Archivo de la categoría: ARGENTINA

UNA NACIÓN POSIBLE

Santiago González*

Facundo Manes propone un plan de amplio consenso para no desperdiciar nuevamente una coyuntura internacional favorable.

En el curso de una entrevista que concedió la semana pasada, el aspirante presidencial por el radicalismo Facundo Manes dijo varias cosas interesantes, por lo menos más interesantes que las que suelen ofrecer otros personajes con sus mismas pretensiones. Dijo en primer lugar que a la Argentina le espera una década excepcionalmente favorable en términos de contexto económico internacional; que la Argentina ya atravesó en el pasado por esas coyunturas —a fines del siglo XIX, en la posguerra, y a comienzos del siglo XXI— y por distintas razones las desaprovechó todas; y que si esta vez se prepara de manera inteligente para sacarle partido, la oportunidad que se anuncia podría lanzarla definitivamente por el camino de crecimiento y desarrollo que su condiciones naturales y humanas le auguran desde hace mucho.

Manes dijo en segundo lugar que la confección y conducción de un plan capaz de aprovechar esa coyuntura mundial favorable es tarea que excede a cualquier parcialidad política, y dio a entender que excede incluso a la política en su conjunto para extenderse también a otros ámbitos económica, social y culturalmente relevantes. Advirtió por último que ninguna facción política triunfante que haya centrado su campaña en su capacidad potencial para cerrarle el acceso al poder a la otra estará en condiciones de promover entendimientos de esa envergadura porque de inmediato e inevitablemente tendría a medio país en contra.

Pensemos un poco sobre lo que dice Manes. Su percepción de la coyuntura internacional que se nos presenta es en general compartida por otros observadores, y su propuesta tiene la virtud de mirar hacia adelante, de hablar del futuro en unas vísperas electorales en las que sólo se escuchan las letanías del “ah, pero Macri / ah, pero Cristina”, versión contemporánea del clásico “ah, pero el peronismo / ah, pero la oligarquía”, que nos acompaña monocorde desde mediados del siglo pasado mientras todo se desmorona a nuestro alrededor.

Cada una de las dos facciones mayoritarias que nos dividen trata de convencer a la ciudadanía de que con sólo hacer lo opuesto de lo que hace o propone la otra, o, mejor aún, eliminando a la otra, los problemas de la Argentina se disiparían como por encanto. Exactamente lo contrario de lo que sugiere Manes sobre la necesidad de aunar voluntades más allá de los límites partidarios, e incluso, diría yo, más allá de los límites de la política. Preferentemente fuera de los límites de la política, agregaría, aunque nuestro ordenamiento jurídico nos obliga a pasar por las horcas caudinas de la política para dirimir la cuestión del poder.

Respecto de la intermediación de la política no parece haber alternativa. Un plan como el que imagina Manes sólo se puede poner en marcha desde el poder. Dado que no hay en el país ningún poder lo suficientemente poderoso como para imponerse y lograr acatamiento, aun a disgusto, ese poder debe surgir desde la política: encontrar en el diálogo su instrumento, plasmar en un plan sus acuerdos, y, para obtener un máximo de compromiso respecto de sus requisitos y obligaciones, someter ese programa a un referendo popular. Esto lo digo yo, no lo dice Manes. O a este país lo damos vuelta entre todos, y nos comprometemos a hacerlo, o no lo hace nadie, y entonces mejor apagar la luz, cerrar la puerta e irse.

Desde el restablecimiento del sistema democrático, las facciones mayoritarias, las que han dado al país sus gobiernos, se ha limitado a aprovechar su circunstancial acceso al poder para el enriquecimiento personal de sus miembros a todo nivel (desde el legislador o el intendente que no puede explicar su evolución patrimonial hasta el muchacho que pega carteles y consigue ubicación en algún rincón del Estado) y a emplear su manejo del poder coercitivo del Estado en favor de quienes financiaron sus campañas o de amigos en condiciones de retribuir esas atenciones con discreta generosidad (desde la licitación amañada hasta la reglamentación que invoca el bien común para inclinar la balanza en favor de Pedro y en perjuicio de Juan). Un ejercicio del patrimonialismo tal como lo describió en La Prensa este fin de semana el profesor Carlos Hoevel.

En ningún caso la política se ha ocupado hasta ahora de diseñar un proyecto estratégico para el desarrollo y el crecimiento material y humano del país, y de someterlo al escrutinio de propios y ajenos. A lo sumo acomodó el destino nacional a programas diseñados por otros, deseosos de configurar el mundo en función de sus propios intereses. Fue lo que hizo Raúl Alfonsín respecto de la socialdemocracia europea; fue lo que hizo Carlos Menem respecto del llamado consenso de Washington. Fernando de la Rúa trató de armonizar los desastres recibidos de sus predecesores, y sólo logró multiplicarlos. Desde la crisis del 2001, ningún gobierno hizo más que agudizar el ingenio para seguir succionando a un país exhausto, y plegarse dócilmente a la agenda globalista, enemiga de cualquier proyecto nacional.

La oferta electoral disponible no indica que eso vaya a cambiar. Los principales candidatos de Cambiemos apenas representan caminos diferentes en la dirección de la Agenda 2030, el nombre y la fecha que los globalistas dieron a su programa dirigido a borrar las soberanías nacionales y las libertades personales. El kirchnerismo siempre impulsó esa agenda como propia y nada dice que esté dispuesto a resignar esas convicciones. El disruptivo candidato libertario, por su parte, promete sujetar la Argentina a un corset ideológico contrario a la idea de nación, ejercicio que si fuera practicable dejaría al país a punto de caramelo para ser devorado por los globalistas. En suma, la oferta electoral no ofrece escapatoria para la consigna globalista “no tendrás nada y serás feliz”, de la cual sólo la primera parte es segura.

