro que los pasos que hemos dado nos han llevado a dudar de nuestra independencia debido a que hemos perdido lo que se denomina “Poder Nacional”. Este es uno de los conceptos que nuestra dirigencia ha dejado de usar, así como otros, por ejemplo “Soberanía Nacional”, “Identidad Nacional”, porque han sido reemplazados por los falsos y desiguales “derechos humanos”, por la fantasiosa “integración”, declamaciones que distan de la realidad.

No somos independientes si no hay producción nacional y si el país está maniatado por una gran deuda externa.

No somos independientes si quienes son elegidos para administrar la República —la “res” (cosa, o asunto) y publica (el pueblo), la “cosa pública”— despilfarran los fondos públicos en su propio beneficio —los “partidarios de sí mismos”, como los denominaría Belgrano—, haciendo populismo, mientras se esquilma a los trabajadores, a los jubilados y a los sectores productivos.

No somos independientes si no se defiende cada metro cuadrado de la Patria, si no se fortalece la Seguridad Interior y si no se provee a las Fuerzas Armadas del material necesario para cumplir con su misión de custodiar la Soberanía Nacional, nuestra integridad territorial.

No somos independientes si se destruyen los valores, las tradiciones, mientras se ideologiza cada sector de nuestras vidas y del Estado en función de una “agenda global” impuesta o de tendencias subversivas que incrementan la división nacional.

Asistimos hoy a la desestructuración de esas bases que llevaron más de cuatro décadas del siglo XIX para lograr la unidad, dejando atrás las guerras civiles, y redactando una Constitución Nacional (1853) que permitió iniciar una etapa de crecimiento, de desarrollo productivo que puso a la Argentina de las primeras décadas del siglo XX entre los países más desarrollados del mundo, en el que la educación común, gratuita y obligatoria (Ley 1.420, de 1884, presidencia de Julio Argentino Roca) y unos salarios superiores a los de algunos países de Europa, provocaron algo que fue un orgullo nacional: la “movilidad social”.

Tan relevante fue la Argentina que se erigió como modelo para otras naciones; que incluso varias tomaron hasta los colores de nuestra Bandera Nacional para darse sus propias enseñas patrias.

Con todo, en ese mismo siglo XX comenzó la declinación a causa de los golpes de Estado cívico-militares —que tuvieron su origen en 1930— y de la emergencia, nuevamente, del caudillismo, del culto a la personalidad que aún perdura en esta Argentina del siglo XXI.

Los grandes pasos de las primeras décadas del siglo XX, como la creación de YPF o de la siderurgia nacional, fueron acortándose.

La independencia proclamada el 9 de julio de 1816 parece hoy como algo que en esa época no existía: una foto. Sí, una imagen estática, un grito congelado en el espacio y en el tiempo.

Es hora de que los argentinos asumamos que la independencia es una labor diaria, una tarea inconclusa que —debido a nuestro retroceso en todos los órdenes— requiere que reconstruyamos nuestros valores y nos reunamos para ser parte de una nueva dirigencia nacional que promueva que Dios y la Patria le reclamen a la actual dirigencia política por todo el daño ocasionado a la Nación y paguen por el verdadero genocidio que están causando a través de la generación diaria de pobres en un país rico, por la creación de ese grupo de jóvenes “que ni estudia ni trabaja” en un país que fue un faro que iluminó a otras naciones con su educación y con su cultura. Desde hace años, esta Argentina impulsa al exilio a aquellos jóvenes que tienen las ambiciones normales de cualquier ciudadano que habita en un “país normal”.

Los que hemos estado bajo bandera hemos jurado “defenderla hasta perder la vida”. Los niños, en las escuelas, realizan la ceremonia de Promesa de Lealtad a la Bandera Argentina. Debemos repensar acerca de esto y trabajar para que estas fórmulas no sean meras declaraciones, sino que adquieran el verdadero sentido que encienda la llama que ilumine y suministre la energía vital necesaria para la fundación de una Segunda República, para una Reconstrucción Nacional.

Dotémonos del espíritu de cuerpo que nos permita peregrinar hacia la “Argentina prometida”.

Desarrollemos el sentimiento de argentinidad para ser verdaderamente independientes como lo soñaron nuestros próceres y quienes les sucedieron en la historia, quienes dieron su vida en 1982, quienes trabajaron incansablemente por la grandeza de la República.

Recordemos al Libertador General San Martín, quien nos trazó el camino: “Cuando la Patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

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