Ramón Francisco Banegas*
Hoy 3 de febrero 2021, todos recordamos la Primera Batalla Librada por el entonces Coronel Don José de San Martin en San Lorenzo, cuyos pormenores y desenvolvimientos de la misma, todos conocemos. Pero existió un episodio, que me llega y emociona por dos razones: La primera por haber sido un héroe, olvidado en la historia o poco reconocido, la otra porque fue el Primer Jefe del Puerto de Rosario y me atañe como Prefecturiano.
Estoy hablando del Capitán de Infantería del Regimiento Nº 5 Don Emeterio Celedonio Escalada y Palacios, nacido el 31 de agosto de 1762 —en Rincón de Soto España— y que llegara a Rosario en con el Regimiento del General Manuel Belgrano en 1812.
Este es el primer antecedente sobre autoridad portuaria en Rosario, con a la designación del Capitán de Infantería Celedonio Escalada, el 1º de marzo de 1812, como Comandante Militar y a cargo del puerto.
Esta historia comienza, cuando estando en esas funciones, el día 30 de enero de 1813 una escuadra española de 11 navíos procedente de Montevideo —con unos 350 soldados a bordo— fondeó frente a Rosario. Escalada, en prevención de un desembarco, reclutó unos 50 milicianos y trasladó un cañón a la costa, frente a la misma. El desembarco no se produjo y la escuadra siguió hacia el Norte.
Según cuenta Bartolomé Mitre (biógrafo del General San Martín) en su historia sobre la Batalla de San Lorenzo, el Libertador, que había partido de Buenos Aires con ese rumbo, al mando de su flamante Regimiento de Granaderos a Caballo el día 28 de ese mismo mes, recibió en el camino, de parte de Escalada, la novedad. Éste le advertía, además, que los españoles podían intentar el asalto al convento de San Carlos en San Lorenzo.
Dos días después (30 de enero) el mismo Escalada y su gente resisten, en una escaramuza frente al convento, el intento de asalto por parte de una reducida avanzada enemiga.
San Martín alcanza ese punto el día 2 de febrero a la noche y apresta a su tropa, compuesta de unos 120 hombres, a los que se sumarían unos 50 milicianos y el cañón, traídos por Escalada desde Rosario. Los defensores se ocultaron tras los muros del Convento, a espera de los realistas. Éstos, que desembarcaron en el actual arroyo San Lorenzo y se dirigieron a pie al lugar, doblaban en número a los oponentes, pero el factor sorpresa estaba de parte de los patriotas.
La Batalla de San Lorenzo fue el primer y único combate de San Martín y sus granaderos en este suelo y significó una gran victoria para la patria. Subordinado al Gran Capitán, el Capitán del Puerto de Rosario Celedonio Escalada, junto a sus 22 hombres armados, 30 de caballería con chuzos, sables y pistolas y un cañoncito.
Marcelo Bazán Lazcano, en la Revista de la Escuela Superior de Guerra de mayo-junio de 1973, lo menciona como “Los olvidados del Combate de San Lorenzo”, después de haber realizado una exhausta investigación, sobre la actuación que le cupo al Capitán Emeterio Celedonio Escalada y sus 50 milicianos, en el Combate de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813.
Si bien muchos de estos milicianos devinieron en militares preparados por el Capitán Celedonio Escalada, su actuación debió haber sido destacada, en razón que el propio Coronel San Martín recomendó su comportamiento al gobierno nacional: “por la demostración de valor y amor al país”. El 6 de febrero recomendó específicamente “al comandante Escalada y al teniente Piñero, por haber prestado cuantos servicios han sido necesarios” y por su pericia en el manejo del cañón en combate.
Es transcendente y con un importante valor el testimonio del prisionero español Francisco Guillot, quien afirma en su obra “Episodios de la Independencia” que Escalada y los milicianos ocuparon el centro “de las fuerzas comandadas por San Martín” y que cuando el jefe de los realistas gritó “¡Viva el Rey!”, Escalada gritó “¡Viva la Revolución!”, dando de esta manera comienzo al combate.
Conforme a los dichos de Bazán Lazcano, culmino con su relato acerca de sus consideraciones del combate de San Lorenzo:
“La parte del terreno que el cañón debía recorrer ante la vista del enemigo, era de fácil transpirabilidad, lo que hacía ventajoso su avance o retroceso, según la conveniencia de una u otra operación”.
“El cañón actuó en una zona particularmente expuesta a las fluctuaciones del combate y fue maniobrado por los milicianos, únicos experimentados en su manejo. Escalada, que conocía perfectamente el terreno, debió indicar con anticipación a San Martín los lugares que la pieza ocuparía durante la lucha, según fueran los movimientos del enemigo”.
“Las columnas realistas, apoyadas eficazmente por la artillería de sus buques, avanzaron con rapidez, ya que apenas eran molestadas por el fuego del pequeño cañón, sirvió como una carnada en desventaja con los cañones de la flota”.
“El enemigo ha mordido el anzuelo. La pieza de los milicianos retrocede, y los invasores continúan avanzando. En el parte de San Martín fechado el 6 de febrero también consta oficialmente que esa ‘compañía armada de 22 fusiles, y el resto de chusa y algunos sablecitos y pistolas… y 30 hombres más, también armados de chusas, y algunas pistolas… y cañoncitos de montaña’, combatieron en San Lorenzo”.
El 27 de abril de ese año, la Asamblea le declaró “Ciudadano americano de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.
Pretendí recordar a un Héroe nuestro, de nuestra Institución, que participó del Combate de San Lorenzo, único combate en suelo argentino y Batalla Ganada en territorio Nacional.
El 15 de septiembre de 2019 se cumplieron 200 años del fallecimiento de nuestro héroe Capitán de Infantería Emeterio Celedonio Escalada Palacios, Dios lo tenga en la Gloria, ¡¡¡y nosotros en nuestros corazones!!! ¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!!
Prefecto Principal (RE), Prefectura Naval Argentina. Analista Superior en Seguridad Marítima, especializado en puertos, costas y fronteras.
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Que buen registro histórico!!
A sumar para conocer más nuestra historia y nuestros héroes!!
mi sexto abuelo… un excelente estudio de testimonios alternativos al de Mitre, que parece haberse instalado como historiador oficial de nuestro país.
excelente relato de testimonios alternativos a Mitre, que parece haberse adueñado de la historia oficial