Si quienes aspiran a dirigir la nación no la sienten como propia, ni conectan en modo alguno con sus votantes, no sorprende que ninguno haya dado hasta ahora mayores precisiones sobre dos cuestiones clave e íntimamente relacionadas: primero, cómo ven el mundo que se avecina y cómo piensan insertar a la Argentina en ese mundo, y segundo, cómo piensan sacar al país de sus aprietos económicos. Sobre ambas cosas no se han escuchado más que vaguedades y simplezas, como si ésas no fueran cosas para ventilar en público. En consecuencia, tampoco sorprende que la oferta electoral no haya enamorado, no haya suscitado adhesiones, ni siquiera con el recurso elemental de azuzar el encono contra “los otros”. El pueblo de la nación no reconoce a los candidatos como propios. El desaliento y la desesperanza que registran invariablemente los encuestadores reflejan esa frustración, y alienta las peores suspicacias. El electorado tiene aún viva la herida de la burla menemista: “si les decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie.”

En este contexto, como dije al comienzo, lo que Manes sugiere constituye toda una novedad. Su punto de partida es puramente pragmático, libre de ideologías y apuntado hacia el futuro: se nos presenta una coyuntura internacional desusadamente favorable, y sólo necesitamos ponernos de acuerdo sobre cómo aprovecharla no para despilfarrarla de inmediato, según nuestra tradición, sino para solventar un programa de largo plazo. Para Manes, aprovechar la coyuntura es aplicar el previsible excedente de ingresos para modernizar integralmente la estructura productiva argentina y hacerla menos dependiente de la exportación de materias primas. Si empeñamos nuestro esfuerzo tras ese acuerdo, cree Manes, podríamos revertir el largo proceso de decadencia que arrastramos desde hace décadas.

La discusión de esos entendimientos, creo yo, debería ser amplia y pública, de manera que los involucrados en cada caso puedan saber cómo se verán afectados sus intereses, y los que no lo están puedan comprender claramente qué es lo que se propones y a qué se comprometen los diversos actores. Como todos tendrán que resignar algo a cambio de un rédito futuro, como todos tendrán que ceder algo para no perjudicar a otro, los compromisos deberían ser lo bastante diáfanos como para que cada uno sepa a ciencia cierta que no se está sacrificando en vano ni se lo somete a engaño.

La idea de un plan de crecimiento y desarrollo con amplio consenso político y social resulta atractiva también por su efecto de cascada sobre las responsabilidades del Estado: se convierte de inmediato y sin demasiado esfuerzo en ordenador de la educación, la salud, la defensa, las políticas demográficas, la seguridad interna, la planificación y ejecución de la infraestructura, la justicia y el resto. Todo podría acomodarse en función de un propósito común, en términos prácticos, objetivos y mensurables, y quedar a resguardo al menos por un tiempo tanto de los aventureros ideológicos como de los corruptos codiciosos que vienen atrofiando, saqueando y vaciando el Estado desde el último cuarto del siglo pasado.

No sé cómo Manes piensa llevar adelante lo que sugiere, ni qué grado de receptividad puede haber para su propuesta, no sólo en Cambiemos sino en la clase política y la dirigencia social, y entre la ciudadanía rasa. No es raro que, a diferencia de sus colegas, Manes haya hablado de nación. Un proyecto semejante necesita del affectio societatis del que hablaban los romanos, de la amistad social a la que se refería Jean Lacroix citando a Malebranche, de la conciencia nacional en la que siempre insistieron nuestros mejores pensadores.

Si no comprendemos que antes que radicales, peronistas, liberales, empresarios, gremialistas, docentes, zapateros, pianistas, cuyanos, patagónicos, ranqueles o jubilados somos argentinos, si no nos reconocemos como tales, y estamos dispuestos a echarnos una mano, de buena fe, con el simple y sencillo propósito de vivir mejor, ser felices y desarrollar nuestras capacidades, un plan como el que imagina Manes no es viable, una nación como la que soñaron nuestros patricios no es posible.

 

* Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y se inició en la actividad periodística en el diario La Prensa de la capital argentina. Fue redactor de la agencia noticiosa italiana ANSA y de la agencia internacional Reuters, para la que sirvió como corresponsal-editor en México y América central, y posteriormente como director de todos sus servicios en castellano. También dirigió la agencia de noticias argentina DyN, y la sección de información internacional del diario Perfil en su primera época. Contribuyó a la creación y fue secretario de redacción en Atlanta del sitio de noticias CNNenEspañol.com, editorialmente independiente de la señal de televisión del mismo nombre.

 

Artículo publicado el 12/04/2023 en Gaucho Malo, El sitio de Santiago González, https://gauchomalo.com.ar/

 

 

HARDPOWER: LAS COSAS, EL TRABAJO Y LA POBLACIÓN

Iris Speroni*

Frente a esta apología de la Muerte con la que somos bombardeados, lo verdaderamente disruptivo, revolucionario, contestatario e irreverente es apostar a la Vida.

 

En los últimos años hemos sido bombardeados por la liturgia de un nuevo credo, con epicentro en el WEF/FEM, Davos, y toda una red de difusión que incluye Naciones Unidas, los medios masivos de comunicación, las grandes empresas y las burocracias de las naciones de Occidente.

En vocabulario marxista: la superestructura. Sistema integrado por autoridades (ejecutivo, legislativo, judicial), el conjunto de leyes y normas, las manifestaciones de prensa, de entretenimiento o artísticas, el  discurso en los centros de estudios.

Luego están las cosas (estructura). 

Te prometo tristeza, soledad, pobreza y muerte

El nuevo credo le plantea a la plebe un mundo horrible y desesperanzador. “No tendrás nada y serás feliz”. Plantean un mundo donde uno debe asesinar a sus fetos y a sus padres cuando éstos se vuelven ancianos, no estar en pareja, practicar el onanismo, vivir de prestado —siempre y cuando autoricen usar el dinero—, no ser dueño de un techo, con un trabajo precario, con la amenaza permanente de terminar en la calle o bajo un puente; y por último, comer inmundicias.

Putin señaló en WEF (Foro Económico Mundial) hace unos años, que los presentes controlan Occidente; el 12% de la población mundial. Mientras los sacerdotes de la nueva religión elucubran sus nuevas pócimas, el resto del mundo está en otra (el 88% restante).

Un futuro venturoso posible

La Nación Argentina está mal. Sufre su propio tratado de Versalles, lo que traté en IMPERIO AUSTRAL (*). El correlato es un pueblo sufrido: desocupación, subocupación, trabajo precario, pobres servicios de salud y educación, mala alimentación —por falta de dinero y por falta de calidad en los alimentos—, mal vestidos y calzados, sometidos a la violencia anárquica de los delincuentes comunes, con mal servicio de transporte.

Las dos coaliciones por ahora mayoritarias, TdF y JxC, no tienen plan alguno para el país excepto continuar el sistema actual, vigente desde las últimas décadas y eventualmente emparchar lo que no dé para más, financiado con altos impuestos y endeudamiento. No tienen programa alguno para ninguna de las áreas de gobierno.

La tercera opción que amanece, que tiene a Milei como cara visible, ha expuesto su eventual solución para el problema de la inflación (clausurar la moneda propia). Desconocemos —o yo desconozco— sus propuestas en los rubros restantes: defensa, administración de justicia, seguridad, educación, salud, vivienda, infraestructura de transporte, energía, relaciones exteriores, etc.

Qué es hoy ser revolucionario

Frente a esta apología de la Muerte con la que somos bombardeados, lo verdaderamente disruptivo, revolucionario, contestatario e irreverente es apostar a la Vida. Es apostar a tener un futuro como Nación, como comunidad, como familia y como persona.

Toda propuesta debe tener dos componentes: uno real y físico y otro intangible. Hoy el tema serán algunos objetivos tangibles a proponer a la sociedad [1] (*).

La Revolución – Las Cosas

El país debe subir su población a 100 millones de personas lo antes posible. Para que la gente quiera formar una familia debe contar con: expectativas de un futuro mejor, posibilidades de prosperar. Traduciré esto a cosas concretas.

    • Que una familia con un único ingreso acceda a la vivienda propia. Para ello hacer lo contrario a los últimos años [2]. La propuesta es: a. distribuir población por todo el país —donde la tierra es más barata—, b. que haya oportunidades para que la familia pueda comprar terreno y hacerse su propia casa o comprar una de las decenas de miles abandonadas en todo el país y remozarlas [3]. Nada más revolucionario hoy que una familia posea su propio hogar, con un único ingreso y sin hipotecarse toda la vida.
    • Que toda familia con un único ingreso acceda a su propio vehículo barato, de bajo mantenimiento, de repuestos de precio módico y reparación fácil y económica. En caso de los hogares con más de un vehículo ofrecer que al menos uno de los dos sea analógico
    • Pleno empleo.
    • Buen salario promedio. Objetivo U$D 1.400 mensuales.
    • Estímulo a familias numerosas:
      • Pago estatal por hijo a la totalidad de la población (no únicamente a los más humildes).
      • Pago estatal por nacimiento.
      • Pago adicional por niño por arriba de cuatro hijos.
      • Pago estatal por escolarización.
      • Salario familiar [4] —de alto monto— por cónyuge en los casos en que a) estén legalmente casados y b) uno de los dos cónyuges no trabaje. Para la totalidad de los trabajadores y no como actualmente para los de bajos ingresos.
      • Plus en caso de educar en casa (homeschooling).
      • Créditos hipotecarios para compra/ampliación de vivienda.
      • Créditos hipotecarios para parejas jóvenes.

Inmigración. Con buenos salarios, la inmigración desde países limítrofes continuará. La propuesta a otros grupos no será el dinero (no podríamos igualar los ingresos de Francia o Alemania) pero sí ofrecer libertad: libertad para criar los hijos, practicar el cristianismo, tener vivienda y auto propio [5].

Ocupar el territorio

Art. 75 inc. 19 de la Constitución Nacional: “…Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio; promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones…”.

Recuperar el FFCC. Requiere invertir en vías, comunicaciones, material rodante, locomotoras. Poseemos lo más valioso: la propiedad de los terrenos de la traza.

Un plan de riego en las ⅔ de la superficie del país hoy árida. Parte para que sean tierras destinadas a la agricultura y ganadería, otra parte a bosques de madera nobles —para ser explotados económicamente dentro de algunas décadas—, cultivos de secano, árboles de frutas secas. Requerirá población para trabajar las nuevas áreas o brindar servicios a ellos (docentes, personal médico y paramédico, policías, personal de FFCC, comercios, etc.).

En cuanto a la construcción (obra civil) están las obras de riego en sí, más todas las mejoras en los campos (alambradas, molinos, aguadas, silos, graneros, cobertizos), las viviendas en los campos y en los pueblos, más la infraestructura en los pueblos.

Esto permitirá que la población se instale donde los terrenos son más baratos que en los actuales centros urbanos.

Una buena infraestructura de comunicaciones permitirá que personas que trabajan en forma remota se instalen en zonas rurales o semirurales y puedan combinar su trabajo actual con la atención conjuntamente con su cónyuge de pequeñas fincas [6].

En los últimos 15 años se perdieron 100.000 familias productoras agropecuarias. Un objetivo debe ser, primero, recuperarlas, en segundo lugar, ampliar el número original del año 2000. En resumen: darle acceso a 200.000 nuevas familias a la producción agropecuaria. Los modos pueden ser: facilitar la compra de tierras (acrecentar hectáreas para explotaciones existentes, acceso a hijos para que armen su propia explotación, facilitar el acceso a la propiedad a trabajadores y contratistas rurales, nuevos emprendimientos en tierras ganadas al riego).

Movimientos poblacionales fomentados desde el Estado: la primera parte es ofrecer servicios públicos en zonas que hoy carecen de ellos o si existen son de inferior calidad que en los centros urbanos. Asimismo nuevas oportunidades de trabajo que vienen de la explotación de tierras hoy áridas que pasarán a ser rentables. La segunda parte es el traslado de todas las actividades públicas federales que no sean los ministerios [7], como ANSES, PAMI, todos los Institutos, consejos, comisiones [8] [9].

Promover el traslado de matrimonios jubilados (con un premio mensual en la jubilación) a pequeñas localidades del interior de PBA y el resto de las provincias o volver a la provincia natal. Esto liberará viviendas en Capital y GBA para alquiler.

El gran movimiento de empleados públicos, junto al salario familiar (que un cónyuge no trabaje fuera de la casa) llevará a a) baja de demanda de vivienda en la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, b) baja global de empleados públicos (habrá familias que preferirán que uno de sus miembros renuncie y se quede con la familia), c) mayor demanda doméstica en el interior del país.

Incentivar la construcción de viviendas unifamiliares para alquiler.

Ahorro

Se procurará que las familias ahorren y que el ahorro nacional esté en manos de las familias. Complementariamente se incentivará que las familias se capitalicen mediante:

    • la compra de vivienda
    • la compra de parcelas rurales (aunque sea 1 hectárea para el momento de retiro).
    • la compra de su vehículo
    • la instalación de pequeños comercios/talleres/compra de maquinaria.

El ahorro será:

    • fomentar el ahorro familiar en oro, plata y monedas duras.
    • cuentas de ahorro previsional en oro, plata y monedas duras.
    • cuentas de ahorro por indemnización por fin del contrato laboral (despido causado, despido no causado, renuncia, jubilación, muerte, invalidez) en oro, plata o monedas duras.

El Estado acuñará pesos oros y los hará accesibles a la población.

La Argentina no necesita crédito para crecer. Puede basarse en el propio ahorro que posee la población. El Estado debe generar las condiciones para que las familias quieran invertir su ahorro en: instalar/ampliar/mejorar negocios comerciales, instalar industrias/talleres, mejorar sus parcelas rurales, construir viviendas para uso propio o renta. Invertir en transporte. 

Hoy existe un enorme ahorro familiar dormido por desconfianza del pueblo en las autoridades (a mis ojos totalmente justificado). Esto produce enormes pérdidas en el PBI del país [10].

Pleno empleo y buenos salarios

¿Cómo pasar de una economía con trabajo 50% informal y salarios de hambre a una pujante, con pleno empleo y mejores salarios?

El motor de la economía debe ser la exportación. Poner como objetivo 500 mil millones de dólares (cinco veces los volúmenes actuales).

Esto se logrará:

    • Liberar el tipo de cambio. Que los derechos de exportación sean solamente una tasa aduanera de baja alícuota. Eso estimulará el aumento de volúmenes de producción.
    • Ampliar la frontera agrícola (triplicarla) mediante el riego en Gran Chaco (Formosa, Chaco, norte de Santa Fe, este de Salta y Santiago del Estero); Patagonia, Cuyo, Andes norte (La Rioja, Catamarca, oeste de Salta y Jujuy).
    • Transformar las exportaciones agrícola de forraje (tortas y pellets de soja) y combustible (aceite de soja) a alimentos. Carnes de cerdo, vacuna, aviar, caprina, ovina; lácteos (objetivo U$D 4.000 MM anuales en quesos); acuicultura, fruticultura, cultivos de secano, embutidos, productos especializados.
    • Aumentar las exportaciones industriales [11].

Para aumentar las exportaciones hay que liberar el tipo de cambio. Para que no afecte el ingreso de las familias se deben retirar todos los impuestos sobre los alimentos.

Energía

El interior del país hoy sufre de falta de potencia. Eso obliga a iniciar equipos obsoletos que encarecen el valor del KWh.

Lo ideal es que las empresas que sean electricidad-intensivas se ubiquen cerca de las grandes generadoras (Chocón, Yacyretá, Atucha, Salto Grande, Piedra del Águila). En caso contrario, procurar que tengan su propia fuente.

Fomentar la generación de electricidad por biodigestores en todo el país. Buscar la autonomía y no depender obligatoriamente del sistema interconectado nacional. En los casos en que se pueda, incluso que la propia vivienda unifamiliar sea autónoma. Cambiar el paradigma. Mantener la interconectividad de un sistema único para todo el país; pero al mismo tiempo estimular la autonomía y autogeneración.

Dicho esto, debe de haber un único precio del KWh en todo el país. Igual producto, igual precio.

Fomentar el uso de biodiésel en la generación eléctrica y para uso vehicular (camiones, automóviles diésel y locomotoras). Ídem con alconafta.

En cuanto a Vaca Muerta y cualquier otro yacimiento, debe promoverse que las empresas inviertan y ganen plata pero la prioridad debe ser el autoabastecimiento. Más teniendo en cuenta que se planifica un enorme incremento de la producción y los volúmenes de exportación.

El país debe respetar los precios internacionales para determinar los precios domésticos. Para no golpear la capacidad de compra del salario familiar eliminar todo impuesto sobre combustible y sobre servicios hogareños y comerciales de gas y electricidad.

Transporte

No quiero abundar. FFCC, flota fluvial y marítima, fomentar el aumento de la flota de camiones para cuentapropistas, vehículos de carga pequeños para comercios y talleres y cuentapropistas. Rehabilitar astilleros. Invertir en el canal Magdalena y recuperar el Paraná. Aerocargas en el país y para colocar exportaciones. Un país grande necesita un buen sistema de transporte (y barato) para conectarnos.

Costos e Impuestos

El país sólo necesita que el estado deje tranquila a la gente. No necesita subsidios a las empresas, ni subsidios a la energía ni nada.

Las empresas necesitan:

    • que el Estado elimine adelantos impositivos (sin retenciones, sin percepciones, sin otros adelantos).
    • pocos impuestos.
    • bajas alícuotas
    • Cero impuestos a alimentos, combustibles, servicios de gas y electricidad.

Las familias necesitan para elevar su nivel de vida:

    • Buenos servicios públicos (seguridad, salud, educación, transporte, administración de justicia)
    • Alimentos de calidad y sin impuestos. Buen sistema de comercialización de alimentos.
    • Acceso a la vivienda y a la calidad de hábitat (aire y agua pura), vegetación.
    • Salario medio de U$D 1400 y 100% legal.
    • Posibilidad de trabajo independiente (oficios, capital para talleres/comercios, profesión).
    • Eliminar todo impuesto al trabajo, ya sea en relación de dependencia o independiente.
    • Eliminar ganancias cuarta categoría.
Aumento de la producción

La locomotora de la nueva economía serán las exportaciones.

El segundo motor será la obra civil. La ocupación de territorio, la construcción de millones de viviendas, la inversión en infraestructura de transporte, energía y comunicaciones, las nuevas ciudades. Mejorar toda la inversión en instalaciones educativas y centros de salud.

Por último, el país debe volver a invertir en defensa.

La producción aumenta por dos razones: un incremento de demanda y un aumento de oferta que la acompañe.

La demanda de bienes y servicios de un país se produce por: exportaciones, inversión, gasto doméstico (cuando yo compro una remera) o gasto público (cuando el ministerio compra un paquete de fideos). De estos cuatro motores de la economía elegimos dos: exportaciones e inversiones.

Otro tema diferente es la oferta. Este modelo propone que a) la inversión sea privada, b) la financiación sea de la propia familia, autofinanciación; usar los propios ahorros. Nada de subsidios del Estado, nada de crédito blando, nada de darle lugar a los De Mendigurens de la vida.

El aumento de oferta requiere mayor capital: un nuevo comercio o un aumento de stock en comercio existente, una nueva máquina, una nueva instalación (consultorio odontológico para servicios de odontología), personal apto, dinero para capital de trabajo (comprar insumos).

Los argentinos tenemos miles de millones de ahorro inactivos a resguardo de la rapiña estatal. Mover ese dinero e invertirlo requerirá: a) expectativa de tiempos mejores, b) estabilidad política y monetaria, c) baja/modificación de impuestos, d) libertad de trabajo (eliminar trabas regulatorias).

Habrá personal para algunas tareas y para otras no. El aumento de demanda de trabajo implicará: aumento del salario promedio, capacitación de las personas, estimular la inmigración de gente capacitada. Sobre educación se hablará otro día.

Por hoy, terminamos. El próximo es sobre softpower: seguridad, salud, RREE, educación/formación/instrucción pública, administración de justicia, impuestos, arte, prensa.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] El equipo de Donald Trump elaboró una lista de objetivos tangibles para elevar a consideración de los votantes en 2024. Por Edward Ring, DEFINIR LAS PRIORIDADES DE UNA NACIÓN.

[2] En los últimos años la única propuesta de los gobiernos fue construir casas con las siguientes consecuencias: a) el ritmo de construcción fiscal es inferior al de las necesidades de la población, b) da lugar a arbitrariedades por ser los políticos quienes asignan un bien escaso, c) como toda obra pública da lugar a sobreprecios, d) los funcionarios apuestan a la macrocefalia, esto es hacen infraestructura (cloacas, tendido eléctrico) y viviendas en capital y gran Buenos Aires en lugar de ofrecer mejores condiciones en el interior de PBA y en el interior del país.

En menor medida y esporádicamente, existe oferta de créditos hipotecarios sin criterio geográfico. El efecto fue sobrevalorar las propiedades en ciertos barrios de Buenos Aires y otras ciudades grandes y la proliferación de edificios de ocho pisos y departamentos pequeños en ciudades como La Plata, Río Cuarto y casi todas las capitales del interior. Destruyeron el patrimonio arquitectónico de esas ciudades, en su mayoría con construcciones de una planta clásicas, de la belle époque o art nouveau. Confinaron a decenas de miles de familias a vivir en un departamentito, sin posibilidad de expansión.

[3] Esto requiere:

  1. a) habilitación de nuevos materiales y nuevas técnicas de construcción (madera, bambú, adobe, estructuras metálicas, bloques, laminados varios, fibra de carbono, distintas opciones de aberturas/techos/pisos, otros); 
  2. b) baja de los costos impositivos de los materiales de construcción;
  3. c) impedir que fabricantes cartelizados o monopólicos establezcan precios por encima de los internacionales;
  4. d) generar infraestructura para el desarrollo de nuevos barrios en todo el país: conectividad (fibra óptica y satélite), electricidad, agua corriente y cloacas sólo si es necesario – no soy una cloacalista fanática tipo Banco Mundial -, caminos y FFCC; infraestructuras sociales: escuela, hospital, comisaría, club.
  5. e) Procurar en lo posible que las casas sean autosustentables: aislamiento frío calor, techos altos, ventanas con persianas, aislamiento en paredes/pisos/techos, paneles solares y/o generador eólico individual. Cocina económica alternativa a la de gas o eléctrica.
  6. f) Procurar que todas las viviendas sean: unifamiliares, con jardín al frente y en el fondo lugar para parrilla, horno de barro, huerto, gallinero, lugar para que la superficie cubierta aumente con la familia (para más dormitorios).
  7. g) asegurar que los vecinos no les roben los materiales al que está construyendo una casa. Esto hoy es un verdadero problema.

[4] El objetivo es estimular que uno de los cónyuges se dedique a tiempo completo al hogar de ser su voluntad.

[5] Cuando a los europeos les prohíban los autos y salir de un radio de 2 km de sus casas, varios serán los que quieran dejar sociedades sofocantes y venir a un lugar en el que se sientan cómodos. Con una economía pujante, podemos ser un centro de atracción para los cristianos que pasarán a ser perseguidos en Occidente. Para eso hay que arreglar la seguridad (la paz interior) y la administración de justicia. El resto, la gente se las arregla.

[6] Actualmente el problema no es sólo la concentración en Capital y GBA sino en cada capital de provincia (en algunos casos el 50% de la población).

[7] Los ministerios deben permanecer en la Capital Federal (la que ésta sea) por orden constitucional.

[8] Se debe tomar el recaudo de que no se instalen en ciudades hoy grandes. Ningún sentido tiene despoblar la capital federal (Buenos Aires) para repetir el error de macrocefalia en Rosario o Córdoba. Se deben ubicar en ciudades pequeñas de provincia y diseminados en distintas provincias.

[9] También trasladar los departamentos informáticos de los grandes bloques burocráticos separados del principal. Ejemplo: si traslado la ANSES a Rawson, mando informática a La Rioja. Exigir que el backup de los bancos privados esté al menos a 1.500 km de la capital, en pequeñas localidades.

[10] Ejemplos de pérdida de producción por falta de capital. En Mendoza todos los años se pierden toneladas y toneladas de fruta por el granizo. Se solucionaría con mallas antigranizo. Los productores o no tienen capital para esa inversión o no ven el retorno de la misma con los actuales precios (1. si exportan el BCRA se queda con la mitad, 2. las bodegas amenazan con importar uva chilena comprada con dólar a mitad de precio). En la última gran helada en la Patagonia se perdieron millones de cabezas ovinas. ¿Por la helada? No, porque no tienen cobertizos para los animales. Y no lo tienen por la baja inversión de las explotaciones que trabajan apenas por arriba del punto de equilibrio. Podría decir lo mismo con los limones o las cerezas. Existen infinidades de explotaciones que podrían multiplicarse con mayor inversión de capital. Para eso hay que generar las condiciones.

[11] Actualmente Argentina exporta el 90% de su producción de aluminio. ¿Por qué no exporta aberturas de aluminio? a) por tipo de cambio retrasado, b) por los impuestos que inhiben el procesamiento industrial de los lingotes de aluminio. Se puede trasladar este ejemplo a cientos de productos. Argentina podría ser líder en calzado, marroquinería, talabartería, muebles de cuero, interiores de vehículos (la lista es infinita). Podemos ir rubro a rubro y encontrar numerosas posibilidades.

Lecturas relacionadas

Imperio Austral

http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/imperio-austral.html

Definir las prioridades de una nación

https://restaurarg.blogspot.com/2023/04/definir-las-prioridades-de-una-nacion.html

 

Artículo publicado el 08/04/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/04/hardpower-las-cosas-el-trabajo-y-la.html

CAPACITEN AL SUBSECRETARIO DE PESCA

César Augusto Lerena*

Subsecretario de Pesca Carlos Liberman

Si a una persona calificada de “pobre”, porque sus ingresos no le permiten acceder a la Canasta Básica Total o, de “indigente”, porque sus ingresos no le alcanzan para adquirir los productos de la Canasta Básica Alimentaria, como condición para otorgarle un Plan Social se le exige realizar determinadas tareas y/o capacitarse; cuánto más debería estar capacitado un funcionario de alta jerarquía dentro del Estado Nacional para ejercer la función que se le asigna.
Este es el caso del Subsecretario de Pesca Carlos Liberman quien declaró, que «no hay pesca ilegal en Atlántico Sur y la pesca en alta mar es legal», que debería capacitarse para seguir ocupando la función asignada, ya que si no sabe que en el Atlántico Suroccidental HAY PESCA ILEGAL (INDNR), nunca podrá elaborar una estrategia destinada a terminar con un flagelo que afecta a la Argentina —desde hace al menos 47 años— en su soberanía política, económica, biológica, alimentaria y en su desarrollo territorial. ES MUY GRAVE LA FALTA DE APTITUD Y ACTITUD.

En marzo de 2023 (Urgente 24, 30/03/2023) este Subsecretario «negó las denuncias de pesca ilegal en el Mar Argentino y afirmó que desde 2020 no se capturan buques extranjeros»; negó, dice este medio «las denuncias de supuesta pesca ilegal y depredación en el mar argentino. Declaró que no existe tal depredación y pesca ilegal en el Atlántico Sur… el funcionario nacional puntualizó que si bien más allá de nuestra Zona Económica Exclusiva (ZEE) hay habitualmente una gran cantidad de buques de diversas nacionalidades… ocurre que el Estado Argentino violaría el Derecho Internacional y su propia Ley Nacional de Pesca si sale a capturar buques más allá de la milla 200…enfatizando que no se capturan buques extranjeros dentro de las 200 millas de aguas argentinas desde el año 2020, donde se capturaron tres buques (y) también, se modificó la Ley de Pesca para incrementar las sanciones para cualquier buque que se anime a ingresar ilegalmente a nuestras aguas…”

Cualquier lector o escucha desprevenido podría admirar la “encomiable tarea” de este funcionario para evitar la pesca ilegal (INDNR) en el Atlántico Sur. Lo malo, es que se le han “animado” varios y que son erróneas sus declaraciones, tendenciosas y altamente perjudiciales para el reconocimiento de la soberanía argentina en Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur (en adelante Malvinas), la Antártida y las aguas argentinas correspondientes y, para la discusión de los derechos argentinos (y de todos los Estados ribereños) sobre la pesca en alta mar de los recursos migratorios originarios de la ZEE y viceversa. Además, que la pesca ilegal (INDNR) también ocurre dentro de la ZEE cuando se descarta pescados al mar, violando —entre otros— el artículo 21º inc. m) de la Ley 24.922 que rige desde 1998 en Argentina.

Declarar, como declara este agente del Estado que, por delegación del secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca ejerce la Autoridad de Aplicación y preside el Consejo Federal Pesquero (quién debe fijar las políticas pesqueras), que «no existe tal depredación y pesca ilegal en el Atlántico Sur» es una demostración acabada de la ignorancia supina e irresponsabilidad funcional inaceptable del subsecretario. Contrariamente a lo que manifiesta SI EXISTE PESCA ILEGAL (INDNR) EN EL ATLÁNTICO SUROCCIDENTAL. Aun así, “la ignorancia de las leyes no lo excusa de su cumplimiento”.

Que además declare que «desde 2020 no se capturan buques extranjeros en la ZEE» no evidencia una virtud, sino más bien un defecto, que pone de manifiesto aún más su desconocimiento en la materia.

La cuestión tiene dos lecturas. La primera: gravísima, estaría dando a entender que este “Servidor Público” (no un ciudadano de la calle) desconoce que Malvinas y sus aguas están ubicadas dentro del “mar argentino” y dentro del Atlántico Sur y, donde todos los años, los británicos a través de licencias ilegales extraen 250.000 toneladas de recursos pesqueros argentinos por un valor de unos mil millones de dólares y, unos 6 mil en el valor final de comercialización. No considerar ilegal esta pesca es desconocer la Ley 24.922, los derechos argentinos sobre esos territorios insulares y marinos (con la gravedad que ello significa); la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional y la Resolución de la ONU 31/49 que, desde el año 1976 precisó que el Reino Unido de Gran Bretaña no debía innovar en los territorios ocupados, cuestión que ocurre, no solo por la explotación de los recursos naturales y la militarización de las islas, sino también por el avance territorial marino que, desde los 11.410 km2 ocupados en 1982, hoy alcanza a 1.650.900 km2 de territorio insular y marino; sin computar la disputa sobre la plataforma continental extendida y la Antártida, que llevarían estos km2 a unos 5.497.178. SI EXISTE PESCA ILEGAL (INDNR) EN EL ATLÁNTICO SUROCCIDENTAL y no reconocerlo un funcionario jerárquico implica debilitar los derechos sobre Malvinas; violar la Constitución e incumplir sus obligaciones como funcionario público, por la no ejecución de las leyes 24.543; 24.922; 26.386 y 27.564, ya que no aplicó sanción alguna a los buques que pescan en esa área sin las habilitaciones previstas en la legislación vigente; donde, España, por ejemplo, aun reconociendo la soberanía argentina en Malvinas, pesca con bandera española o asociada a isleños británicos con bandera ilegal, facilitando el ingreso de sus capturas a la Unión Europea sin abonar aranceles, pese al Brexit que significó la salida del Reino Unido de la Unión. Algo que habría que analizar si no ocurre también con las empresas radicadas en la Argentina.

La segunda: Sus declaraciones respecto a la pesca en alta mar, a la que considera legal, parten del error que, siendo la pesca en alta mar libre puede ser depredadora, y dice: que nada tendría que hacer él porque no tiene jurisdicción y no podría apresar buques más allá de las 200 millas. Ignora que a la libertad de pesca en alta mar se le establecen condiciones en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). Este error, no es solo de este agente público, sino de varios otros, como el secretario de Malvinas Guillermo Carmona y distintos jefes de las fuerzas armadas y seguridad, encargados del control del mar argentino e, incluso, legisladores nacionales originarios de las provincias del litoral marítimo, cuyos representantes integran el Consejo Federal Pesquero y son, quienes deberían elaborar una estrategia en esta materia.

Para ayudar a entender al Subsecretario qué es la pesca ilegal (INDNR) deberíamos indicarle primero qué es una especie migratoria y para ello podría leer a los científicos del INIDEP Ana Roux, Juan de la Garza, Rubén Piñero y Daniel Bertuche (“La ruta de migración del langostino patagónico” Informe Técnico Oficial 7/12 del 03/04/12), que definen: «El término migración, en el sentido biológico, se refiere a los movimientos periódicos que algunas especies de animales realizan desde una región geográfica, y su subsecuente regreso» cuyo ciclo biológico no se cierra si hay depredación en alta mar. Para entender un poco más sobre la pesca ilegal (INDNR) en alta mar podríamos recomendarle nuestro trabajo (“Pesca ilegal y expoliación de los recursos pesqueros de Latinoamérica y el Caribe, 237 pág. 2023) aunque, para evitarle este “rollo”, nos referiremos sucintamente a la pesca ilegal (INDNR) en alta mar de las especies migratorias originarias de la ZEE Argentina o viceversa.

Habría que empezar por decir, que la CONVEMAR está destinada a dar sostenibilidad a las especies marinas (“la utilización equitativa y eficiente de sus recursos, el estudio, la protección y la conservación de sus recursos vivos”, dice la Convención) a través de un tratamiento integral del recurso (“Conscientes de que los problemas de los espacios marinos están estrechamente relacionados entre sí y han de considerarse en su conjunto”, dice la Convención) y, ejercer prácticas equitativas que cuiden los intereses de los Estados emergentes (“un orden económico internacional justo y equitativo que tenga en cuenta, en particular, los intereses y necesidades especiales de los países en desarrollo”, dice la Convención). Estas cuestiones quienes las ponen en duda, cuando, a pesar de que muchas especies son migratorias, en la ZEE se regula la pesca con rigurosidad; pero, una vez que transpone la línea jurídica de las 200 millas “la pesca en alta mar es libre”. Si así fuese, la CONVEMAR habría privilegiado la delimitación territorial por sobre el cuidado biológico de las especies. Sería un absurdo biológico, una interpretación jurídica con “cero rigor biológico”, que atacaría la sostenibilidad y omitiría reglas que la Convención destina a quienes pescan en alta mar: se podrá pescar libremente, pero sin afectar el recurso y, en especial, los intereses de terceros, que se podrían agotar —tratándose de un único ecosistema (Alta mar-ZEE)— sino se regula integralmente, con equidad y responsabilidad social empresaria.

El Anexo I de la CONVEMAR refiere a las especies “altamente migratorias”, y no a las “migratorias” y sobre ambas no hay una sola definición en este cuerpo regulatorio, tampoco en el llamado “Acuerdo de Nueva York” que Argentina no ratificó, ni en las normas de la FAO. El Anexo incluye en su mayoría a atunes y a ninguna de las principales especies argentinas. Ello no puede ser casual, porque, bien sabe el Reino Unido, que numerosas especies del mar continental argentino migran al área de Malvinas y son capturadas en esta. Ni siquiera está el “Bonito”, tipificado “Atún Argentino”, aunque los desembarques locales sean insignificantes (15 toneladas, 2021). La CONVEMAR, tuvo que ser aprobada por consenso (todo o nada), pese a lo cual, la Argentina en el Art. 2º de la Ley 24.543 consideró insuficiente el tratamiento dado en ésta a los recursos “altamente migratorios”. Ya el autor intelectual argentino de esa observación tuvo en claro que, entre otras cosas, no se podía regular sobre los “recursos altamente migratorios” y/o “migratorios”, sin proceder previamente a definir su alcance terminológico. El hecho de estar en el Anexo I no define ello y, además, muchos autores entienden, que hay un importantísimo número de especies que no han sido incluidas en ella, muchas de las cuales, sostienen estos, transitan más distancia en sus ciclos migratorios que varias de las especies incluidas.

También sostenemos, que el Subsecretario a partir de desconocer que hay pesca ilegal (INDNR) en el Atlántico Sur, no habría dado un solo paso para cumplir con lo prescripto en el Artículo 2º de la Ley 24.543 que reza: «El gobierno argentino, teniendo presente su interés prioritario en la conservación de los recursos que se encuentran en su ZEE y en el área de alta mar adyacente a ella, considera que de acuerdo con las disposiciones de la Convención cuando la misma población o poblaciones de especies asociadas se encuentren en la ZEE y en el área de alta mar adyacente a ella, la Argentina, como Estado ribereño, y los Estados que pesquen esas poblaciones en el área adyacente a su ZEE deben acordar las medidas necesarias para la conservación de esas poblaciones o especies asociadas en el alta mar. Independientemente de ello, el gobierno argentino interpreta que, para cumplir con la obligación que establece la Convención sobre preservación de los recursos vivos en su ZEE y en el área adyacente a ella, está facultado para adoptar, de conformidad con el derecho internacional, todas las medidas que considere necesarias a tal fin». Han transcurrido 28 años desde la sanción de esta ley sin acción alguna.
Además sostenemos que, EN LAS CONDICIONES QUE SE REALIZA LA CAPTURA EN ALTA MAR EN EL ATLÁNTICO SUDOCCIDENTAL LA PESCA ES ILEGAL (INDNR) y, aunque haya más de 40 razones para calificarla de esta manera, bastaría solo con tener en cuenta tres cuestiones básicas: 1) el Estado de pabellón al que pertenece el buque que captura a distancia no controla su pesca (Art. 91º, 92º, 94º, 211º, 212º, 217º y ss, CONVEMAR) y, si solo lo hiciese mediante sistemas satelitales, estos no son suficientes para precisar si el buque está realizando o no pesca ilegal (INDNR); si este aplica la legislación del país de origen (descartes, etc.); si el personal trabaja en forma esclava y/o trafica droga, etc.; 2) la sostenibilidad en esa integridad que refiere la CONVEMAR no se puede obtener sino se efectúan en alta mar los estudios e investigaciones para  determinar la “Captura Máxima Sostenible” (Art. 119º, 197º, 200º, 201º, 255º, 257º y ss., CONVEMAR); lo que hace, que no solo la pesca en alta mar sea insustentable e insostenible sino también la ZEE. Aquí el principio precautorio aplica, porque en la actualidad la pesca en alta mar, sin estos parámetros básicos, no se puede realizar sin depredar, menos aún cuando no hay control del Estado de pabellón como hemos indicado; 3) los Estados Miembros deben tener presente que su pesca en alta mar y la ZEE no afecte los intereses de terceros Estados (Preámbulo y Art. 59º, 87º, 116º a 118º, CONVEMAR); por lo tanto, si no hay acuerdos entre los Estados, cuando en alta mar se pesca sin control, sin conocer los stocks y sin acuerdos con los Estados ribereños, la pesca es ilegal (INDNR). En alta mar se depreda y eso tiene implicancias en la ZEE y el ecosistema.

Antes de finalizar, no podemos admitir (y menos las autoridades) que en las áreas recomendadas por los técnicos de la ONU de la plataforma continental más allá de las 200 millas, se tolere la pesca ilegal (INDNR) que ocurre y donde el Subsecretario no ha tomado nota alguna. Para ratificar mi opinión, ya expresada en distintas oportunidades, me apoyo en la reciente entrevista (Revista Puerto, 05/04/2023) al ex director del INIDEP Otto Wohler, donde refiere que en la plataforma extendida: «Es una pesca no regulada, no sabemos hasta qué punto no declarada y en parte también es ilegal, cuando se pesca con arrastreros en las zonas reconocidas a Argentina por la ONU. Nuestra opinión es que la pesca es ilegal cuando se opera sobre los fondos marinos, porque se requiere un permiso de pesca que esa flota no tiene, porque esos fondos son propiedad del Estado y cuando se opera con arrastre de fondo se vulnera la fauna bentónica sésil… En esa zona se pescan aproximadamente 50 mil toneladas de merluza, 4 mil toneladas de abadejo, que es más que lo que pesca Argentina dentro de la ZEE y la captura de merluza negra también es muy significativa». Aquí tampoco el Subsecretario recuerda que HAY PESCA ILEGAL (INDNR) EN EL ATLÁNTICO SUR. La plataforma extendida es un territorio de jurisdicción argentina.

Además de lo dicho y para finalizar, Liberman ha sido de los peores subsecretarios desde el desarrollo industrial. Recordando que además de “Pesca” el subsecretario es responsable de la “Acuicultura” y, mientras en el mundo el 50% de la producción comercializable se obtiene de mariculturas y acuiculturas, en la Argentina no supera el 1%. Ello solo hubiera significado -al menos duplicar las exportaciones y, aumentar el consumo interno que es, el más bajo de Latinoamérica. La exportación pesquera en dólares está en uno de los niveles más bajos del último quinquenio; se ha producido la concentración y desnacionalización más importante empresaria de la actividad pesquera de todos sus tiempos, donde el 70% de las exportaciones está en manos de 20 empresas y de ese 70% el 70% son empresas extranjeras. Además de exportarse un 60% de las materias primas sin valor agregado y reducirse notablemente el empleo registrado; etc. Pero esta cuestión merecerá un artículo aparte.

La ignorancia, somete a los pueblos a la colonización y a la expoliación sus recursos esenciales.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena (Fundada el 21/10/2002), Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, CESPEL (Fundada el 02/04/1989).

Autor de “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 40 años de entrega” (2021) y de “Pesca Ilegal y Recursos Pesqueros Migratorios Originarios de los Estados Ribereños de Latinoamérica y El Caribe” (2022).

 

Artículo publicado en la Revista Puerto, 10/04/2023.